CULTURA HUMANISTA TESTIMONIOS DE QUIENES LO CONOCIERON

Miguel Ángel Guillén Roa era un hombre de cultura humanística superior, con título de Filosofía por la Universidad de Roma.   

Entre sus cualidades humanas, se destaca su honradez, basada en principios cristianos muy sólidos; no hay que olvidar que él estuvo estudiando en Roma para sacerdote, estado al que no accedió por propia voluntad. La labor intelectual que desarrolló, sobre todo en el campo de la literatura, fue un aporte valioso a la cultura paraguaya. 

Al recordar al Dr. Miguel Ángel Guillén Roa puedo referirme a su obra cultural, y es la que me consta, por haber sido, creo, el único caacupeño que se preocupó de investigar sobre la imagen de la Virgen de Caacupé y de publicar un libro sobre el tema en el año 1966, refiere Pedro Artemio Ruiz, periodista y editor.

En la oportunidad destaca el valor extraordinario del opúsculo La Virgen de los Milagros, del padre Fidel Maíz, quien fue el primero que intentó salvar del olvido la historia de la Virgen, admitiendo que fue su material de consulta.   Guillén Roa fue un amante de su pueblo, lo destacaba siempre; le dedicó tantos y bellos poemas, lastimosamente poco difundidos.   

Tenía significativas ideas para potenciar el turismo religioso, expuestas a autoridades eclesiásticas y de la ciudad sin eco alguno; era su sueño construir en la cima del cerro Cristo Rey, un gran monumento a la Virgen María o al Cristo Redentor, con una figura gigantesca que domine la ciudad.   Al leer los escritos de Miguel Ángel Guillén Roa sobre el antiguo santuario demolido, se perciben el profundo sentimiento y el dolor de los caacupeños por tan inoportuna decisión.  

 Decía él: "Es el Santuario que guarda la imagen de la Virgen más venerada del Paraguay. Allí está, en el altar mayor, la imagen de la Virgen de los Milagros, la que mueve y atrae hacia sí a miles de peregrinos de todos los puntos del país. Allí está en su Santuario, plantado en medio del privilegiado pueblo de Caacupé, la Virgen serrana, el amor indiscutido de todos los paraguayos".   

"Allí, el pueblo con su Santuario y su imagen en medio de la esplendente belleza de la serranía. Y más aún, en medio de la veneración de todo el pueblo paraguayo."  Fantástico relato de la fe y el amor que Guillén Roa le tenía a la Santísima Virgen y a su Santuario, y que quedan perpetuados en su obra. 

Fuente:  ULTIMA HORA (ONLINE)