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Gustavo Rodríguez Jara

  MANUAL PARA SER DISEÑADOR GRÁFICO - Autor: Gustavo Rodríguez Jara - Año 2017


MANUAL PARA SER DISEÑADOR GRÁFICO - Autor: Gustavo Rodríguez Jara - Año 2017

MANUAL PARA SER DISEÑADOR GRÁFICO


Autor: Gustavo Rodríguez Jara


ISBN: 9789996705045

Editorial:   FONDEC

 Páginas:  92

Formato: 23x23.5

 Año:  2017

 

 

Presentación del Autor

Una de las primeras cosas que me enseñó mi padre cuando me vio dibujar en mi niñez fue de cómo sacarle punta al lápiz. Fue una experiencia única. Observé cómo tomó entre sus gruesos dedos –hombre de trabajo rudo– aquel delgado lápiz y lo deslizó entre sus manos con una suavidad única. Fue realizando desgastes muy suaves, que más se perecían a la talla de una fina escultura como el David de Miguel Ángel, que un simple gastado del mismo, algo que nunca olvidaré. Y me dijo: “Nunca podrás dibujar bien, si tu mina no es larga y no está bien afilada”, lección para siempre.

El lápiz siempre fue para mí una fuente de eterna inspiración. Se convirtió en la herramienta que llevaría a la realidad todo lo que imaginaría mi mente, en mi gigantesco mundo. En donde no había criticas ni prejuicios.

Lápiz Vs. Mouse

Este pequeño elemento de expresión con el tiempo comenzó a perder protagonismo –no en mi caso, aclaro– en el nuevo mundo del diseño allá por los 90, debido a la aparición de un roedor electrónico que no necesitaba punta. Con la entrada a escena de este novel miembro al ruedo del “nuevo diseño”, el lápiz fue quedando de lado más por la falta de cultura de quienes enseñaban diseño, que por el conocimiento del alumnado. Ya que estos comenzaron a considerar que el lápiz ya no sería necesario en un mundo digital, y por ende fue quedando en el olvido de los nuevos iniciados.

Para aquel momento el mouse y el lápiz ya comenzaban a entrar en litigio, disputándose ambos la creatividad. Los viejos lo seguíamos adorando como herramienta de poder creativo y arma revolucionaria, pero sin embargo los más chicos no le daban el valor que representaba, y era lógico, lo digital ya comenzaba a primar en estos tiempos veloces. Hoy por hoy, me he dado cuenta con mis alumnos que la falta de motricidad en el dibujar les ha privado a muchos de una posibilidad tangible: la de expresarse manualmente aunque sean con garabatos, Hoy sería –con el mouse– algo parecido a besar a un robot, pedirle que cierre los ojos y preguntarle si siente mariposas en su estomago.

La intención de este libro es arrojar un poco de luz sobre esta carrera tan maravillosa, como lo es el diseño gráfico; arrojar luz significa iluminar este oscurantismo cultural reinante, que pretende siniestramente apropiarse de mentes inocentes llenas de sueños y utópicas aventuras, que también incluyen cambiar el mundo. Este libro pone sobre la mesa las herramientas de un legado de arte y cultura, no mostrado frecuentemente porque –para algunos– más parece una filosofía de un cuco que hay que esconder, y que no es práctico a la hora de su uso profesional, craso error que algunos piensan, creen y enseñan tontamente que con saber el uso de un software de diseño ya les otorgarán toda la sabiduría y el talento que necesitan para ser profesionales. Y no es así.

Es muy importante conocer los valores del diseño para tener una información veraz y científica. Con respecto al diseño en sí, partamos de la siguiente base: una teoría debe ser sostenida con argumentos sólidos y demostrada fehacientemente. Pero lo malo de hoy en día en algunas profesiones –y sobre todo en la nuestra– es que nos hemos transformado en intelectuales de la nada. Creemos que internet –quizá la herramienta más espectacular jamás creada por la humanidad– sea la Biblia, y nos dará las soluciones mágicas, y otra vez no es así.

