PortalGuarani.com
Inicio El Portal El Paraguay Contáctos Seguinos: Facebook - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani
RAQUEL ROJAS
  TRANSVERSALIDAD DE LO CULTURAL EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS (Artículo de RAQUEL ROJAS)


TRANSVERSALIDAD DE LO CULTURAL EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS (Artículo de RAQUEL ROJAS)
TRANSVERSALIDAD DE LO CULTURAL
 
EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
 
 
 
 
 
.
** Bajo la coordinación del semiólogo chileno Bernardo Subercasaux, un grupo de gestores culturales locales y del Mercosur, convocados por la Secretaría Nacional de Cultura de Paraguay, debatió y diseñó alternativas de cómo incorporar el componente cultural en las dimensiones del desarrollo económico y social en los gobiernos de la región. En este artículo rescatamos algunas consideraciones actualizadas de este debate, que pretende concienciar a los líderes políticos que la inversión en cultura no es gasto, es inversión en lo social.

//

** Básicamente hay dos paradigmas o lineamientos que operan en las políticas públicas hacia la cultura: el paradigma de la democratización cultural y el paradigma de la democracia cultural. ** La democratización cultural opera bajo una concepción extensionista y difusionista de los bienes culturales, que busca facilitar el acceso de las mayorías a esos bienes, bienes culturales que desde una perspectiva ilustrada contemplan de preferencia las expresiones legitimadas por la tradición y la estructura social preexistente, nos referimos a las expresiones de la llamada alta cultura (ballet, cine, libros, etc.) como a la cultura popular tradicional (folklore, etc.). Este paradigma extensionista privilegia el polo de la oferta por encima de la de la demanda, privilegia sobre todo el rol del poder central en la elaboración y gestión de los asuntos culturales, y tiende a concebir la vida cultural como recepción pasiva y como una especie de ciudadanía esponja más que como participación o como un proceso activo.
** De alguna manera este paradigma ha sido el que ha primado en las políticas públicas tradicionales en cuanto a las actividades estatales o paraestatales durante gran parte del siglo XX en América Latina. Paralelamente, sin embargo, en las últimas décadas, este paradigma tradicional ha estado tensionado por el paradigma de la democracia cultural que concibe el ámbito de la cultura como una pluralidad de culturas y subculturas e implica la participación plena de cada grupo o sector social en la vida cultural, no solo como receptores, sino como actores de la misma. (Entendemos el concepto de subcultura como parte de una cultura mayor, por ejemplo la subcultura juvenil indígena). Desde este paradigma las políticas públicas buscan democratizar más las actitudes y los procesos, que las obras, más la participación activa de los colectivos, que el acceso o la recepción pasiva del producto cultural, más atención a las necesidades culturales que a la oferta cultural. En este paradigma subyace la idea de que en la sociedad coexisten una pluralidad de culturas que solamente en la medida que esa heterogeneidad sea reconocida, preservada y favorecida por el Estado, se estarían sentando las bases para que cada individuo pueda desarrollarse y expresarse plenamente. Este ideal supone, por supuesto, casi como una precondición: democracia, en lo político; equidad, en lo económico; participativa, en lo social y multicultural, tal cual diseña nuestra matriz constitucional.
** Para este paradigma cultural no es solo una acumulación de obras y conocimientos que una minoría produce, recoge y conserva para ponerla al alcance de las mayorías. No se trata de algo que hay que conquistar o poseer, sino de una dimensión que está presente en toda persona o grupo social. Cultura, para este paradigma, es entonces el conjunto de rasgos distintivos —espirituales, materiales, intelectuales y afectivos— que caracterizan a un colectivo o grupo social y a una sociedad. Ella engloba además de las artes y las letras, la lengua, los modos y las condiciones de vida de ese grupo o sociedad, los sistemas de valores, las tradiciones, las creencias y las diversas formas en que se expresa y desarrolla un individuo o una grupo social. La cultura desde este punto de vista es concebida como creatividad social y deviene por lo tanto un proceso continuo, móvil y dinámico, y no cabe por lo tanto pensarse únicamente como algo que hay que «preservar o distribuir », todo lo cual implica una concepción diferente de las políticas públicas en cultura.

