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CÉSAR L. CRISTALDO DOMÍNGUEZ
  RAMÓN INDALECIO CARDOZO - Por CÉSAR CRISTALDO DOMÍNGUEZ


RAMÓN INDALECIO CARDOZO - Por CÉSAR CRISTALDO DOMÍNGUEZ

RAMÓN INDALECIO CARDOZO

CÉSAR CRISTALDO DOMÍNGUEZ

Colección GENTE QUE HIZO HISTORIA N° 2

© El Lector (de esta edición)

Director Editorial: Pablo León Burián

Coordinador Editorial: Bernardo Neri Farina

Director de la Colección: Herib Caballero Campos

Diseño de Tapa y Diagramación: Jorge Miranda Estigarribia

Corrección: Rodolfo Insaurralde

I.S.B.N.: 978-99953-1-382-1

Asunción – Paraguay

Esta edición consta de 15 mil ejemplares

Mayo, 2013 (106 páginas)


CONTENIDO


Prólogo

Introducción

Capítulo I:

Situación de la educación primaria paraguaya de 1870 a 1900

Capítulo II:

Biografía de Ramón Indalecio Cardozo

Capítulo III:

Ramón I. Cardozo en el Colegio Nacional de la Capital

Capítulo IV:

Ramón I. Cardozo y el magisterio

Capítulo V:

Ramón I. Cardozo y la familia

Capítulo VI:

Los planteamientos pedagógicos de Juan E. Pestalozzi y la pedagogía cardoziana

Capítulo VII:

La Dirección General de Escuelas -1921

Capítulo VIII:

La Escuela Nueva y la enseñanza activa

Capítulo IX:

Ramón I. Cardozo: El innovador

Capítulo X:

La Reforma de 1922/1924

Capítulo XI:

Características de la Reforma Educativa de 1924

Capítulo XII:

El ideal en la educación según Ramón I. Cardozo

Capítulo XIII:

Ramón I. Cardozo y la extranjerización de la educación paraguaya

Capítulo XIV:

La Escuela Pedagógica Argentina y su influencia en la educación paraguaya

Capítulo XV:

El legado cultural, pedagógico de Ramón I. Cardozo

A modo de conclusión

Fuentes consultadas

El autor









PRÓLOGO


         Esta biografía de Ramón Indalecio Cardozo es una publicación más que necesaria en la colección GENTE QUE HIZO HISTORIA, pues Cardozo ha sido olvidado durante muchos años debido a su orientación política partidaria. Fue uno de los grandes maestros formados en el sistema de educación pública que se instaló en el Paraguay a fines del siglo XIX.

         Cardozo es la demostración de aquella visión meritocrática que se había establecido en el Paraguay, con el fin de lograr el progreso de la nación de acuerdo a los cánones establecidos en la época.

         El doctor César Cristaldo, desde su doble formación de historiador y pedagogo nos presenta un panorama bastante completo de lo que era el sistema escolar paraguayo a fines del siglo XIX y comienzos del XX, tiempo en el cual se formó Ramón I. Cardozo, quien luego, desde su posición de Director General de Escuelas, modificó con la introducción de los principios del insigne pedagogo suizo Enrique Pestalozzi a la educación primaria paraguaya, adaptando esos principios a la realidad en la que se encontraban las escuelas y los recursos con los que contaban para introducir importantes mejoras en el sistema educativo.

         El libro inicia describiendo las particularidades del sistema educativo durante el período inmediatamente posterior a la finalización de la Guerra contra la Triple Alianza (1864-1870), para luego abarcar la educación que recibió Cardozo, tanto en el Colegio Nacional de la Capital como en la Escuela Normal de Maestros.

         Posteriormente nos da importantes datos sobre su vida familiar y los desafíos que tuvo que afrontar por tener una posición digna al frente de las instituciones educativas que le cupo dirigir en varios puntos de la República.

         Además, se explican detalladamente los fundamentos pedagógicos sobre los cuáles fundamentó la Reforma emprendida a partir del año 1922, que permitió una educación fundada en paradigmas como el laicismo, el pragmatismo, el nacionalismo y una educación integral que permite el mejoramiento de la vida de los estudiantes y sus familias. Es así que se introducen clases de higiene, labores del hogar, se fomenta la práctica de la huerta escolar, y los festejos vinculados a valorar la naturaleza como el del día del árbol y otras celebraciones que ayudan a crear una educación diferente a la tradicional que se centraba exclusivamente en lo académico. Concluye el libro con una mención a la profusa producción bibliográfica de don Ramón Indalecio Cardozo.

         Este libro nos recuerda a un paraguayo que comprendió que las limitaciones y los obstáculos no deben amilanar en ningún sentido para lograr una mejora de la educación, pues la misma es la piedra angular sobre la que se funda el progreso de una sociedad.


         Herib Caballero Campos

         Abril de 2013




INTRODUCCIÓN


         El presente libro se ha escrito con la intención de dar a conocer a la opinión pública un la vida y las obras de Ramón Indalecio Cardozo, y brindar una aproximación a los principios pedagógicos del gran educacionista paraguayo.

         Probablemente no se pueda describir completamente su visión pedagógica, pero presentaremos a consideración algunos puntos fundamentales de su vida y aspectos de la propuesta educativa de un hombre criado sobre los escombros humeantes del Paraguay sojuzgado por la Triple Alianza, tras una desigual y desleal contienda de 1864-1870, conocida como la famosa "Guerra Guazú".

         Don Ramón Indalecio Cardozo vivió en carne propia las terribles consecuencias del Decreto del 7 de marzo 1870; así como la "argentinización" de las escuelas paraguayas, acaecida en las últimas décadas del siglo XIX y en las primeras del siglo XX. Esta situación que encendería en su ferviente deseo de impulsar la nacionalización pedagógica de la educación paraguaya, lo que conseguiría con su Reforma Educativa de 1922/1924.

         Egresado del prestigioso Colegio Nacional de la Capital en 1895, al año siguiente pasó a estudiar en la recientemente creada Escuela Normal de Maestros, de donde fue destinado a ejercer la Dirección de la Escuela de Varones de su pueblo natal, Villarrica, a pesar de ser alumno-maestro del tercer curso de dicha institución.

         Aparece en la escena intelectual del Paraguay en el Congreso Pedagógico de 1904, con ponencias muy importantes como: "La escuela Rural", "La Enseñanza de la Lectura" y "Plan de Estudios". Todas ellas merecieron el elogio y aprobación del Congreso. Con estas obras ya se iba pergeñando la visión pedagógica del joven maestro guaireño, que 20 años más tarde implementaría en el Reforma Educativa de 1924.

         Ramón I. Cardozo representa el modelo ideal del maestro paraguayo, consagrado totalmente al magisterio y al compromiso sociocultural, de aquellos compatriotas que han apostado a la reconstrucción moral y cultural sometidos tras la Guerra de la Triple Alianza de 1864-1870.

         Lamentablemente sus propios correligionarios no supieron apreciar y valorar sus cualidades de maestro, pedagogo y administrador educacional. Pisotearon la dignidad del insigne educador guaireño, lo que le obligó a abandonar la Dirección General de Escuelas y sus cargos en la administración pública, convirtiéndose en una de las pérdidas más sensibles que sufrió la educación paraguaya en el siglo XX. Tampoco autoridades de otra orientación política valoraron al maestro Ramón I. Cardozo, quién terminó sus días lejos de la tierra que lo vio nacer, falleciendo en Buenos Aires en 1943.




CAPÍTULO I


SITUACIÓN DE LA EDUCACIÓN PRIMARIA PARAGUAYA

DE 1870 A 1900


         A continuación se presenta una breve síntesis sobre la situación de la educación primaria paraguaya en las tres últimas décadas del siglo XIX, con el fin de tener una idea de cómo se encontraba la escuela primaria paraguaya tras la finalización de la Guerra contra la Triple Alianza -entre 1870 y 1900- Este periodo abarca el tiempo del nacimiento de Ramón I. Cardozo, su formación primaria, secundaria, profesional y su incursión en el mundo de la docencia. El objetivo es describir el contexto histórico en que se inició en el campo del magisterio el ilustre educador guaireño. En cuanto a la situación general de la educación primaria durante las tres últimas décadas del siglo XIX, se detallan en distintos ámbitos, a saber.



         a. LAS ESCUELAS PRIMARIAS


         Según un informe del Inspector General de Escuelas, don Jaime Sosa, publicado por el periódico LA REGENERACIÓN en fecha 19 de enero de 1870, el número de alumnos en las escuelas municipales desde el 7 de noviembre de 1869 hasta el 14 de enero de 1870 era:


Escuela Central de Niñas 1º Sección:                    61   alumnas.

Escuela Central de Niñas 2º Sección:                    29   alumnas.

Total Niñas                                                                    90   alumnas.

Escuela Municipal de Niños 2º Sección:                78   alumnos.

Escuela Municipal de Niños de San Lorenzo:     366   alumnos.

Total Niños:                                                                  444   alumnos.

Total General:                                                              534   alumnos.


         En el año 1872, el Ministerio de justicia, Culto e Instrucción Pública, practicó un censo escolar a 42 distritos, incluidos la capital y los partidos de la campaña, donde se reflejó que para el referido año existían 7.854 niños y 2.182 niñas en el sistema escolar. Pero dicho censo tuvo algunas imprecisiones como una diferencia de 1.388 alumnos no determinados, teniendo en cuenta que el número de niños era de 7.854 y el de niñas 2.182, la suma da 10.036 niños y niñas; sin embargo en el informe figuraron 11.424 niños y niñas. Esta medición constituyó un documento de suma importancia sobre la evolución de la matricula escolar en el Paraguay, a tan solo dos años de la hecatombe de 1870.

         Del censo escolar además se puede inferir datos como la gran cantidad de niños o niñas en edad escolar no matriculados, lo que nos demuestra que en algunos pueblos como Ajos, la cantidad de niños fuera de la escuela era superior al total de niños escolarizados. También se pueden observar las comunidades donde la cantidad de niñas en edad escolar no matriculados era elevada debido a la falta de instituciones donde eran aceptadas, como el caso de los pueblos de Tobatí e Ybytymi. Esto probablemente obedeció que aún la educación femenina no se universalizó inmediatamente tras la culminación de la Guerra contra la Triple Alianza.

         El 12 de enero de 1884, el Presidente de la República, general Bernardino Caballero, decreto mediante, creó las primeras escuelas de niñas del interior del país, además de nueve escuelas de primera clase con una dotación mensual de 30 pesos fuertes para cada una. También fueron creadas 15 escuelas de segunda clase con una dotación mensual de 30 pesos. Esto representó un paso importante en la evolución de la educación femenina, iniciándose de esa manera la apertura de oportunidades para las niñas campesinas.

         En 1888, se realizó un censo de niños y niñas en edad escolar en el municipio de Asunción, que arrojó los siguientes resultados:


Niños         matriculados en todo el municipio                                      823

Niños no matriculados en todo el municipio                                         957

Niños que concurren a escuelas particulares                                     327

Niños matriculados que concurren a escuelas particulares             38

Total                                                                                                             2.145 niños.




Niñas matriculadas en todo el municipio                                           711

Niñas no matriculadas en todo el municipio                                     987

Niñas que concurren a escuelas particulares                                 289

Niñas matriculados que concurren a escuelas particulares         28

Total:                                                                                                         2.015 niñas.

Población Escolar total en Asunción:                                              4.160 niños y niñas.


         En el censo escolar de 1888, se pueden encontrar datos muy importantes que nos permiten realizar un juicio sobre la situación social de aquel momento, para poder obtener una visión aproximada de los problemas socioeducativos existentes. Por ejemplo, el censo presenta un dato desgarrador: de 2.145 niños empadronados, 957 niños no estaban matriculados en las Escuelas de Niños de Asunción; es decir, el 44,6% de los niños no asistían a la escuela. También de 2.015 niñas empadronadas, 987 niñas no estaban matriculadas en las Escuelas de Niñas; es decir, el 48,9% tampoco asistía a la escuela.

         La cifra total de niños y niñas que no asistían a las escuelas era de 1.944 dando así un 46,7% de los infantes que, estaban fuera del sistema educativo. Estas cifras indican que solo en 53,3% de los niños y niñas en edad escolar estaban matriculados, tanto en las escuela de niños, en las escuelas de niñas o en las escuelas particulares de la capital.

         Es de suponerse que la situación escolar en el interior era aún más grave. Las cifras citadas demuestran el fracaso de los administradores del país, y más delicado aúnes debido a que en 1888, durante el gobierno del general Patricio Escobar, se hayan dado estos resultados, teniendo en cuenta que el país vivió un periodo de paz y tranquilidad.

