CAPÍTULO XVI
LA GUERRA DEL CHACO
RESUMEN:
- EL CONFLICTO COMENZÓ CON EL ATAQUE BOLIVIANO CONTRA EL FORTÍN QUE GUARNECÍA LA LAGUNA PARAGUAYA EL FORTÍN SE LLAMABA "C.A. LÓPEZ".
-CON EL TTE. CNEL. JOSÉ FÉLIX ESTIGARRIBIA Y EL DR. EUSEBIO AVALA, EL PARAGUAY TENÍA DOS VERDADEROS JEFES CON QUIENES PODÍA CONTAR.
-LA VICTORIA DE BOQUERON SIRVIÓ A TODOS DE ALIENTO.
-NUESTRAS TROPAS, SIN EMBARGO, TUVIERON QUE MANTENERSE EN LA DEFENSIVA HASTA LAS VICTORIAS DE NANAWA Y GONDRA.
-ENTONCES SE PASO A LA OFENSIVA: FUE LA CAMPAÑA VICTORIOSA DE CAMPO VÍA, SEGUIDA DE UN ARMISTICIO DE UNOS 15 DÍAS.
-DESPUÉS DE LA DERROTA DE STRONGEST, NUESTRO EJÉRCITO SIGUIÓ SU MARCHA VICTORIOSA EN LAS BATALLAS DE EL CARMEN, PICUIBA, YRENDAGÜÉ, YBYBOBO, ETC..... HASTA LA VICTORIA DEFINITIVA EL 12 DE JUNIO DE 1935.
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74. Pitiantuta (15 de junio de 1932)
El 15 de junio de 1932, tropas bolivianas atacaron sorpresivamente el fortín C.A. López, situado a orillas de la laguna Pitiantuta, a 150 kms. al oeste del río Paraguay (Puerto Guaraní). De inmediato el presidente, Dr. José P Guggiari, ordenó la retoma de dicho fortín. La consigna era formal y terminante: apoderarse de Pitiantuta o sucumbir hasta el último soldado. El enemigo era mucho más numeroso y estaba atrincherado. Pero nuestras tropas al mando del capitán Abdón Palacios, después de una sangrienta lucha, retomaron el fortín Pitiantuta (C.A. López), el 16 de julio de 1932.
75. Estigarribia y el Dr. Eusebio Ayala
El entonces Tte. Cnel. José Félix Estigarribia fue nombrado comandante de la 1ª División de Infantería. Hombre bueno e inteligente, soldado pundonoroso y valiente. Nació en Caraguatay el 21 de febrero de 1888; estudió en la Escuela de Agricultura de Trinidad. En 1908 ingresó en el Ejército. Prosiguió sus estudios militares en Chile y en Francia, donde fue alumno del Mariscal Foch (Esto es incierto, pues cuando Estigarribia cursó estudios en Francia (1926-1927) el Mcal. Foch (1852-1929) ya estaba jubilado). Estigarribia, profundo conocedor del valor del soldado paraguayo y de la fuerza moral de su pueblo, defendió con pasión su idea de entablar la lucha en la selva, dentro del Chaco y no atraer al enemigo hacia el río Paraguay, como pretendían algunos.
El Dr. José P Guggiari entregó el poder al Dr. Eusebio Ayala, en agosto de 1932. El Presidente Ayala fue el hombre providencial para esa hora angustiosa; dotado de privilegiada inteligencia y de un patriotismo sin par, empeñó su talento y toda su fuerza moral para llevar a su pueblo a una completa victoria, apoyando plenamente al comandante Estigarribia, el soldado del Chaco. El Dr. Ayala es considerado, con justicia, el prototipo del héroe civil.
76. Boquerón (29 de setiembre de 1932)
Después de la acción de Pitiantuta, el Ejército paraguayo se concentró en Isla Poí (Villa Militar). Con más de 8.000 hombres, comandados por el osado Cnel. Carlos Fernández, los paraguayos cayeron sobre Boquerón, fortín cuyas líneas de trincheras fueran trazadas técnicamente y defendido por más de 1.000 soldados bolivianos. Fallaron los primeros ataques frontales, pero al cabo de 20 días de sitio, el 29 de setiembre de 1932, festividad de San Miguel Arcángel, se rindió el valiente comandante Manzana, pese a su heroísmo y el de sus abnegados soldados. La victoria de Boquerón sirvió de aliento al pueblo y de escuela a su ejército (Dice David Zook Jr. en "La conducción de la Guerra del Chaco" que Boquerón moralmente fue la batalla decisiva de la guerra. Bolivia nunca volvería a recuperarse).
