Portal Guaraní - MIL Y UN DÍAS DE CORRUPCIÓN - MIL Y UN DÍAS DE CORRUPCIÓN

Llevo casi 20 años conviviendo con "la corrupción nuestra de todos los días". La he visto crecer, elevarse y agigantarse; inventar mil y una ideas para quedarse con el dinero ajeno. Ha hecho con gran astucia algo que muchos empresarios de la "patria contratista" hicieron en el país luego de la caída de la dictadura stronista: se ha ido rediseñando para recaudar más, peligrar menos y vivir mejor. Las formas han ido dibujándose desde los más clásicos sobornos, extorsiones y coimas pasando por tráfico de influencias, malversaciones y simplemente vaciamientos de fondos estatales. Se ha llegado a límites que hubieran sido casi impensables en tiempos en que hasta los ladrones tenían un código: no meterse con la leche en polvo para pequeños desnutridos. O con los kits para niños escolares humildes. O los combos de partos para las embarazadas pobres.

La corrupción no perdonó una a la democracia. Y aunque sea una ironía, es al amparo de las instituciones "democráticas" donde mejor ha sobrevivido y se ha fortalecido. Es aquí donde ha notado que no tiene límites y donde las palabras "impunidad" y "opareí" han hallado su definición.

Esta guía no es científica ni rigurosa. Está apenas basada en la experiencia de golpear puertas que nunca se abrieron para transparentar, porque estaban preparadas para encubrir; es la experiencia de intuir cuáles son las ventanas que se pueden abrir, y que en caso de que lo hagan, pueden revelar las historias de "mil y una noches -y días- de la corrupción".

Mi guía práctica tiene apenas 10 pasos y está basada en cuestiones concretas que pueden ayudar a hacer el milagro de disminuir los robos en el sector público.

Todos los países lo tienen, pero el mejor ejemplo es el portal de Brasil (www.brazil.gov.br) y es también bueno el de Argentina (www.argentina.gov.ar). Las instituciones públicas que componen el Estado aparecen todas con sus páginas online, donde pueden hallarse datos que van desde sus principales autoridades y responsables pasando por las publicaciones de sus Planes Anuales de Contrataciones (PAC) hasta llegar a las ejecuciones y resultados.

Tanto Brasil como Argentina permiten hacer trámites en sus páginas de Gobierno Electrónico, desde orientarse hasta ejecutar acciones.

En el Paraguay algunas instituciones públicas tienen páginas obsoletas, vetustas, que en realidad nada dicen porque no quieren transparentar aunque reciban una gruesa porción de dinero anual por mantener portales en Internet. Otras instituciones directamente son más auténticas y ya ni siquiera aparecen. La página de la Secretaría Nacional Antidrogas es un ejemplo de página que existe pero solamente para justificar las razones de su existencia, ya que usan las páginas digitales solamente para subir sus cuestiones estatutarias.

Otro ejemplo es la página de la Abogacía del Tesoro. Tiene un listado muy primitivo de empresas con característica de Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL) o empresas con características de Sociedad Anónima (SA). El listado es tan básico que cuando hay casos de homonimia figura una sola empresa. No tienen ni siquiera direcciones, mucho menos accionistas o directores ejecutivos.

Todos los entes públicos, sea cual fuere su naturaleza, deberían tener listadas sus actividades, métodos de reclamos, revisiones de sus operaciones administrativas y hasta sus contratos públicos. ANDE, COPACO, ESSAP deberían encabezar páginas dinámicas online que permitan a la gente monitorear su funcionamiento, planes y hasta la posibilidad de hacer reclamos y pagos desde una computadora.

Sé positivamente que hay fondos que fueron estipulados para crear la red del Gobierno Electrónico. Los fondos -hasta donde se sabe- si fueron usados no lo fueron para crear esta red pública de control ciudadano.

Las chapas del Registro del Automotor, los bienes inmobiliarios del Registro de Propiedades deberían figurar en listados públicos que hoy día están disponibles en la mayoría de los países para facilitar la transparencia a sus ciudadanos. Todos los entes públicos deberían subir sus PAC anuales, sus contrataciones, sus ejecuciones y un pequeño balance fácil de digerir para la ciudadanía.

Pensé mucho si no debería ser éste el primer punto a fortalecer dentro del próximo Gobierno: donde más se roba es en los contratos del Estado con el sector privado.

