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FÉLIX DE AZARA (+)

  DESCRIPCIÓN E HISTORIA DEL PARAGUAY Y EL RÍO DE LA PLATA - VOLUMEN II (Autor: FÉLIX DE AZARA)


DESCRIPCIÓN E HISTORIA DEL PARAGUAY Y EL RÍO DE LA PLATA - VOLUMEN II (Autor: FÉLIX DE AZARA)

DESCRIPCION E HISTORIA DEL PARAGUAY Y EL RÍO DE LA PLATA

VOLUMEN II

Por FÉLIX DE AZARA

 

Editorial: BABEL, 1945. 352pp.

Buenos Aires-Argentina.

(Versión digital:

BIBLIOTECA VIRTUAL DEL PARAGUAY)

 

 


CONTENIDO
DEL TOMO SEGUNDO

 


A) DEL DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA DEL RIO DE LA PLATA: LICENCIA DEL REY Y PRIMERA ESPEDICION.


b) Segunda espedicion por el veneciano Sebastian Gaboto.

c) Espedicion á cargo de algunos comerciantes, mediante contrata con el gobierno: otra por cuenta de este y fundacion del puerto de santa Maria de Buenos-Aires.

d) Regreso y muerte del adelantado D. Pedro de Mendoza. Sigue la espedicion y descubrimiento con el mismo título y autoridad D. Juan Ayolas.

e) Sabida la muerte de Ayolas es elegido gefe don Domingo Martinez de Irala: siguen los descubrimientos y conquistas, fundándose la ciudad de la Asuncion.

f) Espedicion de Alvar Nuñez, mediante contrata y condiciones estipuladas con el gobierno.

G) PROYECTO DE ESPEDICION AL PERÚ, QUE NO SE VERIFCÓ: VARIOS ACONTECIMIENTOS, GUERRAS, ETC.: LLEGADA AL PUERTO DE REYES Y REGRESO Á LA ASUNCION.

h) Prision del adelantado por sus soldados, y eleccion de D. Domingo Martinez de Irala para el mando. Alvar Nuñez es conducido á España con otros presos, y sentenciado por el consejo supremo. Disturbios, y rebeliones de indios: providencias de Irala para sosegarlos y reducirlos.

i) Emprende Irala nueva espedicion al Perú, que no tuvo efecto. Regreso á la Asuncion; disturbios en esta ciudad hasta la muerte de D. Diego Abreu que se habia levantado contra Irala.

j) Varias espediciones y guerras: se funda la ciudad de san Juan que despues fue abandonada, y fundacion de la villa de Ontiveros. Licencia del rey á D. Juan de Sanabria para continuar la conquista, mediante los pactos de la contrata firmada, la cual siguió D. Juan de Salazar. Llegada del obispo con algunos clérigos, y establecimiento de catedral en la Asuncion.

k) Muerte de Irala y le sucede en el mando su yerno Gonzalo de Mendoza. Espediciones de Nuflo de Chaves que se hace independiente del Paraguay. Muere Gonzalo de Mendoza, y es elegido don Francisco Ortiz de Vergara, á quien confirma el obispo en virtud de real cédula. Varios acontecimientos y rebeliones de indios.

L) IDA DEL GOBERNADOR CON EL OBISPO Á CHUQUIZACA Ó CHARCAS: GESTIONES EN AQUELLA AUDIENCIA SOBRE CONFIRMACION DEL MANDO QUE OBTUVO D. JUAN ORTIZ DE ZÁRATE. MUERTE VIOLENTA DE CHAVES Y OTROS SUCESOS HASTA LA PRISION DE CÁCERES, Y SU LLEGADA Á ESPAÑA.


m) Fundacion de Santa Fé de la Veracruz y de Córdoba del Tucumán: disensiones entre los pobladores. Espedicion salida de España en 1572: varios sucesos con motivo de su llegada. Muerte del adelantado y manda como gobernador interino D. Diego Ortiz de Zárate y Mendieta. Muerto este le sucede Garay: algunas fundaciones, entre ellas la nueva Jerez, la Trinidad y Buenos-Aires.
n) Rebelion en Santa Fé. Muerte violenta del teniente general Garay, y le sucede por nombramiento del adelantado Alonso de Vera y Aragon. Se funda la ciudad de la Concepcion de Buena-Esperanza, la de san Juan de Vera y otros pueblos.


O) BIOGRAFIA DEL SEÑOR D. FELIX DE AZARA.


P) CARTAS DEL AYUNTAMIENTO DE LA ASUNCION EN EL PARAGUAY Á D. FELIX DE AZARA, Y LAS CONTESTACIONES DE ESTE.

 

 

CAPÍTULO XVIII

 

 

A) DEL DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA DEL RIO DE LA PLATA, LICENCIA DEL REY Y PRIMERA ESPEDICION

 

1. Juan Diaz de Solis natural de Lebrija y piloto mayor en España, poseido del entusiasmo comun en su tiempo de hacer descubrimiento, pidió al rey licencia, y se la dió para satisfacer sus deseos. En consecuencia dispuso con su caudal una embarcacion, y con ella siguiendo los pasos de Vicente Yañez Pinzon, pasó al cabo de san Agustin el año de 1512. Desde alli fue reconociendo legua por legua la costa del Brasil, hasta que hallándose en los cuarenta grados de latitud austral, reflexionó que habia dejado por los 35 y 36 grados una Abra grandisima. Retrocedió pues á reconocerla principiando por la costa que le estaba mas cerca, que era la meridional, y fue fijando en sus árboles algunas cruces que atestiguasen haber estado alli. Trató amigablemente con los indios guaranís, que encontró á donde están hoy Buenos-Aires, san Isidro, las Conchas é islas inferiores del rio Paraná: y lo que de ellos y de la dulzura de aquellas aguas pudo comprender fue, que aquello no era Abra ni golfo del mar, sino un rio llamado Paraná guazú, que significa Paraná grande. Reflexionó Solis, que aquel rio de caudal tan enorme, debia atravesar precisamente dilatadas y remotas regiones, cuyo reconocimiento produciria de seguro mucha gloria y quizá grandes riquezas á quien lo hiciese, pero, considerando que su embarcacion, gente y preparativos no eran suficientes para tan ardua empresa, se salió á la mar, y cargando al paso su buque de palo del Brasil llegó felizmente á España.

2. Francisco Lopez de Gomera en su historia general de Indias, cap. 89, y Martin del Barco Centenera en el canto 1º de su Argentina dicen, que Solis impuso al citado rio el nombre de rio de la Plata, por las muestras que en el vió de este metal, y el padre Jesuita Lozano lib. 2, cap. I de su historia manuscrita del Paraguay, escribe que le llamó Río de Solis. Pero Solis no pudo ver lo que suponen y dichas denominaciones se dieron despues al rio por motivos diferentes.

3. Dió Solis cuenta al rey de lo ocurrido en su viaje, pidiéndole la privativa en el descubrimiento, conquista y gobierno de los paises regados por aquel rio; y habiéndoIe sido acordada sin facilitarle ausilio alguno, alistó por su cuenta tres naves: una de treinta toneladas y de la mitad cada una de las otras, con sesenta hombres ademas de las tripulaciones, y víveres para dos años y medio. Listo todo salió de Lepe el 8 de octubre de 1515, y llegando á la boca del mencionado rio, entró reconociendo su orilla mas próxima, que era la septentrional. Vió en ella algunos indios charruas que le observaron, y figurándose fatalmente que eran de la misma nacion, ó á lo menos de la misma buena índole que los guaranís que en su viaje precedente habia tratado en la ribera opuesta, quiso hablarles y no tuvo reparo en salir afuera en el bote con algunos españoles. Pero apenas habian desembarcado junto á la boca de un arroyo, cuando dichos indios con otros que de improviso salieron, se arrojaron sobre ellos y los mataron á todos, menos á uno que se pudo salvar. Por esta desgracia conserva aun dicho arroyo el nombre de Arroyo de Solis entre Montevideo y Maldonado, Los mencionados escritores Lopez y Lozano ibid, y Antonio Leon Pinelo en su representacion hecha en 1623 al Consejo de Indias, añaden que los charruas se comieron asados á los españoles muertos; pero no les creo, por que no habiendo cosa tan durable como las costumbres entre los bárbaros, si lo hubiesen hecho lo harian y no es asi, ni conservan memoria de semejante comida. Esta voz la esparcieron sin duda un hermano del Solis y su cuñado Francisco Torres, que iban de pilotos y fueron testigos del desgraciado suceso, del que quedaron tan atemorizados, que al instante tomaron la vuelta de España, donde hicieron del caso y del pais la pintura tan triste y fea, que por algunos años quitaron á otros la tentacion de repetir el reconocimiento de aquel rio, al cual con mucho motivo denominaron entonces Rio de Solis.

 

B) SEGUNDA ESPEDICION POR EL BENECIANO SEBASTIAN GABOTO.

 

4. El primero que siguió la derrota ó viaje de Solis, fue el veneciano Sebastian Gaboto. Este sirviendo al rey de Inglaterra, habia buscado infructuosamente aunque con pericia y valor, un paso á la India Oriental por el Norueste de la América; y habiendo venido poco satisfecho á España, ofreció al rey conducir una espedicion para la citada India por el estrecho de Magallanes. Aprobó el rey la propuesta nombrando piloto mayor á Gaboto. y contratando con él á 4 de marzo de 1525, que le proporcionaria tres embarcaciones con víveres y todo lo que dijese Gaboto ser necesario. Fue nombrado para su segundo Martin Mendez, para alguacil mayor Pascual Rivas. y para piloto mayor faltando Gaboto, Miguel Rodas. En la nave capitana Francisco Concha, era contador, y Hernando Calderon tesorero. De la llamada Santa Maria del Espinar, era capitan Gregorio Caro, contador Miguel Valdés, y tesorero Juan del Junco: y los mismos empleados en la nombrada Trinidad, eran Francisco Rojas, Antonio Montoya, y Gonzalo Nuñez Balboa hermano del que primero vió el mar Pacífico. Otra embarcacion se aprontó por cuenta de Miguel Rufis confidente de Gaboto; y la gente ascendia á unos doscientos cincuenta ó trescientos hombres, entre los cuales habia bastantes hijos-dalgo, como Gaspar Celada, Rodrigo Benavides, Juan Concha Sancho de Bullon, Gerónimo y Juan Nuñez de Balboa, hermanos de Gonzalo, Martin Rueda, Francisco Maldonado, Martin Hernandez de Urquizú Cristoval de Guevara, Hernan Mendez, Rui Mosquera, Nuño de Lara, etc.

5. Mientras se alistaban las cosas algunos envidiosos hablaban muy mal de Gaboto, y recelando este le quitasen su destino los que con el mayor empeño lo pretendian, aceleró sus disposiciones, y aun riñó con los diputados reales porque no se daban priesa, ni le aprontaban los víveres pedidos. Viendo que sus enemigos ganaban terreno en la corte, determinó hacerse á la vela, aun faltándole muchas cosas. Salió pues de Sevilla á primeros de abril de 1526, y temiendo que le faltasen los víveres, estableció cuidado estraordinario y economía en su distribucion. Esto produjo entre sus gentes mucha murmuracion, resultando al fin que por escrito le hicieron un requerimiento, solicitando fuese á tomar víveres en la costa del Brasil. Disimuló Gaboto el disgusto que le daba este incidente, y creyendo no deber hacer otra cosa, arribó á la isla de Santa Catalina, donde perdió la mayor de sus embarcaciones, que tocó en la costa al tomar puerto. Se salvó la gente y se le juntaron Enrique Montes y Melchor Ramirez, que vivian con los indios, habiendo dejado al hermano de Solís cuando fondeó alli en su regreso á España. Tambien encontró y se le agregaron otros quince españoles desertores de una espedicion que iba á las Molucas mandada por Rodrigo Acuña. Compró los víveres que pudo de aquellos indios guaranís, y viendo que no le bastaban para su viaje, para el cual tambien le hacia grande falta la embarcacion perdida, determinó abandonar su navegacion á la India Oriental, y compensarla continuando el descubrimiento del rio de Solis. Todos aplaudieron el pensamiento menos Martin Mendez, Francisco Rojas y Miguel Rodas con muy pocos soldados que prefirieron quedarse alli, para pasar luego al Brasil de donde escribieron al rey contra Gaboto. El padre Lozano en el lugar citado dice, que Gaboto dejó abandonada dicha gente en la isla de Florez, sin advertir que era imposible vivir en ella porque no hay que comer, y tambien lo era el poder salir.

6. Mientras duraron los debates sobre ir ó no á las Molucas, construyó Gaboto una galeota, y se hizo á la vela el 15 de febrero de 1527 para ir á fondear en el puerto de los Patos, y no á la bahía de Todos Santos segun dice Lopez. Compró alli algunos víveres de aquellos guaranís, llevándose cuatro muchachos, para que en adelante le sirviesen de intérpretes. Continuó, y entrando por el rio de Solís, reconoció luego la isla de Florez pero hallándola desierta y sin puerto, se fue á fondear en la de San Gabriel. Desde alli despachó sus botes en solicitud de puerto mas seguro, y con la noticia que le trageron, se fue á dar fondo eI 6 de abril en la boca de un rio que denominó San Lorenzo y hoy llaman de San Juan enfrente de Buenos Aires. Metió dentro tres de sus embarcaciones, despachando la cuarta con el capitan Juan Alvarez Ramon á reconocer el rio Uruguay, que desemboca alli, y á buscar un buen puerto. Mientras tanto edificó una casa de paja circundada de palizada, para custodiar las embarcaciones y efectos que le embarazaban contra los indios charrúas, que no se le dejaron ver. Entonces se le presentó Francisco del Puerto, que habiendo escapado de la matanza de Solís se juntó á los indios yarós, los cuales le admitieron á vivir libremente entre ellos por la costumbre de todo indio silvestre de recibir y tratar con igualdad á todo hombre que se les presenta voluntariamente no siendo en accion de guerra. El citado Alvarez Ramon navegó el rio Uruguay, hasta que una tormenta al tercero dia, le arrojó sobre el banco de arena que hay poco encima de dos islas que estan enfrente del rio Negro, donde en aguas bajas se descubren aun los restos de tal embarcacion, sabiéndose por tradicion que son de la de Alvarez. Salvóse la gente, y regresaba parte en el botecillo y el resto á pie por la orilla oriental del rio, cuando los indios yaros los acometieron, y mataron al capitan con algunos otros; pero los demas llegaron adonde estaba Gaboto.

7. Instruido este por los náufragos y por los botes que habia despachado á reconocer aquel golfo, de que el rio Uruguayno era el de mayor caudal, ni el mas apróposito para navegarse, dejó en San Juan la mayor de sus embarcaciones con algunos efectos, que se figuró no serle necesarios, con cuarenta y dos hombres á la órden de Anton Grageda, y el dia 8 de mayo de 1527 navegó con la galeota y caravela. Atravesó el golfo hasta entrar por el brazo mas austral del rio de Solis, llamado Rio de las Palmas, y siguiéndole trató amistosamente con los indios albegüas y otros que despues se redujeron en el pueblo del Baradero. Tambien compró de ellos algunos víveres, sirviéndole de intérpretes los cuatro muchachos que habia sacado del puerto de los Patos en la costa del Brasil que todos eran guaranís. Despues tomó á mano izquierda el que llaman Riacho y es brazo del Paraná que viene de Coronda, hasta encontrar en los 32º 25’ 12" de latitud la boca del rio Carcarañal, asi llamado porque vivian alli los guaranís llamados caracarás. De estos y de los timbús que habitaban poco mas arriba la isla enfrente de Coronda, dice Ulderico Schimidels, cap. 13, que eran quince mil guerreros altos y grandes; que usaban canoas largas de ochenta pies y que las mugeres llevaban heridas en la cara; pero todo es mucha ponderacion, y las que llama heridas eran las marcas azules que usan las mugeres de aquellas naciones silvestres. Barco Centenera canto 1º yerra diciendo que los timbús mataron á Gaboto.

8. Como quiera los albegüas, caracarás y timbús informaron á Gaboto de que habia paises muy estensos ácia el Poniente, y de que mas arriba habitaban muchos pueblos guaranís. Estas noticias y al ver la docilidad de aquellos indios, que hacian cuanto él les ordenaba, le sugirieron la idea de intentar dos descubrimientos: uno ácia el Sudueste, y otro continuando su navegacion; pero como necesitaba apoyarlos en algun punto que sirviese de escala, determinó hacer alli mismo un establecimiento. Tomada esta resolucion y no pudiendo dudar que los que habian quedado en Santa Catalina por no quererle seguir, escribirian contra él á la corte donde sabia tener bastantes enemigos, quiso justificarse con el rey y en sustancia le escribió: que la estrechez de víveres le obligó á buscarlos en la isla de Santa Catalina, donde no encontró los suficientes para su viaje: que tampoco pudiera haber seguido despues de la pérdida de su nave principal: que en esta situacion con dictámen de todos, menos de muy pocos, habia subrogado al viaje de la India Oriental, la continuacion del descubrimiento del rio de Solís: que esta idea le habia salido tan bien, como que de contado habia ya descubierto un gran pais fértil, de escelente clima, y muy poblado de naciones que se le habian sometido de las cuales enviaba algunos individuos á prestar vasallaje personalmente: que iba á emprender los dos descubrimientos y el establecimiento que tenia meditado, con lo que se prometia en breve hacerle soberano de paises inmensos, de naciones sin número y de riquezas abundantes. Concluyó pidiendo ausilios y el mando de sus descubrimientos.

9. Despachó esta carta por una embarcacion que debia volver de san Juan con algunas cosas que le faltaban, marchando luego á España la que alli habia con la carta, encargando á sus amigos Hernando Calderon y Roger Barto que iban bien impuestos para ponderar las ventajas del descubrimiento. Con este objeto les ocurrió adornar los indios que llevaban, con planchuelas y otras bagatelas de plata en las orejas, cuello y brazaletes, dando á entender eran adornos usados en su pais: esta mision salió tan á su gusto, como que por estas frioleras se dió al rio de Solís el nombre de rio de la Plata. Se aprobó ademas la conducta de Gaboto; se le nombró gefe de aquel descubrimiento y se le mandó enviarle los ausilios que pedia. Pero como el Erario escaseaba de fondos, escribió el rey á fines de octubre de 1527, á los comerciantes de Sevilla incitándoles á tomar parte en las empresas de Gaboto. Se tomaron tiempo dichos comerciantes, y hallando no tenerles cuenta, se escusaron contestando al año siguientes; pero S. M. mandó nuevamente que por cuenta de su Erario se ausiliase á Gaboto.

10. Este mientras tanto ayudado de los indios Caracarás se puso á edificar encima de la boca del rio Carcarañal y pegado á ella, un fuertecillo llamado Santispiritus; que segun sus restos era cuadrado rodeado de foso y palizada con los ángulos elevados con terraplen. Al mismo tiempo construia un bergantin; y estando de vuelta la caravela con los efectos de san Juan, despachó á cuatro españoles, el uno llamado Cesar para que caminando por tierra ácia el Sudueste, descubriesen lo interior del pais, y volviesen al fuerte á los cuatro meses. Puso remos á la galeota y bergantin, y dejando en Santispiritus la caravela con 60 hombres mandados por Gregorío Caro, sobrino del obispo de Canarias, principió á navegar con los dos buques de remos el 23 de diciembre de 1527 siguiendo el brazo ó riacho del Paraná que pasa por Coronda, hasta salir por el llamado Colastine al rio principal. Compró víveres y trató amistosamente con los indios timbús, calchaquis, quiloasas, colastines y otros, todos guaranís. Continuó despues por el rio Paraná hasta que le impidió ir mas adelante el Ytu ó Salto, que es un arrecife por los 27º 27’ 20" de latitud y 59 grados de longitud geográfica. Alli tambien compró víveres de varias parcialidades ó pueblos guaranís que encontró en aquellas inmediaciones y en la isla de Apipé, que tiene treinta leguas de largo. De estos indios se formó despues el actual pueblo de Ytati, y los mismos informaron entonces con verdad á Gaboto por medio de los intérpretes, que aquel rio tenia mas arriba saltos ó arrecifes insuperables para sus embarcaciones. Con esta noticia denominó Gaboto á aquel sitio puerto de Santa Ana; y despues de haberse detenido un mes, retrocedió el 28 de marzo de 1528, en solicitud del rio Paraguay, cuya boca habia visto antes al paso y dejado atras por parecerle menos caudaloso que el Paraná como en efecto lo es. Se introdujo pues, por dicha boca hasta encontrar por su izquierda la del rio Ypitá ó Berbejo. Pero su bergantin que estaba algo adelantado, reconociendo la orilla opuesta ú oriental, descubrió en ella algunos indios agaces ó paiaguas, cuya tolderia ó pueblo portatil estaba cerca de alli en el bañado de Ñembucú. No pudieron los españoles comunicarse con ellos sino por señas; y la interpretacion que les dieron determinó á unos quince á veinte y cinco españoles con los oficiales Gonzalo Nuñez Balboa y Miguel Ruvis á tomar tierra y seguir á los pocos agaces que caminaban delante ácia su pueblo. Pero apenas se apartaron de la orilla lo bastante para no poder ser socorridos del bergantin, fueron asaltados y muertos todos por los agaces que salieron de una emboscada. Esta desgracia hizo conocer á Gaboto, que aquellos indios eran en fuerzas y valor muy superiores á los guaranís que hasta entonces habia únicamente visto; y por consiguiente que si continuaba mas adelante, le opondrian dificultades que no podria vencer con las fuerzas que tenia. Esta juiciosa reflexion le determinó á retroceder sin poder satisfacer su venganza. A las treinta leguas bajo de la boca del rio Paraguay encontró á Diego Garcia que subia navegando con la pretension de disputar á Gaboto la gloria de aquel descubrimiento. Le hizo Gaboto relacion puntual de todo, y no atreviéndose Garcia á ir mas adelante, retrocedió y ambos se bajaron juntos á Santispiritus.

11. Rui Diaz lib. 1, cap. 6, y el padre Lozano lib. 2, cap, 1 dicen que Gaboto subió navegando por el rio Paraguay, hasta que por los 25º 38’ 38" de latitud en el sitio llamado la Angostura, le dieron los agaces una batalla naval con 300 canoas logrando coger un botecillo en que iban Juan Fuster, Hector de Acuña y Anton Rodriguez; de los cuales los dos primeros dicen fueron encomendaderos muy peritos en la lengua paiguá cuanto se rescataron: que despues subió Gaboto hasta el sitio llamado la frontera que está en los 25º 23’ 30" de latitud, donde adquirió de los guaranís las piezas de plata y oro que envió al rey con sus agentes. Y como aquellos paises no producen metales, dice Rui Diaz cap. 1, lib. 9, que los trajo del Perú del modo que esplica el portugues Alejo Garcia á quien mataron los guaranís robándole. Pero todo es increible porque el citado Diego Garcia que encontró á Gaboto saliendo del rio Paraguay dice en su relacion hecha al rey: que Gaboto no pasó de los 27 grados; por consiguiente no pudo tener otra batalla que la citada de Ñembucú ni ver un indio guaraní en el rio Paraguay. Tampoco despachó á sus agentes con las planchuelas de plata desde donde suponen, sino luego que llegó á Santispiritus porque solo asi pudieron llegar á manos de S. M. antes del fin de octubre de 1527, segun dije en el núm. 9: esto es cuando Gaboto aun no habia entrado en el rio Paraguay. Siendo pues falso que las planchuelas de plata remitidas al rey por Gaboto fueron adquiridas por este en la citada frontera, resulta que cuanto sobre ellas escribe Rui Diaz lib. 1, cap. 5, es una novela con imposibilidades é inconexiones que no pueden apoyarse como pretenden, atrasando cuatro años la salida de Gaboto de España, ni con decir que Alejo Garcia fue muerto en Tabaré dejando un hijo á quien él conoció, ni con la transmigracion de los chiriguanas. Porque Gaboto salió de España al mismo tiempo y quizás antes que el supuesto Alejo Garcia de San Vicente: porque este Alejo regresó sano á San Vicente sin dejar hijo en el Paraguay segun dice Alvar Nuñez Cabeza de Vaca en el cap. 50 de sus Comentarios, y porque muchos años antes eran ya los chiriguanas vasallos del Inca Tupanqui, segun Garcilaso lib. 7, cap. 17: basta de critica y voy á hacer conocer el objeto del viaje de Diego Garcia el que tropezó con Gaboto en el rio Paraná.

 

C) ESPEDICION Á CARGO DE ALGUNOS COMERCIANTES, MEDIANTE CONTRATA CON EL GOBIERNO: OTRA POR CUENTA DE ESTE, Y FUNDACION DEL PUERTO DE SANTA MARIA DE BUENOS AIRES.

 

12. Mientras los españoles particulares no se determinaban á seguir las pisadas del desgraciado Solís, no dejaba la corte el negocio de la mano, incitándolos, hasta que logró que los comerciantes Hernando Andrada, Cristóbal de Haro, Rui Bastante y Alonso Salamanca entraran en la especie bajo de una capitulacion, aunque ignoro la que fue; pero es de presumir tendria dos polos bien distintos: el rey miraria á descubrir paises para ensanchar sus dominios, y el de los comerciantes al aumento de sus ganancias. Estos en consecuencia equiparon una embarcacion de cien toneladas, un patache de veinte y cinco, y un bergantincillo en piezas para armarle donde conviniese. Se dió el mando al piloto Diego Garcia, hijo de Moguer, y por segundo y socio á Rodrigo de Area. Listo todo salió de Finisterre el 15 de enero de 1526, tocó en Canarias saliendo el 1 de setiembre para el cabo Verde, continuando hasta el cabo de san Agustin. Luego costeó el Brasil y el 15 de enero de 1527, fondeó en san Vicente que era un pueblo portugues fundado por Martin Alfonso de Sousa el año de 1506. Alli tomó víveres é hizo el comercio, que era su objeto predilecto, compró un bergantin y fletó su mayor embarcacion para conducir negros á Europa á un bachiller, ofreciendo enviársele desde el rio de Solis. De alli fue costeando el Brasil y comerciando en todas partes hasta que entró en dicho rio de Solís óde la Plata y fondeó en San Juan, de donde al momento despachó su mayor embarcacion con el citado bachiller que se habia embarcado é iba con él. Lozano lib. 2, cap. 2, hace salir á Garcia de san Vicente á fines de setiembre para hacer posible que en el puerto de los Patos se encontrase con Gaboto; pero los comercios y flema en todo de Garcia, y la actividad de Gaboto, que salió de santa Catalina el 15 de febrero, hacen increibles la salida tan repentina de aquel de san Vicente, y el encuentro de ambos en el puerto de los Patos.

13. Armó Garcia en san Juan su bergantin y siguió las aguas de Gaboto hasta Santispiritus, y despues hasta que le encontró de regreso, y bajaron juntos. Continuó Garcia hasta España y se quedó Gaboto en dicho Santispiritus esperando resultas de sus emisarios en la corte. Esta segun vimos en el núm. 9 estaba muy decidida á favor de Gaboto; pero no pudiendo el erario aprontar lo pedido por él, adelantaban poco sus agentes. Esta tardanza tenia impaciente á Gaboto, ignorando que lo podria pensarse de él hasta que finalmente recogió todo lo que tenia en san Juan abandonándolo, y dejando en Santispiritus ciento diez soldados al mando de Nuño de Lara, con su alferez Mendo Rodriguez de Oviedo y el sargento mayor Rui Perez de Vargas, se embarcó y llegó á España el año de 1530. Lopez de Gomera, cap. 89 dice que se retiró sin hacer cosa buena; pero por lo visto se conoce que hizo bastante.

14. Dicho Nuño de Lara conservó la paz con los indios caracarás y timbús, hasta que en el año de 1532, la turbó el caso siguiente. Se enamoró Mangoré cacique de los timbús, de Lucia Miranda muger legitima del soldado Sebastian Hurtado ambos naturales de Ecija, quiso satisfacerse á fuerza aprovechando la ocasion de haber salido del fuerte en el bergantin el capitan Rui Garcia Mosquera con cuarenta españoles á buscar víveres por aquellas islas y riberas. Juntó Mangoré á su gente, y la ocultó en unos sauces que aun se ven á un tiro de ballesta de Santispiritus y acercándose de noche con diez ó doce indios, llamó á la puerta diciendo traia que comer. La guardia, que le conocia viendo que venian pocos, les abrió, pero Mangoré y los suyos se opusieron á que se cerrase, y acudiendo de repente los de los sauces, se introdujeron y mataron á todos los españoles menos á dicha Lucia no sin pérdida suya; porque Nuño de Lara y algunos que pudieron empuñar sus armas, mataron á Mangoré y á otros muchos indios. No tardó mucho en regresar el bergantin, y viendo los cadáveres, lloraron lo que es de figurarse; pero Sebastian que no encontró el de su muger, como loco salió al campo á buscarla. En efecto la encontró entre los indios, que le habrian muerto á no mediar las lágrimas de Lucia, de quien se habia ya apropiado Siripio, hermano de Mangoré, y no omitia diligencia para interesarla en sus deseos. Asi pasaron algunos dias hasta que cansado ó celoso Siripio, la hizo quemar viva, presente Sebastian atado á un árbol y muerto enseguida á flechazos. El sitio del fuerte y las cercanias llevan aun el nombre de Rincon de Gaboto; y Domingo Rios, que las ha heredado de sus antepasados, me hizo la relacion de este suceso segun lo he escrito, diciendo haberle oido contar muchas veces á su madre, que murió muy vieja. El mismo me mostró el sitio preciso donde murió Lucia con su esposo, en el bosque del Bragado á la orilla del riacho de Coronda como una legua al Norte de la capilla de este nombre. Rui Diaz lib. 1, cap. 7, cuenta de otro modo este suceso, y supone se salvaron cinco mugeres y cuatro ó cinco muchachos.

15. Rui Garcia Mosquera y sus compañeros del bergantin, enterraron los muertos y navegaron hasta salir á la mar; pero como la embarcacion no era propia para llevarlos á España, costearon de muy cerca el Brasil, hasta que tomaron tierra en la bahia de Igüá distante veinte y cuatro leguas de san Vicente, Alli se fijaron y vivieron en buena correspondencia con los indios comarcanos y con los portugueses, hasta que en 1534 dieron acogida á Duarte Perez, bachiller portugués, desterrado por su corte á san Vicente con toda su familia. Este apoyado de los españoles, hablaba mal de su rey y ministros, y picados sus compatriotas de san Vicente, le reclamaron con la alternativa de entregarlo jurando todos vasallaje á Portugal, ó desamparar el sitio en el término de treinta dias. Los españoles contestaron negándose á todo, y quedó la guerra declarada. Justamente en esta ocasion llegó un navio francés corsario que fondeó fuera de la vista del pueblo español; pero observando que en el bote salian algunos marineros á examinar la tierra, los sorprendieron los españoles y entrada la noche, se acercaron al corsario fingiendo ser los que salieron en el bote que volvian con canoas cargadas de víveres, logrando abordar y tomar la embarcacion á costa de algunas cuchilladas. Asi se proveyeron de armas y municiones y de algunos cañoncitos que colocaron en tierra oportunamente, por si llegaban los portugueses. En efecto llegaron dos compañias de ochenta hombres cada una con muchos guaranís auxiliares; pero encontraron tan inopinada resistencia, que con gran desórden se retiraron dejando bastantes muertos y prisioneros, entre estos el comandante Pedro Goes. Los españoles siguieron al alcance hasta entrar y saquear á san Vicente, retirándose con algunos portugueses que eran sus amigos secretos, y luego todos juntos se dieron á la vela y fueron á establecerse en la isla de santa Catalina.

16. Poco despues de haber abandonado á Santispiritus, llegaron á él de regreso aquel César y sus compañeros despachados por Gaboto á reconocer los paises interiores; y viéndolo desierto, volvieron á internarse segun Rui Diaz libro 1, cap. 9, sin contratiempo y atravesando larguísimas regiones por entre variedad de naciones de indios, cortaron la gran cordillera, y llegaron á hablar al soberano del Perú; y no sabiendo que hacer de vuelta en Santispiritus, retrocedieron, y al fin se juntaron con las tropas de Pizarro. Llamaron á este viaje la conquista de los Césares, y quizás de aqui tomó principio la fábula de los Césares, que aun creen muchos en Chile.

17. Instaba entre tanto Gaboto á la corte para que se le aprontasen los ausilios que tenia pedidos como necesarios á la continuacion de sus descubrimientos; pero el Erario exausto del rey, nada le podia facilitar. En estas circunstancias incitado de las ponderaciones de Gaboto, se le metió en la cabeza á don Pedro de Mendoza gentil hombre de cámara de S. M. y mayorazgo rico de Guadix, hacer al rey una propuesta ofreciendo terminar dichos descubrimientos bajo las siguientes condiciones. 1ª Que se le señalasen dos mil ducados de sueldo pagaderos del producto de la conquista, y de no producirlos, el Erario no se obligaba á pagar nada á título de sueldos, indemnizacion ni otro alguno. 2ª Que se le diese título, honores y facultades de Adelantado del rio de la Plata. 3ª Que su jurisdiccion principiase al Norte de la isla de santa Catalina, siguiendo la costa del mar, dando vuelta al cabo de Hornos y doscientas leguas mas en el mar pacífico, hasta encontrar con el gobierno de Diego Almagro en Chile. 4ª Que se obligaba á construir desde luego tres fortalezas para defender el pais; á abrir comunicaciones con el Perú, á conducir por su cuenta armas, municiones víveres y soldados, cien caballos y yeguas, ocho frailes, médico cirujano y botica. Y 5ª que se le diese para sí y sus herederos la tenencia de alcaide de una de las fortalezas á su eleccion, y la vara de alguacil mayor en el pueblo de su residencia. Aprobó el rey esta propuesta el 21 de mayo de 1524, con condicion de permanecer tres años en la conquista, pasado los cuales podria volver á España, dejando en su lugar persona que fiscalizase la conquista.

18. Para administrar la real hacienda, nombró el rey al factorCarlos de Guevara, al contador Juan de Cáceres natural de Madrid, al veedor Garcia Venegas hijo de Córdoba, y al tesorero Gutiérrez Laso de la Vega, sobrino del obispo de Plasencia, de donde era hijo. Nombró tambien alcaide de la primera fortaleza á Nuño de Silva, y por regidores de las primeras poblaciones á Luis Valenzuela, Bernabé Segovia, Luis Gallego, Juan santa Cruz, Francisco Lopez del Rincon, Luis Hoces, Juan Oviedo, Hernando de Molina, Martin Ruiz, Gaspar Quevedo, Hernando de Castro, Juan Cienfuegos vecino de Cuellar, Antonio de Monte Herrera, Alvaro Almada, Luis Martinez, Diego Armayo Alonso Hurtado, Rodrigo Villalobos, Antonio Ayala, Juan del Junco, Antonio Castillo, Pedro Ventura, Tomas Castro, Tomas Armenteros, Martin Heredia, Juan de Segovia, Luis Asturias, Juan de Orné y Juan Orduña. Se nombró almirante á don Diego hermano del adelantado, alguacil mayor á Juan de Ayolas vizcaino favorito del adelantado y su mayordomo, y sargento mayor á Luis de Rojas y Sandoval. Los demas capitanes y oficiales eran: Juan Osorio natural de Avila, Juan Salazar de Espinosa, hijo de la villa de Pomar; Francisco Ruiz Galan de Leon, Domingo Martinez de Irala, de Vergara, Gonzalo de Mendoza de Baeza, Jorge Laxan, Diego Avalos, don Francisco de Mendoza hijo del conde de Castro Jerez, gentil hombre de S.M. y mayordomo del rey de romanos; Diego Barba de Leon, Sanjuanista, Hernando de los Rios, Andres Hernandez el Romo, los dos de Córdoba; Perafán de Rivera, Hernando de Rivera, Juan Manrique, Diego Abreu, Pedro Ramiro de Guzman, los cinco sevillanos Felipe de Cáceres hermano del contador, Juan Carbajal sobrino del obispo de Plasencia; Juan Ortega, Luis Hernandez de Zúñiga, los dos montañeses; Francisco Avalos Piscina, de Pamplona; Hernando Arias, de Mantilla; Gonzalo Aguilar y el capitan Medrano, de Granada; Hernando Luis de la Cerda, Sancho del Campo pariente del adelantado, Agustín Ocampos los tres de Almodovar; Diego Lujan, don Juan Ponce de Leon, hermano del duque de Arcos, los dos de Osuna; Juan Romero, Francisco Hernandez de Córdova, los dos del marquesado de Priego; Antonio de Mendoza, Bartolomé Bracamonte, los dos salamanquinos; los hermanos Pedro y Diego de Estopiñan, el capitan Figueroa Alonso Suarez de Ayala, Juan de la Vera, los cinco de Jerez de la Frontera; Jaime Resquin, valenciano; Carlos Dubrin hermano de leche del emperador Carlos V, Simon Yaques de Ramon, los dos flamencos; Bernardo Centurion, genovés, Quadralvo de las galeras del príncipe Doria; Pedro Benavides sobrino del adelantado, y Luis Pérez de Cepeda hermano de santa Teresa de Jesus. Estas gentes fueron sin duda las mas distinguidas é ilustres entre los conquistadores de indias.

19. Aunque Rui Diaz lib. 1, cap. 10, y Lopez de Gomera cap. 89 hacen salir á esta armada el año de 1535, yo creo mas bien por venir en ello Schimidels y Lozano que dicen salió el 24 de agosto de 1534 de Sevilla y el 1 de setiembre de san Lucar. Se componia de catorce embarcaciones con setenta y dos caballos y yeguas, dos mil quinientos españoles y ciento cincuenta alemanes, sajones y flamencos. Entre ellos el soldado raso Ulderico Schimidels natural de Stranmbinga en Baviera, el cual vuelto á su patria despues de veinte años escribió la historia del descubrimiento del rio de la Plata como testigo presencial. No tardaron en sufrir un temporal que hizo arribar unas embarcaciones á la isla Gomera, otras con el adelantado á la de Tenerife, y tres á la de la Palma, estando cuatro semanas en reunirse y separarse. Luego en diez dias fondearon en la isla de Santiago del cabo Verde, deteniéndose cinco. Despues navegaron dos meses sin ver mas tierra que la isla de la Ascension, poblada solo de pájaros, donde estuvieron tres dias, y saliendo de alli separó á la armada una tormenta, dirigiéndose el almirante y otros al rio de la Plata, y los demas al rio Janeiro. En este puerto, hallándose débil y enfermo el adelantado, nombró por su maestre de campo, para que mandase, á Juan de Osorío, lo que escitó tanto los celos de los demas oficiales, que estos llenaron de chismes la cabeza del adelantado. De modo que irritado este, mandó á cuatro capitanes Juan de Ayolas, Juan de Salazar, Jorge Lujan y Lázaro Medrano que matasen á Osorio. Este se paseaba por la playa con Cárlos de Guevara, cuando Ayolas y sus compañeros le arrestaron y condugeron adonde estaba rodeado de mucha tropa el adelantado, á quien dijo Ayolas que se habia adelantado; ya está arrestado, disponga vd. lo que se ha de hacer. Entonces lleno de enojo dijo el adelantado: cumplan lo que he mandado, y volviendo Ayolas á encontrar á Osorio, le cosió á puñaladas ayudado de sus tres compañeros. Luego fue espuesto el cadáver en la playa sobre un repostero con un papel que decia: por traidor y alevoso; y el adelantado publicó un bando con pena de muerte al que tomase la demanda ó defensa del difunto, cuya arrogancia y soberbia decia habian hecho necesaria su muerte. Mas nada bastó para que no se sintiese y murmurase mucho este asesinato, porque Osorio pasaba por íntegro, soldado fuerte, hábil, oficioso, liberal y apacible con los soldados y compañeros: llegó á tanto el descontento, que algunos comenzaron á desertar, prefiriendo el quedarse en aquellas costas, á servir bajo un gefe tan violento, el cual luego que advirtió esto, se dió priesa dando á la vela á los catorce dias de su arribo, y llegó principiado el año de 1535 á la isla de San Gabriel donde le esperaba su hermano.

20. Inmediatamente ordenó el adelantado que la gente desembarcase en la costa donde está hoy la colonia, y lo hicieron sin dificultad, no habiéndose presentado los indios charrúas á oponerse ni á parlamentar. Tambien mandó reconocer la misma costa y la opuesta; y finalmente se determinó á fundar en la costa austral á donde hizo pasar toda la espedicion. En ella construyó un fuertecillo con tapias sobre la misma barranca en los 34º 36’ 28" de latitud y 60º 46’ 26" de longitud con el nombre de Puerto de Santa Maria de Buenos-Aires. La primera parte del nombre alude á haberse fundado el 2 de febrero ó cerca de él, del año de 1535, y la segunda á haber dicho, tomando el primero tierra Sancho del Campo: que buenos aires son estos. Entre tanto se introdujeron las embarcaciones en el riachuelo para estar mas seguras y no muy distantes. La ciudad de Lima se fundó al mismo tiempo.

