CONCENTRACIÓN COLORADA DE PEDRO JUAN CABALLERO
EL 9 DE DICIEMBRE DE 1972
DISCURSO ALFREDO STROESSNER
EL CANDIDATO DEL PARTIDO COLORADO A LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA
POR EL PERÍODO 1973 - 1978
GENERAL DE EJÉRCITO ALFREDO STROESSNER
Se dirige al pueblo en la Gran
Concentración Colorada de Pedro Juan Caballero
el 9 de diciembre de 1972
CUADERNOS POLÍTICOS Nº 18
Publicaciones bajo la Dirección de la
Junta de Gobierno
ASUNCION - PARAGUAY
1972 (15 páginas)
CORRELIGIONARIOS - CORRELIGIONARIAS:
Con el fervor que es propio de los colorados, adquiere esta nueva concentración de nuestro Partido con miras a las próximas elecciones nacionales, los relieves de una gran fiesta cívica realzada por el marco de una auténtica democracia que nos enorgullece y de un patriotismo que nos enaltece.
He venido a esta Ciudad de Pedro Juan Caballero en mi carácter de Candidato del Partido Colorado a la Presidencia de la República por el período 1973 - 1978 para traer mi palabra de fe en el porvenir de la Patria, a los correligionarios del Décimo Tercer Departamento que se han reunido para escuchar mis palabras que les transmito con la convicción profunda y con fidelidad a la doctrina que como bandera enarboló el General Bernardino Caballero al fundar la Asociación Nacional Republicana, Partido Colorado.
Desde que asumí la Primera Magistratura de la Nación, me impuse el deber de informarme y de auscultar muy de cerca los sentimientos y aspiraciones de todos los habitantes del país, para ejecutar una política en perfecta consonancia con las necesidades y anhelos nacionales, para así orientar mis energías hacia el logro de conquistas inspiradas en el bien público.
Siempre he sostenido que la política es sinónimo de trabajo y de patriotismo. Quien no se desprende de sus ambiciones puramente egoístas para abrazar una causa altruista, no será nunca el político moralmente capacitado para asumir responsabilidades vinculadas con la marcha del Estado.
La política debe perseguir la realización del bien común, partiendo del mejor bien que hemos conquistado para nuestro pueblo, la paz. Por eso, nuestra primera preocupación ha sido limpiar el camino de discordias inútiles, de odios estériles, para dar sustentación inamovible al orden y a la tranquilidad que hoy imperan en nuestro suelo y que cuentan con el respaldo de la conciencia del pueblo, resuelto a no permitir que se socaven los cimientos de nuestro presente y de nuestro futuro con la anarquía que destruye y con las malquerencias que turban la mente y el espíritu de los ciudadanos lanzados a las empresas sin honor de la provocación infame, en contra del prestigio nacional.
Me honro en declarar que el estímulo que recibo del glorioso Partido Colorado y de sus miles de adictos, es la condición básica de nuestra fe en el porvenir. Aquí en la Ciudad de Pedro Juan Caballero, que lleva el nombre de un ilustre Prócer de la Independencia Nacional, me complazco en declarar que me satisface como colorado y como paraguayo, decir que el pueblo es el genuino depositario de la soberanía de la Patria y que hace suyo el credo que abrazó el brillante soldado y estadista, el General Bernardino Caballero, prototipo de bravura en la guerra y de serena energía en la paz.
Con la más viva emoción rindo tributo a los mártires que sucumbieron en Cerro Corá, ubicado en este Departamento del Amambay entre colinas verdeantes y arroyos cristalinos, sitio elegido por el Héroe Máximo el Mariscal Francisco Solano López para cumplir allí el último episodio de una de las más grandes Epopeyas de la historia, que asombró al universo con resonancias de inmortalidad.
Me siento feliz como gobernante de mi Patria al inclinarme reverente ante las tumbas de aquellos soldados del Paraguay, que murieron con honor y dignidad. Perdura en nuestra memoria la fortaleza moral del férreo Mariscal Francisco Solano López, que con gallarda prestancia defendió con tenaz resistencia la causa nacional durante cinco duros años.
