EXPOSICIÓN SER TU CUERPO
Obra de ALFREDO QUIROZ
Centro de Artes Visuales/ Museo del Barro,
Asunción-Paraguay, Octubre 2009.
Curadoría: CARLOS COLOMBINO
Fotografía: JAVIER MEDINA
Diseño: MARTA GIMÉNEZ
Tapa y contratapa:
Fragmentos de: AUTOPSIA;
AUTORRETRATO CON COLLAR DE PERLAS;
RETRATO DE EILEEN HARRINGTON;
RETRATO DE FABRICIO DE OLIVEIRA CASTILHOS.
2009/ Óleo sobre tela
COMENTARIO DE CARLOS COLOMBINO
Ser tu cuerpo ¿no será la pretensión de tomar para sí otro cuerpo?
Ser tu cuerpo ¿incluye el rechazo del cuerpo propio?
Ser tu cuerpo se denomina esta muestra inaugural de Alfredo Quiroz. No se sabe de qué cuerpo se trata, si se trata del que ausculta, en esa mirada visceral, su íntima vivisección de otro cualquiera intuido a través de la niebla. Es una mirada autobiográfica que de pronto se expresa a través de la pintura, una pintura escueta, póstuma, de una reminiscencia babilónica, registro de recuerdos amputados o ex-votos: Lo confuso y la dispersión del ansia.
En esta reflexión, el cuerpo es el de uno pero fundamentalmente el de otro. El cuerpo que viene de lejos con la señal de la vida, o de la vida que se fue desangrando. Hecho de mármol, un cuerpo que nadie se anima a tocar. Aquí el pintor buscará una forma vicaria para rememorarlo, detallarlo o enterrarlo. Estaríamos ante un intento desgarrador, un ritual que inventa un camino para enfrentar la muerte, ese final del encuentro. La parodia y el baile de las sombras, el punto en que el azogue perturba. Esa vía interior que busca liberar la tensión. Descubrir la presencia o acentuar la ausencia. Abrir con un puñal o, mejor dicho en este caso, con un pincel, la esencia del deseo inconcluso: Esa otra labor del autor de una autopsia.
CARLOS COLOMBINO
COMENTARIO DEL ARTISTA SOBRE LA EXPOSICIÓN: “SER TU CUERPO”
Trabajosa, placentera y angustiante define los aspectos generales de esta serie pictórica que inicié a mediados del 2008 y finaliza con esta muestra. ...
Trabajosa porque he debido organizar mi tiempo entre el hospital, mi familia y la pintura, en nuestra improvisada biblioteca que terminó convirtiéndose en un pequeño atelier; descuidé aspectos laborales y también familiares...
...Placentera porque la imagen me emociona profundamente, y esto me produce placer...
...Angustiante porque me encontré con aspectos internos que los tenía olvidados... y otros que ni siquiera los conocía. Fue un encuentro con la nostalgia, con la indefectible atracción por el trauma, la negatividad absoluta, y con la ausencia.
La pintura me da libertad de ser y hacer, me ayuda a construir y reconstruir mi cuerpo, el del otro, el que tanto deseo y el que tanto odio. Me permite alterar su naturaleza y realidad, profundizar en la negatividad más absoluta, la angustia, la soledad, la culpa, el amor, el deseo y lo tanático. Quizás para hacerla más soportable para mí, y así disminuir mi ansiedad y elaborar a mi manera mis propios conflictos...
Pinto desde que tengo razón de ser, y mi madre tuvo mucha influencia en ello, acompañando y apoyándome, poniendo el cuerpo en silencio para protegernos, así como siempre lo hizo. Posteriormente vendrán otras personas, otros afectos, otras historias externas, que en forma violenta, irruptiva e imprevista ingresaron en mi interior para edificar el significado de esa inquietante imagen suelta y a veces inacabada que buscaba conciencia y sentido.
No es mi intención contar historias, ni representar lo obvio, aunque así parezca, solo que como lo dije antes, la imagen me da placer.
Agradezco a Carlos Colombino por permitirme de alguna manera violentar la mirada de ustedes a través de mi obra, a Bernardo que siempre acompañó escribiendo íconos cerca mío, a mis hijos Héctor y Ami por sus oportunas preguntas, a Yasmina por sus puntuales observaciones y a la incondicionalidad permanente de Priscila.
Alfredo Quiroz.
Barcelona, octubre de 2009
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