LIBERTO J. MUSSI: O MUSTO SIAM
Es un caudaloso Nilo de poesía. No sabemos si esto le viene de algún legendario poeta islámico, o es legatario de la fabulosa riqueza poética de Manuel Ortiz Guerrero, a quien él oyó cantar desde el alba de su vida, o es influencia de ese coloso azul, que airoso se yergue en el Este de su ciudad natal, Villarrica.
A J. Liberto Mussi, pese a su prosaica y absorbente profesión, no le falta tiempo para asistir al Templo del Olimpo, para impregnar su espíritu del delicado perfume de la poesía.
Sabemos que es autor de innúmeros poemas, pero no le gusta difundirlos en periódicos ni revistas, ni ceder a los amigos, que se los solicitan.
Esporádicamente revela sus producciones poéticas; en volúmenes salidos de su propio cuño. Lástima, lástima decimos, porque la poesía es, sin duda alguna, atributo de cultura general, y específicamente literaria, y que, quien posee el don divino de producirla, debería de difundirla con generosidad, por todos los medios, para que llegue a todos aquéllos, que desean enriquecer su saber, deleitar su espíritu y aplacar su sed de belleza y armonía, bebiendo en la fuente surtida con la imaginación creadora del artista.
No obstante, tiene dos libros publicados: SUSPIRO y ALFORJAS DE ENSUEÑOS y uno más por publicar, bajo el título de ANFORA DE BARRO. Ya quisiéramos conocer su contenido, porque estamos seguros de que su autor -en esta ocasión- nos pondrá en posesión de novedades deleitosas para el espíritu, sabiéndolo escalador incansable de la perfección, dada su inmensa riqueza interior.
De todos modos, J. Liberto lllussi, o Musto Siam, es desde hace mucho tiempo, desde la desaparición física del malogrado Ortiz Guerrero, el decano de los poetas guaireños, dentro de los que están más acá de aquella promoción anterior de vates guaireños, compuesta de Chamorro, Melgarejo, Ruffinelli, Ramos Giménez, J. Natalicio González y Ortiz Guerrero.
En este Parnaso damos a conocer bellos poemas de este inspirado poeta e hijo dilecto de la Villarrica contemporánea; que vio la luz en esta bendita ciudad guaireña, en 1922.
Fuente: EL PARMASO GUAIREÑO. Obra de ROMUALDO ALARCÓN MARTÍNEZ. Ediciones INTENTO. Asunción – Paraguay, 1987 (1ª edición – 407 páginas)