Y para bailar esta polca se necesitan dos: un funcionario público y un empresario privado, ambos corruptos.

Si la prensa paraguaya ha logrado parar irregulares licitaciones multimillonarias adjudicadas (caso del Megahospital del Trauma por valor de 20 millones de dólares o adjudicaciones del ex ministro asesor económico de Nicanor Duarte Frutos); si hemos podido detener actos poco claros en varias instituciones públicas -desde ministerios hasta entidades mixtas- ha sido gracias al portal de Contrataciones Públicas, la única razón por la cual felicitaría a Nicanor Duarte Frutos. Salpicado por denuncias de contratos irregularidades de un primo y una publicitaria que se le adjudicaba, Duarte Frutos tomó una actitud arriesgada: con su firma, resolvió autorizar a Contrataciones Públicas para no sólo monitorear adquisiciones del Estado, sino también para verificar las ejecuciones.

Vale recordar queda página digital no registra todas las operaciones sino apenas desde el 2004, fecha en que se puso en vigencia la ley. Licitaciones, adjudicaciones directas, compras directas por vía de la excepción, concurso de precios. Todo.

A) Modernizar la Ley, que autorice a esta institución a reglamentar procesos sin tener que recurrir para cada caso a hacer una nueva ley.

B) Fortalecer el equipo auditor de ejecución de contratos. No basta sólo mirar cómo se efectúa los procedimientos, es necesario hacer una verificación de la ejecución de los contratos que es la principal cueva de los ladrones.

C) Es necesario fortalecer el sistema informático (tanto en las contrataciones como en las ejecuciones de los contratos). Deberían proveerse todas las tecnologías y medios necesarios para lograr una página sólida, segura, clara de operar y que no tenga informaciones contradictorias ni vacías.

D) Fortalecer el contenido de la Guía Pública de Proveedores del Estado que ya está en proceso. Allí deberían poder verse a todos y cada uno de los proveedores estatales, montos históricos de sus contrataciones, calificaciones en sus cumplimientos, historiales, entidades públicas a las que han proveído y todas las informaciones necesarias sobre sus propietarios, direcciones, cumplimientos tributarios y especialidades.

E) Iluminar los agujeros legales que hoy día impiden que Contrataciones tenga poder de revisión, denuncia y castigo, y el más importante,

F) que opere la Secretaria de la Función Pública como debe. Contrataciones ha inhabilitado a 64 empresas del sector privado pero no hay un solo funcionario público despedido por corrupto.

Antes que me diga que el acceso a la información pública está garantizado por la Constitución, déjeme recordarle que está garantizado pero no reglamentado. Una pequeña trampita gracias a la cual nada de lo que usted pregunte será contestado (a menos que ellos lo quieran). Si viviera en Suecia y se lo propusiera, una carta que esté destinada al Primer Ministro sueco puede ser abierta por usted antes que él mismo. Es el acceso garantizado y reglamentado por la ley de ese país. En varios estados norteamericanos es posible hallar los registros de todas las empresas privadas, sus accionistas, ejecutivos, rubros y hasta documentos originales. En otros estados se puede ingresar a direcciones y se puede ver con mapas satelitales que muestran hasta qué cantidad de baños y cuartos tiene una mansión. Varios estados tienen acceso público a los números de chapas de vehículos, números de teléfonos y direcciones de casas: Otros poseen hasta registros públicos de armas.

A mayor transparencia pública, menores posibilidades de delincuencia pública y privada. No hay gran secreto.

En Latinoamérica, varios países tienen en portales digitales las declaraciones juradas de bienes de todos sus funcionarios públicos y autoridades, ya sea del rubro legislativo, judicial y hasta el ejecutivo.

Para estas últimas elecciones, en el diario ABC Color pedimos por teléfono y por notas, tanto a la directora del Registro Civil como al ministro de Justicia y Trabajo el padrón de difuntos del Paraguay. La directora dijo que no podía dárnosla sin autorización del ministro. El ministro nunca nos contestó.

Si un listado de muertos es considerado "inapropiado de consultar" o parte de la seguridad nacional por el Gobierno, imagínese lo que ha de ser solicitar otras informaciones.

