LUGO Y LA INSTITUCIONALIDAD DE LA REPÚBLICA.

Por EDWIN BRITEZ

Una forma rápida de destruir el gobierno de Fernando Lugo, y el de cualquiera, es seguir cometiendo los mismos errores de atribuir responsabilidades y culpabilidades al Gobierno de todos los males y problemas que soporta el país, a sabiendas de que en algunos casos las responsabilidades son compartidas.

Pongamos por ejemplo dos asuntos bien actuales y repetitivos: a.) la pobreza y b) la corrupción.

En el primer caso, el de la pobreza, se han logrado implantar slogans, como aquello de que el Estado es el mejor fabricante de pobreza. Ese argumento se ha posicionado de tal forma que ya nadie se atreve a pensar más que de esa forma, y cuando quiere hacerlo de manera diferente, lo más que consigue es agregar algo más aún a la misma idea básica en el mismo sentido: el Estado es el mayor y más eficiente fabricante de pobreza, por ejemplo.

Se coarta, se inhibe y hasta se hostiga al pensamiento de manera que ya nadie quiere enfrentarse a la corriente predominante. Queda prohibido plantear que si la fabricación de la riqueza es tarea básica de las empresas económicas, por qué echar la culpa de la pobreza de un sector importante de la población al Estado, y no también a las empresas privadas.

Se ha logrado demonizar al Estado, cuya esencia y naturaleza fueron tergiversadas y manipuladas desde un poder que estuvo de turno más de sesenta años, pero al mismo tiempo desde una ideología que décadas atrás buscaba privatizar todo para reducirla a su mínima expresión.

El Estado paraguayo estuvo demasiado tiempo en manos de gobiernos del mismo color, que llegó a deteriorarse institucionalmente a tal punto que fue imposible separar la frontera entre Gobierno, Estado y Partido. Esta situación, facilitada por la eternidad en el poder de un mismo partido, provocó la construcción del maniqueo slogan de que todo lo que sea del Estado es malo y todo lo que sea privado es bueno.

Así, la gestión pública no podía destacarse. Queda desprestigiada, deteriorada y herida, con el agravante de que siempre fue insuficiente y sin resultados esperados. Paralelamente, poca atención se iba prestando al mismo insuficiente resultado del sector privado, como fabricante de riqueza. Pasaron desapercibidas las prácticas especulativas del sector privado que ayudaron a profundizar la brecha entre ricos y pobres.

La hegemonía del poder facilitó que los políticos echaran impunemente mano a los recursos públicos como si fueran partidarios. De esa forma pasaron a ser políticos aquellos que tenían la oportunidad de extraer de las arcas los medios para sostener el clientelismo. El resto, quedaba para la fortuna personal.

Sin embargo, en la corrupción los políticos y los funcionarios nunca estuvieron solos. En una parte importante de la corrupción estatal siempre hubo una mano privada. No obstante, el maniqueísmo se encargó de instalar la percepción de que corrupción es sinónimo de políticos. Nadie habla de empresarios corruptos. A lo sumo, de evasores.

El punto de arranque del nuevo proceso es que tengamos claro que los problemas centrales de nuestro país, pobreza y corrupción, resultan de una situación compartida por el Estado y la Sociedad. Pretender que sólo Lugo o los políticos sean los responsables de ahora en adelante, es repetir la historia que ya conocemos.

El gobierno de la República establece las condiciones favorables para la creación de la riqueza, además de instaurar las políticas más apropiadas para la distribución equitativa de los recursos, de manera que los pobres y los miserables sientan igualmente los beneficios y no solamente aquellos que están en condiciones de pagar su bienestar.

El sector privado es el que produce riqueza, dentro de las condiciones impuestas, con reglas de juego claras. Cuanto más gana más invierte, cuanto más invierte más empleo crea. La forma más ordenada de distribuir la riqueza es el empleo.

Si esto lo tenemos claro, Gobierno y Sociedad, cada uno, debe hacer lo suyo.

