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ALBERTO MANUEL SISA DA COSTA

  ATALAYA DE SUEÑOS, 2001 - Poemario de ALBERTO MANUEL SISA DA COSTA


ATALAYA DE SUEÑOS, 2001 - Poemario de ALBERTO MANUEL SISA DA COSTA

ATALAYA DE SUEÑOS

Poemario de ALBERTO MANUEL SISA DA COSTA

Tapa: Idea original de ALBERTO SISA

Dibujo: CARLOS CALDERÓN

Diseño/Composición: Oasis Producción Gráfica-Sans Serif

Agosto 2001 (119 páginas)

 

 

DATOS BIOGRAFICOS

Alberto Manuel Sisa da Costa, nació el 6 de octubre de 1966 en Asunción, Paraguay. Son sus padres, Aurora Asunción da Costa Berino y Guido Manuel Sisa Cazal. Poeta y Periodista, egresa de la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), en 1989. Desde el año 1996, desempeña funciones de prensa en la Dirección de Comunicación de la Municipalidad de Asunción.

Anteriormente le cupo trabajar en varios medios de prensa de nuestra capital, entre ellos Noticias, El diario, en donde ejerció labores profesionales durante muchos años en la Sección de Artes y cultura. También trabajo en los Diarios Ultima Hora, Hoy, Popular y El Día.

Durante sus años de Facultad fue activo colaborador de la revista “El Periodista”, y miembro del Club de Periodismo del área de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Filosofía de la Una. Asimismo, ejerció la cátedra de Redacción Castellana y Periodística en el Centro de Comunicación y Cultura de esta ciudad.

Sisa, irrumpe en la poesía en la década del 90, específicamente en las revistas culturales y sindicales de la Facultad de Filosofía. También sus escritos poéticos aparecen dispersos en algunos medios, entre ellos el Correo Semanal de Ultima Hora y en el Diario El Día. Pero sus inquietudes literarias ya lo manifiesta en la década del 80, época del secundario, en el Colegio Nacional Naciones Unidas, en donde le toca ser partícipe de la creación de la Academia literaria.

Igualmente interviene en concursos literarios y festividades artísticos y festivales artísticos, así como en actos culturales propiciados por la mencionada Institución educativa

 

 

DEDICATORIA

A mis padres, Guido Manuel y Aurora Asunción, quienes inculcaron en mí el amor a la poesía y la virtud de la perseverancia, a mi hermana María Celeste, por su afecto de siempre. A mis amigos, familiares y compañeros de trabajo, quienes con su constante aliento, motivaron para que la presente obra salga a luz.

A todos ellos mi eterna gratitud.

EL AUTOR


 

LA ACCIÓN DE LA PALABRA

“ATALAYA DE LOS SUEÑOS”, resume la cosmovisión mía de las percepciones diarias, que se ven reflejadas en nuestras propias emociones. Aquellas que se tangibilizan con nuestros sentidos, y que se traducen en vivencias trasladadas a la acción de la palabra, a esa puerta dimensional poblada de magias y ensueños, - y porque no- realidades con nuestro mundo, nuestra sociedad y la Patria. Como decía Camus, “estamos en medio de una belleza de la que no podemos prescindir y de una sociedad de la que no podemos apartamos”.

Dicen que los libros originales sólo nacen de una personalísima postura frente al mundo, estética y moral en sentido amplio. Y esa es la misión desde nuestra particular atalaya, en la cual oteamos los actos diarios, atesorando desde lo alto, aunque sea en forma subjetiva e idealizadora nuestras esperanzas de un país más justo y fraterno.

Considero que esta generación de jóvenes - pese a que se diga de que está atosigada por la torrente materialista y malsana, que se toma inmisericorde - conserva inquietudes de una vocación humanista y liberadora, y que pese a ese estrecho espacio crítico que nos deja el orden establecido, vemos hoy que las actitudes éticas y humanas se traslucen en acciones aisladas, - pero eso sí -, con una firme actitud de compromiso y coherencia hacia los eternos valores de una verdadera libertad, y justicia social.

Y con esa esperanza, que la portamos siempre como insignia inmanente en nosotros, nace esta modesta obra poética, - que ante la oscuridad y desesperanza de estos días - pretende sumarse al cuerpo integrador de los anhelos de otros muchos soñadores anónimos; siendo auténticos y consecuentes con nosotros mismos y ante los demás, asumiendo plenamente nuestras voces y palabras, en su más trascendente sentido. Sólo así conseguiremos nuestros nobles propósitos.

Hago mía, estas sentenciosas palabras del recordado poeta Nelson Roura: “La misión de cada hombre debería ser la de realizar la conquista de la vida a través del Amor”.

Hasta Siempre

El Autor


 

POESIA EN LA GLOBOPOLIS

Por el derecho a ser sincero ante la obra de un amigo, para empezar, diría que cuando de poesía, naturaleza o mujer se trata, carezco de preferencia, aunque me seduzca con facilidad la belleza cívica, política o de protesta, como quieran denominarla. A mí me gusta la belleza en sí, y mejor todavía si piensa, es de contendido transparente y aliento natural. Al clasismo o a la demonización tanto en lo social como en lo cultural, le tengo mucha desconfianza. Ahora sí, ¿desnudarse y transparentarse, implica perderse en el paisaje del invierno o sólo se trata de un rito inmemorial de la naturaleza, para un reencuentro vital con la primavera?, pienso y veo que, menos los pinos y los ligustros, todos los árboles de mi barrio ya están libres de hojas. No obstante, aclaro, hoy no es un día de invierno. Da para un tereré a media sombra, incluso algunos turistas se han puesto a bañarse en las aguas transparentes del Anisacate. ¡El clima también se ha globalizado!, interviene un fantasma mío, alérgico siempre a todo modelo cuya religión se reduce a cotizar y subastar la dignidad de los pueblos. En esta antesala de las serranías, la temperatura, últimamente viene golpeando hasta con 16 grados bajo cero. Este río (así lo apodan, pues comparado a los nuestros es una babilla de angelito; para ellos nuestras cordilleras serían montículos y punto) que viaja entre las piedras y que tal vez por eso canta en voz alta y sin estridencias a toda hora, al año pasado, de repente, había enmudecido. Al comprobar que el Anisacate amaneció congelado, sentí que estaba ante una imagen que se me clavaba en el alma y me pregunté si este río fuera de color confuso y de cantar doméstico, ¿también me hubiera entristecido?.

