BARBAROCRACIA DE MI TIERRA
(De la serie)
Dibujo a lápiz, De: 23 x 28 cm.
Obra de ANDRÉS GUEVERA
Año 1954, Buenos Aires - Argentina
Colección CAV/ Museo del Barro.
LA OBRA DE ANDRÉS GUEVARA
Texto de TICIO ESCOBAR
La obra de Andrés Guevara (1904-1964) también se desarrolla esencialmente en este período, y revela tanto las preocupaciones formales como la búsqueda de lo expresivo que ya aparecen en el mismo, pero corresponde a un caso particular. El análisis de su trabajo dentro del proceso de desarrollo de las artes visuales paraguayas plantea ciertas dificultades. Por un lado, Guevara se formó y produjo toda su obra fuera del país (salió del Paraguay a los 17 años y regresó tarde y por breve tiempo) y la misma casi nunca fue expuesta acá ni publicada en medios periodísticos locales; sólo tiene una difusión indirecta y esporádica a través de revistas y periódicos del Río de la Plata y el Brasil. Por otro, la imagen de Guevara parte constantemente de recuerdos de la situación paraguaya, se orienta definir aspectos de su realidad y se inserta formalmente dentro de una problemática cultural alimentada por Buenos Aires y São Paulo, equivalente a la que constituirá el punto de partida del arte moderno paraguayo. Su labor pictórica, siempre inconclusa, es un gran intento de constituirse en un pronunciamiento acerca de la condición paraguaya. En este sentido, dice Josefina Plá que Guevara llevaba la "patria definitivamente tatuada en el alma".
Guevara, Andrés. Ilustración para la revista
El Hogar, Buenos Aires. 18 x 19 cm.
CAV/ Museo del Barro.
Su obra se inscribe ya dentro de las corrientes latinoamericanas contemporáneas e implica una decidida actitud de ruptura, pero difícilmente podemos considerar a Guevara un precursor del movimiento de los años '50 aunque de hecho coincida con sus planteamientos centrales: la falta de una conexión inmediata con la práctica cultural del Paraguay le mantiene al margen de una participación directa en la gestación de dicho movimiento. Desde finales de la década del '50, la imagen de Guevara es más conocida en el medio, pero, aun así, nunca alcanza mayor divulgación. Por eso consideramos su obra más como un valioso documento de interpretación visual de la realidad paraguaya que como un momento activo del proceso que comentamos. Él es más un testigo de aquella realidad que un actor de este proceso.
Mujeres de mi tierra
Témpera sobre papel, 28 x 40 cm., 1950
Colección CAV/ Museo del Barro
En 1921, Guevara viaja a Montevideo y luego se instala alternativamente en el Brasil y la Argentina. Gradualmente se va convirtiendo en un excelente diagramador, cuyo estilo es capaz de influir decisivamente en la forma gráfica de numerosos periódicos de Río de Janeiro y de Buenos Aires y algunos del Uruguay, Chile y Perú, a través de los cuales tuvo una presencia firme en la imagen periodística sudamericana durante casi 30 años.
Por otra parte, ya en la década del'20, su estilizado dibujo gráfico, satírico y mordaz, había constituido un aporte fundamental, especialmente para la caricatura brasileñas. Progresivamente, Guevara deja de lado las deformaciones exageradas de su primera época y crea una caricatura refinada y sintética, pero de gran eficacia expresiva que influye directamente en toda una generación de humoristas gráficos cariocas, como Méndez, Martiniano, Nassara y Alvarus (V Texeira Leite. 1979, 954).
Paralelamente, Guevara desplegó una intensa actividad como ilustrador de portadas, cuentos, almanaques, etc. Su vocación pictórica no se expresó sino a través de innumerables bocetos y esbozos que, aunque concebidos en última instancia como proyectos de una gran pintura que vendría a ser una síntesis de lo paraguayo, en realidad constituían en sí mismos formas expresivas características del artista. "Ese mismo amor a lo paraguayo", escribe Olga Blinder en una presentación de su obra, "fue culpable de que no llegara a concretarse su obra cumbre, aquella con la que soñaba, de la que hablaba cada vez que un compatriota le salía al paso. Mujeres de mi tierra la llamaba, y eran cientos, si no miles, los bosquejos, apuntes y estudios que realizó para que llegara a ser una obra maestra. En cierto sentido, cada uno de esos estudios ya lo era"
Prácticamente no hay pinturas terminadas de Guevara. Sus muchas témperas y acuarelas tienen siempre el sentido de lo inconcluso, de lo previo a otra imagen que vendrá luego. Probablemente, este lenguaje de apunte corresponda a una peculiaridad del temperamento expresivo de Guevara o a su percepción rápida de periodista; lo cierto es que muchos de estos pequeños diseños y escuetas pinturas alcanzan de por sí una sólida unidad formal y gran fuerza significante. Esta figuración de Guevara está fuertemente influenciada por el Movimiento Moderno brasileño (especialmente por Lasar Segall, Di Cavalcanti y la fase cubista de Ismael Nery y Cándido Portinari) y por las corrientes renovadoras rioplatenses y, a través de éstos, por el expresionismo, el cubismo, el art decó, el surrealismo, Picasso y los muralistas mejicanos. Pero fueron las grandes premisas del incipiente arte moderno brasileño las que sostienen fundamentalmente el lenguaje de Guevara: incorporación de las corrientes contemporáneas europeas básicas (especialmente el expresionismo), valoración de la tradición nacional y crítica social; a partir de las mismas elabora un comentario vigoroso, una personal definición de diferentes circunstancias. Su capacidad de comprender con rapidez los caracteres del medio produjo no sólo un buen retrato interpretativo del hombre paraguayo, sino también una descripción aguda de diversas circunstancias latinoamericanas: desde el temperamento porteño recogido en la diagramación y las ilustraciones de Clarín, hasta la atmósfera de los barrios cariocas expresada en estampas que casi siempre escapan a la trivialidad de lo folclórico.
A VOLTA DO PASEIO DO VARSOVIA
Publicado en A INTERAMERICANA de San Pablo - Brasil
De: 21 x 9 cm.
Colección CAV/ Museo del Barro
Esta consideración de lo propio como voluntad de aprehender las particularidades locales, determina en Latinoamérica una preocupación constante del momento, de la cual el indigenismo constituye una expresión característica. Son muy conocidos los riesgos que esta posición implica; entre ellos, el caer de nuevo en el inmediatismo del tema es el más grave: el tipicalismo exonera de la necesidad de un orden estético propio y se conforma con el préstamo provisional de elementos nuevos casi nunca bien absorbidos.
BARBAROCRACIA DE MI TIERRA
(De la serie)
Dibujo a lápiz, De: 23 x 28 cm.
Año 1954, Buenos Aires - Argentina
Colección CAV/ Museo del Barro
Capítulo II: LA TRANSICIÓN del libro:
Fuente:
UNA INTERPRETACIÓN DE LAS ARTES VISUALES EN EL PARAGUAY
Autor: TICIO ESCOBAR
Editorial Servilibro, Asunción - Paraguay. Octubre 2007.
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