BIOGRAFÍA DE RAMÓN INDALECIO CARDOZO
Ramón Indalecio Cardozo nació en la ciudad de Villarrica el 16 de mayo de 1876, seis años después de acabada la Guerra Grande. Su madre fue doña Josefa Cardozo Vayo, hija de Máxima Vayo, casada en segundas nupcias con don Francisco Cardozo, quién era de la zona de Acahay; más tarde se trasladó a Villarrica; murió en la guerra del 70. Sus hermanos maternos fueron: Elisa, Juana, Inocencio, Leopoldo, Carmen y Rosita Cardozo. Su padre fue el gran caudillo y fundador del Partido Liberal don Antonio Taboada, quién nunca se ocupó de él. De su educación se encargaron su madre y su tía Balbina Dávalos.
El joven Ramón Indalecio Cardozo ingresó en la Escuela Municipal de Villarrica en 1885. La Escuela de Varones estaba ubicada en el viejo edificio que aún existe detrás de la Iglesia Parroquial. Este local fue edificado en tiempos de don Carlos Antonio López para el "Colegio de Latinidad" que entonces funcionaba bajo la dirección de don Mariano (Fermín) López, quién fue muerto por los brasileños en la batalla de Piribebuy, el 12 de Agosto de 1869. Sus primeros profesores fueron los señores Trifón Gorostiaga, Pedro Pablo Arguello y Sinforiano Brisueña.
En el año 1888, Ramón Indalecio Cardozo terminó el curso primario y se inscribió en el nuevo Colegio Nacional de Segunda Enseñanza de Villarrica, creado a fines de 1889, y que empezó a funcionar desde marzo de 1890, culminando el tercer curso en 1892. Al año siguiente fue becado al Colegio Nacional de Asunción donde se graduó de bachiller en 1895. Algunos de sus condiscípulos se convirtieron en grandes personalidades como Félix Paiva, más tarde Presidente de la República y Rector de la Universidad Nacional de Asunción. Su primer empleo se dio en las vacaciones del año 1892, ocupando el cargo de bibliotecario de la Sociedad "El Porvenir Guaireño", con un sueldo mensual de 10 pesos. Esto nos demuestra el espíritu sacrificado que tenía desde adolescente el gran pedagogo guaireño, y que no miraba con indiferencia el esfuerzo de su madre y su tía en el sostenimiento de la familia.
Se inició en el magisterio mientras cursaba aún el sexto curso en las aulas del Colegio Nacional de la Capital, en el año 1895, debido a que la pobreza lo obligó a tomar el empleo de maestro en el Colegio Modelo de don Clementino Billordo, educador argentino. Durante ese año Ramón I. Cardozo tuvo una sería enfermedad que casi lo arrastra a perder el año lectivo. No obstante, salvó sus asignaturas y se graduó de bachiller. Por ese tiempo mencionamos que vivió en la casa del padre Miguel Maldonado, cura de la parroquia de San Roque, debido a que la beca del gobierno ya no cubría las necesidades del mencionado becario.
Terminado el bachillerato se le presentó el inconveniente de la elección de la carrera universitaria. Por una parte deseaba seguir Medicina, a la que tenía inclinación. Por otra parte, la necesidad de atender económicamente a su familia que, en medio de la más absoluta pobreza, había costeado su educación. Por eso se decidió por el magisterio inscribiéndose en el año 1896 en el primer curso de la Escuela Normal de Maestros, de la cual egresó en el año 1898.
A inicios del año 1898 el Superintendente de Instrucción Pública lo nombró Director de la Escuela de Varones de la ciudad de Villarrica, siendo aún alumno del tercer año de la Escuela Normal de Maestros. Corría el año de 1902, cuando inició en la escuela de Villarrica, la práctica de la enseñanza de trabajos manuales, industriales y agrícolas, con resultado bastante halagador.
Ramón I. Cardozo contrajo enlace matrimonial con la señorita Juana Sosa Ortigoza -igualmente maestra- el 10 de enero de 1903, cristalizando uno de los sueños del eminente educador. Esta mujer tuvo mucha influencia en el pedagogo porque fue la persona que le brindó amor, comprensión y apoyo en la felicidad y en la adversidad, convirtiéndose en el sostén emocional de él. Fueron sus hijos: Virginia Concepción, Elena, Efraím, Elsa y Ramón Indalecio. El quinto hijo llevó también el mismo nombre del padre, pero falleció prematuramente el 16 de julio de 1912 con tan solo 18 meses de edad.