¿Se ha fijado alguna vez en el portal del lado paraguayo de Itaipú? ¿Lo ha comparado con el del lado brasileño? Del lado brasileño es posible leer varios llamados a licitaciones (no todos, por supuesto), la marcha de algunas de ellas, noticias de prensa y fotos actualizadas casi en el día. Del lado paraguayo hasta las gacetillas de prensa están momificadas.

La excusa de la binacionalidad ha servido no sólo para no replantear negociaciones sino sobre todo para esconder informaciones que del lado brasileño se cuelgan con más facilidad en la red digital (y conste que tenemos el mismo Tratado, lo que revela que en realidad todo es cuestión de voluntad política y no de legalismos).

Aunque no lo crea, Itaipú del lado brasileño acostumbra colgar varios de sus procedimientos (no todos ni tampoco los más importantes), informes, acuerdos y hasta estudios o investigaciones científicas -claro, con sendas limitaciones y convenientes silencios y/o autocensuras cuando corresponde-.

Itaipú Paraguay debería transparentar sus convocatorias a licitaciones, los contratos, concesiones y ejecuciones, desde su publicidad hasta sus obras y ayudas sociales, sin descuidar ni siquiera a la Fundación Tesái. La binacionalidad no pone en el terreno del secreto y el oscurantismo los datos de las operaciones públicas.

¿Se acuerda de las chapas amarillas que antes, en la época del Stronismo, tenían los vehículos estatales?

Con esas placas por lo menos era más sencillo identificar qué funcionarios públicos habían decidido utilizar alegremente vehículos del Estado para ir de vacaciones a Camboriú o al interior del país en Semana Santa. Por aquellas épocas no existían operativos sorpresa de Contraloría para captar vehículos del Estado que circulaban sin permiso. Apenas podían sufrir el bochorno y el escrache de alguien que les gritara alguna consigna, subiera la ventanilla y pusiera ruedas en polvorosa para huir del riesgo de ir a mirar la cara de Pastor Coronel.

En épocas más modernas existe la Contraloría y encima le sumaron una Ley del Registro del Automotor por la cual anularon las placas amarillas. Ahora usan unas blancas, iguales a las de cualquier ciudadano, con una particularidad: las letras empiezan con "E" de estado.

Pocos son los paraguayos que saben que las chapas con letra E corresponden a vehículos del sector público; y más pocas todavía son las autoridades que respetan la obligación de poner logotipos visibles delante, detrás y a los costados. Más bien aprendieron a poner chapas dobles y triples (si no, recuerde en época electoral las camionetas del MIC haciendo proselitismo con doble chapa a favor de José María Ibáñez); se especializaron también en poner logotipos fáciles de borrar, o simplemente diminutos, de tal forma que se pueden tapar con una simple hoja en blanco sobre todo si el vehículo es del mismo color.

Así es posible ver los fines de semana, entre semana, feriados, vacaciones y fiestas de guardar vehículos estatales lujosos. Porque además, en este país pobre se le ha dado al Estado por comprar vehículos bien caros, 4 x 4, aunque la mayoría de las instituciones no tenga absolutamente necesidad de ir al campo. Es más, no se mueven del pavimento ni de los baches del centro de Asunción.

Hasta hace un par de años el Estado podía gastar hasta -según la ley- unos 378 millones de guaraníes por cada vehículo, lo que ha privilegiado la compra de suntuosos coches europeos y asiáticos. Mientras en Brasil Lula compra automóviles económicos brasileños para el sector público y en la Argentina Kirschner adquiría vehículos económicos argentinos para las oficinas estatales, los paraguayos gastamos como europeos y asiáticos.

Algunos cálculos del 2005 decían que el parque automotor del Estado paraguayo estaba calculado en casi 10.000 rodados valuados en unos 2 billones de guaraníes que estaban en poder de unos 10 ministerios, nueve entes descentralizados, ocho empresas públicas y cinco entidades financieras oficiales. El responsable del parque automotor, por ley, es el ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, que dicho sea de paso, nunca nos contestó cuál era la cifra exacta ni las valoraciones.

El desorden es tal que se ha dado el caso de que se encontraron hasta automóviles robados en varias oficinas públicas, con logotipos estatales, como por ejemplo en CONAVI.

Tengo la casi certeza de que cuando asuma Fernando Lugo, una gran parte del parque automotor se habrá desvanecido. Actualmente, no hay inventarios apropiados y menos aún unificados de bienes que puedan resistir un saqueo.

