MEDINA, CÉSAR
Compositor y Bandoneonista.
Nació en Concepción el 4 de junio de 1912.
Estudió música en su ciudad natal, primero con su hermano Pedro Belizario Medina, luego con Carlos Ramírez (Pecho’i) y más tarde con Emilio Bigi (armonía) y Otakar Platil (contrapunto); perfeccionándose en Buenos Aires, Argentina entre 1950 y 1953.
Tuvo como maestro de composición a Juan Carlos Moreno González. Durante la Guerra del Chaco (1932-1935) perteneció al Elenco Nanawa, conjunto musical del III Cuerpo de Ejército, con el que participó de giras musicales con fines benéficos por las principales ciudades del país. Formó parte, desde 1940, de la primera gran orquesta paraguaya, Iris, y luego de los conjuntos folklóricos San Solano y Perurimá.
Fue presidente de la Asociación de Músicos del Paraguay, y durante 16 años, desde 1966, profesor de armonía del Conservatorio Municipal de Música, dirigiendo al mismo tiempo el Conjunto Folklórico Municipal de Asunción.
Sus principales composiciones son las canciones: CANTAR LEJANO, RESEDA POTY, SAN SOLANO, CHE MORENAMÍME, HA CHE RETÄ PARAGUAY, LEJANA ILUSIÓN, QUIÉN SABE, CANTO A ENCARNACIÓN, VÍRGEN MORENA, YVOTY ÑU, NANAWA DE GLORIA, FELÍZ MARIPOSA, A MI REINA ELEGIDA, ANHELO, HORAS DE ENSUEÑO, SAN PEDRO DEL PARANÁ, MUJERCITA, MITÄ KUÑAMI, MARÍA CRISTINA, MARCHA AL BANCO CENTRAL y otras.
Es autor de una MISA FOLKLÓRICA PARAGUAYA.
Falleció en Asunción el 1 de junio de1988.
Fuente: DICCIONARIO DE LA MÚSICA EN EL PARAGUAY por LUIS SZARAN. Edición de la Jesuitenmission Nürnberg, Alemania 2007. 507 páginas. Edición digital: www.luisszaran.org.
CÉSAR MEDINA VELÁZQUEZ: El bandoneón logró amplia difusión entre los conjuntos musicales de nuestro país a partir del auge del tango. Grandes exponentes del bandoneón en nuestro país fueron: Emilio Biggi, Luis Cañete, Herminio Giménez, quien llegó incluso a tocar junto a "Pichuco" Troilo, y César Medina, pedagogo, compositor de música paraguaya, gran estudioso, sereno autodidacta y contemporáneo de los más grandes creadores de nuestro folclore. Perteneció a la generación caracterizada por una enorme sensibilidad musical, con una profunda vivencia rural y una sólida formación académica con maestros europeos afincados en Asunción.
-. CÉSAR BONIFACIO MEDINA VELÁZQUEZ nació en Concepción el 4 de junio de 1912. Fueron sus progenitores Froilán Medina y Eduvigis Velázquez, también concepcioneros. Uno de los más talentosos de la música paraguaya, Carlos "Pecho'í" Ramírez, fue su primer maestro, en 1930, en su ciudad natal. Luego estudió con el maestro Juan Escobar y con su hermano, diez años mayor que él, violinista y compositor Pedro Belisario Medina. Pedro era básicamente autodidacta, pese a haber estudiado violín con Remberto Giménez, y marcó cierta influencia en la formación musical de su hermano César.
En los tiempos en que César integraba el Tercer Cuerpo del Ejército, estalló la Guerra del Chaco, y acudió al llamado de la patria. Durante aquella contienda, César compuso la primera música para el poema "13 Tuyutí", de Emiliano R. Fernández, un tema épico que relata en forma emotiva aquella gloriosa batalla del 20 al 24 de enero de 1933, donde la 5a división de Infantería al mando del Cnel. Irrazábal causó una aplastante derrota al invasor. Con un documento ante escribano público se certificó la autoría de César Medina, precediendo en el tiempo a la difundida versión de Ramón Vargas Colmán. Además, César y su hermano Pedro integraban, en bandoneón y violín respectivamente, el famoso elenco "Nanawa", con una decena de soldados-músicos que actuaban no sólo en el Chaco, sino en todo el país.