21. Los indios guaranís y los querandis que eran los mas cercanos, supieron el arribo de los españoles, se les presentaron pacíficos y les vendieron víveres hasta que conociendo su proyecto de fijarse, se alejaron. Viendo esto envió el adelantado al alcalde Juan Pabon ó Juan Bomban con algunos soldados á persuadirles que continuasen su amistad y comercio. Habiendo encontrado á cuatro leguas á los indios, estos los acometieron y persiguieron hasta la nueva ciudad, cuyas obras intentaron arruinar é impedir con repetidos asaltos, hasta que al fin fueron rechazados. Para castigar este atentado, despachó el adelantado á su hermano con 300 infantes y doce de á caballo, entre los cuales se cuenta á sí mismo Schimidels. Los oficiales principales eran ademas del gefe, Perafan de Rivera, Francisco Ruiz Galan, Bartolomé Bracamonte, Juan Manrique, Pedro Ramiro de Guzman, Sancho del Campo, Dievo Lujan y Pedro Benavides. Llevaban ademas la órden de hacer otra fortaleza donde les pareciese oportuno. Caminó esta tropa dos jornadas y descubrió la parte opuesta de una cañada, que creo sea la de Escobar, por donde desagua una laguna ó estero, á una multitud de indios guaranís y querandis ó pampas, que aparentaban querer acometer. Mandó el gefe atacarlos pasando la cañada que era muy fangosa, y viendo las indios cuan embarazados estaban los españoles en el cieno, los embistieron en media luna, arrojándoles muchas flechas, dardos y bolas, logrando matar al comandante don Diego de Mendoza, á Bartolomé Bracamonte á Perafan de Rivera con su alferez Marmolejo, á Juan Manrique, á Pedro Ramiro de Guzman y á Pedro Benavides. Tambien pereció Diego Lujan y otros, cuyos huesos se encontraron despues en la orilla de un rio, á quien por esto llamaron y llaman rio de Lujan. Ademas de los citados oficiales, murieron como veinte soldados, habiendo ocasionado la de tantos oficiales el haber los indios con sus bolas hecho caer á los caballos enredándoles las piernas. Los indios perdieron mucha gente, y fueron perseguidos hasta su tolderia ó pueblo que saquearon los españoles, sin encontrar sino algun pescado y pieles de quiyá; pues aunque Schimidels dice que tambien harina y manteca son cosas estas que no producia el pais. Tres dias estuvieron alli registrando el campo y eligieron el sitio en frente de la capilla del Pilar llamado hoy los Cerrillos, para construir un fuerte, dejando para esto cien hombres que en efecto le construyeron de tapias con su foso cuyas ruinas he visto. La gente restante volvió á Buenos Aires. Rui Diaz lib. 1, cap. 11, cuenta la batalla como él se la figuró, haciendo morir en ella á todos los españoles menos á, ochenta, y sin dejar á ninguno en el nuevo fuerte. Pero yo sigo al testigo Schimidels sin añadir sino la construccion del fuerte por que lo he visto, y porque la tradicion dice ser de aquel tiempo.

22. La tristeza por lo sucedido, no detenia el circundar de tapias á Buenos Aires; pero como hechas de priesa y el clima propende á la humedad, se desmoronaban fácilmente, aunque eran gruesas tres pies y altas una lanza. Estando en esto, una noche se encontró muerto en la cama con cuatro ó cinco puñaladas al capitan Lázaro Medrano, confidente del adelantado, quien por sospechas arrestó á algunos amigos y parientes del difunto Osorio; mas nada pudo averiguar. Se puso muy triste y caviloso, aumentando su melancolia una epidemia de que morian muchos y la escasez de víveres que se comenzaba á esperimentar. Para obtenerlos despachó una embarcacion con Jorge Lujan á las islas inferiores del Paraná, otra con Gonzalo de Mendoza á la costa del Brasil, y otras dos y una barca con Juan de Ayolas á descubrir rio arriba y fundar en sitio oportuno el tercer fuerte que le ordenaba su contrata con el Rey. Schimidels que marchó con Lujan, ignoró la salida de las otras embarcaciones, ó se olvidó de escribirla.

23. Estaba el adelantado melancólico, medroso y resuelto á irse á España, esperando solamente el regreso de Ayolas, pero para disimular, esparció la voz de que quería ir al Brasil en busca de víveres y ausilios, y sin perder instante, aprontaba lo preciso para escaparse. Mientras tanto regresó Lujan con la gente enferma y sin víveres; porque los guaranís de san Isidro, las Conchas é islas inferiores del Paraná, habian abandonado sus pueblos sin dejar nada, temerosos de que Lujan fuese á castigarlos por haberse hallado juntamente con los pampas ó querandis en la batalla última, y por que tenian ya resuelto volver á atacar á Buenos Aires. En efecto la misma confederacion de indios, reforzados cuanto pudieron, embistieron el 24 de junio de 1535 á Buenos-Aires y á los navios del riachuelo á un tiempo, arrojando mechones de paja encendidos y atados á las bolas y flechas, logrando quemar algunas embarcaciones, y casi todas las casas de la ciudad que estaban cubiertas de paja. Mas al fin fueron repelidos con mucha pérdida, siendo la de los españoles treinta hombres con un alferez. Schimidels capítulo 12 pone á los timbus y charrúas en esta batalla, y no hubo tal, porque los primeros estaban en paz con Ayolas entonces y los charrúas no tenian canoas ni podian comunicar con los querandis. Dice tambien que la casa del adelantado era de piedra, cuando alli no hay ninguna.

24. Afligido el adelantado con tantos trabajos, y de ver que aumentaban las enfermedades y la escasez de víveres, resolvió escaparse sin esperar á Ayolas; pero habiendo llegado este, la noche antes de marcharse, haciendo salvas y diciendo haber edificado en tierra de los timbus un presidio llamado Puerto de Corpus Cristi por haber llegado á él este dia del año 1535 añadiendo la bella índole de los timbus que le vendieron muchos comestibles y le ayudaron á edificar el presidio en que habia dejado cien soldados á la órden de Francisco Albarado, mudó de parecer y determinó pasar á dicho presidio que estaba cinco leguas bajo de Coronda en la misma costa, y mas arriba de Santispiritus. Tales fueron las esperanzas que concibió con estas noticias de Ayolas, que mudó el nombre al puerto llamándole Puerto de Buena Esperanza. Nombró por su segundo á Juan de Ayolas, y por comandante de Buenos Aires á Francisco Ruiz Galan, y se hizo á la vela en cuatro bergantines y otros buques menores que habia hecho construir, llevándose mas de la mitad de la gente, de la cual murieron cincuenta en los dos meses que tardaron en llegar á Buena Esperanza, porque muchos iban enfermos. Tambien los hallaron en el presidio donde habian ya fallecido algunos de la epidemia y miserias y otros pensaban en desertar para vivir entre los indios incitados de Gonzalo Romero desertor de Gaboto, segun dice el san Lozano lib. 1, cap. 4.

25. Como el artículo cuarto de su contrata le obligaba á buscar comunicacion con el Perú despachó á dos soldados voluntarios por tierra en solicitud del camino; pero no volvieron, aunque se dijo habian llegado á su destino, y despues á España. Tambien alistó embarcaciones y tres ó cuatrocientos hombres al mando de Juan Ayolas para que buscasen la misma comunicacion con el Perú por el rio arriba. En esto se pasaron cuatro meses, y no cuatro años, segun dice Schimidels cap. 14, y salió Ayolas el año de 1536 con órden de volver á los cuatro meses; pero como no regresaba pasado mas del doble dicho término, se fue el adelantado triste y cuasi baldado de manos y pies á Buenos Aires. Alli creció su melancolía viendo la mucha gente que habia perecido de epidemias, y no de hambre, como con estremada ponderacion cuentan Schimidels, Rui Diaz, Barrio y Lozano; pues la caza era tan abundante, que bastaria para alimentarlos á todos y el pescado lo mismo. El propio deseo de exagerar el hambre, y de acriminar injustamente la dureza increible del comandante Ruiz Galan, hizo inventar á Rui Diaz, lib. 1, cap. 12 y 13, y al criminal Lozano un cuento que no merece refutarse por ser ridículo por contradicciones y suposiciones falsas.

26. Despues que el adelantado llegó á Buenos Aires arribó del Brasil Gonzalo de Mendoza con víveres y con dos embarcaciones mas que se le habian agregado en que venian Rui Garcia Mosquera y los que se habian fijado en santa Catalina; todos bien armados y surtidos de criados tomados entre los guaranís del Brasil. Mucho celebró el adelantado este refuerzo, y poco despues despachó á Juan de Salazar y al mismo Gonzalo de Mendoza en dos bergantines con ciento cincuenta hombres en busca de Ayolas. Apenas habian salido viéndose el adelantado absolutamente tullido é inútil para todo, alistó las dos embarcaciones que quiso le llevasen á España.

27. Mientras disponia este negocio, recomendó á, Ruiz Galan la justa economia de los víveres confirmándole en el mando de Buenos Aires, para sucederle en el empleo de adelantado á Juan de Ayolas. Dispuso tambien que este nombramiento se despachase á Ayolas rio arriba, llevándole al mismo tiempo una instruccion, que segun Lozano lib. 2, cap. 4, decia en sustancia: 1º Que dejando las embarcaciones en paraje donde pudiesen encontrarlas los auxilios que pensaba enviarle de España, descubriese por tierra las riquezas del Perú. 2º Que prefiriese á los que le habian sido fieles, sin exasperar á los demas. 3º Que fuese moderado justo y prudente: 4º Que aunque por bullicioso se llevaba á Juan Cáceres, que tratase bien á su hermano que quedaba con el empleo de contador: 5º Que no consintiese que los conquistadores del Perú le usurpasen parte alguna de su gobierno, sosteniéndose con la fuerza, y á no poder mas con protestas sin permitir que sus soldados se fuesen á unir con ellos: 6º que cediese á Diego Almagro, si lo queria, el gobierno del rio de la Plata por ciento ó ciento cincuenta mil ducados cuya décima parte seria para él; pero que si en sus descubrimientos hacia alguna presa considerable, se acordase que su adelantado habia consumido su mayorazgo y sufrido grandes trabajos: 7º que conservaria toda la vida el gobierno si cumplia bien y se acordaba de quien se lo daba. Y 8º que le despachase á Francisco Ruiz Galan con el oro y plata que en su descubrimiento hubiese adquirido á informarle de todo.

 

D) REGRESO Y MUERTE DEL ADELANTADO DON PEDRO DE MENDOZA. SIGUE LA ESPEDICION Y DESCUBRIMIENTOS CON EL MISMO TÍTULO Y AUTORIDAD DON JUAN AYOLAS.

 

28. Salió el adelantado para España, cuya navegacion agravó sus males, y hallándose inapetente, sin víveres frescos, hizo matar una perra, y comió su carne resultándole un grande desasosiego y dos dias despues la muerte sobre las islas Terceras. Los que iban con él llegaron felizmente á España á fines de 1537, y Juan de Cáceres notició á la corte de todo lo sucedido.

29. Salió Juan de Ayolas segun vimos en el número 25 con tres ó cuatrocientos hombres entre ellos Ulderico Schimidels, y á las cuatro leguas encontró los indios corondás que creo vivian en el bosque llamado hoy Colastiné como una legua debajo de la capilla de la Coronda. Se detuvo dos dias comprando víveres y llevándose dos indios para intérpretes, continuó hasta encontrar los indios colchaquis en la orilla de la laguna llamada hoy de Setubal. Estos indios y los precedentes eran guaranís; pero Schimidels capítulo 16 y 17, exagera su número y les cambia los nombres. Cuatro días se detuvo Ayolas comprando víveres á, los calchaquis, y habiendo navegado diez y ocho sin ver á nadie, encontró en la isla que hay enfrente de la primera fundacion de santa Fé, á los indios quiloasás, que eran guaranís, aunque Schimidels les da idioma diferente abultando su número. En los cuatro dias que se detuvo Ayolas vió el culebron llamado Quiriyú descrito en el capítulo 8, núm. 4, de quien Schimidels habla con escesiva ponderacion. Continuó la espedicion, y á los cuatro dias encontró á los guaranís llamados tucaqués, que creo habitaban dentro del bosque de Mocorotá, de donde se habian acercado á pescar en el rio. De todos los indios que vió hasta aqui Ayolas y de los timbús y caracarás, se formó sobre el Carcarañal el pueblo de Calchaquí, que se ha españolizado.

30. Solo un dia se detuvo Ayolas con los tucaqués, y navegó hasta encontrar en la orilla occidental del rio muchos indios abipones por los 28 grados de latitud. Quiso Ayolas hablarles, y le contestaron á flechazos, precisándole á matar algunos con las bocas de fuego, de cuyas resultas se retiraron una legua tierra adentro donde estaba su pueblo ó tolderia. Los siguieron los españoles saltando en tierra; pero se retiraron sin pillar nada. Schimidels cap. 18 esagera su número, y añade falsamente que los abipones eran canoeros, y que la citada batalla fue naval. Continuó Ayolas, y metiéndose por el rio Paraguay, vió por su izquierda el rio Ypitá que viene de SaIta y Tarija atravesando el Chaco. Mas adelante se detuvo tres dias en buena amistad con los indios mocobis, á quienes Lozano lib. 2, cap. 5, da erradamente otro nombre y los hace, de su cabeza, canoeros. Schimidels yerra tambien poniéndoles una pluma en la nariz; por lo menos hoy no la usan.

31. Siguió la espedicion hasta que, segun Rui Diaz, en la angostura que esta 25º 38’ 38" de latitud y tal vez antes segun Schimidels la acometieron los agaces con sus canoas tan desesperadamente, que lograron matar á quince españoles aunque perecieron muchos de ellos escapándose los demas por tierra donde inútilmente los persiguieron. Continuó rio arriba hasta la Villeta, llamada tambien la Frontera, en los 25º 21’ 50" de latitud. Alli vió bastantes indios ácia la parte oriental en el valle de Guarnipitan que no se acercaban á parlamentar; y deseando tratarlos, desembarcó su gente dejando 60 hombres con las embarcaciones y se dirigió á los indios. Estos le esperaron; y mientras Ayolas les hablaba por sus intérpretes, comenzaron muchos á tirarle flechas. Asi principió una batalla la cual duró hasta que muertos muchos por las espadas y arcabuces, se desordenaron los indios y se metieron en el bosque inmediato al cerrito de Lambaré logrando matar á 16 españoles desde detrás de los troncos. Tres dias los tuvo Ayolas como bloqueados, sin omitir diligencia para componer una paz, y la consiguió. Se dió esta batalla el 15 de agosto de 1536 segun Lozano lib. 1, capítulo 5, y segun lo da á entender Rui Diaz lib. 1, cap. 13, y no el año de 1539, como dice á mi ver equivocadamente Schimidels cap. 21. Los indios principales en la batalla fueron Lambaré y Nandúa cuyos nombres aun conservan los pequeñísimos cerros donde tenian sus pueblos, que seguramente no eran ciudades grandes ni estaban fortificadas como suponen Schimidels y Lozano. Estos indios se redujeron formando el pueblo de Ytá donde aun conservan la tradicion de la batalla y del sitio en que se dió mas abajo. La hizo fabricar á los indios, donde se dejó la pelea ó batalla, aunque le han alterado algo llamándole Guarnipitán. Como habia entonces otros muchos pueblos de esta misma lengua y nacion, se puede presumir llamasen á estos, los de la batalla óguaranís, que es lo mismo, y que de aqui viene el nombre de guaranís que se ha dado á la nacion entera, porque antes de la batalla eran conocidos por el de carios.

32. La paz concluida, se buscó sitio acomodado para hacer una casa fuerte, y se halló en los 25º 16’ 40" de latitud en la orilla oriental del Paraguay. Se le dió el nombre de la Asuncion, por el dia de la batalla, aunque se dió mas abajo. La hizo fabricar á los indios, y estos incitaron á Ayolas á destruir los agaces que eran tambien sus enemigos. En efecto marcharon los españoles y guaranís confederados, y logrando encontrar dormidos á los agaces los atacaron al alba matando cuantos adultos encontraron, tomándoles muchas canoas y quemando su toldería. En seguida regresaron á la Asuncion, adonde al cabo de un mes llegaron algunos agaces á pedir la paz que se les acordó.

33. Pasaron los españoles algunos meses en la Asuncion reponiéndose de las fatigas y acopiando víveres de los indios de Ytá de Yaguaron y de Acaai, que tambien se les sometieron voluntariamente: y dejando alguna guarnicion en la casa fuerte, se hicieron á la vela rio arriba llevándose muchos criados guaranís. A las cinco leguas, les sacaron á vender en la orilla del rio algunos víveres los indios mongolás que tenian su pueblo en Tapúa. Eran tambien guaranís, y con ellos se formó el pueblo actual de Areguá; mas no criaban gallinas, gamos y obejas, como erradamente dice Schimidels cap. 23, pues nada de esto habia en el pais. Siguieron los españoles hasta los 22 grados de latitud, y tomaron víveres de los últimos guaranís de la costa oriental del rio llamados Tareis y Bombois que despues se redujeron en los pueblos de santa Maria de Fee y Santiago. Alvar Nuñez cap. 47, llama á este sitio Guaviaño. Continuaron, y en los 21º 22’ de latitud, encontraron en la costa oriental un cerrito notable en aquella llanura de país, á quien llamaron monte de S. Fernando. Hoy le dan los españoles el nombre de pan de azúcar, y los guaranís el de Ytapucú-guazú. Finalmente el dos de febrero de 1537 fondearon en los 21º 5’ de latitud llamando al sitio Puerto de Candelaria. Alli se hallaban pescando algunos payaguas sarigues que eran de la misma nacion que los agaces: ellos condujeron á los españoles á su pueblo que estaba cerca en la orilla de una laguna que poco despues se llamó de Ayolas, y creo que hoy es conocida por Laguna de la Cruz. Desde este paraje determinó Ayolas ir por tierra al Perú. Con este objeto bajó y anegó algunas embarcaciones y dejó el mando de todas con alguna gente á Domingo Martinez de Irala con órden de esperarle seis meses, segun dicen Rui Diaz lib. 1, cap. 13, y Lozano lib. 2º cap. 5. Schimidels cap. 24, dice que la órden fue de esperar cuatro meses y Herrera dic. 5, lib. 1, cap. 15, que hasta que le faltasen los víveres. Luego mandó cargar lo que quiso llevar á 300 indios de los que llevaba de la Asuncion, y no á los payaguas como dicen Schimidels y Lozano, porque es increible lo hiciesen; y el dia 12 del mismo mes y año, marchó con dos ó trescientos españoles, porque en esto varian los citados autores. Le acompañó y condujo un payagua como dicen Schimidels y Lozano, por mas inmediato que era precisamente de indios guanas ó albayas, y sacando nuevos guias, continuó y atravesó las provincias de los Chiquitos y de santa Cruz de la sierra hasta llegar á las faldas de la cordillera del Perú padeciendo mucho y venciendo en muchas batallas.

34. Mientras Ayolas caminaba, subió Juan Salazar á reforzarle segun vimos núm. 26, quien con bastantes fatigas llegó á la Candelaria, y encontró á Domingo Martinez de Irala poco satisfecho de aquellos indios comarcanos que eran payaguas, guanas, albayas y algunos guasarapos; porque no eran dóciles ni le obedecian, como los guaranís, y le vendian pocos víveres de mala gana. Luego navegaron juntos ambos capitanes reconociendo la costa rio arriba, y no encontrando rastro de Ayolas, le dejaron escritas en una tabla las noticias que querian supiese, y se volvieron á Candelaria. En seguida trocó Salazar un navio nuevo por otro viejo que le dió Irala, y quedando este alli, bajó Salazar á la Costa fuerte que fue la primera de la ciudad de la Asuncion. En ella dejó sesenta españoles al mando de Gonzalo de Mendoza, de lo que manifestó mucha alegria el cacique Nanduá, y despues navegó hasta Buenos Aires. Alli hizo relacion de su viaje ponderando principalmente la buena disposicion de aquellos guaranís y la mayor abundancia de comestible. Estas noticias determinaron á Francisco Ruiz Galan, gefe de Buenos Aires, á encargar aquel mando á Juan Ortega, y á ir con Salazar al Paraguay á ver las cosas y acopiar víveres. Al paso tomó alguna gente de Corpus-Cristi, y llegado á la casa fuerte, tuvo el disgusto de saber que una plaga de langosta habia devorado gran parte de la cosecha.

35. A este mismo tiempo llegó de rio arriba Domingo Martinez de Irala, y al momento fue arrestado por Ruiz Galan, por haber desamparado su apostadero; pero como se disculpase con haber esperado mucho mas del tiempo del que le habian mandado, y con la precision de venir á buscar víveres, fue luego puesto en libertad mediando algunos amigos de ambos y ofreciendo volver luego á su destino. Recogió Ruiz Galan, los víveres que pudo, y navegó rio abajo, pero en Buena Esperanza encontró la novedad de haberse auyentado los indios comarcanos con motivo de haber muerto á muchos y robado sin motivo sus pueblos el comandante Francisco Alvarado por consejo de su secretario Pedro Hernandez, y de otro á quien Schimidels llama Juan Baban en el cap. 27, y Lozano lib. 2, cap. 5, Juan Pabon. Este autor y Rui Diaz lib. 1, cap. 14, aplican las muertes y robos de los indios á Ruiz Galan; pero la relacion de Schimidels cap. 27, que iba con Galan y quedó en Buena-Esperanza, convence que el autor de ellas fue Alvarado, á quien equivocadamente llama Francisco Ruiz. Irritado Ruiz Galan contra Alvarado y sus consejeros, los sacó de alli, dando el mando del fuerte á Antonio de Mendoza y dejándole ciento veinte soldados con prudentes instrucciones para precaverse y atraer de nuevo los indios á la amistad precedente. Al punto de embarcarse Ruiz Galan, se le presentó un indio amigo de los españoles aconsejándole que no dejase ningun español porque los indios habian resuelto echarlos del pais, ó acabar con todos, y que él seguia el mismo camino incitado de su familia. Ruiz Galan le dijo que con seguridad podia venir al fuerte con su familia, pues no podrian los indios destruirlo ni forzarlo y ademas que el volveria luego. En seguida se puso en viaje con Alvarado y con los cómplices para Buenos Aires.

36. Alli encontró al veedor Alonso Cabrera natural de Loja. Este habia salido de España mandando cuatro embarcaciones, la principal llamada Marañona: la segunda era un galeon al mando de Antonio Lopez de Aguilar: la tercera una caravela mandada por Anton Cabrera, sobrino del veedor; y la cuarta al mando de Guillen Barrasa. Dos de ellas pertenecian á los comerciantes de Sevilla Martin Orduña y Domingo Zornosa, los cuales sabiendo la muerte del adelantado, con quien habian tratado enviarlas, no querian hacerlo, pero les obligó el rey permitiéndoles ir al Perú por el estrecho de Magallanes, en caso de no haber españoles en el rio de la Plata. Las otras dos embarcaciones eran fletadas por la real hacienda; las dos primeras llegaron á Buenos Aires, y las otras arribaron á la isla de Santa Catalina. Traia este convoy algunos oficiales, 200 reclutas, armas, municiones, ropas y mercadurias, todo para venderlo al que pudiese pagarlo. Tambien fueron entonces dos padres franciscos, Fr. Bernardo Armenta natural de Córdoba, y Fr. Alonso Lebron hijo de Canarias, con los padres mercedarios (1) Fr. Juan Salazar y otro, y el padre gerónimo Fr. Luis Herrezuelo. Lozano lib. 2 cap. 6, dice fueron seis franciscanos y dos gerónimos; pero en un papel del año 1540 que he visto, solo se cuentan los que he citado. Luego que llegaron á Buenos Aires las dos embarcaciones, se determinó, que Felipe de Cáceres y Francisco Alvarado marchasen en la Marañona á informar al rey y al consejo de aquellas cosas segun la órden que trajo Cabrera para hacerlo.

37. Apenas hubo salido la Marañona, encontraron los españoles del fuerte de Lujan en poder de unos indios, la vela del bergantin que iba y venia de Buenos Aires á Buena Esperanza con algunas armas y vestidos, de donde indujeron que dicho bergantin habia sido sorprendido y muerta su tripulacion. Con este antecedente y los que se tenian de los caracarás ytumbus, temió Ruiz Galan, una fatalidad en Buena Esperanza, para donde despachó al instante sesenta hombres en dos bergantines mandados por Simon Jaques de Ramón y Diego Abreu. No se engañó Ruiz Galan, porque dichos tumbus y caracarás, deseando vengar el agravio que les hizo Alvarado, enviaron al fuerte un hermano de aquel indio que habló á Galan al salir de alli para que dijese al comandante, que despachase algunos españoles á buscar á su hermano, que queria con su familia ir á vivir en el fuerte, cosa que no se atrevia á hacer sin escolta. Supo fingir tan bien el indio, que el comandante le dió cincuenta españoles al mando del alferez Alonso Suarez de Figueróa. Caminó esta tropa como media legua hasta el pueblo de los indios, y fue bien recibida y regalada con buena comida; pero á lo mejor del banquete, se arrojaron sobre ellos los muchos indios que habia emboscados y los mataron á todos, menos á un joven llamado Calderon, que se escapó y llevó la triste noticia al fuerte. Orgullosos los indios con este ensayo y armados con las espadas de los muertos, bloquearon al fuerte, le dieron repetidos asaltos, y mataron al gefe con un dardo que le atravesó una ingle cuando hacia una salida; pero faltando que comer á los indios, despues de quince dias, se ausentaron el dia 3 de febrero de 1538. Los españoles atribuyeron esta retirada á S. Blas, santo del dia, y le proclamaron por patrono de la conquista. A este tiempo llegaron las embarcaciones de Buenos Aires, y reflexionando que se hallaban cercados de enemigos, y sin medios para subsistir, de acuerdo comun, se embarcaron y pasaron todos á Buenos-Aires. He copiado aqui á Schimidels, testigo presencial en el capítulo 28 sin pararme en lo que á su modo cuenta Rui Diaz y Lozano.

38. Quince dias despues del arribo de los de Buena Esperanza, llegó alli una de las embarcaciones que en el núm. 36 dejamos en santa Catalina diciendo haber quedado allá la otra con necesidad de ausilios. Inmediatamente alistó Ruiz Galan una embarcacion pequeña y los ausilios pedidos con veinte hombres, entre ellos Schimidels, quien en el capítulo 29, equivoca el nombre del que la mandaba. Llevó este buque la órden de comprar en santa Catalina mandioca y otros víveres. Y como casi todos creian ya que Juan de Ayolas era muerto, de acuerdo comun se determinó dejar el mando de Buenos Aires al capitan Juan Ortega con la gente menos posible, y pasar los demas á la Asuncion para elegir nuevo gefe, en caso de haber muerto Ayolas, obedeciendo en esto la real cédula fecha en Valladolid á. 12 de setiembre de 1537, que habia traído el veedor Cabrera, y que nos copia Rui Diaz lib. 4. cap. 16.

39. Cuando esta comitiva arribó á la Asuncion, encontró haber llegado poco antes Domingo Martinez de Irala. Habia este subido buscando á Ayolas hasta el puerto de san Fernando sin conocer rastro en la costa. De alli subió y en el puerto de Candelaria supo hacia poco que habia salido de una tolderia de indios. Fondeó receloso en una isla, y se le presentaron cuatro canoas de indios guasarapós á quienes preguntó por Ayolas y por el clérigo Aguilar que con dos mas se habia rezagado á pescar en una canoa la tarde antes y no parecian; pero careciendo de intérprete, nada se supo. Al dia siguiente, buscando á dicho clérigo, se cogió á un payagua pescando con su muger, y quedándose con esta se dió libertad á aquel dándole á entender con señas que se deseaba hablar con los de su pueblo. En efecto á las dos de la tarde del dia siguiente llegaron dos canoas payaguas con pescados; y mientras se les examinaba se advirtió que venian como cuarenta canoas mas llenas de payaguas. Como ciento de estos tomaron tierra en la parte inferior de la isla en que estaba Irala y se dirigieron á él: pero haciendo alto antes de llegar, dieron por señas á entender que venian de paz, desnudos y sin armas, y que pedian á los españoles dejasen las suyas para acercarse sin recelo. Como Irala deseaba hablarles, mandó arrimar las armas de la gente que tenian en tierra sin alejarse de ellas. Entonces los payaguas se acercaron y mientras Irala preguntaba á algunos por Ayolas, sin poder entender lo que le respondian, se iban los demas deslizando, como si quisiesen hablar de mas cerca con los españoles, hasta que á una voz se arrojaron todos abrazándolos estrechamente esperando que otros indios de las canoas viniesen á matarlos. Irala que fue el mas precavido, empuñó la espada y rodela antes que lo abrazasen y en un instante mató á los doce que le estaban mas cerca y á los que ya tenian en el suelo al alferez Vergara y áJuan Vela. Luego los tres con Juan de Carbajal y Pedro Sebastian Maduro y otros, acabaron de libertar á los que habian sido sorprendidos á tiempo que ya estaban cerca los que venian de las canoas armados para acabar con los que sus compañeros tenian oprimidos luchando; pero como llegaron tarde, tuvieron que retirarse, sin dejar de batirse con los españoles que los seguian. Al mismo tiempo las canoas intentaron apoderarse de las embarcaciones; pero fueron rechazados distinguiéndose alli los soldados Céspedes yAlmaraz. Murió en este dia de un flechazo en la garganta don Juan Carbajal y dos soldados, y hubo cuarenta heridos entre ellos Irala con tres heridas; pero de los payaguas muchos mas. Se pudo comprender de algunos heridos que ellos habian muerto al clérigo Aguilar y sus dos compañeros.

40. Navegó Irala el dia siguiente sin encontrar rastro alguno de gentes, y pasó la noche fondeando en medio del rio, pero oyendo al alba voces en la costa occidental, y viendo que las daba un solo indio desde la orilla le hizo llevar á su presencia donde en castellano hizo relacion de la jornada de Ayolas sustancialmente en estos términos: "Juan de Ayolas peleando repetidas veces atravesó por muchas naciones de indios, una de ellas la mia; de donde me llevó por su criado imponiéndome el nombre de Gonzalo. Continuó hasta la falda de la cordillera del Perú donde le recibieron de paz los indios samacosis y sibicosis facilitándole bastantes metales. Dejó entre ellos sus enfermos y heridos, y regresó tambien peleando á veces, hasta cerca de este rio, habiendo perdido la mitad de la gente en su jornada. Por último encontró á los indios albayas ó acaso guanas que le recibieron y trataron bien los tres dias que se detuvo con ellos; pero continuando su marcha, los citados albayas ó guanas confederados con los payaguas en la mitad de la distancia de sus pueblos le armaron una emboscada, y le mataron como á todos sus compañeros escapando yo como por milagro." Alli murieron don Carlos de Guevara, don Carlos Dubrin, don Juan Ponce de Leon hermano del duque de Arcos y Luis Perez de Zepeda hermano de santa Teresa de Jesus. Varian los autores en cuanto al número total de muertos. Schimidels cap. 25 dice que 150, Alvar Nuñez cap. 49 dice que 80, y Rui Diaz cap. 14, lib. 1, dice que 200. El citado Alvar Nuñez echa la culpa de esta desgracia á Irala, por que le aborrecia; pero por lo mismo no se le puede creer; y menos si se observa que los demas autores no le culpan. Lo que no tiene duda es que la desgracia fue cerca de la laguna que por esto llaman de Ayolas al Occidente del rio Paraguay con quien comunica en los 21º 5’ de latitud.

 

É) SABIDA LA MUERTE DE AYOLAS ES ELEGIDO GEFE D. DOMINGO MARTINEZ DE IRALA: SIGUEN LOS DESCUBRIMIENTOS Y CONQUISTAS, FUNDÁNDOSE LA CIUDAD DE LA ASUNCION.

 

41. No pudiendo ya dudarse con la venida de Irala á la Asuncion la muerte del gefe principal Juan de Ayolas sin haber nombrado sucesor en el mando, y estando alli junta la mayor y principal parte de los conquistadores, trataron de elegirse un gefe á votos segun la real cédula citada. Aunque todos los capitanes pretendieron y alegaron méritos, tres fueron los que tuvieron mas partido. Alonso Cabrera daba mucha importancia á su empleo de veedor. Francisco Ruiz Galan se apoyaba con mas razones que todos en que mandaba por el adelantado en ausencia de Ayolas, no solo en Buenos Aires sino tambien en la Asuncion, segun se vió cuando arrestó á Irala. Juan de Salazar tambien alegaba méritos y tenia partidarios. Pero llegado el momento de elegir como á mediados del año de 1538 todos los partidarios se reunieron contra Ruiz y se convinieron en nombrar á Domingo (2) Martinez de Irala; que aunque tenia grande talento y valor, no igualaba en mérito á Ruiz Galan, Rui Diaz lib. 1, cap. 16 supone que Ayolas habia nombrado antes á Irala, sin acordarse que dijo poco antes que Galan su gefe le habia arrestado. Alvar Nuñez cap. 75 atribuye la preferencia de Irala á la esperanza que tenian de poderle manejar, por ser de menos calidad que todos los capitanes. Como quiera por esta competencia Rui Diaz nieto de Irala tomó á Galan tal ojeriza, que le atribuye mil iniquidades faltando á la verosimilitud y á la verdad, y le oculta todo lo bueno que hizo, que no fue poco. Lozano copia á Rui Diaz y aun le escede en sus invectivas.

42. Lo primero que Irala hizo al encargarse del mando fue juntar á todos los españoles, haciéndoles notar los pocos que eran para sostener entonces puntos tan distantes como la Asuncion, Buenos Aires y Lujan. Los hizo reflexionar que en los dos últimos puntos habia pocos indios dóciles, y que aquellos paises no conocian la agricultura ni podia entablarse faltándoles bueyes, caballerias é instrumentos de labor para los frutos de Europa que eran los únicos adecuados á aquel suelo: que al contrario en la Asuncion abundaban los guaranís indios dóciles y sumisos que cultivaban y cogian con poco trabajo mucho maiz, mandioca, batatas, judias, calabazas yalgodon sin contar el pescado del rio ni las frutas y maderas silvestres. Concluyó diciendo su opinion de despoblar á Lujan y Buenos Aires para reunirse todos en la Asuncion y fundar alli una ciudad. Todos aprobaron la propuesta del gobernador; y este despachó al instante á Diego Abreu con embarcaciones á recoger y llevar los españoles de Lujan y Buenos-Aires á la Asuncion.

43. Sin perder tiempo convocó los indios de Ytá, deYaguarón y deAcaai hoy de Tabapi que estaban ya sometidos; pero viendo que eran pocos determinó buscar mas con que surtir de encomiendas á los españoles. Principió pasando el rio con alguna gente é indios de los ya sumisos hasta encontrar á poca distancia una tolderia de lenguas ó guacurios; á quienes Rui Diaz lib. 1, cap. 18, y su copiante Lozano libro 2, cap. 7, llaman mal yaperús. Los acometió y venció, pero conoció en su resistencia que eran indios de otra especie de quienes no sacaria el partido que de los guaranís. Asi se retiró luego á la Asuncion, y repartió solares para casas á todos los españoles al rededor de la casa fuerte, que estaba donde hoy la de ayuntamiento, en la orilla oriental del rio, dominando á este sobre una barranca elevada. Eligió para la suya tras del convento actual de Dominicos el sitio que hoy tiene la de las señoras de Acosta y para el primer templo lo que llaman corralon de Santo Domingo, fijando el cementerio enfrente con calle por medio en lo que ahora es plazoleta. Señaló para convento de Franciscanos lo que llaman san Francisco Tuia al Oriente de la iglesia de san Blas; para los Mercedarios (3) el lugar que ocupa la casa de los gobernadores; y para los Gerónimos el sitio en que está hoy el convento de san Francisco.

44. Principió desde luego obras tantas; pero como para terminarlas fuesen pocos los indios de Ytá, Yaguarón y Acaai salió y subyugó sin dificultad los mongolás de Tapua y los indios de Ybitiruzú ó cordillera, formando de ellos los pueblos de Areguá, Altos, Yois y Tobati. En seguida pasó el rio Monday de cuyos indios estableció los pueblos de Candelaria, Yborapariyá, Terecañé y Maracaiu. Por último fue á la provincia de Ytati, y subyugó sin tropiezo casi bajo del trópico de Capricornio los indios de que fundó los pueblos de Atirá, Guarambaré é Ypané ó Pitun. Todos los citados indios eran guaranís y fueron repartidos á los españoles por Irala en encomiendas de Mitayos y muchos conducidos á la Asuncion para trabajar en las obras.

45. Durante esta espedicion llegó á la Asuncion Diego Abreu con las guarniciones y efectos de Lujan yBuenos Aires; y por él se supo que poco antes de su arribo á Buenos Aires, habia llegado sin tropiezo de santa Catalina la embarcacion que habia fondeado alli falta de ausilios segun vimos núm. 38. Pero la embarcacion menor que fue á buscar la otra con Schimidels, tardó mas de un mes en llegar á santa Catalina y se detuvo dos auxiliando á la otra y proveyéndose de víveres. Salieron despues juntas, y la menor llamada Panchaldo, tocó la víspera de Todos Santos en un banco, al entrar en el riachuelo de Buenos Aires, y se perdió con grande parte de su carga, aunque se recogió lo que se pudo. Schimidels cap. 29 llama á Panchaldo Gonzalo de Mendoza, que estaba entonces en el Paraguay; y supone el naufragio en el banco inglés; pero la pequeñez del buque, y el modo soldadesco con que pinta la cosa, no se me hace tan creible como lo que he copiado de Rui Diaz lib. 1, cap. 17, mucho menos pudiéndose dudar que Schimidels presenciase tal naufragio, cuando en el cap. 26 da á entender que asistió á la eleccion de Irala. Tambien dice que en la embarcacion grande que llegó felizmente, venian 200 españoles, que es el número que traian las cuatro de Cabrera. Pero tampoco creo á Rui Diaz cuando dice, que la embarcacion perdida era genovesa, y habia salido de Italia con solo el objeto de comerciar en Lima, pues de ser asi no conduciria como dice muchos oficiales distinguidos nombrando á Anton Cabrera, Peranton Aquino, Tomas Riso yBautista Troche; ni habria ido á ausiliar tal embarcacion á la que fue de Buenos Aires; que es la que pereció, y no la que dice Rui Diaz.

46. Juntos ya todos los conquistadores de la Asuncion, los pasó Irala revista, y solo halló 600 hombres, habiendo perecido como 1,400 de los que habian llegado á aquellas regiones. Los encontró ademas escasos de vestuario y de municiones; pero estando provisto de indios, se dió priesa en fabricar las casas cubiertas de paja y las paredes de estacas verticales unidas y enlodadas, como son aun las mas en el pais. Edificó el primer templo y le dedicó á la Encarnacion del hijo de Dios, nombrando por primer cura al clérigo vizcaino Juan Gabriel Lezcano. A todos repartió en las as cercanias tierras para quintas, tomando para la suya la que ocupa el presidio de san Miguel en la orilla del rio encima de la ciudad, á quien dió por armas las efigies de la Asuncion y san Blas, una casa fuerte y un coco, que es una especie de palma comun alli. Nombró por alcaldes á los capitanes Juan de Salazar y Gonzalo de Mendoza, y por regidores á seis de los que trajo el adelantado con este destino.

47. Todo lo disponia y animaba Irala con suma habilidad, y circundaba la ciudad con las estacas que encontraba en el mismo desmonte; pero fatigados los indios con tantos trabajos, determinaron acabar con los españoles. Para esto se convinieron los que trabajaban con los que estaban en sus pueblos, en que estos se introducirian en la ciudad insensiblemente con pretesto de pasar la semana santa viendo las procesiones que hacian los españoles: y en la que llamaban de la sangre porque los mas se disciplinaban segun la costumbre devota de aquellos tiempos, caer repentinamente sobre ellos y acabarlos hallándose sin armas. Todo estaba pronto, y el Jueves Santo de 1539 poco antes de dicha procesion, reveló el secreto al alcalde Salazar una criada india que tenia, declarándole los principales cómplices. Inmediatamente se dió parte á Irala, y este hizo publicar un bando mandando á todos los españoles, y á los indios principales conjurados, que al instante acudiesen bien armados á su casa, para deliberar lo conveniente; pues tenian y estaban cerca de atacarlos los guicurús y los agaces. Verificado esto puntualmente, se fueron arrestando dichos indios cabezas cuando llegaban, y tomándoles la confesion en que declararon su delito, fueron luego ahorcados, publicando la causa y al mismo tiempo el perdon para todos los demas. Copio este acaecimiento de Rui Diaz, lib. 1, capítulo 18. Lo mismo hace Lozano lib. 2, cap. 7; sin embargo puede dudarse sea cierto cuando Schimidels no lo menciona.

48. Añade el mismo Rui Diaz, que escarmentados los guaranís con el pronto castigo de los cómplices principales, y agradecidos á la clemencia con los demas, entregaron á los españoles cuantas mugeres quisieron de las que resultaron despues muchos mestizos que fueron reputados y declarados por españoles.

 

F) ESPEDICION DE ALVAR NUÑEZ MEDIANTE CONTRATA Y CONDICIONES ESTIPULADAS CON EL GOBIERNO.  

 

49. Mientras las cosas sobredichas pasaban en aquellos puntos, llegó á España la nave Marañona con Felipe Cáceres que hizo relacion del estado de la conquista. De resultas de estas noticias determinó Alvar Nuñez Cabeza de Vaca, caballero de Jerez de la Frontera hacer al rey una propuesta, que he leido en su despacho ó título y existe en el archivo de la Asuncion firmado el 5 de agosto de 1540. Por ella se obligó á espender ocho mil ducados en ropas, armas, pertrechos, caballos y reclutas costeando ademas el transportarlo todo al rio de la Plata. Las condiciones fueron las mismas cuatro primeras de don Pedro de Mendoza citadas en el número 17, y no se le cedió, un dozavo de lo que en la tierra se cogiera, entrase y saliese, como dice el mismo Alvar Nuñez cap. 1. Pero se añadió, que tales condiciones solo tendrian lugar en caso de haber muerto Ayolas; porque si este viviese debia Alvar Nuñez estarle subordinado con toda su gente, pertrechos y embarcaciones, quedándole únicamente el gobierno particular de santa Catalina con subordinacion al citado Ayolas, quien si quisiese y le pareciese podría nombrarle su segundo. Lozano lib. 2, cap. 8, se equivoca creyendo que Nuñez fue nombrado por el rey teniente general de Ayolas, y tambien diciendo que la citada contrata se aprobó el 18 de mayo.

50. Se entregó á Nuñez algunas órdenes é instrucciones en que se mandaba no permitir letrados ni procuradores en la conquista; porque tales gentes ocasionaban pleitos y discordias: que los repartimientos de tierras fuesen perpétuos para que los poseyesen cinco años; que el trato y comercio con los indios fuesen libres: que cuando quisiesen pudiesen los españoles volver á Europa, escribir á S. M. y enviar procuradores á promover sus negocios: que los alcaldes ordinarios de los pueblos pudiesen ser en los casos de hermandad; que de los tenientes se pudiese apelar al gefe principal y de este al consejo; que si estas apelaciones fuesen criminales rigiesen las leyes de Castilla, y si civiles de dos mil pesos para arriba no se negase tal apelacion: que el juez recusado, se acompañase: que se señalasen exidos á los pueblos: que los rios y aguadas fuesen comunes, que á nadie se ejecutase en cuatro años por deudas reales: que en diez años no se pagase almojarifazgo, ni en cinco años mas de un castellano por crias de ganados, ni quintos de otra cosa que de oro y plata; y que se cuidase mucho de los bienes de los difuntos. Lozano lib. 2, cap. 8, refiere estas órdenes ó contrata.