En 1904, participó en el Primer Congreso Pedagógico realizado en Asunción, con tres trabajos que merecían mención, éstos son La Escuela Rural, La Enseñanza de la Letra y Plan de estudio.
Por ésta época se le ofreció el cargo de Inspector de Escuelas, que le habían ofrecido para poder continuar con sus experiencias logradas en la escuelita de Villarrica, como él mismo refiere.
Durante el año 1906 se produjo una crisis político-educacional durante la cual el Prof. Cardozo defendió la postura de sus colegas maestros cuya consecuencia fue su renuncia al cuadro del Magisterio Nacional. Como debía buscar la forma de sobrevivir y tener un sustento económico, entró como contador a la casa comercial de Espínola y Alderete. En 1907, dejó la mencionada casa comercial y en compañía del Sr. Miguel Chase establecieron un aserradero, donde trabajo como peón y mecánico. Pero en 1908 con la normalización de la situación política nacional, el nuevo gobierno presidido por don Emiliano González Navero lo repuso en sus cargos perdidos allá por 1906.
Fue nombrado director de la Primera Escuela Normal Rural del país desde el año de su formación en Villarrica en 1914, cargo que ejerció hasta 1921. Paralelamente a sus funciones directivas, llevaba las cátedras de Contabilidad y Álgebra en el Colegio Nacional de Varones de Villarrica. En la Escuela Militar enseñaba Geometría, Historia y Geografía del Paraguay, además de ser Prof. de Historia del Colegio Alemán, actualmente Goethe y profesor de Pedagogía y Psicología Infantil en la Escuela Normal de Maestros N° 1 "Presidente Franco".
En 1919, fue escogido por el Gobierno para asistir como delegado en el Congreso del Niño realizado en Montevideo. En esa ocasión presentó su obra Educación Panamericana.
No aceptó el cargo de Senador de la Nación que le ofreció el Directorio del Partido Liberal, para no abandonar el magisterio "que le llenaba de gozo espiritual", según sus propias palabras. Asistió solo una vez al Senado y fue para presentar renuncia a su cargo.
En febrero de 1921, siendo Presidente de la República del Paraguay el Dr. Manuel Gondra, fue llamado a la capital para ejercer la Dirección General de la Escuela y la presidencia del Consejo Nacional de Educación hasta el 1 de noviembre de 1932. De los 45 años de servicio en la docencia, 24 de ellos lo ejerció en Villarrica. Desde el Consejo Nacional de Educación materializó la ley 689 de la Reforma Educativa de 1922, implementada en el año 1924. Había leído los escritos de filosofía, pedagogía, sociología, y de otros especialistas de diversas corrientes y épocas históricas, como: John Dewey, Gustavo Le Bon, Juan J. Rousseau, Enrique Pestalozzi, Dra. Montessori, Haechel, Aguayo, Dr. Adolfo Ferriere, Angela Patri, M. Guyau, E. Claparade, José Ortega, Spencer, Rodolfo Senet, Sigmund Freud, Wundt, Letelier y otros.
Después de obtener su jubilación continuó ejerciendo la docencia por muchos años en el Colegio Internacional y Colegio Alemán. Es el único educador paraguayo citado por el pedagogo Lorenzo Luzuriaga en su Diccionario Pedagógico, como destacado gestor de la Educación Nueva y de sobresalientes méritos profesionales.
Se adhirió con la mayor ortodoxia que le fue posible al movimiento de la Educación Nueva y de la Escuela Activa. No escatimó esfuerzos para difundir entre los educadores los principios y métodos de dichos movimientos. Sus obras sobre la Educación Activa, en tres tomos, así como en varios artículos en revistas y periódicos, confirman esta aseveración. Fue también miembro de número de la Academia Paraguaya de la Historia y miembro correspondiente de la Academia de Historia de Buenos Aires.