-. En 1938, perfeccionó sus conocimientos musicales con el profesor Emilio Biggi, completando el estudio de armonía clásica. En 1940, César Medina se incorporó a una de las más famosas orquestas típicas de aquel entonces, "Iris", que tenía entre sus integrantes a Ramón Vera, bandoneonista y director, Miguel Molina y Gerónimo Cataldo, en bandoneón; Adolfo Vallejos, en contrabajo; Tito Benítez y Reinaldo Miracca, 1er y 2° violinista respectivamente; y el argentino Walter, en el piano. César Medina brilló por su formación amplia y sólida, como también por su delicada interpretación del bandoneón. Actuaron así en fiestas de la sociedad asuncena de la época, además de recordados programas radiales en vivo, como en ZP 3 Radio Teleco.
-. Entre los años 1943 y 1948, realizó cursos de especialización en armonía tradicional, contrapunto, instrumentación y orquestación, en Asunción, con el checo Otakar Platil, quien era Doctor en Música, graduado de la Universidad de Praga.
-. En el período 1946-1948, fue presidente de la Asociación de Músicos del Paraguay, fue además socio fundador de Autores Paraguayos Asociados, ocupando posteriormente el cargo de miembro en el directorio, de 1951 a 1956.
-. Por aquellos primeros años de la década del '50, Luis Alberto del Paraná le encargó la dirección musical de sus conciertos en Asunción. En la famosa Orquesta San Solano, le cupo ser uno de los más destacados integrantes y creadores, grabando con ella sus más importantes obras. Era director Juan Villalba, aunque en la realidad dirigía César Medina junto a su primo Aniceto Vera Ibarrola, o a veces el mismo Epifanio Méndez Fleitas. Sin embargo, por motivos políticos, no pudo continuar con sus presentaciones y César sufrió persecuciones, llegando inclusive a caer preso en el Departamento de Investigaciones de la Policía, en 1959. Se le cerraron así las oportunidades laborales y pasó apremios económicos, por el simple hecho de tener una relación artística con Epifanio Méndez Fleitas.
-. Tiempo después se integró al popular Conjunto Folclórico Perú Rimá, bajo la dirección del maestro Mauricio Cardozo Ocampo, siendo un destacado valor y sobresaliendo como fino intérprete del bandoneón, hasta que después de un tiempo se retiró y lo suplantó Rodolfo Roa.
-. El conocido cantante José Magno Soler, en 1959 grabó como solista su primer disco, un 45 rpm, acompañado por el Conjunto de César Medina; el disco incluyó 4 temas con música de Medina: "Canto a Encarnación" y "Caminito Verde" con letra de Mario Halley Mora; "Lejana Ilusión", con letras de Miguel A. Rodríguez; "Yvoty Ñu", con letra de César Medina y música en coautoría con Aniceto Vera Ibarrola.
-. Por los años 1964 y 1965 siguió buscando optimizar sus aptitudes musicales, cursando estudios de armonía moderna y música dodecafónica en el Conservatorio de Cultura Musical. De 1966 a 1968 efectuó estudios de contrapunto y armonía superior con el profesor Juan Carlos Moreno González, obteniendo el título de Profesor de Teoría y Solfeo y paralelamente, el de Profesor de Armonía, en la Escuela Musical "Beethoven" del Conservatorio Municipal de Música.
-. En 1971 fue socio fundador de la Sociedad Paraguaya de Educación Musical, en tanto que en 1974 recibió de la Municipalidad de Asunción un homenaje, que le otorgó un Diploma de Honor en reconocimiento a la labor desarrollada a favor de la cultura musical paraguaya. Ya anteriormente, en 1972, fue nombrado director del Conjunto Folclórico Municipal, trabajando incansablemente aún ante las mayores adversidades, pues en este cargo sobrellevó, en los últimos años, una dolorosa enfermedad hasta su muerte en 1988.