¿Sabe usted cuánto dinero han donado al Paraguay en los últimos años? ¿Sabe cuántos créditos no reembolsables ha recibido? ¿Para qué destinos? ¿Qué usos se les ha dado? Yo tampoco lo sé. Lo único cierto es que para averiguar donaciones de Estados Unidos, por ejemplo, puedo entrar a portales digitales norteamericanos donde el Departamento de Estado cuenta las cifras que entrega a cada país y los destinos de ese dinero.

Las multimillonarias cifras recibidas de Taiwán aún no son claras del todo por lo que es poco posible averiguar dónde fueron a parar, en qué se gastó y en qué NO se gastó. Hace poco, por primera vez, los taiwaneses admitieron la posibilidad de que el dinero donado pudiera no estar siendo aplicado a los fines originales previstos.

¿Sabe usted cuántas naranjas exportamos a la Argentina? ¿Tiene idea de cuántos paquetes de cigarrillos importamos? ¿Sabe cuánta gente tiene agua potable? ¿Y cuánta gente tiene letrinas, baños? ¿Sabe cuántos tienen teléfonos y baños? ¿O teléfono solo? ¿E Internet?

Si bien la Dirección General de Estadísticas y Censos (DGEEC) sube algunas cifras a Internet, no hay datos que permitan hacer cruces y tablas dinámicas que vayan más allá de cuánta gente trabaja, no trabaja, está subempleada, es analfabeta o qué tasa de escolaridad posee.

Las estadísticas más ingenuas no se han subido a la red digital, tampoco se han unificado y cruzado datos estadísticos con encuestas económicas, censos y datos oficiales sobre salud, educación, violencia, mucho menos los índices para calcular la inflación. En Brasil no sólo es posible acceder a los datos sino también a los mapas, tanto que permiten hacer cálculos de índices de violencia comparados con cuestiones médicas y hasta educacionales.

Aquella lejana época de la dictadura stronista en la cual la temperatura nunca pasaba de 35 grados y tampoco contabilizaba la cantidad de lluvia caída, menos la suba del agua de los ríos, no está muy lejos. No se ría. Pero hasta hace poco, ni siquiera Meteorología tenía un sitio actualizado donde hacer un seguimiento del tiempo con estadísticas oficiales y/o alertas meteorológicas. Su creación no es muy vieja.

No hay páginas de datos unificados, públicos y online, de cifras que hacen a las exportaciones e importaciones, mucho menos al movimiento de Aduanas. Cuando tuve que recabar datos oficiales de exportaciones e importaciones tropecé con la infausta noticia de que el Ministerio de Industria y Comercio tiene unos números totalmente diferentes a los de Aduanas que otra vez difieren de los del Banco Central y ni qué decir de los datos oficiales que tienen los gremios en el país. Trate de preguntar cuál es la cifra oficial de importación y exportación de cigarrillos y verá a qué me refiero.

Es más, trate de averiguar qué institución es la que tiene que dar los números oficiales del Paraguay. Se encontrará con la sorpresa de que el Ministerio de Industria y Comercio le contestará que los datos son de su autoría y responsabilidad pero que no están disponibles; Aduanas ni siquiera le contestará y el Banco Central del Paraguay le dirá que ellos son la voz oficial para esos números, le pasará las cifras y usted comparará que ninguna coincide con las que conseguirá "bajo la mesa" en el MIC y en aduanas.

9: REGISTRO ÚNICO DE FUNCIONARIOS PÚBLICOS NOMBRADOS, CONTRATADOS Y JUBILADOS

Cada oficina pública es un feudo aparte; cada cual tiene sus funcionarios nombrados, los contratados y hasta los pasantes. Los rubros entran y salen igual que los viáticos altos y los planilleros. No debe ser muy difícil unificar todos los nombres en un Registro Único que incluya su categoría, lugar de ejercicio profesional, salario, direcciones a sus cargos y hasta foja de servicios si se pudiera. Que consten los viajes hechos, viáticos y premios especiales recibidos.

Hoy ni siquiera es posible saber quiénes ya se han jubilado de la función pública y con qué salarios. La mayoría nunca ha presentado declaración jurada de bienes, una obligación jurídica al entrar o salir de un cargo. Un Registro así facilitaría enormemente las denuncias públicas y las verificaciones para transparentar el funcionamiento de los entes estatales.