         Pero no solo la tranquilidad y la paz interior se necesitaban; también se precisaba una fuerte reactivación económica para levantar al pueblo paraguayo de la postración socioeconómica en que estaba sumida. Además, el sistema educativo paraguayo recién comenzó a estructurarse desde el año 1881, cuando se dispuso de la reorganización de la educación primaria de nuestro país.

         En un informe del Superintendente de Instrucción Pública, del 10 de julio de 1888, dirigido al Consejo Superior de Educación, presentó una interesante radiografía sobre la realidad educativa de nuestro país, donde se resaltan los siguientes aspectos:

         1. La escuela de niñas de Carapeguá cuenta con 80 alumnas matriculadas, con una asistencia media de 45 alumnas que saben leer y nada más que dos saben escribir.

         2. El partido de Tavapy es un poblado de 4.500 habitantes, solamente tiene 24 niños inscriptos de los cuales asisten diariamente 18 sabiendo leer y escribir únicamente cinco de ellos.

         3. En el partido de San Miguel (de las Misiones), el preceptor es bastante apto, pero imparte una enseñanza empírica, por ese motivo los niños no pueden explicar pues aprenden de memoria.

         4. Una observación positiva se obtuvo de San Juan (de las Misiones), la escuela de esta ciudad cuenta con un buen edificio, su preceptor es bastante capacitado. De 119 alumnos con que cuenta asiste un promedio de 95, y 34 saben leer y escribir. El piso es de tierra y sus paredes están sin revocar, es el peor local que se halla destinado a este objeto.

         5. La escuela del partido de Mbocayaty funciona en una pieza obscura, sucia y sin ventilación, que fue cárcel alguna vez. Los asientos de los niños son el cepo y unos bancos en donde duermen los soldados en las horas que no hay clases, y no se enseña a escribir por no haber mesa.

         6. En Villa Encarnación funciona la escuela en un lugar largo y estrecho, parte de él sin techar y que ha servido de cuadra de un cuartel en tiempo de López.

         7. Las novedades del partido de Tobati son las siguientes: el maestro de la escuela dictaba sus clases dejando de lado los principios más elementales de la educación, pues enseñaba con su sombrero puesto, poncho y botas de montar.

         Pero no todo era negativo en cuanto a la situación de la educación primaria en aquel tiempo, aunque escasos, existen también informes positivos, como por ejemplo el que hace referencia a una escuela particular en el distrito de Salado, bajo la dirección de don Lorenzo Molas, donde se hace constar que hay adelantos de los niños con respecto a la lectura, la aritmética y la doctrina cristiana.

         Esto nos da la pauta de que en gran medida el desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje dependía de la habilidad del maestro y los recursos con que probablemente contaba. En el mismo informe se resaltó la habilidad de los niños en el manejo de los materiales utilizados, los cuales marcaba su promoción.

         Se menciona un hecho no menor, la creación de un establecimiento educativo para adultos en el año 1888, la Escuela Gratuita Nocturna de Adultos N° 1; como su preceptor fue nombrado don Rafael Islas. Esta institución fue de suma importancia para el combate contra la ignorancia y el analfabetismo. En 1870 se hizo un intento con la creación de la Escuela de Idiomas de don Francisco Valetti, que no prosperó.

         En cuanto al ámbito directivo del sistema educativo nacional, acaeció otro hecho de transcendental en el mes de diciembre de 1889, don Vicente D'Olivera dejó el cargo de Superintendente de Instrucción Pública y fue nombrado en su remplazado el maestro Atanasio Riera, maestro formado en la escuelas normales argentinas, quién asumió dicho puesto el 1 de enero de 1889. El maestro Riera fue una de las primeras autoridades en preocuparse por la "muy rudimentaria preparación de maestros de la campaña" y algunos de la Capital y para remediar este grave problema implementó las "Academias para Maestros".

         En 1890, bajo su administración, en el país funcionaban 173 escuelas nacionales, 38 de ellas subvencionadas y 41 particulares, con 400 maestros; además de 248 instituciones para varones y 152 para niñas; habían 15.569 alumnos, de los cuales 10.057 eran varones y 5.512 niñas. De estos datos estadísticos se puede inferir que en la década de 1870 a 1880 se dio mayor cantidad de nacimientos de niños varones, debido a que el número de varones en las escuelas casi duplicaba al de niñas asistentes a las escuelas.


         b. LOS MAESTROS DE EDUCACIÓN PRIMARIA


         Los maestros eran los responsables de la administración de la admisión de los niños y niñas en las escuelas, además de su promoción y traslado de alumnos a otras escuelas. Al ingreso de los alumnos debían aplicar un examen diagnóstico que permitiera ubicar al niño en un grado, además del registro de asistencia que era de carácter obligatorio. La cantidad de alumnos por docente no debería superar los 50 estudiantes. En caso que esta cifra fuese superior, el maestro o maestra estaba facultado a nombrar un ayudante de entre los alumnos más adelantados.

         Pero lo que más llama la atención es la gran inestabilidad laboral que sufrían los preceptores y maestros de la posguerra. Durante la década de 1870, principalmente en el año 1876, cuando las renuncias eran masivas como lo demuestran "los documentos obrantes en el Archivo Nacional de Asunción" renuncia del preceptor de la escuela de Carayaó, don Marcelino Roa, por cuestiones familiares; también la renuncia del preceptor de la escuela de Lambaré y la dimisión del maestro de la escuela pública de Caazapá; por idénticos motivos fue la renuncia del preceptor de la escuela de la Recoleta, don José Domingo Samaniego, para buscar el sustento familiar. Otros maestros renunciaron para atender sus chacras por no tener medios para contratar a otros.

         A parte de dichas dimisiones masivas que sucedieron en ese tiempo, también se hallan datos que nos demuestran la preocupación y el sentido de compromiso que tenían algunos preceptores, como por ejemplo: el 2 de abril de 1876 el preceptor del partido de Yhacaguazu, don Juan A. Aponte, solicitó al Ministerio de Instrucción Pública, la provisión de papel y pluma para el desarrollo de las clases. Del mismo tenor, pero con una esencia un poco más positiva, se refería la nota del 4 de abril de 1876 del preceptor de la escuela del partido de Ybycui, don Francisco Solano Caballero, quién informaba que la escuela está en buen estado y contaba con 63 alumnos que necesitaban los siguientes útiles: papel blanco, tinta, plumas, picos, lápiz, cotones y gramáticas castellanas.

         Pero las renuncias masivas nuevamente se sucedieron en el año 1879; pueden comprobarse a través de los documentos obrantes en el Archivo Nacional de Asunción, como se mencionan algunos de ellos: renuncia del preceptor de Santísima Trinidad, don Juan Francisco Echauri, en fecha 10 de junio de 1879, por falsas denuncias de don Dionisio Maldonado. En este caso no fue el factor económico el que ocasionó la dimisión del preceptor, sino por sentirse agraviado por calumnias. También se citan las renuncias por motivos de salud como la del preceptor de la escuela de varones de Ypané, don Maximiliano Dieterico (sic). Siguiendo el análisis de las dimisiones de preceptores y preceptoras, se encuentran también las dimisiones por conveniencia propia, como la del preceptor de la escuelas de Altos, don Pablo Rodríguez, elevada al ministerio del ramo en fecha 1 de agosto de 1879 y por acceder a una mejor propuesta laboral, como el caso de la preceptora del partido de Yaguarón, doña Castora Franco, que renunció el 10 de agosto de 1879.

         También causaron cuantiosas bajas de preceptores, la injerencia de los jueces de paz y los jefes políticos en la educación; ejemplo de esto son los casos del preceptor de Ajos, don Antonio Fernández, quién por persecución de parte del Jefe Político, don Gaspar Dávalos, renunció el 5 de agosto de 1879, y del preceptor del partido de San Lorenzo de la Frontera, don Félix Masur Mantemar (sic), quien se opuso a la imposición del Juez de Paz para enseñar de noche y renunció el 1 de setiembre de 1879. Mantemar, fundamentó que era inviable tal pedido, debido a dos factores: primero, que no existían lumbreras, y segundo que la mayoría de los niños vivían a dos leguas de la capilla, siendo inadecuado el horario para niños.

         En ambos casos los preceptores recurrieron al Ministro de Instrucción Pública, sin resultado alguno, según la nota del mencionado preceptor. Muchas veces los maestros quedaban al arbitrio o el humor de los jefes políticos o jueces de paz, quienes muchas veces, obraban con imposiciones a veces irracionales.

         Una situación particular se generó tras la renuncia de don Antonio Fernández, preceptor de Ajos, un gran número de vecinos de dicho partido enviaron una queja al Ministro de Instrucción Pública, denunciando los abusos del Jefe Político, Gaspar Dávalos, hacia el dicho preceptor, quién además no recibía remuneración de ninguna especie. Lamentablemente la solidaridad del pueblo para con el docente quedó solo en esa intención, debido a que las autoridades capitalinas nada hicieron para defender los derechos del educador.

         Las responsabilidades de los maestros eran tantas que no eran valoradas por las autoridades del Ministerio de Instrucción Pública y sus demás estamentos. Según el Reglamento de Educación Primaria del año 1881, era también obligación del educador la salud pública; es decir, ayudar en las campañas de vacunaciones y por sobre todas las cosas, ser un agente de prevención de enfermedades. Es más, en caso de que el pueblo no contara con un párroco el maestro se ocuparía de la enseñanza religiosa. Así, el docente era de múltiple función: desde formador de personas hasta agente sanitario o catequista. Eran amplias sus obligaciones y le exigían una dedicación por entero a la profesión, en un periodo en que el Paraguay se encontraba en una etapa de reconstrucción nacional.


         c. EL ASPECTO DIDÁCTICO Y PEDAGÓGICO


         El aspecto didáctico y pedagógico en la primera década de la posguerra (1870-1880) no sufrió variaciones importantes, prueba de ello constituye el funcionamiento de las escuelas primarias, con las mismas asignaturas de la época de los López, así lo demuestra un documento del año 1874 perteneciente al jefe político de Mbocajaty, quien informa de la existencia de una escuela pública y cinco particulares, donde asisten alumnos en los siguientes grupos: libreros, escribientes, catoneros y cartilleros.

         La misma situación se encuentra en el informe del Delegado y Juez de Paz de Luque quién informó que concurrían a clase 375 alumnos, de los cuales 221 a escuelas particulares que existían en un número de siete, donde se enseñaba primeras letras, lectura, escritura y doctrina cristiana. En el mismo informe el Juez de Paz señalaba la absoluta falta de elementos para la enseñanza de la escuela de varones y de niñas, la cual hace que el atraso de los niños sea deplorable. Del presente informe se infiere que el 59% de los alumnos asistía a las escuelas primarias particulares, un fenómeno nuevo, que se repetiría años más tarde en nuestro país.

         El juez de paz del distrito del Salado informó al Ministro de Instrucción Pública sobre una escuela particular dirigida por don Lorenzo Molas, resaltando los adelantos en lectura, suma y doctrina cristiana; además resaltó la habilidad que los alumnos tenían en el manejo de los materiales utilizados en la escuela. A partir de estos informes se puede colegir que la tenencia de materiales educativos por parte de la escuela del Salado, representó el pequeño éxito del maestro de primeras letras de esa comunidad, debido a que los niños de la citada escuela estaban en contacto con los recursos didácticos.

         En otro informe, el jefe Político del Partido de Pirajú a mediados del año 1874, menciona que se encontraban las siguientes novedades: "la escuela pública está adelantada en lectura, letras y cuentas", sin embargo las escuelas particulares estaban atrasadas por falta de sujetos idóneos para la enseñanza, además todas las escuelas se hallaban necesitadas de bancos, mesas, sillas, papel, picos y lápiz.

         En el sistema de evaluación se resaltaban tres aspectos: en primer lugar, la calendarización que expresaba que el periodo de exámenes finales estaba marcada del 1 al 15 de diciembre de cada año, tal como ya me implementaba en la época de don Carlos Antonio López. En todas las escuelas primarias se debían aplicar las evaluaciones diagnósticas para ubicar al educando en el grado que le correspondía y, desde 1881, se estipuló los exámenes globales y públicos, que estaban a cargo de los Consejos Escolares, tuvieran una escala de uno al cuatro. Los que obtenían la calificación: dos, tres, o cuatro eran promovidos al grado superior, aquellos que obtenían cero y uno, reprobaban.

         Los exámenes públicos datan del tiempo de don Carlos Antonio López. Además de los exámenes globales, se debían administrar también pruebas trimestrales para poder constar el grado de adelanto de los niños escolarizados. Es importante mencionarla vigencia del "método lancasteriano " por el cual el alumno más aventajado instruía al menos adelantado. También se aplicaba el "método empírico", es decir, así como fueron enseñados los maestros, lo volvían a hacer.

