El disco compacto de canciones argentinas, con el título genérico de Cumbre del Folklore, arriba puntualmente cada semana con la revista Noticias editada en Buenos Aires. En la portada del disco No. 4, que vino con la edición del 25 de marzo pasado, se anuncian intérpretes tan relevantes como Los Fronterizos, Mercedes Sosa, Horacio Guaraní, Teresa Parodi y Los Cantores de Quilla Huasi.
La colección está compuesta por obras de autores argentinos interpretadas por autores argentinos. En ese cuarto volumen, sin embargo, aparece la guarania Mi dicha lejana, de Emigdio Ayala Báez, cantada por el argentino Antonio Tormo. En el contexto en que se lo presenta, para quien no esta informado, la conclusión acerca del origen de la composición y su autor no puede ser sino una: que forman parte del mismo universo al que pertenecen los demás.
La sorpresa –si es que a uno le asiste todavía el derecho de asombrarse- no acaba allí. Al escuchar la grabación se constata que los dos versos en guaraní del original desaparecieron. Las traducciones de ambos son horribles, pero el segundo es criminal (ver letras que acompañan a este texto).
Por otro lado, la versión de Tormo es una irreverencia sin nombre para Emigdio Ayala Báez y la música paraguaya no sólo por los errores en la construcción de las oraciones, la tergiversación (alba por algo, en el segundo verso de la segunda estrofa, por ejemplo), sino porque ignora totalmente la penúltima estrofa.
Ayala Báez vivió en la Argentina. Además de ejercer su vocación de intérprete y compositor, fue empleado de Alberto J. Armando, presidente del club Boca Juniors durante muchos años. Ni el habitar suelo argentino ni el ser asalariado de tan eminente hombre de empresa y del fútbol, sin embargo, le impidieron continuar atado a sus raíces. Tan aferrado a ellas estaba que vino a pasar sus últimos días entre los cerros de su Escobar inolvidable, en el departamento de Paraguarí, para morir junto a las caricias de sus vientos, dejando “polvos de mil caminos”.
Este artista, que nació el 5 de agosto de 1917 y falleció el 24 de febrero de 1993, escribió Mi dicha lejana en 1940 cuando estaba de gira con el conjunto del Maestro Herminio Giménez por el Brasil. Le dedicó al primer amor de su vida. Ella había quedado en el Paraguay y él se moría por regresar a su lado. En 1941, en Buenos Aires, la grabó el conjunto de Félix Pérez Cardozo, con la voz de Delfín Fleitas, hermano de doña Fidelina Fleitas, hoy viuda de Cardozo Ocampo.
Fuente: Revista Noticias, Nº. 4, Buenos Aires, 2001