Hay que entender que internet es solo una gran biblioteca virtual, y en muchos casos robamos de ella descaradamente, apropiándonos de creaciones que han llevado mucho tiempo de trabajo a sus realizadores, siendo que la única intención que tuvo el creador fue el de compartirlas para demostrar que se podía realizar algo “así”.

Estamos viviendo en una sociedad altamente canibalista, en donde no existe respeto por el esfuerzo ajeno. Piénsenlo: solo se trata de respeto. Desde luego que esto lo aprenderemos cuando nos ocurra a nosotros; allí recién se entenderá el valor de un esfuerzo robado. ¿Por que sucede esto?, porque no somos solidarios; tan solo por eso. Este libro no pretende realizar una revolución en el diseño, pues esta ya fue hecha hace mucho tiempo, pero sí pretende revivirla con algunos tips muy necesarios, y soñar con lograr revivir la pequeña rebelión de los lápices, esa ya sería una gran victoria. Conocer y desarrollar la filosofía de un punto y una línea nos devolverá nuestra autonomía creativa y seremos dueños de “nuestras” teorías y de nuestra imaginación... El grafito tiene por suerte ese encanto.

Sin embargo el mouse –roedor electrónico– solo será eso, una máquina que no sabe de claroscuros y de sombreados como lo realiza el pulso de una mano inquieta, con los dedos pegados al papel. Papel, qué poderosa palabra, ¿verdad? Su textura solo puede ser apreciada por el lápiz, en esa intimidad tan sublime iluminada como un acto de amor, por nadie más.

Al final del libro encontrarán un pequeño ejercicio que los encaminará hacia el umbral de esta hermosa carrera, que sirve, aparte de comunicar, también para conquistar y cambiar al mundo.

 Gustavo Rodríguez Jara

 

 

 

 

Prólogo

 “Vos podes tener un excelente contenido y lo podes escribir muy bien, pero si no tenés a alguien que te lo diseñe para que luzca bien y llame la atención… no te sirve de nada”. Fue una de las principales lecciones que me dio el maestro Fernando Cazenave, jefe de Redacción de Última Hora en los ’80, cuando me preguntó si ya había buscado a un buen diagramador para diseñar la nota periodística que estaba escribiendo y debía publicar en el diario. Yo le había contestado que era más importante escribir bien el texto y luego cualquiera lo podía diseñar. Fue cuando me dio ese inolvidable reto, que me enseñó el verdadero valor del diseño gráfico.

En esa época el periodismo se aprendía principalmente en la calle y el diseño gráfico en las redacciones y las agencias de publicidad. No había escuelas especializadas y las habilidades se transmitían de los profesionales empíricos a los aprendices, hasta que la actividad fue tomando cuerpo académico y se establecieron las primeras carreras en institutos y universidades, pero siempre persistió la carencia de materiales pedagógicos de factura local, que logren transmitir la rica experiencia acumulada en nuestro medio, la teoría y la práctica ajustada a nuestra propia realidad. Esa es la gran ausencia que hoy viene a llenar este libro de Gustavo Rodríguez Jara, uno de los más capacitados profesionales del diseño gráfico, además de reconocido artista plástico y periodista, que ha trabajado en varios de los principales medios de comunicación y agencias de publicidad, y ha ejercido la docencia, siempre en la vanguardia de las corrientes creativas y profesionales. A partir de ahora, tanto estudiantes como docentes, tienen ante sí una excelente guía pedagógica para adentrarse en el apasionante mundo del diseño gráfico, para que ningún contenido valioso pueda volver a perderse por no ser debidamente presentado ante los ojos y las emociones de los demás.

 Andrés Colmán Gutiérrez

 

 

 

 

En esta obra, Gustavo Rodríguez nos acerca información relevante acerca del mundo del diseño gráfico. Una disciplina reciente en términos históricos, pues hace escasas décadas ha cobrado fuerza en el mundo. También una profesión que se va tornando no solo popular, sino necesaria para una comunicación fluida entre los seres humanos. Porque el lenguaje abarca muchos aspectos, y el diseño es uno de ellos. La forma en que disponemos palabras e imágenes en un espacio hace mejor o peor la comunicación.