         Las clases duraban por la mañana desde las 6:00 hasta las 10:00 horas por la mañana, y por la tarde, de 15:00 a 17:00 horas. En invierno las clases empezaban a las 10:00 horas y terminaban a las 16:00 horas. Según el Reglamento General de Instrucción Primaria, si las temperaturas eran muy bajas, se debería resguardar del frio a los alumnos evitando exponerlos a esa situación.

         En segundo lugar, se refiere al aspecto cuantitativo de la evaluación, el mayor grado de mérito obtenido en un examen era cuatro y el menor o reprobado era de cero o uno. La suma de todas las calificaciones daba un promedio general. También se premiaba la mejor calificación y eran promovidos a la sección o grado superior aquellos que obtuvieran una calificación de dos a cuatro.

         En tercer lugar se encontraba el aspecto cualitativo de la evaluación, se evaluaban los rasgos de las conductas integrativas donde se recompensaba la buena conducta del alumno durante el año. Este último punto resulta muy importante debido a que se consideró además la parte humana del proceso de enseñanza y aprendizaje.

         En relación a algunas situaciones que impidieron el normal desarrollo de proceso de enseñanza y aprendizaje en las escuelas primarias de aquel tiempo, la más usual fue la ausencia de los alumnos a clases, según declaraciones del Superintendente de Instrucción Pública, don Enrique Solano López, quién manifestaba su preocupación por las ausencias y escaso interés de los alumnos por asistir a clases.

         Otro problema de aquella época -en que el maestro tenía que arreglárselas como podía- era la sobrepoblación de alumnos en algunos distritos y partidos del interior, un maestro tenía que educar a 50 alumnos o más inclusive. Se presentó el caso del pedido de nombramiento del señor Antonio Luis Fleitas como Ayudante de Enseñanza de la Escuela Pública de Varones del partido de San Estanislao. El tenor del pedido del juez de Paz de San Estanislao, don Pedro Vera, hecho al Ministro de Instrucción Pública fue el siguiente: "El Señor Ministro comprende demasiado que un maestro se pone en condiciones difíciles de enseñar al frente de 80 alumnos". Agregó el Sr. Pedro Vera a su pedido una sentencia que decía: "por tanto creemos que el nombramiento del Sr. Fleitas será un hecho". La superpoblación de alumnos fue un problema recurrente en el sistema educativo paraguayo, principalmente en algunos lugares de nuestro país, y por ende la falta de adecuación de los locales escolares para albergar a esa cantidad de alumnos.

         En relación al aspecto didáctico-pedagógico de los maestros se pueden encontrar datos que revelan la falta de conocimientos esenciales, debido a que un alto porcentaje de los maestros y maestras no poseían la formación docente mínima; como muestra se transcribe la esencia del último informe del Superintendente de Instrucción Pública, don Vicente Olivera, elevado al Ministro de Instrucción Pública, señalando lo siguiente: "la enseñanza antigua constituye en el personal docente una enfermedad crónica, incurable y mucho menos con paliativos".

         Para tratar de remediar la situación de la escasa preparación pedagógica de los maestros y maestras, la Superintendencia de Instrucción Pública, el 29 de agosto de 1888 creó la Academia de Maestros y fue nombrado el profesor Atanasio Riera como Director. Una vez que comenzó a funcionar la Academia de Maestros se implementó un ciclo de conferencias académicas brindadas por maestras como Adela y Celsa Speratti. Las conferencias dictadas a los maestros se pueden relacionar con el antiguo Programa de Profesionalización Docente (PPD) implementado por el Ministerio de Educación y Cultura en la última década del siglo XX, y también lo que en la actualidad constituye las capacitaciones de docentes. En relación a los conocimientos de la didáctica, la pedagogía y la metodología de enseñanza, la nueva Directora de la Academia de Maestros, doña Sara M. Reid, informó al Superintendente de Instrucción           Pública que en la enseñanza de la lectura, las maestras estaban usando el sistema mutuo, un método anticuado, e inculcó a las monitoras a poner en práctica el "método simultáneo para la enseñanza de la lectura".

         Según la señora Reid, el método simultáneo era más racional y provechoso; éste consistía en utilizar los fonemas y el silabeo en forma sincrónica, para que finalmente el educando pueda comenzar a escribir, es decir, comenzar a deletrear, para poder aprender a leer palabra por palabra, para después aprender a escribir. Este método fue muy utilizado en el Paraguay, hasta finales del siglo XX.

         En cuanto al acceso de los maestros al conocimiento y a las teorías pedagógicas a finales del siglo XIX, se difundieron por todo el país algunas revistas y periódicos de contenido didáctico, elaborados por los maestros normalistas paraguayos y extranjeros que, de alguna manera, intentaron brindar sus conocimientos para beneficio de los maestros del interior. Algunas de ellas fueron: EL NORMALISTA, revista de carácter privado que apareció a partir del año 1893, tenía una suscripción mensual y aparecía cada quince días y contaba con nada más que 15 hojas.

         Sus fundadores fueron Aniceto Garcete y Cayetano Carreras. Los principales temas de publicación fueron la carencia de maestros capaces, sus insignificantes salarios y el poco compromiso de la sociedad civil con la escuela. Lamentablemente la revista promovió una fuerte campaña para lograr la eliminación el idioma guaraní del vocabulario de los niños escolares, recomendando que el alumno hable en recitaciones, cuentos morales, lectura en alta voz y pronunciaciones de palabras. Esto contribuyó a que paulatinamente el guaraní desaparezca de las escuelas. Un vez más el estigma sobre el idioma nativo apareció, tratando de borrarlo del suelo patrio y de la conciencia colectiva nacional, a fin de adoptar un nuevo modelo cultural de procedencia foránea.

         Los directores del EL NORMALISTA eran personas que estaban bajo la influencia extranjerizante, especialmente rioplatense y, por sobre todo, respondiendo al Decreto del 7 de marzo de 1870, que en el Art. 10 estableció la prohibición del uso del idioma guaraní en las escuelas primarias, debido a que después de la finalización de la Guerra contra la Triple Alianza, las nuevas autoridades políticas y educativas de nuestro país, consideraban a nuestro idioma vernáculo como una de las causales de nuestro atraso cultural y económico.

         Otra de las revistas que fueron publicadas a finales del siglo XIX fue LA ESCUELA MODERNA, bajo la dirección del Atanasio Riera y era el órgano del Consejo Superior de Educación, es decir, esta revista era un instrumento de difusión del Estado Paraguayo sobre materias de interés educativo.

         Un tercer medio de comunicación escrita fue LA ENSEÑANZA, un periódico quincenal, cuyo objetivo primordial era la publicación independiente de temas relacionados a la educación. Se publicaba bajo la dirección de Manuel W. Chávez. En este periódico los maestros podían participar en su redacción escribiendo artículos relacionados a la educación.

         Es importante resaltar que después de la creación de las Escuelas Normales de Maestros y Maestras en 1896, el país pudo contar con personas idóneas en el campo educativo, aunque la cantidad no cubría con la demanda y hasta fines del siglo XX seguían enseñando "docentes no titulados".



         d. LOS EDUCANDOS Y EL RÉGIMEN DISCIPLINARIO


         Para poder entender el aspecto disciplinario de las escuelas primarias de la posguerra se debe dividirlo en dos periodos. En una primera etapa, desde 1870 a 1881, la disciplina escolar estaba regulada por el Decreto del 7 de marzo de 1870, que estableció las siguientes reglas:

• Prohibición de hablar en guaraní en la escuela.

• Prohibición de expresiones y prácticas obscenas en la clase.

• Se debía practicar hábitos de higiene.

• Los alumnos siempre debían actuar con moderación y honestidad.

• La convivencia armónica.

• Estaba prohibido todo tipo de castigo físico.

         La segunda etapa va desde el 23 de diciembre de 1881, fecha en que fue aprobado el Reglamento General de Instrucción Pública, hasta el año 7900. Establecía las siguientes medidas disciplinarias:

• Pérdida del lugar en la clase o sección.

• Privación del recreo.

• Amonestaciones privadas y públicas.

• Retención del alumno con recargo de tareas escolares. La última medida disciplinaria era la expulsión de la escuela, previa audiencia del maestro con los padres y el alumno.


         La mención del aspecto disciplinario en que se circunscribían las escuelas primarias paraguayas antes de la Reforma Educativa de 1924, constituye una pieza de suma importancia, porque la propuesta cardoziana planteaba la eliminación del castigo y la implementación del premio como medidas disciplinarias. Ramón 1. Cardozo sostenía que el maestro debe ser justo en la apreciación de los valores, sobre la base del amor a la patria, el amor, respeto y gratitud a los padres y hermanos sobre la base de amor al prójimo y de la rectitud inquebrantable.






CAPÍTULO VI


LOS PLANTEAMIENTOS PEDAGÓGICOS DE JUAN E. PESTALOZZI

Y LA PEDAGOGÍA CARDOZIANA


         Juan Enrique Pestalozzi venía a representar una nueva visión en el campo de la pedagogía del siglo XVII, fue uno de los precursores del neo humanismo, que está basado en la educación popular y moderna, y que tendría sus influjos aún hasta nuestros días. Preocupado siempre con el proyecto de fundar una escuela para todos, es el primero que sustenta los postulados modernos de la pedagogía social: "no trata de educar a una persona, sino al pueblo, el protagonista de sus obras no es el discípulo único como Emilio de Rousseau, sino la humanidad. Su vida y obra corroboran en cada momento esta orientación de su pedagogía".

         La idea fundamental de la pedagogía pestalociana consiste en que la educación elemental debe tomar como punto de partida las propias tuerzas del educando. Pestalozzi como Rousseau parten de la naturaleza y del desarrollo natural del niño, por eso afirmó que para educar convenientemente a un hombre es necesario conocer su naturaleza, es decir, las leyes que regulan las funciones de su organismo y las de su vida psicológica. En cuanto al papel del educador refirió que el mismo era cuidar que la influencia externa no perturbe la marcha natural del desarrollo del niño; debido que en el mismo se hallan, aún antes de su nacimiento, los invisibles gérmenes de las disposiciones naturales, que en él se desarrollaran durante la vida.

         Es importante mencionar que desde los albores de nuestra Independencia, se conocía las ideas pestalocianas. Por ejemplo, los miembros de la Junta Superior Gubernativa consideraron el pensamiento pestalociano en el reglamento para maestros, en donde se puede observar que la gran preocupación de los gobernantes de la época consistía en la instrucción y educación del pueblo haciéndola obligatoria en la enseñanza de las primeras letras, a través del Bando del 6 de enero de 1812. También la

Junta dispuso el cuidado de los niños, tal como Pestalozzi recomendaba hacerlo o, por lo menos, aproximadamente a través de las "Instrucciones para Maestros de Escuelas" de 1812.

         La obra pestalociana tuvo su paralelo en muchas ocasiones en el Paraguay, en donde la mayoría de las escuelas tenían alumnos de origen humilde, inclusive algunos maestros elevaban sus quejas al Gobierno, expresándoles que les resultaba muy difícil poder mantenerse con los aportes de los padres por cada alumno, tanto durante el gobierno del Dr. Francia, como del de los López y probablemente durante la posguerra.

         Después de la hecatombe de 1870 se acrecentaron las influencias de las ideas pedagógicas de Juan E. Pestalozzi en el Paraguay, de diversas maneras:

         a. La creación en el país de Escuelas Elementales Públicas de Niños y Niñas, que funcionaron primeramente a cargo de las municipalidades y nacionalizadas desde 1887.

         b. La inclusión en la Constitución Nacional de 1870, en el Art. 8° de la Educación primaria y obligatoria, buscando de esa manera mejorar la situación del pueblo paraguayo, tras la aniquiladora guerra contra la Triple Alianza.

         c. La asimilación de las ideas pestalocianas y su posterior aplicación en el Paraguay, de aquellos maestros y maestras que fueron formados en las Escuelas Normales Argentinas, debido a que en la Argentina desde 1867 se hace referencia a Pestalozzi como reacción al sistema lancasteriano.

         d. Tras la asimilación de los "maestros normales" paraguayos comenzó a implementarse la educación práctica, a la par de la intelectual.

         Las introducción de las ideas pestalocianas en las escuelas normales argentinas se realizó a través del proyecto de reforma de la enseñanza de Marco Sastre, quién propuso aplicar las doctrinas del pedagogo suizo e introducir las "lecciones objeto", para ejercitar la observación.

         Según la Dra. Mary Monte de López Moreira, años después, José María Torres aplicó en la Escuela Normal de Paraná los famosos principios pestalocianas, como doña Clementina Contte de Alió los impuso en la Escuela Normal de Concepción del Uruguay. Ambas instituciones educativas fueron centro de formación de docentes paraguayos. En resumen, la influencia de la pedagogía pestalociana prosiguió en las primeras décadas del siglo XX, cuando el maestro paraguayo Ramón Indalecio Cardozo aplicó dichos principios pedagógicos en la Reforma Educativa implementada en el año 1924.