El sector privado tiene la tendencia a pagar menos impuesto de lo establecido y a explotar más de lo tolerable los recursos naturales... y también los recursos humanos. Por ello necesita el control del Gobierno para que cumpla las reglas pactadas.

El Gobierno tiene la tendencia a la corrupción y a perdonar a quienes se involucran en ella. Por eso necesita igualmente un control cruzado entre los distintos poderes, pero por sobre todo un control social de la sociedad civil.

Los primeros grandes desafíos del próximo quinquenio son para el Estado paraguayo, lo que significa en resumen: Gobierno y Sociedad. En lo que respecta al primero, la gran responsabilidad será del nuevo Presidente, y en lo que corresponde a la sociedad, será a través de sus organizaciones y de sus líderes. Si tomamos la pobreza y la corrupción como los problemas centrales de hoy, y pensamos que corresponde solo al Gobierno la solución de ambos temas, podemos ir poniendo plazo al fracaso de Lugo.

De ahí que descubrir el andamiaje del sistema, la manera en que está estructurado, para luego trabajar por desarmarlo, son los verdaderos desafíos del gobierno de Lugo, lo cual no es poca cosa, porque el proceso de desarmarlo ofrece tentaciones. "¿Y esto por qué no lo dejamos tal cual?, más adelante seguramente nos será útil". Si esto llegara a ocurrir, es el comienzo del fin

De cualquiera manera, repitamos o no la historia, el nuevo Presidente tiene importantes tareas que realizar para "crear las condiciones" y las pasaremos a enumerar dentro del marco de la institucionalidad de la república.

1. DESMANTELAMIENTO DEL SISTEMA DE CLIENTILISMO POLÍTICO.

Este sistema es el que vuelve ineficiente al Estado desde el momento que éste funciona como una agencia de colocaciones para dar empleo, en la mayoría de los casos a personas sin capacitación suficiente y, menos aún, especialización.

El sistema no sólo opera con la distribución de empleo sino también de mercaderías, materiales, becas de estudios, facilidades burocráticas, tráfico de influencias, y todo lo que pueda significar favores políticos y electorales.

Será un reto para el nuevo gobernante que a los cargos públicos se acceda por concurso, pero la realidad al parecer no ve razones para cambiar un sistema que da vida a los partidos políticos.

¿Cómo podrá combatir los padrinazgos? No sabemos, menos aun después de escuchar argumentos como el de Carlos Riveros de que si el funcionario es capaz ¿qué importa que sea liberal y que tenga el padrinazgo de un parlamentario, por ejemplo?

2. CONSTRUCCIÓN DE UN ESTADO MODERNO Y EFICIENTE

Desmantelar el sistema prebendario y clientelar no alcanza. El aparato estatal cuenta con una arquitectura obsoleta. Hay superposición de roles y hay roles que se encuentran fuera de la estructura del Estado. Pero el desafío mayor para el futuro gobernante es hacer que el aparato funcione y dé resultados, para lo cual necesariamente tendrá que realizar transformaciones, reformas o como quieran denominarlas.

Ambos pasos, el desmantelamiento y la construcción o reforma, provocarán serias y complejas reacciones en la clientela, que luchará entre acomodarse urgentemente al nuevo Gobierno o preservar el sistema para cuando se presente nuevamente la oportunidad. Cualquiera sea la iniciativa de Lugo, la clientela resistirá.

3. INDEPENDENCIA DEL PODER JUDICIAL

Dentro del rubro de construcción de un Estado moderno y eficiente, ocupa un lugar destacado la independencia del Poder Judicial. Este es el único instrumento con el cual se puede poner punto final a la impunidad, la madre no solamente de la corrupción sino también de otro elemento de desestabilización de gobiernos, que es la mafia.

La mafia no solo liquida a quienes se interponen sino que también instala en el poder a quienes considera que pueden cooperar. Últimamente hubo importantes avances en el afán de mezclar mafia con política, con resultados sorprendentes.

Una justicia débil será incapaz de combatir inclusive las pequeñas mafias enquistadas en las propias instituciones del Estado, donde nacieron, se desarrollaron y se consolidaron.

