MARILUHT LLUIS O’HARA
Poco antes de comenzar la década de los 60, el hogar de los Llius O'Hara se vio bendecido con la llegada de su primer hijo, una hermosa niña, que desde el comienzo sorprendió a propios extraños por su belleza y alegaría.
Lo primero fue deteriorándose con el paso del tiempo, pero lo segundo persistió a pesar de los años y los golpes de la vida.
Mujer inquieta e inconforme desde siempre, empezó varias carreras, buscando ese algo que la vida le tenía destinado. Lo cual la llevó hasta Madrid, España, a estudiar turismo. Carrera que, por supuesto, fiel a su costumbre, no terminó.
Ya con la juventud dejarla, decidió estudiar Periodismo y aunque tampoco terminó la carrera faltándole solo unas materias para ello, fue en este campo donde encontró lo que realmente quería y sabía hacer (por lo menos es lo que ella opina. Siempre tuvo un alto concepto de sus propias capacidades aún teniendo abuela).
Incursionó en todas las formas del periodismo nacional. Tanto en diarios, como en radio y televisión, conseguía, al poco tiempo, ganarse el respeto de sus jefes, quienes la consideraban lo suficientemente capaz como para darle tareas de responsabilidad y espacio importantes para emitir su opinión. Este respeto nunca le duró demasiado tiempo y su historia dentro de los medios de comunicación se limitan a un ascenso meteórico, seguido de una caída estrepitosa.
Así pasó por la redacción del Diario Noticias, que marca el inicio de su conflictiva y nunca aburrida carrera. De ser responsable de la cobertura de una de las cámaras del Congreso, pasó a convertirse en secretaria de Redacción (la primera en la historia de ese matutino) y columnista.
En ese tiempo también consiguió espacio en televisión (por poco tiempo) en el programa periodístico “Cuatro por uno”, en donde fungía de co-conductora con otros tres destacados periodistas, hombres todos. En Radio Cardinal condujo por algunos años el programa “Hablando claro”. De tinte netamente político.
Como ocurre con muchos romances, el suyo con la Red Privada de Comunicación llegó a su fin en su forma estrepitosa u tuvo que juntar sus petate, “separando en tuyo y mío lo que fue nuestro”, y marcharse con su música a otra part. Aunque le costó encontrar otro sitio. Lo cual le enseñó la invalorable lección de que ella no era la divina guayaba.
Esta historia se repitió en el Diario Extra (sigue considerándola como su mejor experiencia), El Día , Radio Uno y, finalmente, en Radio Primero de Marzo, el lugar en el que le permitieron emitir estos comentarios. Pero que nadie piense que es una perseguida política. Este argumento queda absolutamente eliminado con su última experiencia periodística. A ella la despiden hasta los peloteros, claro, no cualquiera, sino el número uno del mundo. José Luis Chilavert también sufrió los “arrebatos” de esta mujer, y pobrecito él, logro que la despidan de una revista, donde fungía de editora general.
Lo cierto es que en este momento, aunque sigue presentándose como periodista, no tiene ningún rincón serlo, pero no se resigna.
Este es su primer libro. Ella asegura que no será el último, aunque esto solo se lo creen su mamá y su editora.
Fuente: Y NO PUDIERON CALLARME… (COMENTARIOS EMITIDOS EN RADIO PRIMERO DE MARZO – MARZO 1998 a DICIEMBRE 1999) – Por MARILUHT LLUIS O’HARA, Editorial Servilibro, Asunción-Paraguay 2001 (201 páginas).
