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Olga Blinder (+)

  OLGA BLINDER 1956-1985 - COMENTARIOS - Texto de OLGA BLINDER


OLGA BLINDER 1956-1985 - COMENTARIOS - Texto de OLGA BLINDER

OLGA BLINDER 1956-1985 - COMENTARIOS

Pintura-Dibujo-Fotografía-Grabado

Texto de OLGA BLINDER

Ediciones IDAP

Asunción-Paraguay, 1985. 163 pp.

 

PRESENTACIÓN

Olga Blinder es una de las primeras promotoras del arte contemporáneo paraguayo; su exposición de 1952 marca un punto importante dentro de la consolidación de las nuevas concepciones que irían a cambiar aquel cansado realismo de raíz decimonónica, y su decidida participación en el Grupo Arte Nuevo, al lado de Josefina Plá, Lilí del Mónico y José Laterza Parodi contribuyó, sin duda, a precipitar el proceso de actualización de nuestra plástica impugnando el retrasado aislamiento cultural de nuestro país y abriendo las puertas a las conquistas universales sin perder las referencias de las condiciones propias.

Este trabajo de promoción incluye no sólo la propia práctica creativa sino la docencia y la participación en numerosos acontecimientos que fueron delimitando los contornos de nuestra producción visual.

Pero Olga fue además testigo. Un testigo curioso que fue registrando sucesos, tomando notas,  reflexionando y compartiendo sus experiencias y sus conclusiones con el público. A través de conferencias, palabras de despedida, artículos, comentarios y presentaciones de muestras y entrevistas, Olga fue guardando su comentario; su documento, de muchos sucesos que hoy significan momentos importantes para la comprensión de la plástica paraguaya: su propia experiencia, el aporte de Bestard, los inicios de Colombino y Jacinto Rivero, la primera muestra de Pindú, la bienvenida a los artistas jóvenes, el adiós a Guevara y Laterza Parodi.

Estos textos tienen la intención fundamental de constituirse en dato, fuente documental, material de consulta para futuros estudios. Muchos de ellos son inéditos; otros fueron publicados en artículos periodísticos, otros, leídos en ponencias y emisiones radiales; reunidos ellos en una sola edición, organizados cronológicamente y acompañados de una adecuada ilustración, conforman un aporte para ese necesario trabajo de conservar la memoria colectiva, tan fragmentada y dispersa en nuestro medio.

Pero este material no es sólo asiento pasivo, ficha y recuerdo: en él se filtra inevitablemente la particular mirada de un espectador que es simultáneamente actor sensible del proceso que registra.

TICIO ESCOBAR 

Asunción, Julio 85

 


INTRODUCCIÓN

Muchas veces pensé en Picasso, que decía "no busco, encuentro", mientras que yo, en mis búsquedas, no siempre encontraba...

Cuando empecé a pensar en una exposición en la que se pudieran ver "mis búsquedas" llegué a comprender que a lo largo de todos estos años no solamente buscaba soluciones a problemas relacionados con mis propias obras: pinturas, dibujos, grabados... Trataba también de entender, saber, qué es lo que hace que una obra sea considerada "obra de arte"; intentaba conocer cómo eran y como son los grandes creadores de todos los tiempos y, además, buscaba penetrar en el futuro para descubrir cualidades que podrían llevar a ser Artistas, con A mayúscula, a los que comenzaban a transitar por los caminos del arte.

Paralelamente trabajaba en mis obras, reflexionaba sobre lo que hacía e investigaba en el Arte de los grandes maestros -Cèzanne, Chagall, Picasso, Rauschenber, Matisse...- buscando las claves que ellos me podían ofrecer. Los maestros dan, a través de sus obras, lecciones prácticas, enseñan a "ver" cuando se hace el esfuerzo de "leerlas" con atención. El conocimiento más profundo de la obra de arte -su ubicación histórica, su estructura, su gramática- no se oponen a la emoción estética, por el contrario, la enriquecen.

Además intenté siempre compartir lo que encontraba y, por eso, buscaba los medios para establecer la comunicación: clases, la radio, comentarios en los diarios, etc. Así aparecieron los siete textos sobre el gran arte, y los grandes artistas, entre los que incluí algunos relacionados con la pin-tura religiosa -la Pasión de Cristo, la Virgen y el niño- y las charlas que dicté en ocasión de las inauguraciones de los murales que pinté en los Colegios Nacionales de varones y de niñas en 1956 y 1957, respectivamente.