Y a propósito de cauce transparente, en ATALAYA DE LOS SUEÑOS, uno se encuentra, creo yo, con esa sugerencia y urgencia de ser poeta en medio del desempleo de la imaginación y el estreñimiento de los sueños, de imponer una voz de fuego en la agenda de cierta ficción dominante que reparte invierno social para el que canta contra las leyes de la selección natural del mercado. Y siendo que nadie escapa a los paisajes de su infancia y al tiempo de sus canas, cada detalle del Anisacate que pasa besando el patio de mi residencia (en transfiguración constante en los ríos de mi Guairá natal) me incita a los recuerdos y a la reflexión. Y ahí me estoy espejando en el Tebicuary-mí o en el Yhaca-mí (siempre con guarapos), ambos más turbios y menos caudal que antes. Y, se me da, entonces, por creer que los ríos de las sierras tendrían ventajas frente a los del llano. Es que los pedregales aún no han podido convertirse en pastoreos rentables, como los esteros secados y disecados de nuestros valles, me apunta mi fantasma que de ironía ambigua no tiene nada Y así es, los versos que nazcan de las alturas del alma, son transparentes y con aire de futuro. Cuando estén secos los esterales, de donde emergen mediáticamente los "poetas” del momento con su estética de ambigüedad, el servilismo y la moda, el reino, aunque minúsculo, de los lectores, será de los poetas claros. Ser claro consigo mismo y luego empuñar los versos y las ideas, no es sólo un arma o un credo sino una cortesía de los filósofos, de los poetas, diría Unamuno en respuesta a quienes le negaban la categoría de filósofo por su compromiso consigo mismo en fuga intelectual de la ambigüedad discursiva. Para aquellos críticos (hoy emparentados con los globólatras), Fukuyama sería Divino y Sócrates, diabólico. Es decir, la cicuta que actualmente tiñe el cántaro de los de afuera, se cultiva en el huerto del ateniense y no en el del nipón- estadovampirense.

El libro de Alberto Manuel Sisa, desde un principio, nos habla desde lo alto de los sueños y las ideas. Y como todo poeta de alma que descree en el cuento del “Fin de la Historia”, porque nunca ha participado del funeral de ningún ideal, se presenta y nos dice: Creo en Jesús/y en su acción redentora./ Creo en Ghandi y Luther King..

¿Y estos nombres míticos son contemporáneos nuestros por haber sido hipócritas y de oscuros pensamientos? No, por supuesto, que no, y es por ello que Sisa con su visión cautiva en el crepúsculo/invita a la reconciliación con Dios, incitando a la ética y a la estética de la sinceridad y la transparencia. Y, teniendo en cuenta que Sisa no es ningún admirador de Dios sino un creyente de fe sin fisuras y que tampoco profesa ningún dogma político sino que milita poética y personalmente por una justicia más fraterna, ¿ con que Dios nos invita a reconciliamos? ¿Con el neo Dios que sólo atiende desde el Fondo de las Bolsas... o con aquel viejo Dios que redime a quienes predican y obran en pos de una religión social sin fronteras?.

Dejando la respuesta en el aire, digamos que este sobrino-nieto de Eligió Ayala (aquel estadista filósofo que alguna vez diera a este país superávit económico, con austeridad y honestidad sin demagogia) nunca pregunta pero sí describe y sentencia. Aquellos viejos veteranos/no necesitan de bronce ni de oro/para recordarlos/sino de buenas conciencias, nos apunta y ya sabemos que él se refiere a la suerte de los últimos sobrevivientes de la Guerra del Chaco. Y así se desliza de un poema a otro, sin preferencia de temática ni estilo, el tono de su voz no cambia de forma ni de fondo a la hora de cantar a Dios, a la prostituta, al luchador social, al amor, a la libertad o a algún personaje enigmático de los pasillos universitarios, como Carlos “Aristóteles” Aguilar, sin más consigna poética que la de no ceder a pesar de las sombras en el horizonte/ a pesar de las torres de tiro, por valernos de algunos de sus conmovedores versos dedicados a quienes unieron sus voces y pechos en defensa de un orden constitucional libre de monharpas ( monos y harpías) durante los días del histórico Marzo Paraguayo.

En cuanto a sus modelos artísticos literarios, Sisa no guarda secretos.

Los retrata en verso libre, como subrayándonos su respeto incondicional a aquellos que supieron llevar sus sentimientos e ilusiones hasta el orgasmo de la locura trascendental. Así desfilan entre las hojas de este poemario Whitman, Poe, Ginsberg, Van Gogh, etc., a los que podríamos agregar, por simples experiencias y recuerdos compartidos con el autor durante la vida universitaria, los clásicos españoles: Calderón de la Barra, Hécquer, Quevedo y otros, y también a nuestro Ortiz Guerrero, todos ellos con alto riesgo de contaminación leyéndolos en ayunas. En efecto, la poesía de Sisa ha madurado muchísimo desde la época universitaria a esta parte y lo seguirá haciendo a medida que el poeta huya de uno de los siete pecados capitales del creador, el autoplagio. ¿Y en qué consiste el autoplagio? En dar a luz una obra maestra o simplemente marquetinera que, por sobredosis de conformismo, uno empieza a clonar en mil versiones. Borges decía que no se puede escribir más de tres poemas, Rulfo editó sólo un libro, alegando que era para arrepentirse menos; bueno, trabajando y cometiendo errores nos acercamos a la perfección, Dostoyevsky, Balzac, Neruda, nos legaron obras maestras en el epílogo de su existencia y otros talentos por equis razones, no pudieron o no se atrevieron a romper el cascarón del anonimato.

El autor de ATALAYA DE LOS SUEÑOS, en la última estrofa de uno de sus poemas líricos, nos advierte que intenta ser él mismo desafiando anatemas/ derrotando miedos y amarguras. ¿Y ahora? Pues a comprar y a leer el primogénito libro de nuestro amigo Alberto Manuel Sisa, tal vez uno de los últimos integrantes de los 90 (Generación incubada entre la decadencia y la caída de la tiranía), porque haciéndose conocer es que uno se conoce mejor a sí mismo en el mundo de las letras. Y no olviden que Sisa es joven y los jóvenes, esencialmente de espíritu, (arengarían el Sub Comandante Marcos y sus devotos, quienes,- en palabras de Saramago-, tuvieron que cubrirse el rostro para hacerse visibles), no somos el espejo de la realidad, pero sí por siempre y para siempre, seremos su reflejo, mientras no pidamos perdón a nadie por ser libres, responsables y transparentes, escribiendo Poesía en la Globópolis.