51. Compró Alvar Nuñez en Sevilla, armas, pertrechos, víveres, etc. y dos naves y una caravela determinando comprar otra en Canarias; reclutó cuatrocientos soldados sin contar los marineros y cuarenta y seis caballos. Los oficiales principales eran Francisco López é Indiano, hijo de Cádiz y Juan Pabon de Badajoz: de Jerez de la Frontera, fueron Pedro Estopiñan, primo de Alvar Nuñez, Alonso Riquél padre del historiador Rui Diaz de Guzman, Alonso de Fuentes, hijo de un veinte y cuatro, Antonio Navarrete, don Martin Villavicencio y Francisco Peralta: de Sevilla Rui Diaz Melgarejo con su hermano Francisco Vergara, Martin Suarez de Toledo, Pedro Esquivel, Luis Cabrera, y Fernando Saavedra. De Córdoba Alonso Valenzuela, Lope de los Rios, Pedro Peralta, Alonso Augusto y Luis Ribera: de Ontiveros Garcia Rodriguez Vergara, hermano de Fr. Domingo Soto confesor del rey: de Bejar el factor Pedro Dorantes: de Madrid volvia Felipe de Cáceres con Juan Delgado y el capitan Samargo: de Almodovar, Agustin Ocampos: de Trujillo Nuflo de Chaves, Luis Perez de Vargas, y el capitan Herrera; de san Lúcar Prancisco Espinola, y de Vizcaya y Guipuzcoa, Martin Orue, Ochoa Yzigarre, Miguel Vorruti y el capitan Estigarribia.

52. Salió esta espedicion de san Lucar el 2 de noviembre de 1540 y no un año despues como dice Lopez capítulo 89. A los nueve dias fondeó en la Palma, isla de Canarias, donde se detuvo veinte y cinco y en diez despues arribó á la de Santiago del cabo Verde. Alli ocupó veinte y cinco dias en hacer aguada y tomar un rumbo á la capitana y pasando al Cabo frio, fue luego á, fondear en la Cananea. Alvar Nuñez cap. 2 dice le sucedieron en esta travesia circunstancias increibles, lo cierto es que al instante fijó el escudo de sus armas en la costa, creyendo pertenecia aquel distrito al de su gobierno de santa Catalina, á donde el 29 de marzo de 1541 fondeó y desembarcó la gente, los pertrechos, y los 26 caballos y yeguas que le restaban. Como en el caso de vivir Ayolas solo debia mandar en dicha isla, tomó posesion de ella; y procurando reconocer la costa de tierra firme, una tormenta le echó á pique ocho leguas de alli dos embarcaciones, salvándose la gente.

53. Alvar Nuñez capítulo 3, dice, que los padres franciscanos Bernardo Armenta yAlonso Lebron estaban á catorce leguas de alli en Viaza y temiendo á los indios buscaron la proteccion de dicho Nuñez, pero no nos dice cómo los religiosos estaban alli; no pudiendo ser, sino por haberlos abandonado Cabrera que los llevó a España y fondeó en santa Catalina, ó por haberse ellos separado de Cabrera que los llevaba, ó por haberse escapado por tierra desde la Asuncion. Lozano lib. 2, cap. 8, es el único que sin apoyo lo dice disculpando la idea del supuesto viaje de los padres con el celo de predicar á los indios. Pero no advierte que ignoraban el idioma guaraní, ni que cuando lo supiesen era estraño fuesen á buscar neófitos en Viaza cuando los tenian en las provincias del Paraguay del Guiará y de Vera que debieron atravesar antes. Nuñez supone en el cap. 4, que le llegó á santa Catalina un batel ó bote con nueve desertores de Buenos Aires que iban á quejarse al rey de sus gefes. Pero como hacia dos años y medio que estaba despoblada Buenos Aires, es falso que salieron de alli los desertores, y que pudiesen ir á España en tan pequeña embarcacion. Si la desercion se supone anterior, no pudieron tales gentes informarle de la muerte de Ayolas, ni de los demas que dice de Irala sin arreglarse en todo á la verdad. Lozano ibidem supone la desercion del Paraguay, sin apoyo de otros escritos, y sin salvar las dificultades de su asercion. Rui Diaz libro 2 cap. 1, dice, que Alvar Nuñez recogió en santa Catalina á dos desertores de Buenos Aires que le informaron del estado de la provincia, y nos repite la historia de tales desertores que refirió en el lib. 1 cap. 16. Pero yo tengo por cuento fabuloso lo que dice, y aun por imposible. Asi sigo la historia como creo que sucedió.

54. Recogió Alvar Nuñez á dos españoles desertores de la embarcacion de Antón Cabrera ó de la que fue á socorrerlo con Schimidels, que estaban en Viaza. Ellos le informaron lo que sabian y se reduce á que la ciudad de Buenos Aires se hallaba con el arribo de Alonso Cabrera surtida de víveres y soldados y que sucedia lo mismo á la de la Asuncion, desde donde habia salido últimamente Irala en solicitud de Ayolas; á quien generalmente se creia muerto, segun lo que tardaba en volver. No pudieron informarle de la despoblacion de Buenos Aires, pues la ignoraban, y por esto en mayo de 1541, despachó Alvar Nuñez á Felipe de Cáceres en una embarcacion á saber lo que pasaba alli; pero un temporal no le permitió llegar, y le pareció arribar á santa Catalina. Alli se suscitó la duda sobre ir á la Asuncion por mar ó por tierra; el piloto Antonio Lopez y Felipe de Cáceres opinaron que por la mar; pero Alvar Nuñez con la pérdida de dos de sus embarcaciones y otra que tenia muy quebrantada temió embarcarse, segun Schimidels capítulo 31, ó le pareció llegaria antes por tierra, segun él dice cap. 5. Ignoraba el rumbo y la distancia, y para tomar noticias destacó algunos españoles é indios con el factor Pedro Donantes, quien volvió á los treses meses diciendo, que despues de atravesar serranias y grandes bosques y tierras desiertas, habia encontrado campiñas pobladas de indios. Resuelto por fin á ir al Paraguay por tierra é informándole los naturales que podria llegar antes á las citadas campiñas introduciéndose por el rio Ytabucú que desemboca enfrente de la punta de la isla á 18 ó 20 leguas de donde estaba fondeado, dispuso reconocer dicho rio; y entretanto deshizo una de las dos embarcaciones que le restaban recogiendo la jarcia y clavazon. Lozano libro 2 cap. 8, dice que los padres franciscanos citados núm. 53 que habian ido desde la Asuncion informaron á Alvar Nuñez del camino; pero de ser asi no venia al caso el reconocimiento de Donantes, ni Alvar Nuñez habria sido el primero que hizo este viaje de lo que se vanagloria.

55. Hecho el acopio de los víveres y efectos que creyó preciso llevar por tierra, quedaron en santa Catalina ciento cuarenta españoles con lo que debia ir por mar, y el 18 de octubre de 1541, marchó Alvar Nuñez á entrar por el citado rio Ytabucú con 250 arcabuceros y ballesteros, todos sus caballos y muchos indios del pais. Navegó por dicho rio, y no pudiendo mas, desembarcó la gente y lo que habia de llevar, y despachó la embarcacion para que embarcando lo que habia dejado en santa Catalina, lo condugesen á Buenos Aires bajo la direccion y mando de Felipe de Cáceres, segun dicen Rui Diaz y Lozano; y les creo mas que á Alvar Nuñez que da este mando á Pedro Estopiñan; por que este no tenia la práctica que aquel del pais. En seguida marchó Alvar Nuñez á los indios y españoles que cargaron á cuestas todo el matolotaje, y el dia 2 de noviembre del mismo año, principió su camino penetrando los bosques de montañas desiertas hasta que á los 19 dias salió á las dilatadas llanuras de Ytatuá pobladas de indios guaranís. Tomó posesion de ellas ante el escribano Juan de Araoz y las denominó provincia de Vera. Continuando el viaje cortó el rio Yguazú el dia 1º de diciembre, y dos dias despues el Tibahibá; donde encontró á muchos indios guaranís. Estos relevaron á los que llevaban que fueron despedidos. Siguiendo su derrota, encontró el 19 del mismo mes muchos de aquellos pinos descritos en el cap. 5, número 12. Alvar Nuñez cap. 8, dice que en un solo dia de esta última distancia echó 18 puentes sobre los rios y cienagas que pasó; pero no le creo; ni tampoco cuando supone que sus gentes solo caminando podian digerir lo que comian. En el cap. 9, refiere, que su tropa se alimentaba con frecuencia de gusanos etc. de una especie de hormigas de que suelen en santa Fé hacer tortillas. Entre los citados pinos ó curiys se detuvo hasta el 28 de diciembre en un pueblo guaraní, y despues encontró otros el 10 de enero de 1542. Continuó, y el dia 14 del mismo mes llegó al rio Pequirí desde donde escribió á la Asuncion pidiendo le enviasen ausilios y embarcaciones al rio Paraná. Hecho esto dispuso se quedasen atrás catorce enfermos que tenia, para que le siguiesen poco á poco, y él con el resto se metio por despoblados caminando por ellos los ocho dias anteriores al 1º de febrero en que llegó al rio Yguazú encima de su salto grande que queda descrito en el cap. 4. núm. 11. Alli encontró los guaranís que despues formaron el pueblo de santa Maria la mayor á quienes compró algunas canoas que hizo bajar arrastrándolas por tierra y en hombros hasta lo inferior del salto, y luego hasta el Paraná. En ellos pasaron todos este rio sin mas desgracia que ahogarse un español por volcarse la canoa. Alvar Nuñez capítulo 14 dice que se vió muy confundido aqui porque los españoles de la Asuncion sabiendo que él iba no le habian enviado los bergantines que les habia pedido desde el rio Pequirí al cual equivocadamente llama Paraná. Pero si hubiese reparado que desde el 14 de enero en que llegó al Pequirí, hasta los primeros dias del mes siguiente no habia pasado el tiempo suficiente para llegar de la Asuncion los bergantines ni aun la respuesta á su carta habria cesado toda su confusion. Lo cierto es que viéndose en el Paraná con 30 enfermos, é imposibilitado de continuar por tierra, formó balsas con las canoas apareándolas de dos en dos, y atravesando encima zarzos de cañas y palos, en ellas embarcó sus enfermos al cuidado de Nuflo de Chaves para que bajando por el Paraná hasta encontrar el rio Paraguay, subiesen por este á la Asuncion. El siguió por las inmediaciones del rio Mondai, donde encontraria precisamente los cuatro pueblos formados por Irala, segun vimos en el núm. 44. Continuó luego hasta los del Ybirituzú formados igualmente por el mismo; desde donde segun Rui Diaz escribió á Irala y este envió para cumplimentarle á los capitanes Juan de Salazar yJuan de Ortega, y al veedor Alonso Cabrera. Estos le encontraron en el pueblo de Acani (4), y el dia 11 de marzo de 1542 á las nueve de la mañana entro Alvar Nuñez en la Asuncion con aplauso general, encargándose al momento del mando aunque no presentó sus títulos ni prestó el juramento ante el cabildo hasta el dia 13 del mismo mes, segun he leido en las diligencias originales que estan en el archivo de la Asuncion. Rui Diaz lib. 2 cap. 1, dice que Alvar Nuñez en este viaje desde santa Catalina no perdió ni un hombre. Lozano lib. 2 capítulo 8 que solo uno, y Schimidels con mas verosimilitud cap. 31, que ciento. Alvar Nuñez capítulo 13, dice que encontró á Felipe de Cáceres en la Asuncion sin advertir que venia de España en su compañia, y que él mismo le habia embarcado en el buque que aun no habia llegado de santa Catalina.

56. Luego que Irala recibió la carta que le escribió el adelantado desde el Pequirí despachó bergantines al Paraná; los cuales encontraron á Nuflo de Chaves con sus impedidos en la isla de Apipé, donde los embarcaron y condugeron á la Asuncion llegando un mes despues que el adelantado, con la desgracia de haberse comido á uno el yaguareté. Poco despues del arribo del citado Chaves, despachó igualmente bergantines el adelantado á socorrer la embarcacion que venia de santa Catalina, y la encontraron debajo de donde hoy está la ciudad de Corrientes, la proveyeron de víveres y la acompañaron á la Asuncion. Asi lo dice Rui Diaz libro 2, cap. 2. Pero Alvar Nuñez cap. 15, supone que él construyó los bergantines citados, y que los despachó con órden de poblar a Buenos Aires y de fundar la ciudad de san Juan; aunque no lo verificaron y regresaron á la Asuncion con la desgracia de haberse derrotado una barranquera del rio volcando la galera, etc. Pero ni tuvo tiempo para construir los bergantines, ni necesidad de tal cosa, pues los habia en la Asuncion, y acababan de llegar con Chaves. Lo que añade de fundar á san Juan y del fracaso de la galera, son cosas acaecidas muchos años despues, segun aseguran Rui Diaz ibid, y Lozano lib. 2, cap. 16, y yo creo que llegaron á su noticia y se las apropió en sus comentarios, sin advertir que entre las embarcaciones que despachó no habia ninguna galera, siendo todas bergantines. Mas no le faltó la advertencia de dilatar la vuelta de las embarcaciones hasta el 20 de diciembre para darles lugar de hacer lo que dice.

57. Mientras el adelantado alistaba los bergantines, que era lo mas urgente, pasó revista y encontró 800 españoles segun Schimidels capítulo 32, mas de 1,300, segun Rui Diaz, libro 2, cap. 2, y segun Lozano, lib. 2, cap. 9; pudiendo venir la diferencia de que el primero contó solo á los presentes y no á los que venian con Cáceres y Chaves. Al mismo tiempo trabó tan estrecha amistad con Domingo Martinez de Irala, que le nombró su segundo ó maestre de campo haciéndole jurar union fraternal. Luego juntó á los oficiales y eclesiásticos, y despues de haberles leido una real cédula que mandaba tratar á los indios con suavidad y justicia, los exortó al cumplimiento y á los eclesiásticos á que los doctrinasen, entregándoles cuando llegaron las embarcaciones algunos ornamentos, harina y una pipa de vino para misas. Poco despues sucedió lo que acostumbran ejecutar todas aquellas naciones cuando estan en paz, y es ir algunos á ofrecer obediencia, vasallaje y fidelidad al nuevo gobernador pidiéndole algun regalito. Fueron los primeros los guaranís de los pueblos ya reducidos, y el adelantado los recibió, segun es costumbre, exortándolos á continuar con buena armonia en la obediencia, ofreciendo favorecerles. Alvar Nuñez cap. 16 despues de manifestar las quejas que supone le dieron los guaranís de los oficiales reales ó ministros de hacienda dice: que los exortó para que no comiesen carne humana. Pero debia saber que estando los indios en encomiendas, no pagaban tributo ni derechos reales, ni los oficiales tenian medio alguno para suscitar quejas. Tambien es tan falso comiesen carne humana como dice el sermon compuesto por Lozano lib. 2, cap. 9. Con este motivo llegaron despues á ver al adelantado los agaces, echando la culpa de algunos robos hechos á los guaranís inmediatos, á unos mozos que ellos habian ya castigado, y pidiendo se les restituyesen algunos indios y mugeres cogidos por los españoles en las guerras pasadas; pero se les contestó que convenia quedasen las mugeres para instruirlas en la religion y mandándoles observasen mejor la paz, sin acercarse con sus canoas á donde pescaban los guararís, yespañoles, ni á sus quintas cercanas al rio.

58. He leido en el archivo de la Asuncion una formal justificacion en que consta que habiendo llegado por este tiempo Felipe de Cáceres con los que venian de santa Catalina, presentó al adelantado un pedimento solicitando le pusiese en posesion de una plaza de regidor, en virtud de un real despacho que habian leido muchos, y era público traia de Madrid, aunque se le habia perdido; y que el adelantado sin admitir el pedimento trató á Cáceres con dureza, concluyendo que no le pondria en posesion de tal empleo. De la misma justificacion consta que Alvar Nuñez era áspero, incomplaciente, impolítico con indios y españoles, y que por esto le aborrecian generalmente, segun dicen tambien Schimidels, cap. 34, y Lopez cap. 89. Dicha justificacion fue pocos años despues á la corte con el mismo Alvar Nuñez donde este la vió, y para precaverse escribió en el cap. 18 de sus Comentarios, que chocó con los oficiales reales uno de ellos Cáceres porque no quiso darles el auxilio que le pedian para cobrar una imposicion nueva inventada por ellos sobre el pescado, manteca, miel, maiz, etc. y porque no aprobaba los agravios y vejaciones que hacian cobrando lo que se debia á, S. M.; sobre lo cual dice se le quejaron todos los conquistadores y pobladores. Ni siquiera repara Alvar Nuñez aqui en que de ser cierto lo que dice, los conquistadores aborrecian á los oficiales reales; y no era sino al contrario, que los sostenian tanto como á él le detestaban: conociéndose claro que todo lo que dice es supuesto.

59. Por este tiempo Pedro de Mendoza, Juan de Salazar Cuparatí, Francisco Ruiz Mairarú, Lorenzo Moquerati y Gonzalo Mairarú indios todos mongolas que vivian en la Asuncion cuyas hijas eran mancebas de los españoles y cuyos apellidos habian tomado, se quejaron de que los de su pueblo llamado hoy Areguá, habian sido asaltados en sus quintas por los indios guaicurús, que les habian muerto 20 personas y robado lo que tenian en Tapúa: Alvar Nuñez cap. 19 equivoca el nombre del pueblo. De resultas declaró el adelantado la guerra á los guaicurús y alistando 200 arcabuceros y ballesteros con 12 caballos, salió el 12 de junio de 1542 para el pueblo de Areguá ó Mongola distante cinco leguas, y alli se le juntaron tropas de los guaranís amigos de los pueblos de la Cordillera. El dia siguiente despachó dos españoles con indios mongolas para adquirir nuevas del enemigo; y volvieron diciendo, que los guaicurús habian levantado su pueblo para ir á establecerse en otra parte. Con esta noticia pasó el adelantado el dia 14 con sus tropas á la otra orilla del rio Paraguay en dos bergantines y muchas canoas de las cuales se volcó una ahogándose Diego Isla natural de Málaga, y Juan Valdés hijo de Palencia. El dia siguiente marchó la tropa; y las avanzadas dieron repetidos avisos de que el enemigo caminaba sin manifestar tener noticia de los españoles; pero poco despues de puesto el sol hizo el adelantado encender las mechas á precaucion sin detener la marcha con la luna. Casualmente sucedió luego, que encontró la tropa con un yagureté, y le tiraron algunos arcabuzazos cuyas pelotas dice Alvar Nuñez cap. 24 le pasaron á raíz de la cara, y que se tuvo entonces por cierto se las tiraron para matarle por complacer á Irala. Pero si esto fuese verdad habria desconfiado de Irala, no se habria valido de él despues como lo hizo para todo, reputándole su mayor amigo y de mayor confianza. Es de saber que cuando escribia achacándole esta maldad le aborrecia mucho. Cenó la tropa y continuó, hasta que antes del alba atacó la tolderia guaicurú, matando á muchos, y poniendo en fuga á los demas con pérdida de dos españoles y doce auxiliares con una yegua: cuyo cuello abrazó y atravesó con tres flechas un guaicurú sin quererle soltar hasta que le mataron. El adelantado siguió un poco á los fugitivos, quemó la tolderia ó pueblo y regresó á la Asuncion por el camino que habia llevado. Alvar Nuñez cap. 25 dice que llevó artilleria á esta jornada cosa que le era imposible y en los caps. 29, 30 y 31 añade que en ella hizo cuatrocientos cautivos ó prisioneros los cuales recogió y sacó de las manos que los habian pillado para que no los tuviesen como esclavos; dió libertad á uno para que dijese á los demas que fuesen á ajustar la paz como lo hicieron, de cuya resulta dió á todos la libertad. Pero yo me atengo á un papel de aquel tiempo que leí en el archivo de la Asuncion y dice: que el recoger dichos prisioneros fue para venderlos inmediatamente por esclavos y aprovecharse del producto como lo hizo. Rui Diaz lib. 2, cap. 3, pretende justificar á su tío AIvar Nuñez diciendo contra el testimonio de este, que los prisioneros se interpolaron con los mongolas; pero es falso. Tambien se equivoca poniendo esta jornada despues de la que Nuñez hizo al puerto de los Reyes.

60. Al regreso dió libertad á seis indios lenguas á quienes Alvar Nuñez cap. 27 y 32 llama mal Yaperues y Apernes. Se habian presentado pidiendo la paz á Gonzalo de Mendoza gefe de la Asuncion el dia antes de llegar á ella el adelantado, temerosos de que se les hiciese igual guerra que á los guaicurús, y Mendoza los detuvo hasta el arribo de este. De resultas de alli á pocos dias regalaron los lenguas al adelantado unas mozuelas, que dice Alvar Nuñez cap. 32, entregó á los eclesiásticos para doctrinarlas: lo que era imposible ignorando el idioma. Poco despues los agaces robaron algunas quintas de los españoles matando algunos indios de encomiendas y llevándose sus mugeres. Sobre la marcha les formó proceso el adelantado y uniéndolo á otros que antiguamente se les habia formado, les declaró la guerra á sangre y fuego, y vendió por esclavos á catorce que tenia presos, segun he leido en un papel de aquel tiempo en el archivo de la Asuncion, que me hace mas fé que el cap. 33 de Alvar Nuñez que dice los hizo ahorcar.

 

NOTAS

1- En el original se lee "Mercenarios". (nota ed.digital)

2- En el original se lee "Francisco" Martinez de Irala. (nota ed.digital)

3- En el original se lee "Mercenarios". (nota ed.digital)

4- Acani. ¿No será Acaai o Aka'ai? (nota ed.digital)

 

 

G) PROYECTO DE ESPEDICION AL PERÚ QUE NO SE VERIFICÓ: VARIOS ACONTECIMIENTOS, GUERRAS ETC. LLEGADA AL PUERTO DE LOS REYES Y REGRESO Á LA ASUNCION.

 

61. Viéndose el adelantado en pais tan pobre de metales, deseaba encontrar un camino para ir al Perú donde los habia, y á lo mismo le obligaba su contrata con el rey. Para esto despues de informarse cuanto le pareció, resolvió que Irala llamado generalmente entonces capitan Vergara, subiese todo lo que pudiese por el rio Paraguay con tres bergantines y treinta españoles, á fin de averiguar por los indios de sus riberas lo que habia en lo interior del pais, y si seria dable internarse al Perú por entre naciones que proporcionasen víveres y ausilios. Partió Irala el 20 de octubre de 1542 con órden de disponer al paso que los indios de los pueblos de Guarambaré, Ipané y Atirá hiciesen una entrada al Occidente por el Chaco con el mismo objeto de descubrir un camino al Perú. En efecto recogió Irala 800 indios de los citados pueblos, confiriendo el mando de ellos al cacique Aracaré bajo la direccion de tres españoles lenguaraces, y pasándolos al Occidente del rio en las Piedras Partidas que estan en los 22 grados y 34 minutos de latitud, y no donde dice Alvar Nuñez cap. 34, los despachó á su espedicion, continuando él la suya, y escribiendo desde alli al adelantado. Partieron pues los tres españoles escoltados de los 800 guaranís, pero como estos tienen terror pánico á los indios del Chaco, comenzaron á titubear y á los cuatro dias de camino faltándoles víveres, se retiraron á sus pueblos, sin que los tres españoles les pudiesen vencer á pasar adelante. Se incomodó mucho el adelantado con esta noticia que supo por los citados tres españoles que regresaron á la Asuncion; y sin perder tiempo juntó 1500 guaranís de los pueblos de Yta, Yaguaron y Acaai, y de los de Aregua, Altos, Yois y Tobati y los despachó con cuatro españoles el 15 de diciembre; parte en canoas del rio y los demas por tierra, con órden de repetir el mismo reconocimiento. Cuando esta gente llegó como era preciso, á los pueblos de la provincia de Ytatí de donde eran los indios que no quisieron seguir la jornada anterior, preguntó á Aracaré y á sus indios el motivo de su retirada y la respuesta les impuso mucho miedo aunque siguieron hasta las Piedras Partidas. Alli pasaron el rio, y caminaron al Occidente por tierra despoblada, padeciendo grandes trabajos, de que murieron algunos, hasta que faltándoles guias, víveres y agua para beber retrocedieron á la Asuncion.

62. Irala segun dijimos en el número precedente, continuó por el rio desde las Piedras Partidas, hasta que el 6 de enero de 1543 llegó á un paraje que por el dia de su arribo llamó puerto de los Reyes. Rui Diaz lib. 2, cap. 2 pone este puerto distante 250 leguas de la Asuncion y mas de 100 de la laguna de Ayolas. Schimidels cap. 24 á 90 de los guasarapós y yo por los conocimientos locales, creo que está en los 17 grados 57 minutos de latitud, y que es la laguna Yaibá situada al Poniente del rio, donde termina la sierra que entonces llamaron de santa Lucia á quien los demarcadores de límites del año de 1750 y el mapa de Juan de la Cruz, llaman mal de san Fernando. Conoció Irala que por dicha sierra, segun manifestaban sus cumbres escarpadas, no era facil penetrar en el pais, y que podria verificarse por el puerto de los Reyes; pero para averiguar lo que pudiese, solicitó informarse de los indios orejones que vivian por alli. No satisfecho con lo que pudo entender de ellos, desembarcó Irala, internándose al Poniente cuatro jornadas, hasta encontrar un pueblo de guaranís, segun Schimidels cap. 32 y 39 de quienes entendiendo el idioma pudo averiguar, que ácia el Occidente habia muchos indios que podrian surtir de víveres y ausilios. Con esta noticia regresó al puerto y tomó la vuelta de la Asuncion; pero al acercarse á la provincia de Itati le encontró una canoa que le llevaba una carta del adelantado mandándole ahorcar al cacique Aracaré, como lo ejecutó sin dificultad. Esta muerte se juzgó muy injusta y atropellada segun Schimidels cap. 32 y para disculparla Alvar Nuñez cap. 35 y 36 calumnia falsamente á Aracaré. Hecho esto continuó Irala hasta la Asuncion á hacer al adelantado la relacion de su viaje.

63. Por este mismo tiempo, esto es el dia 3 de febrero de 1543 prendió fuego á una casa de la ciudad y se comunicó á otras; pero como eran de poco coste y trabajo segun vimos número 46 se reparó luego el daño que Alvar Nuñez cap. 38 pondera con esceso. Confiado el adelantado en las noticias que trajo Irala del puerto de los Reyes y deseando internarse por alli al Perú dispuso que Gonzalo de Mendoza se anticipase con tres bergantines á acopiar víveres en los pueblos de la provincia de Ytati, pero apenas hubo llegado al rio Yejui supo por los indios del pueblo de Atirá, que Guarambaré yTabaré óTambá, caciques principales estaban preparados y resueltos á vengar la muerte de Aracaré que era pariente del primero y hermano del segundo. Yo corrijo los nombres de dichos caciques por los papeles de aquel tiempo que he leido y copio de Schimidels caps. 32 y 33 en cuanto al motivo de esta guerra que Alvar Nuñez atribuye falsamente al capricho de Tabaré. Avisó Mendoza esta novedad al adelantado; y este mandó, que Irala marchase con cuatro bergantines y 150 españoles y bastantes carios óguaranís de los pueblos cercanos á la Asuncion. Llegada esta gente al trópico de Capricornio desembarcó en la costa oriental, y al tercer dia hizo proposiciones de paz á los enemigos; pero no habiendo querido admitirlas los acometió el 24 de julio de 1543 en el pueblo de Guarambaré, tres horas antes de salir el sol, y mató á muchos, cogiendo varias mugeres y muchachos. Hubo sin embargo algunos españoles heridos y seis muertos. Habiéndose presentado luego despues Tabaré ó Tambá pidiendo indulgencia y que se les devolviesen las mugeres y muchachos se les concedió todo, é Irala regresó á la Asuncion. Schimidels que se halló en esta espedicion dice, cap. 33, que el pueblo estaba circundado de fosos y palizadas; pero no pudo haber tal no teniendo los indios con que cortar tanto troncos. Tambien exagera el numero de indios muertos, y Alvar Nuñez cap. 42 sobre atribuirse el honor de la batalla, dice erradamente que los enemigos usaron flechas envenenadas. Rui Diaz lib. 2, capítulo 2 falta á la verdad diciendo que su padre mandó la batalla y por eso la pinta y llena de circunstancias todas falsas; Lozano libro 2 cap. 9 copia y aumenta á Rui Diaz, y ambos anticipan un año la fecha.

64. Concluida esta guerra, aprontaba el adelantado lo necesario para pasar al Perú adonde no queria fuesen los oficiales reales de hacienda sino otros que él nombró. Con esta novedad le representaron dichos oficiales de palabra y por escrito que debian ir á recaudar los derechos del rey, que era cosa que tocaba á ellos y no á otros; pero el adelantado les contestó negativamente con desatencion, dureza y desprecio arrebatado de su carácter que disgustaba á todos, segun he leido en una justificacion del archivo hecha en aquel tiempo, la que formó parte del proceso que hicieron. Viendo tal despotismo escribieron los oficiales reales al rey lo que pasaba; y siéndoles imposible dirigir su carta por las vias ordinarias, pensaron hacerlo por la costa del Brasil. Se ofrecieron los padres franciscos Armenta y Lebron y algunos españoles á llevarlas por el mismo camino que habia seguido Alvar Nuñez, guiados del indio Domingo que habia ido con él desde santa Catalina: con varios pretestos y por diferentes caminos salieron de la Asuncion; pero habiéndolo sospechado el adelantado, los arrestó á todos cogiéndoles las cartas, á pocas leguas de la Asuncion. Inmediatamente les formó proceso, metiendo en la cárcel á los cuatro oficiales reales aunque despues les permitió salir bajo fianzas al contador Felipe de Cáceres y al factor Pedro Dorantes para que le acompañasen en su espedicion, quedando el veedor Alonso Cabrera y el tesorero Garcia Venegas suspendidos de sus empleos en la cárcel bien recomendados al alcalde ordinario. Asi lo dice Alvar Nuñez, y para justificar su proceder refiere en el cap. 43, tales cosas de dichos oficiales reales y de los frailes, que solo él pudo inventar; pero con tan poca habilidad que ellas mismas persuaden que son calumnias. Sin embargo las copia Lozano lib. 2, cap. 10, exagerándolas aun con creces, pero Rui Diaz aunque sobrino de Nuñez las calla, sin dar otro motivo á estos escándalos, que el ridículo de que los oficiales reales pretendian que su tío nada hiciese sin su parecer.

65. Se alistaron para ir á buscar camino que condujese al Perú 400 arcabuceros y ballesteros, 12 caballos y 1.200 infantes, digo, indios ausiliares, á quienes Alvar Nuñez cap. 44 adorna con planchas de metal sin reparar en que no lo habia en el pais. Quedó mandando en la Asuncion Juan de Salazar, y no Martinez de Irala, como dice Rui Diaz lib. 2 cap. 3, equivocándose tambien cuando dice que fue á la espedicion el veedor Cabrera. Pronto ya todo con los víveres necesarios, mandó el adelantado quitar de las embarcaciones las armas del rey y reemplazarlas con las suyas, segun he leido en una justificacion de aquel tiempo que hay en el archivo de la Asuncion. Luego dispuso que los caballos con la mitad de la gente costeasen el rio Paraguay hasta el paralelo de 21º 22’ y él con la restante embarcada en canoas y bergantines, salió ocho dias despues, esto es el 8 de setiembre de 1543 y no el 13 de diciembre de 1541, como dice Rui Diaz, lib. 2, cap. 3. Navegó la espedicion recibiendo visitas y víveres de los mongolás y de los pueblos de la cordillera hasta el puerto de Guarambaré por los 23º y 23’ de latitud, donde mandó que le acompañasen los caciques Tabaré, Tambá yGuarambaré que se le presentaron y eran los vencidos por Irala en la guerra del núm. 63. Mandó tambien que regresase á la Asuncion el factor Dorantes, y que le reemplazase su hijo segun dice Alvar Nuñez capítulo 46 á quien copio no sin desconfianza, por conservar la especie de haber leido en los papeles del mencionado archivo, que no llevó ningun oficial real en su espedicion. Siguió esta y por los 23º 16’ 26" de latitud, le salieron á visitar los indios del pueblo de Pitum óYpané con quienes se detuvo tres dias para reconocer un indio guaraní que habia sido muchos años cautivo de los payaguas, al cual necesitaba para que le mostrase su pueblo, y para negociar por su medio que le entregasen las sesenta y seis cargas de plata y oro robadas á Juan de Ayolas y su gente cuando los mataron; pues digeron al adelantado que á tanto montaban dichos metales. Continuó la espedicion hasta los veinte y dos grados de latitud que era donde habitaban los últimos indios guaranís de la costa oriental del rio, y estos dieron noticia de haber pasado ya mas arriba la tropa que iba por tierra; por cuyo motivo navegó el adelantado hasta que todos se juntaron en el cerro de san Fernando óPan de azúcar que Alvar Nuñez capítulo 47 llama mal Ytabitan.

66. Alli pusieron dos caballos en cada bergantin, y en dos dias se embarcaron los que habian ido por tierra. Luego navegaron al puerto de Candelaria donde desembarcó Ayolas cuando se dirigió al Perú; y habiéndose presentado en la ribera siete payaguas sarigues, los acarició y regaló el adelantado, ofreciéndoles la paz y pidiéndoles le trajesen los metales de Ayolas. Ellos ofrecieron hacerlo la mañana siguiente, mas viendo que no volvian en cuatro dias que se les esperó, tomó la vanguardia y pasó la armada la angostura ó estrecho llamado de san Francisco Javier por los demarcadores de límites el año de 1750, que está en los 19º 53’ de latitud y no mas al Norte donde le situa Alvar Nuñez, añadiendo un cuento inventado por él sobre los pescados dorados. Rui Diaz lib. 2 capítulo 3 supone que los payaguas pillaron algunas canoas de los españoles, y que estos armándoles una emboscada, mataron á muchos; pero todo es supuesto y contra el silencio de Alvar Nuñez y Schimidels testigos presenciales. En el paralelo de 19º 40’ 30’ encontró Alvar Nuñez por su derecha la boca del rio Guasarapó ó Guachic que nace de unas lagunas habitadas por los indios guasarapós, de los cuales se presentaron unos treinta. Dice Alvar Nuñez capítulo 50 que les habló largamente; pero lo tengo por imposible por que no llevaba intérprete. Mas arriba en los 19º 25’ 20" de latitud y no en la de 19º 20’ que observaron los pilotos, fondeó la armada en la boca Albotetes, cuyo nombre no supo escribir Alvar Nuñez. Es rio caudaloso, que nace en los campos de Jerez habitados entonces por los indios ñuaras y su boca está en frente del estremo austral de la sierra de santa Lucia. Alvar Nuñez cap. 52 pone entre las bocas de los dos últimos rios, variedad de naciones que él se figuró, y mas arriba en los 19º 18’ de latitud dejó al poniente, y no á la derecha como dice Rui Diaz lib, 2 capítulo 3, la laguna de los guatós á quienes dice trató contra el silencio de Schimidels y de Nuñez. Este encontró en los 19º 11’ la boca mas meridional del rio Tacuarí por la que hoy bajan los portugueses que van de san Pablo áCuiabá y Matagroso. Es rio caudaloso, que corre de levante á poniente y entra en el del Paraguay por tres bocas distantes cuatro millas una de otra. En los 19º 5’ halló el adelantado que el rio Paraguay presentaba dos brazos, los cuales separándose en los 18º 28’ encierran una grande isla llamada por el citado Rui Diaz ibidem del Paraiso; cuya estremada amenidad y buenas calidades junto con la afabilidad de sus habitantes, dice que convidaron á los españoles á fijarse en ella; y que no queriendo condescender el adelantado, comenzaron á aborrecerle. Pero todo es falso puesto que la isla es inhabitable por anegarse con las crecientes del rio que la convierten en el (5) lago de los jaraíes; sin producir sino plantas acuáticas. Entró el adelantado por el brazo occidental del rio cortando la falda oriental de la sierra citada de santa Lucia, cuyos picos pelados le hicieron sospechar que tenia metales. Alvar Nuñez cap. 53 sitúa mal esta sierra poniéndola en la isla del rio y dice, que en una laguna que creo sea la Maniore, habitaban los indios lacocies, yaqueses y chaneses que no dudo eran pueblos de los orejones. Finalmente llegó la espedicion con bastante trabajo al deseado puerto de los Reyes llamado por Barco canto 5º de san Fernando equivocadamente. Despues que el adelantado, llegó su retaguardia diciendo que se habia ahogado Juan Volaños, y que habian matado á cinco españoles los guasarapós.

67. La novedad atrajo al puerto los indios orejones de un pueblo distante media legua, y también á los de otros dos de la misma nacion que Alvar Nuñez llama cacosis y chaneses pero careciendo de intérprete, solo se pudo entender de ellos que en lo interior habia muchos pueblos que Nuñez cap. 56, llama guaranies, chimenos, carcaraes, gorgotoquies, paizuñoes, estarapecocies y candirees, se puede creer, que estos nombres están alterados, y que muchos de ellos pertenecian á una sola nacion; pero todos eran de la provincia de los Chiquitos, y ninguna criaba patos y gallinas como dice dicho autor. Para aclarar las noticias vagas destacó el adelantado algunos españoles, que volvieron diciendo, no haber encontrado á los guaranís que buscaban porque segun creian se habian ausentado para juntarse con otros de su nacion que vivian inmediatos á los jaraies distantes cuatro ó cinco dias de camino fangoso, aunque navegando podria llegarse en ocho ó diez jornadas. Inmediatamente despachó á dos españoles lenguaraces (6) para que buscasen á los citados guaranís y á los jaraies, de quienes se creia tenian oro y plata. Regresaron estos españoles á los ocho dias diciendo: que en el de su salida llegaron al pueblo de los artaneses, y despues al de los artianeses hasta que al fin encontraron otro de los jaraies siendo en todos bien recibidos. Los tres pueblos eran sin duda de la nacion jaraie y pobres en estremo, debiéndose creer apócrifo todo lo que Alvar Nuñez dice cap. 59 del recibimiento hecho á los españoles por el principal de los jaraies. Trageron de este reconocimiento á un indio guaraní que dió algunas noticias de lo interior, con las cuales llena Alvar Nuñez su cap. 60 sin decir cosa para mí sustancial ni creible: á la verdad aun puede dudarse de algo de lo que he copiado de él en este número, porque no lo dice, ni lo da á entender Schimidels.

68. Como quiera, dejó el adelantado cuidando las embarcaciones á Juan Romero con cien españoles y doscientos auxiliares, mientras él con el resto de la gente el dia 26 de noviembre de 1543 entró en la provincia de los Chiquitos, caminando como al Poniente, y no al Norte como quiere Rui Diaz lib. 2, cap. 3. Atravesó bosques, y al quinto dia cortó el arroyo que creo llaman hoy Turuquis. El dia siguiente encontró un pueblo de solas catorce almas que le informaron habia á dos jornadas de alli otro con diez personas tambien guaranís, y que habia otros de la misma nacion hasta el confin de los indios jaraies con quien solian estar en guerra. Continuó el adelantado anticipando dos españoles para que averiguasen de aquellas diez personas noticias de lo interior del pais, y al tercero dia escribieron estos españoles que un indio les decia que á 16 jornadas desiertas y trabajosas se hallaba el cerro Ytapucuguazú desde donde se descubria mucha tierra poblada distando el primer pueblo una jornada. Copio aqui á Alvar Nuñez cap. 61, pues aunque Schimidels cap. 34, dice que no vieron á ningun guaraní, presumo que siendo tan pocos los reputó ningunos, que los creyó de los que iban de ausiliares en la espedicion. Rui Diaz lib. 2, cap. 3, al contrario supone encontraron muchos pueblos, lo que seguramente es tan fabuloso como lo que refiere de una serpiente. De resultas de la carta citada, y de las mismas noticias que el dia siguiente repitieron los dos españoles llevando al indio que las daba,se juntó consejo de guerra. En él espusieron los oficiales que habiendo sacado del puerto víveres para veinte dias de los cuales habian pasado ya diez (Schimidels dice 18) sin haber usado de economia los soldados creyendo los encontrarian, solo les restaba que comer para cuatro ó seis; por consiguiente que era temeridad empeñarse en buscar aquel cerro distante 16 jornadas que podrian ser muchas mas. El adelantado manifestó lo mucho que á todos perjudicaba y lo sensible que le era retirarse sin llegar por alli al Perú, siéndole imposible sacar víveres de las embarcaciones, donde no los tenian ni los habia en los indios orejones; ni los podia llevar del Paraguay no dándole tiempo la inundacion del pais que ya principiaba. Pero los oficiales insistieron requiriéndole que se retirase el adelantado, y aunque debió conocer la razon que estaba de parte de los oficiales dice en su cap. 65 que lo hizo porque todos lo deseaban, y porque de no hacerlo, le habria sido preciso castigar la insubordinacion y desacato de algunos. A la verdad podia temer porque segun Schimidels testigo ocular é imparcial cap. 34 dice, le aborrecian los oficiales y soldados por su poca piedad con los súbditos, y por su inutilidad para tales empresas. Rui Diaz lib. 2, cap. 3, funda esta retirada en una multitud de cosas que inventa. Pero al retirarse destacó el adelantado á Francisco de Rivera con algunos españoles voluntarios en solicitud del citado cerro Ytapucuguazú.

