VILLA ENCARNACIÓN
CAMPAMENTO DE LA INDEPENDENCIA (1843-1906)
Por MARGARITA DURÁN ESTRAGÓ
Centro de Estudios Antropológicos de la
Universidad Católica (CEADUC)
Biblioteca de Estudios Paraguayos – Volumen 79
Colección Bicentenario a cargo de IGNACIO TELESCA
Diseño de tapa: Antonio Bordón
Asunción-Paraguay 2009
Prólogos// Introducción
Los Paranáes al inicio de la conquista
Reducción de Nuestra Señora de la Encarnación de Itapúa
Presencia franciscana en Itapúa
Itapúa en los albores de la Independencia Nacional – Antecedentes: Escaramuzas en Campichuelo// Batalla de Paraguarí (Mbae)// Batalla de Tacuary (Tupara'y)// Itapúa en tiempos de la emancipación nacional
Extinción del pueblo de Itapúa
Fundación del Carmen (Tupara'y)
Villa Encarnación: Pasos previos a la fundación// Fundación de la Villa. Génesis de la familia encarnacena// Demolición del templo jesuítico// Cementerio público// Campamento de la Independencia// Carrera de Postas entre Villa Encarnación y Asunción// La Villa y el Puerto
Ciudad de Encarnación
Conclusión// Fuentes y Bibliografías// Anexos
PRÓLOGOS
I
El hombre nace en el seno de una cultura determinada que va a influir en él significativamente, pues la cultura hace posible el desarrollo de su personalidad, de su identidad y de su auto comprensión; pero, por otra parte, los desvalores o los aspectos negativos que pueda tener una cultura, impiden o estorban el desarrollo libre de su autocomprensión y de su obrar. Por eso la cultura requiere por una parte continuidad y por otra renovación o directamente innovación. Para hacer posible esta continuidad tiene mucha importancia la investigación histórica, pues ella permite conocer, comprender y apreciar nuestras “raíces” culturales.
Podemos decir que el hombre es un ser cultural; recibe de la sociedad en la que nace una determinada cultura, la transmite posteriormente y puede modificarla. En la cultura se transmiten costumbres, normas, habilidades, relatos, doctrinas..., pero sobre todo, la cultura está muy unida al lenguaje, pues el lenguaje es el medio fundamental de transmisión de una cultura, sea este lenguaje oral o escrito.
El término “cultura” nos indica el modo particular como, en un pueblo, los hombres cultivan su relación con la naturaleza, entre sí mismos y con Dios de modo que puedan llegar a “un nivel verdadera y plenamente humano” (GS 53). Es “el estilo de vida común” (GS 53) que caracteriza a los paraguayos en su diario vivir.
Si en la EVANGELII NUNTIANDI se afirma que la ruptura entre Evangelio y culturas es sin duda alguna el drama de nuestro tiempo (EN 20), podemos también decir que el desconocimiento y la ruptura con nuestra cultura es sin duda también un problema que nos afecta a todos. Si el hombre se comprende a sí mismo en una cultura, desconocerla o “romper” con ella, tendrá también un efecto en él mismo. Afectará a toda su vida, ya que la cultura afecta a todo, particularmente a sus relaciones con los demás. Creo que el “teko Paraguay” que nos identifica está en crisis; por eso recuperar la cultura propia, el “teko Paraguay”, es recuperar la memoria de un pueblo, es devolver a la gente su propia identidad; en realidad es como ayudarle a no perder su sentido de pertenencia a su tierra, a su cultura, a sus “raíces”.
Por eso son importantes las investigaciones históricas. En este caso la investigación histórica que hace Margarita Durán sobre la “Villa Encarnación”. Mediante esta investigación podemos conocer el rol que le tocó desempeñar en el resguardo y fortalecimiento de la soberanía nacional. Pero por otra parte hay que recordar que la cultura forma parte del patrimonio de cada comunidad humana y una investigación histórica ayuda a la defensa de nuestro patrimonio cultural.