TORY LUBEKA

Córdoba, Junio de 2001

 

 

UN NUEVO POETA

Este libro anuncia la presencia de un nuevo poeta en el escenario cultural del país.

La periodización por décadas - 40, 50, 60, 70, 80 -, incorporada por Josefina Plá en sus estudios sobre la literatura paraguaya, si bien no es técnicamente correcta, es útil para imponer cierto patrón cronológico en la sucesión de las promociones literarias y en su consecuente apreciación crítica.-

Conviene recordar que la diferenciación de las promociones literarias las unas respecto de las otras no es sólo temporal (o histórica): se diferencian entre sí en su relación con los temas y el lenguaje. Ello es bien visible si se aprecia con algún detenimiento las conductas expresivas de los poetas que integran el Grupo del 40 y las de los pertenecientes a las promociones sucesivas, principalmente, los poetas del 50 y 60.

En este punto, es relevante señalar un rasgo altamente diferenciador en la expresión de los poetas posteriores al 40: la contención expresiva en la dimensión de la subjetividad, su denegación de la elocuencia.

El autor de estos textos forma parte de la última promoción de poetas paraguayos. Como es común en todo joven poeta, los temas que gusta tratar son los inevitables del amor, la muerte, lo sagrado, lo social, lo político, etc.

En muchos de sus textos, por ser muy trabajados por toda la gran poesía universal, los temas parecen resistírsele y demandar, acaso, algún trato más prolongado con y entre ellos y el afán expresivo del autor.

El nivel de un primer libro no es siempre alto; frecuentemente se anuncia como un programa de la obra futura del autor. Es siempre más bien el conjunto de escarceos, tentativas y búsqueda de expresión que el autor novel se impone a sí mismo para ir configurando su propia personalidad creadora, que sólo se logra mediante la cooperación del esfuerzo propio, el tiempo y la historia personal.

Francisco Pérez Maricevich

Julio/ 2001

 

 

ASPIRAR UN MUNDO NUEVO A TRAVES DE LA POESIA

Escribir es una ardua y bella tarea. Escribir poesía es difícil, pero el desafío de aprehender en palabras el misterio y la permanente sorpresa de la vida es, como dices tú, comparable a la mágica tarea del fuego: alumbrar, dar calor, señalar caminos, convocar a encuentros, ser abrigo, esperanza y alimento. Y en esa tarea consumirse.

Hay veces que fracasamos en nuestro intento de atrapar los muchos fuegos de la palabra. Otras alcanzamos efímeros éxitos. Sin embargo, la lucha continua porque nuestro quehacer convide al encuentro, devele las sombras, ilumine senderos y sostenga el andar del peregrino. Y a qué vienen esas hojarascas pretensiosas me dirás?

Amigo, entiendo que tu labor de poeta encuentra muchas puertas y enseña paisajes diversos, caminos insospechados en busca de ese fuego primigenio. Debes seguir andando con las palabras a cuestas. Porfiada aventura es esta que exige el sacrificio de la consumación en busca del poema. Esquivo el verso, enajenada la metáfora, inasible la idea, parece que en un instante hallarás la manera precisa de decir lo que quieres. Pero, acaso la poesía, no es más que la misma búsqueda de la poesía?

Leo tus poemas y encuentro en ellos una intensa preocupación ética. Acaso estos tiempos son tan perversos que la misma estética cede el paso a las urgencias éticas?

Tus versos, que paga el precio a la cotidiana prosa periodística, llevan reminiscencias de un mundo bueno, si no perdido, pretendido, anhelado. Lo bueno y lo bello, lo justo son puertos ansiados por el poeta. Y antes que el juego experimental del lenguaje, consagras la presencia de la razón, el buen decir y las ansias de un mundo mejor. La libertad, el aire bucólico, los paisajes, la del amor, la amistad y la rebeldía me remiten a escenarios románticos. Y me pregunto, leyendo a otros jóvenes autores, que también comparten expresiones y temáticas afines a las tuyas, si no estamos ante un horizonte neoromantico en una sociedad cada vez más uniformada, consumista, prosaica y hasta brutalmente excluyente, que contesta sus carencias afectivas, su ausencias de utopías, su pobreza imaginaria, construyendo una nueva sensibilidad con el otrora despreciado material del romanticismo?

Leyendo tus versos leo el alma, los sueños de un hombre bueno. Las crónicas reflexivas, las notas bucólicas, los sentimientos ordenados y la sed permanente de un Dios, de una razón que explique el malestar de estos tiempos, sirven, mi buen amigo, para ir buscando caminos para transitar el muladar babilónico de estos siglos.

Algún crítico literario con ínfulas patronales, te exigiría una mayor reflexión semántica, tal vez que logres una multiplicación de los tonos y renueves más atrevidamente la musicalidad, las sonoridades y que expongas, con delicada crueldad, los males de este mundo, pero yo, con la licencia que me permite la amistad, te digo, que estos poemas son bien recibidos, porque, además de la nostalgia neoromantica, nos devuelve esa atmósfera inocente de un tiempo posible.

Periodista, animador cultural, amante de la filosofía y observador curioso de ánimas, sucesos y libros, parado en el mismísimo umbral del siglo XXI, te comprometes con este libro a seguir atizando la fraterna fogata de las palabras. El fuego que convoca al nacimiento de una nueva humanidad, la que anuncian tus versos.

Además el primer libro siempre lleva consigo la semilla de otros que necesariamente tendrán que nacer para la confirmación del oficio y del intento, pues la esquiva poesía cual “plata yvy guy” sólo se manifiesta y se entrega a quien tiene “buenas intenciones”, dedicación de por vida y un compromiso verdadero con la fragua literaria.

 

Alberto, poeta:

Nunca dejes que el fuego se apague.

 

Moncho Azuaga

Primavera, 2001


 

“Palabras que dicen siempre un juramento para que precisen de él, eternamente”

Vinicius De Moraes

 

 

ATALAYA DE LOS SUEÑOS

 

TIEMPO

Pasajeros de este tiempo
de las horas, minutos y segundos,
tiempo que alimenta sentimientos
y que corren como en un gran río
para convertirse en recuerdos.

