En la vida musical de las Reducciones la música instrumental ocupó un papel central. Cada misión contaba con un repertorio voluminoso con obras para una pequeña orquesta barroca —habitualmente para dos violines y continuo—, así como para los instrumentos de teclado, en particular para órgano. En el Archivo Musical de Chiquitos, donde se guarda el repertorio de la misión de San Rafael de Chiquitos, con algunas añadiduras de Santa Ana de Chiquitos, hay casi doscientas obras instrumentales para la orquesta y el mismo número de composiciones para un instrumento de teclado. Es admisible imaginarse que algunas bibliotecas de los 30 pueblos del Paraguay han sido más ricas aún en cuanto al número de obras instrumentales que ofrecían para sus músicos. Al parecer, las formas musicales más corrientes eran sonatas, conciertos y suites. Llegaban a las misiones desde Europa, junto a los nuevos misioneros que traían consigo las novedades musicales del Viejo Continente.
Entre los cuartetos, danzas, partidas, conciertos, sinfonías y sonatas pertenecientes a la colección musical de Chiquitos, estas últimas, cuyo número se aproxima a ciento diez composiciones, fueron las más difundidas. En su mayoría, el copista no consignó indicación alguna sobre el autor de la obra. Las que señalan su compositor o fueron reconocidas por los diversos musicólogos que se ocuparon del estudio de la colección musical de Chiquitos fueron escritas por Arcangelo Corelli, Antonio Vivaldi, Niccolò Jommelli, Ignazio Balbi, Pietro Locatelli, Giovanni Battista Sammartini, Nicola Calandro y Domingo Poretti. Diez sonatas atribuidas a Arcangelo Corelli permiten considerarlo como el más popular y prolífico compositor de la música instrumental que se conocía en la antiguas misiones jesuíticas en Chiquitos. Por otra parte, no se ha descubierto obra instrumental alguna que pudiera servir como asidero para atribuir la autoría de esta música a un compositor nativo.
Por otra parte, las misiones de Moxos han anotado en el pentagrama algunas danzas folclóricas que acompañaban las procesiones o festejos populares ocasionados por las celebraciones de los días festivos del pueblo. Entre ellas el lugar más destacado ocupan los jerure, que son pequeñas piezas musicales compuestas por los músicos del lugar y tocadas con instrumentos autóctonos (flautas de caña, bajones, instrumentos de percusión) junto a violines, flautas traversas y otros. Los siguen las vistosas danzas de los macheteros, obras compuestas por músicos del lugar, para solemnizar procesiones y festejos comunitarios. También algunas de ellas fueron anotadas en partitura. Sin embargo, los copistas no han incluido en sus transcripciones las sugerencias para la interpretación de esta música.
Diego Sánchez Haase, junto a sus músicos de la Orquesta de Uninorte, son los primeros artistas que tomaron el desafío de interpretar el ciclo entero de las sonatas del Archivo Musical de Chiquitos y no solamente una o dos de ellas. Sánchez Haase es un director de sólido conocimiento de las reglas de interpretación de música histórica. Conoce bien las misiones de Chiquitos y su gente. Tuvo la oportunidad de escuchar a los músicos que hay allí y sus interpretaciones de selectas obras musicales del repertorio misional. Es por ello que sus producciones son muy originales y despiertan en el público muchas emociones y aprobación.
Piotr Nawrot, svd Musicólogo, Director Artístico Festival de