LETRAS DE LAS PRINCIPALES POLCAS, GUARANIAS Y CANCIONES
Ediciones ARASUNÚ
Política y Cultura
Recopilación: Sergio E. Dacak
Para adquirir el material : 595 21 601045
Composición: Rubén Riveros. Impresión: Ediciones y Arte S.A.
Asunción, Paraguay, Mayo de 2011
PRESENTACIÓN
Ofrecemos este libro como una modesta ayuda para los amantes de nuestra música popular. En este primer volumen hemos seleccionado aproximadamente 100 letras de las principales polcas y guaranias, especialmente de aquellas que han dignificado nuestro acervo musical, y mediante las cuales meritorios y talentosos artistas hicieron conocer al Paraguay en todos los países más distantes del mundo.
No nos hicimos problemas con la grafia, y utilizamos indistintamente la nueva y la antigua. Lo único que importa es que los versos que fueron inspiración y motivo de los creadores de nuestro arte musical sean conocidos por la mayor cantidad de intérpretes y posibles nuevos triunfadores del canto como lo fueron Eladio Martínez, Samuel Aguayo, los hermanos Cáceres, Luis Alberto del Paraná, y recordadas mujeres como Wilma Ferreira, Blanquita Villalba, Kikina Zarza, Marizza, Betty Figueredo, Chinita Montiel y tantas otras más.
Con ese deseo, nos amparamos en la bondad y la comprensión de nuestros amigos, por los errores involuntarios que hayan escapado a nuestra mejor buena voluntad, al editar este primer volumen de Ñande Purajhéi.
Los Editores
TRADICIONES PERDIDAS
El Paraguay ha perdido hermosas tradiciones que antes ayudaban a fortalecer nuestro amor a la patria y a la familia. Una de ellas era el encuentro diario, habitual, de padres e hijos, parientes y amigos, al Toque de Oración.
Invariablemente, pero particularmente en poblaciones campesinas, a las 6 o a las 7 de la tarde, sonaban las campanas de la Iglesia, como un llamado a una santa y noble costumbre cristiana. Delante del nicho o de un Cristo crucificado, o de la Virgen María, en la intimidad de un grupo humano callado y respetuoso, la abuela, o el de mayor edad de los presentes, encabezaba el rezo que no duraba más de 15 minutos.
Otra costumbre perdida era la de ofrecer el pan y el vino antes de almorzar o cenar. Sentados todos a la mesa, uno de ellos daba gracias a Dios por la comida, que todos iniciaban recién después del amén. Igual ceremonia se repetía al finalizar la cena o el almuerzo.
También se rendía respeto y gratitud a los ancianos y a las personas mayores, ni qué decir al padre y a la madre. Al primer y simple encuentro con ellos, se juntaban las manos y se les pedía la bendición.
Estas buenas costumbres han desaparecido, para dar paso a una liberalidad cada vez más desinhibida y hasta licenciosa. Ojalá volviéramos a recuperarlas con la buena voluntad de todos, y con la certeza de que con ello lograríamos mejorar en mucho el ambiente y las relaciones de las familias que conforman nuestra nacionalidad.
S.E.D.