-. Supo ganarse el respeto y la más alta consideración de todas aquellas personas que lo conocieron. Era un hombre de pocas palabras, severo e inflexible, pero con una arista noble y bondadosa, siempre dispuesto a orientar y ayudar a sus alumnos, en especial a aquellos que demostraban real interés en la música. Transmitió a sus discípulos su preparación en el arte musical y su disciplina en la vida. Su alto nivel de formación musical hacían que marcara siempre la diferencia.
-. Con la profesora Carmen Almirón, en el Conservatorio Municipal y en la Escuela de Bellas Artes, presentaron la "Misa Folclórica Paraguaya", de la autoría de César Medina. En 1980, fue presentada en el Centro Cultural Paraguayo Americano esta hermosa obra compuesta por 7 partes, todas en tiempo de guarania.
-. César Medina recibió además varios premios y reconocimientos, entre los que se cuentan: Diploma de Honor del Departamento de Enseñanza Superior del Ministerio de Educación y Cultura, en reconocimiento a la labor desplegada a favor de la cultura musical paraguaya, en el año 1953; Diploma otorgado por APA, como propulsor de la música paraguaya en el extranjero, en 1963; fue delegado de Paraguay ante la 5ª Reunión Interamericana sobre Derechos de Autor, en marzo de 1968; Diploma de Honor otorgado por APA, en reconocimiento a la labor desarrollada dentro del arte folclórico nacional, en 1975.
-. César Medina fue autor de numerosas y bellas composiciones como: "San Solano", "Reseda Poty", "San Pedro del Paraná", "Nanawa de Gloria", "Virgen Morena", "¡Ha! Che Retã Paraguay", "Aikosénte", "Feliz Mariposa", "Fiesta del Amor", "Mitakuñami", "A Villa San Pedro", "Concepción Poty", entre otras muy difundidas. Varias de sus creaciones son en coautoría con renombrados artistas paraguayos, como Epifanio Méndez Fleitas, Mario Halley Mora, Teodoro Salvador Mongelós, Mario B. Ortega, Gumersindo Ayala Aquino, Ernesto Báez, entre otros.
-. Contrajo su primer matrimonio en 1931 con Concepción Boselli Ovando, de esa unión nacieron: Nidia, María Virginia y Antonio, destacado compositor y músico, que trascendió las fronteras de nuestro país con sus creaciones para festivales, como el de Viña del Mar y OTI de la Canción. El 26 de junio de 1943, César Medina quedó viudo, contrayendo matrimonio ya en los inicios de la década del '50, con Gerarda Escurra, con quien también tuvo varios descendientes.
-. Con su inseparable bandoneón, llevó nuestra música nativa a los campamentos de guerra en el Chaco, cuando nuestras tropas necesitaban aplacar el espíritu. Se destacó por transitar todas las variantes del arte musical, siendo compositor, arreglador, director de orquesta e instrumentista.
-. Tras una larga y dolorosa enfermedad, cáncer, falleció en Asunción el 1 de junio de 1988, tres días antes de cumplir 76 años de edad.
Fuente: CREADORES DEL ALMA GUARANÍ – HISTORIAS DE LOS GRANDES COMPOSITORES Y POETAS NACIONALES. Por IVANÍ AMAMBAY y DANIEL TORALES. Con el apoyo del FONDEC. Editorial Servilibro, Asunción-Paraguay 2005 (225 páginas).
22 ARYHA OMANOHAGUE CÉSAR MEDINA (maurolugo ohaipyre) : Ko 01 jasypoteïme ojegueromandu’a 22 áño omanohague puraheihára ha vandoneon mbopuhára ñane retäygua César Medina.
Hi’arareñoivaekue Concepción távape peteï 4 jasypoteïme 1912-pe. Oñemoarandu itávape ipehëngue Pedro Belizario Medina ndive raë, upéi katu Carlos Ramírez (Pecho’i) ndiveháma ha upeimieve katu Emilio Bigi (armonía) ha Otakar Platil (contrapunto) ndive; ha ako 1950 ha 1953 rupi oñemoarandu pypukuve Guenosáire, Argentina-pe.