 Gustavo desarrolla la historia del diseño minuciosamente, llevándonos por sus caminos sinuosos, muchas veces asociados al desarrollo de tecnología adecuada, como la imprenta o la informática. También notamos sus frecuentes contactos con otros mundos, como los del arte o la arquitectura, fuentes desde las cuales bebe para seguir su propio camino. Cuando la historia del diseño llega a nuestro país sentimos que adquiere mayor sentido, como cuando se usa esta disciplina para comunicar la información y propaganda de guerra durante el conflicto de la Triple Alianza, en que Paraguay tuvo que enfrentar a las fuerzas coligadas de Argentina, Brasil y Uruguay en una guerra brutal que muchos califican de genocidio. Allí surgieron "El Centinela", "Cabichui" y otros periódicos que fueron propicios para el trabajo de diseño.

Finalmente, en los capítulos finales, llegamos a comprender la manera en que se encara un proyecto de diseño, en base a una serie de pasos que van definiendo el mensaje y su forma. Gustavo nos describe los elementos básicos y necesarios de esa comunicación, que sin duda podrá ser profundizada en base a la práctica.

 En nuestro país es poco frecuente la edición de materiales técnicos de aprendizaje o consulta profesional, por lo cual es más que plausible la aparición de esta obra, que está hecha desde los extensos años de práctica profesional y de reflexión acerca del diseño. Gustavo es un diseñador experimentado y talentoso que desea compartir sus conocimientos. Con este libro logra un buen resultado y deja el camino abierto para quienes deseen aproximarse a esta apasionante profesión.

Roberto Goiriz

 

 

 

 

Comentario de la Contratapa o síntesis…

Esta obra trata de significar una guía de tips que hacen a la información que debe poseer un buen diseñador que se precie de tal. ¿Por qué digo diseñador en general? Es muy simple. Si bien este libro habla de Diseño Gráfico, todo diseñador –en cualquiera de sus ramas, llámese Diseñador Editorial, Diseñador Industrial, Diseñador de Interiores, Diseñador de Indumentaria y Textil, Diseñador de Moda, Diseñador Web, Diseñador Multimedia, Diseñador de Videojuegos, Diseñador Audiovisual, Diseñador Técnico, Diseñador Técnico Arquitectónico, Diseñador de Paisajes, Diseñador de Joyas- requiere de una información y formación integral. Necesita de herramientas muy variadas para ejercer con rapidez la ejecución de su trabajo, pero sobre todo necesita de toda su astucia y picardía. La reunión de información intelectual es vital para desarrollarse en este campo artístico.

Este manual –sin querer serlo como tal- indica un camino a seguir, nos lleva con una pincelada a través de la historia del diseño, con capítulos que abarcan, tanto la historia universal del arte con sus estilos, y de cómo estas corrientes ayudaron a cambiar el mundo del arte con nuevos conceptos, nuevas ideas, nuevos planteamientos, tanto que el mundo cotidiano, término adoptando las tendencias de una cultura vanguardista, que algunos la tildaron de locos sin remedio y anarquistas del arte clásico, pero que el tiempo sabiamente se encargó de sosegar a los conservadores atendiendo que la vida necesitaba cambios, y la cultura era definitivamente su motor.

Sin bien para realizarse como diseñador se requiere de muchas materias partiendo de la geometría básica, luego  por la geometría descriptiva y sin dudas llegando a la estrella de todas las materias de diseño, que es -quizá- la más difícil de todas: Percepción Visual. Esta es la mayor y más completa y compleja de las herramientas de diseño, pues ella posee todo el diccionario visual que un diseñador pueda llegar a obtener como información; en síntesis, es la biblia del diseño. Sin esta herramienta será un divagar de intentos sin fundamentos.

Pero como esto no lo es todo, todavía falta aplicar “todo” este conocimiento a la realidad, ¿qué significa esto?, que este trabajo de diseño necesita tener un final feliz, y el final feliz es su realización o fabricación, es decir como llegar al público, la calle… en definitivas el receptor.

Pero cómo lo hacemos posible?, toda idea nace en una mesa de dibujo o bien en una pantalla de computadora y un software de diseño, pero para su realización se necesita ese conocimiento extra que lo encontrarás en este libro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: El Autor Gustavo Rodríguez Jara

Registro: Marzo 2019

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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