INDICE : Presentación// Tradiciones perdidas
Letras: Nde ratypykua/ Che kamba resa jajai/ Canción a Villa Florida/ Recuerdos de Ypacaraí/ Mis noches sin ti/ Virginia/ Serenata/ Nde resa kuarahy’âme/ Novia querida/ Ne porâ che Paraguay/ Mi dicha lejana/ A mi pueblito Escobar/ Ángel de la sierra/ Chipera Luque/ Burrerita/ Kuña guapa/ Che renda alazán/ Recuerdos de ayer/ Reservista purahéi/ Che roga/ Cerro Corá/ Nde rendape aju/ Panambi verá/ Causa ne ñañá/ Tupâsy Ka'akupépe/ Flor de Pilar/ Acosta Ñu/ Minero sapukái/ Villarrica/ Tupâsy del campo/ Barcino kolí/ Asunción del Paraguay/ El arriero/ Josefina/ Peregrino trovador/ Mborayhu asy/ Soy de la Chacarina/ Apytávo che añomi/ Felicidades/ Mokôi güyra'í/ Vapor cué/ Noches del Paraguay/ Itapúa poty/ Tapyy ha’eño/ Jasy morotî/ Paloma blanca/ Buscándote/ Lejanía/ Renacerá el Paraguay/ Mi oración azul/ Así canta mi patria/ Lucerito Alba/ Galopera/ Bravo Paraguay/ Mitâkuñami/ Asunción/ Virgencita de Caacupé/ Che la reina/ Adiós che parahe kue/ Bajo el cielo del Paraguay/ Bahía Negra poty/ Ñemongetá okára/ Mi paisanita/ Mariposa parâmi/ Golondrina fugitiva/ Mi patria soñada/ María Escobar/ Florecita de mi cielo/ Oda pasional/ Alma vibrante/ Nendivénte/ Musiqueada jazmín guype/ Peregrino trovador/ Tardes asuncenas/ No me olvides/ India/ 6 de enero/ Palomita mensajera/ Muy cerca de ti/ Imposible, imposible/ Noches en el corazón/Por tu gracia angelical/ Ensueño de claro lunar/ Paraguaya rojhacjhú/ Máva ykére pa reimẽ/ Floripamí/ Che pyjharé mombyry/ La carreta/ Así canta mi patria/ Vergel luqueño/ Marineritos de mi patria/ Es tan lindo quererte/ Che maitei/ Saudade/ Oración a mi amada / Che pochyma nendivé.
Una y otra vez, con sus alas desplegadas, la mariposa vuela en el territorio de la poesía popular. Baste recordar dos botones espléndidos de su presencia en los versos de nuestros poetas: PANAMBI VERA, con letra de MANUEL ORTIZ GUERRERO y música de JOSÉ ASUNCIÓN FLORES y PANAMBI HOVY, de Lorenzo JUSTINIANO DELVALLE.
Otra, sin que se agote el listado obviamente, es la polca que tradicionalmente se la conoce como MARIPOSA PARAMI, en español y guaraní, o directamente españolizado por la intervención popular: MARIPOSA PARA MÍ. En realidad, su verdadero título -según un original de puño y letra de su autor- es MARIPOSAMI.
El maestro rural, poeta y músico ANDRÉS R. (RAMÓN) PEREIRA, maestro rural, poeta y músico, nacido el 4 de febrero de 1903 en la compañía Cerro Guy de Yaguarón y fallecido el 7 de enero de 1986, es el autor de la poesía a la que FÉLIX PÉREZ CARDOZO le puso música.
Desde 1920 se dedicó a la docencia. Fue profesor y director de escuelas en Pirayú, Itá y Yaguarón. Se lo conocía como servidor social, idealista y con alto espíritu de justicia, según los datos recogidos por el profesor RICARDO AQUINO BOLAÑOS -de Yaguarón-, gracias a quien es posible escribir este documentado relato. Tan grande era su afán de enseñar que aun después de jubilado siguió dando clases en su casa del barrio San Miguel, de Yaguarón, en un mango guy, a alumnos con problemas en el aprendizaje.
Sus ratos libres eran ocupados por la escritura y la guitarra. De su pluma nacieron también obras como MI MADRESELVA, KAYSA POTY, INDEPENDENCIA NACIONAL y TORTOLAMI. Sus vivencias, su entorno y sus afectos eran la fuente de su inspiración.
"Arranca de las Musas épicas canciones para la patria como dulces versos de amor para las mujeres. No estudió las reglas de la métrica literaria: su vocación poética ha sido modelada bajo el efluvio perfumado de las urdimbres serranas, el fluir cadencioso del arroyo y los melódicos gorgeos de las aves lugareñas", dice la revista Ysoindy al referirse al poeta yaguaronino (1).
En 1929, siendo director de la Escuela Inferior N° 459 de Potrero Avendaño -donde ejerció el cargo entre 1927 y 1931-, Pirayú, residiendo en la compañía Tava'i, ANDRÉS R. PEREIRA estuvo muy enfermo. Lo acostaron debajo de una planta de naranjo, a orillas de un bosquecillo para que dialogara con la naturaleza buscando alivio a su dolor.
De pronto, en la tarde, según el mismo relata en un texto que lleva su firma y está fechado el 15 de febrero de 1929 en Tava'i, vio que pasaba a su lado una mariposa de multiplicados colores. Voló hasta que no la pudo ver más, perdiéndose en la fronda. Un rato después, mientras el poeta seguía impresionado por aquella fugaz visión, el insecto volvió a recorrer el mismo itinerario, alejándose definitivamente.