.
Transversalidad en lo cultural

.
** En estos dos paradigmas que son los que realmente operan en las políticas públicas hacia la cultura en América Latina, hay factores de transversalidad. En el primero, en el paradigma extensionista de democratización cultural y de acceso a la cultura artística y a los bienes u obras culturales consolidadas, inciden fuertemente los medios de comunicación y las industrias culturales, frente a los cuales en general las políticas públicas en nuestros países son de omisión, vale decir se deja estas instancias al libre juego del mercado y del comercio. Las industrias culturales y los medios de comunicación, junto con operar con criterios mercantiles probablemente necesarios para su subsistencia, deberían también orientarse por criterios de bien publico y de preservación de la diversidad cultural y estética. De otra manera terminaremos con una hiperinflación de la cultura de masas y del rating. Esta tarea de buscar un equilibrio que se oriente a que estas industrias contribuyan al acceso de las mayorías a los bienes culturales artísticos, ya sea tradicionales o experimentales, y a la educación estética de la población es una tarea que requiere de la colaboración del Estado, de las asociaciones civiles o profesionales (cámaras del libro, agrupaciones de cineastas, agrupaciones de periodistas, etc.) y del sector privado, tanto dentro de cada país como entre los distintos países del continente. En esta perspectiva son importante desde el tratamiento estadístico que puede y debiera realizar el estado de los datos culturales y de las nuevas tecnologías, hasta el desarrollo de las industrias culturales locales (fundamentalmente la industria del cine y del libro). Ahora bien la institucionalidad que es convocada a esta tarea es transversal y abarca desde la institucionalidad estatal que se ocupa de la educación en todos los niveles, de la economía, del turismo, de las obras públicas incluso de las relaciones internacionales que competen a las cancillerías, pues cada vez más hoy día los tratados internacionales de comercio conllevan también una agenda cultural, ya sea de fomento, intercambio o preservación de derechos.

.
Democratización de lo cultural
.