         Juan E. Pestalozzi fue el creador de la escuela popular, no en el sentido puramente caritativo, sino en un espíritu social. La familia es para él el núcleo primordial del cual surgen las demás instituciones sociales. Hay que tener en cuenta que la familia no es suficiente como agente educador; necesita del complemento de la escuela y de las demás instituciones educativas. Éstas representan el medio vital social en el que hay que educar al niño.

         Ramón I. Cardozo coincidía en su pensamiento pedagógico con estos dos aspectos, que Pestalozzi planteaba. Desde su cargo de la Dirección General de Escuelas, buscó dotar de escuelas primarias a todas las comunidades del país, especialmente aquellas que se hallaban más alejadas de la capital y de los centros urbanos. En cuanto a la familia, el maestro guaireño consideraba que la función de la familia es fundamental en el proceso de enseñanza y aprendizaje, con la responsabilidad de ir fomentando la práctica de los valores; y no se debe confundir los roles de la escuela y la familia; es decir, la familia no debe derivar a la escuela sus responsabilidades en cuanto a la formación moral e intelectual de los alumnos.

         Al igual que para Pestalozzi, la educación para Cardozo tiene finalidad propia, que no es otra que la humanización del hombre, el desarrollo de todas las manifestaciones de la vida humana llevándola hacia su mayor plenitud y perfección. Afirmaba Pestalozzi que la educación verdadera y natural conduce hacia la perfección, hacia la plenitud de las capacidades humanas.

         Las capacidades humanas referidas por Pestalozzi se revelan en la triple actividad del espíritu, corazón y mano; esto simboliza: la vida intelectual, la vida moral y la vida práctica o técnica respectivamente, las cuales han de ser cultivadas integral y armoniosamente, y no de un modo unilateral y parcial. Solo es esencial y realmente educativo lo que afecta a los hombres en el conjunto de sus capacidades. También en el proceso integral de la educación de los niños coincide el maestro Ramón I. Cardozo, con el gran educador suizo, en cuanto a la educación integral que proponía el maestro guaireño y que los impuso en la Reforma Educativa de 1924. Ambos también coincidían en que la educación no debe moverse en una atmósfera abstracta, irreal, sino que ha de partir de las circunstancias reales, inmediatas del hombre. Para ello ha de cultivar el aspecto particular, diferencial de la vida humana, hasta llegar a la educación vocacional o profesional, sin abandonar la educación intelectual basado en la intuición, a través de la actividad de nuestro espíritu mediante la cual las formas del pensamiento de los niños se ponen en contacto de un modo directo con los contenidos, sean estos de orden material o ideal.

         Otra idea esencial donde confluyen entre ambos educadores, es acerca de la actividad en la educación, pues los conocimientos sin las actividades prácticas constituyen el don más funesto que un genio enemigo ha hecho a nuestra época.







CAPÍTULO VII


LA DIRECCIÓN GENERAL DE ESCUELAS -1921


         En el mes de febrero del año 1921, el maestro Cardozo recibió el ofrecimiento de parte del gobierno nacional, para asumir el cargo de Director General de Escuelas, que aceptó previa conversación con el Ministro de justicia, Culto e Instrucción Pública don Rogelio Ibarra.

         Una vez que tomó posesión del puesto, elevó al Presidente de la República Manuel Gondra su Plan de Acción, para el ejercicio de la Dirección General de Escuelas, basado en cuatro ejes fundamentales, a saber:

         1. Depurar la administración escolar.

         2. Reformar la orientación de la enseñanza.

         3. Llevar los beneficios de la instrucción a los últimos rincones de la República.

         4. Mejorar las condiciones económicas de los maestros.

         Según las memorias de don Ramón I. Cardozo, el Presidente Manuel Gondra, después de escuchar la exposición de su plan le sugirió la idea de dotar de libros de textos hechos en él país por autores nacionales para cimentar la enseñanza nacionalista. A partir de esta sugerencia, el maestro Ramón I. Cardozo se propuso a escribir los primeros textos pedagógicos para las escuelas primarias paraguayas, conocidos más adelante como los libros EL PARAGUAYO I, II y III.

         Al momento de asumir la dirección de Escuelas, se encontró con varios problemas, como el espíritu enardecido de los Inspectores de Escuelas, quienes estaban descontentos con el anterior director de escuelas. Después de consensuar puntos de vistas con dichos funcionarios, el maestro Cardozo pudo comenzar su gestión al frente de la Dirección de Escuelas.

         Otro problema de gran envergadura que enfrentaba el nuevo director de escuelas, era una huelga general del magisterio nacional, que pedían mejoras salariales. Los maestros se negaban a concurrir a la apertura de clases. El maestro Cardozo convocó a una reunión a los maestros de escuelas y les informó que uno de sus planes era precisamente la de mejorar las condiciones económicas de los maestros. Como consecuencia de sus gestiones se sancionó la Ley Orgánica del Magisterio, por el Congreso Nacional. Los beneficios establecidos en la nueva ley fueron: creación del escalafón docente, las fojas de servicios, la estabilidad laboral del maestro, aumento escalonado de los sueldos hasta un monto básico, según la categoría de los diplomas.

         Sobre el último punto se debe agregar que uno de los pasos que se implementó durante su gestión para eliminar paulatinamente la argentinización del sistema educativo paraguayo, debido a que se rechazó el sistema argentino del escalafón docente basado en la antigüedad; y se impuso una nueva modalidad de escalafón docente basado en la categoría de los diplomas; es decir, se puso en primer lugar la preparación académica y no la antigüedad.

         Levantada la huelga de maestros, una de las tareas inmediatas que realizó Ramón I. Cardozo fue la de regularización de la administración escolar con la depuración de las planillas, a fin de establecer un riguroso control para el nombramiento de los maestros para incluir paulatinamente en la planilla regular a los supernumerarios (maestros ad honorem). Cada vez que renunciaba un maestro, si era supernumerario no se le daba sustituto y si era regular, tampoco se le nombraba sustituto, pero se incluía en su lugar al supernumerario.

         Este procedimiento naturalmente fue motivo de lucha, debido a que era una antigua práctica la de agregar en planillas a los candidatos de los caudillos políticos en sustitución de un maestro que así, de la noche a la mañana, se veía privado de su situación regular. Al prohibir esta práctica, Ramón I. Cardozo se ganó la aversión de los caudillos políticos de su propio partido: el Liberal. Si uno mira la situación de la educación paraguaya en la actualidad, se dará cuenta que el sistema educativo paraguayo sigue adoleciendo de las mismas debilidades que el maestro Cardozo había mencionado 92 años atrás.

         En cuanto a las obras sociales de la gestión de Ramón I. Cardozo como Director General de Escuelas, fue la realización de una colecta nacional con el fin de repartir uniformes a los niños necesitados de las escuelas de la capital.

         Una de las medidas de trascendencia que tomó don Ramón I. Cardozo como Director General de Escuelas, fue la implementación del guardapolvo y delantales blancos en sustitución del uniforme azul que utilizaban hasta ese momento.

         Esta disposición fue combatido por un sector importante de la prensa por considerarlo antieconómico. El maestro Cardozo argumentó que el blanco, por la facilidad de ensuciarse, lo que obligaba a los niños a cuidarse y a ser aseado; además, que el color blanco establece una igualdad entre los niños de ambos sexos.




CAPÍTULO VIII


LA ESCUELA NUEVA Y LA ENSEÑANZA ACTIVA


         Ramón I. Cardozo, fiel a su convicción de renovar la educación paraguaya, procuró eliminar todo tipo de enseñanza enciclopédica, que mata la iniciativa de los niños, en vez de buscar la promoción y el desarrollo de la creatividad, por eso se adhirió a la una nueva corriente emergente en el campo educativo, conocida como el Movimiento de la Escuela Nueva, que tiene como concepto fundamental la enseñanza activa.

         El concepto de la escuela activa tiene su origen en el movimiento de la "Escuela Nueva", que surgió después de la Primera Guerra Mundial o periodo de entreguerras también es conocido este tiempo histórico, en coincidencia con varias corrientes pedagógicas. Partiendo de la filosofía de John Dewey y su propuesta pedagógica del "aprender haciendo", apoyada en los principios psicológicos instituidos por Claparede, en la metodología de acción pedagógica de Decroly, estructurada en torno a los centros de interés y en las experiencias pedagógicas de la escuela del trabajo Kerchesnsteiner y del movimiento liberal de Demolins y Ligthart, se configura el movimiento de la escuela activa. Pedagogos y médicos como Sinet, Cousinet, Ferriére, Feinet, Montessori y otros pueden considerarse como parte de esta corriente de renovación pedagógica que surge como alternativa a la didáctica de la escuela tradicional fundamentada sobre los principios del didactismo herbatiano.

         Esta escuela pedagógica no tiene fundador ni manifiesto fundacional, pero puede señalarse globalmente algunas características básicas acerca del mismo. Según Ezequiel Ander Egg, ante todo se debe decir que es una didáctica paidocentrica; el protagonismo está puesto en el aprendizaje, es decir, en la actividad e iniciativa de los alumnos, potenciando su libertad, actividad y autonomía. Los maestros son un medio o recurso de aprendizaje, además se apela a nuevas tácticas, como el juego, libre actividad, creatividad, educación en la vida misma, o para la vida.

         La educación nueva preconizada por la pedagogía contemporánea deberá ser realizada por la escuela activa, que no es otra cosa que la institución social que enseña al niño de acuerdo con las leyes biológicas, psicológicas y sociológicas que rigen su desenvolvimiento. La actividad es una de las características de la niñez, principio ya enunciado por los grandes precursores como Pestalozzi, y explotado en la educación por Froebel y Montessori, y la vida social es su destino.

         Según el Dr. Adolfo Ferriére, presidente la Liga de la Escuela Nueva, el maestro y el niño son para los ojos de la Nueva Educación, un ser vivo delante de otro ser vivo, un espíritu delante de otro espíritu, un hombre experimentado delante de un individuo joven, carente de experiencia. La escuela activa toma al niño como niño, no como adulto y lo deposita en el medio social donde hay trabajo, libertad, orden, disciplina y moralidad, en contacto con sus semejantes y le deja para que de acuerdo con sus intereses propios, se descentre, exteriorice sus instintos, sus inclinaciones y predisposiciones, sus energías biológicas, para ejercitárseles las fuerzas y predisposiciones útiles a fin de que se acrecienten y combatan las inútiles, las perjudiciales; con el objeto del que el niño desarrolle hábitos, costumbres, pensamientos, sentimientos convenientes. La escuela activa es un laboratorio de la vida real en el que el niño es obrero de su propio porvenir. Educa por medio de la actividad tomada en su significado directo, físico, moral, mental y espiritual.

         La idea de la escuela activa según el pedagogo Ezequiel Ander Egg fue más que una propuesta, que una realización generalizada en el campo de la educación. Sin embargo, estas ideas sirvieron para superar la didáctica de la escuela tradicional y para introducir métodos activos en la educación, que tiene incidencia directa en la construcción de los contenidos curriculares, que tienden a la enseñanza globalizada e interdisciplinar.

         En cuanto a la finalidad de la escuela nueva, se puede afirmar que se basa en la psicología del niño, mientras que la tradicional elabora sus teorías de la educación con la psicología del adulto. En efecto, la escuela nueva organiza su teoría con el auxilio de la Psicología Genética que da a conocer la naturaleza y desenvolvimiento de la vida psíquica del ser humano desde sus orígenes.

         La escuela activa quiere formar hombres para la democracia, contrarios a la guerra que es fruto de preconceptos e hija de principios convencionales; quiere formar hombres para la paz y la justicia; quiere desarmar los espíritus volviendo su mirada a la doctrina de Jesús. La escuela nueva predica y practica un nacionalismo racional, sano, sin odio, basado en el verdadero amor a la patria, a sus tradiciones, a sus leyendas y a sus glorias pero sin exclusivismo, ni rencores propende a construir una patria grande y próspera, capaz de hacerse en ella amable el vivir.

         La escuela nueva pone al niño en contacto con la naturaleza valiéndose del cultivo de la tierra, de las flores, de las plantas, del cuidado de los animales, de la elaboración de objetos con las materias primas arrancadas del lugar. No se propone formar agricultores, jardineros, ni profesionales, solo se vale de esas actividades para despertar el espíritu, estimular el ingenio, desarrollar el amor a la naturaleza, el sentimiento de solidaridad, educar la mano, convirtiendo a la escuela en una comunidad de trabajo, donde cada niño es un miembro activo de la sociedad infantil; transformando a la escuela en una imagen del medio social, en una prolongación del hogar, con sus preocupaciones, ocupaciones y sus luchas con el ambiente telúrico.