El 1 de noviembre de 1932 renunció al cargo de Director General de Escuelas, luego del maltrato recibido de parte del Ministro de Instrucción Pública Dr. Justo Prieto, y de la indiferencia del Presidente de la República, Dr. Eusebio Ayala, su ex condiscípulo en el Colegio Nacional de la Capital.
Víctima de la intolerancia política fue al exilio como otros miles de paraguayos, donde le sorprendió la muerte en Buenos Aires en 1943.
EL IDEAL EN LA EDUCACIÓN SEGÚN RAMÓN I. CARDOZO
Para poder tener una aproximación a lo que es el maestro Ramón I. Cardozo, se recurre al material publicado en la revista LA NUEVA ENSEÑANZA, en donde se transcribió la conferencia dada en la Escuela Normal de Profesores, en fecha 7 de julio de 1928.
Según la visión sociocultural del maestro Cardozo en la segunda década del siglo XX:
"...un nuevo ideal de la educación se diseña: La Escuela Nueva, delineada por algunos utopistas, se impone ya en el mundo pedagógico. Este ideal de preparación de una nueva sociedad libre de lo medioeval que aún conserva, como dice Adolfo Ferriére, es la brújula que señala, el nuevo rumbo a los educadores. La Escuela Nueva o la Educación Nueva, se basa en el conocimiento y respeto de la naturaleza psicológica y biológica del niño, en el conocimiento y respeto de que el niño es el porvenir en flor de los pueblos."
Respondiendo a la concepción rousseauniana de la consideración del niño como niño, también la visión cardoziana del ideal de la educación, se encuadra en el mismo concepto de que "el niño es niño" y como tal debe ser tratado. Es decir, el infante debe ser educado en el presente pero con proyecciones para el mañana. Al alumno debe dejársele obrar para que su interno se proyecte sobre el mundo externo para que su "yo" cree, obre y accione. El niño debe ejercitarse en la vida de comunidad para formar su personalidad, su carácter, es decir, la escuela nueva se basa en el escolar como sujeto biológico y social.
La personalidad y los derechos del niño deben ser respetados; por eso, en la visión cardoziana, el ideal educativo consideraba al niño centro de la escuela en el proceso de enseñanza y aprendizaje, porque si el maestro ocupa el centro del proceso educativo, el pequeño será víctima de la enseñanza mecanizada que impedirá todo atisbo de creatividad de los alumnos.
La Educación Nueva va tomando incremento, todas las reformas se inspiran en ella y es preciso que la educación paraguaya asimile los beneficios y planteamientos de esta nueva propuesta didáctica, pedagógica y filosófica.
Ramón I. Cardozo considera que la clave de la adecuada implementación del nuevo ideal educativo no depende de los planes, programas o de las autoridades educativas o políticas del país, sino que depende esencialmente de los maestros de la patria, especialmente de aquellos que se encuentran comprometidos por el porvenir de la nación. Agregaba el maestro Cardozo al respecto:
"...el maestro debe tener conciencia exacta de su ética profesional. Debe saber su deber con la sociedad y con la Nación de cumplir sus funciones con conciencia y con amor. El maestro debe saber que el niño, va a la escuela en función de un derecho: el de educarse y el de ser tratado con amor. El niño por naturaleza necesita ternura. El maestro autoritario, el maestro rutinario, el maestro por horas, no cumple o conoce el aspecto moral de su profesión, lo que finalmente ocasiona un daño terrible en la formación moral y personal del niño. El maestro debe saber que el niño."
El maestro debe tener un ideal educativo, es decir, debe tener un ideal o una meta hacia donde apuntar, debe ser un convencido de que a través de la educación el ser humano puede alcanzar su máximo desarrollo. De lo contrario su tarea docente se reduciría solo una mera actividad laboral. La docencia para Ramón I. Cardozo no debe reducirse a una mera actividad laboral que permita la subsistencia familiar, sino una razón de ser y de realización de todas aquellas personas que han optado por el magisterio como una profesión.