 

Anhelo que nuestro pasado alegre
congele los tiempos pretéritos,
y sea atalaya inalcanzable
en el tiempo sin proyecciones.

 

 

VOCES Y PALABRAS

Eran diásporas mis voces
contenidas hacía tiempo,
voces dolidas y tristes
alegres y melancólicas,
llenas de sentidas verdades.

 

Voces clamando un tiempo nuevo,
libre de dicterios y de maldades
contenidas de ideas
y ansias liberadoras.

 

Voces postergadas
cansadas de tanto pedir,
de tanto rogar
un mundo sin odios, mentiras
ni hipocresías,
las que construyen y siembran
hieren y destruyen,
alientan y enternecen
e iluminan los caminos
poblados de hieles.

 

Voces y palabras
en medio del tráfago de la vida,
las que convierten en iniquidades,
las que entristecen el alma,
y las que labran justicia..

 

Creo en Jesús
y en su acción redentora,

Creo en Ghandi y Luther King,
que con sus vidas
transformaron el mundo,
siento a Walt Whitman y Allan Poe
con la celebración de sus cantos.

Creo en sus transcendentes palabras.

 

Sigo aquellas voces
que sin pedir nada
llevan por los buenos senderos
a esa estación llamada esperanza.

 

Voces de ayer y de hoy,
son las mías y las tuyas.

Nuevas Generaciones
convertirán en banderas
las límpidas conciencias
por los tiempos de los tiempos.

 

 

DIVAGACIONES NOCTAMBULAS

Larga es la noche
llena de largos soliloquios,
el silente cuarto solitario
invita al descanso
y a la reflexión,
con sus anaqueles olvidados
repletos de fantásticos libros.

 

Noche a noche,
la ciudad dormita
su tristeza noctámbula,
la vigilia se hace larga
y breve las vísperas
pletóricas de alegrías.

 

Inquieto medito
en el mullido lecho
que llama al descanso,
las fauces del tedio
agitando bajo el sopor
de fuego y martirio,
amor y pasión.

 

Penumbra tras penumbra
el hombre escribe a diario
aunque sea imaginaria
sus realidades y mentiras,
deseos y frustraciones.

 

El desvelo de las horas
se toma inquietante,
y no dejamos de examinar
las disquisiciones
que nos depara el día.

 

¡Ay de los amores frustrados!
que se toman inolvidables,

¡Ay de los enojos arteros!
que exigen una disculpa,

¡Ay del cariño sincero!
y la indiferencia pagada
con una fría mirada,

¡Ay de nuestras debilidades!
realidad que agobia
en la quietud de la noche,

¡Ay de nuestros malos actos!
que nos golpean cual fiero taladro
en nuestras conciencias.

 

Pasan las horas, minutos y segundos
y sigo siendo el mismo,
el de las ansias anheladas
y el de los recuerdos innombrables.


Intento ser yo mismo
desafiando anatemas,
derrotando miedos y amarguras,
traumas y adversidades,
por más agónico amor
¡un culto de fe!
por eso solo en la noche profunda,
duermo el más difícil de los sueños:

“el despertar de un mañana distinto”.

 

Mes de Febrero/Año 1990

 

MÁS ALLA DE LOS SUEÑOS

(«Los niños y los locos siempre dicen la verdad»),

sabias palabras de nuestros abuelos.

 

Divagadoras visiones asolándome,
eran sueños que viajaban
en un negro abismo,
atormentándome incesante
con sus desgarradores desvelos.

 

Otras noches,
sin embargo volvíanse santamente
apacibles
con angélicas voces
llamando a la reflexión y cordura.

 

Majestuosas visiones ensoñadoras
las que aparecen en las horas inciertas,
alientan, profetizan, y mistifican,
elevándonos a etéreas regiones.

 

Aquellas que alejan los fantasmas
sombríos,
alimentan anhelos y fantasías
que nos invitan a soñar,
y también en vida.

 

 

FILOSOFIA DEL BIEN

 

(A Carlos “Aristóteles” Aguilar, con todo afecto)

 

Hermano mío,
no preguntes qué mal me aqueja
sólo sé que el dolor del alma
a los libres de conciencia
no aprisiona, ni aflije, mas despeja
los males de herencia.

 

No intentes apresurar un juzgamiento
falso,
que el punzón de la inquina clava
y al que lo profirió
envía a su propio cadalso
con las perfidias que vociferaba.

 

El rigor de la justicia es implacable
y llega a todos tarde o temprano,
sino es en esta vida, en la otra.

El hombre es esclavo de su propia
pesadumbre,
transita tranquila la senda
y vislumbra un horizonte claro.

 

El falso orgullo acarrea deslealtad,
seamos siempre consecuentes
en hechos y palabras,
huyamos de la indiferencia
y llenos de humildad,
hagamos del amor un puente
en donde no pasen los males,
sí la felicidad.

 

Asunción, 22 de julio de 1988

 

 

EL SECRETO DEL VIENTO

 

(Para el Lic. Hugo Brítez, amigo y filósofo)

 

Peregrino de este tiempo,
tu inquietud febril
hizo que visitaras
aquel poblado dormido
en su letargo de siglos.

 

Tragado entre las brumas
de la desolación,
ayer grávida tierra de frutos y mieles,
y hoy...
presente de soledad y muerte.

 

Espesos nubarrones oscuros
cubren el cielo
de aquel fantasmal poblado.

 

Tiende amenazante
su sombra ennegrecida,
para formar en las ocres
y destruidas casuchas,
visiones espectrales.

 

Todo era silencio...
tan sólo escuchaba el
silbante sonido del viento
que pasa por el desolado páramo,
para llevar su indescifrable secreto
por los densos bosques
allende a sus fronteras.

 

¿Qué esconderá aquel poblado
en su misterioso y trágico pasado?

 

Ignoto peregrino: en vano buscarás
hallar una explicación,
deja que el viento lleve
su indescifrable secreto
más allá de los
densos bosques,
allende a sus fronteras.

 

 

SUEÑOS DE UNA TARDE GRIS

Cae la niebla en la tarde gris,
tantas verdades vienen a mi mente
que tan solo atino a mirar el horizonte
y soñar ilimitadamente...
con un presente distinto
lleno de emociones y alegrías.