4. SANEAMIENTO DE LOS ORGANISMOS DE SEGURIDAD DEL ESTADO.

Para que la justicia ordinaria pueda desempeñar su rol con eficacia es necesario que esté en consonancia con otras instituciones, especialmente con los organismos de seguridad: Policía Nacional y Fuerzas Armadas. La primera, especialmente, continúa muy mezclada con la delincuencia, por lo que necesitará de un profundo saneamiento interno. Las Fuerzas Armadas, por su parte, requerirán de una mayor profesionalización con provisión de mejor tecnología y no tanto de más presupuesto.

No debemos olvidar que estos organismos, al igual que la burocracia estatal, están altamente partidizados, coloradizados, si bien es cierto que las Fuerzas Armadas, por ejemplo, fue la primera institución en quitarse el pañuelo rojo del cuello para realizar una reingeniería institucional durante la transición.

5. GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA

Con un aparato estatal eficiente no alcanza para que el Paraguay pueda combatir a la corrupción y menos aún para aumentar su competitividad y aspirar a que disminuya la pobreza como resultado de un crecimiento económico. Será necesario construir alianzas estratégicas que permitan a Lugo gobernar de acuerdo con una hoja de ruta, que se supone debe ser consensuada por los líderes representativos de los distintas sectores.

La gobernabilidad política pasará mayoritariamente por las bancadas del Congreso y por las cúpulas de los partidos mientras que la gobernabilidad social pasará por las organizaciones campesinas y las centrales sindicales, donde los estatales ocupan un lugar preponderante. La gobernabilidad económica pasará preferentemente por las asociaciones de grandes productores, especialmente la de los ganaderos y sojeros, así como banqueros y grandes importadores.

No se debe perder de vista que Lugo ganó con el apoyo de una alianza donde el voto liberal le dio la mayoría suficiente para triunfar. No es necesario ser adivino para vaticinar un inmediato roce con los liberales primero y con el resto de la alianza, después.

A corto plazo también nacerá la tentación de proponerle un partido propio o el cambio estratégico de aliados, lo que significará su primer reto en materia de gobernabilidad interna, algo que en los primeros años será de bonanza absoluta, y que ineludiblemente cambiará a partir del tercer año de Gobierno, excepto que los resultados sean altamente beneficiosos para la generalidad.

6. ESTADO SOCIAL DE DERECHO

Es aparentemente un capítulo demasiado amplio para colocarlo como un desafío del próximo Gobierno. Sin embargo, si nos detenemos a pensar sobre la evolución de la democracia en el Paraguay, veremos que existe una especie de abandono del ideal de un Estado Social de Derecho.

Los propios gobernantes no resisten la tentación de transgredir con sus actos el marco legal de la nación y ocurre lo propio con los ciudadanos comunes. De la conjunción de ambas situaciones se ha logrado un país donde ni los habitantes ni sus autoridades tienen conciencia de la necesidad de acatar la ley y además de someterse a la interpretación de la misma, por uno de los poderes del Estado.

7. TRANSPARENCIA, CONTROL Y RENDICIÓN DE CUENTAS

Otro capítulo es que las autoridades actúen con la mayor transparencia, sobre todo cuando deben tomar decisiones que implican gastos, inversiones, o que involucren beneficio o perjuicio para los grandes intereses que se mueven en torno al poder.

En este punto será fundamental el respeto e inclusive el fomento de la libertad de prensa y de expresión. La gente que lo ve a Lugo como un representante de la izquierda entiende que los medios de comunicación constituyen un problema para un Gobierno revolucionario, "pues están en manos de una oligarquía conservadora y reaccionaria".

Lugo se hizo eco de esta manera de pensar pero se desdijo durante la campaña electoral: Veremos si en función de Gobierno no vuelve por lo mismo, o si opta por considerar a los medios como aliados para la transparencia y el control de las gestiones.