Como elevado exponente del heroísmo nativo, él supo afrontar sin claudicaciones ni desmayos las exigencias y las penurias que deparó al pueblo paraguayo aquella guerra desigual que nos fuera impuesta, en medio de la cual rayó a gran altura la participación de los titánicos guerreros hasta el postrer jalón que se iluminó con los resplandores de gloria, con la muerte de toda una generación que pasó a la inmortalidad.
En Cerro Corá se abatió el águila tallada en el acero en que se forjó la raza guaraní, ejemplo de bravura en la guerra.
Mi Gobierno ha dado y seguirá dando un sentido nacional a las obras que estamos forjando para beneficio de la Nación, dentro del contenido profundo de la consolidación de la paz, el orden y la justicia, imperantes en todo el territorio de la República, superando la posición de quienes no reconocen que el progreso es una realidad que entra por los ojos.
Nuestra prédica y nuestra acción son positivas. Ante la trascendencia histórica de la misión que ha puesto la Nación en nuestras manos, sentimos el compromiso de redoblar esfuerzos para que sea favorable el aporte de cada jornada iniciada con la voluntad de servir dignamente a los intereses de la nacionalidad.
La paz y el orden deben determinar el arranque innovador que lleva aparejado el desarrollo de nuestro país. Lo contrario implicaría que la fuerza anímica que se esconde en el patriotismo, quedaría dormido y velado por la incuria, la indiferencia y el pesimismo, como ocurrió con algunos malos gobiernos del pasado.
Me siento orgulloso en expresar que el Partido Colorado, jamás ha permitido que se extinga en el corazón del pueblo, el amor a la tierra que nos vio nacer.Ha sacudido el yugo del atraso y del entreguismo, para provocar un bello renacimiento en el pensamiento y en la acción de los correligionarios, sublime ejemplo de inspiración de quienes están dispuestos a ser soldados de la libertad y buenos servidores de la Nación.
Militamos en un Partido que es ejemplo de consagración a los altos intereses nacionales; que tiene un rico y luminoso historial de luchas por la libertad y el bienestar del pueblo, fiel a los postulados esenciales de la democracia y de la doctrina que animó la creación de nuestra Asociación política, cuyo Fundador supo cubrirse de gloria en memorables batallas en la guerra contra la Triple Alianza y supo también ser en la paz el Reconstructor de la Patria, perseverando en un esfuerzo tesonero por restañar heridas, por devolver a la Nación todo su poderío moral y espiritual para hacerle protagonizar las grandes jornadas por el progreso y la democracia como símbolo de un país surgiendo de su trágica postración a fin de ser nuevamente alta cifra en América por sus conquistas valiosas en el campo de la civilización y de la cultura.
Si las grandes mayorías nacionales se aglutinan alrededor de la bandera del Coloradismo, es porque esa límpida enseña es trasunto de un pensamiento y de una voluntad invariablemente puestos al servicio del Paraguay.
Es la bandera que hoy en nuestras manos ondea airosa al frente de la revolución pacífica que emprendemos para llevar al terreno de la acción el programa de realizaciones y el ideario de nuestro Partido. Es la bandera que flamea orgullosa en la contemplación del porvenir, a cuyos umbrales podemos acercarnos con confianza porque la oportunidad el presente empleamos para fomentar el progreso.
Es la bandera que llevan con amor y emoción en sus manos todos los colorados y todas las coloradas de la República, conscientes de que el Partido Colorado que nos nuclea es el más preciado instrumento con que se está edificando la prosperidad nacional. Es la bandera que atrae con su bello y excelso simbolismo a la juventud de la Patria, porque nuestro Partido así como nació para honrar las tradiciones más gloriosas de la raza nació también para ser pregonero de las nuevas ideas que responden a las aspiraciones de justicia, mayor capacitación y mayor bienestar. En nuestro Partido conviven en una armonía ejemplar los viejos sentimientos de la nacionalidad junto a los nuevos pensamientos elaborados para una mejor comprensión y solución de los problemas que se plantean hoy a los Estados modernos.