 

En medio de tantos avatares
que nos imponen los días,
me imagino un mundo perfecto
libre de hastíos y reprimendas,
inmensos valles verdes
buenos amigos y exquisitos vinos,
y una buena mujer
que se adecúe a mí ser.

 

Viajo a inhóspitas regiones,
sueño con azules mares
y verdes praderas,
camino por las grandes urbes
con rascacielos y luces de neón.

 

Sigo un largo viaje imaginario,
visito las últimas selvas vírgenes
del África y Amazonas,
bebo el elixir de sus frutos,
admiro el prodigio natural,
los tupidos follajes
y disfruto viendo a los animales.


Vago por las calles de París,
Ámsterdam, Roma y Madrid,
siento la suave brisa del mediterráneo,
camino por los bosques de Viena
oyendo un Vals de Strauss,
y paseo en la Grecia Inmortal
con la visión de místicos oráculos.


En góndolas de ilusiones
navego por la romántica Venecia,
para luego perderme en Londres
con sus brumas y luces mortecinas.

 

Invento nuevos amores
como instinto de sobrevivencia
y visito plazas donde palpitan
jóvenes, niños y madres alegres.

 

Converso con el filósofo Thoreau
a orillas de la célebre laguna Walden,
en sus bosques medito y extraigo
la médula de la vida,
y reflexiono aquella máxima latina:
“Carpe Diem”.

 

Pero despierto...y estoy aquí
con la realidad de los días,
y la mañana más gélida
con el desayuno diario
de aquellas crudas noticias
aparecidas en la cotidianeidad de un
periódico matutino.

 

Imaginación y sueños
bálsamos de los momentos tristes,
evasión de la realidad presente
y consuelo en los malos momentos,
en especial, para una tarde fría y gris.

Asunción, 5 de mayo de 1999

 

 

LLAMA DE GLORIA

 

(A los lisiados de Guerra)

 

¡Eterna llama de una esperanza insepulta!
crepita eterno fuego de gloria,
esencia de luz
y áureos sones de vida.


La sangre derramada
convertida en fuego
fluye en la broncínea pira
de sempiternas llamas,
en ardor perenne
de augusta veneración.

 

Hogares de luto
y madres desconsoladas,
lloran la ausencia
de sus muertos en batalla,
tal vez las lágrimas y oraciones
servirán de consuelo
para restañar las heridas
producidas por la metralla asesina.

 

Las cruces de quebracho
resplandecen en la noche,
como lanzas libertarias
diciendo presente.

 

Hoy la tristeza invade
con el olvido y la ingratitud
cubriendo a una generación
sin identidad ni memoria.

 

...Y van muriendo los últimos lisiados,
e impotentes vemos caerlos
en las “últimas trincheras de la vida”

 

Aquellos viejos veteranos
no necesitan de bronce ni oro
para recordarlos, sino de buenas conciencias.

 

Por ellos,
por los que aún quedan...
alentemos esa llama
que ilumina hogares y caminos
y que nuestras acciones
enciendan las auroras
por los siglos de los siglos...

 

Asunción, 21 de setiembre del 2000

 

 

EL ESPLIN

 

(A Victorio Suárez, poeta, autor de Los “Fuegos del Alba")

 

Tediosos pasan los días
para aquel molde hermético
que no cambia su faz,
inmutable y abúlico
cuenta el blanco
compendio de su vida.

 

Es el mundo tedioso del Esplín
-fiel armadura del amargo suplido-
y por dentro gime esa ave prisionera
del soterrado claustro
de los barrotes imaginarios.

 

Ay...

¡ Si pudiera escapar esa ave cautiva!
de esa cárcel corpórea
que llevamos dentro.

 

Ave cautiva
que desea desplegar sus alas
hacia el alba,
y en pleno vuelo
hacia vastas regiones,
libar las mieles libertarias.

 

Asunción, 29 de marzo de 1990

 

 

EL TERROR DE LA HORA

 

(Todo el pavor de estos versos, a Claudio de Alas:

“Orgulloso maestro de la risa que llora”)

 

Callejón desierto y frío
poblado de viejas evocaciones,
noche solitaria de mi desvarío
cubiertas de lóbregas premoniciones.

 

“El terror de la hora”, llegó ese día
a los incomprendidos y pobres de la vida,
allí donde moran los llantos sufridos
y desesperanzados de amor y cariño.

 

Viejo callejón olvidado,
ruta de vagos, locos y suicidas,
también paseé por sus sucios empedrados
cargando las resignadas tribulaciones
que llevan los parias y desheredados.

 

Transito inmutable por la senda
rodeado de solariegas casonas,
como espectro de los bajos fondos
vengo a la procesión de fúnebres
canciones,
porque el “terror de la hora ha llegado”.

 

Asunción, 12 de setiembre de 1990


 

“Pasó, pasó su espíritu a mis ojos

y el rostro contemple, claro y sin

velo,

de la inmortalidad! Sueño

profundo cayó sobre mis parpados

cansados,

y EL se encontraba allí”.

LORD BYRON

 

MÍSTICAS

 

INVOCACIÓN

Pastor de almas,
que alimentas de fe:

 

-A los que sufren injusticias,
y sin embargo luchan incansables,
por el restablecimiento de la Justicia
y el Derecho.

 

-A los que sufren persecución
por develar la luz de la verdad.

 

-A los despojados de su santa
dignidad humana.

 

-A los corazones solitarios
que buscan el bálsamo y refugio
en tus sabias palabras.

 

-A los desahuciados de amor y
de irremediables males.

 

-A los que en su agónico aliento
invocan tu nombre Señor.

 

A los que yacen injustamente
confinados en lóbregas cárceles,
olvidados del mundo.

 

-A los que injurian, mienten, roban y
matan,
y arrepentidos se acuerdan en Tu
magnanimidad.

 

-A los ufanos, soberbios y vanidosos,
encuentren en Tí Señor , el ejemplo
de humildad y mansedumbre que nos
diste como norma de vida

 

-A los deprimidos de espíritu
que encuentran la dicha y fortaleza
espiritual en la oración

 

-A los que luchan por el sustento diario
de la familia, y reconfortados
en Tu presencia y palabra,
siguen labrando el bienestar de sus hijos.


-A los que sufren los embates de la
naturaleza hostil,
y sin embargo con fe construyen lo
destruido.

 

Postrados ante Tí Señor,
invocamos que nos ilumines.

