DEMETRIO ORTIZ -nacido en Piribebuy el 22 de diciembre de 1916- agonizaba en el Hospital Italiano de Buenos Aires. Su muerte era inminente. Sólo un milagro le podía devolver el canto al creador de RECUERDOS DE YPACARAÍ y MIS NOCHES SIN TI.
BEN MOLAR -argentino, amigo de los paraguayos, editor, en el sello editor de partituras musicales Fermata, de sus obras, coautor como letrista de varios de ellos-, se enteró que su amigo estaba en grave estado. Volando llegó al nosocomio donde estaba internado. Encontró, como mala señal, que las visitas eran completamente prohibidas por los médicos que se afanaban por salvar a tan ilustre paciente.
«En un arranque de inspiración, le explicó la situación a un médico y me presta su chaqueta. Me las ingenio para hacerme pasar por un galeno interesado en la salud de Demetrio. Llego a la sala donde estaba. Le acompaña solamente su esposa Élida, que llora sobre su rostro. Sus lágrimas caen en la cara de ese gran músico y compositor. Hago de tripas corazón para no llorar yo también. No sé de dónde saqué fuerzas para hacerme el gracioso en ese momento tan dramático. Le dije a Demetrio: 'si vos esta semana no me venís a ver, nunca más voy a hacer una sola guarania contigo. Tenés que levantarte, curarte, volver a ser como eras antes. Te necesitamos. Millones te necesitan. Andate sin falta junto a mí; si no, ya sabés'. Salí. Afuera lloré porque pensé que Demetrio se iba, sin remedio», cuenta Ben Molar, nacido en Buenos Aires el 3 de octubre de 1915.
Al día siguiente, Élida le llamó y le contó que su marido estaba mucho mejor, que el milagro se produjo. Que en los próximos días iban a regresar a casa. Que todo estaba mucho mejor. Que la vida había regresado.
Ese instante en que las lágrimas caían sobre el rostro del amado sirvió de inspiración a Demetrio y a Ben Molar para crear TUS LÁGRIMAS. Los dos autores atribuyeron a esas gotas de cariño la curación del artista moribundo.
«Fue como un regreso de la muerte a la vida. Algo que parecía poco menos que increíble. Lo cierto es que al poco tiempo -habrá sido en la década de 1960-, nos encontrábamos trabajando juntos en la nueva composición. Para entonces, aquella ingrata enfermedad era solo un recuerdo. Lo que quedó de ella fue esa composición que hace alusión a ese mágico momento en que las lágrimas le devuelven la vida al ser amado. Así lo entendió Demetrio al despertar de su largo sueño. Le di un sentido amoroso al episodio porque la escena allí vivida era eso para mí», comenta Ben Molar, quien compuso también con Ortiz RECUERDOS DEL PARAGUAY.
De este modo nació la guarania que perpetúa aquel instante en que un gesto de amor se convirtió en poesía para siempre, gracias al encuentro de dos creadores que supieron unir sus talentos para expresar aquello que, de no haber sido así, hubiera quedado apenas como un episodio empolvado ya, a esta altura, por el olvido.