77. Hacia Saavedra
Con una elevada moral por la resonante victoria de Boquerón, el Ejército paraguayo marchó sobre Arce y ocupó el triángulo de agua (Arce-Aligüatá-Falcón). Con muy pocos reveses la victoria sonreía en todas partes a nuestros valerosos soldados: cayó en nuestro poder la mayoría de los fortines del Sector Central: Toledo, Yucra, Corrales, Platanillos y Bolívar.
Se codiciaba Saavedra, pero había muchos obstáculos para llegar a él, pues el mercenario general alemán Hans Kundt, jefe del Ejército boliviano, venía con el propósito de arrasarlo todo. Entonces nuestras tropas tuvieron que mantenerse a la defensiva, resistiendo a pie firme las arremetidas de Kundt y guardando celosamente la línea Nanawa-Saavedra-Herrera (Fernández).
El general Kundt quiso romper a toda costa la línea defensiva, con la magistral idea de dirigirse hacia Concepción y cortar así nuestra retaguardia. Para ello cargó impetuosamente sobre el fortín Nanawa, el 19 de enero de 1933, pero tuvo un fracaso rotundo.
Lejos de amedrentarse, intentó luego en otros sectores, e igual suerte le cupo al jefe alemán. Por segunda vez atacó Nanawa, el 4 de julio de 1933, con toda clase de elementos bélicos, habiendo llegado los soldados bolivianos hasta las fosas y las trincheras paraguayas, demostrando también su gran espíritu luchador. Los soldados paraguayos tuvieron que defenderse con su legendaria bravura: el hombre que ya no tenía bala hacía uso de machete o de cualquier objeto que encontrare a su alcance. Después de casi una semana de continuo batallar, los bolivianos se convencieron de que era inútil todo esfuerzo y tuvieron que retirarse, dejando un montón de muertos y una enorme cantidad de armamentos.
Era el 4 de julio de 1933. El jefe de los héroes de Nanawa fue el coronel Luis Irrazábal.
79. Campaña de Campo Vía (octubre 23 - diciembre 11)
Con las victorias de Nanawa y Gondra (julio de 1933) se equilibró la lucha y se pasó a la ofensiva.
Pampa Grande y Pozo Favorito dieron comienzo a nuevos triunfos. El plan del Comando paraguayo, concebido hacía rato, consistía en envolver y aniquilar al grueso del Ejército boliviano. Entre tanto Kundt concentró sus efectivos en Alihuatá y se aferró a esa posición, pese a las serias advertencias del presidente Salamanca.
Por su parte, nuestras tropas avanzaron amarrando al enemigo con un cinturón de acero. El Gral. Estigarribia dirigió la maniobra planeada por él mismo, "fruto de su vigorosa inteligencia y de su reposado genio militar" (F. Ríos). La batalla iniciada el 23 de octubre, finalizó el 11 de diciembre de 1933 en los cañadones de Campo Vía (La batalla se debe llamar "Zenteno-Gondra". La rendición se hizo en Campo Vía).
Un testigo ocular afirma que fue un espectáculo emocionante contemplar la formación, dentro de la picada que da acceso a Campo Vía, de 250 oficiales y 7.500 soldados prisioneros con todos sus camiones, artillería, etc. El Ejército boliviano perdió 15.000 hombres, entre prisioneros, muertos, heridos y evacuados por enfermedades. Nuestras bajas fueron de 8.000 hombres. En esta memorable jornada el mercenario general Kundt hizo palidecer la rutilante estrella del prestigio del soldado alemán.
Sin duda alguna, Campo Vía fue una gran batalla, magistralmente concebida por el mariscal Estigarribia y que lo consagró como a uno de los más grandes jefes militares de América. Como afirma un autor, "Campo Vía dio renombre y gloria al mariscal José Félix Estigarribia y a sus aguerridas legiones, que ni el tiempo ni las pasiones políticas harán palidecer". Después de esta acción, Estigarribia fue ascendido a General de División.
Como corolario de esta magnífica jornada, cayeron Saavedra, Samalclay, Murgia y otros fortines enemigos. Kundt fue reemplazado por el general Peñaranda, que se escapó del encierro de Campo Vía.
79. Armisticio de Campo Vía (diciembre 19 - enero 6)
El presidente Eusebio Ayala, presionado por los delegados de la Liga de las Naciones, y previa consulta con el general Estigarribia, concedió un armisticio de diez días, que prácticamente duró más de quince (19 de diciembre al 6 de enero). Este breve descanso abundó en bien para nuestros fatigados soldados (Hay opiniones encontradas en pro y en contra de este armisticio).