69. Llegó el adelantado en ocho dias al puerto, donde en su cap. 66 supone que le informaron que en los diez y ocho dias de su ausencia habian querido los orejones matar á los españoles que habian quedado en él; lo que no es creible en tan corto tiempo, y menos el que hubiesen entrado en la conjuracion los guasarapós tan distantes. Tampoco es de creer que tuviese que mantener á mas de veinte mil almas cuando antes en el cap. 44 nos dijo eran 1.600. En lo que es creible es en que no tenia víveres sino para diez ó doce dias y en que no encontró en los pueblos vecinos. Para obtenerlos destacó á Francisco Mendoza con embarcaciones y gente el 15 de diciembre á unas lagunas distantes nueve leguas, donde estaban los pueblos que aqui (cap. 67 y 68) llama Sacorines, Sacocies y Ariaricocies, y creo son los que en el cap. 59 llama de otro modo, y eran orejones segun dije en el núm. 66 que vivian en la laguna Maniore y en alguna otra. Estos indios abandonaron de miedo sus pueblos, donde cargó Mendoza bastantes víveres que encontró. Supone Alvar Nuñez que estos indios llamaron en ausilios á los guatos y guasarapós, y que mediaron embajadas entre ellos y Mendoza; pero uno y otro es increible. Tambien despachó el 20 de diciembre en un bergantin con soldados á Hernando de Rivera para reconocer á los jaraies, y el 30 de enero inmediato llegó por tierra Francisco de Rivera, á quien habia destacado cuando él se retiró al Puerto. La relacion que este Rivera hizo de los treinta y tres dias de su jornada se redujo, segun Schimidels capítulo 34, á que despues de haber pasado un rio que corria ácia el Poniente y creo sea el del Veladero de las provincias de los Chiquitos, habia encontrado las sementeras de un pueblo que no se atrevió á reconocer por que se le habian huido 8 de los 11 indios que le acompañaban. Alvar Nuñez emplea su cap. 70 con la relacion que le hizo Rivera llenándola de puerilidades é inverosimilitudes, y en el 71 añade: que habiéndose hecho salobres las aguas con la corriente del rio, le enfermó y murió mucha gente; dando esto ocasion á que se le revelasen los orejones del Puerto unidos con los guatos y guasarapós matándole una multitud de soldados. Pero todo es hablar sin reparar que las aguas de la corriente eran dulces y no podian salar. Schimidels nada dice de tales acontecimientos. En cuanto á Hernando de Rivera, navegó con su bergantin hasta la isla Larga, llamada tambien el Paraiso, pero Rui Diaz lib. 1 capítulo 4 dice que está mas arriba del Puerto de los Reyes, y no mas abajo como dice lib. 2 capítulo 3 siendo falso que produzca uvas, peras etc. Los indios que la habitan llamados por Schimidels guebuecusis cap. 35, eran orejones de nacion, y recibieron con paz á los españoles. A poca distancia de alli entra en el rio Paraguay por el Occidente el rio Jaurú que viene como del Nordeste y toma el nombre de los indios jaraies. Es caudaloso, y los portugueses lo navegan contra su corriente diez dias (que hacen tres ó cuatro al bajar) hasta un arrecife invencible donde hay un puerto portugués distante cuatro ó cinco jornadas de Matagroso. Por este rio se introdujo Rivera hasta el arrecife donde encontró un pueblo de jaraies habiendo dejado atrás otros dos, todos en la orilla. Alli dejó el bergantin y por tierra fue en solicitud de otro pueblo de la misma nacion jaraie, donde como en los precedentes fue bien recibido; tomó víveres y otras cosuelas. Schimidels que iba en esta espedicion, alarga capítulo 36 las distancias de los pueblos, por que iria despacio; y hace una descripcion del recibimiento que les hizo el cacique del mismo, todo tan apócrifa como la historia de las amazonas de su cap. 37. Tambien es añadidura suya el decir que despues de lo dicho estuvieron en otros tres pueblos mas, por que habiendo empleado en esto los dias que dice no pudiera estar de regreso en los Reyes como estuvo el 30 de enero, despues de haber visto los cuatro pueblos de jaraies citados no podia ser asi. Apenas arribó Hernando de Rivera al Puerto de los Reyes, pasó segun Schimidels cap. 38 el adelantado á su bergantin; y sin permitir que nadie saliese de él, se apoderó de las mantas y frioleras que en el viaje habian adquirido los soldados, de lo que estos se disgustaron y porque los apoyó Rivera, fue arrestado. Entonces los del bergantin con el apoyo de los del Puerto, se tumultuaron amenazando cara á cara al adelantado si no daba libertad á su capitan restituyéndoles las prendas, como lo hizo inmediatamente. Añade Schimidels que en lo quitado á los soldados habia alhajas de plata, y no hubo tal; pues no produce este metal aquel pais, sino el oro y piedras preciosas que hoy sacan de Matagroso los portugueses. Tambien da por causal de la prision de Rivera, el haberse demorado mucho y alejado mas allá de lo mandado; pero esto no pudo ser motivo para apoderarse de las prendas de los soldados, ni otro que el de la avaricia. Alvar Nuñez cap. 72 corre el velo á estos sucesos diciendo que no pudo oir la relacion de Rivera por que estaba muy enfermo, y lo mismo confirma la apócrifa declaracion que pone al fin de sus comentarios, para que le sirva de apoyo; dando que sospechar pudo ser invencion suya por que ademas el estilo es el mismo. Meditó sin embargo repetir otra espedicion contra los jaraies; pero su gente no condescendió por que habia bastantes enfermos, y por que el pais estaba ya inundado. Pensó pues no salir de alli, y despachó cuatro bergantines con ciento cincuenta españoles y muchos ausiliares á la isla larga de mas arriba, y no bajo del trópico como dice Schimidels cap. 39, con órden de cautivar á todos sus habitantes que eran orejones, matando á los viejos. Estos infelices recibieron de paz á los huéspedes; pero luego principió la cosa por los ausiliares, y disparando algunos tiros que mataron algunos isleños, fueron todos aquellos orejones presos y llevados al adelantado que aprobó el hecho. Asi se despobló aquella isla que contenia cerca de 2.000 orejones segun Schimidels, y mas de 3.000 segun Rui Diaz lib. 2 cap. 3. Luego despues con aprobacion general, regresó rio abajo con su gente y cautivos, y el 8 de abril de 1544 llegó á la Asuncion, sin otra desgracia que haberle muerto un español y herido algunos indios al pasar enfrente de los guasarapós. Alvar Nuñez cap. 73 dice verificó su regreso en doce dias, cosa que es imposible. En la Asuncion encontró á los españoles preparándose para guerrear con los agaces que acababan de quemar algunas casas de los guaranís de las encomiendas, matando á muchos y llevándose á sus familias; pero los sucesos que voy á referir no dieron lugar á ir contra los agaces.

h) Prision del adelantado por sus soldados, y eleccion de Don Domingo Martinez de Irala para el mando. Alvar Nuñez es conducido á España con otros presos, y sentenciado por el consejo supremo. Disturbios y rebeliones de indios: providencias de Irala para sosegarlos y reducirlos.

71. Llegó el adelantado tan triste y enfermo de cuartanas (7) que no salia de casa; y segun Schimidels cap. 39, si hubiese muerto no le habrian llorado los soldados pues le aborrecian por que los trataba mal, con poca decencia y mandándoles con aspereza y soberbia. Como Schimidels era soldado raso, y escribia esto en Alemania años despues, sin motivo de adular, esperar y temer, se puede creer que su modo de pensar y hablar era el general de sus camaradas. De aqui resultó que de comun acuerdo de nobles y plebeyos, y aun de los mismos criados del adelantado, se tomó la resolucion de arrestarle. Esto convence ser equivocacion el decir Alvar Nuñez cap. 74 que los soldados no querian prenderle. Se pusieron á la cabeza de tan atrevida resolucion los cuatro oficiales reales, porque ya habian salido de la cárcel. Cabrera y Venegas, no sé cuando, con ciento ó doscientos soldados pasaron á casa del adelantado. Se detuvieron á la puerta; pero abriéndola Antonio Navarro y Pedro Oñate, ambos tambien de los conjurados, criados del adelantado, y el último su maestre sala, entraron los cuatro oficiales reales, Juan de Salazar, Nuflo de Chaves, Francisco de Mendoza Jaime Resquín, Diego Acosta, un tal Solorzano y pocos mas y gritando, libertad, libertad, viva el rey, llegaron al cuarto del adelantado; y asentándole Resquin una Xara, le prendieron y llevaron á un aposento de la casa de Venegas, donde le pusieron grillos y cincuenta hombres de guardia.

72. Alvar Nuñez cap. 74 echando la culpa de su prision á los oficiales reales, no les atribuye los crímenes que en otras ocasiones, y habla tan confusamente, que no entiendo lo que les achaca sino haber despoblado el mejor y principal puerto con el fin de alzarse con la tierra. Pero pudo saber que no fue obra de dichos oficiales la despoblacion del puerto, ni esta podia servirles para alzarse con la tierra. Rui Diaz sobrino del adelantado lib. 2, cap. 4, supone que los oficiales reales persuadieron á los soldados que el adelantado gobernaba tiránicamente; cuando sabemos por Schimidels testigo imparcial que los soldados sabian y tocaban la tirania sin necesidad de que nadie se la persuadiese. Añade Rui Diaz que el principal conjurado fue Cáceres, y da por causal la desavenencia referida en el núm. 58, que él cuenta faltando á la verdad. Herrera citado en la nota al cap. 39 de Schimidels, dice, dec. 7, lib. 2, cap. 11 y 12 que los soldados aborrecian á Alvar Nuñez porque no les dejaba cautivar indios ni hacerles los daños á que estaban acostumbrados. Pero debió notar Herrera que Alvar Nuñez no culpa á los soldados en su prision, sino á los oficiales reales, y que solo Alvar Nuñez y nadie mas vendió por esclavos á los agaces yguaicurús, y mató, cautivó y espatrió á los orejones. En la nota al cap. 40 de Schimidels dice Gonzalez Garcia, que en Alvar Nuñez nunca hubo que reprender y que siempre solicitó observar las reales órdenes en favor de los indios, guardar las leyes é impedir los nuevos impuestos y latrocinios, etc. Yo creo que no hablaria asi si hubiese visto á Alvar Nuñez cuando arrancaba las armas del rey de las embarcaciones, cuando ahorcó á Aracaré, cuando arrestaba á Rivera y despojó á sus soldados, y cuando vendió por esclavos á los agaces yguaicurús, y cautivó á los orejones. Barco canto 5 y Lozano libro 2, cap. 12, toman el empeño de Garcia sosteniendo que el aborrecer á Nuñez venia de no permitir nuevos impuestos y latrocinios; sin reparar que de haber sido asi, los soldados oprimidos por tales imposiciones, era imposible aborreciesen á quien se las quitaba. En fin todo cuanto dicen los autores, no pudo ser de tanto peso como el saber que el consejo supremo de Indias vistos los autos y oído á Alvar Nuñez por escrito y de palabra, falló contra él la sentencia mas terrible, segun se dirá, aprobando la prision por los conquistadores.

73. Arrestado el adelantado, pasaron á la casa del alcalde Juan Pabon y á la del alguacil mayor Francisco Peralta, á quienes quitó las varas Martin Orué (8), y seguidamente dieron libertad á los presos de la cárcel, y se pregonó por las calles, libertad, y viva el rey, mandando que en la mañana inmediata acudiesen todos delante de la casa de Domingo Martinez de Irala, como lo verificaron. Alli se leyó en público el papel que espresaba los motivos del arresto del adelantado, y se pidió á todos que votasen y eligiesen uno que los gobernase. En efecto eligieron por gobernador al citado Irala con gusto y aplauso general, menos de algunos pocos parientes y familiares del preso, de quienes no se hizo caso. Barco canto 5, dice que Irala se hizo el enfermo, y que fue el que fomentó la sublevacion; pero no fue asi cuando no asistió á la prision, ni Alvar Nuñez le da parte en ella. Rui Diaz lib. 2, cap. 4 cuenta largamente la eleccion de Irala, suponiéndole enfermo con la santa Uncion en el pueblo de Acaai; pero todo es tan falso como lo que añade que esto sucedió á 15 de agosto de 1542. De estar ausente Irala, no se habrian juntado delante de su casa. Barco yerra igualmente suponiendo la prision en el año de 1547 pues fue el 25 de abril de 1544. El dia inmediato tomó Irala posesion del mando y nombró alcalde á Pedro Diaz del Valle y para alguaciles á Bartolome de la Marilla y Sancho Salinas. Dispuso tambien que se arrestasen ocupándoles los papeles, aquel Pero ó Pedro Hernandez que cité en el núm. 35 y á Bartolome Gonzalez. Rui Diaz lib. 2, cap. 4, supone tambien arrestados á su padre Alonso Riquelme y á otros muchos caballeros y soldados; pero no hubo tal cuando no lo dice Alvar Nuñez. Se embarcaron y depositaron en manos seguras los bienes del adelantado y los de sus confidentes presos; no pudiendo los del primero ascender como dice cap. 74 a mas de cien mil castellanos que hacian millon y medio de reales; puesto que todo lo que llevó de España no llegaba á noventa mil. Tambien se dispuso con acuerdo comun, construir una caravela para llevar los tres presos á España, en lo que emplearon un año segun Schimidels y diez meses segun Rui Diaz. El adelantado ideó en la prision nombrar por su teniente á Juan de Salazar, figurándose que si este queria, con sus partidarios podria sacarle de la cárcel y reponerle en el mando; pero Salazar no quiso darle libertad aunque le ofreció admitir la tenencia para despues que él se hubiese embarcado. Concluida la caravela, se arregló la tripulacion con veinte y siete personas, entre ellas Gonzalo Acosta de piloto y capitan, Jaime Resquín de procurador de la provincia, Lope Duarte de apoderado de Irala, y los oficiales reales Cabrera y Venegas de conductores del proceso que se habia formado: tambien alistaron un bergantin, para que acompañase la caravela hasta cierta distancia; y viéndose el adelantado en la calle, dijo dos veces en alta voz en medio de los que le escoltaban, y con el fin de meter discordia entre los conquistadores, segun dice su sobrino Rui Diaz libro 2, cap. 5, que nombraba á Juan de Salazar por su teniente, para que mandase en su ausencia: sin embargo llevaron los presos á la caravela y esta navegó inmediatamente. Alvar Nuñez contando estos sucesos en el cap. 75 y siguientes dice tantas y tales cosas que sin impugnarlas ellas mismas hacen ver el poco talento y verdad del que las refiere.

74. Luego despues que marchó la caravela, comenzó Salazar á tratar con los de su partido y con los parientes del adelantado sobre el modo de apoderarse del mando, y sabiéndolo Irala le requirió para que no turbase la republica. Salazar le contestó que no debia ni el podia ceder un mando que le habia conferido el único que tenia autoridad legítima para hacerlo. De aqui resultó que Irala le arrestase y tambien á Pedro Estopiñan primo del adelantado, y que formándoles proceso por perturbadores, los despachó con Chaves á alcanzar la caravela que los llevase á España con el adelantando. Ruiz Diaz lib. 2 cap. 5 y Lozano lib. 2 cap. 12 suponen preso con Salazar á Riquelme y á otros contra el silencio de Alvar Nuñez cap. 83 y de Schimidels cap. 41. En la isla de san Gabriel se separó el bergantin de la escolta que volvió á la Asuncion, y la caravela con el adelantado, Salazar y demas presos continuaron y llegaron felizmente á España y á la corte. Rui Diaz lib. 2 cap. 18 y Alvar Nuñez cap. 84 con su copiante Lozano lib. 2 cap. 12, cuentan de este viaje cosas tan incompatibles con los hechos que nadie podrá creer. Presentado el proceso en el consejo supremo, mandó este permaneciese arrestado Alvar Nuñez, y que tambien se arrestasen Cabrera y Venegas hasta terminar la causa. Las dos partes fueron oidas en el tribunal y Alvar Nuñez no omitió esponer cuanto dice en sus comentarios, ni dejaria de presentar los muchos papeles que sus partidarios le metieron en la caravela al salir del Paraguay segun dice cap. 83. El resultado fue condenar á Alvar Nuñez al presidio de Orán, mandando ademas que mantuviese á sus espensas seis lanceros en el mismo presidio. Asi lo refieren su sobrino, Rui Diaz y su apasionado Lozano en el lugar citado. Alvar Nuñez no menciona tal sentencia, limitándose á decir la que le salió en apelacion ocho años despues, cuando no habia ya parte contraria que agitase, y fue darle por libre, pero despojado del gobierno, sin poder pretender recompensa alguna por lo que gastó en la armada que llevó, ni por los descubrimientos que hizo. Rui Diaz y Lozano contra el espreso testimonio de Alvar Nuñez suponen, que en la última sentencia se le asignaron dos mil ducados anuales de sueldo, y que falleció en Sevilla de presidente del consulado. Barco canto 5 nada especifica diciendo unicamente que la sentencia le privó del título de adelantado. No pudiendo Alvar Nuñez tachar de injusto al respetable y supremo tribunal que le condenó, supone que el cielo puso de manifiesto su justicia y la iniquidad de sus contrarios, haciendo que Venegas muriese, que Cabrera se volviese loco, y que los frailes pereciesen. Asi lo cuenta, pero dudo que se le pueda creer.

75. Apenas partió preso Salazar, sus partidarios y amigos que eran muchos, unidos á los de Alvar Nuñez, se manifestaron muy disgustados y resentidos; y tomando el título de leales, llamaban á los demas traidores y tumultuarios. Entonces segun Schimidels cap. 40 y 41 principió la guerra civil con disputas, pendencias y desconfianzas sin que nadie se fiase de otro; y no sucedió esto cuando Alvar Nuñez estaba alli preso, como quiere persuadirlo el mismo cap. 76 y siguientes, Rui Diaz lib. 2, cap. 5 y Lozano lib. 2, cap. 13. Irala hacia cuanto estaba de su parte por conciliar los ánimos, usando de buen modo, haciendo mercedes y beneficios, disimulando mucho y prendiendo y castigando con blandura, solo cuando no se hallaba otro recurso. Lozano en el lugar citado dice sin apoyo, que para calmar los disturbios quiso Irala hacer un viaje al Perú y que se le opusieron los oficiales reales, pero tal idea era impracticable entonces é incompatible con la prudencia de Irala. Barco canto 5 supone que este ahorcó á muchos obligando á otros á refugiarse en los bosques; pero se equivoca poniendo aqui lo que sucedió despues. Principió dicha guerra civil en febrero de 1545 segun claramente se deduce del cap. 5, lib. 2 de Rui Diaz, ó poco mas tarde segun Schimidels cap. 40; y los indios luego que lo conocieron, perdieron la subordinacion, negándose á prestar ningun servicio sin estipendio á los españoles, y retirándose á sus pueblos. Llegó su atrevimiento hasta matar algunos indios á los españoles a quienes servian en sus propias casas, y algunos que pillaron en sus pueblos. Para atajar estos males, publicó Irala el 22 de setiembre de 1545 el bando que leí en el archivo de la Asuncion mandando en sustancia: 1º que ningun arcabucero, de dia ni de noche saliese de su casa, sin su arcabuz, mecha encendida, frasquillo con pólvora, y bolsa con pelotas; ni los ballesteros sin gafas ni cañas: 2º que nadie saliese de la ciudad sin su licencia; y que á nadie la daria sino llevaba cinco compañeros mas todos bien armados: 3º que tuviesen todos en su casa una escalera de mano pronta para subir sobre los edificios á apagar el fuego en caso de que prendiese: 4º que nadie conservase en su casa de noche indio alguno mayor de trece años: 5º que nadie solo ni acompañado entrase de dia ni de noche en la casa de los indios: 6º que el que quisiese servirse de indios, lo hiciese por ajuste voluntario y pagándoles puntualmente lo estipulado: 7º que nadie pasase á la banda opuesta del rio con pretesto alguno: 8º que no se arrojase el agua de la mandioca esprimida donde pudieron beberla los puercos, porque los mataba: y 9º que se colgase dicha mandioca en zarzos donde no alcanzasen los puercos, porque de comerla moririan. Para todo señaló grave pena á los contraventores; siendo una de ellas cortarles un dedo del pie y esponerlos á la vergüenza pública. Lozano lib. 2, cap. 13 dice que los soldados violaban este bando sin reparo, consintiéndoselo la política diabólica de Irala, y que esta hizo dar garrote al capitan Camargo y á un amigo suyo, irritado de que le representaron que para quitar las vejaciones que sufrian los indios, seria bueno repartirlos en encomiendas porque asi los protegerian los encomendaderos. Pero todo es falso, porque Camargo perdió mucho despues la vida por otro delito, y porque todo es contra el testimonio de Schimidels, contra el silencio de Rui Diaz y contra el mismo Lozano que dice que Irala condenó á muerte á un criado suyo, porque quebrantó el bando. Al mismo tiempo tomó Irala otras disposiciones: circundó la ciudad con nuevas palizadas y defensas, hizo atrincheramientos en las calles, procuró hacer amistad con los lenguas, tobas yguaicurús que vivian en frente en la banda opuesta del rio. Por entonces parece que llegó una embarcacion de España sin que sepamos lo que llevaba, ni tampoco lo que contestó Irala con otra que despachó, pero pudo ser relativo al proceso de Alvar Nuñez que entonces se ventilaba. No cesaba Irala de persuadir á todos que dejándose de discordias civiles, se amistasen de buena fé, y se uniesen para resistir á los guaranís, que confederados con los agaces, se aproximaban con fuerzas para asaltar la ciudad, y lo consiguió acabándose la guerra civil que habia durado un año ó algo mas. Lozano ibidem, supone que en el tiempo de estas discordias hizo Irala una espedicion contra los albayas y que despachó á Nuflo de Chaves al Brasil, hace regresar á este, y le despacha á una espedicion contra los indios que llama Yriguanés. Pero los cuidados de la guerra intestina y la rebelion de los indios no pudieron dar lugar á tales cosas, que no refiere Schimidels, ni hubo tiempo para hacerlas.

76. Finalizados los partidos y todos obedientes á la voz de Irala, alistó este 350 arcabuceros y ballesteros, y pasando de la banda opuesta del rio como unos mil guaranís, tobas ylenguas á quien Schimidels cap. 31 llama taperos y bathaás se puso á la cabeza de todos y caminó tres leguas, haciendo alto en un bosque á media legua del ejército guaraní, compuesto de quince mil hombres segun Schimidels, que seguramente exajera, mandados por el cacique llamado por él mismo Machkarias, y no dudo era Mongolá. No quiso atacar Irala sobre la marcha por tener la gente muy mojada á causa de la lluvia; pero lo hizo el dia siguiente á las siete de la mañana, y duró la batalla tres horas, retirándose los enemigos á un pueblo que Schimidels llama Tremidiere y no pudo ser otro que el de Mongolás óAregua por ser el único que distaba cuatro leguas del sitio de la batalla y siete de la Asuncion. Perdieron los indios en la batalla mucha gente que Schimidels hace subir con ponderacion á dos mil; cuyas cabezas pusieron en las puntas de sus lanzas los guaicurus, tobas ylenguas. Irala tuvo solo siete muertos, con bastantes heridos que envió á la Asuncion.

77. Persiguió Irala á los guaranís hasta el citado pueblo, y atacándolo entre dos y tres de la mañana siguiente por tres partes, mataron los españoles y sus ausiliares á muchos enemigos y cautivaron á cantidad de mugeres y muchachos aunque la mayor parte se escapó con su ejército á refugiarse en un pueblo que, segun la distancia asignada por Schimidels, debió ser el de Tobati, situado entonces sobre el rio Mandubirá. Schimidels cap. 42 supone al primer pueblo de los mongolás fortificado con estacada triple de troncos gruesos lo que un hombre y altos un estado, con hoyos etc., y al de Tobati aun con mayores defensas, pero en ambas partes pondera. Lo cierto es que se habian reunido en Tobati los guerreros de los pueblos Mongolas, Altos, Yois, Ytá, Yaguaron, Acaai y Tobati, y que se acamparon en la costa de un bosque, con la idea de sostener el pueblo que tenia tambien buena guarnicion, y defenderse desde detras de los árboles en caso de ser atacados. Llegó Irala á aquel punto á las cinco de la tarde, y habiendo reconocido la posicion del enemigo, dividió sus fuerzas en cuatro trozos; los tres para bloquear el pueblo, y el cuarto para observar al ejército de la costa del bosque. Cuatro dias estuvo Irala sin emprender nada, esperando que le llegasen, como sucedió 200 españoles y 500 guaicurús y lenguas que habia pedido á la Asuncion, cuando despachó á los heridos de la primera batalla. Con este refuerzo se disponia Irala para atacar, cuando por la noche se le presentó un cacique de Tobati, pidiendo indulgencia para sus gentes, ofreciendo facilitar la entrada en el pueblo. Admitió Irala con benevolencia al indio, y quedaron ambos acordes en el modo de disponer las cosas, para que no padeciesen los indios ni el pueblo, y en que los españoles acometiesen por dos sendas, que el cacique mostró, cuando este les hiciese señal con una humareda. Todo se verificó, y entrando los españoles, huyeron los indios que no eran del pueblo viéndose perdidos, pereciendo muchos á manos de los auxiliares que estaban apostados fuera. Tambien se mataron bastantes dentro del pueblo; donde no se encontró á las mugeres, ni á los muchachos por que los tenian fuera en el bosque. Los enemigos, que pudieron escapar, se juntaron al cuerpo que estaba fuera, y todos tomaron la huida al Norte ácia la provincia de Ytati. Cuatro dias se detuvo alli Irala curando sus heridos mas faltándole medios y víveres para seguir por tierra al enemigo, resolvió irle á buscar embarcado.

78. Con esta idea regresó á la Asuncion, donde en catorce dias alistó embarcaciones y lo necesario, reemplazó los heridos y enfermos, y subió por el rio Paraguay en busca del enemigo llevando parte de su gente costeando dicho rio por tierra. Cuando llegó á la boca del rio Mandubirá se le reunió el cacique que dió la traza para tomar á Tobati con sus indios, y continuó la espedicion hasta el rio Jejuí que viene del Oriente y es ancho como el Danubio y de paso dificil, porque se inundan sus cercanias en las crecientes. Entró Irala por él viendo muchos indios en la costa del Norte, envió á decir á Tabaré que le entregase los fugitivos de Tobati. Efectivamente estaban reunidos alli los indios de los pueblos de Guarambaré, Ipané yAtirá con propósito de disputar el paso del Jejui á la gente que Irala llevaba por tierra, y de proteger á los fugitivos. Asi se negó Tabaré á entregarlos, y fue preciso que Irala pasase sus tropas en cuatro trozos con los buques, ahuyentando á los enemigos con algunos cañonazos. En seguida fue á encontrarlos á media legua de la costa en el pueblo de Atirá, que forzó la misma tarde, matando á algunos y cogiendo á muchas mugeres y muchachos. Luego se presentaron los enemigos solicitando indulgencia por lo pasado, y pidiendo la restitucion de sus familias: todo se lo concedió Irala con franqueza, regresando á la Asuncion á la mitad del año 1546 sin que despues de esta guerra hubiese la menor novedad en el pais segun Schimidels cap. 43, el cual llama mal Stuasia al rio Jejuí y Saberic óSabayé al pueblo de Atirá. Lozano lib. 2, cap. 13 cuenta esta guerra como él se la figura, y adelanta año y medio el fin de ella para dar lugar á una jornada contra los albayas inventada y forjada por él, en la que desata toda su mordacidad contra Irala. En seguida de esta supuesta jornada, inventa otra al Paraná tambien apócrifa.

I) EMPRENDE IRALA NUEVA ESPEDICION AL PERÚ, QUE NO TUVO EFECTO. REGRESO Á LA ASUNCION, DISTURBIOS EN ESTA CIUDAD HASTA LA MUERTE DE DON DIEGO ABREU QUE SE HABIA LEVANTADO CONTRA IRALA.

79. Dos años se pasaron despues de dicha guerra sin que llegase embarcacion de España y sin ocurrir novedad en la provincia; en cuyo intérvalo fijó Irala el precio de los comestibles en esta forma: por ocho huevos un cuchillo de marca: por dos gallinas caseras, tres cuchillos idem; por tres libretas de pescado de espinel, un cuchillo idem, y por dos libras carniceras de pescado de red, un cuchillo id. No hablo de la mandioca, maiz, etc. porque todos tendrian de esto en sus quintas, y es de creer que lo dicho seria lo mas caro de los alimentos, y que no conocian las monedas. Entonces hizo un discurso á los súbditos Irala diciendo, que pues estaban en un pais que no conocia ni tenia metales, ni frutos preciosos en el comercio, precisamente serian siempre miserables, y que para evitar esta fatalidad, les convidaba á hacer una entrada en el Perú, donde abundaban los tesoros de que podrian participar. Les prometió ir con ellos y ayudarles con todo cuanto tenia y pendia de él. Se admitió la propuesta con aplauso, hasta de muchos indios que se convidaron á ir, y en solos dos meses se alistó lo preciso. Dejó Irala el mando de la Asuncion á don Francisco de Mendoza, y salió de alli en agosto de 1548 segun Schimidels cap. 43 y 44 que me merece mas fé que Ruiz Diaz, lib. 2, cap. 7 y que Lozano lib. 2, cap. 14 poniendo aquel la salida á fines de 1546 y este un año despues. Iban 350 españoles con muchos carios óguaranís, parte embarcados y el resto por tierra con algunos caballos que no pudieron ser 130 como dicen Schimidels y Lozano, pues no habia tantos en el pais. Subieron todos hasta juntarse en el cerrito de san Fernando, mal llamado rio de Itatí por Rui Diaz, donde dispuso Irala que las embarcaciones volviesen á la Asuncion quedando dos bergantines con cincuenta españoles provistos para los dos años que debian esperarle para evitar la suerte de Juan de Ayolas. Luego tomó Irala la costa occidental, y dirigiéndose por tierra ácia el Poniente, encontró al noveno dia un pueblo que era precisamente de indios albayas óde guanas, y me inclino á los últimos, á quienes Schimidels llama mal aleperos.

80. Fue alli bien recibido y tratado; pero continuó hasta que al cuarto dia encontró unos indios albayas, que le instaron para que pasase la noche en su pequeño pueblo. Condescendió Irala admitiendo la oferta que le hicieron de algunas alhajas de plata, que sin duda eran de las robadas á Ayolas, no pudiendo ser otras. Notaron los españoles, que ya entonces, como hoy se servian de los guanas; pero yerra Schimidels diciendo tenian aves domésticas y ovejas de Indias. Despues de cenar se acostó Irala y dispertándose sospechó alguna traicion, y dispuso que todos estuviesen prontos y apercibidos. Abanzó ademas centinelas, y todo fue muy oportuno porque llegaron luego como dos mil albayas, que acometieron con denuedo, mas fueron rechazados, deshechos y perseguidos como media legua hasta su pueblo principal, donde los españoles no encontraron á nadie. En él dejó Irala mucha de su tropa, y con 150 españoles y bastantes auxiliares, marchó á la ligera á buscar los enemigos. No se detuvo sino lo muy preciso para comer y dormir, hasta que al tercero dia acometió en un bosque otro pueblo de indios que nada sabian de lo ocurrido antes; pero creyendo Irala que eran los mismos de la batalla anterior, mató á muchos y les cogió muchas mugeres y muchachos, escapándose el resto á un monte circundado de bosque, donde se juntaron con otros de su nacion. Yo creo que este último pueblo era de guanas. Como quiera Irala regresó á juntarse con el resto de su gente, y entre toda ella repartió los despojos y prisioneros descansando ocho dias.

81. Continuó Irala cuatro leguas ácia un pueblo de albayas á quienes servian de criados los guanás de otro pueblo que habian encontrado antes; pero dichos albayas no esperaron á los españoles, y estos se detuvieron dos dias comiendo de sus sementeras. Siguió Irala y encontró á las dos jornadas un pueblo guaná y á las catorce leguas otro de indios de la misma nacion, que le dieron de comer tres dias; informándole que el pais en adelante no tenia fuentes ni arroyos, y que era difícil encontrar agua. Para hallarla sacó un guia, que le condujo á otro pueblo guaná distante cuatro leguas, donde se detuvo un dia, y sacando guia pasó á otro tambien guaná que distaba ocho. Se detuvo en él dos dias, y un guia le condujo á otro pueblo mayor distante cuatro leguas de la propia nacion y en él demoró un dia. Dos leguas mas adelante, en un collado alto rodeado de espinos y monte bajo, encontró Irala un pueblo abandonado y quemado por los indios simanos que se habian fugado; y diez y seis leguas despues otro de los mismos llamado barconos que igualmente huyeron, pero volvieron y facilitaron víveres para cuatro dias. Doce leguas adelante hallaron los españoles un pueblo de indios laihanos y cuatro jornadas despues otro karchconos donde demoraron un dia y siguiendo seis mas, hallaron á los indios suboris, habiendo muerto algunos de sed no obstante que sacaron alguna agua del pueblo precedente y aprovecharon la de las pitas de mi cap. 5, núm. 34. Los indios de estos tres últimos pueblos eran de la provincia de los Chiquitos á quienes yo llamo ninaguiguilas. Los suboris quisieron huirse, pero advertidos de que no recibirían daño se detuvieron. Los nombres que les da Schimidels están corrompidos y quizás aun mas los de Lozano. Aquel supone que los indios recogen el agua en algibes, y que beben el zumo de la mandioca; pero no tienen ni conocen mas algibes que las lagunas ni beben tal zumo, sino la chicha hecha de miel de maiz ó de algarroba.

82. Temiendo los españoles la falta de agua, dudaron alli sobre continuar, y resolvieron lo decidiese la suerte que salió en favor de ir adelante. Lo hicieron á los dos dias con guias, que se escaparon la primera noche, y en seis jornadas llegaron al pueblo de los peisenos, que los recibió con las armas; pero habiéndolos vencido y cogido algunos, dijeron que Juan Ayolas habia dejado alli tres enfermos, el uno trompeta llamado Gerónimo, y que los habian muerto cuatro dias antes. Catorce dias se detuvo Irala en este pueblo, y sabiendo que muchos de sus indios se habian refugiado en un bosque, los acometió matando á muchos y cautivando el resto. Los maigenos que distaban cuatro jornadas de alli, le recibieron de guerra en su pueblo situado en un collado lleno de espinillos; pero atacándolo Irala por dos partes, lo forzó con pérdida de doce españoles y muchos ausiliares, los cuales se portaron con mucha bizarria. Alli se detuvo Irala, y antes de salir se le separaron sin su noticia 800 guaranís de los que llevaba, y á dos leguas acometieron á los maigenos fugitivos con gran pérdida de ambas partes, hasta que viéndose los guaranís circundados, lo avisaron á Irala, y este les envió ciento cincuenta españoles. Apenas vieron los enemigos que se acercaba este refuerzo, huyeron sin poder darles alcance, dejando víveres con que pasaron cuatro dias y despues se incorporaron con Irala. Este caminó cincuenta leguas hasta el pais de los carcocies y á nueve jornadas mas descansó dos dias en unos campos dilatados seis leguas cubiertos de sal segun Schimidels, y que yo creo era magnesia. Habiendo caminado cuatro jornadas, anticipó Irala cincuenta españoles con cincuenta auxiliares á preparar su arribo de paz en el pueblo de carcocies ó corcokuyes; pero estos eran tantos que impusieron temor á los cincuenta españoles de lo que avisaron á Irala y este apresuró la marcha llegando de madrugada, Fue bien recibido y le dieron guias, y aunque se le huyeron al tercero dia, no por eso dejó de llegar al rio Guapay, tan ancho, profundo y grande como que se numera entre los principales contribuyentes del famoso Marañon. Lo pasaron los españoles y auxiliares en jaugadas de troncos atados con bejucos, ahogándose cuatro hombres y despues continuaron cuatro leguas hasta el pueblo de Machcasies. Algunos indios de estos se anticiparon una legua á recibir á Irala y le informaron, en castellano, que los de su pueblo pertenecian á la encomienda del capitan Peranzures ó Pedro Anzures, quien el año 1538 habia fundado la ciudad de la Plata llamada tambien Chuquizaca. Igualmente le hicieron relacion de todos los alborotos del Perú, y de las muertes de Pizarro y Carvajal. He copiado la relacion de esta espedicion de Schimidels que anduvo en ella, enmendándole muchos nombres. Rui Diaz lib. 2, cap. 7 la altera y embrolla mucho: en suma no merece que se le dé el menor crédito en esto, ni en el cap. 11 donde inventa otra espedicion apócrifa. Tampoco merece fé Lozano lib. 2, cap. 14 porque embrolla la relacion clara y cierta de Schimidels con las apócrifas de Rui Diaz.

83. Las noticias que le dieron los indios, hicieron reflexionar á Irala lo espuesto que era internarse en ageno gobierno, lleno de turbulencias y le determinaron á hacer alto en el pueblo de los machcasies distante 372 leguas de la Asuncion segun la cuenta de Schimidels. Luego determinó despachar á Nuflo de Chaves con Miguel Rutia, Juan Oñate y Rui Garcia Mosquera, para que en su nombre cumplimentasen en Lima al licenciado Pedro de la Gasca por sus sucesos contra Pizarro, y le ofreciesen sus tropas, concluyendo con pedir que le confirmase en el gobierno del rio de la Plata que le habian conferido sus pobladores. El le escribió tambien, y salieron los cuatro citados con la carta á los veinte dias del arribo á aquel pueblo encaminándose por la Plata ó Potosí; donde quedaron enfermos Rutia y Mosquera, continuando los otros por el Cuzco hasta Lima. Agustin de Zárate citado por Lozano lib. 3 cap. 3 dice contra el testimonio de todos, que Irala fue personalmente. Mucho antes que Chaves llegase habia sabido Gasca la aparicion de Irala en el Perú, y recelando se le reuniesen los restos fugitivos de Pizarro y que resucitase su partido, le escribió una carta llena de atencion y buenas palabras; pero mandándole que no se internasen en el Perú, y que esperase nueva órden suya, sin causar perjuicio ni vejaciones á los indios vasallos del rey. Resolvió Irala cumplir esta órden, retirándose á la provincia de Chiquitos, que no eran aun vasallos del rey, y esperar alli la nueva órden que se le comunicaba en la carta, y el resultado de sus enviados á Lima. Pero conoció al mismo tiempo la dificultad de verificar una retirada tan contraria al propósito de sus soldados, que no ocultaban su determinacion de internarse en el Perú y de seguir el partido contrario á Gasca uniéndose á los partidarios de Pizarro, segun lo dice Schimidels capítulo 48 quien no pudo ignorar las ideas de los soldados siendo uno de ellos. Usó, pues, Irala de artificio ocultando la carta órden de Gasca, y proponiendo la retirada á los Chiquitos como pensamiento suyo, presentándola con la escasez de víveres, y dandoles esperanzas de volver cuando regresasen sus enviados á Lima. Repugnaron mucho los soldados mas al fin cedieron á la persuasion de Irala; por que segun dice Schimidels ignoraron que era órden de Gasca; pues de haber sabido que Irala obedecia tal órden le habrian despachado al Perú atado de pies y manos. Antes de retirarse destacó Irala á un español, para que apostándose en el camino tomase las cartas que esperaba le llegasen de Lima, y las llevase á los Chiquitos á donde él se retiraba; porque estaba cuidadoso temiendo le enviasen de Lima alguno que le reemplazase en el mando.

84. Partió Irala á los Chiquitos, y encontrando que los carcocies se habian escapado con sus familias, les avisó que volviesen á sus pueblos donde serian bien tratados. La respuesta de los indios fue decir, ser mas regular desamparasen los españoles el pais, que con esto evitarian el que los echasen á la fuerza. Irala propuso entonces á sus gentes ir á castigar tal arrogancia, y aunque algunos no querian diciendo que faltarian víveres á los que fuesen del Paraguay al Perú si se destruian dichos indios del tránsito, prevaleció el dictámen de acometer. Marcharon los españoles con este objeto, y hallándose á media legua del enemigo, vieron á este ya aparejado en la falda de un monte cerca de un bosque, le atacaron matando á muchos y cautivando mayor número. Dos meses se detuvo Irala en la provincia de los Chiquitos esperando la resulta de Chaves y demas mensageros á Lima, estos fueron recibidos con agrado y hospedados y tratados espléndidamente por la Gasca; quien les regaló ademas 2000 ducados para ellos, segun dice Schimidels capítulo 48, y no para todos los soldados como quiere Lozano lib. 2 cap. 15. Procuró la Gasca ganar la confianza de Chaves, y le pidió escribiese á Irala en los términos que ya se le habia escrito, y Lozano añade que tambien la Gasca le escribió llenándole de esperanzas. Despachadas estas cartas ó quizás antes, nombró la Gasca para gobernador del rio de la Plata á Diego Centeno que estaba en Chuquizaca; ya fuese porque era uno de los que le ayudaron á destruir á Pizarro, ó ya por que sabia los deseos é intenciones de las tropas de Irala y desconfiaria de ellas y de este. Es creible que con este motivo dió Gasca á Centeno sus instrucciones, pero no que fuesen las que dice Lozano lib. 2 cap. 15.

85. Estando ya Irala en la provincia de los Chiquitos, llegó aquel español que antes habia apostado para que le llevase las cartas de Lima y segun Schimidels cap. 48 le trajo algunos regalos de Gasca. Lozano lib. 2 cap. 14 inventa que dicho español mató á puñaladas al correo que llevaba los despachos á Centeno, y que se los robó sin reparar que en eI cap. 15 dice que tales despachos llegaron á Centeno. Tambien dice erradamente que Irala no se retiró del Perú hasta que le llegó dicho español; pues Schimidels refiere que fue despachado con la órden de llevar las cartas á los carcocies, que aqui llama carios; lo que prueba que Irala no pensaba esperarle en el Perú y que no le esperó. Supo Irala por la carta de Chaves, ó quizás tambien por la de Gasca, el nombramiento de Centeno, y que se prohibia á sus tropas la internacion en el Perú; y no pudiendo ocultar estas disposiciones las hizo saber á sus soldados que las oyeron con disgusto; pero como Irala y los demas oficiales no quisieron desobedecerlas ni dirigir al Perú á los soldados, se vieron estos precisados contra su voluntad á tomar el camino que habian llevado de la Asuncion; y dirigiéndose al Paraguay llegaron al Pan de Azúcar ó monte de san Fernando á fin del año 1549 ó principios del siguiente donde encontraron las embarcaciones que habian dejado, y supieron por ellas los alborotos recien ocurridos en la Asuncion. Copio á Schimidels en esta retirada sin hacer aprecio del modo con que la cuentan Rui Diaz lib. 2 cap. 7 y Lozano lib. 2 cap. 14, porque ambos ignoraron hasta el camino que Irala llevó.