Las tentaciones del poder son varias y fuertes. Los sucesivos gobiernos colorados demostraron científicamente que los actuales controles institucionales son insuficientes, ni siquiera dejando en manos de la oposición a la Contraloría General.

En cuanto a la rendición de cuentas, parece un capítulo pasado de moda. Lo primero que los políticos tratan de eludir es la declaración jurada de bienes y ni hablar de los resultados de sus gestiones en cumplimiento de mandatos populares.

Para que la transparencia, el control y la rendición de cuentas sean partes importantes de la nueva gestión de Gobierno, Fernando Lugo necesitará reforzar la Contraloría y la Fiscalía y también fomentar la creación de mecanismos en la sociedad civil para que cumplan el rol de contralores efectivos.

8. APEGO A LA CONSTITUCIÓN

El gran reto que tiene Lugo es demostrar que se puede gobernar respetando la Constitución Nacional. Tal vez este capítulo no le arroje muchos resultados para la solución de los problemas centrales del país, pero si logra hacerlo será una contribución importante a la didáctica política.

Sin embargo, los primeros pasos son de dudas. Lugo debe tener la mejor intención del mundo de gobernar de acuerdo estrictamente con la Constitución, pero de entrada ésta ya le parece ambigua en lo que respecta al problema de la tierra. De ahí a justificar las ocupaciones de tierras, hubo un corto paso, que a la clase política conservadora no le cae en gracia, menos aún a la clase empresarial terrateniente.

Respetar la Constitución ha sido la dificultad constante de los gobernantes de turno en esta transición de 1989/2008. Por tanto, en la agenda de Fernando Lugo está marcada como prioridad, la reforma constitucional para que pueda encarar programas sociales de mayor agresividad en favor de las familias campesinas.

Pero los políticos tienen claro una cosa: este hombre llegó a la política pero no llegó para quedarse, si bien cumplió el rol que ningún político de oposición pudo hacer

(Echar al Partido Colorado). Eso sí, están conscientes de su legitimidad y de la popularidad que le otorga el hecho de ser ganador, por lo cual no están dispuestos a correr riesgos en ninguna aventura que podría dejar salir el tiro por la culata.

Por algo los presidentes de otros países con legitimidad de origen, lo primero que quieren tocar es la Constitución, de manera que les permita construir una base de apoyo y si es posible buscar la reelección. Pero yo no creo que Lugo aspire a la reelección, lo cual no significa que no la busque.

En casi todos los casos de reelecciones, más allá del límite que establecen las constituciones, los beneficiarios no necesitan mover un dedo para que se hable de reelección. De ello se encarga el entorno, que casi nunca se conforma con una sola vez y busca muy pronto que el líder repita el período.

En el caso concreto de las tierras cultivables, Lugo se verá tentado a establecer límites más estrictos al latifundio y encontrará que para ello necesita reformar la Constitución, pero este asunto de tocar la Carta Magna no creo que sea del agrado de los liberales, porque al modificarla será inevitable considerar el tema de la reelección.

Por un elemental principio de malicia, nadie debe decir: este hombre no irá detrás de la reelección; tampoco debe pensar que si alguna vez Lugo dice "termino esto y me voy a casa", sea obligatorio creerle. De modo que los liberales actuarán con prudencia frente a la posibilidad de una Constituyente, y creo que Federico Franco será el principal oponente a la idea, porque se considera con suficiente derecho de ser el siguiente en el sillón presidencial, y por las dudas es mejor no tener la figura de la reelección hasta tanto Lugo no esté de vuelta a su casa.

La montaña de expectativas que se armó con la presidencia de Lugo ha hecho que el hombre tenga solo dos opciones en el Gobierno: éxito o fracaso. Si el resultado es el primero, el entorno moverá cielo y tierra para buscar la reelección, lo que al Partido Liberal no le parecerá muy buena idea.

Si la gestión de gobierno de Lugo resulta un fracaso ó tan solo sea motivo de una polémica, entonces sí el Partido Liberal tendrá interés en una constituyente para instalar entre otros el tema del balotaje.

