CONCENTRACION COLORADA DE MCAL. ESTIGARRIBIA
EL 25 DE NOVIEMBRE DE 1972
DISCURSO ALFREDO STROESSNER
EL CANDIDATO DEL PARTIDO COLORADO A LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA
POR EL PERÍODO 1973 - 1978
GENERAL DE EJÉRCITO ALFREDO STROESSNER
Se dirige al pueblo en la Gran
Concentración Colorada de Mariscal Estigarribia
el 25 de noviembre de 1972
CUADERNOS POLÍTICOS Nº 17
Publicaciones bajo la Dirección de la
Junta de Gobierno
ASUNCION - PARAGUAY
1972 (13 páginas)
CORRELIGIONARIOS - CORRELIGIONARIAS:
El coloradismo vive hoy otra jornada de singular relevancia en la marcha victoriosa hacia los comicios del 11 de Febrero de 1973 con esta importante concentración republicana que tiene por escenario la Ciudad de Mariscal Estigarribia.
Para mi espíritu de paraguayo y de soldado tiene un sentido de profunda y legítima emoción visitar estás tierras. En esta Región del país donde se forjó la heroica Epopeya de 1932 a 1935, se está también abriendo paso el empuje transformador, con que mi Gobierno edifica día a día la grandeza nacional. Nuestros afanes los dirigimos para impulsar su desarrollo y son el mejor homenaje que podemos rendir a quienes aquí combatieron por salvar la dignidad de la Nación en horas de dura prueba para su destino.
Nuestra presencia en este lugar hace propicia la recordación de los sitios históricos como Pitiantuta, Boquerón, Toledo, Herrera, Francia, Pampa Grande, Falcón, Pozo Favorito, Pozo Charcas, Pirizal, Nanawa, Mayor Avalos Sánchez, Centeno, Gondra, Sargento 1° Francisco Valinotti, Mayor Alberto Gatdell, Picuiba, Yrendagüe, Carreras Saguier, Yby-bobó, Carandayty,_Ñu Apuá, Agua Blanca, Cayguá, Lourdes,
Ybyraró, Curupayty, Tybypa, Camanindy, Machareti y el Parapití, que son capítulos gloriosos de la historia nacional que certifican a las presentes generaciones, el coraje inaudito del soldado paraguayo que por el honor imperecedero de su bandera fue protagonista de las más increíbles hazañas, como auténtico herederos del heroísmo de nuestros combatientes en la guerra contra la Triple Alianza.
Aquí resuenan todavía, en los oídos de los habitantes del Chaco, los ecos de las clarinadas que anunciaban al pueblo el triunfo del Ejército en Campaña, en su marcha hacia las legítimas fronteras de la Patria. El recuerdo de las hazañas de los guerreros que vestían el glorioso uniforme verde-olivo, me infunde nuevos bríos para que desde el Gobierno me proponga seguir sirviendo a mi pueblo, a mi Partido y a mi Patria, con todas las energías de mi espíritu.
Con profunda emoción de Presidente de la República y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación, me inclino reverente ante la tumba de los bravos guerreros que supieron cumplir con su deber, arrancando lauros a la gloria. Grande y generoso en hechos triunfales ha sido el desempeño del combatiente de la Guerra del Chaco; grande y generoso su indeclinable espíritu inmortal; grande y generoso su concurso sin retaceos y su lucha sin fatigas ni desmayos, para hacer honor al juramento de Vencer o Morir en defensa de la gloriosa enseña tricolor, legado magistral de los que cayeron en Cerro Corá nimbados con la aureola del supremo sacrificio, hasta la última extremidad de la resistencia humana, para asombro del Mundo.
Quedó así forjado a sangre y fuego otro bello capítulo de la Historia Nacional que la posteridad sabrá defender hasta la muerte si necesario fuere. El común destino que entrelaza a la Guerra del 701 con la Guerra del chaco, es un nuevo compromiso con la Patria, y nosotros los sobrevivientes de aquella heroica gesta, nos hacemos la sagrada obligación de seguir velando por la suerte de quienes en su calidad de combatientes, lisiados y mutilados lo dieron todo para que las futuras generaciones puedan mirar cara al sol, su futuro destino de grandeza y felicidad.
Me honro en decir que el Chaco progresa en el terreno de la civilización y de la cultura, cooperando en esa obra con mi Gobierno sus laboriosos habitantes, a quienes he venido a traer una vez más mi palabra de estimulo y de esperanza. Mi Gobierno está en presencia de emprendimientos importantes, que sólo eluden los incapaces, los fracasados y los derrotistas.
Mi Gobierno nunca se ha detenido en meras declaraciones abstractas sobre los problemas nacionales. Al pensamiento ha seguido la acción. De esta manera, hemos transformado el patriotismo de la guerra en el patriotismo de la paz. La paz es la virtud transformadora de que se vale el pueblo para impulsar el desarrollo. En relativamente corto plazo, hemos obtenido desde el mando Constitucional de la República resultados halagadores que alientan el optimismo.