86. Como hacia mas de un año que habia salido Irala de la Asuncion siguiendo las pisadas de Juan de Ayolas, sin saberse nada de él, comenzaron algunos á dudar si le habria sucedido lo que á dicho Ayolas; esto es que le hubiesen muerto, en cuyo caso era preciso elegir otro gefe segun se hizo y se dijo núm. 41. Cobraron cuerpo estas voces y hubo quien aconsejó á don Francisco de Mendoza gefe de la Asuncion, que ya se estaba en el caso de la eleccion, y que juntase á los españoles para hacerla, no pudiéndose dudar que saldria á su favor, ni que sus parientes en España conseguirian la real confirmacion. Entró Mendoza en la especie y la propuso al Cabildo secular el cual le contestó no debia pasarse á la eleccion que proponia hasta constar debidamente que Irala habia muerto ó renunciado el mando ó que se hallaba imposibilitado de volver. No hizo caso Mendoza de este acuerdo, y mandó por un bando que acudiesen los españoles á hacer la eleccion de gobernador, señalando el paraje, el dia y hora. Viendo esto Diego Abreu, intrigó con sus amigos que eran muchos; y llegado el caso salió electo con mas votos que Mendoza. Barco canto 5 dice que Abreu fue con otros á la votacion desde los bosques donde estaba fugitivo, pero se engaña lo mismo que en llamar pérfido á Lezcano. Rui Diaz lib. 2 cap. 8 y Lozano lib. 2 cap. 14 suponen que precedió á la eleccion el renunciar Mendoza el mando particular que tenia, mas esto no venia al caso.

87. Avergonzado y resentido Mendozade la eleccion, comenzó con sus amigos á esparcir voces de que la votacion era nula, y á sostener el dictámen que le habia dado el Cabildo secular antes de votar. Estos discursos le atrajeron algunos partidarios, y con su ausilio se propuso arrestar á Abreu; pero sabiéndolo este, le previno y arrestó; le formó proceso por perturbador de la república, y le sentenció á cortarle la cabeza. Apeló al rey de esta sentencia, y propuso casar á sus dos hijas con Abreu y Rui Diaz Melgarejo; pero se despreció esta propuesta y se mandó ejecutar la sentencia. Estuvo casado con Maria de Angulo de quien tuvo cuatro hijos Diego, Francisco, Elvira y Juana. Se sintió su muerte por que era caballero venerable por sus canas y muchos servicios, y muy ilustre por su cuna. Rui Diaz libro 2 cap. 9, dice que Abreu despachó una caravela á España en que iba Alonso Riquelme y deseoso de ponderar los trabajos de este que era su padre, refiere una relacion llena de inverosimilitudes y aun falsedades, de modo que la tengo por fabulosa. No gozó Abreu mucho tiempo de su mando; por que le escribió Irala antes de llegar á la Asuncion, que debia cesar en él, puesto que se lo habian dado bajo el supuesto falso de que él no existia. Receló Abreu que Irala queria castigarle por la muerte de Mendoza que era uno de sus mayores amigos, y figurándose que tenia fuerzas bastantes, no solo quiso sostenerse en el mando, sino que aun ideó enviar gente contra los que querian quitárselo. Antes que esto sucediese, llegó IraIa á las puertas de la Asuncion, que Abreu le cerró pretendiendo defenderse. lrala entonces puso sitio á la ciudad y admitia con agrado muchos soldados que abandonaban á Abreu: lo que dió tanto cuidado á este, que se escapó con cincuenta de sus mayores amigos, temiendo le entregasen sus mismas tropas.

88. Abreu y los suyos desde los bosques de los pueblos de la Cordillera ó Ibitiruzú y del cerro de Acaai, y no desde los de Villarica como quiere Lozano, salian como salteadores contra los de la ciudad, cuando se les presentaba ocasion en la campiña. En estas circunstancias llegó de Lima á la Asuncion Nuflo de Chaves y los otros tres mensageros de Irala cerca del presidente Gasca. Llegaron con ellos el capitan Pedro Segura, soldado imperial en Italia y antiguo en Indias, Juan Oñate, Francisco Carton, Pedro Sotello, y Alonso Martin con otros cuarenta soldados. Esta gente fue despachada de Lima por Gasca á servir en el Paraguay con el fin naturalmente de interpolarla con la de Irala, de la que Gasca desconfiaba; y habiendo llegado á Chuquizaca á incorporarse con Diego Centeno, hallaron que este habia muerto de resultas y tres dias despues de un grande convite, antes que le llegasen los despachos de gobernador del rio de la Plata, en que se le asignaban por nuevos límites desde el Cuzco y los Charcos del Brasil, y catorce grados de latitud contados desde el trópico ácia el Mediodia. Lozano lib. 2 cap. 15 murmura de Gasca, Irala y de los paraguayos, y hace el panegírico de Centeno suponiendo murió envenenado; pero en nada le creo. Lo cierto es que dichos soldados se incorporaron con Chaves y sus compañeros, y que llegaron juntos al Paraguay donde Irala los recibió con singulares demostraciones de afecto. Barco canto 5 dice que volviendo Chaves en este viaje fundó á santa Cruz de la sierra, lo que es tan falso como el decir que cuando fue conquistó á los Chiquitos. Trajo Chaves y sus compañeros del Perú las primeras cabras y obejas que hubo en el Paraguay; y supone Rui Diaz lib. 2 cap. 9 que ellas le libertaron de ser atacado en el camino. Lo mismo copia Lozano, mas no lo creo.

89. Pasados algunos dias, determinaron matar á puñaladas á Irala el capitan Camargo, Miguel Rutia y el sargento Juan Delgado con otros de los que habian llegado de Lima, sin que la historia nos diga que esta conjuracion tuvo su origen en Lima ó enAbreu ú otro. Avisado Irala del caso, arrestó á los cómplices, y justificándoles el delito se dió garrote á Camargo y áRutia, y se perdonó á todos los demas. Rui Diaz lib. 2 cap. 3 es el único que habla de este suceso, y Lozano que lo copia lib. 2 cap. 15, lo altera poniendo en el suplicio á Delgado en lugar de Camargo, á quien en su cap. 13 supuso de su cabeza que Irala habia quitado la vida por un motivo frívolo é increible. Por este tiempo se casó Nuflo de Chaves con Elvira hija de D. Francisco de Mendoza, y luego se presentó pidiendo justicia contra los autores de la muerte de su suegro. En consecuencia salieron partidas á prenderlos en los bosques donde estaban con Abreu, y lograron arrestar á Juan Brabo y á un tal Rengifo, que fueron ahorcados por perturbadores de la paz. Tambien se arrestaron algunos otros y los pusieron en la cárcel, de la que sacó á Rui Diaz Melgarejo, un negro, esclavo de Chaves. Obraba Irala en esto contra su genio, y promovió la especie de la paz, haciendo que los eclesiásticos la ofreciesen á Abreu y á todos sus parientes con indulto general. En efecto lo admitieron los mas presentándose en la ciudad, y saliendo los que estaban presos. Irala no solo los recibió y abrazó con cariño, sinó que casó á sus hijas Marina y Ursula con dos de los amigos principales de Abreu, Francisco Ortiz de Vergara y Alonso Riquel ó Riquelme. Casó tambien á Isabel y Gimberta sus otras dos hijas con Gonzalo de Mendoza y Pedro Segura. Todos aplaudieron la generosidad de Irala, menos Abreu y pocos mas que no se fiaron de las promesas de Irala, quizás temiendo el influjo de Chaves amigo grande del gobernador. Schimidels cap. 50 dice que Abreu admitió las proposiciones que se le hicieron, pero está equivocado, porque solo las admitieron sus partidarios citados.

90. La obstinacion de Abreu, hizo temer que no habria paz en la república mientras anduviese libre, y ademas Chaves instaba por la satisfaccion de la muerte de su suegro; por cuyas consideraciones y viendo su terquedad se determinó Irala á prenderle. Rui Diaz lib. 2 cap. 4 supone que esta determinacion fue de Cáceres estando Irala ausente en una espedicion contra los albayas hecha el año de 1550; pero por Schimidels sabemos que Abreu estaba libre el año de 1552 y que tal espedicion es apócrifa, aunque la copie Lozano lib. 2 cap. 15. Despachó pues Irala á veinte hombres mandados por un tal Escaso para arrestar á Abreu, los cuales dentro de un grande bosque, que presumo fuese en el Acaai, encontraron de noche una choza, y mirando por un ahugero vieron que habia dentro tres ó cuatro españoles dormidos y solo Abreu dispierto, porque no le dejaba dormir una fluxion de ojos. Le dispararon por dicho ahugero con una ballesta una jara (9) que le atravesó el costado, y quedó al instante muerto. Barco canto 5 anticipa dos años este suceso poniéndolo erradamente antes de llegar Chaves de Lima. Llevó Escaso el cadáver de Abreu á la Asuncion y al verle sus partidarios se incomodaron mucho principalmente Rui Diaz Melgarejo, quien no solo desaprobó el hecho sino que tomó á su cargo vengar la muerte de su amigo antiguo. Temió Irala las resultas que podria tener el sentimiento de los partidarios de Abreu por el arrojo de Melgarejo arrestó á este, pero como era hermano de Francisco Ortiz de Vergara, se disgustó este yerno de Irala de tal prision. Viéndolo el Gobernador dió libertad secretamente á Melgarejo, y proveyéndole de ropas y alhajas para comprar víveres, le dió su misma espada y canoas, para que se fuese á san Vicente acompañado de dos españoles y dos portugueses. Efectivamente subió Melgarejo por el rio Paraguay hasta entrar por el Jejuí y en el pueblo de Atirá encontró á Schimidels. Este habia salido de la Asuncion poco antes que Melgarejo el 26 de diciembre de 1552 en dos canoas con licencia de Irala, y desde dicho pueblo marchó por tierra con Melgarejo y sus compañeros hasta llegar á san Vicente en la costa del Brasil, padeciendo muchos trabajos, y con la desgracia de haberles muertos los indios tupís á dos hombres, el uno llamado Florez. Rui Diaz y Lozano dicen que los indios se comieron á Florez; pero es falso, pues no lo dice Schimidels cap. 51 ni los tupís ni otros indios de por alli han comido jamas tal manjar. Se quedó Melgarejo y sus compañeros en san Vicente y Schimidels se embarcó para España y entregó en Sevilla al rey un pliego que le habia encargado Irala, y que contenia una descripcion de aquellos paises y de los sucesos.

J) VARIAS ESPEDICIONES Y GUERRAS: SE FUNDA LA CIUDAD DE SAN JUAN QUE DESPUES FUE ABANDONADA, Y FUNDACION DE LA VILLA DE ONTIVEROS. LICENCIA DEL REY Á DON JUAN DE SANABRIA PARA CONTINUAR LA CONQUISTA, MEDIANTE LOS PACTOS DE CONTRATA FIRMADA, LA CUAL SIGUIÓ DON JUAN DE SALAZAR. LLEGADA DEL OBISPO CON ALGUNOS CLÉRIGOS, Y ESTABLECIMIENTO DE CATEDRAL EN LA ASUNCION.

91. Sosegada la provincia con la muerte de Abreu, determinó Irala fundar un pueblo ácia la embocadura del rio de la Plata, para que sirviese de escala á las embarcaciones que llegasen de Europa. Para esto á principios del año de 1553 despachó dos bergantines con mas de cien españoles á la órden del capitan Juan Romero, que llegaron á la confluencia del Paraná con el Uruguay. Alli encontraron la boca del rio llamado de san Lorenzo por Gaboto segun se dijo núm. 6, y determinaron fundar en ella una ciudad que denominaron de san Juan en obsequio de su capitan, ó porque la fundaron el 24 de junio de dicho año. Luego que los indios cercanos charrúas ychanás notaron el proyecto de los españoles, intentaron impedírselo con muchos asaltos, y embarazándoles las obras. Ademas advirtieron que los frutos y semillas que llevaron de la Asuncion prosperaban poco, de donde resultó un descontento en los españoles del que se dió parte á Irala. Este en consecuencia despachó la embarcacion que llamaba la galera mandada por Alonso Riquelme, con órden de obrar segun las circunstancias. Estas fueron encontrar aquellos pobladores sin esperanza de poder prosperar ni de dominar aquellos indios, porque estos eran mucho mas indomables que los guaranís, y porque el clima pedia los frutos de Europa, los que no era dable cultivar sin los cuadrúpedos y aperos correspondientes. Estas consideraciones determinaron á todos á embarcarse desamparando la ciudad y navegando rio arriba, se amarraron en la orilla, saltando en tierra para comer el dia 1 de noviembre de 1554. Mientras lo practicaban acaeció, que la barranca del rio que acaba tajada verticalmente, se derrocó con quince personas que habia sobre ella, pereciendo todas. Ademas con la caída de esta mole se conmovieron tanto las aguas, que volcaron á la galera, poniendo su quilla arriba, y llevándola mil pasos rio abajo, hasta que se detuvo en un banco. Acudieron todos al remedio, y lograron restablecerla, admirándose de encontrar viva dentro á una muger. Los indios de la vecindad noticiosos de lo que pasaba atacaron á los españoles, que los rechazaron con valor y continuando llegaron á la Asuncion. Rui Diaz lib. 2, cap. 12 y Lozano lib. 2, cap. 16 ponen estos sucesos en el año de 1552, sin advertir que fueron muy posteriores á la ausencia de Schimidels y muerte de Abreu ocurridas al fin de 1552. Alvar Nuñez anticipa la fecha diez años en su cap. 15 para que sucediesen en su tiempo y para tener parte en ellos.

92. Al mismo tiempo que Irala despachó á Romero para fundar á san Juan, llegaron á la Asuncion algunos indios de la provincia del Guairá á solicitar la proteccion de Irala contra los insultos que les hacian los portugueses, cautivándolos y llevándolos ácia la costa del Brasil, donde los vendian para esclavos perpétuos como á los negros de Africa. Rui Diaz lib. 2, capítulo 13, y Lozano lib. 3, cap. 1 ponen la súplica de estos indios despues de la despoblacion de san Juan, lo que no puede componerse con los sucesos posteriores. Aprovechó Irala la ocasion que ofrecian dichos indios para reconocer la provincia del Guairá de la que solo se tenian noticias vagas, y aprontando una compañia de españoles con algunos indios auxiliares, se encaminó por tierra hasta llegar sobre el salto grande del Paraná, llamado entonces de Canendujú, situado en los 24º 4’ 27" de latitud y descrito en el cap. 4, núm. 8. El cacique Cancuduyú y otros indios de las riberas del Paraná, le facilitaron víveres y canoas, con que pasó este rio y continuó hasta el pueblo del cacique Guairá de quien tomó el nombre aquella provincia. Fue bien recibido de estos indios que le acompañaron en la navegacion que hizo con las mismas canoas Paraná arriba hasta la boca del rio Tiete ó Añembí, que es caudaloso y corre al Occidente. Subió Irala navegando el Tiete hasta que en su segundo salto llamado Abañandaba, le acometieron por tierra y agua los indios que Rui Diaz y Lozano llaman tupís, y que yo presumo eran guaranís como todos los anteriores. Los rechazó y ahuyentó Irala y se apoderó de su pueblo, matando á muchos. Luego corrió el pais, y á costa de algunos reencuentros, le redujo en pocos dias á su obediencia. Desde alli despachó un pliego á la costa del Brasil con Juan Molina, para que lo condujese á la corte informándola del estado de la conquista. Asi lo dice Rui Diaz ibid. Lozano ibid. llama al mensagero Esteban Vergara, acordándose que en lib. 2, cap 13, habia despachado á Molina con el propio objeto. Hecho esto se dirigió Irala al rio Pequirí que es caudaloso y corre al Poniente entrando en el Paraná poco encima del citado salto grande. Preguntó Irala á los indios pobladores de este rio si se podria navegar el Paraná debajo del salto grande, y aunque le pusieron mil dificultades, no le parecieron invencibles, y determinó superarlas. Para disculpar de esta temeridad y de sus resultas á Irala finge su nieto Rui Diaz ibid. que se informó por medio de un mestizo intérprete y que este todo se lo facilitó con el fin de que saliese mal. Pudiera advertir Rui Diaz que este cuento no puede creerse; pues Irala y sus españoles entendian bastante el guaraní, y no necesitaban de intérprete ni este los podia engañar. Acopió pues Irala canoas y dispuso que en hombros y arrastrando por tierra las llevasen debajo del salto y mucho mas allá, hasta que les pareció que ya podria navegarse el Paraná. Alli las echó al agua dirigiéndolas una á una, hasta que pasados unos remolinos y tragaderos, las apareó de dos en dos formando balsas, en las que embarcó los víveres y lo que le embarazaba por tierra. Asi fueron bajando venciendo los peligros que á cada paso se ofrecian, hasta que en el sitio llamado Acaiere (10) se fueron á pique, sin poderlo remediar muchas balsas y canoas, ahogándose muchos indios y algunos españoles á la vista de Irala, de su compañia, y de la mayor parte de la gente que caminaban por las peñas y riscos de la orilla. Con esta fatalidad se espantaron tanto los indios del Pequirí y demas guaranís del Guairá, que escaparon á su pais. Entonces dispuso Irala que Alonso Encinas con algunos españoles é indios de los que habian sacado de la Asuncion condujese en las canoas que le restaban á los enfermos é impedidos, mientras él se dirigió por tierra atravesando bosques hasta los pueblos del Mondai, y de alli á su capital. Encinas superó dificultades y peligros, principalmente para pasar un remolino ó tragadero donde los naturales le armaron una celada que venció saltando en tierra y ahuyentándolos; pasando despues una á una sus canoas, continuó por el rio Paraná, y subiendo despues por el Paraguay, llegó felizmente á la Asuncion.

93. Impuesto Irala por esta jornada de lo que era la provincia del Guairá, determinó establecer en ella una poblacion que protegiese aquellos indios contra las correrias portuguesas, y que sirviese tambien de escala para otras que creia conveniente se hiciesen mas orientales hasta llegar á la costa del Brasil, desde donde se pudiese comunicar con España sin necesidad de hacerlo saliendo á la mar por el rio de la Plata, en cuya boca era dificil que existiese un pueblo por las razones indicadas núm. 91. Para desempeñar su pensamiento, despachó al capitan Garcia Rodriguez de Vergara mandando 60 españoles con los ausilios que creyó necesarios el año de 1554. Esta gente eligió el sitio en la costa oriental del Paraná una legua sobre su salto grande, donde tenian su toldería ó pueblo el cacique Canendiyú y los indios de su parcialidad. Alli, pues fundaron la villa de Ontiveros, dándola este nombre por tenerlo en España la patria del capitan Garcia.

94. Mientras sucedia lo que se ha ido refiriendo en el rio de la Plata, en la corte se pensaba en fomentar su conquista Con este objeto despues que llegó á España Alvar Nuñez preso, se nombró para su sucesor en el mando al que le asestó la jara cuando le arrestaron llamado Jaime Resquin, que habia ido á España con él para acusarle. Este no perdió tiempo en embarcarse para su destino; pero habiendo vuelto de arribada, se desvaneció la contrata que habia hecho con el rey segun lo refiere una real cédula de 1º de noviembre de 1608. El motivo fue pretender el mismo empleo Juan de Sanabria natural de Trujillo ofreciendo á la corte mayores ventajas, resultando de aqui muchas disensiones y aun desafios entre los dos pretendientes, hasta que el rey decidió á favor de Sanabria el 22 de julio de 1547 confiriéndole el titulo de adelantado del rio de la Plata bajo las siguientes condiciones que copio de Lozano lib. 2 cap. 15.

1ª que á sus espensas habia de conducir doscientos cincuenta soldados y tambien cien familias pobladoras, dando á estas las semillas para su cultivo.

2ª que habia de fundar dos pueblos, uno al Norte de la isla de santa Catalina y otro en la entrada del rio de la Plata.

3ª que habia de llevar, ropas, armas, herramientas etc. para repartirlas entre los españoles al fiado, con tal que se obligasen en mancomun de diez en diez á pagarlas en los precios que le señaló el consejo.

4ª que habian de ir en sus embarcaciones los artesanos que lo solicitasen con sus útiles, y una caja cada uno, sin pagar mas flete que ocho ducados por cada adulto y seis por cada niño.

5ª que habia de conducir ocho frailes franciscos, á quienes el rey dió equipaje, ornamentos, vino y aceite para las lámparas que pudiesen durar seis años.

6ª que ademas de las cinco embarcaciones y los víveres precisos para el transporte, habia de llevar cuatro bergantines en piezas y víveres sobrados para ocho meses.

7ª que se le permitia poblar y repartir la tierra de los nuevos descubrimientos que hiciese.

8ª que se le concedian las tenencias de las fortalezas que construyese y los empleos de alguacil mayor de las ciudades que fundase, y

9ª que en la ciudad de su residencia solo hubiese doce regidores, y que el alguacil mayor no llevase mas del cinco por ciento en las ejecuciones que practicase.

95. Firmada esta contrata pasó Sanabria á Sevilla, y por que se demoraba en aprontar sus cosas, le escribió el rey que se diese priesa por que iba á salir de Lisboa Tomé Sousa con mas de mil hombres para formar poblaciones en el Brasil y se debia impedir que las fundase en el distrito de su gobierno. Quiso Sanabria con esta novedad acelerar sus preparativos, pero le cogió la muerte. Entonces propuso el rey en 12 de marzo de 1549 á su hijo Diego Sanabria, que si queria, podia continuar la contrata de su padre, y admitida esta propuesta, trabajó en disponer su espedicion; para la que le faltarian medios pues vemos que se demoró mucho. La corte sin duda le apuraria por la tardanza y para satisfacerla de algun modo, dispuso Sanabria que Juan de Salazar nombrado tesorero general por intercesion del duque de Braganza, de quien habia sido page, saliese con lo que estaba pronto en tres embarcaciones, ofreciendo seguirle muy luego. Mas segun Lozano lib. 2 cap. 15 no lo pudo cumplir hasta dos años despues en una embarcacion que arribó á Cartagena de Indias y regresó á España embarcándose despues para el Perú, y muriendo al fin en Potosí de minero segun dice Barco canto 5. Sin duda cansada la corte de ver que no acababa de cumplir su contrata, le quitó el gobierno y lo dió á otro.

96, El citado Salazar salió de san Lucar el año de 1552 conduciendo con sus tres embarcaciones á Mencia Calderon viuda de Juan de Sanabria con sus dos hijas Maria y Mencia, al hijo del correo mayor de Sevilla don Cristóbal Saavedra y á don Hernando de Trejo vecino de Trujillo. Una de las embarcaciones era del capitan Becerra que la mandaba y llevaba su familia. Tocó esta espedicion en Canarias, y al llegar al puerto de los Patos en la costa del Brasil, se perdió en su barra la embarcacion de Becerra, salvándose la gente. Lozano libro 2 cap. 15 dice, que los indios cautivaron á los náufragos, á quienes dió libertad un jesuita; pero no advierte que la gente de las otras dos embarcaciones no pudieron permitir tal cautiverio, y quizás en aquella época aun no habia jesuitas en el Brasil, pues en el Paraguay no entraron hasta el año de 1603. Despues del naufragio discordaron los españoles sin que la historia nos diga el motivo; pero es de creer fuese, por que los unos querian fundar un pueblo en aquella costa en cumplimiento del articulo 2º de la contrata de Sanabria, y los otros no. Lo cierto es que de resultas Salazar y los de su opinion se fueron por tierra al pueblo portugués de san Vicente donde permanecieron casi dos años, y despues pasaron por tierra á la Asuncion. Lozano ibid. dice que los acompañó un jesuita libertándolos que los matasen los indios de la Cananea, sin advertir que la Cananea distaba muchísimo del camino que llevó Chaves para ir á la Asuncion.

97. En cuanto á Trejo y á los de su partido fundaron á, principios del año 1553 un pueblo en el puerto de san Francisco entre la Cananea y santa Catalina, cumpliendo la contrata de Sanabria. Alli se casó con la hija de este doña Maria Hernando de Trejo; de cuyo matrimonio nació Hernando de Trejo, que se hizo fraile francisco y fue despues obispo del Tucuman. Este llevó del Paraguay á su obispado una negrita esclava que murió poco ha, computándose su edad en ciento y ochenta años. La suegra y la muger de Trejo, con las infulas de ser madre y hermana de Sanabria el adelantado, querian hacer su papel en la capital, y se hallaban disgustadas en un pueblo subalterno que principiaba á serlo; cuyos habitantes no se daban maña para procurarse y suplir los bastimentos y cosas que les faltaban. Asi no cesaban de persuadir á todos hasta que lograron el año siguiente que se abandonase el establecimiento para ir á la Asuncion. Luego se embarcaron, y pasando á santa Catalina, despacharon con alguna gente sus dos embarcaciones á la Asuncion, á donde llegaron poco despues que Irala del reconocimiento del Guairá. Los demas desde dicha isla entraron en canoas por el Ytabucú, como Alvar Nuñez, llevando la gente por el rio y por tierra; juntándose todas las noches; pero un dia que se perdieron 32 hombres, se encontraron despues muertos de necesidad. Continuaron venciendo los obstáculos que Alvar Nuñez y pasando el rio Yguazú hasta llegar al de Tibahibá. Alli descansaron en el pueblo del cacique Surabañé, que les dió guias hasta el rio Huibai donde se detuvieron en un pueblo guaraní é hicieron una choza, que sirvió de capilla para decir misa, por cuyo motivo llamaron al pueblo, el Asiento de la iglesia. Rui Diaz lib. 2, cap. 15 y Lozano lib. 2, cap. 15, suponen que en dicha capilla se juntaban los indios á oír la doctrina de los religiosos, pero como Trejo no llevaba ninguno que supiese el guaraní, debemos suponer que tal enseñanza fue cincuenta años posterior en otra capilla, no pudiendo durar ocho años la primera. Se embarcaron los españoles en canoas y balsas, y bajando por el citado rio Hubai, se detuvieron mucho con los guaranís llamados Aguaras que les gustaron, y aun meditaron establecerse entre ellos formando un pueblo que los disculpase de haber abandonado el de san Francisco. Consultó el pensamiento Trejo á Irala, y este naturalmente le contestaria no ser necesario alli tal pueblo, pues ya existia en el Guairá la villa de Ontiveros. Vista la contestacion se dirigió Trejo con los demas á la Asuncion donde Irala recibió con agrado á todos, poniendo preso á Trejo, por haber abandonado tan livianamente á san Francisco fundado segun la contrata de Sanabria, tan conveniente y preciso para contener los progresos de los portugueses y para tener comunicacion con España por la costa del Brasil. Lozano ibid. dice que Trejo estuvo preso hasta que el rey mandó darle libertad.

98. Por lo que hace á Salazar y los de su bando dije núm. 96, que se habian detenido en san Vicente casi dos años. En este tiempo se casó Rui Diaz Melgarejo, que estaba alli desde que le dejamos en el núm. 90 con Elvira hija del capitan Becerra. Se unió Melgarejo y los portugueses hermanos Sipion y Vicente Goes á Salazar y su gente, y marcharon por tierra hasta encontrar el Paraná ácia donde le entra el rio Yguazú bajo del salto grande. Alli se embarcaron en balsas y canoas facilitadas por los indios; y siguiendo las aguas del Paraná hasta subir por el rio Paraguay, llegaron á la Asuncion á principios de 1555 casi al mismo tiempo que Trejo. Lozano ibid. dice que Salazar fue desde san Vicente á embarcarse en el Añembí y le hace seguir diferente derrota que Rui Diaz á quien he copiado por parecerme mas conocedor del pais. Lo cierto es que Salazar y su comitiva llevaron siete vacas y un toro que fue el primer ganado vacuno que se vió en el Paraguay y rio de la Plata, y que Irala recibió á todos con las mayores demostraciones de amistad, olvidando generosamente las diferencias pasadas.

99. Tenia dispuesto Irala que cuando entrasen embarcaciones del mar por la boca del rio de la Plata, los indios guaranís de su ribera hiciesen humaredas, y que estas se fuesen repitiendo rio arriba hasta la Asuncion. Por este telégrafo se supo la llegada de barcos de Europa, y algun tiempo despues una canoa de agaces avisó que dos de ellos estaban en la Angostura. Aunque Irala estaba ausente, se despachó á algunos españoles para saber que barcos eran, y los encontraron en la frontera. Venia en ellos el religioso francisco Fr. Pedro de Latorre ó Fr. Pedro Fernandez de la Torre por obispo del rio de la Plata, pues ambos apellidos le da Rui Diaz aunque Zamora en su historia de la provincia del nuevo reino lib. 2, cap. 7, citado por Lozano lib. 3, cap. 1, le hace equivocadamente fraile dominico, y le llama Tomás. Entró en la Asuncion el señor obispo con alegria y aplauso general la víspera del domingo de Ramos del año 1555. Ya antes el 1 de julio de 1547, habia nombrado el papa Pablo III para obispo del rio de la Plata á Juan Barrios el cual aunque no fue á su obispado, elevó á catedral la iglesia de la Asuncion el 10 de enero de 1548, dotándola con cinco dignidades, diez canongias, seis raciones, seis medias raciones y otros subalternos, segun he leido en la misma ereccion. Pero como no habia rentas, y el rey se obligó á alimentar los prebendados, se redujeron estos al dean, arcediano, chantre, tesorero, dos canónigos y un racionero. Habia dado el rey al obispo Torre una ayuda de costa para habilitarse, y mas de cuatro mil ducados para ornamentos, libros, campanas y demas necesario al culto. Llevó su ilustrísima cuatro clérigos, y cuatro diáconos y de órdenes menores, y encontró alli á los clérigos Gabriel Lezcano, el padre Miranda, Francisco Gonzalez Paniagua, Pedro Fonseca, el bachiller Martinez, Hernando Carrillo, Antonio Escalera, el padre Martinez, el licenciado Francisco Andrada, Martin Almenza y uno ó dos mas; sin contar á los padres franciscanos Bernardo Armenta y Alonso Lebron, ni al mercedario (11)Salazar con otro, ni al gerónimo Herrezuelo. Llevó tambien el señor obispo bulas de indulgencia para las iglesias principalmente para la ermita de santa Lucia, que estaba en lo que es hoy rancheria de santo Domingo.

100. La armada que condujo al señor obispo fue al mando de Martin Orué, el que llevó preso á Alvar Nuñez, y se componia de tres embarcaciones; de las cuales habia quedado una en san Gabriel, esperando pliegos. Noticioso Irala del arribo del señor obispo, se dejó cortar madera para construir una embarcacion, y se fue luego á la Asuncion, donde besó la mano á su ilustrísima llorando de gozo. Barco canto 6 dice, que en este lance disimuló el señor obispo, pero es evidente que fue este miedo sin fundamento. Le entregó Orué el real nombramiento de gobernador del rio de la Plata, y al momento tomó posesion de este empleo con singulares demostraciones de gusto y aprobacion universal; porque le amaban infinito. Pocos dias despues llegó del Brasil por tierra su sobrino Esteban Vergara con el duplicado del citado nombramiento y algunas reales órdenes. En cumplimiento de ellas despues de declarar por su teniente general á Gonzalo de Mendoza, nombró alcaldes á Juan de Salazar y Francisco Ortiz de Vergara y por alguacil mayor á Alonso Riquelme. Proveyó al mismo tiempo las plazas de regidor vacantes y las de alcaldes de la hermandad. Estableció dos escuelas públicas de niños: emprendió la obra de las casas de ayuntamiento y de una iglesia para catedral: arregló con prudencia toda la policia y aun contribuyó con sus luces á que el señor obispo diese con acierto sus disposiciones espirituales.

101. Entretanto despachó á su yerno Pedro Segura con un bergantin para que llevase á san Gabriel los pliegos, y á los capitanes Garcia Rodriguez y Diego Barba que debian regresar á España aquel de órden del rey, y este de su gran maestre, pues era Sanjuanista. Luis Salazar y Castro – citado por Lozano lib. 3, cap. 2 – supone que Barba fue general en esta conquista y fundador de la ciudad de la Concepcion; pero uno y otro es equivocacion. Entregó Segura los pliegos para la corte y dichos pasageros á la embarcacion que le esperaba en san Gabriel, y en cambio recibió el armamento y algunos soldados que enviaba el rey, entre estos Gerónimo Acosta el que habia ido con Alvar Nuñez y volvia con dos hijas; de las cuales casó una con Felipe de Cáceres. En seguida navegó la embarcacion para España, y regresó la otra á la Asuncion: repartió Irala el armamento y municiones á los soldados, que las necesitaban, cargándoselas á precios equitativos. Rui Diaz lib. 2, cap. 2, supone que en esta ocasion fue Jaime Resquin á España; que volvia despues y no pudo llegar al rio de la Plata. Lozano ibid. le copia y añade, que volvia para mandar despues de morir Irala. Pero ambos autores se equivocan, porque Resquin se marchó con Alvar Nuñez, y fue electo gobernador antes que Sanabria segun vimos núm. 94 sin volver jamás al Paraguay.

102. Una de las reales cédulas ordenaba á Irala que repartiese los indios en encomiendas, y que con una ordenanza arreglase las respectivas obligaciones de los indios y de los encomendaderos. Ya antes habia repartido en encomiendas los indios de los pueblos de Ytá, Yaguaron, Acaai, Tobapí, Mongolás ó Areguá, Altos, Yois, Tobatí, Atirá, Ypané, Guarambaré, Candelaria, Ybirapariya, Terecañí y Maracain y otros. Disfrutaban los españoles estas encomiendas, y no tuvo Irala que hacer repartimientos entonces sino sancionar las ordenanzas sobre las que ahora estaban repartidas y arregladas. Por consiguiente creo que se equivocan Rui Diaz lib. 3 cap. 1 y Lozano lib. 3 cap. 1 diciendo que Irala despachó cuatro diputados por rumbos diferentes; y que habiendo regresado con las listas que contenian veinte y siete mil indios capaces de tomar las armas, fueron estos los que se repartieron en encomiendas. Tambien se equivocan comprendiendo en este reconocimiento y reparto á los indios del Mediodia en el Paraná porque Irala no llegó á sujetarlos ni á reducirlos á servidumbre. Aun creo exageran diciendo fueron cuatrocientas las encomiendas; porque tengo antecedentes para creer que no llegaron entonces á la mitad ni los indios al número que suponen. Ningun papel he leido que apoye lo que dice Rui Diaz y copia Lozano.

103. Afligido el corazon de Irala viéndose precisado á premiar á tantos y tan beneméritos conquistadores, sin poderles conferir encomiendas, por haber pocos indios; luego que llegó Pedro Segura de san Gabriel, que seria en julio ó agosto de 1555 despachó á Nuflo de Chaves á la provincia del Guairá, para precisar á los indios de ella á formar pueblos permanentes y sujetarlos á encomiendas con que premiar á los beneméritos que no las tenian. En esto llevó Irala tambien la mira de posesionarse de aquella provincia, previniendo á los portugueses que á toda priesa avanzaban ácia aquella parte: y como el Guairá comprendia el grande espacio que hay entre los rios caudalosos Tiete éIgnazú desde el Paraná, donde desagüan hasta la mar, pensaba establecer por alli una comunicacion con España. Salió pues Chaves en setiembre de 1555 con una compañia de españoles y algunos indios ausiliares, y redujo sin dificultad á los guaranís de la costa del Paraná, que le franquearon sus canoas para introducirse por el caudaloso Parapané, el cual viniendo del Oriente vierte en el Paraná algunas leguas sobre su salto grande. Redujo á los numerosos guaranís de sus riberas hasta llegar a internarse por el caudaloso Tibahiba que entra por la derecha ó por el Mediodia en dicho Parapané, y tiene bastantes arrecifes y saltos. En su curso sometió sin tropiezo á muchos guaranís, les entregó cartas para que les sirviesen de salvaguardia por si llegaban los portugueses, haciendo constar por ellas ser vasallos de España. Sin dejar su navegacion, se introdujo por otro rio hasta que despidiendo las canoas y metiéndose por unos pinares ó curiis redujo otros indios guaranís, dejándola iguales salvaguardias. Desde alli determinó retirarse por donde no habia estado y en su tránsito fue acometido por los guaranís llamados peabiyús incitados principalmente por su médico Catiguará. Murieron en el ataque algunos españoles y ausiliares, pero mucho mas peabiyus, y Chaves ganó la victoria. Despues atravesó unos palmares venciendo á los guaranís en algunos encuentros, logró reducirlos, y aunque algunos de los principales y de todos los que habia encontrado en su espedicion le acompañasen á la capital, donde Irala los recibió cariñosamente. De estos indios, todos guaranís, reducidos y sujetos por Chaves, se formaron los trece pueblos de la provincia del Guairá llamados Loreto, san Ignacio, san Javier, san José, Asuncion, san Angel, san Antonio, san Pablo, san Tomé, Angeles, Concepcion, san Pedro y Jesus Maria.

104. Los pobladores de la villa de Ontiveros del Guairá que se componian de muchos partidarios del difunto Abreu y de otros descartados por Irala, viendo que no se les dió parte en la espedicion de Irala ni aun noticia estando ellos en la provincia del Guairá, creyeron que no serian comprendidos en el reparto de encomiendas, y con este motivo se alborotaron. Noticioso Irala llamó á su comandante Garcia Rodriguez de Vergara, bajo el pretesto de tratar asuntos del servicio del rey, y envió otro en su lugar, para que mandase interinamente, pero los de la villa no le quisieron admitir. En consecuencia despachó por abril de 1556 á Pedro Segura con cincuenta españoles é indios ausiliares, para que apaciguase á los de Ontiveros y recogiese algunos que andaban descarriados entre los indios. Llegó Segura al Paraná enfrente de la villa é hizo humareda, que era la señal para que le enviasen canoas en que pasar, pero lejos de esto, tomaron las armas para impedirle el paso; y situándose con sus canoas al abrigo de una isla distante un tiro de arcabuz de otra larga catorce ó mas leguas, requirieron á Segura que se volviese sin entrar en el Guairá, que era provincia suya. La cabeza principal que dirigia á los de Ontiveros era el inglés Nicolás Colman, manco de la mano derecha, y hombre que en esta ocasion y en otras precedentes manifestó mucho valor. Viendo Segura la firme resolucion de no dejarle pasar el Paraná, intentó hacerlo de noche con fangadas; pero apenas habia embarcado su gente le acometieron muchas canoas tirándole flechas y arcabuzazos, y obligándole á desembarcar y á retirarse á la Asuncion.

105. Irala, aunque resentido contra los de Ontiveros, no dejó de conocer su razon y escogitó un medio de contentarlos, sin dejar de llevar adelante sus miras de proveer de encomiendas, á los que no las tenian en la Asuncion, de contener á los portugueses, y de entablar por el Guairá comunicacion hasta algun puerto de la costa del Brasil. Dispuso, pues, de acuerdo con los de Ontiveros que Rui Diaz Melgarejo con cien españoles de los que no tenian encomienda, pasasen al Guairá, y que uniéndose á los de Ontiveros fundasen una ciudad donde les acomodase, repartiéndose aquellos indios. En efecto marchó esta gente y pasó el Paraná con las canoas de Ontiveros, cuyos habitantes de acuerdo con los de Melgarejo resolvieron abandonar su villa, y fundar juntos á Ciudad Real á principios del año 1557, como tres leguas al Norte de Ontiveros en la confluencia de los rios Paraná (12) yPequirí repartiéndose aquellos indios en encomiendas. Rui Diaz lib. 3 cap. 2 y su copiante Lozano libro 3 cap. 2 dicen que los indios que se repartieron eran cuarenta mil familias, que la poblacion floreció con abundancia de vino, azúcar, cera y algodon, hasta que perecieron los indios con las jornadas, salidas y trabajo ordinario, y que entonces quedó Ciudad Real muy diminuta y miserable. Añaden, que por estar bajo del trópico era muy enfermiza de fiebres, diarreas y modorras malignas. Pero en todo me merece la misma fé que cuando treinta y cinco años despues mandando en Ciudad Real el propio Rui Diaz, tomó gente de ella, con la que fundó la segunda Jerez, desde la cual escribió de oficio á la Asuncion, que habia hecho esta fundacion por condescender á las solicitudes é instancias de los de Ciudad Real, cuyos vecinos le convencieron de haber faltado á la verdad, acusándole y probando que los habia violentado contra toda su voluntad: yo he leido estos papeles originales. En efecto nada tiene que ver el trópico con tales enfermedades, ni éstas se padecian, ni hubo vinos, jornadas de indios, ni eran estos la décima parte de los que dicen.

106. Con el mismo fin de proveer de encomiendas á los que aun no las tenian, determinó Irala fundar un pueblo entre los jarayes repartiéndoles estos indios y con la idea tambien de que sirviese de escala á la comunicacion que deseaba entablar por el Perú con las provincias de Chiquitos y santa Cruz. Confió esta empresa á su amigo Nuflo de Chaves dándole doscientos veinte españoles, muchos indios ausiliares, embarcaciones etc., despachándolos á fines de 1556 ó principios de 1557 cuando á los que fueron á fundar la Ciudad Real, parte embarcados y el resto por tierra, con órden de juntarse en la provincia de Itati ó de Ypane, como lo hicieron en el puerto de san Fernando donde los dejaré para arribar á los sucesos de la Asuncion.

K) MUERTE DE IRALA, Y LE SUCEDE EN EL MANDO SU YERNO GONZALO DE MENDOZA. ESPEDICIONES DE NUFLO DE CHAVES QUE SE HACE INDEPENDIENTE DEL PARAGUAY. MUERE GONZALO DE MENDOZA, Y ES ELEGIDO DON FRANCISCO DE ORTIZ DE VERGARA, Á QUIEN CONFIRMA EL OBISPO EN VIRTUD DE REAL CÉDULA. VARIOS ACONTECIMIENTOS Y REBELIONES DE INDIOS.

