CONCENTRACIÓN COLORADA DE VILLARRICA
EL 14 DE ENERO DE 1973
DISCURSO ALFREDO STROESSNER
EL CANDIDATO DEL PARTIDO COLORADO A LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA
POR EL PERÍODO 1973 - 1978
GENERAL DE EJÉRCITO ALFREDO STROESSNER
Se dirige al pueblo en la Gran
Concentración Colorada de Villarrica el 14 de Enero de 1973
CUADERNOS POLÍTICOS Nº 21
Publicaciones bajo la Dirección de la
Junta de Gobierno
ASUNCION - PARAGUAY
1973
CORRELIGIONARIAS - CORRELIGIONARIOS:
Con esta importante concentración que se realiza en esta culta e ilustre Ciudad de Villarrica, el Coloradismo del Departamento del Guairá viene a brindar otro testimonio elocuente y magnífico de su fervor nacionalista y de su prestancia cívica con la que honra a la democracia paraguaya y sirve generosamente a los ideales del pueblo.
Vengo como Candidato de nuestra gloriosa Asociación política a la Primera Magistratura de la República, por el período 1973/1978, para expresar a mis correligionarios mi honesto pensamiento de Colorado consciente y firmemente comprometido con la causa de la libertad y el progreso que alienta al Paraguay.
Este entusiasmo popular que se evidencia en esta extraordinaria reunión política campeó en las otras concentraciones de la campaña electoral de nuestro Partido y hace posible que miles de corazones republicanos vibren con fe en los destinos de la Patria y ratifiquen su lealtad plena a los principios y a la conducta de nuestro Partido, que en función de Gobierno está forjando la grandeza nacional con decidida vocación de servicio.
Esta impresión grandiosa estamos recogiendo directamente, es la lógica cosecha de los afanes con que luchamos por la continua exaltación de los genuinos valores de la raza, del esfuerzo tenaz con que enfrentamos los obstáculos para que el país alcance la prosperidad que merece, de las conquistas transcendentales de la República que hemos puesto en marcha, buscando un desarrollo en paz y libertad, para que el hombre de esta tierra viva feliz en el marco de una sociedad con bienestar y justicia.
Con estas actos cívicos en los que se proclaman consignas de amor a la Patria, el Coloradismo demuestra la grandeza de su espíritu democrático y la pureza de sus postulados esenciales, porque emplea su poderío humano y anímico no como fuerza disolvente sino como fuerza edificante orientada hacia el bien del país, para enaltecer sus tradiciones y ser en la actualidad palanca de progreso y transformación, como intérprete fiel de las aspiraciones populares.
Hemos dado paz a la República y ella ha recibido ese bien como un patrimonio del que no se desprenderá jamás porque ya no quiere repetir las épocas dolorosas y negativas de luchas entre hermanos. Hemos cambiado el signo estéril del atraso por el adelanto sin pausas y la Nación hizo suya la decisión de avanzar hacia el porvenir no ya solo con esperanza, sino con realidades pujantes para que el Paraguay de hoy sea el anticipo de un Paraguay mejor y dignamente realizado en el ideal de la convivencia pacífica, de la civilización y de la cultura.
Hemos instaurado una democracia efectiva para bien de nuestra Patria, para el fortalecimiento de las instituciones republicanas consagradas por el Estado de Derecho que rige en nuestra tierra por imperio de la Constitución Nacional vigente, cuyo origen es legítimo porque se ha basado en el principio de la soberanía popular.
La democracia la defendemos y defenderemos con todas nuestras energías para que ella siga presidiendo el proceso de desarrollo que se registra en nuestro país y que solo niegan los que están cegados por la pasión o el fanatismo que les impide una visión clara de nuestra realidad. Ya no permitiremos que el pueblo sea un convidado de piedra. Ya no permitiremos que las masas caigan atrapadas por los cantos de sirena de los demagogos de profesión que en su afán de obtener votos lanzan promesas que jamás cumplirán porque carecen de ética, de sensibilidad y de capacidad, sin las cuales la política sólo es aventura de hombres sin escrúpulos.
El pueblo sabe discriminar. Por eso, conoce claramente quienes son los que bregan por su elevación moral, espiritual y material y quiénes son los que se oponen solapadamente a la realización de su felicidad. Esa es la razón por la cual el Coloradismo tiene una absoluta confianza sobre el resultado de los comicios próximos, a los que irá con la firme convicción de no haber perdido una sola oportunidad para trabajar por la prosperidad nacional.