Juan Carlos Moreno González avei ha’e imbo’ehare. Ñañoräiröramo guare Volívia ndive (1932-1935) ha’e oï pe Elenco Nanawa ryepýpe, kóva hína III Cuerpo de Ejército=pegua atyguasu. Oï jepe avei, 1940 guive, orkéta kakuaaite “Iris”=pe ha upeive “San Solano” ha “Perurima”me. Asociación de Músicos del Paraguay ha’e omotenondepavaekue avei 16 ro-y aja pukukue, 1966 guive ohekombo’e armonía, Conservatorio Municipal de Música, upéicha avei oisämbyhyvaekue Conjunto Folklórico Municipal Paraguaypegua.
Hembiapokuerakue hína:“Cantar Lejano”, “Reseda Poty”, “San solano”, “Che morenamíme”, “Ha che retä Paraguay”, “Lejana ilusión”, “Quién sabe”, “Canto a Encarnación”, “Vírgen morena”, “Yvoty ñu”, “Nanawa de gloria”, “Felíz mariposa”, “A mi reina elegida”, “Anhelo”, “Horas de ensueño”, “San Pedro del Paraná”, “Mujercita”, “Mitä kuñami”, “María Cristina”, “Marcha al Banco Central” ha ambueve.
Avei omoheñoivaekue peteï purahéi hérava “Misa Folklórica Paraguaya”. Omano Paraguaýpe peteï 1 dexúnio 1988-pe.
Fuente: mauro javier lugo verón [ maurolugo_13@hotmail.com], enviado: martes 01/06/2010
OBRAS DE CÉSAR MEDINA
TÍTULO DE LAS OBRAS/ GÉNERO/ COAUTOR
CONSIDERACIONES SOBRE LA VIDA Y OBRA DE DON CÉSAR MEDINA.
En primer lugar destaquemos su excelente preparación musical. César Medina conocía todos los campos del saber musical: teoría, solfeo, armonía, contrapunto, composición, fuga, instrumentación, orquestación, etc. y era de su agrado incursionar en temas más abstractos como la filosofía de la música, estética, etc.
A pesar de su amplia y elevada formación académica, era un hombre sumamente modesto y sencillo. No buscó nunca el éxito fácil ni la propaganda personalista. Le gustaba crear en el silencio y la tranquilidad del hogar.
Esta modestia y sencillez se manifiesta claramente en su música. La obra suya es la fiel expresión de su personalidad.
Personalmente, definiría su obra y estilo en una palabra: sobriedad; sobriedad en la línea melódica, en los acentos rítmicos, en la armonización. Esta cualidad era inherente en la personalidad misma del compositor.
Especialmente en sus guaranias, César Medina cumple lo que José Femando Talavera apunta en una obra suya:
“…cabe insistir sobre la gravitación de la guarania en nuestro avance musical. Su majestuoso ritmo, mechado de honda expresividad y puro sabo paraguayo, indica una clara evolución desde los vacilantes pasos iniciales de la música.
Existe en la guarania una adscripción voluntaria o espontánea a cierta forma de elaboración gracias a las cuales el discurso musical adquiere total coherencia....
….la guarania se remonta en esos casos a un plano de perfección no alcanzado antes por nuestra música, excepto el caso aislado de Barrios. Hay allí grandeza de concepción, belleza pura e inobjetable rigor formal.
La guarania gozó de inmediata popularidad, y sin duda su difusión ayudo al afinamiento de los conceptos musicales sustentados por nuestro compositores “62
De hecho, esta forma musical tan especial y delicada que es la guarania, se presta para la expresión de íntimos sentimientos y César Medina encontró en ella un vehículo ideal para cantarle a las cosas pequeñas y sencillas de la vida, al amor, a las mujeres, a un pueblito campestre, etc. Cosas sencillas y pequeñas, es cierto, pero justamente las que tocan hondamente la sensibilidad del hombre paraguayo.
Así tenemos de sus guaranias tan hermosos ejemplos como "María Cristina", "San Pedro del Paraná”, "Triste ausencia", "Cantar lejano", "A mi vieja Asunción", y muchas otras.