Si usted tuviera un negocio propio, le aseguro que en cualquier cuaderno de 20 hojas -ya ni me refiero a un sistema informatizado- tendrá un inventario de los bienes que con tanto esfuerzo y sacrificio compró. Un registro de las maquinarias que adquirió, el generador que pagó para cuando hubiera cortes de luz, los electrodomésticos, los repuestos, los escritorios y computadoras, las sucursales y sus propiedades. Cuántas sillas tuvo que adquirir, cuántos acondicionadores de aire instalaron, qué cantidad de aparatos telefónicos tuvo que poner.

El Estado paraguayo carece de un sistema de control que esté integrado y que abarque todos sus bienes. No hay una tecla que el presidente de la República pueda pulsar para conocer cuántas propiedades tiene cada una de las instituciones públicas, o cuántos vehículos, cómo son, dónde están, qué chapas. No sabe cuántos transformadores repartió ANDE, ni cuántos metros de cable de cobre colocó COPACO. No tiene idea de las maquinarias de los reservorios de agua de ESSAP y menos puede mirar y controlar si todavía está el escritorio de madera de pino que se compró en 1993 para una oficinita perdida en la burocracia cotidiana.

No hay registro de bienes que esté unificado, y menos que permita el control.

Y como me imagino que por primera vez en muchos años tendrá que hacerse un "inventario" de salida y otro de entrada, es probable que asistamos inauguralmente en toda la historia del funcionamiento estatal paraguayo al espectáculo de ver un listado de bienes. Varios de ellos en estado aceptable, muchos regulares, otros destartalados y descompuestos, y el resto sencillamente desaparecido.

Espero que usted, Fernando Lugo, no diga simplemente amén ante cada ilícito que encuentre. Además de rezar, encomiéndese a la justicia y castigue a las autoridades y funcionarios infieles, del pasado, del presente y los que vendrán.

Ahora sí, consonante con los nuevos tiempos, amén Jesús, María, José... y Fernando.

La Editorial El Lector ha reunido a una docena de periodistas y escritores, agudos observadores de la realidad nacional, para analizar el escenario que encontrará el Presidente Fernando Lugo al asumir la primera magistratura del país luego de su impactante victoria electoral del 20 de abril del 2008.

LUIS BAREIRO, periodista de ABC Color, Canal 13 y Radio Cardinal; EDWIN BRÍTEZ, columnista y editor de la sección Internacionales de ABC Color, ANDRÉS COLMÁN GUTIÉRREZ, analista y referente esencial del diario última Hora; NATALIA DAPORTA, especialista en temas educativos en ABC Color; Marta Escurra, editora de la Revista Dominical de ABC Color; BERNARDO NERI FARIÑA, periodista y escritor; LUIS MARÍA FLEITAS, ingeniero agrónomo y colaborador de ABC Color en temas energéticos y ambientales; PEDRO GARCÍA, nombre insoslayable en el periodismo deportivo y redactor de última Hora; ALCIBÍADES GONZÁLEZ DELVALLE, maestro del periodismo nacional, columnista y editor del Suplemento Cultural de ABC Color; ROBERTO PAREDES, periodista y escritor; FRANCISCO PÉREZ-MARICEVICH, escritor, MABEL REHNFELDT, periodista de investigación de ABC Color, conductora de programa en Radio 1° de Marzo, y JUAN AUGUSTO ROA, corresponsal de ABC Color en Itapúa, fueron convocados por esta editorial para escribir el presente libro que será una contribución sumamente valiosa no sólo para Fernando Lugo, sino también para toda la ciudadanía.

En estos textos inéditos, elaborados exclusivamente para este volumen, hay una gran carga de experiencia y un profundo conocimiento de lo que pasa en el país y de lo que percibe la ciudadanía respecto al singular cambio que comenzamos a vivir el 20 de abril del 2008.

Este es otro notable emprendimiento bibliográfico que enorgullece a la Editorial El Lector.