80. Derrota de Strongest (mayo de 1934)
Las tropas bolivianas al mando de Peñaranda defendieron con bravura su nueva línea que se extendía desde Ballivián (Pilcomayo) hasta El Carmen, cerca de Picuiba. Nuestras fuerzas golpearon sin descanso. No obstante, en mayo de 1934, sufrieron la única derrota de importancia de toda la contienda chaqueña, llamada la batalla de Strongest, sobre el camino Lóbrego.
81. Picuiba-Carandayty
Aleccionados por este contratiempo, que precisamente por excesiva confianza habían sufrido nuestros soldados, maniobraron con más prudencia y mayor tenacidad. Tomaron Picuiba y amenazaron Carandayty. Pero cercados por la caballería del famoso coronel Toro, lograron zafarse y se mantuvieron en la defensiva ante el impetuoso avance de aquel coronel boliviano. Hubo inquietud en nuestra parte por los claros enormes que daban acceso hacia los caminos estratégicos y por la enorme superioridad, en número, del ejército boliviano.
82. Victoria del Carmen (noviembre 1934)
Merced a la inteligencia y habilidad del Comando paraguayo y la férrea voluntad de jefes, oficiales y soldados guaraníes, se conjuró el peligro. Estigarribia optó maniobrar sobre el Carmen: se inició una serie de movimientos envolventes sobre ese sector y se copó la X División adversaria y la Reserva, con sus coroneles Murillo y Méndez y más de 7.000 soldados. Al día siguiente cayó Ballivián (noviembre de 1934).
En el mes de diciembre renunció el presidente Salamanca (En realidad Salamanca fue derrocado por tropas bolivianas traídas del frente de batalla. A los altos jefes les dijo: "Es el primer corralito que les sale bien") y asumió el mando el vicepresidente Tejada Sorzano. Peñaranda continuó en su cargo.
83. Picuiba (diciembre 1934)
Después de El Carmen, el enemigo retrocedió y nuestros soldados avanzaron sin demora. El 8 de diciembre de 1934, el coronel Eugenio A. Garay, de más de 60 años de edad, realizó una hazaña homérica: después de unos días de penoso viaje, entre bosques y arenales desolados, por una senda de 60 kilómetros y sin esperanza de aprovisionamiento, se apoderó de Yrendagüé con sus tres pozos. Al mismo tiempo, el arrojado coronel Franco atacó Picuiba y aquel orgulloso cuerpo de Caballería del coronel Toro, que cercara a nuestras divisiones, quedó cortado sin posibilidad de auxilio; de los 12.000 hombres se salvaron 2.000. La mayoría murió de sed. Aquello fue un espectáculo doloroso y terrible. A raíz de este triunfo nuestras tropas alcanzaron el deseado Parapití, pero a falta de vehículos y armamentos no se pudo llegar hasta los codiciados pozos petrolíferos (Están exageradas las bajas del cuerpo de Caballería del Cnel. 1bro, quien no perdió más de 4.000 combatientes).
84. Ybybobo
En diciembre de 1934, un destacamento paraguayo al mando del no menos renombrado mayor Alfredo Ramos, ganó una brillante victoria.
85. Ultimas acciones
El Ejército paraguayo prosiguió la marcha, llegó hasta las primeras estribaciones andinas; cayó en nuestro poder Charagua, que luego fue reconquistado por los bolivianos. Habíamos llegado a la meta: "ni más allá ni más acá del Paraptí" (M. Domínguez). El soldado paraguayo había cumplido con la sagrada misión de defender la heredad patria. Todos clamaban ya por la paz. Ambos ejércitos, colocados frente a frente, estaban en una ansiosa expectativa.
86. La paz (12 de junio de 1935)
Ella llegó el 12 de junio de 1935, a raíz del protocolo firmado en Buenos Aires. El fuego debía cesar a las 12 horas del día 14 de junio. En ese preciso instante, paraguayos y bolivianos, saliendo de sus trincheras, se abrazaron como hermanos.
87. Tratados de paz (21 de julio de 1938)
La Conferencia de Paz continuó su labor en Buenos Aires, por espacio de tres años. El 21 de julio de 1938 se firmó el tratado de paz, amistad y límites y el 10 de octubre del mismo año, la Comisión de arbitraje trazó los límites definitivos entre ambos países, llegando así a su término este doloroso conflicto.
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Fuente: HISTORIA PARAGUAYA. Por MIGUEL RIGUAL. Colección: Hacia un país de lectores. Edición autorizada por: F.V.D.. Edición al cuidado de ROQUE VALLEJOS. Editorial El Lector, Asunción-Paraguay 2002 (129 páginas).
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