Nos ha llamado también la atención que todo el esfuerzo de superación realizado por nuestro biografiado se llevó a cabo en un medio totalmente precario, mediocre, sin estímulos para el progreso artístico y en donde no se podía vivir de la interpretación artística. Como apunta correctamente José Fernando Talavera:
“…nuestros artistas pueden decir con la frente alta que son hijos de sus propias obras, y demuestran que el denigrado individualismo paraguayo está lejos de ser una inclinación perniciosa cuando se lo deja actuar sin oponerle vallas artificiales.... 63
En medio de la estrechez de medios, precariedad material e incluso injusta persecución por cuestiones políticas ajenas a su persona, don César Medina y otros mantuvieron una dignidad moral y artística realmente admirable.
Como también acota objetivamente Talavera, es parte de la vida de los músicos paraguayos la bohemia, las ejecuciones en bailes populares, grabaciones casi improvisadas, etc. Todo esto por causa de la estrechez material que tenían que enfrentar 64.
Como ya hemos considerado con nuestros entrevistados la realidad cruda es que del arte o de la música, no se podía vivir dignamente. Como expresaba Soler, en ésa época "ni para compadre lo querían a un músico".
El tiempo que tocó vivir a músicos como César Medina y muchos otros, repetimos, fue muy difícil y sacrificado, pero supieron sobreponerse a su medio - como lo han hecho siempre los grandes artistas - y dejar a generaciones actuales y futuras un legado artístico de inmenso valor que nos corresponde estudiar y difundir.
Tenemos la obligación moral de luchar por superar el oscurantismo cultural que aún se vive en nuestro país y, por extraño que parezca, cuando hurgamos en la vida de hombres como don César Medina quedamos sorprendidos al notar el esfuerzo y sacrificio que realizaron por expresarse de acuerdo a su ideal artístico, en situaciones que muchas veces materialmente eran casi insoportables.
Una pregunta interesante es: ¿qué hacemos ahora que hay más posibilidades de estudiar, más recursos y un ambiente que si bien aún no manifiesta un apoyo que pueda considerarse óptimo para el desarrollo artístico y cultural por lo menos ya no es de abierto rechazo hacia la profesión de músico? , por dar un ejemplo.
Todavía muchos piensan que músico es sinónimo de "tomador", bohemio y otros calificativos no tan santos. Desde luego que hay toda clase de artistas, pero es justo manifestar que hay una carrera profesional de música, digna y respetable como cualquier otra profesión, de estudios que requieren largos años de dedicación, esfuerzo y disciplina, para lo cual lo ideal es dedicarse desde pequeños.
Todo esto requiere un cambio de mentalidad, que se exprese fundamentalmente en un apoyo a la vocación musical, en especial de los padres hacia sus hijos, especialmente cuando son todavía niños.
Se cuenta que el inseparable compañero de César Medina, el prof. Aniceto Vera Ibarrola, uno de nuestros mus grandes violinistas y sobre quién alguna vez debe escribirse un trabajo serio y documentado, expresó una vez más o menos lo siguiente: que una persona puede llegar a ser abogado, médico, ingeniero, etc., dedicándose con esfuerzo y pasión a alguna de esas carreras, pero que jamás se podía llegar a ser músico sólo con aprender fórmulas y teorías, aunque se hiciera todo el esfuerzo posible. Para ser músico se necesita la fuerza Divina del talento, del genio, de la inspiración.
Por supuesto, no podemos simplificar tanto el asunto, pero, -y sin ánimo de desmerecer ninguna profesión-podemos sostener que es muy cierta esta afirmación. Por eso es muy importante no truncar la vocación artística de un niño, un adolescente o un joven.
Es mi opinión personal que se puede vivir dignamente siendo un músico profesional. Pero, repitamos, "profesional", para lo cual se debe encarar el estudio de la música con esfuerzo, disciplina y dedicación, conscientes de que esta profesión requiere muchos años de estudio sereno y paciente.
Digamos también que avanzaremos confiados hacia el futuro, personal y colectivamente, si conocemos bien nuestro pasado, si rescatamos lo bueno que han hecho los que nos precedieron y nos proponemos seguir las directrices sanas e idealistas de muchos que posiblemente tuvieron menos que nosotros pero -da la impresión- hicieron más.
César Medina fue también un privilegiado y fino intérprete del bandoneón. Todavía lo recordamos en algunas interpretaciones esporádicas en el Conservatorio Municipal. Gran técnica, sonido claro y firme.