FUENTE:

LOS DILEMAS DE LUGO – ANÁLISIS INÉDITOS

COLECCIÓN SOCIEDAD Y POLÍTICA

de EDITORIAL EL LECTOR,

Director editorial: Pablo León Burian.

Coordinador editorial: Bernardo Neri Farina .

www.ellector.com.py

Asunción-Paraguay 2008

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PRESENTACIÓN

La Editorial El Lector ha reunido a una docena de periodistas y escritores, agudos observadores de la realidad nacional, para analizar el escenario que encontrará el Presidente Fernando Lugo al asumir la primera magistratura del país luego de su impactante victoria electoral del 20 de abril del 2008.

LUIS BAREIRO, periodista de ABC Color, Canal 13 y Radio Cardinal; EDWIN BRÍTEZ, columnista y editor de la sección Internacionales de ABC Color, ANDRÉS COLMÁN GUTIÉRREZ, analista y referente esencial del diario última Hora; NATALIA DAPORTA, especialista en temas educativos en ABC Color; Marta Escurra, editora de la Revista Dominical de ABC Color; BERNARDO NERI FARIÑA, periodista y escritor; LUIS MARÍA FLEITAS, ingeniero agrónomo y colaborador de ABC Color en temas energéticos y ambientales; PEDRO GARCÍA, nombre insoslayable en el periodismo deportivo y redactor de última Hora; ALCIBÍADES GONZÁLEZ DELVALLE, maestro del periodismo nacional, columnista y editor del Suplemento Cultural de ABC Color; ROBERTO PAREDES, periodista y escritor; FRANCISCO PÉREZ-MARICEVICH, escritor, MABEL REHNFELDT, periodista de investigación de ABC Color, conductora de programa en Radio 1° de Marzo, y JUAN AUGUSTO ROA, corresponsal de ABC Color en Itapúa, fueron convocados por esta editorial para escribir el presente libro que será una contribución sumamente valiosa no sólo para Fernando Lugo, sino también para toda la ciudadanía.

En estos textos inéditos, elaborados exclusivamente para este volumen, hay una gran carga de experiencia y un profundo conocimiento de lo que pasa en el país y de lo que percibe la ciudadanía respecto al singular cambio que comenzamos a vivir el 20 de abril del 2008.

Este es otro notable emprendimiento bibliográfico que enorgullece a la Editorial El Lector.

No es un título más. Es nada menos que una visión ecuánime y honesta desde la prensa, desde la responsabilidad profesional de doce figuras del periodismo paraguayo reunidas para analizar el paso de una situación a otra, e investigar los conductos factibles para el cambio real que tanto anhelamos y que esperamos se plasme por fin. – PABLO LEÓN BURIÁN. EDITOR