Según el maestro Ramón I. Cardozo debe trazarse un ideal y lanzarse tras él en el cumplimiento de su augusta misión. Añade además que el maestro con ideal nunca será abatido por las tormentas de las pasiones que lleguen a azotarle. El maestro ideal debe ser modelo de bondad, de espíritu de justicia, de moralidad, de exactitud, de laboriosidad. El docente debe aproximarse con el estudio constante, la observación, a los grandes héroes de la educación. Debe levantar la escuela a su cargo; levantar el prestigio del magisterio de que forma parte, elevándose a sí mismo, manteniendo un espíritu constantemente juvenil, para buscar al niño a donde esté para educarle. El maestro debe ser un apóstol, un mensajero de la civilización, siempre listo para llevar la luz donde fuere necesaria.
De acuerdo a los paradigmas actúales se puede encuadrar al maestro Ramón I. Cardozo dentro del "optimismo pedagógico", porque él era un convencido de que la educación era el medio más eficaz para que miles de paraguayos, puedan salir del atraso y de la ignorancia, de tal modo que pueda mejorar su calidad de vida. Los maestros paraguayos deben soñar y apostar con un Paraguay grande y próspero y culto, grande por el trabajo de sus hijos, próspero por desarrollo de sus industrias y culto por la función de sus escuelas, colegios y universidades; por la cultura de su juventud inspirada en los puros principios democráticos y en el sentimiento de la confraternidad de los pueblos.
Pero este ideal cardoziano chocaba con una terrible necesidad campesina que hasta presente existe. Algunos padres de familia cuyos hijos, a una edad definida, eran sacados de las escuelas para que se dediquen a algún trabajo que genere ingreso familiar. "Ja olee ha ofirmakuaama" sentenciaban algunos padres, y los niños cambian los libros por la azada o el hacha y ese niño pasaba a engrosar la gran masa campesina inculta y empobrecida, máxima preocupación del célebre maestro guaireño.
Fuente: RAMÓN INDALECIO CARDOZO. Por CÉSAR CRISTALDO DOMÍNGUEZ - Colección GENTE QUE HIZO HISTORIA N° 2 © El Lector (de esta edición). Director Editorial: Pablo León Burián. Asunción – Paraguay. Mayo, 2013 (106 páginas)
RAMÓN INDALECIO CARDOZO : (1877-1943). Pedagogo e historiador. Se lo considera el gran reformador de la educación nacional. Oriundo de Villarrica; hijo de Josefa Cardozo, nació el 16 de mayo de 1877. Inició sus estudios primarios en la escuela La Patria y los prosiguió en Asunción, donde obtuvo primero el título de bachiller y posteriormente el de Maestro Normal. Alumno del célebre pedagogo argentino Francisco Tapia. Regresó a su ciudad natal para consagrarse al magisterio.
Fue designado Director de la Escuela Graduada, cargo que ocupó hasta 1914. Fue director de la primera Escuela Normal Rural en el país, creada en aquella ciudad a instancia del mismo Cardozo. Fue una escuela modelo en la que se inspiraron otras de la República. Los planes de estudio y la organización estuvieron a su cargo. Llegó a ocupar el cargo de Director General de Escuelas y fue designado posteriormente, Presidente del Consejo Nacional de Educación. Consagró horas de su existencia a la reflexión de los problemas educativos del país. Inspirado en las nuevas corrientes pedagógicas transmitidas por Froebel, Dewey, Decroly, Kilpatrich, James, Kerschenstein y Ferriere, tomó de ellos lo que podía adaptarse a nuestra realidad nacional. Ferriere había fundado en Ginebra la Liga Internacional de la Escuela Nueva y a esta institución perteneció el Paraguay.
Bajo el gobierno del gran estadista paraguayo Dr. Eligio Ayala, en 1924, Cardozo elaboró el plan de la Reforma Educativa del país, basada en la escuela activa. La escuela como institución social que enseña al niño de acuerdo con las leyes biológicas, psicológicas y sociológicas que rigen su desenvolvimiento. La orientación práctica de la enseñanza primaria y normal se enfatizaba hacia la formación de una clase de maestro con pleno conocimiento de la realidad socioeconómica del país. Ferriere visitó el Paraguay en 1928. Inspirado en el pedagogo suizo Enrique Pestalozzi, Cardozo adaptó el Programa del Kindergarten como camino necesario hacia la nueva educación.