         Desde el punto de vista filosófico el maestro Ramón I. Cardozo postula una nueva pedagogía a partir de una reelaboración del concepto del niño, objeto principal de su interés pedagógico. Considera al niño como niño, tal cual la concepción rousseauniana y lo considera en su dimensión evolutiva, en su proceso de formación, y en consecuencia afirma que no todo puede tener como base las obligaciones.

         Además para la escuela activa cardoziana, el niño no será visto como un ser que en el acto educativo solamente esté destinado a cumplir deberes, según la concepción de una pedagogía perimida, sino será tratado como un ser que tiene derechos, el derecho de formarse, el derecho de ser orientado, el derecho de ser interpretado conforme con las singularidades psicológicas de la etapa evolutiva en que se encuentra. El niño debe ser considerado como un ser sensible, no endurecido aún por las difíciles experiencias de la vida.

         El siglo XX ha recibido como herencia espiritual del siglo anterior una nueva visión educativa o una nueva pedagogía caracterizada por su cientificismo, racionalismo, humanismo, laicismo, socialismo y su tendencia utilitaria. La educación según enseña la historia, era una herramienta utilizada por las instituciones religiosas, que así ejercían su imperio absoluto sobre la conciencia individual y colectiva en detrimento de la libertad de pensamiento. La educación al democratizarse, tendría que humanizarse buscando adaptarse a la realidad de la vida y respetando la conciencia. La filosofía positiva de Augusto Comte y la utilitaria de Herbert Spencer imprimieron sellos especiales a los estudios escolásticos, disminuyendo el carácter exclusivamente clásico y teológico, acrecentando el científico como forma de la cultura humana. El siglo XX al hacerse cargo de las instituciones escolares, continuó perfeccionándolas en busca de la solución de los problemas sociales.

         Ramón I. Cardozo afirmó que el siglo XX se caracterizó por su orientación científica, por su espíritu eminentemente liberal, por su influencia universal y democrática, por sus fundamentos psicológicos, por su tendencia acentuadamente utilitaria y por su tendencia socialista. A continuación se describe brevemente cada una de las características señaladas por el maestro Cardozo, que refiere a la nueva educación:

         1° Por su orientación científica: La pedagogía da predominio en el sistema de enseñanza al científico iniciando al niño en el estudio elemental de las ciencias. Desde la arista científica funda la estructura del plan de estudios sobre la clasificación de las ciencias de inspiración comteniana y spenceriana, con el fin de buscar extirpar la gangrena de la ignorancia y de las supersticiones de la conciencia humana.

         2° Por su espíritu eminentemente liberal: Con la enseñanza de las ciencias en las escuelas, las instituciones escolares primarias adquirieron, en su mayoría un espíritu liberal. En ellas se respeta la libertad de conciencia y no se imponen confesiones determinadas.

         3° Por su influencia universal y democrática: La institución primaria es aceptada por todos los países del mundo como un medio de perfeccionamiento social, como un factor imprescindible de la cultura inicial. "La escuela para todos" fue la fórmula que sustituyó a la "Escuela para algunos". La democracia no solamente es cualidad sino cantidad, debido a que los beneficios de la educación deben extenderse a todos los rincones del país, sin exclusiones ni discriminaciones.

         4° Por sus fundamentos psicológicos: La pedagogía del siglo XX inició el fundamento psicológico de sus aserciones y estudios. Herbat organiza la suya basada en la Psicología y traza los principios formales para la teoría y práctica de la instrucción mediante el estudio del alma.

         5º  Por su tendencia utilitaria: El aspecto utilitario marcó una fuerte tendencia en la pedagogía del siglo XX, partiendo de lo proclamado por John Locke en el siglo XVII afirmando que la excelencia del realismo en la enseñanza de la juventud y recomendando que se proporcionase una instrucción que pueda ser útil para la vida, condenando, así, la puramente substancial.

         6° Por su tendencia socialista: Con el liberalismo llevado al seno de la escuela, con la universalización y democratización, la instrucción primaria tiende marcadamente al socialismo colectivista. De sus beneficios gozan el pueblo, la clase desheredada, los hijos del dolor tanto como los protegidos de la fortuna. Con la socialización de la escuela se suprimen los privilegiados y se une a todos los niños en un abrazo común, al calor de un solo sentimiento de solidaridad, de cooperación y de amor.

         Finalmente, el maestro Ramón I. Cardozo definió a la nueva pedagogía, como una teoría de fácil comprensión y fácil de practicarla y el resultado de ella en el porvenir, está por verse aún. El problema principal que tiene una nueva teoría pedagógica, es la resistencia al cambio, a la comprensión de los postulados de la nueva educación, y la intransigencia para llevarla a la práctica, es aún mayor.

         Ramón I. Cardozo considera que una de las claves para la aceptación de una nueva pedagogía, está en manos de los nuevos maestros que deben salir de las Escuelas Normales, imbuidos del verdadero concepto de la escuela nueva y provista del dinamismo necesario para innovar las instituciones culturales conforme al ideal de la nueva educación.

         Sin embargo los impugnadores no admiten la existencia de una educación que pueda llamarse nueva en el verdadero concepto de la palabra. La educación es siempre la misma; la escuela siempre realiza la misma función social y los maestros no hacen otra cosa que lo que harían los de antes: difundir con el alfabeto un poco de luz en el cerebro del hombre. Pero según el maestro Cardozo, probablemente debe plantearse el verdadero terreno tomando como dato la realidad del momento histórico; teniendo en cuenta que la humanidad hoy no es la misma de ayer, debido a que la humanidad del presente tiene otros sentimientos e ideales y la sociedad, otros conceptos de su destino.



CAPITULO IX


RAMÓN I. CARDOZO: EL INNOVADOR


         Ramón I. Cardozo fue un verdadero revolucionario de la educación paraguaya, que propuso cambios a la aletargada educación paraguaya de principios del siglo XX, aunque sus innovaciones colisionó con referentes de la escuela tradicional paraguaya. Algunas de ellas fueron:


         a. LA COOPERACIÓN DEL PUEBLO

        

         Siguiendo con los legados de la pedagogía cardoziana, se menciona a continuación, que el Prof. Ramón I. Cardozo, fue uno de los primeros educacionistas paraguayos que acercó a los padres a la escuela. Algo significativo para la época, teniendo en cuenta el alto porcentaje de analfabetos (adultos) que existían en nuestro país.

         El mismo Prof. Cardozo afirmó:

         "la cooperación popular fue mí gran recurso. He conseguido despertar el entusiasmo del pueblo en torno a la escuela. Es cierto me costó sostenidos esfuerzos atraer no solo a los padres de familia sino al pueblo hacia la escuela, haciéndolas comprender que ella era una institución popular que necesitaba de su cariño, del calor de su entusiasmo para desenvolverse".

         Gracias a su gestión se fundaron numerosas Comisiones Populares de Educación y Comisiones de Edificación. Las primeras proveyeron a las escuelas de útiles, muebles, ilustraciones, mantuvieron limpios y aseados los locales escolares, se realizaron exposiciones, se repartieron ropas, meriendas y medicinas a los niños. Por su lado, las Comisiones de Edificaciones, se empeñaron en dotar de locales a las escuelas hasta el extremo de que las numerosas escuelas rurales creadas tuvieron sus locales propios. Una de las preocupaciones del maestro Cardozo era a su consideración, que el pueblo paraguayo no sabe comer y hay que enseñarle; pero no solo no "sabe comer", sino que no sabe preparar lo que debe comer. El hogar paraguayo no está en condiciones de enseñar a los niños la comida ni a alimentarse, por eso era imperiosa la enseñanza culinaria en las escuelas paraguayas. El maestro Cardozo afirmaba que hay que llevar al seno del hogar, ideas y conocimientos nuevos y sobre todo aptitud nueva para nutrirse.

         La Escuela Activa, tal como se concibe emplea un procedimiento contrario al rouseaunismo, pues lleva al niño al seno de la sociedad porque la sociedad está hecha para el niño. No es posible educar en la vida, si se educa en el aislamiento, es importante buscar y mantener el contacto directo con los vecinos y padres de familia. Si el vecindario interviene en la escuela como su propia casa, como en la casa de todos, para auxiliarla y defenderla.

         El maestro Cardozo no concibe una Escuela Activa sin el concurso del vecindario, de lo contrario la escuela sería una isla desierta donde se envían a los niños desterrados para no molestar a sus padres.

         Hoy en día existen las Cooperadoras de Padres, que prestan valiosos servicios a las distintas instituciones del país. Pero algo falta hacer todavía. En algunos lugares los padres actúan de cerca con la institución, sin embargo en otras no ocurre tal cosa.

         Uno de los problemas que conspiran para que la teoría cardociana de la participación de los padres en la educación de sus hijos se aplique con normalidad, es que en la actualidad muchas familias paraguayas están desmembradas, por muchos motivos, principalmente el éxodo económico que obligó a muchos padres y madres a dejar el país. En otros casos encontramos las huellas de la paternidad y maternidad irresponsables, que derivan a la escuela sus responsabilidades de padres. Es más, en muchas instituciones educativas en las reuniones de padres, estos asisten menos del 30%, inclusive se llega al colmo de que durante el año lectivo, algunos padres nunca se acercaron a la escuela para preguntar sobre la situación de sus hijos y sale la gastada excusa: "No tengo tiempo".

         Una alternativa a este problema sería una implementación seria y sistemática de las Escuelas para Padres; donde el ente rector de la educación paraguaya promueva la formación de los padres. Es decir, no considerarlo solo a los padres como aportantes y/o voluntarios del colegio y/o escuela, sino también responsable de la construcción intelectual, moral y personal de sus hijos.


         b. LA FIESTA DEL ÁRBOL


         El plan de la fiesta del árbol fue pergeñado por el maestro Ramón I. Cardozo ya en el año 1904, pero recién lo pudo llevar a la práctica en el año 1909. La plantación de los árboles de la tipa, ovenia y el álamo se hizo con el concurso municipal y de la Sociedad de Tiros al blanco "El Guaireño", en el predio de ésta última. Los arbolillos fueron obtenidos de la Escuela de Agricultura de Santísima Trinidad, que entonces estaba a cargo del señor José Benítez Chilavert. Este solitario ensayo de promoción de amor a la naturaleza vería sus frutos recién 13 años más tarde.

         Sin embargo, años después, fiel a su pensamiento de la educación nueva o escuela activa don Ramón I. Cardozo, en el primer año de su gestión como Director General de Escuelas, inició la Fiesta del Árbol en la capital, con una ceremonia llevada a cabo en el Parque Caballero, en colaboración con la Intendencia Municipal a cargo del Dr. Andrés Barbero, quién fuera condiscípulo suyo en el Colegio Nacional de la Capital, razón por la cual existía una relación fraterna entre ambas personas. La fiesta se inició con el cultivo de plantas de eucaliptos.

         Para oficializar e imponer la práctica de la plantación de árboles por los niños de las escuelas, la Dirección General de Escuela dispuso la obligatoriedad de la Fiesta del Árbol cada año en todas las escuelas de la patria.


         c. LA FRATERNIDAD ESCOLAR


         Para fomentar la fraternidad escolar y para educar al niño en el amor mutuo, en el cuidado recíproco, en la ayuda común y estimular el amor al aseo y la limpieza, tan descuidados entre nuestros niños, el maestro Ramón I. Cardozo instituyó entre los niños de la Escuela de Varones de Villarrica una asociación exclusivamente infantil de socorro mutuo denominada "La Fraternidad". Esta asociación sobrevivió hasta 1921, año en que el maestro Ramón I. Cardozo, se trasladó a la capital, debido a que fue nombrado Director General de Escuelas. Todos alumnos de la escuela eran socios de la fraternidad, donde daban una contribución mensual de 1 a 2 pesos


         d. LA IMPLEMENTACIÓN DEL GUARDAPOLVO Y DELANTALES BLANCOS


         Una de las medidas transcendentales que tomó el maestro Ramón I. Cardozo como Director General de Escuelas fue la implementación de los guardapolvos y delantales blancos, en sustitución del uniforme azul. Esta disposición encontró mucha resistencia, especialmente por un sector de la prensa escrita, que argumentó que era una medida poco económica y que iba en contra de la economía familiar. Sin embargo el costo de la tela blanca era mucho más barato que el asargado azul.

         La argumentación pedagógica esgrimida por el maestro Cardozo fue:

         "en cuanto a que se ensucie con más facilidad que el azul, es cierto, pero allí precisamente está uno de los valores educativos. El asargado azul se ensucia tanto como el blanco, pero no se nota la suciedad. Entonces, el niño no cuida su aseo y lleva puesto su uniforme sucio, antihigiénico. En cambio, el blanco, por la facilidad de ensuciarse y notarse la mancha, le obliga a cuidarse, a ser aseado. Por otra parte, el color blanco establece una igualdad entre los niños de ambos sexos, y se armoniza con la edad cándida."