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ÍNDICE

·         POBREZA, DESEMPLEO, TIERRA E INVERSIÓN PÚBLICA - LUIS BAREIRO

·         LUGO Y LA INSTITUCIONALIDAD DE LA REPÚBLICA - EDWIN BRÍTEZ

·         ¿QUIÉN LE PONE EL CASCABEL A LA MAFIA EN LA TRIPLE FRONTERA? - ANDRÉS COLMÁN GUTIÉRREZ

·         EL ESCENARIO EDUCATIVO: CAOS, INEFICIENCIA, CORRUPCIÓN - NATALIA DAPORTA

·         CONTRAPODER: NI PRENSA AMIGA NI ENEMIGA - MARTA ESCURRA

·         LA REFORMA AGRARIA Y LA CRISIS MUNDIAL DE LA COMIDA - BERNARDO NERI FARIÑA

·         ENERGÍA Y MEDIO AMBIENTE - LUIS MARÍA FLEITAS

·         EL DEPORTE MERECE PELOTA - PEDRO GARCÍA GAROZZO

·         ¿CUÁNTAS SERÁN LAS SORPRESAS PARA LUGO? - ALCIBÍADES GONZÁLEZ DELVALLE

·         FORTALEZAS Y DEBILIDADES DE FERNANDO LUGO - ROBERTO PAREDES        

·         LA CULTURA COMO REALIDAD POLÍTICA Y SOCIAL - FRANCISCO PÉREZ – MARICEVICH

·         MIL Y UN DÍAS DE CORRUPCIÓN. PEQUEÑA GUÍA PRÁCTICA PARA LUCHAR CONTRA ELLA - MABEL REHNFELDT

·         ITAPÚA: ENTRE EL PRIMER MUNDO Y LA EXTREMA POBREZA - JUAN AUGUSTO ROA

IDEAS FUERZA DE ESTE LIBRO

EPILOGO

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EPÍLOGO:

Decía Jorge Luis Borges que los libros no debieran tener prólogo sino epílogo, pues nadie analiza una obra antes de leerla. En ese contexto va este cierre.

Las ideas expuestas aquí tienen la cualidad de ser puras, no contaminadas con ninguna segunda intención ni sesgadas por intereses personales, políticos, ideológicos o dogmáticos. Pueden ser equivocadas, cómo no. Pero con seguridad, son sinceras.

Estos escritores son periodistas de alma, de oficio y de profesión. Son gente acostumbrada a escuchar a la gente, y por ello su propia percepción está nutrida por la percepción diversa de un público diverso. Y eso enriquece su conocimiento de la realidad.

He aquí una ventaja del periodista sobre el político. Éste, en su legítima búsqueda del poder, generalmente pierde la noción de la verdad al encerrarse en sus propias obsesiones y sus particulares intereses, o al tratar de acomodar la realidad a su privativa concepción de los hechos, con lo que su visión queda distorsionada y alejada de las necesidades ciudadanas.

Quienes concebimos, elaboramos y editamos este libro, unimos nuestro anhelo de país al que creemos es el de la inmensa mayoría de los paraguayos y las paraguayas. Hay un Paraguay que debemos construir juntos. El Paraguay serio, institucionalizado, libre, habitado por ciudadanos y no por súbditos, confiable, predecible, eficaz, honesto, culto, respetable, respetuoso y respetado; productivo, creativo, optimista, exigente consigo mismo; proactivo ante el futuro, soberano y digno; altivo en su identidad particular y solidario en su inserción en el mundo. Un país donde la excelencia sea una constante aspiracional y concreta, donde la eficiencia se haga tradición, donde hacer bien las cosas sea una costumbre cotidiana.

Este Paraguay es el opuesto al que tenemos hoy. Un Paraguay donde priman los deshonestos, los sinvergüenzas, los mediocres, los incapaces, los ineptos, los traficantes de maletines y de influencia; los políticos voraces, los violadores de la Constitución, los vendedores y compradores de conciencia, los coimeros y los coimeados, los estafadores, los criminales que se roban la leche, la galleta y los libros de los niños; los que se enriquecieron a costa del empobrecimiento de la educación, la salud y la dignidad de la ciudadanía; los funcionarios públicos convertidos en potentados sin pudor; los que hurtan los medicamentos de los hospitales públicos, los que cobran y pagan por caminos que no existen, los que malgastaron nuestras riquezas naturales, los que mercaron con la soberanía nacional.

El 20 de abril del 2008 hubo un voto ciudadano consciente y maduro, que eligió el cambio. Si el gobierno electo no inicia el proceso evolutivo para revolucionar el contexto actual del país, simplemente cometerá un acto de traición a la confianza de la gente.

Pero hay otro aspecto insoslayable. Ningún cambio radical se dará en el Paraguay, si paraguayos y paraguayas no adoptamos la condición de ciudadanía, es decir, la de seres conscientes, racionales, cumplidora de sus obligaciones y preservadores de sus derechos, miembros plenos e igualitarios de una comunidad nacional.

Al mismo tiempo de exigir al Gobierno, exijámonos nosotros. Asumamos nuestra responsabilidad particular en el ámbito en que nos toque actuar. Así será más fácil reconstruir el Paraguay. - BERNARDO NERI FARINA. Coordinador editorial