** Ahora bien, si la transversalidad está presente en el paradigma extensionista, en procesos que incorporen la democratización cultural con mucha mayor razón este se hace patente y necesario en las políticas públicas que se inscriben en este paradigma. En este, la promoción y búsqueda de la participación ciudadana en la vida cultural activa es fundamental. Por ejemplo, en el plano de la educación se tendrá una gran incidencia si el programa y el currículum de la educación pública del país se inscribe en un proyecto o reforma educacional que considera la diversidad sociolingüística y cultural existente. Sin duda esta perspectiva es fundamental para una democracia cultural, y su implementación depende del ministerio de educación y de la capacidad de la sociedad civil y política por consensuar programas al respecto. Pero no solamente en la educación se da esta disyuntiva: también la encontramos en el campo de la salud. En muchos países de la región hay una importante acumulación de conocimientos médicos no occidentales que se preservan y practican desde la memoria y la tradición oral y que involucran fundamentalmente a plantas y raíces medicinales o a rituales de larga y efectiva tradición, tan importantes como el reiki o el yoga. Un ministerio de la salud si se abre a esos conocimientos que a veces provienen del mundo precolombino, si se los incluye y no los desprecia en la formación médica, ese ministerio y esa universidad estarían sin duda contribuyendo a la diversidad cultural y al reconocimiento y valoración de las distintas identidades culturales existentes en la nación. También esta transversalidad apela —y estamos hablando de un nivel macro— a la institucionalidad económica o a la que se ocupa del turismo, de las comunicaciones, de las concesiones radiales y televisivas, del deporte y la recreación, incluso de obras públicas, arquitectura y planificación urbana, en la medida que son instancias cuyas políticas publicas se mueven también en el ámbito del comercio y por ende no están desconectadas de la tan mentada globalización. Estas institucionalidades serán más influyentes en tanto ministerios o secretarías de Estado que puedan consensuar, diseñar y transversar con sus pares, políticas que reconozcan y valoren la diversidad cultural, en campos como la artesanía, el turismo, el patrimonio, las radios comunitarias o la planificación urbana. En todos estos ámbitos, las políticas públicas, contribuirán a establecer un equilibrio entre las culturas o subculturas locales y las influencias de la globalización y el modelo mercantilista y de mercado (y por lo tanto con riesgo de uniformación cultural) que ella conlleva. Las políticas públicas que inciden directa o indirectamente en la preservación y fomento de las identidades culturales locales (sin caer en un fundamentalismo que las petrifique) pueden y debieran apelar a una coordinación transversal. En el Paraguay, esta tarea de sensibilizar al Estado y a las distintas carteras o secretarías ministeriales, le compete como misión institucional a la Secretaría Nacional de Cultura, en tanto promoción de generar planes proyectos y programas que incorporen la dimensión cultural en el desarrollo socio económico del país.
** El problema emergente sería ¿cómo se operacionaliza esta transversalidad? ¿Debieran el Ministerio de Salud o de Obras Públicas o la institucionalidad de Turismo o la de Educación tener una unidad que se ocupe del tema cultural? ¿O debiera acaso la institucionalidad cultural de cada país generar y activar estas instancias de coordinación? ¿Puede acaso hacerlo, cuando en general son institucionalidades precarias y con presupuestos escasos que resultan insuficientes para su actividad propia? Pero tanto o más importante que las soluciones burocráticas es relevar a nivel de pensamiento y de la opinión pública la importancia de la dimensión cultural y su incidencia y repercusión en todos los órdenes de la realidad. Por ejemplo, frente a temas que constituyen gran preocupación en las sociedades de hoy, como son la droga, la delincuencia, la superación de la pobreza o los procesos de rehabilitación carcelaria, lo cultural y las políticas de identidad ofrecen un camino que a la larga puede resultar en una economía para el gasto público. Se trata de una dimensión que otorga dignidad y hace menos vulnerable a las comunidades que han sido vulneradas en sus derechos. En buenas cuentas a nivel macro hay que pensar en estrategias que nos permitan introducir y relevar lo cultural en las distintas carteras del Estado, estableciendo prioridades, entre ellas las políticas de educación, las políticas de comunicación y las políticas de la lengua, considerando que uno de los temas latentes en varios países de la región es el de los pueblos originarios y sus reivindicaciones, reivindicaciones que no son solo culturales, sino también económicas y políticas, reivindicaciones difíciles de solucionar si no se las considera y atiende en su conjunto e interrelación y, por ende, con una coordinación transversal.