Dejó un gran legado bibliográfico referente a educación:
· "PEDAGOGÍA DE LA ESCUELA NORMAL",
· "PESTALOZZI Y LA EDUCACIÓN CONTEMPORÁNEA",
· "NUEVA ORIENTACIÓN DE LA ESCUELA COMÚN",
· "EL GUAIRÁ",
· "MELGAREJO", y muchos otros.
Falleció en Buenos Aires en 1943. Sus restos descansan en territorio paraguayo.
Fuente: LA GENERACIÓN DEL 900 - UN SIGLO MÁS TARDE. EJEMPLO: OBRAS Y LEGADO - Del libro: PERIODISMO ESCRITO PARAGUAYO 1845-2001 - DE LA AFICIÓN A LA PROFESIÓN por BEATRIZ GONZÁLEZ DE BOSIO Intercontinental Editora, Asunción-Paraguay 2008. (2da. Edición. 276 páginas).
RAMÓN INDALECIO CARDOZO: Hijo de Josefa Cardozo, nació en Villarrica en 1876; por vía paterna descendía de Antonio Taboada. Realizó sus estudios primarios en su ciudad natal, se recibió de bachiller en el Colegio Nacional y luego de Maestro Normal; el magisterio sería su irrenunciable vocación. Se inició en el ejercicio de la cátedra en la Escuela Normal de la capital en 1896. Y fue el organizador y primer Director de la Escuela Normal Rural de Villarrica, a partir de 1914 y catedrático de Pedagogía y otras asignaturas profesionales. Estas Normales, Inspiradas por el Prof. Cardozo, estaban orientadas hacia la formación de un tipo de maestro con pleno conocimiento de las realidades socio-económicas campesinas, y de las orientaciones educativas en consecuencia. RI Cardozo desempeñó su magisterio en instituciones de la capital y funciones técnico-profesionales en el Ministerio del ramo, desde la Dirección General de Escuelas. Elaboró el Plan de Reforma de la Educación Primaria, en 1924, y produjo la más importante bibliografía nacional sobre temas pedagógicos: PEDAGOGÍA DE LA ESCUELA NORMAL, PESTALOZZI Y LA EDUCACIÓN CONTEMPORÁNEA, NUEVA ORIENTACIÓN DE LA EDUCACIÓN COMÚN. EL PARAGUAYO, en 3 tomos, PEDAGOGÍA DE LA ESCUELA ACTIVA, en 3 tomos. En 1933, elaboró un nuevo Plan de estudios para las Escuelas Normales. Cargado de muchos años dedicado a la docencia y delicado de salud, se abocó a la investigación histórica.
Publicó EL GUAIRÁ; historia de los orígenes de Villarrica, y MELGAREJO, el fundador de Villarrica. Falleció en 1943
En opinión del Dr. Emilio Uzcátegui ex jefe de la misión de Unesco en el Paraguay, "... Cierto que su labor educativa y de investigación se concentró en su país; pero por su valor destacado, Cardozo puede considerarse como educador de América. . . No se puede decir que sea un creador en el sentido de ser el primero en abrir senderos en una dirección dada de la pedagogía; pero en el Paraguay sí abre nuevos rumbos y desde la Dirección General de Escuelas y desde la cátedra hablada o escrita, es el gran reformador de la educación nacional. No concurrió a centros extranjeros para obtener su formación pedagógica, pero dentro de su país aprovechó lo que había y estudió a los mejores autores, ya en cuanto a la técnica educativa misma ya en sus fundamentos psicológicos y científicos... Con pertinencia, señaló: "La educación nueva preconizada por la Pedagogía contemporánea deberá ser realizada por la escuela activa, que no es otra cosa que la institución social que enseña al niño de acuerdo con las leyes biológicas, psicológicas y sociológicas que rigen su desenvolvimiento. . .".