107. Luego que Irala hubo despachado á Chaves, fue á ver el estado de un corte de maderas que se hacia en un pueblo de indios con el objeto de construir una capilla para el sagrario de la catedral. Alli le sobrevino una calenturilla que le quitó la gana de comer, debilitándole mucho y terminando en una diarrea que lo acabó de postrar. Se hizo conducir en una hamaca á la Asuncion, donde creciendo los males murió siete dias despues á principios de 1557 con todos los sacramentos ausiliado del señor obispo, rodeado de todos los eclesiásticos, á los 70 años de edad segun deduzco de que Schimidels cap. 43 dice que tenia cerca de 60 el de 1546. Su muerte fue muy llorada y sentida de todos asi españoles como indios. En su sano juicio y salud el 14 de marzo de 1556 habia hecho su testamento nombrando albaceas á los capitanes Nuflo de Chaves y Juan Ortega, y en tercer lugar á Esteban Vergara, su sobrino. Declara en él que dejaba tres hijos, Diego, Antonio, y Martin, con seis hijas Gimberta, Marina, Isabel, Ursula, Ana y Maria. Ya habia casado sus cuatro hijas primeras segun dije en el núm. 89. Antonio y Maria habian muerto antes del año de 1577 en que se casó Ana con Juan Fernandez. Ignoro el paradero de Diego y Martin; pero como en la lista de los que en 1580 poblaron á Buenos Aires se lea un Domingo de Irala, presumo sea el Diego con el nombre equivocado. Una familia pobre que lleva el nombre de Irala en el Paraguay, es de creer descienda de él. No he visto otra noticia de los bienes que dejó, sino la razon tomada ante escribano por el alcalde Simon Jaqués en 1574, y por la tasacion que se hizo, ascendia el total valor á 1432 varas de lienzo del pais, regulada la vara en dos reales de plata; porque no habia otra moneda.

108. Como desde la ausencia de don Pedro de Mendoza he hablado casi siempre de Irala dirigido por los testimonios mas originales y auténticos, solo me restan algunas consideraciones. Cualquiera que se considere en las circunstancias en que se vió Irala, convendrá en que no pudo hacerse nada mejor que lo que él hizo. Entre él y Hernan Cortés y los Pizarros hubo la grande diferencia, que estos representaron su papel en el teatro mas magnífico del mundo, lleno de lustre y esplendor, é Irala en el mas pobre y obscuro. Separando esto que pendió de la casualidad, notaremos que si los conquistadores de Mégico y el Perú hicieron cosas maravillosas é inmortales, fue con mejores proporciones y medios y con soldados que tomaron el mayor empeño en las empresas de sus generales, incitados por los tesoros inmensos del Inca y de Motezuna. Irala trabajó sin ausilios, en paises incultos, con un mando precario, y con soldados desnudos, hambrientos, disgustadísimos de su suerte y miserias, y que no tenian otro estímulo que la elocuencia y habilidad de su gefe. Puede decirse de aquellos que obraron para enriquecerse, y de Irala que trabajó solo, y con el fin de honrar á su patria y de estender la monarquía española. Tambien es de notar que Cortés yPizarro consumaron sus triunfos y trabajos casi de un golpe, cuando Irala trabajó y peleó 24 años sin cesar. Si miramos á la especie de enemigos que batieron es cierto que los megicanos y peruleros eran mas instruidos y numerosos; pero quizás no igualaban ó á lo menos no escedian á los guaranís en fuerzas, estatura y vigor; que es lo mismo que decir que veinte peruleros ómegicanos apenas equivalian á un egaz, lengua, guaicurú, albayá (13), payagua, guaná y guasarapó de los que venció Irala. Si se coteja la estension de las conquistas, tal vez no quedara atras Irala, pero si se atiende á la situacion de ellas, la del vizcaino está en el centro del mundo comerciante. Lima, Chile, la India oriental, el Africa, Europa, Méjico y el Brasil le rodean de mas cerca, dándole esta ventaja que nadie le puede disputar y por la cual el comercio de Potosí, Chiquizaca y otras provincias interiores, siempre girará por el rio de la Plata, sacando por alli sus metales y aun digo lo mismo de Chile yLima por serles mas facil esto que el dar vuelta al Cabo de Hornos. Si hubieran continuado las ideas de Irala los que le sucedieron, poseeria hoy España la costa del Brasil desde mas al norte de la Cananea hasta el Estrecho de Magallanes con todo el pais interior hasta el Paraguay, por cuyo rio se estraeria cómodamente las riquezas y productas de Chiquitos, Moxos (14), santa Cruz de la Sierra y otras provincias interiores. Poseeriamos tambien á Cuiaba y Matogroso, que abundan en oro, diamantes y muchas otras piedras preciosas, que competirian con los tesoros de Lima y Mégico, y aun le compiten si se mira la tabla de su comercio del capítulo 15 al fin y si se reflexiona que antes de muchos años proveerian las conquistas de Irala al mundo entero de carnes saladas, sebo, astas, cola y lana. En lo que Irala aventaja á todos los conquistadores es en que redujo y civilizó un pais bárbaro en sumo grado, dictándole leyes las mas humanas, sabias y políticas. Como buen vizcaino escribia tambien como Servidori: su desinteres se ve en la tasacion de sus bienes; su poca ambicion y grande fidelidad en haber reusado apoderarse del Perú, y su política y prevision en todas las espediciones siempre felices. No se le puede acusar de que interviniese pasion en todas las espediciones siempre felices, ni le fue posible derramar menos sangre para tranquilizar tantas turbulencias como se suscitaron en su tiempo, ni encontrar ánimo tan grande y generoso para perdonar de buena fé á sus mortales enemigos. Apesar de todo lo dicho Alvar Nuñez le acrimina, mas es por que pudiendo no le sacó de la prisión, ni le repuso en el mando. Herrera tambien le murmura, copiando á Alvar Nuñez y tambien los dicharachos que en su tiempo esparcia en la corte el escribano Pedro Hernandez. Lozano con su genio copia todo lo que encuentra criminoso y aun lo aumenta sin reparar en medios ni en contradicciones. Barco le da muchos elogios, acriminándole por la prision de Alvar Nuñez y muerte de Abreu; pero es autor tan poco impuesto como Lozano en la geografía del pais y en los sucesos. Al contrario Schimidels y Rui Diaz le alaban infinito con solo hacer la relacion de los acontecimientos. Me ha movido á escribir este elogio lo heróico y maravilloso del carácter de este vizcaino tan desgraciado, como que se ignora hasta su nombre en su patria y aun en el pais que conquistó, siéndolo tambien en no tener yo la elocuencia de Solís para tomarme la licencia de escribir su historia transformada en novela.

109. Nombró Irala por sucesor á su yerno Gonzalo de Mendoza, y no á Francisco Ortiz de Vergara como dice Barco canto 6, é inmediatamente se encargó del mando con gusto general, porque era honrado y afable, y deseaba continuar las ideas de su suegro. Con esta mira despachó luego cartas á Melgarejo y Chaves dándoles noticia de ser sucesor de Irala y ofreciendo auxiliarles en las empresas que estaban verificando en el Guairá y en los jaraies.

110. Vuelvo ahora á Chaves á quien en el núm. 105, dejé en el puerto de san Fernando. En él se reunieron los que iban por tierra, y embarcándose todos, navegaron hasta descansar algunos dias en la isla de los orejones. Rui Diaz lib. 3 cap. 4 y Lozano que le copia lib. 3 cap. 2 dicen que Chaves encontró primero á los guasarapós, despues á los guatós y mas al Norte á los paiaguas, pero se equivocan ignorando la situacion de tales indios. Añaden que por equivocacion se metió en la laguna Aracai óAracuai donde los naturales le mataron quince españoles y ochenta auxiliares el dia 1 de noviembre. Pero todo es falso; porque el Aracuai es el rio Pilcomaio que entra en el del Paraguay cien leguas mas abajo; ni pudo haber esta equivocacion entre gentes tan prácticas del rio; ni los guatós de la única laguna que habia por alli eran capaces de tales acometimientos, ni pudo ser el dia que dicen, pues en el cap. 5 dice el mismo Rui Diaz estaba Chaves en los Reyes el 29 de junio del mismo año. Continuó Chaves internándose por el rio Jaurú hasta tomar tierra en el puerto llamado de los Perabazanes, situado en el distrito de los jaraies, siendo aquel el sitio donde debia fundar la ciudad segun las órdenes que llevaba de Irala. Pero antes de verificar la fundacion quiso reconocer el pais y sus indios y con este objeto á fines de agosto marchó y encontró el pueblo del cacique Paisurí que le recibió de paz; y seria guaraní segun lo indica el nombre. Siguió hasta los pueblos que Rui Diaz lib. 3 cap. 4 y 5 llama Jaramasis óSaramacosis que pertenecian á la provincia de los Chiquitos donde se detuvo para hacer provision de maiz. Despues se dirigió al Poniente como ácia la provincia de los Maxos encontrando algunos indios los cuales le dieron noticia de haber por alli minas de oro. Luego atravesando bosques muy cerrados encontró á los indios trabasicosis en la provincia de los Chiquitos. Rui Diaz ibid. supone que estos indios tenian sus pueblos rodeados de fosos y palizadas, que usaban untar sus flechas con yerbas venenosas, que resistieron mucho á Chaves matándole á muchos, y muriendo despues por el veneno 19 españoles, 40 caballos, y 300 ausiliares. Yo nada de esto creo viendo que los indios no tenian medios para cabar fosos ni para cortar tantas estacas y que no se conocen tales venenos, ni hubo tales muertos, puesto que en el capítulo 4, dice que llevaba Chaves de la Asuncion 220 españoles, y en el cap. 5 al fin vemos que todos existian sin haber perecido uno en esta batalla tan supuesta como la que contó antes con los guatós.

111. Hallábase Chaves entre los trabasicosis de Chiquitos segun dice Lozano, cuando recibió la noticia de la muerte de lrala y del nombramiento del sucesor, que se la comunicó, y como no se podia considerar inferior en méritos, ni en talento, ni en servicios, se resintió de la eleccion de Irala en Mendoza, y repugnaba tener que obedecer á este. Pensó pues en no fundar el pueblo que Irala le habia mandado en los jaraies, sino ácia los confines del Perú y trabajar con virey de Lima para que le hiciese independiente del Paraguay. Comunicó su idea á los soldados, y algunos la aprobaron; pero la mayor parte sostuvo el fundar en los jaraies ó regresar á la Asuncion. Rui Diaz lib. 3, cap. 5 y Lozano que le copia lib. 3, cap. 2 ponen al pie de la letra el requerimiento que estos soldados hicieron á Chaves con unas sesenta firmas, y sin embargo yo creo que le formó Rui Diaz porque sobre no tener fecha habla de los fosos, estacadas, flechas y aguas envenenadas; de comer los indios carne humana y de muchas muertes de españoles que son todas cosas falsas segun he dicho. Insistió Chaves en su idea y de resultas mas de ciento cincuenta soldados dirigidos por Gonzalo Gasco, volvieron á tomar las embarcaciones y llegaron felizmente á la Asuncion. Los restantes que eran pocos mas de sesenta, caminaron como al Occidente, pasaron el rio Guapai, y hallándose en los campos de Guelgorigota, se encontraron con Andres Manso, que por órden del marqués de Cañete virrey del Perú había ido á establecerse alli con una compañia de españoles. Los dos capitanes disputaron el derecho de poblar aquel pais, fundándose Manso en la órden del virey, y Chaves en la posesion tomada por Ayolas é Irala, hasta que el regente de la audiencia de los Charcas señaló á cada uno su distrito. Chaves con la idea de sustraerse del gobierno y dependencia del Paraguay, marchó á Lima dejando en su lugar á Hernando Salazar casado con una hermana de su muger. Este tuvo maña para ganar la voluntad de los soldados de Manso, que no estaba muy distante, y para arrestarle y despacharle preso á Lima. Chaves alegó ante el virey sus pretensiones, y consiguió al instante que se formase un gobierno particular é independiente en el pais que ocupaban sus soldados, y que se hiciese gobernador de él al hijo del virey don Francisco de Mendoza. Este nombró por teniente suyo á Chaves, que estaba casado con una parienta suya, y le despachó con algunos auxilios, con los cuales y con sus soldados fundó el año de 1560 una ciudad en los 18º 4’ de latitud, y 62º 23’ de longitud á la orilla de un arroyo, donde aun se conocen sus ruinas junto al pueblo de san José en la provincia de los Chiquitos. La llamó santa Cruz de la Sierra por haberse criado en santa Cruz distante tres leguas de Trujillo, y por la situacion en la falda de una sierra poco elevada. Los indios del terreno llamados penoquis, y todos los de la provincia, se repartieron en encomiendas á los españoles de la nueva ciudad; pero solo existió alli hasta que en 1575, siendo muy pobre, sin comercio ni minas, la mitad de sus pobladores se fueron á fundar la nueva santa Cruz con el nombre de san Lorenzo de la Barranca en los 17º 49’ 44" de latitud y 65º 42’ 30" de longitud. El resto de los pobladores se dividió en dos trozos: el uno construyó una embarcacion en la provincia de los Moxos, y navegando los rios Mamore yMarañon salió á la mar y fue á España: el otro fundó el pueblo de san Francisco de Alfaro, donde hoy está, el de san Javier de los Chiquitos, repartiéndose en encomiendas los indios de la comarca llamados quiemes, tonipuicas y suberecas; poco despues se unieron estos españoles al pueblo de san Lorenzo citado. Rui Diaz lib. 3, cap. 2 y Lozano lib. 3 cap. 2 dicen que el número de indios repartidos en la primera santa Cruz de la ribera era de 60.000 y añade Lozano capítulo 3 que se revelaron matando á los españoles, porque los hacian trabajar mucho para enriquecerse. Pero todo es falso, porque no hubo con mucho tantos indios, ni avaricia donde no habia metales, lujo ni comercio, ni apostasia en los indios, pues aun no estaban catequizados.

112. Mientras Chaves se ocupaba en lo dicho, el gobernador del rio de la Plata castigó á los agaces que se habian insolentado despues de la muerte de Irala, y no perdian ocasion de robar y matar. Para este castigo despachó á Garcia Mosquera con 200 españoles, que atacaron al pueblo de los agaces, ahuyentándolos, matando y cautivando algunos que fueron llevados á la Asuncion donde acaeció la muerte del gobernador Gonzalo de Mendoza á primeros de julio de 1558. Con este motivo se juntaron en la iglesia los españoles, inclusos los que no quisieron seguir á Chaves que acababan de llegar, y eligieron por su gefe á Francisco Ortiz de Vergara natural de Sevilla y yerno de Irala, á quien el señor obispo dió despacho de gobernador y capitan general, mostrando una real cédula que le daba esta facultad. Los alcaldes Alonso Angulo y Agustín Campos le dieron la posesion en 22 de julio de 1558, y todos lo recibieron con gusto.

113. Gozó el nuevo gobernador mucho sosiego en su provincia, hasta que Pablo y Nazario hijos del cacique Curupirati, que habian vuelto de los jaraies con los que no quisieron seguir á Chaves, consiguió sublevar á la mayor parte de los guaranís contra los españoles, logrando matar á algunos que cogieron dispersos en la campaña. Procuró el gobernador cortar la rebelion enviando algunos indios de confianza con proposiciones conciliatorias, mas viendo que nada adelantaba alistó 500 españoles con auxiliares guaranís y guaicurús que dividió en dos cuerpos. Dió el mando del uno á Felipe de Cáceres con órden de encaminarse por Areguá y por los pueblos de la Cordillera, sin entrar él con el otro, marchando por la de Ytá y Yaguarón, se le juntaria en las cercanias del Acaai. Los dos encontraron al paso los pueblos desiertos, porque las mugeres y muchachos se habian ocultado en los bosques, mientras los guerreros observaban los pasos de los españoles. Llegó el gobernador á Carapeguá, y Cáceres al Ibicui; y como les restaba solo dos jornadas para juntarse, determinaron los indios embarazarlos. Para esto atacaran á un tiempo á Cáceres y al gobernador que sin embargo lograron juntarse en Acaai, rechazando á los indios bien escarmentados. Desde alli destacaban partidas á estrechar á los indios para precisarles á salir de los bosques y á pedir la paz; pero el 3 de mayo de 1560 se presentaron en cuatro divisiones. Vistas por el gobernador mandó á Pedro Segura y á Agustin Campos que atacasen con 200 arcabuceros, 80 caballos y muchos ausiliares. Los arcabuceros tomaron la vanguardia, á la que opusieron los indios dos de sus divisiones, conservando otra inmóvil en una ladera, y destacando la cuarta por una cañada á atacar al gobernador. Hicieron fuego los arcabuces y luego acometió la caballeria introduciendo el desorden en los enemigos; pero la division que tenian en la ladera renovó el ataque y lo sostuvo mucho, hasta que se vió precisada á dejar el campo á los españoles cubierto de cadáveres. Los que atacaron al gobernador tambien fueron rechazados y en seguida se trasladaron los españoles al rio Yaguare, destacando á Adame Olabarriaga cien españoles y algunos caballos á seguir á los indios. Estos le hicieron frente en el arroyo de Correa que vierte en el rio Albuipei, logrando matar al alferez Correa; pero acudiendo á tiempo Alonso Riquelme con veinte caballos, derrotaron al enemigo y le mataron mucha gente. Despues se transfirió el gobernador al rio Albuiapei, de donde destacó cuatro compañias por diferentes rumbos, que corrieron el pais hasta el rio Tebicuari, y reduciendo á los indios los llevaron al gobernador, y este á sus pueblos retirándose á la Asuncion. Rui Diaz lib. 3 cap. 8 y Lozano que le copia lib. 3 cap. 3 suponen que salió esta espedicion el año de 1559 sin advertir que no pudo pasar el tiempo que suponen hasta la batalla de Acaai. Tampoco esplican bien la derrota de las tropas, y equivocan los nombres de los rios, por que ignoran la geografía del pais. En fin segun acostumbran, abultan los enemigos y los muertos y renuevan el cuento falso de las flechas envenenadas.

114. Tambien se rebelaron en la provincia del Guairá los indios contra Ciudad Real, y Rui Diaz Melgarejo que la mandaba la fortificó y atrincheró con cortaduras en las calles dando aviso al gobernador. Este le envió 70 españoles mandados por Alonso Riquelme, los que pasaron el Paraná en las canoas que les facilitó Melgarejo, y llegando á Ciudad Real. Luego salió Riquelme de alli con cien españoles y pocos ausiliares, y recorriendo toda la provincia del Guairá, redujo sus indios á la obediencia, no sin tener algunas dificultades: y despues regresó á la Asuncion.

115. Hacia tiempo que deseaba el gobernador avisar á la corte el estado de la provincia y se lo estorbaron las rebeliones dichas. Hallándose ya sosegadas, dispuso la construccion de una caravela, y despachar en ella á su hermano Rui Diaz Melgarejo á solicitar de S. M. que le confirmase en el gobierno y mando que le habian dado los soldados. Ya estaba adelantada la embarcacion cuando envió al Guairá á Alonso Riquelme para relevar á Melgarejo. Este con su familia llegó á la Asuncion el año de 1563 y se encargó de apresurar la construccion del buque. Mientras tanto supo el gobernador que los indios trataban de nueva rebelión y que habian ya muchos abandonado sus pueblos. Para atajar el mal alistó 250 españoles con bastantes caballos y ausiliares guaranís yguaicurús, y los dividió en tres trozos. Despachó el uno al mando de Pedro Segura para que marchase por la actual estancia de Añagati y por el pueblo de Acaai ó Tabapí: el otro mandado por Ruiz Diaz Melgarejo por los pueblos de Mongolas ó Aregua y de la Cordillera, y el tercero bajo sus órdenes por los de Ytá yYaguarón, y todos se juntaron en el rio Yaguarí. Desde alli salieron destacamentos que tuvieron algunos choques con los enemigos, y al fin los forzaron á volver á sus pueblos, retirándose los españoles á la Asuncion. Inmediatamente se echó al agua la caravela y estando aparejada y lista, se quemó totalmente, sin saberse quien fuese el autor del incendio.

116. Cuando el gobernador se retiró de su última espedicion, llegó Nuflo de Chaves de santa Cruz de la Sierra en busca de su muger y familia que estaban en la Asuncion. Le acompañaban su cuñado Diego Mendoza y otros, y estaba muy receloso sabiendo que él habia sido la causa de separarse santa Cruz del gobierno del rio de la Plata, y que el gobernador Ortiz de Vergara habia sentido mucho la muerte de Diego Abreu en que él tuvo la principal parte. Para ponerse á cubierto de estos cargos que sabia le harian, no omitió diligencia á fin de hacerse amigo del gobernador y principalmente del señor obispo que en realidad era quien todo lo mandaba. Ideó pues, y consiguió casar una sobrina que tenia el señor ilustrísimo con su cuñado que era viudo. Se olvidó todo lo pasado con este enlace y con persuadir al obispo y al gobernador que yendo personalmente con él á santa Cruz y de alli á Chuquizaca, seria fácil que aquella real audiencia confirmase al gobernador en el gobierno. Este pensamiento fue adoptado por muchos y principalmente por el gobernador y el obispo quienes en poco tiempo alistaron mas de trescientos españoles, entre ellos el gobernador, el obispo, siete clérigos y frailes, Felipe de Cáceres, Pedro Dorantes, Pedro Segura con su muger y su hijo Cristóval Saavedra, Rui Gomez Maldonado y otros, y ademas muchos indios de las encomiendas de los referidos españoles y de las de Chaves y de su gente. De modo que aunque no habia objeto de guerra, apenas se habia visto hasta entonces espedicion tan numerosa, como si se llevase la idea de abandonar al Paraguay. Se dejó mandando en la Asuncion á Juan Ortega, y en el Guairá á Alonso Riquelme, salió la espedicion el año de 1564 parte embarcada y el resto por tierra dirigido todo por Chaves. Este que deseaba aumentar la gente en su provincia, tuvo habilidad de hacer que le siguieran al paso muchos indios de Atirá, Ipané y Guarambaré y otros de los que aun no estaban reducidos por los 22 grados de latitud. Llegaron á juntarse todos enfrente de la laguna de los guatos y no en la tierra de los guasarapós ni enfrente del rio Aracaai, como dice Rui Diaz lib. 3 cap. 11. Alli pasaron el rio Paraguay y entraron en la jurisdiccion y gobierno de Chaves que incluia las provincias de Chiquitos, Moxos y Matogrosos. Chaves como mas práctico tomó la vanguardia dirigiendo á los suyos, y la division del gobernador, que por evitar confusion le seguia con separacion; se encontraban pocos víveres y padeció mucha necesidad de ellos. Esto y el haber sacado los indios del gobierno del Paraguay, disgustó mucho á los que iban con el gobernador, y mas cuando vieron que Chaves con dichos indios fundó un pueblo treinta leguas antes de llegar á santa Cruz, llamándole Itatí, por haber estraido los pobladores de la provincia de este nombre. Finalmente todos llegaron á santa Cruz; á la sazon se padecia bastante escasez de víveres.

117. La causa fue haberse rebelado los indios reducidos y encomendados en el pais, y tambien los occidentales al rio Grande ó guapas los cuales confederados con los chariguanás tenian cortada la comunicacion con el Perú. Salió inmediatamente Chaves con 50 españoles é igual número de ausiliares sosegando sin mayor dificultad á los indios orientales del Guapai, pero los occidentales y chariguanás le dieron grandes batallas en que logró derrotarlos, abriendo la comunicacion, y dando parte de sus victorias á Lope Garcia de Castro gobernador de las provincias del Perú. Mientras tanto el gobernador y el obispo estaban impacientes por marchar á Chuquizaca; pero Hernando Salazar teniente de Chaves en santa Cruz no se lo permitia; ya fuese por no esponerlos estando cerrada la comunicacion ó ya como quieren Rui Diaz lib. 3 cap. 11 y Lozano lib. 3 cap. 4 por que asi se lo habia mandado Chaves, siendo lo primero mucho mas natural y creible. El gobernador despachó un pliego á la audiencia de Charcas óChuquizaca contándola su situacion y pidiendo permiso para presentarse en ella; y habiéndole sido acordado, partió con solo 60 españoles, ya porque no le quisieron seguir mas como es muy creible, ó porque Salazar no le permitió otra cosa como quiere Rui Diaz. Se dirigió por los llanos de Manso, y torciendo por la frontera de Tomina, siguiendo el camino de Cuzco Toro: llegó con el señor obispo y su gente á, Chuquizaca el año de 1565 habiendo tenido algunos encuentros con los chiriguanás que le mataron alguna gente y á un fraile mercedario (15). Llevó este camino huyendo de Chaves, segun Rui Diaz, ó mas bien del peligro de los indios como yo creo.

 

NOTAS

5-En la edición fuente se lee "en en lago" (nota ed.digital)

6-españoles lenguaraces: es decir españoles conocedores de lenguas aborígenes. (nota ed.digital)

7-cuartana: nombre que se daba á la calentura (fiebre) intermitente que sucede de cuatro en cuatro días. (nota ed.digital)

8-En la edición fuente se lee "Martín de Orné" (nota ed.digital)

9-jara: palo de punta endurecida al fuego que se empleaba como arma arrojadiza. (nota ed.digital)

10-Acaiere: Bien podría sonar Akâ-jere que significa cabeza dada vuelta, efecto que podrían haber producido los remolinos. (nota ed.digital)

11-En la edición fuente se lee "Mercenarios". (nota ed.digital)

12- En la edición fuente se lee "Garaná" (nota ed.digital)

13-En la edición fuente se lee "subaiá". Creemos que se refiere a los albayas, como está escrito en todo el libro, aunque en realidad este último término es una mala trascripción del nombre de los pámpidos Mbayá, como lo demuestra Manuel Gondra en Hombres y letrados de América... En guarani hoy se escribe Mbaja, que no es lo mismo que Mbya, la superviviente etnia guarani. (nota ed.digital)

14-En en la edición fuente se lee "Monos". (nota ed. digital)

15-En la edición fuente se lee "Mercenarios". (nota ed.digital)

 

 

L) IDA DEL GOBERNADOR CON EL OBISPO Á CHUQUIZACA: GESTIONES EN AQUELLA AUDIENCIA SOBRE CONFIRMACION DEL MANDO QUE OBTUVO DON JUAN ORTIZ DE ZARATE. MUERTE VIOLENTA DE CHAVES Y OTROS SUCESOS HASTA LA PRISION DE CÁCERES Y SU LLEGADA Á ESPAÑA.

 

118. Antes de llegar el gobernador á Chuquizaca, Diego Pantoja y Juan Ortiz de Zarate vecinos de ella, intrigaban para quitarle el gobierno, y que se le diese á ellos, y no perdieron tiempo ni diligencia para conseguir sus ideas logrando ganar á Cáceres y Dorantes y á Rui Gomez Maldonado que acababan de llegar con el gobernador de modo que cuando este entabló su solicitud para que la audiencia le confirmase en su mando, se presentó Maldonado como procurador de la provincia del rio de la Plata, haciendo multitud de cargos al gobernador, siendo el mayor haber abandonado su provincia. Contestó á esto que habia sido con el fin de solicitar socorros, pero le replicó Maldonado, que no podia esperarlo mejor ni tan copioso como el que habia estraido con el único objeto de solicitar la confirmacion de su mando, cosa que podia haber hecho por una representacion. El gobernador y el señor obispo dispusieron tambien que Hernando de Vera y Guzman sobrino de Alvar Nuñez se querellase contra Cáceres y Dorantes como autores de la prision de su tio. La audiencia los arrestó, pero presentando testimonio de la sentencia dada en el supremo consejo contra Alvar Nuñez, se les puso en libertad. La audiencia no obstante nada determinaba sobre el asunto principal; lo que ocasionó que Cáceres con los pretendientes al gobierno pasasen á Lima, y que reprodugesen los cargos contra Ortiz de Vergara ante el gobernador general del Perú, el cual quitó el gobierno á dicho Ortiz mandándole fuese á justificarse á la corte.

119. Juan Ortiz de Zarate hizo la propuesta mas ventajosa entre los pretendientes en los términos siguientes segun consta de una copia del archivo de Buenos Aires. Que fletaria cuatro navios y conduciria 500 hombres, los 200 labradores y de todos oficios, y los restantes soldados con sus armas, municiones, sin gravamen ni ausilio del erario. Que introduciria en su gobierno en tres años contados desde su arribo á él cuatro mil cabezas de ganado vacuno y otras tantas de lanar, con 500 yeguas y caballos y 500 cabras que todo lo tenia en sus dehesas de Charcas y de Tarijá. Que edificaria dos ciudades mas; una entre Chuquizaca y la Asuncion necesaria para el recíproco comercio, introduccion de los ganados y sujecion de los indios; y la otra en la entrada del rio de la Plata; y que se le habia de conferir el título de adelantado para su vida y la de su heredero, sobre lo descubierto y que se descubriese en las provincias del Paraguay, Paraná y sus comarcas, con lo que comprendieron los gobiernos de don Pedro de Mendoza y de Alvar Nuñez.

120. El gobernador del Perú admitió esta propuesta de Zarate, y le dió el título de adelantado con condicion de ir á España por la confirmacion. En efecto el año de 1567 se salió de Lima nombrando antes por su teniente á FeIipe de Cáceres, y habilitándole para regresar al Paraguay. Pasó Cáceres á Chuquizaca, se incorporó con el señor obispo y los que quisieron acompañarle, y fueron todos á santa Cruz de la Sierra. Chaves los agasajó, y su atencion y buen modo fueron causa de que se quedasen alli muchos de los que habian ido con el gobernador y el obispo del Paraguay entre ellos el soldado Muñoz que entendia de minas, y era muy útil á Chaves que se estaba aprontando para ir á beneficiar las que habia en Chiquitos yMatogroso. Salieron Cáceres y el señor obispo con los españoles y algunas mugeres y niños é indios de servicio llevando ganado vacuno y lanar de las dehesas de Zarate; Chaves con una compañia salió escoltándolos separado de ellos en buena armonía. Asi llegaron al pueblo de Ytatí que dije núm. 114 que Chaves habia fundado, y el encontrarlo sin gente precisó á Chaves á separarse para ir buscando, reuniendo y tranquilizando á los itatines. Andando en esto supo que algunos estaban juntos en un paraje y los encontró tranquilos; pero sentándose en una hamaca y quitándose la celada, le dió un indio por detras tan fuerte garrotazo que le hizo saltar los sesos y caer muerto. Sin detenerse los indios se echaron sobre los doce soldados con quienes se habia adelantado y los mataron á todos menos á Alejo el trompeta, que montando pronto á caballo, se escapó y dió parte del caso á Diego de Mendoza que iba á buscar á Chaves con el resto de los españoles. Si esta desgracia no hubiese sucedido, es de creer que no solo habrian descubierto y poseerian los españoles los minerales de oro, diamantes y otras piedras preciosas que disfrutan los portugueses en Matogroso yCuyabá, sino tambien, que se habria conservado abierta por el rio Paraguay la comunicacion del rio de la Plata con España de las provincias de Chiquitos, Moxos, santa Cruz y otras que por falta de esta proporcion han sido y serán siempre pobres.

121. Deseando Mendoza vengar la muerte de Chaves buscó á los indios y acometiéndolos de frente y por la espalda mató á mucho é hizo ahorcar á los que cogió. Luego se le juntaron algunos indios fieles, y marchó á donde habian muerto á Chaves quemando su pueblo y matando á cuantos encontró: desde alli se fue á santa Cruz cuyos vecinos le eligieron por su gobernador.

122. Cuando Chaves se separó de Cáceres, le avisó que se encontrarian en un sitio determinado, donde Cáceres le esperó hasta que supo su muerte. Entonces continuó hasta el rio Paraguay, y haciendo flotar las embarcaciones que á la ida habian dejado anegadas, pasó á la parte oriental en ellas toda su gente y los ganados, despachándolas rio abajo mientras él los seguia por la costa. Asi marchaban con precaucion hasta que le avisaron sus batidores, que los guaranís que fueron despues reducidos en los pueblos de santa Maria de Fé ySantiago, le tenian tomado un paso resueltos á disputárselo. Se preparó Cáceres y se preparó una batalla, que aunque dudosa algun tiempo, logró Cáceres ahuyentar muchos indios y ahuyentar á los demas el 12 de noviembre de 1568. Continuó hasta que fue bien recibido de los pueblos reducidos ácia el rio Ypané; y en el de Atirá encontró que le esperaban sus embarcaciones, con los que pasó los ganados y gente el rio Jejuí, despachándolos por tierra mientras él embarcado se dirigió á la Asuncion anunciando su arribo con un pliego anticipado. Fue Cáceres bien recibido en la capital y tomó al instante posesion de su empleo á principios del año 1569, nombrando por su segundo á Martin Suarez de Toledo y por alguacil mayor á Pedro de Lapuente.

123. Mientras Cáceres volvia de santa Cruz descubrieron los españoles de Ciudad-Real unas piedras cristalinas con sus facetas como si estuviesen labradas, y las acopiaron en abundancia porque las creyeron diamantes y querian irse á venderlas á España. El comandante Riquelme procuró quitarles de la cabeza tal idea; pero incitados por Escalera llevaban el pensamiento adelante, y muchos tomaron el camino del Brasil. Apenas habian salido llegó Melgarejo con 50 españoles enviados por Juan Ortega comandante de la Asuncion en virtud de aviso anticipado que le dió Riquelme, y los alcanzó en el camino volviéndolos á Ciudad-Real, donde quedó de comandante despachando á Riquelme á la capital. Este supo en el camino la disposicion del gobernador Ortiz de Vergara á la llegada de Cáceres y el obispo; de lo que se incomodó el provisor Paniagua que habia ido con Melgarejo y regresada con Riquelme.

124. Ya se ha dicho que Cáceres en Chuquizaca y Lima habia trabajado mucho para deponer del gobierno á Ortiz de Vergara, y que el señor obispo habia tomado con igual empeño el defenderle. La Asuncion se dividió en dos bandos el uno en favor de Cáceres y el otro contrario. Viendo esto Cáceres y que no podia menos de ser su enemigo Melgarejo hermano del gobernador depuesto, le retiró del mando enviando en su lugar á Riquelme por gefe de Ciudad-Real con cincuenta españoles porque temia hubiese resistencia. Hizo que al mismo tiempo saliese Adame Olabarriaga con cien españoles á tranquilizar los indios de Tobatí que habian tomado partido contra él, sin esperar las resultas alistó gentes y embarcaciones y navegó rio abajo. Olabarriaga encontró á los indios en un bañado cerca de su pueblo y los redujo regresando á la capital. En cuanto á Riquelme siguió hasta el pueblo de Marcain desde donde escribió que iba á Melgarejo; pero este luego que supo que habia llegado Riquelme al Paraná, tuvo maña de sonsacarle los soldados y llevarle á él preso á Ciudad-Real, negándose abiertamente á obedecer á Cáceres.

125. Este á principios de 1570 habia salido rio abajo cumpliendo la órden que en Lima le habia dado su adelantado de reconocer antes que llegase él de España la mejor situacion para fundar un pueblo en la boca del rio de la Plata. Reconoció Cáceres ambas costas y dejando al pié de una cruz en la isla de san Gabriel una botella con las advertencias que creyó deber noticiar á su gefe, regresó á la Asuncion. Alli supo la rebelion de Melgarejo en Ciudad-Real; y aunque quisiera castigarla, se lo estorbaron los dos bandos que encontró; uno respetándole como á ministro legítimo del rey y otro tratando de prenderle. Todo era un desórden, y Cáceres procesó y arrestó á sus principales enemigos. En este estado estaban las cosas cuando Cáceres se determinó á ir á esperar al adelantado, pues era ya el tiempo en que debía llegar, para tranquilizar el pais con las fuerzas que trajese de España unidas á las suyas. Con este objeto alistó 200 españoles con barcos correspondientes, y salió llevándose arrestado al provisor. Llegó á las islas de Martin García y de san Gabriel de donde despachó á la de Florez y á Maldonado un bergantin que regresó sin noticia de barcos de España. Luego pasó á la costa de Buenos Aires y despues de dejar en todas partes señales y cartas para el adelantado cuando llegase, tomó la vuelta de la Asuncion y llegó felizmente. Ruiz Diaz lib. 3 cap. 18 dice que Cáceres al regresar hizo guerra á fuego y sangre á todos los indios que encontró en las riberas sin otro motivo que el de escitarlos para que estorbasen la entrada en el rio á la gente del adelantado; pero esta es una calumnia muy clara é incompatible con las cartas y conducta de Cáceres, y aun muy contrario á sus deseos y situacion.

126. Los contrarios á Cáceres aprovecharon su ausencia para aumentar sus partidarios y tenian las cosas prontas para prenderle, y habiéndolo sabido Cáceres se puso 50 hombres de guardia, y formó causa á algunos, y sentenció á muerte á Pedro Esquivel. Tambien publicó bando prohibiendo las juntas de gentes en las casas. Quitó el empleo á su teniente ó segundo Martin Suarez de Toledo, porque se habia vuelto al partido contrario. Padecia el pueblo las mayores convulsiones, y los de genio tranquilo se salieron á la campaña y vivian en sus quintas. Francisco del Campo tuvo la habilidad de reunir de noche sin que nadie lo supiera 140 hombres bien armados en una casa contigua á la catedral; á donde fue Cáceres á oir misa el dia siguiente, que era un lunes entrado ya el año de 1572 escoltado de su guardia. Entonces Campo con su gente trató de prenderle, y Cáceres poniéndose al frente de sus guardias se defendió á cuchilladas hasta que lo abandonó uniéndose toda á sus enemigos menos el estremeño Gonzalo Altamirano que murió de las heridas que recibió. Le prendieron, lo desarmaron y lo llevaron al convento de la Merced en donde lo pusieron en un estrecho calabozo con dos pares de grillos, y le ciñeron el cuerpo con una cadena de fierro sostenida en un grueso madero. Ademas le pusieron guardias de vista por fuera pagándolas con sus bienes, sin darle mas sustento que el necesario para vivir; haciéndole sufrir toda especie de molestias y vejámenes.

127. Cuando llevaban á Cáceres á la prision salió á la plaza Martin Suarez de Toledo, rodeado de mucha gente armada gritando libertad, se apoderó del mando sin oposicion; pero el cabildo secular no le quiso recibir hasta el cuarto dia, y fue solo en calidad de teniente general del adelantado Juan Ortiz de Zárate. Al instante nombró sus tenientes, despachó órdenes, dió encomiendas y confirió mercedes á sus amigos, mas todo se anuló por un auto de 22 de octubre de 1575 hecho por el adelantado cuando llegó. Al mismo tiempo Suarez de Toledo hacia construir una caravela para llevar el preso á España á la órden de Rui Diaz Megarejo. Escribieron á este para que pasase á la Asuncion á disponer su marcha y le enviaron sucesor con treinta soldados. Al instante salió Melgarejo de Ciudad-Real, pero se arrepintió en el camino considerando que aunque habian removido á Cáceres, habian puesto en su lugar á Suarez en calidad de teniente de Zárate y no de su hermano Ortiz de Vergara, viéndose claramente que no se hacia lo que convenia á la causa de su hermano. Sin embargo llegó á la Asuncion y dando sus quejas á Suarez de Toledo, no quedó satisfecho de este; pero el señor obispo los compuso. Entretanto los de Ciudad-Real no quisieron admitir al comandante que les envió Suarez, y sacando de la prision á Riquelme le recibieron por su gefe como enviado por Cáceres.

128. Por este tiempo mandó Suarez de Toledo al vizcaino Juan de Garai que reclutase gente para fundar un pueblo ácia Santispiritus; y estando pronta la caravela se encargó Melgarejo de conducir en ella el preso á España, y salieron el 14 de abril de 1573 segun he leido en una declaracion del citado Garay que existe en el archivo de santa Fé. Salió en compañia de la caravela un bergantin con algunas canoas al mando de Juan de Garay que iba á su destino con 80 españoles, parte embarcados y los restantes conduciendo algunas vacas, yeguas y caballos por tierra. Cuando llegaron al rio Paraná, le pasaron en los buques los que iban por tierra, y continuando estos por la costa oriental se juntaron con las embarcaciones en la orilla de la laguna del

Jarandípor los 30º 34’ de latitud llamada por Rui Diaz lib. 3 cap. 19 de los Patos. Barco canto 7 dice que fue en san Gabriel y Lozano lib. 3 cap. 6 que en la costa del Brasil, sin advertir que era imposible llegasen á uno ni á otro paraje los que iban por tierra con los ganados ni que Garay se alejase tanto de su destino. Alli se despidieron continuando la caravela hasta arribar á san Vicente en la costa del Brasil para hacer víveres y ayuda. Mientras se hacia este acopio, desembarcaron á Cáceres y le pusieron en estrecha prisión; pero los portugueses le favorecieron sacándole secretamente de ella y ocultándole pero despues lo entregaron y lo volvieron á la prisión. Determinó Melgarejo quedarse entre sus antiguos amigos con algunos de los suyos abandonando á Cáceres que continuó libre hasta España: se presentó al supremo consejo, logrando que se aprobase su conducta y que se reprobase la de sus contrarios.

 

M) FUNDACION DE SANTA FÉ DE VERACRUZ, Y DE CÓRDOBA DEL TUCUMAN: DISENSIONES ENTRE LOS POBLADORES. ESPEDICION SALIDA DE ESPAÑA EN 1572; VARIOS SUCESOS CON MOTIVO DE SU LLEGADA. MUERTE DEL ADELANTADO Y MANDA COMO GOBERNADOR INTERINO DON DIEGO ORTIZ DE ZÁRATE Y MENDIETA. MUERTO ESTE LE SUCEDE GARAY; ALGUNAS FUNDACIONES ENTRE ELLAS LA NUEVA JEREZ, LA TRINIDAD Y BUENOS AIRES.