Hemos superado la mentalidad de vencidos que caracterizaba a ciertos malos gobiernos del pasado, en relación a las dificultades que obstruían la marcha del país.
Expreso mi complacencia especial en este acto del coloradismo al manifestar que el Chaco es un factor poderoso dentro de la corriente de progreso que abarca toda la Nación. Hacia el Chaco estamos convergiendo nuestros esfuerzos y nuestros desvelos, teniendo siempre presente la titánica lucha librada por el soldado guaraní, cuyo arrojo no solo ha servido para dar brillo a la historia, sino también para que la posteridad recogiese la sagrada herencia forjada con sangre de héroes.
La Patria paraguaya se fundó en la sangre inmaculada de sus hijos, derramada en dos guerras internacionales, libradas en defensa de la soberanía y el derecho, la justicia y la libertad. El trabajo creador rinde con la contribución de los recursos naturales de que dispone, de sus industrias, de su ganadería, de su reserva forestal, de su agricultura, de su comercio y en especial la actividad de las Colonias Mennonitas, seguro de que esa es la mejor manera de honrar la memoria de los caídos por la Patria.
No se trata solamente de computar la producción en constante ascenso, sino de señalar que la vida del chaqueño apunta hacia el porvenir con fe y con firmeza patriótica, porque ahora sus pulmones respiran en un ambiente de paz orgánica y constructiva, en el que el trabajo es fecundo porque es energía creadora y en el que las realizaciones de mi Gobierno, se proyectan impulsados por los nobles ideales que alentó el General Bernardino Caballero, fundador del glorioso Partido Colorado, al que nos honramos en pertenecer.
El Chaco ha dejado de ser un sitio de reclusión de políticos proscriptos. Aquí se ha afirmado la noción de soberanía y el prestigio del hombre paraguayo dispuesto hoy a vencer obstáculos y a superar inconvenientes.
Me place afirmar en este magnífico acto de fervor partidario, que mi Gobierno deposita su máxima confianza en la cooperación patriótica de todos los paraguayos que habitan la Región Occidental y en la colaboración de las Fuerzas Armadas, que tienen en sus alforjas un inagotable manantial dónde inspirarse. Ellas si salen hoy de sus Cuarteles es para construir caminos, puentes, escuelas y no para participar en sangrientas e inútiles revoluciones fratricidas que sólo sembraron en nuestra Patria, miseria, luto y desolación.
Es justo destacar que resulta edificante y ejemplar la acción cívica de las Fuerzas Armadas de la Nación. Su valiosa contribución en ese arden específico ha quedado grabada en la conciencia pública, como testimonio de su alta misión de paz y de su noble vocación de servicio, que no reconoce decaimientos.
Hoy se suceden estas demostraciones de reafirmación colorada, en una democracia dinámica y constructiva que contrasta con los nefastos métodos del pasado en el que muchos gobiernos no supieron vencer nuestra situación mediterránea ni solucionar más urgentes problemas nacionales.
Expreso mi especial reconocimiento a todos los habitantes del Paraguay que me ofrecen su lealtad, su adhesión y su trabajo, como prenda de que seguiremos adelante en nuestro emprendimiento de labrar la grandeza del Paraguay. Cuando todas las voluntades se orientan hacia el porvenir luminoso de la Patria, saldrán triunfantes los intereses superiores de la sociedad. Esa es la alta expresión de la ciudadanía colorada dispuesta hoy como ayer a seguir siendo los factores humanos sin los cuales sería imposible el progreso nacional.
El idealismo sano y la esperanza son las poderosas palancas que movilizan en estas jornadas a miles de nuestros compatriotas que por ser colorados son auténticos paraguayos. La personalidad inconfundible de la Nación guaraní se refleja en el sacrificio, el trabajo y la firmeza del coloradismo, dueño de sus propios destinos para beneficio de la Nación entera.
Podemos estar orgullosos del momento histórico que nos toca en suerte vivir, porque el Paraguay es un oasis de paz, de democracia y de brillante porvenir. Jamás desde el gobierno hemos provocado conflictos ni desatado odios y rencores. No denominamos a los opositores como enemigos, sino como adversario como una demostración de que nunca usamos la tribuna partidaria para el insulto.
COLORADOS - COLORADAS:
He aceptado el honor y la gran responsabilidad de ser nuevamente candidato de nuestro Partido para ocupar la Primera Magistratura de la República a través de las elecciones generales a celebrarse el 11 de Febrero de 1973 y por el período Constitucional de cinco años a iniciarse el 15 de Agosto del año próximo. Mis energías se multiplican y se refuerzan con el fervoroso empuje de miles de afiliados que proclaman con vivas demostraciones de afecto y simpatía hacia mi persona, su disposición de seguir sirviendo a la Nación, teniendo como base el veredicto de las urnas comiciales y como bandera la paz y el progreso de la Patria.