Fuente: BREVE HISTORIA DE GRANDES HOMBRES. Obra de LUIS G. BENÍTEZ. Ilustraciones de LUIS MENDOZA, RAÚL BECKELMANN, MIRIAM LEZCANO, SATURNINO SOTELO, PEDRO ARMOA. Industrial Gráfica Comuneros, Asunción – Paraguay. 1986 (390 páginas)
RAMÓN INDALECIO CARDOZO: La formación espiritual de este maestro -maestro en el cabal sentido del vocablo- se estructura en la ciudad de Villarrica, de esa Villarrica señorial y culta de comienzos de siglo, madre de tantos intelectuales y artistas de talento. Poco importa que Ramón Indalecio Cardozo completara su educación profesional en el Colegio Nacional y en la Escuela Normal de Asunción. Nacido el año 1876 en la tierra guaireña, allá transcurrió su niñez, forjadora de definidas prendas de carácter, y allá maduró su intelecto en la frecuentación constante de sus colegas del magisterio. Ilustre plantel de profesores de aquel Colegio Nacional que enseñaba, además de las asignaturas del plan de estudios, dignidad y decencia sustancial de vida. Al lado de Atanasio Riera, Simeón Carísimo, José del Rosario Rojas, Nicolás E. Sardi, Virgilio Barrios, Carlos Ventura de Permi y otros, Cardozo comenzó su carrera docente dictando cátedras de Historia nacional y americana. En aquellas aulas estrechó con Delfín Chamorro íntima amistad, que debía durar toda la vida. Aquellos días plácidos, sin estremecimientos de congojas egoístas, eran propicios al estudio y al fomento de altos ideales.
Con Delfín Chamorro fundó Ramón Indalecio Cardozo, en 1902, El Libre, periódico que publicaba regularmente lecciones de la cátedra para suplir la precariedad de textos y bibliotecas de consulta, y colaboró en El Guairá -otro diario de Chamorro- que proseguía tan honroso empeño y donde publicaban sus primeras producciones los jóvenes con vocación literaria.
El profesor de Historia enseñaba también Pedagogía en la Escuela Normal de Profesores de aquella población, con métodos tan eficientes que pronto lo destacaron a la consideración de los círculos científicos del país. Así fue traído Ramón Indalecio Cardozo a la Dirección General de Escuelas, en la capital, donde ejerció durante largos años ímproba labor renovadora de los viejos métodos de enseñanza. Su actuación oficial en el delicado cargo elevó la instrucción pública del Paraguay a nivel de alta jerarquía, inigualada hasta entonces. Fruto del empeño puesto en la docencia ininterrumpida de treinta y cinco años fueron muchos libros de texto y moderna pedagogía científica, entre los cuales deben citarse los de ejercicio de lectura, titulados El Paraguayo, los tres volúmenes de su Pedagogía de la escuela activa, Pestalozzi y la educación contemporánea, Pedagogía de la Escuela Normal y Nueva Orientación de la enseñanza primaria.
Esa entusiasta actividad del maestro Cardozo daba sus beneficios. Las escuelas públicas se multiplicaban en ciudades y alejados pueblos de la campaña; de las escuelas normales egresaban jóvenes maestros equipados con modernos y sólidos conocimientos básicos para la formación cultural del niño.
Acogido por fin a los beneficios de la jubilación tras su larga y eficiente labor educacional, el distinguido profesor pudo entregarse a su vocación irrenunciable de historiador. Miembro fundador del Instituto de Investigaciones Históricas del Paraguay, Cardozo siguió investigando y produciendo. La historia de su ciudad natal le debe los más ricos aportes para el acervo de su rica tradición. Así fueron apareciendo El Guairá, historia de los orígenes de Villarrica; Melgarejo, fundador de la ciudad de Villarrica y El Calendario Nacional.
Ramón Indalecio Cardozo falleció en Buenos Aires, el año 1943, tras cumplida vida en beneficio permanente de la cultura nacional.
BIBLIOGRAFÍA
Ramón Indalecio Cardozo: El profesor Delfín Chamorro.
Efraím Cardozo: Archivo familiar inédito.
Carlos R. Centurión: Historia de las letras paraguayas.