Preparándonos a celebrar el bicentenario este tipo de investigaciones son importantes porque nos ayudan a fortalecer nuestra identidad paraguaya y a la vez nuestra cultura. La Universidad Católica apoya todo lo que puede redundar en beneficio de nuestra comunidad, de nuestra identidad, porque en realidad forma parte de su misión. El concilio Vaticano II nos recuerda a todos: “Los cristianos, en marcha hacia la ciudad celeste, deben buscar y gustar las cosas de arriba, lo cual en nada disminuye, antes por el contrario aumenta la importancia del trabajo con todos los hombres en la edificación de un mundo más humano. En realidad, el misterio de la fe cristiana ofrece a los cristianos valiosos estímulos y ayudas para cumplir con más intensidad su misión y, sobre todo, para descubrir el sentido pleno de esa actividad que sitúa a la cultura en el puesto eminente que le corresponde en la entera vocación del hombre” (GS 57).
Que nuestra Señora de la Encarnación de Itapúa nos ayude a todos a ir desarrollando nuestra cultura y a no perder nuestra propia identidad.
Mons. Dr. MICHEL GIBAUD, Rector
II
La Universidad Católica "Nuestra Señora de la Asunción" Sede Regional Itapúa, se honra en presentar el resultado de las investigaciones de la historiadora Margarita Durán sobre los orígenes de nuestra querida ciudad "NUESTRA SEÑORA DE LA ENCARNACIÓN DE ITAPÚA". Este aporte adquiere particular relevancia en el contexto de las celebraciones del Bicentenario de la Independencia Nacional porque se trata del rescate histórico del papel protagónico desempeñado por la naciente Villa Encarnación en el resguardo y fortalecimiento de la soberanía nacional. Así misino, nuestra satisfacción por coincidir esta presentación con el Cincuentenario de la Universidad Católica "Nuestra Señora de la Asunción" y resaltar así uno de los servicios relevantes a la sociedad como lo es la investigación, y de forma particular sobre nuestras raíces históricas.
Esta investigación, y su satisfactorio resultado, apuntan a dos coordenadas muy queridas a nuestra cultura autóctona. Así, el amor al terruño, al valle, al lugar donde se asienta la casa familiar, donde se desarrolla la vida de la comunidad circundante es posiblemente el tema de mayor inspiración en el cancionero folklórico; es la fuente de donde fluyen las recordaciones más sentidas de todos los poetas nacionales. Desde dentro, desde fuera, en la geografía cercana o lejana, siempre el valle es motivo del canto que hilvana los lazos solidarios con la familia, con los amigos, con los vecinos, así también con la chacra, con los bosques, con las cordilleras, con los ríos, los arroyos y toda la fauna del entorno.
Al mismo tiempo, aunque no de forma tan multiforme como lo señalado, se busca también enlazar el valle con las grandes gestas y aconteceres de la historia. Una tendencia muy repetida ha supervalorado, en esta línea, los escenarios de luchas y batallas de las dos grandes guerras, así corno de otras de menor cuantía de carácter bélico. Sin embargo, a lo largo de la geografía nacional es importante señalar también los lugares que vieron nacer a los poblados, a construcciones, a otros hitos que marcaron y van consolidando poco lineo nuestra heredad, nuestro modo de ser, nuestro ser nacional. Como se nos expone en esta investigación, a Encarnación, desde seis orígenes y a lo largo de su historia, le cupo ser un baluarte de la independencia y de los valores nacionales.
Nuestra querida Encarnación es hoy, a 394 años de su fundación, y su entorno geográfico, un espacio privilegiado del crisol de las culturas, de las de nuestros mismos orígenes, la indígena y la ibérica, enriquecida desde el siglo pasado con otras de origen europeo y asiático. Esta situación la ubica como propiciadora del diálogo multicultural con profundas trascendencias en los tiempos de la globalización que nos toca vivir. Su primer aporte es la superación de toda forma de discriminación y la priorización del respeto a lo diferente. Y, sobre todo, de la valoración de la riqueza de los diversos matices culturales para la construcción de la sociedad equitativa, libre y solidaria.