         La utilización del guardapolvo blanco como uniforme escolar en el Paraguay, constituye uno de los aportes significativos en la historia de la educación paraguaya, que pervivió hasta el presente.


         e. EXPOSICIONES REGIONALES


         Para estimular el desarrollo del pensamiento y la praxis de la Escuela Activa, don Ramón I. Cardozo, desde la Dirección General de Escuelas, dispuso la realización de "Exposiciones regionales de trabajos escolares" y las "Exposiciones de flores y frutos de huertas", con grandes concentraciones de maestros. En Asunción se realizó en el año 1922, en plena guerra civil, que no impidió que los alumnos exhiban sus trabajos realizados durante el año lectivo. En el interior del país, las exposiciones regionales se hacían coincidir con la concentración de maestros de todo el personal de una región o departamento escolar. La organización de ellas corría a cargo de los inspectores departamentales con el concurso popular.

         También se realizó la primera exposición de arte culinario, o mejor un concurso con la asistencia del Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública, en la escuela Adela Speratti, dirigida por la señorita Odosia Argüello.


         f. LA EDUCACIÓN INFANTIL O KINDERGARTEN


         El maestro Ramón I. Cardozo fue uno de los pioneros de la enseñanza infantil en nuestro país y uno de sus grandes aportes a la educación paraguaya, fue la creación de clases infantiles anexas a las escuelas normales y en algunas escuelas superiores. Como cualquier propuesta novedosa o desconocida, generaba cierto temor de parte de algunos de directores de las escuelas normales del país, quienes no acompañaron esta propuesta realizada por el Director General de Escuelas, debido a que desconocían o no entendían la función educativa del kindergarten en la formación profesional del maestro. Para el maestro Cardozo era de suma importancia la pasantía por los kindergarten por parte de los alumnos de las escuelas normales, quienes estudian la asignatura Psicología Infantil, y para su comprensión e internalización de los nuevos métodos aplicados en la educación infantil, como el método de Montessori, de Decroly y otros.


         g. LOS ENSAYOS PEDAGÓGICOS DE RAMÓN I. CARDOZO


         Durante el ejercicio de la Dirección General de Escuelas, el maestro Ramón I. Cardozo, patrocinó la implementación en carácter experimental en algunas escuelas paraguayas, algunos métodos y planes de carácter prospectivo y revolucionario para la época. Lo que le valió el ganarse la aversión de varios maestros, políticos y periodistas de la época.

         Sobre los experimentos pedagógicos de Ramón I. Cardozo, fueron acremente censurados, tanto por sus colegas normalistas, como por un sector de la prensa, quienes le adjudicaron el título "importador de cosas exóticas" a la educación paraguaya. El eminente maestro guaireño respondió a los ataques de algunas publicaciones de marras, con un cuestionamiento que decía: "¿Acaso los métodos de enseñanza en vigor en nuestras escuelas son autóctonos, productos de nuestra tierra?" Y el mismo respondió

la pregunta diciendo "¡Que esperanza! No son más que métodos franceses, europeos, adoptados en la Argentina y traídos por los maestros paraguayos formados en escuelas normales argentinas y con libros argentinos".

         En resumen se puede afirmar que junto a don Ramón I. Cardozo, solo el célebre educador don Delfín Chamorro, también guaireño, fueron los únicos en tratar de implementar en el Paraguay, métodos funcionales para la educación paraguaya. Algunos de ellos fueron:

         - El método Montessori: este método emergió de la educación de los niños anormales y se aplicó primeramente en las "Casas de los niños" que la Dra. Montessori abrió en Roma en 1907. Este método está fundado principal a la edad preescolar, aunque su autora lo ha extendido también a la segunda infancia. De todos los métodos activos es quizá el que mayor difusión ha alcanzado, siendo en realidad hoy un método universal. Aunque esencialmente individual respecto al trabajo, tiene también un carácter social cuando atiende a ciertos aspectos de la colaboración de los niños en el ambiente escolar. Mención especial debe hacerse del material hecho por la Dra. Montessori, por la gran riqueza de estímulos sensoriales e intelectuales.

         - El plan Dalton: surgió del método Montessori. Su autora fue la profesora M. Parkhurst, quién comenzó trabajando en una escuela donde se implementaba el método Montessori y de aquella experiencia obtuvo las ideas que más tarde aplicó en una escuela primaria superior. El plan Dalton se diferencia del método montessoriano, debido a que el primero es más bien para adolescentes, pero además el plan Dalton tiene caracteres propios como la libertad de trabajo de los alumnos y la responsabilidad subsiguiente para realizarlo. El plan transforma las clases de la escuela en laboratorios especializados por materias y los trabajos se realizan por medio de asignaciones individuales que son controladas por los mismos alumnos.


         Ramón I. Cardozo desde la dirección de General de Escuelas, dispuso la implementación experimental del Plan Dalton en los dos mejores establecimientos de enseñanza primaria de la capital del país: la Escuela Manuel Amarilla, sección de Niñas y la Escuela Brasil, ambas secciones. Es importante aclarar que lo hecho en ambas escuelas fue un ensayo, no una adopción formal como método de enseñanza. El plan experimental intentó constituirse en un laboratorio de experiencias de aprendizaje, a modo de decantar lo positivo y lo negativo del Plan Dalton y comprobar su factibilidad y funcionalidad en la educación paraguaya, por lo tanto, adaptable en la educación de los niños paraguayos.

         - El método Decroly: este método surgió aproximadamente en el año 1907, simultáneamente con el método de Montessori y como él tuvo su punto de partida en la educación de niños anormales. El método Decroly se basa en la actividad individual y colectiva de los niños, pero acentúa su idea de la globalización de la vida anímica, a la que se acomodan sus métodos de los centros de interés y de las ideas asociadas, que rompen la rigidez del programa escolar. Este método da mucha importancia al ambiente, tanto escolar como extraescolar, acentuando la necesidad de un medio natural para el desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje.

         - El método de Proyectos: es el método es tal vez el que más responde a las ideas de la educación nueva, ya que comprende la totalidad de ellas en cuanto favorece la libertad y la actividad, pero al mismo tiempo da un sentido y propósito a la tarea educativa. John Dewey fue el ideólogo de éste método, pero el que lo plasmó fue John Kilpatrick el primero que le dio expresión técnica y pedagógica. La importancia del método de Proyecto se parte en él de problemas reales, que se deben llevar a cabo por una serie de medios adecuados. Todas las actividades escolares pueden realizarse en forma de proyectos, sin necesidad de una organización especial.


         h. LA BIBLIOTECA PEDAGÓGICA


         Para el maestro Ramón I. Cardozo le causaba pena e indignación que el Consejo Nacional de Educación u otra institución de carácter educativo no contaran con una biblioteca, recurso fundamental para el crecimiento cultural de los maestros y alumnos, y para promover el desarrollo léxico e interpretativo de los alumnos. En un país donde los libros constituían un elemento de lujo, que adornaban los estantes de las familias más copetudas del país e inaccesibles para la gran masa campesina, él considero llegado el momento de la creación de una biblioteca de textos pedagógicos, donde los maestros paraguayos puedan recurrir para elevar su cultura.

         Ramón I. Cardozo no concebía que las instituciones educativas no cuenten con uno de los recursos pedagógicos más importantes para el desarrollo educativo, como son los libros y lamentablemente hasta el presente muy pocas instituciones educativas cuentan con un Centro de Recursos de Aprendizaje o una biblioteca medianamente estructurada, inclusive en nuestro país funcionan filiales universitarias sin bibliotecas.

         Hasta el presente se recurre a la preparación y a los materiales de lectura de los maestros, para el desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje, lo cual es insuficiente. Además el maestro necesita actualización permanente y no pueden quedarse solo con lo aprendido en los centros de formación, sino deben ir evolucionando conforme avance el conocimiento.

         Con un exiguo presupuesto de 2.000 pesos el maestro Ramón I. Cardozo creó la primera Biblioteca Pedagógica del país, porque él consideraba que los maestros egresados de la Escuela Normal al recibir su diploma que le habilita a enseñar, no sabe nada de la ciencia pedagógica sino poco resúmenes que le suministró la Escuela Normal, necesitan tener la posibilidad de acceder a textos pedagógicos orientadores y obras clásicas. Además la biblioteca pedagógica de contar también de revistas relacionadas al campo de la educación y por sobre toda las cosas, los libros y revistas deben estar a disposición de los maestros y no servir de adorno de las bibliotecas escolares.


         i. LA BIBLIOTECA CIRCULANTE


         También el maestro Ramón I. Cardozo se abocó a realizar el intento de hacer llegar los beneficios de la cultura a los maestros de la campaña, especialmente a aquellos que se encontraban alejados de los centros urbanos, con el fin de facilitarles el acceso a los libros y revistas que les permitan actualizarse paulatinamente.

         Anexa a la Biblioteca Pedagógica, Ramón I. Cardozo organizó una pequeña biblioteca circulante, constituida por libros selectos, profesionales, necesarios e instructivos. Los libros de ésta biblioteca se remitirán por correo a los inspectores y maestros de escuelas a cualquier punto del país, con derecho a tenerlos en su poder un tiempo dado. Lamentablemente los recursos económicos para el mantenimiento, tanto de la Biblioteca Pedagógica, como la Biblioteca Circulante, fueron suprimidos del Presupuesto de la Nación, condenando al atraso a la educación paraguaya.





CAPÍTULO X


LA REFORMA DE 1922/1924


         En el mes de marzo de 1922 el Profesor Ramón I. Cardozo presentó al Consejo Superior de Educación su proyecto de Reforma Educativa. Sin embargo, el estudio de dicho proyecto no prosperó. Recién durante la presidencia constitucional del Dr. Eligio Ayala, quién envió el proyecto de Ley al Congreso Nacional, donde fue, tras el dictamen de los miembros de la Comisión de Instrucción Pública constituida por el Dr. Pablo Max Insfrán y el Prof. Normal Emilio Ferreira.

         La reforma planteada por el maestro Ramón I. Cardozo comprendía los siguientes puntos:

         - La modificación de la Ley de Educación Obligatoria del Dr. Manuel Franco de 1909, estableciendo la edad escolar de los 7 a los 14 años en la capital y ciudades, y de los 9 a 14 años en el interior, en vez de los 5 a los 14 años. Esto el Prof. Cardozo lo hizo teniendo en cuenta las grandes distancias que los niños de la campaña recorrían para asistir a una escuela.

         - La clasificación de las escuelas primarias en: inferior, elemental y media.

         - La dotación de planes de estudios para las escuelas rurales y urbanas.

         - Reducción del estudio primario a cinco grados y la escala de entre la enseñanza rural y urbana.

         - Enseñanza de la agricultura, ganadería, puericultura, economía doméstica, cocina, la higiene del pueblo.

         - El plan de estudios estaba inspirado en las propuestas pedagógicas de William James, John Dewey, Ovidio Decrolly y Adolfo Ferriere, y estaba de acuerdo con la preparación del magisterio nacional. Para ello aplicó e instruyó a los maestros en forma minuciosa y con diversas notas explicativas el Programa de Estudios Primarios.

         - El plan estuvo organizado teniendo en cuenta la psicología del niño paraguayo, la psicología del campesino, las condiciones psicológicas del ambiente que se quiere modificar con la educación.

         - La Reforma tuvo una intencionalidad clara, definida y bien determinada, de dar al niño paraguayo lo que él necesitaba y debe aprender para ser factor del progreso y de grandeza nacional.

         - Su propósito final era la de apartar al niño de la enseñanza libresca, estéril, improductiva, muerta, para darle otra en la que el mismo sea el sujeto de su propia perfección; dotarle de medios psicológicos para su autoeducación. ¿Constructivismo?

         - En la Reforma de la Educación en 1922 introdujo la enseñanza popular, los principios de la enseñanza activa y sus fundamentos.

         - La reforma también llegó hasta la Escuela Normal, donde organizó los planes de estudios y programa de enseñanza con el propósito de armonizar la formación del Maestro con las ideas de la Educación Nueva.

         Otros aspectos innovadores de la pedagogía cardoziana podemos sintetizar en los siguientes puntos:

         1. Promovió la integración de la comunidad al entorno educativo.

         2. Anexó los jardines de infantes a las escuelas primarias.

         3. Formó cuadros directivos para la Educación Nueva.

         4. Suprimió los exámenes orales y consideró la validez de la promoción del alumno con los términos medios del trabajo anual. ¿Evaluación por proceso?

         5. Presentó un proyecto, aprobado por el Consejo Nacional de Educación, para denominar a las escuelas paraguayas con nombres de distintos países americanos, con el propósito de contribuir a la formación y apoyar el panamericanismo.

         6. En el marco de la promoción del americanismo se propuso dar a las escuelas nacionales, nombres de los países americanos. Surgieron entonces las escuelas República Argentina, República del Brasil, República Oriental del Uruguay, República de Chile y hasta República de Bolivia.