Los artistas extranjeros que de tanto en tanto llegaban a nuestro país fueron muy importantes para la renovación del arte paraguayo. A veces, no siempre, durante estos años fui testigo directo de su paso y de su in fluencia: Joâo Rossi que nos habló del arte moderno, y nos enseñó a ver y gozar de las obras contemporáneas, además de abrirnos las puertas para que ingresáramos en "lo actual".

Luego llegó Livio Abramo con su exposición de xilografías y dictó un curso-taller, en el que aprendimos las nociones elementales del lenguaje gráfico que de ahí en más se fue constituyendo, de nuevo, en una forma de expresión característica del arte paraguayo. El grabado en madera ya había sido utilizado en el pasado -las misiones jesuíticas, los periódicos de trinchera de la guerra del 70 (Cabichuí y El Centinela)- pero luego fue casi olvidado hasta la visita, la exposición y el curso dictado en la Misión Cultural Brasileña, que fueron el punto de partida del Taller de Grabado en el que nos formamos la mayoría de los que utilizamos esa técnica.

Llegaban, y llegan, frecuentemente artistas argentinos; algunos como curiosos turistas, otros nos muestran sus obras y se van, y unos pocos se quedan. Susana Romero llegó a Asunción con su bagaje de conocimientos y técnicas que compartió a través de sus obras y sus clases. Tanto se integró que podría, quizá, ubicar el comentario sobre su exposición entre los de nuestros artistas, pero creo que por su formación previa es importante que esté entre los que llegaron hasta nosotros ya formados y en esta tierra encontraron elementos nuevos que expresaron en sus obras.

Así como la presencia de los que vinieron a ofrecernos con generosidad su arte abrió para nosotros nuevas sendas, la ausencia definitiva de los que nos abandonaban me llevó a reflexionar sobre lo que nos habían legado. Bestard, Andrés Guevara, José L. Parodi, cada uno a su manera, habían dejado para el arte paraguayo obras difíciles de olvidar. La importancia de sus respectivos aportes, el saber que se habían ido para siempre, dejó una honda tristeza, como suele ocurrir, por lo que ya no podríamos recibir de ellos.

No sólo la pintura, el dibujo y el grabado fueron objeto de mi atención durante estos años. El lenguaje de la fotografía me interesó también como tema para ser analizado, y entre 1970 y 1981 publiqué cuatro notas sobre sendas exposiciones de fotografías, lenguaje tan válido como las otras expresiones visuales para analizar la relación de forma y contenido, que aparece como una preocupación constante en lo que escribí a lo largo de todos estos años.

La primera nota fue inspirada por fotos que Jesús Ruiz Nestosa tomó en Bolivia y que dieron lugar a un análisis de las diferentes actitudes del artista-fotógrafo cuando con la cámara se instala frente al tema que va a perpetuar en su obra. Profundicé ese análisis ocho años después, al comentar otra exposición, citando a un crítico de arte que decía que la fotografía podía ser un espejo que refleja la imagen del artista que la hizo o una ventana a través de la cual se puede ver el mundo.

La mayoría -más de treinta de las cincuenta y tres- de las notas que escribí y se reúnen en este tomo están dedicadas a nuestros artistas y entre ellas cinco a exposiciones de mis trabajos, hecho que deseo no sea tomado como excesiva vanidad sino como la intención de añadir algunos datos para la ubicación y comprensión de mi propia búsqueda.

En 1964, en la recordada revista Alcor, publiqué la primera nota que hice sobre un artista paraguayo que, a pesar de su juventud, ya había logrado ocupar un lugar importante en nuestra plástica. El artista era Colombino y el comentario se relacionaba con una monografía que "Cuadernos de Arte" del Ateneo de Madrid dedicaba a nuestro compatriota. Después de veinte años es grato confirmar que aquella pasión creadora que Colombino ya demostraba en los inicios de su carrera artística fue reafirmándose en el trabajo y la investigación constantes.