Nuestra más profunda gratitud a Margarita Durán, y a todos los que colaboraron con ella.
La Sede Regional Itapúa de la Universidad Católica "Nuestra Señora de la Asunción" reitera su total apoyo para emprendimientos de esta naturaleza. La investigación de nuestra realidad sociopolítica y cultural es uno de nuestros mayores desafíos. Porque estamos convencidos que solo desde nuestras raíces podemos empujar la renovación científica, humana y cristiana, hacia mejores días para nuestro querido pueblo.
Dr. JESÚS RENÉ HAURÓN - Prorrector
INTRODUCCIÓN
En vísperas de la celebración del Bicentenario de la Independencia Nacional, nada más pertinente y plausible que destacar el papel protagónico que le tocó desempeñar a Villa Encarnación en el resguardo y fortalecimiento de la soberanía patria.
Parecería fuera de contexto pretender relacionar la fundación de la villa con la independencia del Paraguay, ya que la gesta emancipadora ocurrió en 1811, en tanto que Encarnación se fundó tres décadas más tarde, en 1843.
Conviene destacar que la independencia política del Paraguay no se circunscribió al 14 y 15 de mayo de 1811; aquélla fue el resultado de un proceso largo y dificultoso que se extendió hasta la Jura de la Independencia en 1842, logrando su consolidación política con el reconocimiento de la misma por el gobierno de la Confederación Argentina, en 1852.
Es en la última etapa del proceso independentista cuando surge Villa Encarnación como uno de los baluartes de la frontera sur, ante el peligro de invasión del ejército porteño, liderado por Juan Manuel de Rosas.
La investigación histórica que arrojó tal resultado fue posible gracias al esfuerzo emprendido por la Universidad Católica, Sede Regional de Itapúa (UCI), con miras a lograr el rescate de aquella historia, en vísperas de la celebración del Cincuentenario de la Universidad Católica y el Bicentenario de la Independencia del Paraguay.
Debido a la carencia de fuentes bibliográficas basadas en documentos primarios, los orígenes de Villa Encarnación permanecieron casi ocultos por mucho tiempo. Para develar aquella historia, iniciamos una búsqueda minuciosa de cuantos informes, decretos, cartas, registros de propiedades e inventarios pudimos hallar en el Archivo Nacional de Asunción; sondeamos todo aquello que pudiera darnos alguna pista para la mejor comprensión e interpretación de los hechos y sus protagonistas.
Al inicio de la investigación nos hemos preguntado acerca de los motivos que indujeron a los cónsules de la República, Carlos Antonio López y Mariano Roque Alonso, a suprimir el pueblo de indios de Itapúa; a trasladar a su gente a otro sitio; la reacción de la población indígena ante la orden de desalojo; las consecuencias de aquella ruptura con su pasado y la justificación o no de esa disposición.
Indagamos también acerca de las razones que llevaron a los cónsules a crear en su reemplazo una villa; saber de dónde provinieron sus primeros pobladores y la misión que les fue encomendada. La pesquisa giró, además, en torno a la elección del sitio de la villa y los fundamentos que pudieron haber pesado a la hora de tomar decisiones.
Curiosamente, la población advenediza recibió la orden de instalarse en la otra banda del Mboica'e; nos preguntamos entonces, para quiénes estaba destinada la infraestructura arquitectónica de la antigua reducción jesuítica de Itapúa. Estos y muchos otros planteamientos fueron surgiendo a medida que avanzaba la investigación.