** Pero la transversalidad, sobre todo con respecto al paradigma de democracia cultural, se hace todavía más imprescindible si pensamos en el nivel micro, en los mecanismos y políticas que incidan en la participación y en una vida cultural activa. ¿Cómo activar y respetar el trabajo comunitario? ¿Cómo incentivar los valores de solidaridad y afiliación colectiva en un modelo de desarrollo mercantilista que tiende a fomentar el individualismo y a desiencentivar el asociacionismo? ¿Cómo lograr destrabar la centralización burocrática administrativa y, sobre todo, mental que afecta a nuestros países, en que se privilegia a los lugares geográficos en que está instalado el Poder Ejecutivo o a las megaciudades y se discrimina a las regiones, que son los espacios donde, por lo general, habita la diversidad cultural? ¿Cómo estimular las actividades culturales locales y de base para que se organicen e incluso ejerzan un poder de presión hacia el Estado, de modo que el nivel micro afecte al macro y vice versa? Son temas que se discutieron largamente en nuestra mesa, a veces con escepticismo otras con optimismo, a veces con realismo y a veces con voluntarismo. Sin embargo, creo que coincidimos en que no podemos esperar a que cambie el sistema o caiga el modelo, hay que trabajar con lo que hay, y desde allí movilizar la conciencia, la participación y el cambio.
** Entre las ideas que se manejaron en esta perspectiva está el rol de los municipios, que es la institucionalidad local a nivel del Estado. Institucionalidad que a menudo se inscribe en el caudillismo o cuenta con funcionarios que responden a operaciones políticas, municipios que solo a veces, y en muy contadas oportunidades, fomentan con una mirada plural las actividades comunitarias y culturales. Hay también, es cierto, grandes problemas presupuestarios, un gran número de los municipios y también de las secretarias ministeriales regionales, carecen de presupuesto y no pasan mucho mas allá de ser un escritorio y un funcionario. Las leyes y las instituciones sirven de poco si carecen de presupuesto. Todo ello es importante considerando que los municipios son instancias en que está presente la transversalidad, puesto que se ocupan o debieran ocuparse de todos los aspectos que inciden en la población que habita dentro de sus limites geográficos. Los municipios como parte de la nación deberán pensar en global pero actuar en local.
** Frente a este tema de lo micro circularon distintas propuestas, enfoques o ideas que son banderas de pensamiento, de lucha y de acción. Entre ellas la idea de los derechos humanos y el reconocimiento de que los derechos culturales son parte de los derechos humanos, estamos hablando del derecho a la expresión lingüística y cultural, del derecho a la información, del derecho a la libertad de creación, del derecho al acceso a la cultura. La necesidad en el fondo de trabajar el tema de la cultura como un derecho de todos los sectores sociales, puesto que desde el campesinado a la población indígena son sujetos de derechos, también por supuesto los artistas, sujetos de derechos que el Estado y la leyes deberían garantizar, y que la movilización social debiera reconocer e instalar, además de velar porque la garantía estatal de estos derechos se cumpla.
** Otra idea-fuerza que círculo fue la idea de ciudadanía cultural, de no solamente considerar la ciudadanía política o cívica, sino la ciudadanía cultural, idea que se une a la de los derechos y que de alguna manera se vincula también a la necesidad de incentivar tanto a nivel micro como macro políticas de identidad y dignidad cultural. La ciudadanía cultural implica también conocer las leyes y hacerlas respetar. Cuando hablamos de políticas de identidad nos estamos refiriendo a políticas de genero, políticas de identidad étnica, políticas de identidad de sectores etarios, políticas de identidad y dignificación en definitiva de los distintos sectores sociales y culturales de cada país. Que duda cabe que estas políticas implicarán un reconocimiento a la diversidad cultural, a los derechos y a la ciudadanía cultural y que su operacionalización si bien compete en alguna medida a la institucionalidad propiamente cultural, es transversal y compete a casi todas las carteras, a nivel macro y micro, y también a la sociedad civil y al sector privado. Ahora bien en el terreno de la transversalidad y su realce a que nos ha convocado esta mesa siempre hay que tener en cuenta el peligro de que lo que compete a todo y abarca tantos planos, termine por no competer a nadie.
Raquel Rojas - Edición del artículo.
30 de Octubre de 2009
.
Fuente: artículo TRANSVERSALIDAD DE LO CULTURAL EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS del Suplemento Cultural del Domingo 1º de Noviembre de 2009 en el diario ABC COLOR
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

EL IDIOMA GUARANÍ, BIBLIOTECA VIRTUAL en PORTALGUARANI.COM


(Hacer click sobre la imagen)

 

 

 

 

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA


(Hacer click sobre la imagen)


 

 

 

 

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

(Hacer click sobre la imagen)

 

 






Leyenda:
Solo en exposición en museos y galerías
Solo en exposición en la web
Colección privada o del Artista
Catalogado en artes visuales o exposiciones realizadas
Venta directa
Obra Robada




Buscador PortalGuarani.com de Artistas y Autores Paraguayos

 

 

Portal Guarani © 2024
Todos los derechos reservados, Asunción - Paraguay
Desarollador Ing. Gustavo Lezcano, Contenidos Lic.Rosanna López Vera

Logros y Reconocimientos del Portal
- Declarado de Interés Cultural Nacional
- Declarado de Interés Cultural Municipal
- Doble Ganador del WSA