A medida que transcurren los años y analizo qué pasó con los artistas -algunos ya formados, otros que prometían serlo- cuyas obras comenté, veo que no siempre, y por distintas razones, se pueden cumplir las promesas. Si siento una satisfacción profunda cuando las esperanzas se cumplieron, me produce tristeza cuando no se da así, porque comprendo que son muchos los factores que inciden en la elección que tiene que hacer el hombre-artista en cada momento de su vida, y muchos no dependen sólo de su voluntad.

Creo que eso -mismo ocurre con la obra de cada artista; cuando se inicia el trabajo se pone en él mucha fe, pero no siempre se alcanzan las metas. Es ahí donde se reúnen mis búsquedas, las propias en mi obra artística, y la necesidad que sentí de penetrar en el futuro para encontrar a los que continúen la tarea iniciada por todos los creadores que fueron dando, con las propias búsquedas, su aporte, grande o pequeño, al arte paraguayo que sin ellos no podría ocupar el lugar que hoy tiene.

Es evidente que aquí no están citados todos los artistas que han añadido obras de gran valor al proceso del arte paraguayo, pites ésta es una recopilación de lo que escribí entre 1956 y 1985, y sólo puedo citar a aquellos que por diferentes motivos me tocó comentar. Deseo que se comprenda que no hay una selección de ningún tipo y los no citados pueden ser, y muchas veces son, más importantes para la historia de nuestro arte que algunos de los que aparecen en el texto.

No podría dejar de recordar a los que, en diferentes formas, hicieron posible mi tarea. En primer lugar a los que me enseñaron a ver: Ofelia Echagüe Vera, Josefina Plá, Joâo Rossi. También a quienes confiaron en mi juicio para que presentara o comentara sus exposiciones y, desde luego, a los que abrieron sus puertas y ofrecieron sus páginas para publicarlos.

Finalmente quiero dejar en claro que el único propósito de esta recopilación es que los historiadores del arte de nuestro país, y todos los que se interesan por él, tengan a su alcance algunos de los textos que, por no ser importantes, muchas veces son difíciles de obtener -aunque con-tengan datos aclaratorios- y por la inmediatez de su publicación- catálogos, charlas, audiciones radiales- no son conservados en ningún archivo.

OLGA BLINDER

Asunción, Agosto de 1985

 


INDICE

·         Presentación

·         Introducción

·         El mural

·         Primer curso de grabado en madera

·         Cèzanne

·         Mural en el Colegio Nacional de Niñas

·         Exposición de acuarelas

·         La Pasión de Cristo en la pintura

·         Marc Chagall

·         Recordando a Andrés Guevara

·         Cuadernos de arte

·         Recordando a Bestard

·         Invitaciones a valores plásticos del Paraguay

·         Impresiones

·         Las cuatro dimensiones de mi pintura

·         Un viaje a Bolivia

·         Primera exposición de Novísima Pintura

·         Los dibujos de Pindú

·         Henri Matisse

·         Flores de Lilí

·         La belleza del dibujo

·         Los mundos imaginarios

·         Dibujo generativo

·         Fantasía y libertad

·         Dos pintores, dos caminos

·         El lenguaje del grabado

·         Fotografías de Semana Santa

·         Comentario sobre Rauschenberg

·         Exposición de fotografías

·         El aporte de Rossi

·         Paisajes, retratos, emociones

·         Visiones sobre el paisaje

·         Picasso: Una retrospectiva

·         La Virgen y el Niño

·         Adios a Laterza Parodi

·         Fragmentos de una conversación

·         Trenes y bicicletas - Exposición de fotografías

·         Ambientación, dibujos y fotografías

·         La luz y el color

·         El canto y la xilografía

·         Pinturas de Salerno

·         Aparente contradicción

·         Muestra Móvil: Artes visuales/82

·         Luis A. Boh y Ricardo Migliorisi
·         Una gota de agua

·         Arte sobre Arte

·         Las escaleras

·         Historia y papeles

·         Un diálogo sobre la obra de Miguel Heyn

·         El río que amenaza

·         Collage

·         ¡Otra vez flores! ¿Por qué no flores?

·         Los símbolos ambiguos

·         Hermosamente feas, horriblemente bellas

·         El tiempo y el espacio.

 

 

 

 

"LA MUJER Y SU SOMBRA" OBRA DE BLINDER , OLGA

TAMAÑO : 66.5 x 87.5 cm.

 

 

 

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