Talavera apunta que este instrumento fue verdaderamente una innovación en la música paraguaya y su aparición en el instrumental nacional la supone en el tercer decenio de este siglo, siendo su adaptación a la música típica paraguaya inmediata y de gran aceptación65.
El deseo de superación de don Cesar Medina se nota también en los estudios que hizo sobre el sistema dodecafónico. Era un gran admirador de Schönberg y hemos encontrado apuntes y frases del compositor vienés en sus cuadernos de composición. También existen unos que sería un "Kyre'y"66 en serie dodecafónica, lastimosamente no terminado.
En sus años de docente en el Conservatorio Municipal, César Medina abogó siempre por la implantación del solfeo cantado, no solamente el hablado como se practicaba en ese tiempo.
Junto a su primo hermano Aniceto Vera Ibarrola, lucho mucho para la concreción de la Ley N° 94/ 51, de Derechos Autorales. Incansables gestiones realizaron -junto con otros para la obtención del préstamo que posibilitaría un local para APA.
Su actividad en las orquestas "Iris" y "San Solano" remarca lo que ya hemos afirmado hasta ahora. Especialmente en "San Solano", César Medina se convierte en cerebro de la agrupación, lo cual confirma su preeminencia en cuanto a formación musical y también hay que reconocer su madurez misma como persona, su sobriedad, su experiencia, como afirmó Antonio Barrios, Medina era como el padre de los músicos que actuaban con él.
También recordemos nuevamente que el gran Luis Alberto del Paraná le encargó la dirección musical de sus conciertos en Asunción.
CONCLUSIÓN
Podemos afirmar que don César Medina fue un músico de gran nivel artístico, estudioso, capacitado prácticamente en todos los ámbitos del saber musical, de una sencillez y modestia admirables.
Se lo recordará como el creador de páginas realmente bellas de nuestra música popular, y también como un gran formador de valores ya que fue ejemplo no sólo de dedicación y aptitud profesional, sino todo un ejemplo de vida.
Nunca buscó la fama. Tal vez por esa gran admiración que sentía hacia Schönberg, componía para un círculo selecto, íntimo, "entendido", a la manera del compositor vienés.
Su música popular no es cualquier música, es música elaborada a conciencia, con mucho de sentimiento e inspiración ciertamente, pero también mucha técnica. No busca impresionar con facilidad, sino exigir del oyente una serena reflexión y apreciación.
Personalmente, creo que ésa ha sido la razón por la que nunca se preocupó por componer obras que fuesen "pegajosas", de fácil y rápida aceptación por parte del público.
Por su preparación, César Medina pudo haber incursionado también en la música de carácter sinfónico, por ejemplo. Pero su temperamento y personalidad iban hacia otra dirección; además, el ambiente y el contexto en el que le toco vivir no permitían precisamente explayarse con mucha tranquilidad en ese tipo de formas musicales.
Escribió sí una MISA FOLKLORICA PARAGUAYA, compuesta de siete partes, todas en tiempo de guarania: 1º) Antemisa 2º) Cordero de Dios 3º) Tu Palabra 4º) Ofertorio 5º) Padre Nuestro 6º) Comunión 7º) Acción de Gracias.
La lista de sus composiciones es extensa, dedicada en su totalidad al género popular, mayormente nacional. Letra de destacados autores tienen muchas de sus obras: Epifanio Méndez Fleitas, Mario R. Ortega, Teodoro S. Mongelós, Mario Halley Mora, Miguel Ángel Rodríguez, Gumercindo Ayala Aquino, Papotin Recalde, Ernesto Báez y muchos otros.
Indudablemente, su obra constituye un aporte valioso a nuestro ya rico patrimonio musical nacional, y constituye una referencia interesante para el conocimiento y la reflexión sobre nuestra historia cultural.
NOTAS
José Fernando Talavera, HERMINIO GIMENEZ , (Editorial Histórica: Asunción 1987 ), pp. 41-42
Fuente: CÉSAR MEDINA – COMPOSITOR PARAGUAYO. APUNTES SOBRE SU VIDA Y OBRA. Por TOMÁS BÁEZ SERVIAN. Asunción – Paraguay, 1994 (75 PÁGINAS)
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