El Gobierno ha construido y realizado importantes obras de cuya fecundidad y proyección histórica estamos orgullosos. No dejamos transcurrir el tiempo en la inoperancia ni en la anarquía que en otras épocas ponían la amarga nota del desfallecimiento espiritual y material, como si lo único que se buscase fuese la ruina de la República y que por fortuna no regresarán.
La mentalidad legionaria hemos aplastado con fe en la capacidad de trabajo de nuestro pueblo, en sus fuerzas morales, en su patriotismo y en sus virtudes cívicas, elementos estos de gran valor que son garantía de éxito seguro en la búsqueda de mejores días para la Nación, cuando se los acompaña con una política hecha con honestidad y espíritu laborioso como es la que practicamos los Colorados, fieles al mandato de la historia y a las esperanzas de la nacionalidad.
Realizo estas giras democráticas por el interior de la República con el convencimiento de que ellas son verdaderas jornadas de trabajo para todos los Colorados, hombres y mujeres, en cuyo espíritu se agitan las virtudes de nuestros mayores, legado que recogemos para ponerlo al servicio de la Patria. Considero necesario conocer previamente los problemas del país, para procurar resolverlos en la medida de nuestras posibilidades materiales, contando con la inagotable energía de nuestro heroico pueblo.
La próxima contienda electoral es de significativa importancia para la afirmación de las instituciones republicanas que tienen como fundamento la soberana voluntad del pueblo y dará una evidente mayoría a la Asociación Nacional Republicana, Partido Colorado.
Al honor de ser paraguayo y Colorado, nuestro glorioso Partido ha agregado a mi trayectoria cívica el de ser su Candidato para la Primera Magistratura de la Nación, por el período 1973-1978, y he asumido a conciencia esa responsabilidad porque me siento con energías suficientes como para seguir sirviendo a la Patria, con el concurso entusiasta y fervoroso de todos los Colorados y de todas las coloradas del país.
Un Partido es grande cuando grande es la misión que le toca cumplir en el ámbito interno y en la proyección externa de la vida de la Nación. Las posiciones directivas que los ciudadanos ocupan o llegaren a ocupar para la integración de los Poderes del Estado deben ser desempeñadas con claro sentido de esa misión, con disciplina y capacidad, como imperativos éticos de la propia conciencia y como resultado de un derecho y de un deber de alto contenido patriótico.
El Partido Colorado recibe de nuestros mayores un histórico legado. Ha acrecentado su poderío en la misma medida en que hemos ejecutado obras útiles desde el Gobierno, cuyo éxito puedo atribuirlo al perfecto acuerdo existente entre las necesidades reales del país y las gestiones emprendidas para solucionar los problemas. La política es por eso mismo en el pensamiento del Coloradismo, una cátedra de civismo, una escuela de dignidad y una postura de defensa de los fueros de la nacionalidad.
No es posible concebir el retorno a los hechos luctuosos del pasado, que ensangrentaron a nuestra tierra. No es posible admitir que regresen los viejos rencores en el ámbito nacional. Las actitudes retrógradas fundadas en ambiciones personales o de grupos minúsculos, sólo tienen como mentores a políticos fracasados que no se apean de sus caducos procedimientos divisionistas y anárquicos y que sólo exhiben antes la faz de la Nación sus malquerencias, sus recíprocos ultrajes y su carencia de una generosa y patriótica visión del futuro.
El encono, la ingratitud o el odio no deben prevalecer. Sancionaremos con toda la fuerza de la Ley la sedición, la subversión y los atentados criminales. Los abnegados y fervorosos Colorados y Coloradas del Departamento del Guaira, son a la par que todos los Colorados de la República, una muralla inexpugnable que se opondrá a las malas ideas, a las tentativas de alterar el orden público para manchar con ideas exóticas la convivencia cristiana que practicamos.
Mi visita a la ilustre Ciudad de Villarrica, es grata a mi espíritu, como las que he venido realizando periódicamente con anterioridad.
Esta mañana hemos inaugurado un Hotel, una terminal para ómnibus, un local Policial y un edificio para Maternidad.
Grande es el gesto de la Azucarera Friedman S.A. al donar un moderno Pabellón para la Maternidad, que costó la suma de Gs. 5.000.000, dotado con equipos e instrumental modernos.
Doy gracias como reconocimiento público en nombre de toda la Nación, por este gesto superior y privilegiado, que revela un profundo amor al prójimo. Todo el país se pone de pie en homenaje a este grandioso suceso.