Se han podido identificar en el Archivo Nacional varios planos de la antigua reducción de Itapúa, levantados por orden de los cónsules de la República y otros por Don Carlos, presidente; con ellos se ha logrado recrear la antigua reducción, y al mismo tiempo, comprobar su evolución arquitectónica a través del tiempo; las referencias que acompañan a ciertos planos dan cuenta del destino que tuvieron aquellas construcciones en los inicios de Encarnación: el Colegio siguió siendo cuartel de la villa, desde los tiempos de la Independencia; uno de sus salones quedó habilitado como oratorio público en reemplazo del antiguo templo que se hallaba en ruinas; el Cabildo, (le alto, fue destinado para sede policial y los cuartos contiguos para escuela cíe primeras letras y oficinas de la Aduana.
En el Campichuelo; junto al Paraná, y bajo la supervisión cíe la comandancia de la villa, se instaló el "Campamento de la Independencia", un cuartel con capacidad para más de 1.000 soldados reclutados de los pueblos vecinos y entrenados para resistir una eventual invasión porteña. Se ha podido identificar un plano anónimo del Campichuelo, con la señalización del sitio de dicho cuartel y otros puestos militares; también se logró identificar el plano de aquel campamento, gracias a una minuciosa búsqueda de información en el Archivo Nacional de Asunción.
Mediante documentos consultados en el Archivo del Arzobispado de Asunción se pudieron conocer las razones del traslado del templo, a comienzo del siglo XX, fuera del centro histórico de la villa, caso atípico, atendiendo las características esenciales del plano urbanístico de los pueblos y ciudades del Paraguay.
Con los resultados de la investigación hemos hallado respuestas a casi todas las interpelaciones y lo importante fue poder fundamentarlas con instrumentos probatorios. Los planos hallados y las fuentes que hacen a la esencia de este estudio, se presentan como Anexos por tratarse de documentos inéditos, de rico contenido histórico.
Es de esperar que muchas otras localidades del Paraguay puedan rescatar su historia como lo hace hoy la ciudad de Encarnación. Recuperar la memoria de un pueblo es devolver a su gente la identidad y el sentido de pertenencia a su tierra y a su cultura.
Agradecimientos a la Universidad Católica, Sede Regional de Itapúa, por confiar en nuestro trabajo. Gratitud a los responsables de la Colección Bicentenario del Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica (CEADUC) que publican este volumen; al profesor Francisco Asereto del Vicerrectorado de la Universidad Católica por su constante apoyo a nuestra labor investigativa; a los directivos y funcionarios del Archivo Nacional de Asunción, del Archivo Arzobispal y del Diocesano de Encarnación.
Reconocimiento al Director de Catastro de la Municipalidad de Cambyretã, arquitecto Jorge Cardozo y a la señora Martha Elizabeth Maidana, funcionaria de la Municipalidad de Encarnación. Mención especial a la Hermana Juana Benigna Gutiérrez del Colegio Immaculé Concepción de la ciudad de Encarnación; al suboficial Ignacio Paredes del destacamento del Campichuelo, a don Hilario González Rodríguez vecino del lugar y al ex intendente de Encarnación, arquitecto José Marcial Caballero.
Merecidas gracias a la arquitecta Lourdes Duarte Cazó y al ingeniero Antonio Spiridonoff, docentes de la Universidad Católica de Asunción, por su activa y desinteresada colaboración en los relevamientos de campo, registro fotográfico y superposición de planos de Encarnación y el Campichuelo (Cambyretã); gracias finalmente, a todos aquellos que de una u otra forma acompañaron este emprendimiento.
Que este aporte al esclarecimiento de los inicios de la ciudad de Encarnación contribuya a un mayor acercamiento de las diversas culturas que habitan en ella y al mismo tiempo, aliente a crear en sus habitantes y residentes una elevada autoestima y un compromiso comunitario que apunten a un mayor nivel cultural y económico de la ciudad.
MARGARITA DURÁN ESTRAGÓ
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