Conducido en alas de mi fantasía
y una esperanza en el corazón
acérqueme al arte y la poesía
implorando un verso y una canción.
De mis labios fluye un místico canto
que a un amor sublime quiero entonar,
un canto formado de angustia y quebranto,
quejido sutil de dulce anhelar.
En sus ojos bellos un cielo vedado brilló,
oscuros enigmas, extrañas promesas de amor,
desde aquel instante la paz huyó
de mi alma bohemia, sumida en acerbo dolor.
Cantar las sangrantes heridas del alma es vivir,
penumbra y tristeza es la vida sin una ilusión,
un eterno amor llevo en mi sentir,
por eso yo canto esta ofrenda de mi corazón.