Fuente: CIEN VIDAS PARAGUAYAS Por CARLOS ZUBIZARRETA. Prólogo a esta edición CARLOS VILLAGRA MARSAL. Prólogo a la 2ª edición de 1985 ALFREDO M. SEIFERHELD. Comisión Nacional de Conmemoración del Bicentenario de la Independencia del Paraguay. Biblioteca Bicentenario Nº 6. EDITORIAL SERVILIBRO. Asunción – Paraguay. 2011 (240 páginas)
CARDOZO , RAMÓN INDALECIO: Pedagogo e historiador. La ciudad de Villarrica, por su densidad espiritual, su paisaje, su lealtad a la tradición y por su civismo ha producido siempre bellas expresiones humanas. "Un refugio de espiritualidad, tiene horizontes amplios y ventanas románticas. Una reserva y un almácigo". Una de esas expresiones fue Ramón Indalecio Cardozo, el maestro de la niñez paraguaya. Hijo de Josefa Cardozo, nacido el 16 de mayo de 1877. Inició sus estudios primarios en la histórica escuela "La Patria", y los prosiguió en Asunción, donde obtuvo en 1896, el título de Bachiller y dos años después el de Maestro Normal.
Fue alumno del célebre pedagogo argentino don Francisco Tapia. En vez de seguir una profesión liberal o dedicarse a los negocios, regresó a su ciudad natal a consagrarse al magisterio. "Fue su vocación, su agonía y su gloria. Enseñaba con deleite, se sentía maestro congénito elaborado por la voluntad. Maestro significa doctrina, vocación, desinterés y discípulos; el que no tiene lo primero, no demuestra las dos cualidades ni forma discípulos, será un catedrático pero no un maestro. El maestro es un creador, no sólo un difusor; fecunda las almas; fertiliza los cerebros, anima los corazones. Guía en el sendero; amor de caridad en lo que enseña; tiene urgencia de comunicar su verdad, más pura cuanto más sencilla. El maestro es un mensajero de evangelio, un corazón en derrame y un amigo que sugiere, corrige, lima y pule. Un escultor de cosas inefables. Así era este Don Ramón Indalecio Cardozo".
Más de veinte años dedicó su labor docente a su Villarrica natal. Al año de su egreso como Maestro Normal fue designado Director de la Escuela Graduada, cargo que ocupó hasta 1914. Ese mismo año fue nombrado Director de la primera Escuela Normal Rural en el país, creada en aquella ciudad a instancias del mismo Cardozo. El planteamiento, los planes de estudio y organización de la citada institución estuvieron directamente a su cargo. Ella sirvió de modelo a otras creadas en el interior de la República. Al tiempo que ejercía la dirección de Escuela, enseñaba Contabilidad, Algebra, Geometría, Historia y Geografía en el Colegio Nacional villarriqueño, cátedras en las que se desempeñó durante quince años.
En 1919, la Escuela Rural fue elevada de categoría a la Normal Superior, siempre bajo su excelente dirección. Hecho que motivó la estimación de las autoridades gubernamentales, quienes le confirieron la Dirección General de Escuelas y luego la designación a la Presidencia del Consejo Nacional de Educación. No se buscó para ese eminente ministerio a un teórico, se observó el campo y de su seno al maestro que había convivido con nuestra gente, que conocía nuestras costumbres, que se había avecindado en el alma popular, que difundía el español entre niños descalzos y propagaba gérmenes de cultura, es decir uno que se había fortalecido y purificado en la substancia pura del paraguayismo.
Desde esa última función y con las herramientas necesarias, trabajó sin tregua, llevando a la práctica los principios de la pedagogía moderna. En ese tiempo representó al país en el Congreso del Niño realizado en la ciudad de Montevideo y en cuya ocasión presentó un trabajo denominado "LA EDUCACIÓN PANAMERICANA".
Consagró muchas horas de su prolífica existencia a la reflexión de los problemas educativos del país. Sostuvo que "..la educación persigue más que nada, la conquista de la libertad interior y plantea adaptar a los seres humanos a la vida en comunidad, concientizar al individuo en el trabajo y en la responsabilidad". Cardozo sabía que sólo el fruto espiritual fija la medida exacta de la verdadera cultura. En efecto su enseñanza se orientó "a formar al lado del Homo Sapiens el Homo Espiritualis".