Y así todos fortificados en Tu Divino
Verbo,
que lo transfundes con la pureza diáfana y
translúcida,
renovaremos nuestras esperanzas,
en las Bienaventuranzas de un “Mañana

Mejor”.

Que Así Sea

 

 

EL CRISTO AMIGO

 

(En alusión al primer capítulo de “Hijo de Hombre”,

de Augusto Roa Bastos)

 

Sus manos callosas de escultor
tallaron la sagrada imagen,
y se hizo el milagro...

 

De aquella madera sagrada
delineó con el mágico cincel
unos contornos humanos.

 

Era el mirífico Nazareno,
quien compartió las penas
con aquel olvidado leproso.

 

Desde aquel momento
una quejumbrosa guitarra
la convirtió sus horas de martirio,
en apacibles desvelos.

 

Y un místico nimbo
ya lo acompañaba en todas sus horas,
solo...
muy solo en medio de la selva,
con zorzales y alondras.

 

Las llagas
cubrían aquel estoico cuerpo,
pero aquel Cristo tangible
convirtió la soledad
que impone el ostracismo,
en vida.

 

Pero un día...

Gaspar Mora murió,
y quedó el Cristo tallado
hecho a imagen y semejanza
para redención de su pueblo.

 

Asunción, 5 de setiembre de 1989

 

 

MADRE TERESA DE CALCUTA

 

“Señor, hazme digno de servir a nuestros hermanos que viven y mueren en hambre y miseria.

Dadles, hoy por nuestras manos el pan de cada día; y por nuestra caridad, la paz y alegría”.

 

Madre Teresa de Calcuta,

Verbo Divino Hecho acción,
alimentó al hambriento moribundo,
sanó a los desvalidos enfermos,
abrazó a todos sin miramientos
en generosa entrega
como fiel Misionera de la Caridad.

 

Santa Madre del Siglo Veinte,
su figura esmirriada y débil
se agiganta y fortalece
ante una sociedad
cada vez más materializada.

 

Quiso un mundo más humano
y ante la muerte más indigna
dio amor ante tanta indiferencia,
y fue ejemplo de causa cristiana.

 

Albania, su país natal
la vio crecer,
pero el mundo la adoptó
ciudadana universal.

 

Como el pobrecillo de Asís,
predicó el amor de Cristo
en medio del hambre y la miseria,
y no olvidó la paz y la alegría
a pesar de tantas injusticias.

 

Madre Teresa: eres luz,
en las más recónditas aldeas
en donde faltan el pan y la vestimenta,
luz, para tantos rostros desesperanzados
en medio de tanta oscuridad,
luz para aliviar el dolor
ante la incomprensión de los hombres,
y como en tu oración al Señor,

“eres resplandor que servirá de luz
a los demás”.

 

Asunción, 25 de agosto de! 2000

 

 

ESENCIA

Hundido en el bosque lejano
entre palmeras y lirios,
yace un pequeño rancho abandonado,
con su tapial destruido por el tiempo,
antiguos libros carcomidos por insectos,
oxidados anticuarios y enseres dispersos,
desolador aspecto con su vivido pasado.

 

La soledad del inmenso bosque
fue testimonio de su ascética vida;
de aquel viejo y humilde eremita,
quien murió alejado del mundo.

 

Los años pasaron...
con sus cíclicas estaciones,
el melancólico sabio
quedó inerte un día,
no hubo canto, misa, ni funerales,
las hojas de otoño sirvieron de mortaja
para aquel cuerpo sin vida,
y sus cenizas esparcidas al viento
convirtiéronse en santa vestidura.

 

 

ESTRELLA DE BELEN

Estrella de Belén,
radiante y misteriosa,
en noche augusta y profética
guió a príncipes magos
en su largo peregrinar
por inhóspitos desiertos.

 

Hoy como en pasados siglos
aparece luminosa y única
en el perlado cielo de estrellas.

 

Astro de Buenas Nuevas,
hace 2000 años,
alumbró en la noche
aquel rústico pesebre,
resplandeciente
de fe y esperanza.

 

Hoy, científicos y astrónomos
dicen que posiblemente fue Venus,
el planeta que por aquella época
apareció en el firmamento estelar,
no hay duda,
es la Estrella de Belén,
destellando luz de bendiciones
a nuevas generaciones.

 

Asunción, Año 2000

 

 

ATRIBULACIONES

 

(“Aunque pase por el más oscuro de los valles...”,

Salmo XXIII de David)

 

Por el valle de sombras,
transito triste y solitario
en posesión de marchitas esperanzas,
con todos los padeceres
acometiéndome como cuchilla homicida.

 

No llevo nada
solamente mis penas,
navegando en la nebulosa incertidumbre
con todo el cargamento
de la carne atribulada.

 

Camino siempre
por esa región,
donde habitan las almas laceradas
producidas por el látigo impune y fatídico,
que lleva enceguecido el hombre
en su corta existencia.

 

Son los eternos dardos punzadores
de la indiferencia y el rencor,
azotando permanente en nuestra rauda vida.

 

¡Oh Señor Nuestro!
ayúdanos a caminar por los sanos
senderos.
libres de todos los males y afrentas
mundanos.
danos el bálsamo misericordioso
para aliviar nuestras almas compungidas
por el llanto y el dolor,
y con la luz de tu bendición
nos guíes siempre
en nuestro andar cotidiano.

 

Asunción, 11 de setiembre de 1987

 

 

PARABOLA NAVIDEÑA

 

(“Nacido de la Virgen María, compartió nuestra existencia de Amor y dolor”)

 

¡Noche Buena!

Fragancias de flor de coco
inundan la ciudad,
pedazos de coplas y villancicos
entonan alegres infantes,
árboles iluminados copan los jardines
y miríficos pesebres ornan los hogares.

 

Alumbrando están las luciérnagas
en la noche,
y espigados sotos presentan sus galas
con intermitentes destellos de luces.

 

Un andrajoso y solitario mendigo
vaga por las solitarias calles
en nochebuena.

Imbuido de nostalgias que la lejana infancia
traía a su memoria,
de navidades felices supo
en el calor hogareño
en tomo al rústico pesebre,
él no sabía que el destino le depararía
amargos padeceres.

 

El viejo reloj de la catedral daba las doce,
aquelarre de abrazos y besos se sucedían,
por doquier se escuchaban el continuo retintineo de copas,
y los saludos de la Buena Nueva,
anunciaban feliz navidad

 

El mendigo acurrucado y soñoliento
gemía en la acera de una esquina.