         Ramón I. Cardozo fue un visionario, pues se adelantó a su tiempo, 70 años después, en la reforma vigente, se implementaron algunas de sus propuestas pedagógicas como la evaluación por proceso, la ubicación del alumno con centro del proceso de enseñanza y aprendizaje, el aprender haciendo y la obligatoriedad del preescolar. Muchas veces se comete el error de no mencionar al Prof. Cardozo, en momento de hablar de constructivismo, nos limitamos a citar a Piaget, Vigostky, Asubel, Brunner y otros.




CAPITULO XV


EL LEGADO CULTURAL, PEDAGÓGICO DE RAMÓN I. CARDOZO


         Ramón I. Cardozo es, hasta el presente, el pedagogo más importante en la historia de la educación de Paraguay, debido a sus escritos y acciones que hicieron que la escuela paraguaya de principios del siglo XX pueda dar un giro copernicano al migrar hacia los postulados de la "escuela activa", que tuvo por objeto formar niños y jóvenes paraguayos con suficiente instrucción y con conciencia ciudadana que colabore con la redención del Paraguay. Para ello dedicó gran parte de su vida a escribir textos que fueron materiales de consulta ineludibles para los maestros, y de esa forma aportó superlativamente para elevar cualitativamente el plantel docente del magisterio nacional.

         Algunas de obras fueron:

         1. Pestalozzi y la Pedagogía Contemporánea. Fue un ensayo pedagógico escrito en el año 1905 donde realizó una interpretación de las prácticas pestalócianas, de sus teorías, de la síntesis como método y así como de la educación como procedimiento, la intuición como principio y la práctica como medio.

         2. La Escuela y el Hogar. Revista mensual de carácter pedagógico publicada en Villarrica hacia el año 1914, donde se hacía mención a distintos aspectos relacionados con la educación, constituyéndose en un material de consulta ineludible para todos los maestros de escuelas primarias.

         3. Las ideas filosóficas y religiosas del Dr. Adolfo Ferriére. Fue una conferencia pronunciada por Ramón I. Cardozo, en Asunción el 26 de setiembre de 1931, en el marco de una ponencia realizada en el centro de la "Liga Internacional de la Educación Nueva". Fue publicada en 1932.

         4. Nueva Orientación de la Enseñanza Primaria. Material educativo e instructivo para los maestros y para las Escuelas Normales, sobre los principales puntos de la reforma de la enseñanza de 1924. Este material fue publicado en el año 1925 por la imprenta La Colmena.

         5. Pedagogía. Texto pedagógico escrito para uso de los alumnos del primer curso de las Escuelas Normales paraguayas, de acuerdo a los planes vigentes. Fue publicado en el año 1927 y constituyó el primer libro de pedagogía escrito por Cardozo.

         6. Por la Educación Común. También fue un material educativo e instructivo para los maestros y para las Escuelas Normales, sobre la esencia de la educación común. Este material fue publicado en el año 1928 por la Imprenta Nacional.

         7. La Nueva Enseñanza. Fue un boletín de carácter informativo y pedagógico editado por el Consejo Nacional de Educación, donde Cardozo publicó sus ideas entre 1927 y 1930.

         8. El Ideal de la Educación. Conferencia dada en la Escuela Normal de Profesores el 7 de julio de 1928 y que fue publicada en la cuarta edición de La Nueva Enseñanza, donde deja un mensaje a los maestros paraguayos diciendo que cada maestro debe preguntarse y analizar cuál es el ideal educativo que ha de seguir, y una vez definido, les exhorta a lanzarse con fe y constancia en prosecución del mismo.

         9. La Escuela Rural. Ensayo escrito en el año 1928 y publicado en la cuarta edición de La Nueva Enseñanza, donde Ramón I. Cardozo planteaba sus ideas sobre qué y cómo ser enseñado en las escuelas rurales y cuál era la posición del niño.

         10. Los libros El Paraguayo I, II y III. Fueron textos preparados por el maestro Cardozo para niños de las escuelas primarias del país, donde fueron usados desde el año 1928 hasta el año 1944.

         11. La Pedagogía de la Escuela Activa. Las obras de carácter pedagógico más importantes de Ramón I. Cardozo. Fueron publicados en tres tomos entre los años 1938 y 1939. Emilio Uzcategui, asesor educativo de la UNESCO en Asunción, afirmaba: "que si bien los textos fueron escritos para el Paraguay, puede utilizarse con provecho en otros países por su doctrina y contenido".

         12. Biografía del Capitán Ruy Díaz de Melgarejo. Texto histórico de 142 páginas -publicado en el año 1939 por la imprenta La Colmena- que trata de la historia colonial paraguaya desde la división de la Provincia Gigante de las Indias, y todo el proceso de construcción histórica de la biografía del Capitán Ruy Díaz de Melgarejo, fundador de la ciudad andariega de Villarrica del Espíritu Santo.

         13. Conferencia de Ann Arbor. Escrito del maestro Cardozo que fue publicado en el Boletín del Instituto Americano de Protección a la Infancia, impreso en Montevideo en 1942. Reproduce la conferencia que dio en el mes de julio de 1941 en Michigan, Estados Unidos, convocada por la New Education Fellowship Progressive con sede en Nueva York. En ella, Cardozo rescata las ideas de humanismo que se mencionó en dicha conferencia, teniendo en cuenta que la Segunda Guerra Mundial ya llevaba casi dos años de duración a fin de llevar a la humanidad por el camino de la paz.

         14. La Escuela Activa y la Cultura Campesina. Escrito publicado en el Boletín del Instituto Americano de Protección a la Infancia, impreso en Montevideo en 1943. En él afirmaba que el Paraguay fue y es un país de hombres de campo. La escuela activa se presta para impulsar la cultura campesina y fomentarla a corto plazo, porque ella es una cultura integral, moderna, que abarca la vida completa del hombre; debido a que ella toma al niño campesino en su propio ambiente y le hace vivir al compás del progreso y la civilización.

         15. La Antigua Provincia del Guairá y la Villarrica del Espíritu Santo. Texto histórico de 190 páginas, impreso en Buenos Aires en 1938, donde Ramón I. Cardozo retrata la historia colonial paraguaya desde la división de la Provincia Gigante de las Indias, y todo el proceso de construcción histórica de la ciudad andariega de Villarrica del Espíritu Santo.

         El legado de la pedagogía cardoziana es de un valor incalculable para historia de la educación paraguaya, debido a que fue de suma importancia para la construcción del sistema educativo paraguayo, con una visión prospectiva y revolucionaria para la época, y también porque sus postulados y fundamentos siguen teniendo vigencia a más de 91 años de su concepción.

         La idea de la escuela activa desarrollada por el célebre educador guaireño, tuvo en la Reforma Educativa de 1924 su más significativa concreción. Fue entonces cuando se llevó a la práctica los principios de la escuela activa basada en una nueva interpretación de la naturaleza del niño y de sus potencialidades. Para llevar a cabo su proyecto de reforma escolar, se vio en la necesidad de reestructurar y reformular la enseñanza normal, con el objeto de formar los planteles docentes necesarios para sostener, profundizar y extender las innovaciones educativas plateadas.

         Las nuevas actividades escolares, diseñadas por la escuela activa, que defendía el libre y espontaneo desarrollo de la creatividad del niño, dieron como resultado una nueva modalidad disciplinaria y una transformación en los criterios de la evaluación escolar, lo que actualmente se entiende como la evaluación por procesos, que subyace en la Reforma Educativa actual.

         El conocimiento y la comprensión del legado pedagógico y moral del maestro Ramón I. Cardozo, sería de mucha utilidad para el ejercicio de la docencia, porque las enseñanzas de la pedagógica cardociana nos permitirán comprender el alto compromiso que tienen los maestros paraguayos, como responsables de la construcción del porvenir de la nación paraguaya, que solo será posible con el aumento cualitativo y cuantitativo de la calidad educativa, de todo el sistema educativo nacional.




A MODO DE CONCLUSIÓN


         Muchas cosas se pueden decir sobre el legado del Prof. Ramón Indalecio Cardozo, pero lo que más se rescata es su fe inquebrantable en la educación como único medio para sacar al Paraguay de la postración moral, de la ignorancia y del analfabetismo que corroía al país. Concibió la idea de una educación activa, pragmática, laica y nacionalista, como los pilares de su pedagogía, en una época en que aún la educación libresca tenía mucha fuerza e impedía la reconstrucción cultural del Paraguay.

         A pesar de que fue acusado por sus propios colegas -y cierto sector de la prensa- de implementar una reforma con características exóticas, ajenas a nuestra realidad, él nunca dejó que su espíritu se amilanara ante los ataques de sus detractores, que lo impugnaban con sendos escritos de marras, sin sustento ni fundamentos teóricos válidos para contrarrestar la propuesta cardoziana a través de la confrontación de las ideas. La Reforma Educativa de 1924 representó la máxima expresión de la pedagógica de Cardozo, donde se implementaron los postulados de la "educación nueva" o la "escuela activa", buscando de esa manera formar a niños y jóvenes en la educación del porvenir; una educación realmente significativa y no meramente memorística.

         Hoy más que nunca, existe el escenario socioeducativo adecuado para la implementación de sus principios pedagógicos adaptados a las necesidades y realidades del siglo XXI, debido a que la vigencia de sus postulados pedagógicos siguen incorruptos. No debemos considerar válido solo las propuestas pedagógicas foráneas. Tenemos que concienciarnos de que los paraguayos somos capaces de construir una propuesta y un lineamiento curricular para el Sistema Educativo Nacional. Si Ramón I. Cardozo lo pudo conseguir con casi todas las posibilidades en su contra, nosotros con la tecnología educativa como aliado y con el contexto social y educativo apropiado, también debemos ser capaces de generar conocimientos.

         Debemos tener en cuenta, por sobre todas las cosas, la enseñanza de vida que el maestro Cardozo nos legó, pues toda su vida constituye un rico manantial de experiencias, didácticas, pedagógicas y morales, que deben ser aprovechados por todos aquellos que abrazamos la noble profesión de la docencia. Por sobre todas las cosas, hay que rescatar, la nobleza, la humildad y la integridad incorruptible que adornaban la personalidad del magnánimo educador guaireño, que jamás respondió con odio o venganza a toda la maldad con que resultó agraviado durante su carrera docente.




FUENTES CONSULTADAS


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EL AUTOR


         César L. Cristaldo Domínguez, nació en Caapucú el 26 de octubre de 1971. Sus estudios primarios y secundarios los realizó en la Escuela N° 356 Héroes del Chaco y en el Colegio Nacional Próceres de Mayo su pueblo natal, graduándose de Bachiller en Ciencias y Letras en el Colegio Nacional don José Berges de Asunción. Sentó plaza en la Dirección del Servicio de Intendencia de la Armada Nacional en los años 1988-1989. Formó parte de la primera guardia naval que tomó posesión del Palacio de Gobierno aquel Febrero de 1989.

         Realizó sus estudios superiores en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), donde se graduó en las licenciaturas Ciencias de la Educación y en Historia. En el año 2000 cursó estudios de especialización en "Técnicas de Investigación Científica Cómo se hace una Tesis Doctoral" y "El Mundo Cronístico Medieval para la Investigación Histórica", en el Centro de Altos Estudios de Historia de la Fundación Sánchez Albornoz en la ciudad de Ávila, España. Igualmente es Profesor en Lengua Guaraní por el Instituto de Lingüística Guaraní del Paraguay "Prof. Dr. Reinaldo Decoud Larrosa". Es además Doctor en Historia y Magister en Ciencias de la Educación con Especialización en Investigación Socioeducativa por la Facultad de Filosofía de Universidad Nacional de Asunción.

         Actualmente se dedica a la docencia en Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción, en la cátedra de Historia de la Educación Paraguaya de la carrera Ciencias de la Educación, así como en otras instituciones de enseñanza secundaria y superior.

         Publicó las siguientes obras: La Guerra Contra La Triple Alianza 1864-1870. Parte I 1864-1867, de la colección "La Gran Historia del Paraguay" (2010); Francisco Solano López, de la colección "Protagonistas de la Historia del Paraguay" (2011), Ramón Indalecio Cardozo. Una Aproximación de su pensamiento en "La Educación en el Paraguay Independiente Tomo I" del Ministerio de Educación y Cultura. Año: 2011 y La Guerra contra la Triple Alianza 1864-1870, parte de la colección "Guerras y Violencia Políticas en el Paraguay" (2013).




ARTÍCULOS PUBLICADOS EN EL DIARIO ABC COLOR SOBRE EL LIBRO



VIDA DEL MAESTRO CARDOZO LLEGA A MILES DE HOGARES

Hoy es un día particularmente especial para los editores de la Colección Gente que hizo Historia, de ABC Color y El Lector.