No es un título más. Es nada menos que una visión ecuánime y honesta desde la prensa, desde la responsabilidad profesional de doce figuras del periodismo paraguayo reunidas para analizar el paso de una situación a otra, e investigar los conductos factibles para el cambio real que tanto anhelamos y que esperamos se plasme por fin. – PABLO LEÓN BURIÁN. EDITOR

· ¿QUIÉN LE PONE EL CASCABEL A LA MAFIA EN LA TRIPLE FRONTERA? - ANDRÉS COLMÁN GUTIÉRREZ

· EL ESCENARIO EDUCATIVO: CAOS, INEFICIENCIA, CORRUPCIÓN - NATALIA DAPORTA

· LA REFORMA AGRARIA Y LA CRISIS MUNDIAL DE LA COMIDA - BERNARDO NERI FARIÑA

· ¿CUÁNTAS SERÁN LAS SORPRESAS PARA LUGO? - ALCIBÍADES GONZÁLEZ DELVALLE

· LA CULTURA COMO REALIDAD POLÍTICA Y SOCIAL - FRANCISCO PÉREZ – MARICEVICH

· MIL Y UN DÍAS DE CORRUPCIÓN. PEQUEÑA GUÍA PRÁCTICA PARA LUCHAR CONTRA ELLA - MABEL REHNFELDT

Decía Jorge Luis Borges que los libros no debieran tener prólogo sino epílogo, pues nadie analiza una obra antes de leerla. En ese contexto va este cierre.

Las ideas expuestas aquí tienen la cualidad de ser puras, no contaminadas con ninguna segunda intención ni sesgadas por intereses personales, políticos, ideológicos o dogmáticos. Pueden ser equivocadas, cómo no. Pero con seguridad, son sinceras.

Estos escritores son periodistas de alma, de oficio y de profesión. Son gente acostumbrada a escuchar a la gente, y por ello su propia percepción está nutrida por la percepción diversa de un público diverso. Y eso enriquece su conocimiento de la realidad.

He aquí una ventaja del periodista sobre el político. Éste, en su legítima búsqueda del poder, generalmente pierde la noción de la verdad al encerrarse en sus propias obsesiones y sus particulares intereses, o al tratar de acomodar la realidad a su privativa concepción de los hechos, con lo que su visión queda distorsionada y alejada de las necesidades ciudadanas.

Quienes concebimos, elaboramos y editamos este libro, unimos nuestro anhelo de país al que creemos es el de la inmensa mayoría de los paraguayos y las paraguayas. Hay un Paraguay que debemos construir juntos. El Paraguay serio, institucionalizado, libre, habitado por ciudadanos y no por súbditos, confiable, predecible, eficaz, honesto, culto, respetable, respetuoso y respetado; productivo, creativo, optimista, exigente consigo mismo; proactivo ante el futuro, soberano y digno; altivo en su identidad particular y solidario en su inserción en el mundo. Un país donde la excelencia sea una constante aspiracional y concreta, donde la eficiencia se haga tradición, donde hacer bien las cosas sea una costumbre cotidiana.

Este Paraguay es el opuesto al que tenemos hoy. Un Paraguay donde priman los deshonestos, los sinvergüenzas, los mediocres, los incapaces, los ineptos, los traficantes de maletines y de influencia; los políticos voraces, los violadores de la Constitución, los vendedores y compradores de conciencia, los coimeros y los coimeados, los estafadores, los criminales que se roban la leche, la galleta y los libros de los niños; los que se enriquecieron a costa del empobrecimiento de la educación, la salud y la dignidad de la ciudadanía; los funcionarios públicos convertidos en potentados sin pudor; los que hurtan los medicamentos de los hospitales públicos, los que cobran y pagan por caminos que no existen, los que malgastaron nuestras riquezas naturales, los que mercaron con la soberanía nacional.

El 20 de abril del 2008 hubo un voto ciudadano consciente y maduro, que eligió el cambio. Si el gobierno electo no inicia el proceso evolutivo para revolucionar el contexto actual del país, simplemente cometerá un acto de traición a la confianza de la gente.

Pero hay otro aspecto insoslayable. Ningún cambio radical se dará en el Paraguay, si paraguayos y paraguayas no adoptamos la condición de ciudadanía, es decir, la de seres conscientes, racionales, cumplidora de sus obligaciones y preservadores de sus derechos, miembros plenos e igualitarios de una comunidad nacional.

Al mismo tiempo de exigir al Gobierno, exijámonos nosotros. Asumamos nuestra responsabilidad particular en el ámbito en que nos toque actuar. Así será más fácil reconstruir el Paraguay.

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