Nuestra gran Asociación política nació para ser escuela de democracia y símbolo de patriotismo sin mancilla. Invoco estos pensamientos al ratificar mi fe ante esta gran concentración partidaria, a la que se han dado cita cientos de buenos colorados, con la presencia de los trabajadores, que son los artífices del progreso del Chaco y sus más firmes sostenedores, como lo son las Fuerzas Armadas de la Nación, fieles custodios de nuestra soberanía y de nuestra libertad.
En el Centro vital del Chaco, que es la Ciudad de Mariscal Estigarribia, que lleva el nombre del héroe conductor del Ejército en campaña durante la guerra librada en este grandioso escenario digno de nuestra Epopeya, declaro que me honro en ser el depositario de la confianza del Partido Colorado, en esta cruzada que estamos librando para labrar la felicidad del pueblo y que procuraré ser siempre digno, trabajando sin desmayos por los nobles ideales del coloradismo.
Os aseguro que continuaremos con nuestra política de paz, para seguir construyendo caminos, escuelas, hospitales, fuentes de energía, viviendas y otras obras vinculadas con el progreso general del Paraguay en la firme determinación de seguir siendo útiles a nuestra Patria desde el alto sitial que me ha señalado el pueblo.
El panorama alentador del desarrollo nacional se hace notorio en la ciudad que hoy nos acoge con generosa hospitalidad. Cuenta ella con una moderna organización en todos los órdenes de sus actividades. Se beneficia con un sistema de aguas corrientes y luz eléctrica. Funcionan aquí un Colegio Nacional, un Hospital, un Juzgado, pista de aviación con suficientes comodidades, y varias escuelas, la Sucursal del Banco de Fomento, así como el Seminario Menor a cargo de la Congregación Oblatos de María. Sus habitantes se dedican a la explotación forestal, a la agricultura y a la ganadería, con el respaldo de la acción gubernativa que se encarga de estimular todas aquellas iniciativas que propicie mejorar la situación económica y cultural.
Me place destacar que la Sexta División de Infantería no sólo cumple una función relevante como avanzada en la protección de nuestra soberanía, sino que también promueven sus componentes una encomiable acción cívica para bien de los pobladores chaqueños.
COLORADOS-COLORADAS:
Deseo señalar ante mis compatriotas, el comportamiento correcto e impecable de la enorme masa humana de la Asociación Nacional Republicana, Partido Colorado, que en sucesivas concentraciones multitudinarias celebradas en las Ciudades de Paraguarí, Concepción y Encarnación, demostraron a propios y extraños su madurez cívica, su decencia y su noble espíritu de paz, convivencia y respetuosa consideración hacia sus semejantes. En esas entusiastas reuniones reinó el fervor, la alegría y la vibrante expresión de amar a la tierra que nos vio nacer, como notas elocuentes que nos permiten afirmar que todo buen colorado es un buen paraguayo, dentro de un proceso de desarrollo qué debe ser objetivo prioritario entre otros que jalonan la marcha ascendente de la República hacia su felicidad.
El país ha tomado conciencia de que ningún ebrio, ningún incidente de orden personal, ha empañado estas magníficas concentraciones, de la que nos sentimos orgullosos.
En este magnífico acto de fe republicana, creo de mi deber señalar a la ciudadanía colorada que me siento sumamente honrado por haber sido proclamado por la Honorable Convención del glorioso Partido fundado por el General Bernardino Caballero, en el carácter de candidato Presidencial para el período 1973 - 1978. Esa nueva y espontánea demostración de confianza en mi persona, compromete todas mis energías, todo mi fervor nacionalista para seguir en el camino del trabajo constructivo y toda mi voluntad para seguir sirviendo con patriotismo y dedicación al pueblo de mi Patria.
Aseguro, una vez más, a todos los colorados y a todas las coloradas de toda la República que pondré al servicio de la paz, el progreso y la justicia, todo mi empeño de paraguayo y correligionario, para continuar impulsando el progreso del país en todos los órdenes de las actividades productivas y seguir así forjando con nuestros nervios, nuestros músculos y nuestros corazones, la brillante imagen del Paraguay de hoy, digno y altivo continuador del Paraguay de Francia, los López y Caballero, con la colaboración y cooperación de todos los colorados y coloradas, de los buenos paraguayos y de todos los extranjeros de bien.
Cumplo en dirigir este Mensaje de afecto y confianza en la férrea vocación cívica de quienes ostentan con orgullo el rojo pañuelo con la estrella blanca, símbolo augusto de un poderío electoral y partidario que es mayoría aplastante en los cuadros cívicos y democráticos del Paraguay y cuya gravitación en los destinos de la Patria se acrecienta más y más con la ingente y caudalosa incorporación de miles de nuevos afiliados hombres y mujeres, que depositan su juventud y su pujanza al pié de la Bandera Nacional a través del coloradismo inmortal.
COLORADOS - COLORADAS:
Os agradezco profundamente esta vibrante demostración de afecto que me brindan y exhorto a todos los correligionarios del Chaco a concurrir a las urnas comiciales el 11 de Febrero de 1973, para seguir siendo dignos de la democracia y del civismo nacional.