EL TEKOPORÃ DE LOS YPYKUÉRA

  Por SERGIO CÁCERES MERCADO

sergio209@lycos.com

Cuando se está en campaña política todo vale, al menos en el discurso. Ahora el candidato a vicepresidente del cartismo, Luis Gneiting, empieza a hacer propaganda del oficialismo diciendo que el noventa por ciento de los indígenas están incluidos en el programa Tekoporã de la Secretaría de Acción Social (SAS). Tenemos serias dudas de si a este señor alguna vez le importaron los indígenas, pero el proselitismo actual seguro lo convirtió en un luchador por los derechos de estas minorías desfavorecidas.

Por supuesto, el candidato exagera en la cifra, pero también es cierto que durante el cartismo la cobertura de Tekoporã para con los indígenas aumentó considerablemente. Esto significa que dicho programa tiene sentido y no es, como muchos que ahora están en el cartismo afirmaron, una forma de crear clientelismo político y desincentivar la iniciativa hacia el trabajo. El programa de incentivo condicionado de la SAS tiene bien fundamentada su implementación y tales razones le permiten sobrevivir, aunque ideológicamente muchos dentro de este gobierno lo quisieran eliminar.

Sin embargo, en lo que a los indígenas se refiere, lejos está la SAS de solucionarles los problemas más urgentes. La sociedad paraguaya tiene una deuda demasiado grande con ellos que Tekoporã no puede cubrir jamás. Como los pobladores más marginados en nuestra nación, han sido víctimas de los políticos inescrupulosos, como el que ahora los menciona en su campaña buscando votos. No hay que olvidar que han sido siempre olvidados en las políticas públicas serias y solo han recibido migajas desde el Estado.

El problema territorial es uno de los tantos que atosigan a las miles de familias a lo largo del Paraguay. En realidad es un elemento central dentro de una problemática mucho más compleja que nunca fue realmente atendida por ningún gobierno. El haber sido despojados de sus tierras acarrea una serie de consecuencias que los han ubicado últimos en la escala de desigualdad social en este país nuestro que ya es un campeón en dicho rubro.

Los problemas de salud que se dan en la miseria son cuantiosos, y se agravan en el estado de abandono en el que las comunidades sobreviven. El hambre los empuja a los cinturones marginales de las grandes ciudades, dejándoles solo la opción de la prostitución y la drogadicción. Qué lejos están de esa imagen de ñande ypykuéra que antes nuestros poetas e historiadores querían darnos de ellos.

Es indignante verlos a la vera de los caminos sin un lugar donde poder vivir con dignidad, y más indignante cuando empiezan a ser manipulados por nuestros políticos de cuarta cuando empieza la cacería de votos. Muchos van perdiendo su identidad lingüística y cultural, pero lo peor es que la gran mayoría no sabe qué les depara el futuro en este país cada vez más injusto y donde el tekoporã ya no es lo que alguna vez fue.

Fuente: ULTIMA HORA (Online)

Sección OPINIÓN

Lunes, 28 de Agosto de 2017 - 02:00

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