 

129. Despedido Garay de la caravela, se introdujo con sus buques y gentes por el brazo del Paraná llamado de los quiloas por los guaranís que lo habitaban pareciéndole bien un sitio de la orilla occidental en los 31º 9’ 20" de latitud observada, sentó su real por junio ó julio de 1573 segun infiero del tiempo que pudo tardar en su viaje, y el que necesitó para hacer lo que hizo antes de encontrarse con Cabrera el 19 de setiembre. En seguida construyó con tapias un fuertecillo de 150 varas en cuadro, que repartió en sitios para casas, llamándole ciudad de santa Fé de la Vera Cruz, nombrando alcaldes y regidores y dándole por patrono á san Gerónimo; pero se trasladó esta ciudad á donde está el 20 de abril de 1651. Por rara casualidad sucedió que el mismo dia, mes y año fundó Gerónimo Luis Cabrera la ciudad de Córdoba del Tucuman entre los indios comechigones en la latitud observada de 31º 26’ 14" distante como 60 leguas de santa Fé que le dieron el mismo patrono. Rui Diaz lib. 3 cap. 19 supone esta fundacion en 30 de setiembre; pero de sus libros capitulares consta estar fundada Córdoba cerca de tres meses antes. Mientras se hacian las obras en santa Fé, salió Garay con el bergantin y cuarenta españoles aguas abajo á tomar conocimiento de los indios de que podria disponer para repartirlos en encomiendas y siguió el brazo del Paraná que pasa por la actual santa Fé y por Coronda, donde se detuvo algunos dias con los timbus. Alli estaba cuando una madrugada se le presentaron en la orilla occidental algunos españoles que le dijeron ser soldados del citado Cabrera, el cual despues de fundar á Córdoba se habia adelantado hasta el Paraná, y tomado posesion de Santispiritus poniéndose el nombre de san Luis de Córdoba para que le sirviese de puerto por donde comunicar con España, y que le habia señalado por distrito las costas é islas á distancia de veinte leguas arriba y abajo, segun consta del libro capitular de Córdoba. Oido esto, escribió Garay á Cabrera alegando sus derechos al pais, y Cabrera se le presentó el 19 de setiembre de 1573 como consta del citado libro. Cada capitan se esforzó en persuadir al otro cortesmente hablando el uno desde la orilla y el otro desde el barco en Coronda: mas todo lo que Cabrera pudo conseguir fue, que Garay le diese la palabra ambigua, de que no se introduciria en los distritos cordobeses. Volvió Garay á su santa Fé donde repartió en encomiendas á los guaranís llamados calchaquis, tucagués, colastines, corondás, timbús, caracaras, quiloasas, formando de las primeras parcialidades el pueblo de Calchaqui y del que todos se han españolizado: mas no se han consumido como pretende Lozano lib. 3 cap. 6 ni eran de diferentes lenguas sino guaranís. Los que las tenian están hoy en el Chaco como entonces.

130. Sabiéndose en Córdoba que Garay seguia en su establecimiento, enviaron á Onofre ó Nuflo Aguilar á requerirle, haciéndole presente que aquellas partes pertenecian á Córdoba por las razones insinuadas en el número precedente; pero Garay contestó que hacia treinta y ocho años que los conquistadores del rio de la Plata habian tomado posesion de aquel pais, que él estaba poblando con órden de su legítimo superior y aprobacion del rey. Mientras se ventilaba esta cuestion, el cacique Tein con los guaranís repartidos en encomiendas se rebelaron y pusieron sitio á santa Fé; pero saliendo Garay los ahuyentó á fines de enero ó febrero de 1574 y luego solicitaron la paz que se les concedió. Inmediatamente llegó Yamandú, cacique guaraní de las islas inferiores del Paraná con tres canoas llevando una carta del adelantado, y leyéndola Aguilar quedó convencido de que santa Fé pertenecia al gobierno del rio de la Plata y se retiró á Córdoba, donde desaprobaron su conducta, y el 4 de marzo de 1574 despacharon al alcalde y un regidor á requerir de nuevo á Garay; mas resistiéndose este entablaron el pleito ante la audiencia de Chuquizaca que finalmente declaró contra los cordobeses.

131. En el núm. 120 dije que Zárate habia partido para España. Llegó á Panamá y al puerto del nombre de Dios, donde embarcándose para Cartagena, le apresó un corsario francés y le robó lo que llevaba, menos unos tejos de oro que una esclava suya supo ocultar. Despues pasó á España, y el 10 de julio de 1569 confirmó el rey su contrata, y le hizo merced de hábito de la órden de Santiago. Gastó mucho tiempo en hacer las pruebas y en aprontar su espedicion que se compuso de tres navios, una cebra y un patache (16), con todo lo demas que pedia su contrata. Se embarcó tambien el comisario Fr. Juan Villalta con otros 21 religiosos franciscos, entre ellos Fr. Alonso de san Buenaventura y el célebre andaluz Fr. Luis Volaños ordenados de evangelio, el cual despues de haber trabajado mas que nadie en la predicacion de los indios, compuso el catecismo en lengua guaraní, y escribió el arte y diccionario de este idioma que imprimieron despues los padres jesuítas. De Fr. Juan de san Bernardo, lego de la misma órden que fue con ellos, cuentan milagros don Cosme Bueno en su catálogo de los virreyes del Perú cap. misiones del Paraná y Lozano lib. 3, cap. 6, llamándole Fr. Andres. Uno de los que fueron en esta espedicion, fue el licenciado estremeño don Martin del Barco Centenera autor de la Argentina en verso.

132. Salió la armada de san Lucar el 17 de octubre de 1572 y sufrió un temporal, que no seria muy fuerte, pues habiendo arribado á la isla Gomera en 25 dias, partió de ella al tercero dia, y tocó en la de Santiago del Cabo verde, deteniéndose muy poco. Salió á la mar y le sobrevinieron tales calmas ácia la línea que se demoró mucho el viaje y fue preciso acortar las raciones, aumentándose la calamidad con los muchos que enfermaban y morian. El 10 de marzo de 1573 se separó el patache que arribó á san Vicente; proveyéndose de víveres y dejando algunos enfermos, dió la vela llevándose á Rui Diaz Melgarejo que se le unió con otros que habian quedado alli. El resto de la armada viendo el 21 de marzo la costa del Brasil, la fue prolongando hasta que el 3 de abril fondeó en una playa sin abrigo para hacer aguada. Luego tomaron la derrota del rio de la Plata; pero un viento de travesia obligó á tres buques á tomar un puerto, y á la almiranta á fondear en una bahia algo mas al Norte. Esta compró víveres de los guaranís de la costa, y uno de ellos ofreció mostrarles la isla de santa Catalina. Se embarcaron é incorporándose con los demas buques, fondearon todos en el puerto llamado Irumí (boca chica) de dicha santa Catalina, á quien llamaron Corpus Cristi por haber celebrado en él esta festividad luego que arribaron. Llegó la gente muy debilitada por tan larga navegacion; en la travesia desde el cabo Verde hasta santa Catalina habian muerto trescientas personas de ambos sexos, segun he leido en una carta de un soldado de esta espedicion que se halla inserta en el testamento de Gil y Garcia archivado en el Paraguay.

133. Proveyó el adelantado los víveres que pudo de los guaranís de la isla y de Viaza. Viendo á su gente reparada con el alimento y la detencion en tierra, navegó y entró en el rio de la Plata, fondeando en san Gabriel. Precisamente encontró alli las advertencias que Cáceres le dijo, y segun ellas pensó en fundar la poblacion á que le obligaba su contrata. Para esto metió la gente en tierra, y dispuso que se principiasen á hacer sus chozas ó casas de paja al abrigo de un fuertecillo de estacas. Pasados algunos dias salieron 40 españoles á reconocer el campo, y acometiéndolos los charruas de improviso, los mataron á todos, menos á dos que llevaron la noticia. Inmediatamente salió Pablo Santiago con diez ó doce, Martin Pinedo con cincuenta soldados y el capitan Cueyo con su compañia y se empeñó nuevo combate en la lomita llamada hoy real de san Carlos. Salió finalmente el mismo adelantado con mas gente logrando ahuyentar á los charruas, mas no pudo evitar que ya le hubiesen muerto á dos capitanes Santiago y Pinedo con 80 hombres en este dia, segun dice la carta citada al fin del número precedente. Barco (17) canto 8 y siguientes cuenta lo sucedido á Zárate en su navegacion y en san Gabriel tan lleno de tormentas, hambres y crueldades que se desacredita él mismo, mucho mas de lo que quiere desacreditar á los que mandaban atribuyéndoles cosas increibles y falsas; y el genio de Lozano le copia y aun añade muchas veces.

134 Inmediatamente mandó el adelantado embarcar la gente y lo que habia en tierra abandonando las chozas y el fuertecillo; y á la mañana siguiente se presentó vestido á la española el cacique guaraní Yamandú; le dijo que habitaba en las islas del Paraná y que era amigo de Juan de Garay y de los españoles que se habian establecido en santa Fé. No se alegró poco el adelantado con esta noticia y al instante le entregó la carta citada en el número 129, en que noticiaba á Garay sus muchos trabajos y le pedia ausilios de víveres y gente, incluyéndole el nombramiento de comandante de santa Fé. Barco canto 11 y 12 y Lozano que le copia lib. 3 cap. 7 suponen que Garay sabia el arribo del adelantado antes que le diese su carta Yamandú; y que este de acuerdo con los charrúas no quiso entregar la respuesta de Garay hasta que supo el mal éxito de la empresa del Tein: pero ni las distancias ni la diferencia de carácter entre tales indios sufren tales confederaciones que seguramente no creerá el que los conozca. Como quiera de resultas de la derrota desembarcó el adelantado su gente en la isla de san Gabriel, y los charrúas convenidos con los chanás sus vecinos, que fueron los que se dejaron ver en canoas, porque los charrúas no las tenian, destruyeron las chozas y el fuertecillo retirándose al interior ó al Uruguay segun afirman dichos escritores; añadiendo haber dado esta noticia seis españoles escapados de los charrúas, entre quienes quedaban treinta porque no matan á los cautivos en la guerra. Pero no creo tal cosa; porque ni los charrúas ni ningun indio silvestre deja de matar en la guerra á todo varon adulto. A la sazon llegó Melgarejo con el patache de san Vicente con los víveres que habia recogido alli y en otras partes de la costa: el adelantado se fue á desembarcar toda su gente en la isla de Martin García resuelto á fundar en él una poblacion. Lozano. lib. 3 cap. 6 dice arbitrariamente que Melgarejo llegó por tierra, sin reparar en la distancia ni en las dificultades. Desde Martin García despachó el adelantado á Melgarejo con dos embarcaciones á buscar víveres en las islas del Paraná; y en efecto adquirió bastantes subiendo hasta el riacho Polastiné, enviándolos al adelantado con una de sus embarcaciones. Desde alli volvió atrás Melgarejo, porque supo que ya estaba mas abajo Garay.

135. Este luego que Yamandú le entregó la carta del adelantado citada en el número precedente, contestó por el mismo portador; alistó treinta infantes y veinte caballos con balsas y embarcaciones y los víveres que pudo comprando los que encontró hasta llegar á Santispíritus, donde le alcanzó Melgarejo, á quien los entregó para que los llevase al adelantado. Este daba principio en Martin Garcia á la poblacion cuando Yamandú le entregó la respuesta de Garay, que le llenó de consuelo, aumentándoselo Yamandú con ofrecerle volver luego con diez canoas cargadas de víveres, como lo cumplió. Poco despues un recio Sudeeste baró una embarcacion en la misma isla y otra en la tierra firme, haciendo conocer que alli no habia puerto seguro, por cuyo motivo determinó el adelantado transferirse á donde le hubiese dentro del rio Uruguay En esto llegó Melgarejo con los víveres, y le mandó el adelantado que con la gente necesaria navegase el Uruguay hasta encontrar comodidad para una poblacion y que la principiase; de lo que dió aviso á Garay para su gobierno. Este bajaba acopiando mas víveres por las costas é islas y tuvo el gusto de que se le reuniese un bergantin cargado de ellos, el cual venia de la Asuncion despachado por Martin Suarez de Toledo, en virtud de una carta que le habia escrito desde santa Fé. Despachó Garay este bergantin que llegó á Martin García antes de salir Melgarejo de alli: continuó con el mismo afan hasta que recibió aviso del adelantado en cuya virtud se dirigió al Uruguay y llegó á su orilla, para pasar á la costa opuesta echó á nadar los caballos llevándolos del ronzal (18) desde las balsas y canoas y todos lo consiguieron felizmente á pesar de la corriente, de las olas y de la anchura.

136. Al dia siguiente navegaron las embarcaciones por la orilla del rio, y Garay con los caballos por tierra, pero descubriendo á los charrúas ychanás, desembarcaron veinte arcabuceros. Se puso Garay á la frente, los atacó y dispersó una y otra vez porque se rehicieron y renovaron la accion matándoles mucha gente sin mas pérdida que la muerte del caballo de Garay. Descansaron los españoles el dia siguiente, y continuando encontraron á Melgarejo en el rio de san Salvador, donde al instante principiaron á construir casas de madera y barro cubiertas de paja, en que depositaron los equipajes y se alojaron. Hecho esto pasó Melgarejo á avisarlo á Martin García y sin perder tiempo se embarcaron la gente y pertrechos muy contentos de que Garay hubiese castigado á los charrúas ychanás. Dejaron alli alguna gente guardando una embarcacion barada y entraron en el rio Uruguay, donde baró una de sus embarcaciones en un banco de arena. La alijaron y flotó sin lesion llegando despues á san Salvador. Lo primero que mandó el adelantado fue que á toda la estension de su jurisdicion se diese el nombre de nueva Vizcaya porque era vizcaino y que aquella principiada poblacion tuviese el de ciudad de san Salvador, de la cual nombró alcaldes, regidores etc. Nombró tambien por su segundo ó teniente general de todas aquellas provincias á Juan de Garay y lo despachó á la Asuncion con varias órdenes, una de ellas, la mas premurosa, que le enviasen víveres y ausilios. Barco canto 13 cuenta poética y confusamente los sucesos de este número y dos precedentes sin conocer el pais ni la situacion de las naciones, trocándoles los nombres, y dándoselos guaranís á los chuarrúas; y en fin sin verdad ni verosimilitud en varias cosas. Lozano su copiante añade y quita con la misma ignorancia del pais y de sus indios, sin olvidar á veces su espíritu criminal.

137. Salió inmediatamente Garay para su destino con Melgarejo, y cogió al paso á dos indios chanás en una isla del Uruguay. Continuó buscando víveres por las islas y riberas y cuando llegó á los timbús ó mas arriba los despachó á san Salvador con Melgarejo, subiendo él hasta la Asuncion. Encontró Melgarejo á su arribo que se habia quemado la casa del adelantado con cuanto contenia; y que este habitaba una embarcacion. Poco despues llegaron á la poblacion los que habian quedado en Martin García custodiando el buque barado que abandonaron por miedo; y esto disgustó tanto al adelantado que puso preso al comandante temiendo que los chanás quemasen la embarcacion, como en efecto lo hicieron. Aunque con frecuencia llegaban víveres á san Salvador, eran pocos; porque los indios silvestres que los proveian apenas cultivaban sino lo preciso para cada familia y no para vender ni almacenar las 200 fanegas que dice Barco canto 14 y Lozano su copiante. Fue pues preciso repartir las raciones con tasa y medida; y que cada poblador edificase su choza y cuidase de sus menesteres; porque no habia alli indios para el servicio. Todas estas cosas disgustaban á aquellas gentes que como todos los nuevos pobladores se ponian de aventureros viciosos poco aplicados, murmuradores, pedigüeños hasta de imposibles, y en fin por lo general de lo peor del pais de donde resultan. En efecto criticaban al adelantado de todo cuanto disponia, y aun meditaban aprisionarle y enviarlo á España formándole proceso que justificase sus malos modos con las gentes, su impericia y sus latrocinios. En estas circunstancias llegó del Paraguay un socorro de víveres y de indios que envió Garay con la mayor presteza, y el adelantado resolvió ir á la Asuncion. Salió en efecto, sin que los indios hasta santa Fé le sacaran víveres á vender, porque no les habian quedado aun los precisos, despues de haber vendido muchos á los españoles. Antes de llegar á santa Fé salieron á cumplimentarle los españoles y los indios calchaquis, quiloasas etc.; y continuando, recibió varios socorros de víveres enviados por Garay, con los cuales llegó felizmente á la Asuncion, donde fue muy bien recibido.

138. Al instante despachó comestibles á san Salvador y á Garay para mandar en santa Fé, dedicándose él á remediar los desórdenes introducidos. Para esto el 22 de octubre de 1575 desaprobó por un bando todo lo practicado contra Cáceres, el haberse apoderado del mando Martin Suarez de Toledo, y todos los empleos y mercedes que este habia conferido. Estas providencias disgustaron y perjudicaron á muchos que comenzaron á murmurar, llegando á términos que á pocos meses le dieron veneno y murió, segun lo da claramente á entender Barco canto 18 y segun se refiere en una relacion de sus servicios fecha en Madrid á 26 de noviembre de 1659 firmada por el licenciado don Fernando Gimenez Paniagua y presentada en el consejo de Indias por don Francisco Sancho de Vera y Zárate Figueredo. Recibió los santos sacramentos, hizo su testamento, y murió con mucho ánimo. Nombró en heredera universal á su única hija doña Juana que estaba en Chiquizaca, y por su sucesor en el adelantazgo al que se casase con ella; pero para mandar entre tanto nombró á su sobrino don Diego Ortiz de Zárate y Mendieta, dándole por coadjutos á Martin Duré. Fueron albaceas y tutores de dicha doña Juana dicho Duré y Juan de Garay.

139. Fue recibido dicho Mendieta por gobernador interino; y lo primero que hizo el 8 de febrero de 1576, fue confirmar á Garay en el empleo de teniente general de aquellas provincias que le habia dado su tio, segun he leido en la declaracion citada núm. 127. Era Mendieta mozo de 20 años no cumplidos, y se hinchó tanto con su empleo, que separó de sí á su coadjunto Duré para mandar solo. Era por consiguiente muy natural de que los viejos no gustasen de que los mandase un niño, y que los que habian muerto á su tio murmurasen de su conducta, que no pudo ser muy prudente y juiciosa, pero no tan loca, violenta y desatinada como la pintan Barco canto 19 y Lozano lib. 3 capítulo 9.

140. Luego que supo Garay la muerte del adelantado y que le habia nombrado tutor de su hija, con poderes naturalmente de su compañero Duré, salió para Chiquizaca con la idea de casar á doña Juana. No quiso pasar por Córdoba porque aun estaba pendiente el pleito de que hablé en el núm. 129; y llegó felizmente á su destino logrando vencer dicho pleito y que la audiencia declarase pertenecer al rio de la Plata la ciudad de santa Fé. Alli se presentaron varios pretendientes de doña Juana; pero esta, con aprobacion de su tutor se declaró á favor del licenciado don Juan de Torres de Vera y Aragón; natural de Estepa y oidor de Chiquizaca. Ya estaba para verificarse el matrimonio, cuando Garay recibió carta de don Francisco de Toledo virey de Lima, mandándole pasase á tratar con S. E. sobre el casamiento de doña Juana, porque la queria casar con un amigo suyo. Pero como la muchacha estaba muy decidida por el oidor, precipitó la boda, para no dar lugar á nuevos embarazos y nombró el novio por su teniente general á Garay despachándole al Paraguay. Poco despues de la salida de este, llegó órden del virey para llevarle preso á Lima, y el presidente de la audiencia despachó en seguimiento á un tal Valero para que detuviera á Garay. Se hallaba este ácia Santiago de Cotaguita cuando supo naturalmente por el novio que le seguia Valero y que este se le aproximaba con poca escolta, pero lejos de temerle despachó algunos de sus soldados que lo llevaron á su presencia, y dejándolo alli siguió su viaje y llegó á santa Fé. Luego que supo el virey del Perú que Garay se habia escapado al Paraguay dirigió sus iras contra los novios, mandando llevarlos presos á Lima como se verificó.

141. Mientras Garay entendia en los asuntos referidos, Mendieta el gobernador interino pasó á visitar á santa Fé donde tuvo palabras muy pesadas con Francisco Sierra. Este se retiró á su casa, y enviándole á llamar Mendieta temió y se refugió á la iglesia, de donde le sacaron y llevaron preso. Con esta novedad se juntó mucha gente en la plaza pidiendo la libertad del preso, y fue menester dársela. Entonces poniéndose Sierra á la cabeza del motin persiguió á Mendieta, y no paró hasta que ante escribano le hizo renunciar su empleo. Pero aun no satisfechos con esto le formaron causa y lo despacharon para España á donde no llegó porque despues de algunas aventuras le mataron los indios de Albiazá.

142. Pocos dias despues de haber salido preso Mendieta llegó Garay á santa Fé, y continuando hasta la Asuncion fue recibido con gusto por teniente general del nuevo adelantado. Luego dispuso despachar á Melgarejo, para que como práctico del Guairá fundase una poblacion en aquella provincia. En efecto salió Melgarejo á fin del año 1576 segun lo indican los sucesos precedentes, llevando cuarenta españoles y bastantes indios de servicio: despues de haber registrado el terreno fundó su poblacion dos leguas distante de la costa oriental del Paraná, llamándola Villarrica del Espíritu Santo, no por que alli hubiese indicios de metales, sino por antojo. Al mismo tiempo los padres franciscanos Fr. Alonso de san Buenaventura y fray Luis Volaños corrian la comarca de dicha Villarica al Occidente del Paraná, y con los guaranís que doctrinaron se fundaron dos pueblos el año de 1580 que fueron asolados por los portugueses en 1632. El del P. Volaños se llamó Pacuiú y estaba en el pago de Ytaanguá al Norte del rio Amambaí, en el mismo camino por donde los años posteriores iban á Jerez: el otro pueblo del padre Alonso estaba al Oriente del de Volaños antes de llegar al Paraná en la orilla de la lagun Curumiai. Estas fundaciones hechas por disposicion de Garay constan de los papeles del archivo de la Asuncion; y tambien que Villarica pasó poco despues á Curahiberá junto al rio Huibai distante 80 leguas de Ciudad Real, y que muy poco despues se trasladó diez leguas mas al Oriente y 30 del Paraná á donde confluye ó se junta dicho Huibai con el Curubatí. En la descripcion particular de esta villa se hace mencion de otros emplazamientos que tuvo en lo sucesivo.

143. Poco tiempo despues de haber salido Melgarejo á fundar la Villarica, un indio del pueblo de Guarambaré, y no del Paraná como dicen Barco canto 20 y Lozano lib. 3 cap. 10, tomó el nombre de Oberu (resplandeciente) y su hijo Guiraró (pájaro amargo) ambos embaucaron á algunos indios, á quienes dieron nuevos nombres, mandándoles olvidar los que tenian tomados de los españoles, y precisándolos á que á ellos les obedeciesen. Cuasi la misma escena se repitió el año de 1616 tomando un indio del mismo pueblo el nombre de Paitira, y fingiéndose lo que no era consiguió que dejasen los nombres españoles, y mataron los perros, vacas y animales habidos de España y que le siguiesen á los bosques abandonando el pueblo. Ni una ni otra de estas invenciones tomaron cuerpo, y se desvanecieron al instante. Garay que supo la primera, la despreció; pero la tomó por pretexto para formalizar la espedicion que deseaba para reconocer los indios ñuaras y otros. Alistó pues 130 españoles diciendo iba á cortar los progresos de Oberu y subió navegando el rioParaguay hasta que entrando por el rioJejuí bastante adentro, tomó tierra en la costa del Norte sin hacer caso de Oberu. De alli caminando por tierra encontró á los guaranís llamados curupaitú con su cacique Yacaré y con ellos fundó el pueblo de Jejuí repartiéndolo en encomiendas. Estaban divididos en tres tolderias y una de ellas vivia en la laguna llamada hoy Blanca. Subsistió este pueblo hasta el año de 1676 en que los portugueses llevaron á sus habitantes al Brasil.

144. Estos indios guiaron á Garay hasta encontrar un rio que entra en el Paraná por su costa Occidental en los 20º 33’ 33" de latitud dividido en tres brazos. Su origen ó cabeceras está en los campos de Jerez; es el mas caudaloso de los que entran en el Paraná, sobre su salto grande por el Occidente; y tiene los nombres de Monici, Yaguarí éYbinheima. Es el que en el tratado de límites de 1750 entre España y Portugal señala por lindero, aunque sus comisarios demarcadores no lo supieron encontrar y perjuidicaron mucho á España. Pasó Garay el rio Yaguarí é introduciéndose en los campos de Jerez recogió de cuatro tolderias unos 500 ñuaras, que llevó á las cercanias del pueblo de Ypané: con ellos fundó en la latitud de 23º 13’ 30" el pueblo de Perico guazú, repartiendo sus indios en encomiendas á los españoles que llevaba de la Asuncion. En 1632 lo asolaron los portugueses. Esto se deduce de los papeles que hay antiguos en el archivo de la Asuncion. En los mismos se habla de una villa española fundada sobre el rio Jejuí, llamada unas veces villa de Talavera, y otras villa de Jejuí. Yo creo que ambos nombres son del mismo pueblo que lo fundó Garay al regreso de la espedicion á los ñuaras; por que nadie tuvo mejor proporcion que él entonces para fundarla. Ignoro su situacion precisa, aunque fue sobre dicho rio Jejuí, y creo se despobló en 1650 cuando la atacaron los paiaguas matando á siete españoles, y quemando algunas casas. Como quiera Garay al regreso volvió al rio Jejuí y embarcando su gente llegó á la Asuncion el año de 1569. Barco canto 20 para adornar su poesia forja fortalezas, desafios y batallas, que copia y altera Lozano lib. 3 cap. 10; pero yo no las creo.

145. Las noticias adquiridas por Garay en su jornada le determinaron á fundar un pueblo entre los ñuaras y lo encargó á Rui Diaz Melgarejo, dándole 60 españoles y los demas ausilios. Marchó esta gente y en 1580 eligió y situó y fundó la ciudad de Santiago de Jerez en una loma suave dominando al rio Alboretei que es caudaloso, entrando por la costa oriental en el rio Paraguay bajo el paralelo de 19º 25’ 20" de latitud. Los ñuaras y los guasarapós que eran los indios mas cercanos, intentaron impedir la fundacion, mas no lo consiguieron. Lozano lib. 3 cap. 10 dice que tambien se opusieron los guatos; pero si los conociera no lo diria. Llama guapis á los guasarapós y á los albayas guanchas y guetús: tampoco creo que se opusiesen dichos albayas que entonces estaban muy distantes. Consta en el archivo de la Asuncion que esta ciudad, careciendo de minas y comercio se fue insensiblemente abandonando, hasta no quedar ni un poblador. No debe confundirse este pueblo con otro del mismo nombre fundado á principio de 1593 sobre unas vertientes que iban al Paraná, y creo que eran del rio Pardo ácia Camuapúan segun el historiador Rui Diaz de Guzman. Este segun consta de los papeles del archivo, fundó la segunda Jerez con gentes sacadas de Ciudad Real y de Villarrica á fuerza, y á pesar de los requerimientos y protestas que se le hicieron por estos pueblos que entonces mandaba, y por el de la Asuncion y por el gobernador de la provincia. Esta Jerez se transfirió despues mas al Poniente sobre el rio Albotetei, de donde hizo una salida contra los ñuaras. llevándose muchas mugeres y niños: apesar de eso en 1605 solo tenia quince hombres de armas, careciendo de párroco, y en el de 1632 se fueron todos con los mamelucos portugueses.

146. Al mismo tiempo que Garay disponia lo necesario para fundar á Jerez, alistó 60 españoles entre ellos su hijo natural Juan, con bastantes caballos y ganados. Despachó á estos por tierra y él embarcado bajó por el rio hasta que todos se juntaron en santa Fé. Repuestos alli de la fatiga del viaje continuaron del mismo modo hasta Buenos Aires donde en el dia de la Trinidad de 1580, segun consta en su archivo, fundó, Garay una ciudad en el propio sitio que tuvo antes la que fundó don Pedro de Mendoza. Se llamó ciudad de la Trinidad y puerto de Santa Maria de Buenos Aires para conservar la memoria del dia de la fundacion, y del nombre que la dió Mendoza. Le dió por patrono á san Martin, y por armas una fragata á la vela con dos anclas. Repartió sitios para casas, y antes de principiar la suya registró las cercanias y el puerto ó riachuelo, donde encontró á diez querandis, que no quisieron rendirse, mató á tres y cogió á dos. Le dió luego libertad, figurándose que asi ganaria la amistad de los demas; y lo que consiguió fue, que los querandís se internasen ácia el Mediodia espantados de los caballos. Continuó Garay su reconocimiento, y sin dificultad redujo á los guaranís del monte grande, hoy san Isidro, del Valle de Santiago, hoy las Conchas, y de las islas inferiores del Paraná. Concluido esto, hallándose el 24 de octubre del mismo año en la orilla del brazo del Paraná llamado de las Palmas, repartió terrenos para quintas y para dehesas ó estancias y regresó á la ciudad donde eligió alcaldes, regidores, etc. y repartió los pocos guaranís que habia en encomiendas de yanaconas. Concluyó Garay su fundacion sin dificultad; porque los ganados lanar y vacuno que llevó, juntos al mucho pescado y caza, le proveyeron de víveres; y los querandís, únicos enemigos terribles no pudieron sostenerse ni aun presentarse en pais tan llano y descubierto contra su caballeria. Barco canto 21 y Lozano lib. 3 cap. 11 y 12, amontonan en esta fundacion una multitud de hechos y de circunstancias inverosimiles é incompatibles con lo que eran aquellos indios que no pudieron verificarse desde el dia de la Trinidad al 24 de octubre, en que ya estaba todo dominado y tranquilo. Sin detenerme mas creo que cuanto dicen es forjado por ellos con poca habilidad En cuanto al escesivo número de indios que acumulan para sus fingidas batallas, basta decir que los querandís, hoy pampas, existen los mismos que entonces, y que los guaranís se han españolizado perdiendo su idioma y costumbre: esto es, que mezclándose con los españoles, pasan hoy por tales ó por mestizos. Ninguna poblacion española ha tenido tan pocos indios de encomienda como Buenos Aires; como que el año de 1618 tuvo que ir á buscar los quilmes y calianos á Santiago del Estero. Como quiera viéndose Garay bien establecido lo avisó por un espreso á su adelantado, y al rey por una embarcacion.

 

N) REBELIÓN EN SANTA FÉ. MUERTE VIOLENTA DEL TENIENTE GENERAL GARAY: Y LE SUCEDE POR NOMBRAMIENTO DEL ADELANTADO ALONSO DE VERA Y ARAGON. SE FUNDA LA CIUDAD DE LA CONCEPCION DE BUENA ESPERANZA, LA DE SAN JUAN DE VERA Y OTROS PUEBLOS.

 

147. Por este tiempo los mestizos de santa Fé formaron el proyecto de arrojar de alli á todos los europeos; y pareciéndoles que les favorecian los de Córdoba por estar picados de haber perdido el pleito citado en el núm. 140 enviaron dos diputados á tratar el asunto. Regresaron estos, y la misma noche de su arribo arrestaron los amotinados al teniente gobernador, al alcalde y otro, mandando á todos los europeos salir de la ciudad y sus términos y que los demas presentasen las armas y municiones para ver su estado y sostenerse contra Garay que se figuraban iria á castigarlos. Pero algunos arrepentidos se juntaron en secreto con otros que no eran del motin, y dividiéndose de dos en dos por la noche sorprendieron y mataron en sus casas á los cinco autores principales, poniendo en libertad y en posesion de sus empleos á los presos. Se formó despues proceso á algunos, que huyeron, y se les prendió y quitó la vida. Gonzalo Abreu gobernador de Córdoba del Tucuman fue implicado como cómplice, pero murió antes que le sentenciasen, y todo quedó tranquilo.

148. Considerando Garay que bastaba Buenos-Aires para escala del comercio con España para cumplir con la contrata de su adelantado, y viendo que los pobladores de san Salvador estaban pobres, determinó sacarlos de alli. Efectivamente los embarcó á todos inclusas bastantes mugeres, y el año de 1584 se introdujo por el brazo del Paraná mas inmediato. Siguió su navegacion sin tropiezo hasta que se amarró en la orilla y puso mucha gente en tierra para pasar la noche. Estaban ya todos dormidos cuando 130 indios minuanes bajaron de una altura con tanto sigilo que sorprendieron y mataron á Garay y á cuarenta mas. Yo creo que el sitio preciso de esta desgracia es en los 32º 41’ de latitud; fundándome no solo en que vivian por alli los minuanes, sino tambien en que se encuentra la altura que se cita, y en que el paraje lleva el nombre de laMatanza probablemente por la que hubo entonces. Lozano lib. 3, capítulo 9 pone la despoblacion de san Salvador en el año de 1476 sin advertir que los minuanes mataron á cuarenta, que del resto perecieron en otra desgracia otros 40 y que aun se salvaron ochenta; y que no habia tanta gente en Buenos Aires, ni la pudo sacar Garay de otra parte que de san Salvador. De esta ciudad salió Garay con ella segun la derrota que seguia, que no es la que correspondia llevar si hubiera salido de Buenos Aires. Barco canto 24 desprecia á los minuanes por zaherir á Garay; pero no merece fé porque no los conoció, ni ninguno en su tiempo. Los que escaparon de los minuanes arribaron á santa Fé, y continuando zozobró una embarcacion, salvándose cuatro personas y ahogándose cuarenta; las demas llegaron á la Asuncion. Barco ibid. supone que con la muerte de Garay se rebelaron los indios de Buenos Aires, y que su alcalde Rodrigo Ortiz de Zárate los desbarató matando á muchos. Mas como diga que estaban confederados los minuanes, querandís, guaranís, quiloasas, etc., que es cosa increible atendidas sus costumbres y situaciones, yo no creo tal rebelion.

149. El adelantado nombró muerto Garay, por su teniente general á su sobrino Alonso de Vera y Aragon. Mandó el adelantado á su teniente fundar una ciudad en el Chaco, que era lo único que le faltaba para cumplir la contrata de su suegro. Ya Garay con el mismo objeto dispuso antes, el año de 1579, que Adame Olabarriaga con 90 españoles saliese de la Asuncion y reconociese la costa del rio Pilcomaio; pero la encontró tan baja é inundada con las lluvias, que no la juzgó á proposito para fundar en ella poblacion. Con esta noticia dispuso Garay reconocer con la misma idea las orillas del rio Ypitá ó Bermejo y lo encargó al citado Vera y Aragon. Este salió de la Asuncion el 23 de febrero de 1583 (19) con 200 españoles, y aunque se opusieron á su tránsito los indios lenguas, pitilagas, tobas y mocobís logró reconocer buena parte de dicho rio, y la halló á propósito para fundar un pueblo. Con estas noticias luego que Vera y Aragon fue nombrado teniente general alistó 135 españoles y algunos auxiliares con bastantes caballos, 50 yuntas de bueyes y unas 300 vacas, saliendo de la Asuncion el 15 de marzo de 1585. En su tránsito venció tres veces á los mismos indios que en su viaje precedente, y cuando llegó al rio Bermejo gran copia de mocobís le atacó con furia, pero fue vencida ofreciendo obediencia y vasallaje. Inmediatamente y antes de elegir el sitio para su poblacion, el 15 de abril de 1585 nombró los alcaldes, regidores, etc., repartió los indios en encomiendas, y dió el nombre á la ciudad que iba á fundar llamándola Concepcion de Buena Esperanza Al dia siguiente salió Vera y Aragon á reconocer el pais, y eligió el sitio y fundó su pueblo en la costa del rio Bermejo, treinta leguas antes de juntarse con el rio Paraguay; que era justamente lo mas poblado de indios mocobis. Como la idea que se llevaba era que sirviese este pueblo de escala para comunicar con el Perú, y para traer de Tarija yChuquizaca los ganados del adelantado, no perdió tiempo Vera y Aragon en destacar ochenta españoles que llegaron á las faldas de las serranías del Perú; despues fue él mismo con 60 y llegó á los términos de Salta yJejui. Sirvió esta ciudad algunos años para facilitar el tránsito del Paraguay á Salta; pero como los indios de su distrito eran indomables, incapaces de reducirse á servidumbre é incomparablemente superiores en fuerzas, soberbia y valor á los guaranís, nada se adelantó. El año de 1592 mataron algunos españoles, uno de ellos hermano del fundador; y queriendo este castigarlos, se encendió una guerra que con diversos sucesos y mas ó menos intérvalos duró hasta el año de 1632, en que no pudiendo ya mas, abandonaron el sitio los españoles, y fueron á establecerse á las ciudades de la Asuncion y Corrientes.

150. Mientras el rio de la Plata se gobernaba por los tenientes del adelantado este fue llevado preso á Lima segun vimos al fin del número 139. Alli se le formaron varios cargos, hasta que calmando (20) algo el enojo del virey le permitió volviese á ser oidor de Chuquizaca, sin permitirle ir al rio de la Plata. Asi estuvo dos ó tres años, y despues un visitador le arrestó; pero habiéndose purgado de todos los cargos, paso al Paraguay el año de 1587. El siguiente despachó á su sobrino Alonso de Vera con 80 españoles y ausilios para que fundase una ciudad en el sitio que le indicó, bajando por el rio Paraguay hasta legua y media mas abajo de donde se junta con el Paraná; sobre la barranca oriental que es elevada, edificó un fuertecillo y las chozas precisas. Llamó á este establecimiento san Juan de Vera en honor de su tio y le dió sus mismas armas y son una águila que apoya sus garras sobre dos torres. Pero como los navegantes llamaban ya á aquel parage las Siete Corrientes, por las que resultaban de otras tantas puntas de la costa, ha prevalecido el nombre de Corrientes que dan á la ciudad. No se perdió tiempo en fundar el pueblo de los guacarás con los indios que llevaron los pobladores, ni en repartir en encomiendas los guaranís del distrito, y con ellos formaron los pueblos de Ytati, santa Lucia y Ohomá. Este último tuvo dos situaciones inmediatas. La mayor parte de sus indios fueron muertos ó cautivados por los payaguas el año de 1758 y el resto se agregó á otros pueblos. En el archivo de esta ciudad hay un papel que refiere un milagro ocurrido en su fundacion. Lozano lib. 3 cap. 13 dice, que los primeros que predicaron á los indios de Corrientes fueron Fr. Luis Volaños y Fr. Alonso de san Buenaventura, y tiene razon, mas no en lo que añade de san Francisco Solano que jamas llegó al rio de la Plata, ni en decir que dichos Fr Luis y Fr. Alonso fueron arrestados, lo que no es cierto. Concluida la fundacion de Corrientes, renunció su empleo el adelantado y se fue á España el año de 1591. Lozano ibid. supone que en su tiempo entraron los jesuítas en el rio de la Plata; pero yo he leido la licencia que se les dió para entrar fecha el 28 de octubre de 1594 y aun no entraron hasta el de 1609.

151. Por lo que hace á los señores obispos, por muerte del primero se nombró en 11 de febrero de 1575 á Fr. Juan del Campo franciscano, que murió antes de llegarle las bulas. En su lugar se nombró en 27 de setiembre de 1576 á Fr. Alonso Guerra, quien habiéndose detenido al tercer concilio de Lima no llegó al rio de la Plata hasta fines del año de 1584. Llevó por su capellan, confesor y mayordomo á Fr. Francisco Navarro Mendigorria de su misma órden dominicana, á quien con consentimiento de la ciudad dió posesion de la iglesia parroquial de la Encarnacion y de sus cementerios para que sirviesen al convento de sus frailes que pensaba hacer venir, porque hasta entonces no habia ido ningun dominico. Fue promovido S. Illma. al obispado de Mechoacán, y marchó el año de 1586 dejando al padre Navarro que murió antes del año de 1621 en que llegaron otros dominicos Estos encontraron establecida la parroquia de la Encarnacion y nombrado cura pero se les repuso en su posesion.

152. El que ahora reflexione lo grande del empleo de adelantado, estrañará que el del rio de la Plata lo renunciase cuando comenzaba á disfrutarlo y que se desentendiese de los trabajos y gasto que su suegro y él habian invertido en conseguirlo. Pero cesará la admiracion si se considera, que entonces se determinó la corte á quitar al rio de la Plata todo estimulo de hacer descubrimientos y conquistas, y á prohibirle todo comercio esterior segun se insinuó en el capítulo 12, núms. 9, 10 y 11, y en el capítulo 16, núm. 17. Ademas previó el adelantado que un pais sin minerales, sin medios de buscarlos en sus confines y sin comercio, debia caer en una miseria estrema que no tuvo valor de presenciar. Asi sucedió puntualmente, y sus pobladores que hasta entonces habian sido intrépidos, invencibles y dotados de estraordinarias luces, se convirtieron de repente en gentes de otra especie porque las faltaron aquellas escelentes y heroicas calidades, pasando á ser poco menos que ineptos para todo. Hasta las citadas providencias todo fue descubrir, conquistar, poblar y subyugar indios sin el menor costo del erario, y sin que el rey se incomodase en dar providencias; pero despues que el gobierno superior dictó dichas disposiciones, todo ha sido perder provincias, no fundar un pueblo, asolarse muchos, y no civilizar un indio, A pesar de los inmensos caudales invertidos para ello. Aqui se vé que puede una providencia imprudente trocar los héroes en gente despreciable, y que los hombres valen en razon directa de las leyes que los gobiernan. He finalizado mi objeto, que era el escribir la historia del descubrimiento y conquista del rio de la Plata porque desde aqui adelante ya nada ha habido de esto.

 

NOTAS

16-patache: embarcacion de guerra destinada á llevar mensajes, custodiar los puertos y boca de ríos, etc. (nota ed.digital)

17-En la edición fuente se lee "Basco". (nota ed. digital)

18-ronzal: cuerda con que se ata el pescuezo de las caballerías para sujetarlas. (nota ed.digital)

19-En la edición fuente se lee 1538. (nota ed. digital)

20-En la edición fuente se lee "camando". (nota ed. digital)

 

 

CARTAS

DEL AYUNTAMIENTO DE LA ASUNCION EN EL PARAGUAY Á D. FELIX DE AZARA, Y LAS CONTESTACIONES DE ESTE.

 

I

Carta el autor, del muy ilustre cabildo, justicia y regimiento de la ciudad de la Asuncion.