Esa escena fue suficiente para que el maestro-poeta quedara prendado de aquella mágica mariposa. Le inventó una vida, le expresó su amor como si fuera una mujer -pe nde lája ipõrãgui che korasõ nde rayhu- compitiendo con el viento. Le pide luego que abandone el monte y salga a disfrutar de la libertad del espacio abierto. En realidad era para que él gozara de su presencia. Por eso dice: esêna ka'aruete torohecha, mi querida.
El poeta, sin embargo, se encuentra con la evidencia de que su amada habita el tupido reino de los árboles, acaso sin retornar a la claridad. Y se despide habitado por la congoja de la ausencia.
Más allá de la narración de ANDRÉS R. PEREIRA, su poesía es también una metáfora de esos amores que nacen y desaparecen como un relámpago dejando una ancha herida en el corazón.
La inspiradora de la canción era una mujer con la que el autor tuvo hijo y no precisamente la mariposa de bellos colores.
Las historias de las canciones populares -porque pertenecen a la oralidad- están llenas de sorpresas. A veces, se cree que se cuentan con tanta coherencia que resulta difícil sospechar que puedan aparecer aristas inéditas, versiones diferentes... incluso cuando el propio autor es el que relata los pormenores de su creación literaria.
Alguna vez, en esta misma sección, a partir de la investigación realizada por el profesor Ricardo Aquino Bolaños -de Yaguarón-, se publicó que Mariposami -título original convertido en Mariposa parami por los intérpretes y la memoria popular- había nacido de la inspiración de Andrés R. (Ramón) Pereira, cuando este docente, que por entonces vivía en la compañía Tava’i, del distrito de Pirayú, estuvo muy enfermo.
El poeta, en un texto con su firma, fechado el 15 de febrero de 1929 en Tava’i, decía que había visto pasar a su lado una mariposa de bellos colores. Voló un rato en torno a él. Y desapareció en la floresta. Retomó un rato después y se alejó para siempre.
Esa es la historia oficial. Más allá de la misma, sin embargo, hay otra que también tiene fundamento y que vale la pena conocer.
LA OTRA HISTORIA
La fuente es Aníbal Ortiz, sobrino político de Andrés R. Pereira: "Soy el sobrino del poeta porque él estaba casado con mi tía Juana Delgado, la hermana de mi abuela", dice Ortiz, como un modo de probar la veracidad de su información.
"No es cierto que le escribiera a una mariposa que llegó junto a él. Le hizo a Hermógena Delgado, que era prima hermana de Juana y había sido criada por la familia Pereira-Delgado. Él habrá contado aquella historia de la mariposa verdadera porque no podía decir que estaba enamorado de la criada, porque los tres vivían en la misma casa, en Tava’i. Al leer con atención la poesía, sin embargo, uno se da cuenta de que hablaba de su situación, aunque no directamente", sostiene.
La Mariposa, entonces, era solo una metáfora. La auténtica mariposa era, en realidad, Hermógena.
"Ella un tiempo vivía detrás de una isla, en el monte podríamos decir. De ahí pasó a la casa del poeta como criada. Es evidente que el poeta no podía contar todo en su poesía. Por eso le llama Mariposa y dice ‘che ko peina ñémimi/ roguereko che resápe’. Era un amor prohibido y clandestino.
"Allí estaba su esposa. Él le llama Yvytu celoso que no quería que ni un rato estuviera cerca de tío Ramón. Seguramente tía Juana pilló algo o intuía lo que pasaba bajo su propio techo", continúa Aníbal.
"El romance no acabó. Mi tío Andrés y Hermógena seguían viéndose a escondidas. De esa relación nació un niño no reconocido por el padre. Se llama Benito Loreto Delgado. Yo le conozco, aunque hace tiempo que no le veo. Con el tiempo, su madre se casó con otro y tuvo varios hermanos".
Aníbal Ortiz -a quien este contador del origen de las canciones populares llegó a través de un dato publicado por su esposa Betty Medina en Facebook- agrega una conjetura que remarca cómo Andrés R. Pereira, poeta al fin, "disfrazo" su poesía.
"Quiero pensar que el verso no dice Mariposa parami, mariposa de colores, sino Mariposa para mí, la mariposa que es para mí. Si todo estaba diciendo indirectamente con mucha habilidad, es probable que esto también haya sido así", concluye.