La acción gubernativa se empeña en lograr una verdadera integración de todas las regiones del país. No hay sitio de la Nación al que no lleguen nuestros afanes, porque la meta que perseguimos es el desarrollo del Paraguay.
Me place destacar que el Departamento del Amambay acompaña al ritmo de nuestro progreso, esfuerzo resultante de la laboriosidad de sus habitantes estimulada con oportunas medidas por la acción de mi Gobierno, que ve con simpatía las inquietudes de superación que aquí se manifiestan.
Expreso en ésta ocasión que renovamos el compromiso de seguir cooperando en los planes tendientes a mejorar la economía de esta zona de la República, mediante una más racional e intensiva explotación de los bosques y su industrialización con aserraderos modernos, el fomento del cultiva en mayor cantidad del café, la menta, soja, yerba-mate, ovillas, porotos, maíz, trigo y otros productos agrícolas cuyos cultivos representan mejores esperanzas y fuentes de recursos importantes.
Asimismo mi Gobierno está empeñado en mejorar la ganadería fuente importante de ingreso de divisas para nuestro país.
Mi Gobierno ha construido, para impulsar el adelanto del Departamento del Amambay, la Ruta 5 "General Bernardino Caballero" que une a Concepción con Pedro Juan Caballero y de esta ciudad con las Ciudades de Bella Vista y Capitán Bado. Se electrificó esta Ciudad, Bella Vista y Capitán Bado. Se instalaron aquí teléfonos automáticos conectados con la red internacional. Se modernizó y amplió la Delegación de Gobierno. Se construyo escuelas y se mejoró la atención de la salud de los habitantes del Departamento. La Municipalidad construyó plazas y adoquinó calles y avenidas.
Me place hacer resaltar que con la valiosa cooperación de la hermana República Federativa del Brasil se inauguró el Puente internacional sobre el Río Apa.
La Capital de este Departamento ofrece el espectáculo de un constante progreso. Sus actividades agrícolas, ganaderas y comerciales, son muy productivas, incidiendo notoriamente para ello su vecindad con la localidad brasileña de Punta Porá. Las dos poblaciones complementan sus energías creadoras en una encomiable relación de solidaridad, cooperación y amistad, simbolizando así el abrazo de dos naciones vecinas y hermanas.
Me honro en manifestar como una demostración clara de las garantías de que gozan los pobladores del Departamento del Amambay en sus vidas y en sus intereses, que la famosa picada del Chirigüelo ha dejado de ser refugio de maleantes, que en otras épocas hoy felizmente superadas diseminaban por ese lugar el terror con sus depredaciones, amparados por la impunidad.
Me complazco en destacar qué cada una de las concentraciones de colorados que se vienen realizando en diversas ciudades del interior de la República, son una verdadera fiesta del espíritu cívico de nuestro pueblo. Miles de correligionarios acuden a la cita de honor desplazándose desde todos los lugares de las respectivas jurisdicciones con fervor y entusiasmo y con la mirada de fe puesta en el porvenir. La salida del sol sorprende a esos exponentes de la democracia, rumbo a los lugares previamente señalados, con disciplina, orden y en perfecta armonía, con entusiasmo sin desbordes y con espíritu alegre sin abusos.
Otra es la imagen que presentan algunos opositores a mi Gobierno, que acumulan en su contra episodios sorprendentes de rencillas domésticas, protagonizando en lugares públicos lamentables hechos que rematan en tentativas de alarmante peligrosidad, entre personas que parecieron ser amigos hasta la víspera, herencia de resabios de otros tiempos, en que las divergencias políticas se resolvían a balazos y a puñetazos.
Bien sabéis correligionarios hasta qué punto de tolerancia y respeto, mi Gobierno es partidario de las libertades efectivas que consagra la Constitución Nacional vigente. El individuo y la sociedad gozan en efecto de todas las garantías legales dentro de un clima de paz y justicia. Respecto a los derechos individuales, todos son testigos de cómo la prensa opositora desarrolla sus actividades, formulando sus críticas al Gobierno y al Partido Colorado, muchas veces en términos que confunden la libertad con la licencia o el abuso.