"Esta ciudad se halla cerciorada de las particulares noticias que el celo infatigable de V. S. tiene adquiridas de la situacion, estension, rios, bosques, lagunas, montes, pueblos, villas y lugares que contiene esta vasta provincia, á cuyo efecto ha tomado V. S. las molestias de viajar por toda ella y reconocerla en persona, y no satisfecho con esto, sabe la ciudad que V. S. con incesante fatiga, ha procurado orientarse mas á fondo de cuanto vá referido, unas veces leyendo los monumentos antiguos con particular aplicacion, y otras inquiriendo de personas inteligentes cuantas noticias ha conceptuado V. S. pueden conducir á los mismos fines; de forma que sin hipérbole puede aseverar la ciudad ser V. S. en el dia el individuo que puede con sólido fundamento demostrar facultativamente las predichas noticias; y deseando la ciudad tenerlas reducidas para perpétua memoria en un mapa que las comprenda, como asimismo un plano de este rio Paraguay estensivo hasta las reducciones nombradas los Chiquitos, y agregacion de noticias que exhorte uno y otro; satisfecha de la benevolencia de V. S. viene en suplicarle tenga la dignacion de poner en ejecucion el mapa y plano que solicita, á fin de que colocándolos de firme en su sala capitular, sirva de instruccion en los asuntos ocurrentes, que á cada paso se ofrecen, cuyo favor quedará vinculado en un eterno reconocimiento de esta ciudad. – Nuestro señor guarde á V. S. muchos años. Sala capitular de la Asuncion 22 de marzo de 1793. – D. Juan Valeriano de Zevallos – D. Antonio Vigil. – D. Fermin de Arredondo y Lovaton. – Don Francisco Olegario Mora. – D. Luis Pereira. – D. Bartolomé Lacoisqueta. – D. Francisco de Haedo. – D. Benito Ramon Carrillo. – Don Francisco de Isaosi. – D. Francisco Montiel. –

Sr. coronel D. Felix de Azara".

 

II

RESPUESTA Á LA CARTA ANTECEDENTE.

"Recibí el oficio de V. S. el 22 de marzo en que solicita que le franquee el mapa que he hecho de esta provincia con otro del curso de este rio hasta las reducciones de Chiquitos, como tambien otras noticias que cree haber recibido, todo con el fin de instruirse V. S., de transferir estas noticias á la posteridad, de ilustrar la historia pasada y futura, y de dar un laudable ejemplo y poderoso estimulo á todas las ciudades para que busquen de un modo semejante los medios de adelantar la geografía y la historia. La gravedad del asunto detuvo mi contestacion hasta ahora en que me he resuelto á condescender con la atenta súplica de V. S. Para ello estoy finalizando los cálculos y dando el último toque á dichos mapas y noticias, que dentro de pocos meses pondré en manos de V. S., porque he reflexionado que quedando mis mapas bien asegurados en esa sala capitular ó archivo, podrán servir en cualquiera siglo no solo para hacer ver el estado natural de la provincia, y para cotejarlo con el que tuviere entonces, sino tambien para que cuando algun pueblo ó parroquia se fundase ó trasladase, pueda el cabildo disponer que se sitúe en dichos mapas, lo mismo que los nuevos descubrimientos de los rios y paises. – De este modo insensiblemente y sin trabajo, se irá añadiendo lo nuevo y lo que faltare, y se corregirán los yerros que hubiese: todo lo cual podrá hacer cualquiera un poco curioso sin necesitar de hacer observaciones astronómicas ni repetir las grandes penalidades que he sufrido. – Nuestro señor guarde á V. S. muchos años. Asuncion 12 de abril de 1793. – Felix de Azara. – Muy ilustre cabildo, justicia y regimiento de la ciudad de la Asuncion".

 

III

CARTA DEL AUTOR AL CABILDO SECULAR DE LA ASUNCION.

"Para cumplir la palabra que dí en respuesta á los requerimientos de V. S. incluyo el mapa de esta provincia, y la de Misiones, con otro que espresa el curso del rio Paraguay, sus confines, ó inundaciones anuales, como tambien la siguiente descripcion histórica, política y geográfica de la comprensión de dichos mapas: pero como no he tenido mas tiempo que dos meses para escribir y ordenar las ideas, y por otra parte estoy escaso de libros y no del todo impuesto de los papeles del archivo, no he podido detallar muchas cosas, y tengo por cierto que otro con mas tiempo é instruccion hará la cosa mejor. – Sin embargo he tocado todos los puntos sustanciales que pueden interesar á la historia y á la felicidad de la provincia. Por lo que hace á los mapas son sin duda los mejores que basta hoy se han visto de provincia alguna americana. Solo falta que V. S. requiera y exija de los demarcadores de límites cuando señalen la frontera por los rios Yaguary y Corrientes, ó Appa, un mapa de su demarcacion, porque como no he andado por allá, el mio no puede ser en esta parte del Norte tan exacto como en los demas. – Con esto nada falta que hacer, porque V. S. quede satisfecha de mi buena voluntad y de que soy agradecido á lo mucho que he debido á la provincia, y á los particulares en los nueve años y medio que la suerte me ha detenido por acá. –

Nuestro señor guarde á V. S. muchos años. Asuncion 9 de julio de 1793. –

Felix de Azara. – Muy ilustre cabildo, justicia y regimiento de la ciudad de la Asuncion".

 

IV.

RESPUESTA Á LA CARTA ANTECEDENTE.

"Ha recibido esta ciudad el oficio de V. S. de 9 de julio último, con el mapa de la provincia, otro que demuestra el curso de este rio Paraguay, sus confines ó inundaciones, como tambien la descripcion histórica, física, política y geográfica de la comprension de dichos mapas, obras á la verdad sumamente grandes y muy propias de los altos talentos de V. S., por cuya beneficencia queda la ciudad poseyendo alhajas tan distinguidas, de que congratula á V. S. muchas gracias, y siendo su reconocimiento inferior á esta gran dádiva y don que V. S. se ha dignado dispensarla por solo un efecto de su generosidad, en manifestacion de la gratitud en que queda, tiene acordado con esta fecha en sus libros capitulares, pasen á la morada de V. S. dos capitulares, y á nombre de la provincia le hagan presente como el distinguido favor de V. S. ha vinculado en su gratitud un eterno reconocimiento y que en su manifestacion ha acordado igualmente que á V. S. se le tenga y reconozca por uno de los primeros republicanos y compatriotas bajo del respeto, estimacion y benevolencia á que es acreedora la persona de V. S. tanto por las circunstancias con que le adornó el Todopoderoso, como por este particular y grande servicio que V. S. se ha dignado hacer á esta ciudad. – Nuestro señor guarde á V. S. muchos años. Sala capitular de la Asuncion del Paraguay setiembre 23 de 1793. – D. Juan Valeriano de Zevallos. – Don Antonio Vigil. – D. Francisco de Arredondo y Lovaton. – D. Francisco Olegario de la Mora. – D. José Luis Pereira. – D. Francisco de Haedo. – D. Bartolomé Laozqueta. – D. Benito Ramon Carrillo. – D. Francisco de Isasi. – Don Francisco Montiel. – D. Alonso Ortiz de Bergara. – Sr. D Felix de Azara, capitan de navío de la real armada".

 

NOTAS

A la descripcion é historia del Paraguay y del rio de la Plata.

Versando la obra de D. Felix de Azara sobre una parte muy interesante de la América meridional, y no habiéndola descrito mas que en los territorios que visitó, ni hecho la historia de estos sino hasta el año 1806 en que escribió, ó por mejor decir hasta fin de 1800 en que abandonó aquellos paises, nos ha parecido conveniente decir alguna cosa en este lugar acerca de la actual formacion de aquellos estados y de su historia, desde que cortó su curso D. Félix, hasta el presente. Como es de suponer será breve la narracion, puesto que se ha de acomodar á los estrechos límites de unas cuantas notas aclaratorias, y por lo tanto sentiríamos que se nos tachase de demasiado concisos en una cosa en que tenemos que serlo por necesidad.

La América meridional comprende 1390 leguas de norte á sur y 920 de este á oeste. Sus límites por la parte del norte son el mar de las Antillas y el Océano Atlántico Boreal, por la del sur el Archipiélago de Magallanes, y por la del occidente el Océano Pacífico, El pais mas considerable que forma esta parte de América, es el antiguo imperio del Perú, el cual tiene de estension de N. á S. 433 leguas, 435 de E. á O. 1150 de superficie contándose solo en ella como un millon y cuatrocientos mil habitantes. Al N. confina con los estados de Colombia, al E. con el pais de las Amazonas y la provincia de Matogroso en el Brasil, por el S. con la provincia del rio de la Plata de que se formó la república de Buenos-Aires y por el O. con el mar Pacífico.

PERU

El célebre Vascos Nuñez de Balboa fundador de la colonia del Darien, dió las noticias de esta rica porcion de América, y concibiendo su conquista FRANCISCO PIZARRO, Diego de Almagro y D. Fernando de Luque, los dos primeros militares que habian acompañado á Balboa en sus viajes, y el segundo sacerdote rico de Panamá, y equipando un buque con 114 hombres, se hizo Pizarro á la vela en 14 de noviembre de 1525, siguiéndole despues Almagro con otra tanta gente y emprendieron la conquista. Pizarro viendo lo poco que por falta de recursos adelantaba, partió á pedirlos á España. No habiendo logrado mas que títulos y honores, reclutó alguna gente y llevando á sus cuatro hermanos y á D. Francisco Castellanos nuestro pariente por gefes, volvió á reunirse con Almagro que tambien reclutó gente en Panamá, y volvieron á la conquista.

Los habitantes del Perú eran fanáticos adoradores del sol, de lo cual se habia valido el célebre Marco-Capac para constituirse en emperador al que sucedieron progresivamente otras doce emperadores hasta Huascar-Inca, que fue el catorce, y el que por su antecesor fue enviado á Pizarro de embajador. Apoderándose los españoles del Inca Athahualpa y de sus tesoros, empezó la conquista que acabó despues de algunos ataques por dar á la España tan vasto y rico pais. Mas de dos siglos disfrutaron los españoles tranquilamente del Perú cuyas minas enviaron á la Península rios de plata por decirlo asi; pero el año de 1782 el descendiente supuesto de los Incas Gabriel Condorcanqui, sublevó una parte del pais contra los españoles, á los que hubiera echado del todo si fuera mas humano y generoso. Derrotado este partidario, fue preso y decapitado quedando en paz el pais. Esta colonia fue la última que se hizo independiente y aun despues de 1808, se contuvo en el Perú la revolucion apesar de haberse alzado en 1811 los independientes á los que capitaneaba el general Castelli.

CHILE que se hallaba constituido en república, tenia por generalísimo á un tal San Martin, y deseando asegurar la tranquilidad de Chile, pasó con cuatro mil hombres á promover la independencia del Perú presentándose delante de Lima en 1820. El Perú despues de sufrir su capital un sitio de seis meses, proclamó al fin su independencia haciendo salir al virey español y nombrando protector al referido San Martin. En 1821 perdieron los españoles el castillo del Callao de Lima, y en diciembre fueron totalmente desterrados del Perú confiscándoles los bienes. Se pusieron de acuerdo San Martin y Bolivar sobre el modo de afianzar la independencia del Perú, pero habiéndose San Martin separado del gobierno porque el pueblo no le queria, y nombrado un congreso en Lima, este se apoderó del mando. Los españoles vencieron á los peruanos en enero de 1823 en una batalla, y en junio del mismo volvieron á entrar en Lima mandados por el general Canterac que se sostuvo alli hasta agosto del mismo año en que los presidentes de la república Riva-Agüero y Torres Tagle volvieron á, ocupar la capital. Bolívar llamado el libertador derribó á Riva-Agüero que tuvo que salir para Inglaterra en donde se reunió á su antecesor San Martin; pero tuvo que retirarse porque habiendo sublevado á las tropas contra él, el entonces sargento primero de los cuerpos del pais D. Dámaso Moyano de color mulato que hace pocos años murió en Madrid de brigadier (24) aquella fortaleza y Lima se rindieron á los españoles y el 25 de febrero de 1824 entró en ella Canterac con sus tropas. La suerte del Peru con respecto á España estaba decidida por el destino, y asi es que se perdió totalmente en la famosa batalla de Ayacucho dada en 19 de diciembre de este año, en la cual las fuerzas españolas quedaron completamente derrotadas por los independientes que hicieron prisioneros á nuestros generales Canterao, Valdés y La-Serna. Los generales españoles Olañeta y Tucitan, fueron los únicos que quedaron con las armas en la mano, pero destruidos y rendido el castillo del Callao, quedó el Perú enteramente emancipado de la metrópoli mas por rivalidades é impericia de los gefes que mandaban nuestras tropas, que por el órden y fuerza de los naturales, á quienes levantó contra la España el despotismo y vejaciones que sufrian de nuestros gobernantes en aquellas regiones que se constituyeron en tiranos insufribles de la humanidad. Si el talento, la consideracion nacional y la humanidad hubiera presidido en los actos de los vireyes y gobernadores de América, esta estaria aun acatando las leyes de la Península de la que tienen la sangre sus habitantes civilizados por mas que se empeñen en negarlo.

El gobierno que se estableció en el Perú fue el republicano - democrático - central: el poder legislativo se halló desde luego sometido á un senado y á un congreso de diputados elegidos por el pueblo; el presidente de la república egerció ya el poder ejecutivo y el judicial los tribunales. La Constitucion del Perú que proclamó la soberania nacional, garantizó la libertad civil, la propiedad y los demas derechos, é impuso los deberes á los ciudadanos. Tiene tres artículos especiales que por su bondad queremos recordar: el primero previene que la nacion ataca el pacto social cuando no conserva ó proteje los derechos de los ciudadanos. Segundo, que el que viola alguna de las leyes fundamentales del estado, renuncia la salvaguardia del pacto social. Tercero, que la nacion no tiene facultad para dictar leyes contrarias á los derechos individuales.

REPUBLICA DE COLOMBIA

De la capitanía general, de Caracas, vireinato de Nueva Granada, provincia de Cartagena, de Santa María, distritos de Hacha, provincia de Antiochia, Venezuela, Cumaná, Guañana, Quito, Panamá, reino de Tierra-Firme y de otras 26 provincias, se formó la república de Colombia que tiene 370 leguas de N. á S. 463 de E. á O., y 106,950 de superficie que ocupaban unos tres millones de habitantes. El territorio se halla atravesado por las altas cordilleras de los Andes, llenas de volcanes de los que el de Cotopaxi que tiene 1600 pies de elevacion al E. S. de Quito, es tan terrible que en 1753 se levantó la llama á tres mil pies sobre las cimas de las montañas.

Su gobierno es una república democrática cuyo poder ejecutivo tiene el presidente, la cual se formó luego que se emancipó de España la capitanía general de Caracas el 5 de junio de 1811 en que proclamó su independencia. El gran terremoto que sepultó en 26 de marzo de 1812, veinte mil personas, volvió á poner el pais en poder de los españoles; pero rechazados estos varias veces, quedó por último enteramente independiente. De este territorio se formaron despues porcion de repúblicas de mas ó menos poder siendo las principales las siguientes;

La de Nueva Granada se levantó contra la Península en 1808 en que formó sus asambleas nacionales; pero el general Morillo apesar del apoyo que dió á este pais el libertador Bolivar, le sometió otra vez, quedando por fin despues en república independiente. La misma suerte siguió en todo Cartagena y Santa Marta, la que en 1810 proclamaron su libertad, y Quito que lo habia hecho en 1809 siendo la primera que se sustrajo á la autoridad del rey de España. Guayaquil á pesar de que el general Morillo redujo el pais á la obediencia en 1816, se rehizo con los ausilios de Bolívar, y Venezuela y Colombia arraigaron por último su independencia que constituida en segura base en 1821 ha sido por fin reconocida por España hace dos años.

Dejando aparte á Chile que tiene en 14,240 leguas de superficie, un millón y cien mil habitantes; que confina al E. con las provincias del rio de la Plata; que se pronunció en 1810; que desde 1825 empezó á gobernarse por una república - democrática tal cual cimentada, y tambien la Patagonia que en el Cabo de Hornos forma la estremidad de la América meridional, entraremos en la república argentina que es la formada de los paises descriptos é historiados por Azara.

REPUBLICA ARGENTINA

Se compuso la república argentina de las provincias del rio de la Plata, que son la de Buenos-Aires, los Pampas, la provincia de Cuyo, la de Tucuman, el Chaco, el Paraguay, la Guaira, y Uruguay; pero el Paraguay y Montevideo se separaron despues y formaron estados aparte. Este territorio comprende 410 leguas de N. á S, de E. á O. 286, y 126,770 de superficie en la cual vivirán como unos dos millones y trescientos mil habitantes.

El año de 1810, las provincias del vireinato de Buenos-Aires aprovechándose del mal estado de la Península empeñada en la gloriosa lucha de la independencia, dieron el grito de libertad y de aqui salieron las espediciones que causaron la emancipacion de Chile y del Perú. El virey español Cisneros, permitió que se convocase una junta de naturales para conservar la tranquilidad pública, la cual se reunió en 2 de mayo de 1810, pero como el general Elio, que llegó de España, se opusiese á las innovaciones que se pretendieron, rompieron los naturales con los españoles y venciéndolos y echando al gobierno del territorio fusilaron á les gefes de nuestro ejército que hicieron prisioneros.

Los pronunciados alentados con sus triunfos, mandaron tropas contra los realistas del alto Perú; pero derrotadas por estos, sus gefes fueron pasados por las armas. Despues de varios encuentros entre realistas y independientes y de empezar entre estos la guerra civil por celos de sus gefes, se organizó por fin en 1821 un poder administrativo provisional, compuesto de cuatro gefes que adoptaron una república. En 1823 el gobierno constitucional de España trató de reconocer la independencia de esta república bajo ciertas condiciones; pero no verificándose, en diciembre de 1824 se instaló en Buenos-Aires un nuevo congreso compuesto de individuos de todas las provincias llamadas del rio de la Plata. Seis de éstas que fueron Potosí, Charcas, Cachabamba, la Paz, Mojoi y Chiquitos, se separaron entonces de este gobierno central y formaron la república de Bolivia de que ya hemos hablado. La guerra civil que hasta el dia ha afligido á aquel pais, no ha permitido que sus estados disfruten de la paz y ventura que buscan hace tantos años.

MONTEVIDEO

Cuando Buenos-Aires dió el grito de independencia en 1810, le siguió inmediatamente Montevideo, pero el general Elio sofocó su pronunciamiento. Los oficiales españoles D. José Artigas resentidos del gobernador de la colonia del Sacramento en 1811, se pasaron á los independientes, y fueron sus gefes mas respetables. Artigas hubiera llegado á ser dueño de Montevideo y tal vez su soberano, si los portugueses, en 1817, no se lo impidieran ocupando el pais á pretesto de impedir que el contagio revolucionario pasase á los estados del Brasil. El año 1825 trataron los naturales de sacudir el yugo brasileño, pero no les fue posible, y esta parte de América padece tambien en el peligroso estado de continuas revueltas intestinas si bien sujetos por sus opresores.

PARAGUAY.

El Paraguay se pronunció en cuanto empezó la insurreccion del rio de la Plata, inaugurándose en acometer, ayudados de los españoles, á los independientes que venian á pronunciarlos desde Buenos-Aires, y concluyendo por desacerse de las tropas de la metrópoli, vino á declararse al fin tan independiente de España como del resto de la América. Despues de haber ensayado diferentes formas de gobierno, confiaron en 1809 (25) á uno de sus conciudadanos Gaspar Francia, estimable jurisconsulto, un poder previsor del que debia valerse para fundar una administracion estable y capaz de hacer la felicidad pública. Francia creyó hallar la dicha para todos en el gobierno despótico, y con su maña y talento cambió su poder provisional en una dictadura suprema y perpetua, anomalia estraña en el seno de la libertad republicana que rodea al pais por todas partes.

Supo el doctor Francia llevar á cabo sus planes con tal carácter y firmeza, que no obstante de las pocas tropas de que podia disponer, se hizo respetar de todos los demas estados que no se atrevieron á atentar contra su límites ni aun á entrar en su territorio sin su licencia, á pesar de la cual impedia la salida al que se le antojaba para sus miras de seguridad. Invitó Bolivar á este gefe en 1825 para que se uniese el Paraguay á los demas estados de América á fin de consolidar mas su independencia: pero Francia le despreció creyendo que la de este pais se sostendria mejor cuanto mas incomunicado estuviese con todos los otros; asi lo consiguió pues que logró que estuviese en paz y no le trabajase la guerra civil como á los demas.– El gobierno de las otras provincias nacidas del rio de Plata, es el republicano representativo. Tanto este pais como todos los demas estados de América que pertenecieron á España se hallan aun en el dia afligidos por terribles revoluciones y guerras intestinas, sin dejarse de chocar unos con otros y asombrando al mundo con sus eternos desastres.

Montevideo y Buenos-Aires perpetúan sus ódios apesar de su mediador Urquiza apoyo de Rosas antes y hoy indiferente de este enemigo de la república de Uruguay y presidente de la de Buenos-Aires, contra la que se ha formado al presente una alianza ofensiva y defensiva entre las repúblicas de Uruguay, Paraguay, Entre-Rios y Corrientes, en cuya guerra piensa intervenir el Brasil.

En enero de este año de 1847, Rivera gefe de las tropas de Montevideo, ha sido derrotado y sus enemigos tomaron la importante posicion del Salto, abandonando los montevideanos á Paysandu, Mercedes y las Vacas: Rivera con ochocientos caballos hace la guerra de guerrillas pero probablemente se verá precisado á volver á entrar en el Brasil. Maldonado habrá ya sucumbido por asalto. Urquiza se ha declarado francamente partidario de Rosas y sin el apoyo de Francia ó de Inglaterra Montevideo ó sucumbirá ó tendrá que capitular.

Por otra parte la perla de las Américas Españolas, el imperio de los Motezumas, el privilegiado Méjico, constantemente combatido por la guerra civil, coge el resultado de sus disensiones intestinas, siendo muy vejado y combatido por los Estados Unidos de América que le hacen una cruda guerra, y que apesar de la bravura de las tropas mandadas por Santa Ana y otros bizarros gefes, ha perdido á Veracruz, S. Juan de Ulua y otras plazas importantes. Si la unión reinase en esta república, ya reconocida por España, poco adelantarian contra ella los Norte-Americanos, pero su desunión dará el triunfo á estos que concluirán por sugetarles á su cetro de hierro ó cuando menos por obligarles á pedir una paz vergonzosa, cuyas condiciones menoscabarán su independencia nacional. Aprendan los pueblos en este nuevo egemplo de que por mas poderosos que sean, sin la union son vanos todos los esfuerzos de los pueblos y que en este caso el mas débil vence al mas fuerte, porque el axioma de divide y vencerás es una verdad sin contradiccion, asi como lo es y será eternamente el de que la Union constituye la fuerza.

Por este estilo se hallan hoy todas las antiguas colonias de España en América las que si emancipándose de la metrópoli y lograron su libertad, fue solo para arrastrar una vida miserable y para obtener en vez de un protectorado que les era pesado, millones de tiranos que les abrumen.

B.S.C.

 

NOTA ACLARATORIA A LA BIOGRAFIA

La obra sobre los cuadrúpedos que como hemos dicho publicó en francés sin el consentimiento del autor M. Saint-Mery, lleva por título "Essais sur l’Historie Naturelle des Quadrupedes de la province du Paraguay par don Felix D’Azara, capitaine de vaisseau de la marine espagnole; comnisaire de la majesté catholique pour les limites espagnoles et portugaises de l’Amerique mérldionale; citoyen de la ville de l’Assomption, capitale du Paraguay, etc. Ecrits depuis 1783 jusqu’ en 1796 (an 4 de la repúblique francaise), avec un Appendice sur quelques reptiles; et formant suite nécesaire aux oeuvres de Buffon; traduits sur les manuscrit inedit de l’auteur, par H. L. E. Moreau-Saint-Mery, conseiller d’Etat; residet de la Republique francaise prés sou altesse royale l’infant duc de Parme; membre de la societé libre d’agriculture du departement de la Seine et de celle du Doubs; de la societé de sciences, letres et arts de Paris; du lycée des arts et de la societé des belles-letres de la méme ville; de la societé philosophique de Philadelphie etc. Paris au IX (1801)." Dos volúmenes en 8º francés.

En el prólogo de la obra se honra el traductor con la amistad del Bailio de san Juan nuestro embajador en París D. José Nicolás de Azara hermano del autor, quien dice le comunicó el manuscrito que tradujo pero queda sentado en su lugar y repetimos aqui, que D. Felix solo pidió un consejo de los naturalistas franceses sobre su obra, pero no autorizó á su hermano, ni este á Saint-Mery, para que la tradugese y publicase como lo hizo en provecho propio, si bien, en nuestro concepto cometió en esto un abuso de amistad que agradecerian entonces las ciencias naturales y sus apasionados, y que nos vemos nosotros tambien obligados á agradecerle, por lo bien que hizo la traduccion, y lo que contribuyó á realzar el mérito de nuestro compatriota, máxime cuando este despues publicó en Madrid completa esta obra, mérito que no tiene la primera traduccion francesa de que vamos hablando.

En el prólogo de la publicacion de Saint-Mery que le sirvió de prospecto, hay algunas noticias interesantes acerca de D. Felix, que, tanto por lo mucho que le honran, cuanto porque ilustran algunos puntos de la obra que hoy publicamos, creemos deber sentar en esta nota en obsequio de tan ilustrado escritor, traduciéndolas del referido prospecto.

Con referencia á su comision regia en el Paraguay dice Saint-Mery: Grandes dificultades habia para fijar los límites de España y de Portugal en la América meridional, dificultades que subsistian apesar de la grave decision del papa Alejandho VI que marcó estos limites en 1493 por medio de una línea imaginaria trazada en el cielo, y apesar de porcion de tratados concluidos entre ambas naciones. El deseo de terminar asunto que se iba haciendo cada vez mas grave, movió al rey de España á nombrar un comisionado para fijar la demarcacion, y como tal efecto se necesitase un hombre de grandes conocimientos en astronomía y en geografía, y del carácter y firmeza necesaria para emprender una operacion tan difícil como larga y delicada, no se halló otro mas á propósito para esta mision que don Felix de Azara, que se reputaba, con razon, sábio científico y entendido militar. El gabinete de Lisboa que no podia rechazar abiertamente semejante medida, nombró tambien sus comisarios para este asunto. Creyendo los españoles en la sinceridad de los portugueses, mandaron á Lisboa á D. Felix y á sus subalternos á fin de que se conviniesen con sus cólegas de aquel reino, en la demarcacion de la América meridional, pero cansados en esperar una espedicion que no tuvo efecto, partió solo D. Felix con los suyos creyendo que le seguirian los comisarios portugueses. En vano esperó en América el arribo de estos, pues como el Portugal obedecia al brazo de hierro de Inglaterra á cuya nacion no convenia de modo alguno la demarcacion de los espresados límites, no se mandó á los comisarios y don Felix tuvo que ocuparse solo por parte de España en estos trabajos, y en otras comisiones importantes. En aquellos paises en que atravesó inmensos terrenos nunca pisados por el hombre, aprovechando el tiempo, adquirió conocimientos útiles no solo para su pais sino para la instruccion de todos los pueblos. De este modo se deben á su amor al estudio y á su celo por la humanidad, muchas cartas geográficas de las provincias del nuevo mundo que ha recorrido, obras geográficas perfectamente esplicadas; la descripcion histórico – físico - política y geográfica de la provincia del Paraguay desde su descubrimiento hasta nuestro dias con noticias sobre muchas tribus y naciones de indios salvages, cuyas lenguas estudió y aprendió y acerca de las cuales dió multitud de detalles desconocidos en Europa. Una carta de la provincia del Paraguay y otra en que se manifiesta el curso del rio de este nombre; el plano de la ciudad de la Asuncion y de otros muchos pueblos principales de esta provincia. Las memorias de sus viages por el interior de la América meridional. La historia natural de los pájaros de la misma parte de América. El ensayo sobre los cuadrúpedos del Paraguay; y la descripcion é historia natural del rio de la Plata.

No juzgue el lector, continua Saint-Mery, que pretenda limitar á esta sencilla nomenclatura las obras aun manuscritas de D. Felix. Las cartas geográficas de muchas provincias de la América Meridional las conserva el autor que espera para publicarlas su vuelta á Europa, ó circunstancias favorables para remitirlas por mar.

Hace siete ú ocho años que D. Felix envió á su hermano sus obras de geografia y sus memorias, pero como este se hallase entonces de embajador en Roma y no pudiese cuidar de la remision de tan preciosos objetos, han desaparecido entre las personas encargadas de recibirlos en Cádiz, las aduanas de este puerto y las oficinas de Indias en Madrid. Esta pérdida efecto de una negligencia imperdonable determinó á D. José Nicolás de Azara á escribir á su hermano, á no esponer otros originales los que le aconsejó guardase hasta su vuelta á la patria.

Por lo que respecta á la descripcion del Paraguay y á las interesantes cartas que deben servir para hacerla aun mas útil, y dan á conocer el celo de que constantemente está animado D. Felipe, he empezado á traducirla (26). Esta descripcion ha merecido á su autor del cabildo de la Asuncion capital del Paraguay el título de ciudadano distinguido de esta provincia (27).

Las memorias sobre los viages en lo interior de la América meridional, se hallan en Roma, lo mismo que su historia natural sobre los pájaros del Paraguay (28).

D. Felix de Azara tiene un gusto particular por el estudio de la historia natural, pero aun en este gusto los pájaros son su objeto dominante. Ha descrito los que componen su rica coleccion, con un esmero y exactitud de que puede tomarse una idea en su obra sobre los cuadrúpedos. El manuscrito compuesto dos volúmenes bastante abultados está embellecido con dibujos de mas de quinientos pájaros, en cuyo número como dice el autor en un párrafo de la obra actual (se refiere á la de los cuadrúpedos que publicaba) hay 260 de los que ya describió Bufon; pero esta coleccion Ornithológica encierra tambien especies que no habia conocido el naturalista francés que acabamos de mencionar (29). El empeño que ha hecho D. Felix de enriquecer el gabinete de S. M. C. en Madrid, el cual le es deudor de casi todos los pájaros raros que se ven en él, su permanencia en el Paraguay por mas de 20 años, y sus frecuentes viajes en los que ha esplorado centenares de leguas, todo garantiza que sus trabajos serán dignos de la curiosidad de los estudiosos, lisongeándome yo de poderlos dar á la luz pública como el presente de los cuadrúpedos, por haberme ofrecido al efecto los manuscritos su hermano el embajador (30) tan luego como se los envien de Roma á donde los dejó á su venida.

Lisongéase el referido traductor en su prólogo, de que tan pronto como enviase D. Felix la descripcion é historia natural del Rio de la Plata, que supone la última de sus obras, se la entregaria el embajador para traducirla y publicarla, lo que haria con todas las citadas, pero esto no tuvo efecto mas que con la de los cuadrúpedos. Al hablar de esta preciosa obra, hace referencia al prefacio del autor y alaba justamente su claridad en toda la obra, justifica su método, ensalza su mérito, máxime atendiendo á su falta de libros y de noticias sobre los adelantos de las ciencias naturales en Europa. Elogia el traductor la sana crítica que hizo de las obras del sabio naturalista Bufon creyendo que vivia aun cuando escribia, en cuya crítica encuentra el mas glorioso elogio del sabio y mucho bien para las ciencias naturales, disculpando el tono severo y algunas veces rigoroso con que profiere algunas palabras al enmendar los errores de Buffon ó mas bien de los que le comunicaron noticias, por la pasion con que amaba Azara á la verdad; y en fin manifiesta que la obra de los cuadrúpedos del Paraguay debe mirarse, y el mismo Bufon la miraria, como un complemento de sus obras. Confiesa Saint-Mery que D. Felix escribió su obra con una pureza de lenguage, y una claridad y concision admirable y que él habia procurado traducirla fielmente no perdonando medio alguno para que fuese útil al lector y para hacerla digna del público. Tambien declara que las notas geográficas que se ven en su traduccion, pertenecen á D. Felix habiéndolas tomado de su descripcion del Paraguay que repite estaba traduciendo, y que con respecto á las medidas que se hacen en el original de pies antiguos y sus subdivisiones, las ha conservado en la creencia de que serán exactas.

Pasando despues Saint-Mery á tratar personalmente de D. Felix, dice tenia en esta época 19 años ofreciendo la singularidad de ser tal vez el único europeo que no comia jamás pan por tenerle aversion. Da razon circunstanciada de su espedicion contra Argel en 1776 y de su herida y curacion de que ya hemos hablado en su biografia. Dice que considerándose como enemigo al Portugal, desde que la España se alió con la Francia, el rey Cárlos IV tiene á D. Felix de comandante de la frontera que separa al Paraguay del Brasil, sabiéndose que el ejercicio de sus nuevas funciones le han procurado ocasiones de enriquecer en muchos géneros, su brillante coleccion de objetos de historia natural.

Al manifestar Saint-Mery que D. Felix era celibato, cuyo estado justifica haciéndole provechoso para las ciencias naturales á las que casado no hubiera podido dedicarse con tal pasion, le concede adhesion á la amistad cuyo sentimiento encantador, y lazo el mas fuerte y duradero de la vida, pone como un dulce consuelo de su vida al que se une para hacerle felíz el amor que tiene á sus hermanos.

Con respecto á esta aficion (31), espresa el traductor que D. Felix era correspondido por igual amor de parte de su hermano D. José Nicolás, añadiendo: Testigo yo diariamente de la tierna aficion que el señor embajador de España tiene por su hermano el naturalista y al cual la diferencia de edad parece haber mezclado algo del amor paternal en el corazón del primero, me consta que á las virtudes públicas que han ilustrado cerca de 40 años su carrera diplomática; que á los conocimientos profundos que han asociado al título de hábil negociador los de amigo, amante é ilustrado juez de las artes, reunió el señor Azara las preciosas cualidades que tambien adornan al hombre privado. Y en fin concluye su prefacio reclamando indulgencia para el autor y para el traductor "bajo la influencia de un hombre (habla del embajador) al que la república francesa cuenta entre sus mas sinceros amigos y el mas fielmente afecto á la libertad pública y á las virtudes generosas sin las cuales no hay gran pueblo posible."

En la espresada traduccion francesa de Saint-Mery, hallamos inserto en el tomo 1º. á la página 74 el siguiente documento que por el honor que de él resulta á D. Felix de Azara y á su hermano D. José Nicolás, insertamos á continuacion traducido á nuestro idioma.

"INSTITUTO NACIONAL DE CIENCIAS Y ARTES.– Estracto de los registros de la clase ó seccion de ciencias físicas y matemáticas. – Sesion de 26 de brumario año 9 de la república francesa (1801).– Uno de los miembros en nombre de una comision leyó el informe siguiente: Hemos sido encargados por la clase de ciencias físicas y matemáticas los ciudadanos Richard, Cuvier y Yo de darla cuenta de una obra manuscrita compuesta en español por D. Felix de Azara titulada: Ensayo sobre los cuadrúpedos del Paraguay, y traducida al francés por el ciudadano Moreau de Saint-Mery consejero de Estado.

"El titulo de esta obra indica el fin que el autor se ha propuesto. Ha querido dar á conocer los mas interesantes cuadrúpedos de un vasto pais de la América meridional, no recorrido hasta el presente sino por unos pocos viageros instruidos, y el cual ha podido D. Felix de Azara observar con tanto mas fruto cuanto que por una porcion de años ha llenado importantes funciones públicas. El nombre de Azara hace mucho tiempo que es querido de los amigos de las ciencias. Nadie ignora los grandes servicios que las ha hecho el hermano del autor el caballero Azara, antiguo embajador de España en Roma y hoy en Francia, que no ha cesado jamás de merecer bien de la humanidad por su filantropía, de los hombres ilustrados por el buen uso que ha hecho de sus conocimientos, de su pais por los felices efectos de sus talentos diplomáticos, y nuestra nacion por la particular aficion y estimacion en que la tiene. Siendo depositario el caballero Azara del manuscrito de su hermano D. Felix, le ha puesto á disposicion de su amigo el ciudadano Moreau de Saint-Mery, obligándole á traducirle y publicarle (32)."

"Los ensayos de D. Felix comprenden la historia de mas de ochenta cuadrúpedos los que ha visto el autor, casi todos, vivos, observándolos en su pais natal. Nos bastará para dar una idea de la importancia de su trabajo el anunciar que en él se encuentran articulos muy estensos relativos al TAPIR ó MBO REBI, al PECARI, á cuatro especies de la familia de los cuervos, á las hormigas, al género de los TATUS, á los monos, á trece especies de ratones, á los caballos, á los asnos, á las mulas, y á las bestias cornudas, y que en un apéndice trata don Felix del cocodrilo de América y de muchos lagartos".

"Cada uno de los artículos de estos ensayos, no solamente presenta una muy detallada descripcion del animal observado por el autor, sino tambien una esposicion muy circunstanciada de sus costumbres, y una esmerada esplicacion de los diversos nombres que le han dado los españoles y los indios. Frecuentemente se halla tambien una discusion sagaz de las opiniones relativas á la especie descrita publicadas por diferentes naturalistas y muy especialmente por Buffon. Esta crítica anuncia siempre en D. Felix de Azara el talento de buen observador y de amante de la exactitud. Sin embargo debemos decir que nos parece ha caido en algunos errores sobre la identidad ó diferencia de las especies de que se ocupa. Despues de haberse dejado arrebatar por un celo demasiado vivo contra la opinion de los naturalistas que ha refutado, ha podido ser á su vez sustituido por congeturas demasiado arriesgadas á las que ha combatido, y hubiéramos deseado que no hubiese considerado de repente algunas de sus ideas, á lo mas probables, como un principio cierto, y desechar toda opinión contraria á este pretendido principio, únicamente porque se oponia á lo que le parecia un hecho fundamental. Pero debemos confesar que falto D. Felix de bibliotecas y de grandes colecciones de cuadrúpedos, no ha podido comparar, como lo hubiera deseado, los resultados de sus observadores, con los trabajos de otros naturalistas. Sin embargo merece grande elogio porque ha hecho cuanto podia hacer, y ha sido mucho para la ciencia. Ha rectificado un gran número de errores importantes sobre las formas de las especies, sus facultades, costumbres, denominaciones en español y en el idioma de los indios, y acerca de sus distintos caractéres. Su obra dará á conocer la configuracion y costumbres de muchos animales de los que solo poseíamos imperfectas descripciones, y dibujos infieles, y de otros de que no sabíamos mas que el nombre. Enriquecerá con muchas especies, aun desconocidas por los naturalistas, el catálogo de los que pertenecen á la clase de animales que nos es mas útil conocer y en la cual podiamos esperar menos descubrimientos. Apesar del modesto título de ensayos que da D. Felix á la historia de los cuadrúpedos de un pais tan poco frecuentado por los naturalistas, apesar de ser muy digno de sus pesquisas, su trabajo debe mirarse como una coleccion preciosísima para los que cultivan las ciencias naturales, y como una obra que honra tanto á su autor, cuanto á la nacion ilustre y aliada de los franceses á que pertenece. Hemos sabido con sumo placer, que disfrutará pronto el público de un gran número de observaciones hechas por D. Felix sobre los pájaros del Paraguay (33)."

"Conocido ya el traductor por muchas obras, ha correspondido dignamente á la confianza del caballero Azara aumentando por su parte la utilidad del trabajo de D. Felix. Ha añadido al testo un discurso preliminar, notas, la nomenclatura de muchos naturalistas, la comparacion de los pesos y medidas empleadas por el autor, con los nuevos pesos y medidas empleadas por el autor, con los nuevos pesos y medidas de la república francesa; y como nada haya descuidado de lo que puede aumentar el mérito á una buena traduccion, opinamos porque la clase conceda su aprobacion al ensayo sobre los cuadrúpedos del Paraguay compuesto por D. Felix de Azara, y traducido del español al francés por el ciudadano Moreau Saint-Mery. Instituto nacional 26 Brumario año 9 (1801) firmado. – Richard, Cuvier, La Cepede. – La clase aprueba el dictamen y adopta las conclusiones. – Está conforme al original. Paris 27 brumario año 9 de la república. – G. Cuvier Secretario.

 

LLAMADAS

 

24-Habiendo sido amigo del valiente é intrépido Moyano el autor de estas notas, posee un preciso manuscrito de este militar en que se da razón circunstanciada de todos sus hechos militares y de la historia militar de su país, cuyo interesante escrito se publicará para aclaracion de la historia. (nota ed. fuente)

25-El Dr. Gaspar Rodríguez de Francia fue electo Dictador Temporal por mayoría de convencionales en Setiembre de 1814. (nota ed. digital)

26-Sabemos por los parientes de D. Felix que mandó una sucinta memoria sobre el Paraguay á su hermano, y á este trabajo debe referirse Saint-Mery, pues no puede ser á la obra que hoy publicamos, porque esta la concluyó y aun formó con sus apuntes en su retiro de Barbuñales en 1806 como ya dijimos en su biografía. (nota ed. fuente)

27-Lo que regaló D. Felix al cabildo de la Asuncion y le valió el titulo de ciudadano fue el Mapa de que hablamos en su biografía, y no esta obra para la que entonces solo tenía apuntes. (nota ed. fuente)

28-Lo que dejó su hermano D. José Nicolás en Roma fueron las cartas en que le hablaba de estas obras, que trajo consigo despues á España. (nota ed. fuente)

29-Se sabe que D. Felix dibujó muchos de sus pájaros, pero no queriendo retardar la publicacion de su obra á su regreso á Madrid, lo hizo sin las láminas por no creerlo necesario mediante á la claridad y minuciosidad con que los describió. (nota ed. fuente)

30-No sabemos si esto será cierto, pero lo que sí consta es una carta en que D. Felix exige á su hermano no permita se imprima su obra de los pájaros en francés antes que se haga en español: y esto ha sucedido. (nota ed. fuente)

31-aficion: En el original escribe afeccion, que significa enfermedad. (nota de la edicion digital)

32-Repetimos por tercera vez que esta es una suposicion gratuita; puesto que el caballero Azara no autorizó á Saint-Mery para la publicacion al menos hasta que no volviese de otro viaje que emprendió para rectificar sus observaciones. (nota ed. fuente)

33-Se refieren á la obra que con este título publicó despues en Madrid en 1802. (nota ed. fuente)

 

 

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ENLACE A DOCUMENTO RELACIONADO:

 

DESCRIPCIÓN E HISTORIA DEL PARAGUAY Y EL

RÍO DE LA PLATA - VOLUMEN I

Autor: FÉLIX DE AZARA

Editorial: BABEL, 1945. 352pp.

Buenos Aires-Argentina.

(Versión digital:

BIBLIOTECA VIRTUAL DEL PARAGUAY)





Bibliotecas Virtuales donde se incluyó el Documento:
BIBLIOTECA
BIBLIOTECA VIRTUAL DEL PARAGUAY (BVP)
HISTORIA
HISTORIA DEL PARAGUAY (LIBROS, COMPILACIONES,



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