Una fuente de inspiración de la poesía popular es la experiencia de los autores. Los versos beben de la memoria las vivencias pasadas para volcarse en obras que describen lugares, retratan costumbres y expresan sentimientos.
LINO TRINIDAD SANABRIA -escritor, estudioso y docente de guaraní nacido el 23 de setiembre de 1934 en Pedro Juan Caballero-vivió buena parte de su infancia y su adolescencia en Puerto Casado, en el Alto Paraguay. Su padre era empleado de la COMPAÑÍA CARLOS CASADO.
Inquieto, deseoso de tomar contacto con el monté y descubrir sus secretos más íntimos, Lino tomaba el tren de la taninera e iba al obraje "Machete" -en pleno corazón chaqueño- junto a su tío MODESTO SANABRIA, más conocido como el hachero Sanabria puku.
En la selva de los altos quebrachos y coronillos -"el quebracho hembra", precisa Lino-, era posible estar cerca del vuelo y el descenso de los jaku, las charatas, el pájaro campana y el vistoso suruku'a. Por el lugar, con pasos sigilosos, también merodeaban el jaguarete, los kure ka'aguy, el mborevi y los karaja de roncas voces.
"Chéngo amóĩ haguá ñuhã pe ahaseterei aiko pe ka'aguyre (Mi entusiasmo por ir al monte era para poner trampas)", recuerda el profesor de guaraní y también perito calígrafo y contador. "Los akuti y akutipáy eran mis presas preferidas, por ser de carnes muy sabrosas", acota el que tradujo del castellano al guaraní Platero y yo, del poeta español JUAN RAMÓN JIMÉNEZ.
"En esas visitas es que veía la precaria casa del hermano de mi mamá. Es lo que se llamaba el tapýĩ tupemi, un rancho bajo, con un sobrado de cuatro patas hecho a propósito para evitar las víboras y alimañas diversas. Tupe, en guaraní, quiere decir bajo", explica.
Mucha agua corrió bajo el puente de la vida de Lino para que aquella elemental vivienda volviera a sus recuerdos y reprodujera aquel paraíso perdido de su niñez.
Ya autor de letras para canciones como CHE AÑOMI AÑAUDÚVA, con música de IRENEO OJEDA AQUINO; MOMBYRY, con FLORENTÍN GIMÉNEZ y otras, conversando con el músico y compositor RUBÉN DOMÍNGUEZ venido al mundo en Puerto Casado el 18 de enero de 1957 recordó el tapýĩ que resguardaba su sueño y le protegía de los temporales.
"En el 2001 escribí TAPÝĨ TUPEMI después de un diálogo que mantuve con Rubén. Allí pinto lo que era ese refugio, lo describo y rescato en la palabra escrita. Como Domínguez es casadeño, conoce muy bien el ambiente al que hago alusión. Por eso su polca le encuadra perfectamente a la obra. Le puso música en el 2003 en Neuchätel, Suiza, donde vive y trabaja como músico. Ese mismo año lo grabó. Después, en el 2005, lo llevaron al disco LUIS MALDONADO y mi hijo también de nombre Lino, cantando a dúo. Luego, en el compacto 'LEJANÍA', homenaje a HERMINIO GIMÉNEZ que produje yo, MARIZZA -también en el 2005- hizo su propia versión. En el 2008 el CONJUNTO 'PRISMA LATINO' lo puso igualmente en un disco", termina de relatar LINO TRINIDAD SANABRIA.