La procacidad y la violencia de los órganos de oposición riñen con la democracia. La modalidad de nuestros opositores riñe con la ética periodística y con el orden público. En buena hora que vengan las críticas que aporten para mi Gobierno una colaboración efectiva.
No puede ser objeto de controversia por parte de nuestros adversarios, el hecho de que mi Gobierno se haya esforzado en practicar la democracia de un modo efectivo y real, mediante la capacitación del ciudadano para gozar de los derechos que le son inherentes en su calidad de persona.
Cabe destacar que a la poderosa masa de afiliados al coloradismo no le desorienta las dudas que afligen el ánimo de militantes en otras nucleaciones cívicas y tiene plena conciencia de cuestiones que como el orden, la paz y el trabajo, deben estar por encima dé estériles reyertas.
Entre los colorados que concurren a las concentraciones que están programadas a los efectos de tomar contacto con el pueblo en forma directa en ésta campaña relacionada con las próximas elecciones generales del 11 de febrero de 1973, surge una natural y espontánea corriente de simpatía y amistad, uniendo los espíritus en una unidad granítica, para seguir avanzando por el camino del progreso.
Con ese espíritu de convivencia y con esa disposición moral de mutuo y recíproco respeto, el coloradismo se apresta a depositar su voto en las urnas comiciales con la libre vocación que nos dejó como legado imperecedero el General Bernardino Caballero, ilustre fundador de nuestra gloriosa entidad cívica.
Al contemplar el bello espectáculo de las concentraciones del coloradismo, todos nos sentimos reconfortados en nuestros afanes por seguir adelante con nuestras obras de bien para la Patria.
En esta Ciudad de Pedro Juan Caballero, se afirma el pensamiento optimista que nos invade al visitar ciudades y pueblos del interior de la República, que están de pie en aras de sus nobles ideales de concordia, cooperación y progreso.
Un resplandor de triunfo surge ante la faz del país, con la gravitación de una mayoría ciudadana que es nuestro orgullo para el día de las elecciones a realizarse en la fecha señalada.
Entre aclamaciones de fe y de esperanza, se mueven miles de colorados y coloradas, en la búsqueda de un supremo objetivo. Ese objetivo supremo es la paz y el progreso, para forjar el desarrollo, incrementar la agricultura, la ganadería, la industria, la explotación forestal, con más escuelas, más puentes, más caminos, más colegios, más viviendas, más hospitales, más fuentes de energía, más producción para impulsar el comercio interno e internacional.
El inmenso poderío del coloradismo es el mejor aval de la democracia paraguaya. Es el mejor instrumento ciudadano para seguir levantando el nombre del Paraguay a través del prestigio de sus instituciones republicanas. Estamos seguros de que jamás hemos de defraudar las esperanzas que en nosotros deposita la Nación, porque estamos convencidos de que el símbolo del Partido Colorado, seguirá flameando airoso como tremoló en las manos del General Bernardino Caballero.
Venimos al Departamento del Amambay y a su Ciudad Capital de Pedro Juan Caballero en celebración de la paz de que goza el país entero. Venimos a exhortar a la ciudadanía a que concurra sin excepciones a las elecciones que se avecinan, para votar por los candidatos del coloradismo.
Todos los colorados y todas las coloradas estamos unidos bajo la bandera de la Patria. Para colocarme a la altura del heroísmo del pueblo paraguayo, me inspiro en el ideal del Partido Colorado, fuente inagotable de amor a la tierra que nos vio nacer. Todos juntos los colorados debemos sentirnos intérpretes de ese noble ideal, reflejado en las sagradas estrofas del Himno Nacional y del Himno partidario que escuchamos siempre con respeto y veneración.
COLORADOS - COLORADAS:
Para honrar a esta Ciudad de Pedro Juan Caballero, levantemos la mirada hacia el futuro y trabajemos sin descanso para nuevos emprendimientos.
Al agradecer profundamente a todos los colorados y a todas las coloradas del Departamento del Amambay por su entusiasta adhesión a mi Candidatura Presidencial para un nuevo período Constitucional, formulo mis mejores augurios de ventura y progreso para esta rica región de la República.