Villarrica de finales del siglo XIX. En esta ciudad nació el gran educador Ramón I. Cardozo,

cuya biografía se distribuye hoy con el diario ABC Color./ ABC Color


Es que este domingo, con el ejemplar de nuestro diario, aparece “Ramón I. Cardozo”, la biografía de este gran maestro paraguayo escrita por el César Cristaldo.

Cardozo fue seleccionado para esta serie de libros dada la importancia que revistió su labor docente que fue fundamental para que la educación tuviera un nuevo rumbo en nuestro país.

La vida de este hombre, convertida en texto, estará hoy en miles de hogares paraguayos para que todos puedan conocerla y valorar su obra en el campo de la educación en nuestro país en los primeros años del siglo XX.

Desde la Dirección General de Escuelas, el guaireño Ramón Indalecio Cardozo (1876-1943) elaboró el Plan de Reforma de la Educación Primaria, en 1924, y produjo la más importante bibliografía nacional sobre temas pedagógicos: “Pedagogía de la Escuela Normal”, “Pestalozzi y la educación contemporánea”, “Nueva orientación de la educación común”. “El paraguayo, en 3 tomos; “Pedagogía de la Escuela Activa”, en 3 tomos. En 1933 elaboró un nuevo Plan de Estudios para las Escuelas Normales.

Posteriormente se abocó a la investigación histórica. Publicó “El Guairá: historia de los orígenes de Villarrica”, y “Melgarejo, el fundador de Villarrica”.

El Dr. Emilio Uzcátegui, exjefe de la misión de Unesco en el Paraguay, sostiene que es “cierto que su labor educativa y de investigación se concentró en su país; pero por su valor destacado, Cardozo puede considerarse como educador de América…”.

De acuerdo con varios biógrafos, la formación espiritual de este maestro se estructuró en aquella Villarrica “señorial y culta” de comienzos de siglo, madre de tantos intelectuales y artistas de talento.

Tras completar su formación en el Colegio Nacional de la Capital y la Escuela Normal de Asunción, Ramón I. Cardozo inició su labor docente junto con otros ilustres maestros: Atanasio Riera, Simeón Carísimo, José del Rosario Rojas, Nicolás E. Sardi, Virgilio Barrios, Carlos Ventura de Permi y otros.

Dictó cátedras de Historia nacional y americana. En aquellas aulas estrechó una íntima amistad con el extraordinario educador Delfín Chamorro.

Ambos fundaron en 1902 El Libre, periódico que publicaba regularmente lecciones de la cátedra para suplir la precariedad de textos y bibliotecas de consulta.

Además de profesor de Historia, Cardozo enseñó también Pedagogía en la Escuela Normal de Profesores de Villarrica, con métodos tan eficientes que pronto lo destacaron a la consideración de los círculos científicos del país.

Ante el éxito de sus métodos, el Gobierno lo trajo para ejercer la Dirección General de Escuelas, en Asunción.

Su actuación oficial en el delicado cargo “elevó la instrucción pública del Paraguay a nivel de alta jerarquía, inigualada hasta entonces”.

Lamentablemente –señala César Cristaldo– sus propios correligionarios (liberales) no supieron apreciar y valorar sus cualidades de maestro, pedagogo y administrador educacional.
Falleció en Buenos Aires, en 1943.

Publicado en fecha : 19 de Mayo de 2013

Fuente en Internet: ABC COLOR DIGITAL/ PARAGUAY



CARDOZO INDEPENDIZÓ LA EDUCACIÓN NACIONAL

La ciudadanía tendrá mañana domingo la ocasión de conocer la vida y la obra de uno de los más insignes héroes civiles del Paraguay, el guaireño Ramón Indalecio Cardozo (1876- 1943), el pedagogo que contribuyó sustancialmente a instaurar la independencia educativa de nuestro país, que anteriormente dependía de los programas argentinos.


En efecto, mañana aparecerá con el ejemplar de nuestro diario el libro justamente titulado “Ramón I. Cardozo”, del historiador compatriota César Cristaldo. Este será el segundo volumen de la Colección Gente que hizo Historia, de ABC Color y la editorial El Lector.

La vida de Cardozo tuvo ribetes excepcionales por su dedicación a la enseñanza y a la revolución de los programas educativos nacionales, de manera que estos tuvieran un sentido nacionalista.

A inicios del año 1898, el Superintendente de Instrucción Pública lo nombró Director de la Escuela de Varones de la ciudad de Villarrica, siendo aún alumno del tercer año de la Escuela Normal de Maestros.

Corría el año de 1902, cuando inició en la escuela de Villarrica la práctica de la enseñanza de trabajos manuales, industriales y agrícolas, con resultado bastante halagador.

Ramón contrajo enlace matrimonial con la señorita Juana Sosa Ortigoza –igualmente maestra– el 10 de enero de 1903, cristalizando uno de los sueños del eminente educador. Esta mujer tuvo mucha influencia en el pedagogo porque fue la persona que le brindó amor, comprensión y apoyo en la felicidad y en la adversidad, convirtiéndose en su sostén emocional.

Fueron sus hijos: Virginia Concepción (quien se casaría con el capitán José Bozzano), Elena, Efraím (quien sería uno de los más grandes historiadores paraguayos), Elsa y Ramón Indalecio. El quinto hijo llevó también el mismo nombre del padre, pero falleció prematuramente el 16 de julio de 1912 con tan solo 18 meses de edad.

El texto se inicia describiendo las particularidades del sistema educativo en el período inmediatamente posterior a la finalización de la Guerra contra la Triple Alianza (1864-70), para luego abarcar la educación que recibió Cardozo, tanto en el Colegio Nacional de la Capital como en la Escuela Normal de Maestros.

Posteriormente, Cristaldo brinda importantes datos sobre la vida familiar de Cardozo y todo lo que tuvo que afrontar para tener una posición digna al frente de las instituciones educativas que le cupo dirigir en varios puntos del país.

Cardozo introdujo en el currículum clases de higiene, labores del hogar, y fomentó la práctica de la huerta escolar.

Publicado en fecha: 18 de Mayo de 2013

Fuente en Internet: ABC COLOR DIGITAL/ PARAGUAY



RAMÓN I. CARDOZO, HÉROE NACIONAL HIJO DE MADRE SOLTERA

Un gran libro es el que aparecerá el domingo, como segundo volumen de la Colección Gente que hizo Historia. Se trata de “Ramón I. Cardozo”, de César Cristaldo. Cardozo, hijo de madre soltera, llegó a ser una cumbre en la pedagogía. Hoy se cumplen 137 años de su nacimiento.


Alumnos de una escuela asuncena en 1904. Ese año Cardozo comenzó su tarea

para que tuviéramos un programa paraguayo de estudios./ ABC Color


Cardozo fue un hombre que contribuyó con la independencia educativa del Paraguay, cuando que entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, en las escuelas paraguaya se estudiaba con programas y libros de la Argentina.

Cardozo nació en la ciudad de Villarrica el 16 de mayo de 1876, seis años después de acabada la Guerra Grande. Su madre fue doña Josefa Cardozo Vayo. Su padre fue el célebre caudillo y fundador del Partido Liberal Antonio Taboada, quien nunca se ocupó de él. De su educación se encargaron su madre y su tía Balbina Dávalos.

El joven Ramón Indalecio ingresó en la Escuela Municipal de Villarrica en 1885. La Escuela de Varones estaba ubicada en el viejo edificio que aún existe detrás de la Iglesia Parroquial. Este local fue edificado en tiempos de don Carlos Antonio López para el “Colegio de Latinidad” que entonces funcionaba bajo la dirección de don Mariano (Fermín) López, quién fue muerto por los brasileños en la batalla de Piribebuy, el 12 de Agosto de 1869. Sus primeros profesores fueron los señores Trifón Gorostiaga, Pedro Pablo Argüello y Sinforiano Brisueña.

En el año 1888, Cardozo terminó el curso primario y se inscribió en el nuevo Colegio Nacional de Segunda Enseñanza de Villarrica, creado a fines de 1889, y que empezó a funcionar desde marzo de 1890, culminando el tercer curso en 1892. Al año siguiente fue becado al Colegio Nacional de Asunción donde se graduó de bachiller en 1895.

Algunos de sus condiscípulos se convirtieron en grandes personalidades como Félix Paiva, más tarde presidente de la República y rector de la Universidad Nacional de Asunción. Su primer empleo se dio en las vacaciones del año 1892, ocupando el cargo de bibliotecario de la Sociedad “El Porvenir Guaireño”, con un sueldo mensual de 10 pesos.

Esto nos demuestra el espíritu sacrificado que tenía desde adolescente el gran pedagogo guaireño, y que no miraba con indiferencia el esfuerzo de su madre y su tía en el sostenimiento de la familia.

Se inició en el magisterio, mientras cursaba aún el sexto curso en las aulas del Colegio Nacional de la Capital, en el año 1895, debido a que la pobreza lo obligó a tomar el empleo de maestro en el Colegio Modelo de don Clementino Billordo, educador argentino.

Por ese tiempo vivió en la casa del padre Miguel Maldonado, cura de la parroquia de San Roque, debido a que la beca del Gobierno ya no cubría sus necesidades.

Terminado el bachillerato deseó seguir Medicina. Pero necesitaba atender a su familia económicamente, en retribución a que en medio de la más absoluta pobreza, había costeado su educación. Se decidió por el magisterio inscribiéndose en el año 1896 en el primer curso de la Escuela Normal de Maestros, de la cual egresó en el año 1898. Se puede decir que en este caso, la pobreza hizo posible que apareciera en el Paraguay un educador de la talla de Ramón Indalecio Cardozo, que mucho hizo por nuestro país, aunque terminó incomprendido y radiado por la intolerancia de su propio partido, el Liberal. Cardozo, padre de otro gran paraguayo, Efraín Cardozo, murió en Buenos Aires el 20 de abril de 1943.

Publicado en fecha: 16 de Mayo de 2013

Fuente en Internet: ABC COLOR DIGITAL/ PARAGUAY


CARDOZO, UN HOMBRE QUE DIO TODO POR LA EDUCACIÓN

“Ramón I. Cardozo”, del historiador compatriota César Cristaldo, será el segundo libro de la Colección Gente que hizo Historia, de ABC Color y la editorial El Lector. Esta obra singular, un extraordinario aporte sobre todo para los docentes de nuestro país, aparecerá el próximo domingo con el ejemplar de nuestro diario.

De acuerdo con el prólogo preparado por el director de esta colección, Herib Caballero Campos, este libro nos recuerda a un paraguayo que comprendió que las limitaciones y los obstáculos no deben amilanar en ningún sentido para lograr una mejora de la educación, pues esta es la piedra angular sobre la que se funda el progreso de una sociedad.

Por su parte, el autor de la obra, César Cristaldo, señala que el presente libro se ha escrito con la intención de dar a conocer a la opinión pública la vida y las obras de Ramón Indalecio Cardozo, y brindar una aproximación a los principios pedagógicos del gran educacionista paraguayo.

Probablemente no se pueda describir completamente su visión pedagógica, pero presentaremos a consideración algunos puntos fundamentales de su vida y aspectos de la propuesta educativa de un hombre criado sobre los escombros humeantes del Paraguay sojuzgado por la Triple Alianza, tras una desigual y desleal contienda de 1864- 1870, conocida como la famosa “Guerra Guasu”, expresa Cristaldo.

De acuerdo con el autor del texto que publicaremos el domingo 19, don Ramón Indalecio Cardozo vivió en carne propia las terribles consecuencias del Decreto del 7 de marzo 1870, así como la “argentinización” de las escuelas paraguayas, acaecida en las últimas décadas del siglo XIX y en las primeras del siglo XX. Esta situación encendería su ferviente deseo de impulsar la nacionalización pedagógica de la educación paraguaya, lo que conseguiría con su Reforma Educativa de 1922/1924.

Egresado del prestigioso Colegio Nacional de la Capital en 1895, al año siguiente pasó a estudiar en la entonces recientemente creada Escuela Normal de Maestros, donde fue destinado a ejercer la Dirección de la Escuela de Varones de su pueblo natal, Villarrica, a pesar de ser alumno-maestro del tercer curso de dicha institución.

Cardozo apareció en la escena intelectual del Paraguay en el Congreso Pedagógico de 1904, con ponencias muy importantes como: “La escuela rural”, “La enseñanza de la lectura” y “Plan de estudios”. Todas ellas merecieron el elogio y aprobación del Congreso. Con estas obras ya se iba pergeñando la visión pedagógica del joven maestro guaireño, que 20 años más tarde implementaría en la Reforma Educativa de 1924. Cardozo representa el modelo ideal del maestro paraguayo.

Publicado en fecha: 15 de Mayo de 2013

Fuente en Internet: ABC COLOR DIGITAL/ PARAGUAY



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