Mi visita de hoy tiene como objetivo traer a esta gran concentración cívica mi cordial saludo a los Colorados de esta rica región que trabajan por la grandeza nacional. Siempre he sido sensible a los hechos heroicos forjados por el pueblo paraguayo a través de la historia. La Ciudad de Villarrica del Espíritu Santo, tuvo una agitada vida desde su nacimiento en 1576, a dos leguas de la costa oriental del Río Paraná. Acosada constantemente en su supervivencia, sus habitantes fueron trasladándose más hacia el Oeste hasta que en 1682 se establecieron cerca de esta bella serranía del Ybyturuzú, donde encontraron fértiles tierras, ríos caudalosos y arroyos cristalinos, en medio de bosques ricos en maderas, con un clima ideal benigno y saludable, que adquirió fama dentro y fuera del país.
Los guaireños tuvieron siempre un dinamismo militante en la creación y afirmación de la cultura. Las manifestaciones literarias fueron un generoso impulso de preocupaciones superiores y el ideal fue inspiración constante de poetas, músicos, escritores, artistas que prestigiaron celosamente sus orígenes de ardiente lucha contra la adversidad, en su largo trajinar por la geografía de la Patria. Sus hijos más preclaros irradiaron los frutos de su inteligencia con verdadero amor por la raza guaraní y por las excelencias de la tierra.
Mi Gobierno ha contribuido a la pavimentación asfáltica de la Ruta que une Coronel Oviedo con Villarrica, al mejoramiento del servicio de transporte del Ferrocarril Carlos Antonio López que une con la Capital y con Encarnación y estaciones intermedias, al estímulo permanente brindado a la industria de la caña de Azúcar, con más de la mitad de la producción azucarera del país a cargo de grandes ingenios y fábricas con modernas maquinarias, a su activo comercio, a su producción de vinos, alcohol, esencia de petit grain, maderas terciadas, curtiembres, aserraderos, al cultivo de maíz, legumbres, frutas, y demás productos del agro, en pleno progreso en las numerosas Colonias diseminadas en el Departamento del Guaira, así como al mejor funcionamiento de sus Oficinas de Correos, Telégrafos y Teléfonos.
Las experiencias realizadas en orden a la producción de esta región del país servirán para otros emprendimientos en el futuro, a las que mi Gobierno prestará su cumplida asistencia, para proseguir con su desarrollo.
En mis visitas regulares a Villarrica, he tenido la ocasión de valorar el alto rendimiento de su juventud estudiosa y con profunda satisfacción les he hecho entrega de sus títulos y diplomas, para estar así cerca de su misión de ser útiles a la familia, a la sociedad y a la Patria, y para exhortar a los futuros conductores del Paraguay a constituirse en el bastión inexpugnable del nacionalismo paraguayo de la democracia y de la libertad.
Rindo mi homenaje de afecto y simpatía a mis camaradas combatientes de la Guerra del Chaco que aportaron el vigoroso caudal de su heroísmo y de sus sacrificios para hacer posible la defensa de la dignidad y el honor de la Nación y me inclino reverente ante la tumba de quienes han pasado a la inmortalidad con la serenidad espartana propia de nuestros mayores en la gloria y saludo con el mayor respeto y admiración a sus familiares, y que tienen la consideración más alta de mi Gobierno.
Mi especial saludo a los luchadores del Coloradismo del Departamento del Guairá, depositarios del patriotismo del insigne General Bernardino Caballero y mi palabra de estímulo para los integrantes, Jefes, Oficiales, Sub-Oficiales y Soldados de la Segunda División de Infantería, que realizan una meritoria labor en cumplimiento de su sagrada misión.
CORRELIGIONARIOS:
Exhorto a todas las Coloradas y a todos los Colorados del Departamento del Guaira a concurrir con fervor a los comicios generales del 11 de Febrero de 1973, para depositar su voto en favor de los que han sido designados Candidatos de nuestro glorioso Partido.
La voluntad ciudadana, en las elecciones próximas hará sentir el peso de su abrumadora mayoría para la consagración de mi nombre para el honroso cargo de Presidente Constitucional de la República del Paraguay, para seguir cimentando la paz y la grandeza del pueblo.
La ciudadanía del país sabe que el caudal electoral de la Asociación Nacional Republicana, Partido Colorado, es esperanza y fe en el porvenir, seguridad en el trabajo y continuidad en la tarea de seguir labrando la prosperidad para todos los hogares del país. Estoy seguro de que el Coloradismo del Departamento del Guairá hará honor a su compromiso de seguir siendo custodio firme de la bandera que enarboló el General Bernardino Caballero.
Hago público mi profundo agradecimiento a todos los Correligionarios del Guairá por esta gigantesca manifestación de civismo que me brindan tan generosamente, en la certidumbre de que seguiré poniendo mis energías al servicio de nuestro glorioso Paraguay.