Gruesas lágrimas fluían de sus espesas
y lánguidas pupilas.

 

En un momento de silencio
escuchó una voz
que lo llamaba desde un humilde rancho
situado frente suyo,
un halo de misterio escondía
esa voz armoniosa y musical.

 

En un éxtasis sublime
observó un resplandor diamantino
que entrevió en medio de la ventana
de una desierta casa.

Llegó hasta la puerta,
que se abrió de manera súbita,
destellos de luz emanaba
de una sencilla cuna de paja
"era el Niño Jesús”.

 

 

CANTO A LA ESPERANZA

Nace la esperanza
en el fondo de los hombres innominados,
donde el alma brota de suspiros y armonía
aquellos que sueñan en tierras ignotas,
asemejándose al recóndito valle
de trigos y zorzales.

 

Allá en esa tierra donde fulgura
el resplandeciente sol de la aurora
y donde yacen los trigos dorados por el sol,
del don generoso de la tierra
de damos las raíces de nuestras venturas.

 

¡Oh soñador de esperanzas!,
tu que cantas, a la vida, al amor y a la
quimera
danos ese don de prodigio que en remotos tiempos
soñé impávido e imperturbable.

 

¡Oh soñador dador de virtudes,
dador de la fe!.

 

Te imploramos que surjan desde lo más
profundo
de estos hombres una esperanza insepulta,
que fluyan las lágrimas de la misericordia
y dignidad,
y sobre todo, las ansias de poder
sobrevolar
los valles y desiertos perdidos
detrás de las escarchas,
de los inmensos bosques
y montañas que simbolizan
las llamas de una yesca inmóvil.

 

Te imploramos
que nos guíes
en busca del tesoro
que vaga por el espacio infinito del
universo,
apreciado tesoro que es la eterna
llama de una esperanza insepulta.

 

 

PAZ ESPIRITUAL

 

(Al líder de los Derechos Civiles, Martín Luther King,

mártir por la Justicia, Libertad y la Igualdad)

 

Vayamos en paz,
a nuestras almas impías
esperan sendas de esperanzas,
de la noche larga y oscura
la mañana será radiante y espléndida.

 

Y todo será paz...
no habrá lugar a turbaciones
ni a maldades terrenas,
nuestro andar cotidiano será
un diálogo perpetuo
de profunda beatitud,
ya no habrá ataduras e incertidumbres,

«¡libres al fin! ¡libres al fin!. Gracias, Dios
omnipotente, soy libre al fin!», proclamó
triunfal Luther King.

 

Y llegará ese día...
en que renunciaremos a pérfidos egoísmos
y a la necia actitud de la inquina
destructora,
todo será templanza en el espíritu
y nos redimiremos de los males,
ya no habrá luchas raciales
(blancos, negros, ni amarillos)
guerra de credos e ideologías,
pobres ni ricos
explotadores ni explotados,
porque ese día,
ese día,
llegaremos a la cima de la montaña.

 

 

PADRE DAMIAN

 

(Mártir de Molokai)

 

Tuvo el halo de la pureza,
traducida en entrega a la causa
del evangelio de Cristo.

Su espíritu libre de todo escarnio mundano
y de las pasiones profanas que encierra el
alma,
con fe y devoción acercó el cáliz de
salvación
a los marginados y olvidados,
para amarga prueba a su Inmolación
terrenal
en aquel Infierno digno de Dante:

Molokai.

 

Su corazón:
conjunción de humildad,
amor y entrega,
supo anidar en él
la sacramental pureza
de abnegación y dación al prójimo.

 

En su primera noche
bajo aquel frondoso paudanus
encontróse solo,
esa oscuridad parecía eternizarse
pero vendrían los días de luz,
y aquella legión
de olvidados en vida
encontrarían una mano amiga.

 

Los últimos rayos del sol
agonizaban
en el horizonte.

Llegó la hora de aliviar la carga
a aquellos desvalidos,
pues con ellos estaba
su deber de pastor de almas.

 

Su misionera marcha
lo llevó hasta los ranchos,
donde estaban sus hermanos,
verdaderos despojos humanos
que imploraban con la falange
de sus dedos carcomidos,
morir con dignidad.

 

Con la cruz del Señor,
trazó los ideales cristianos,
y llenó de esperanzas a esos
seres deshechos en trágico destino.

 

Y la palabra se convirtió en acción,
los días grises de oscura soledad infinita,
se cubrieron de luz esperanzadora.

 

He ahí la esencia del hombre,
que transmite el hálito divino de la
bienaventuranza.

Es el Padre Damián,
quien en medio del páramo olvidado
lleno de espinas punzantes y dolientes,
alivió las cargas y padeceres,
para alumbrar nuestro camino.

 

Asunción, 5 de setiembre de 1998

 

 

LETANIA

 

(Ab.imo Pectore o imo Pectore)

 

Vayan a tus manos
esos dísticos capullos entrelazados,
descubre su esencia
y su profético canto
que habitan en los lejanos bosques.

 

Es el viejo sabio que desgrana arpegios
y que en noches solitarias
invocara tristes letanías.

 

Búscalo, es el peregrinante de lo Ignoto
que enseña plegarias de fe.

El va lejos, cruzando valles y desiertos
vagando por linderos perdidos.

 

Lo encontrarás solo,
en algún paraje desierto
oculto en la soledad del olvido,
en posesión de místico amor.

 

Asunción, 1 de abril de 1988


 

“La libertad es el fin de nuestra

existencia en

esta tierra, porque la libertad es la

Condición

de toda vida, de todo progreso”

Laurent

 

 

 

REBELDÍAS PATRIAS

 

NUEVO AMANECER

Repique de campanas
e himnos triunfales,
bajo el sol está una tierra
con un nuevo amanecer.

Sus hijos traían voces postergadas
hacía tiempo,
emergiendo como protesta
ante las iniquidades del déspota
que al pueblo oprimió.

 

Las fatales heridas
a imberbes soldaditos
serán restañadas
sólo con una Patria Nueva.

Ellos no han muerto en vano,
pues son mojones en la eternidad.

 

La epifanía jubilosa de San Blas
fue distinta aquel 3 de febrero,
el alba trajo aires libertarios
y la noche nebulosa
llevó al yugo tiránico,
con su triste pasado.