Inspirado en las nuevas corrientes pedagógicas transmitidas por Froebel, Dewey, Decroly, Kilpatrich, James, Kerschenstein y Ferriere, se abocó a profundizar la nueva filosofía educativa planteada por aquellos notables maestros. En 1921, el último de los citados fundó en Ginebra la Liga Internacional de la Escuela Nueva y a esta institución perteneció espiritualmente el Paraguay, tanto que en breve tiempo, en 1924 Cardozo elaboró y difundió el plan de la Reforma de la Educación en todo el país. En esa coyuntura había señalado que "la educación nueva preconizada por la Pedagogía contemporánea deberá ser realizada por la escuela activa, que no es otra cosa que la institución social que enseña al niño de acuerdo con la leyes biológicas, psicológicas y sociológicas que rigen su desenvolvimiento...".
La orientación práctica de la enseñanza primaria y normal, cimentada por Cardozo estaba orientada hacia la formación de una clase de maestro con pleno conocimiento de la realidad socioeconómica del Paraguay. Para llevar a cabo su proyecto, se basó no sólo en las nuevas corrientes pedagógicas, sino fundamentalmente en el ambiente social y telúrico de la niñez y en las necesidades más perentorias del país.
Influenciado por el célebre pedagogo suizo Juan Enrique Pestalozzi, quien sostenía que la inteligencia sólo es posible mediante la percepción espontánea, creó Cardozo el Kinderganten, camino imprescindible hacia la nueva educación. Propagó asimismo a todas las instituciones educativas del Paraguay los noveles preceptos de la Escuela Nueva y que con gran éxito había ensayado anteriormente en las escuelas del Guairá.
Invitado por el propio Cardozo, Adolfo Ferriere visitó el país en 1928, para observar de cerca la obra educativa realizada por el célebre maestro guaireño. Aquel admirado por tan excelente labor felicitó al gobierno paraguayo.
Es de advertir que Cardozo se mostró ferviente partidario de la Escuela Activa, la que se refiere esencialmente a la educación práctica, mientras que la Escuela Nueva constituía un movimiento más amplio que abarcaba todos los aspectos de la misma.
Para Cardozo, la Escuela Activa es funcional y consideraba como esencial la autoactividad. Esta Escuela opta por la bella sala de la naturaleza donde los niños actúan libremente, sin coacciones ni sanciones.
A la par de su labor docente, el eminente pedagogo produjo la más amplia y trascendental bibliografía en materia educativa en el Paraguay.
Entre sus principales obras, a más de la citada figuran “PEDAGOGÍA DE LA ESCUELA NORMAL”; “PESTALOZZI Y LA EDUCACIÓN CONTEMPORÁNEA", "NUEVA ORIENTACIÓN DE LA ESCUELA COMÚN", "EL PARAGUAYO", textos de lectura para 1 °, 2° y 3° grados.
Incursionó asimismo en el campo histórico y se dedicó con entusiasmo a la investigación en esta disciplina. Dio a luz "EL GUAIRÁ", y "MELGAREJO", relativos a los orígenes y fundación de Villarrica. Escribió también “EL CALENDARIO NACIONAL". Dejó además los originales de la “HISTORIA GENERAL DEL PARAGUAY".
Fue miembro fundador del Instituto Paraguayo de Investigaciones Históricas y dedicó a este sus actividades postreras. Estuvo casado con doña Juana Sosa y los últimos años de su vida, delicado de salud, se retiró al hogar. Falleció en la ciudad de Buenos Aires en 1943, pero sus restos descansan en tierras paraguayas.
Ramón I. Cardozo, a quien imaginamos siempre camino a la escuela o a la oficina de la Dirección General de Escuelas, era poseedor de un espíritu moderno, progresista, alentador. Dio estructura a la educación primaria: formó maestros, creó doctrinas, escribió textos, hizo amar la escuela y dignificó el magisterio.
El gran reformador de la educación nacional debe figurar entre los reconstructores del Paraguay moderno, en cuyos cimientos puso vibración de su pensamiento, labor tesonera y un patriotismo incólume, como sólo las egregias personalidades pueden hacerlo.
Fuente: FORJADORES DEL PARAGUAY – DICCIONARIO BIOGRÁFICO. Realización y producción gráfica: ARAMÍ GRUPO EMPRESARIAL. Coordinación General: Ricardo Servín Gauto. Dirección de la obra: Oscar del Carmen Quevedo. Tel.: 595-21 373.594 – correo: arami@rieder.net.py– Asunción-Paraguay 2001 (716 páginas).