sin título/OSVALDO GONZÁLEZ REAL/ Catálogo Gatería Magíster, Asunción, 1986.
** En la reciente obra de Michael Burt el color va devorando, cada vez más, la arquitectura de casas y templos. La intemporalidad y el olvido amenazan, constantemente, hacer de estas construcciones polvo y ruinas fantasmales. Es sólo por el color que viven y se defienden contra la desidia del tiempo.
** El color, liberado de su función figurativa (pasto: verde; cielo: azul), aparece aquí como sustentador de sí mismo: autorreferencia que linda con la abstracción.
** El color -desprendido de la servidumbre de las cosas- se manifiesta en su pura esencialidad, sin contaminaciones anecdóticas o temáticas. Los tonos planos, a la manera oriental, van dando lugar a los matices esfumados, donde se percibe la huella del pincel y el gesto.
** Los cuadros de Michael se sitúan en la frontera de lo figurativo y lo abstracto, con una intensa carga expresionista. La atmósfera metafísica que se da en sus calles desiertas y plazas vacías, es índice de los seres ausentes, de los espacios deshabitados. Estos edificios, que están como fuera de la historia -fuera del tiempo humano-, tienen, por otra parte, reminiscencia de épocas pasadas, de un mundo ya extinto. Sólo la voluntad formal y la memoria del artista los salva del olvido de los hombres y los redime a través de la obra de arte.
** La pintura de Michael Burt sigue fiel a sus premisas compositivas y cromáticas, formuladas en obras que demuestran un riguroso planteamiento de los valores plásticos y los conceptos neo-figurativos. Esta muestra indica que su visión constructiva de esa "otra" realidad aún no se ha agotado.
Fuente: MICHAEL BURT. Edición ADRIANA ALMADA - Fotografía: JUAN CARLOS MEZA, HERIB DUARTE y MIGUEL LÓPEZ. Editado con el apoyo del FONDEC, Asunción-Paraguay, 2007