Ay, si pudiera sentir como entonces
aquellos tus besos tan llenos de amor, mi bien,
la ternura que trajo a mi alma,
los dulces momentos de aquella ilusión fugaz.
Hoy muy solo y sin fe
yo voy buscando en mi canto consuelo
que alivie las penas que sufro por ti.
Déjame con mis penas
porque te evoco y vuelvas
fingiendo y mintiendo a lo más puro de mi amor.
Déjame con mis penas.
Ay si pudiera olvidar los caminos,
ingrato destino que hicimos los dos ayer
volviendo a mi alma la dulce espera de encontrar un día
su tierno y primer amor.