 

Su sombra siniestra
aún tiende amenazante
sobre esta geografía mutilada
y deshecha,
con tenebrosos verdugos
y viles corruptelas del desprecio
en desolados ministerios.

 

Pero ¡ay! de aquellos
que escaparon de la Justicia,
llevándose el manto de la impunidad,
a la noche rondarán los fantasmas
y cual inquisidores azuzarán sus acciones,
llamando a la conciencia
que examina rígida nuestras conductas.

 

La memoria retrotrae
aquel lejano 3 de febrero,
con el pueblo en las calles,
pañuelos blancos y tricolores banderas,
con esas ansias incumplidas
y eterna “Patria Soñada”,
de Carlos Miguel Giménez.

 

Mientras no mueran esos sueños
seguiremos con nuestros viejos clamores,
nuestras mismas banderas,
nuestras mismas esperanzas,
y nuestros mismos anhelos libertarios.

 

Asunción, 8 de marzo de 1989

 

 

LA GRAN DAMA OLVIDADA

Fue largo su silencio,
es su alma oráculo de templanza,
adivinaste en su mudez incorruptible
transmite serenidad celestial.

 

Envuelta en su aureolado misterio,
esta dama inmutable y sabía
que en años de padeceres
pasó proscripta y olvidada,
vendada para los pobres y explotados
y abierta para los poderosos.

 

Era la Gran Dama,
que se ufanaban de proclamarla
oligarcas hipócritas,
para saciar su sed de grandezas
cargadas de miserias y obsecuencias,
mitigando sus incompetencias
con sucias prebendas.

 

Es la Gran Dama,
que la dejábamos olvidada
mientras campesinos
eran despojados de sus tierras
y jóvenes idealistas desangrábanse
en las cámaras de torturas.

 

La desconocíamos
cuando miles de compatriotas
conocían el sabor del destierro,
y las cárceles injustamente.

 

Nuestros gritos impotentes
desde entonces no dejaron de proclamarla,
aun la más angustiosa noche,
entonces su nombre era vedada:

“JUSTICIA”.

 

Asunción, 4 de junio de 1989

 

 

BANDERAS DE LUZ

 

(A los que defendieron con temple y valentía el civismo

y la Institucionalidad en las trágicas jornadas del 25, 26 y 27 de marzo)

 

El manto tricolor unió a todos,
jóvenes, estudiantes, campesinos y
obreros,
fueron sus pechos heroicas barricadas
corazas de carne, fuego y sangre.

 

No ceder era la consigna,
aunque arrebaten sus vidas las
balas asesinas,
resistir a las hordas salvajes
y no arriar jamás el pendón.

 

El pueblo ocupó las plazas
y la multitud se convirtió en una sola voz
que esa noche proclamó su rebeldía
ante la barbarie y la sinrazón.

 

Vencieron al miedo, al conformismo
y a la noche,
esa oscuridad a la que se teme,
refugio de las hienas sedientas de sangre
que agazapadas y arrogantes
amenazaron al civismo y la
institucionalidad.

 

A pesar de las sombras en el horizonte,
a pesar de las torres de tiro,
a pesar de las bombas,
ellos permanecieron firmes
desafiantes ante la muerte,
indoblegables ante la adversidad,
no empuñaron fusiles, pistolas ni rifles,
sí banderas de luz,
todo por una patria nueva,
en donde reinen siempre,

Unión, Igualdad, y Libertad.

 

Asunción, 8 de abril de 1999

 

 

PASAJERO DE LA AGONÍA

 

(Para el Capitán Napoleón Ortigoza, hermano del dolor compartido).

 

El camino del llanto, dolor y agobio
hollaron por largos y cruentos años
tu piel torturada.

Los suplicios en pestilentes mazmorras
fueron tu pan cotidiano.

 

Hermano del dolor, la angustia y la agonía
de las largas penas que no volverán,
veinticinco años proscripto,
solo y humillado,
a veces no concilias el sueño
pues aparecen los verdugos
que aún enseñorean prepotencia
bajo la oprobiosa impunidad.

 

Hijo del sufrimiento de nuestra Nación,
para ti fueron eternos los gritos de dolor,
las celdas con sus paredes ensangrentadas
guardan los ecos lastimeros
del llanto y la inmolación.

 

Hermano del dolor, la angustia y la agonía
cargaste tu propia cruz
con todo el calvario
de veinticinco eternos años.

 

Aquella Biblia compañera de las horas,
alivianaba ese cansado espíritu,
y lo fortalecías con divinos proberbios y
salmos.

 

Quedaron atrás los lamentos,
y tal vez aún ronden siniestras
las estentóreas voces de la muerte,
y la letárgica pesadilla en las noches,
en que despiertas sobresaltado.

 

Un día la libertad siempre soñada
fue toda una realidad...
los oscuros y limitados cercos
que te mantuvieron preso,
se abrieron y dieron paso
a la claridad,...a la Verdad!

 

Asunción, 23 de marzo de 1989


 

INDICE GENERAL

Prólogo

ATALAYA DE LOS SUEÑOS

Tiempo

Voces y palabras

Divagaciones noctámbulas

Más allá de los sueños

Filosofía del bien

El secreto del viento

Sueños de una tarde gris

Llama de gloria

El Esplín

El terror de la hora       

EVOCACIONES

Una estrella en el cielo

Momentos

Cálida campiña

Rocío

Desde el tiempo en que no estás     

Vida y muerte de un amigo

Estación de aquellos años

Poecarta

Amiga

El ideal

MISTICAS

Invocación

El Cristo amigo

Madre Teresa de Calcuta

Esencia

Estrella de Belén

Atribulaciones

Parábola navideña

Canto a la esperanza

Paz espiritual

Padre Damián

Letanía

SEMBLANZAS

Ante un autorretrato de Vicent Van Gogh

El canto de Walt Whitman

Poemas para Alan Ginsberg y la Generación Perdida

REBELDIAS PATRIAS

Nuevo amanecer

La Gran Dama olvidada

Banderas de luz

Pasajero de la agonía

CON EL CORAZÓN

Rondas poéticas

Hacia el olvido

Visión

Desde el balcón

Recuerdo

Versos de luz

Morena mía

Eterno setiembre

Estío

Vaguedad

Seguir Soñando

La misma de ayer

Pensando en ti

Indiferencia juzgadora  

Sus ojos    

 

 

 

 

 

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