No hay Navidad más desolada que aquella que se pasa lejos de los seres que uno ama. Si a ese paisaje de nostalgia se une una naturaleza vestida de nieve, la ausencia se vuelve un puñal mucho más agudo. Digno García, en Europa, compuso este conmovedor testimonio de los músicos andariegos. Nicolás Caballero lo aprendió de su padre, también arpista, Isidro Caballero.