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ABDÓN ÁLVAREZ ALBERT

  CON LLAMAS EN EL AIRE, 1979 - Por ABDÓN ÁLVAREZ ALBERT


CON LLAMAS EN EL AIRE, 1979 - Por ABDÓN ÁLVAREZ ALBERT

CON LLAMAS EN EL AIRE

(Fragmentos compilados y anotados sobre la participación

de la aviación paraguaya en la Guerra del Chaco 1932-1935)

Por ABDÓN ÁLVAREZ ALBERT

Editado por la Dirección de Publicaciones de las FF.AA. de la Nación,

Asunción-Paraguay

1979 (200 páginas)

 

Declarada OBRA ÚTIL para los SS.OO. y AA.AA. de las FF.AA

según Orden General Nº 32 del 9 de Marzo de 1979



PRESENTACIÓN

 

En la participación de la Aviación en la Guerra del Chaco, jugaron su papel ponderable, factores diversos que no escapan al análisis de cualquier profesional estudioso al examinar la bibliografía relativa al desarrollo de las operaciones durante la contienda con Bolivia 1932-1935.

Entre esos factores, se puede anotar el insuficiente conocimiento del empleo de la aviación en los diversos niveles de comando, advertido en notas y comentarios que en su lugar referiremos, recogidos de distintas fuentes. Aunque relativo específicamente al empleo de reservas del escalón superior, el empleo de la aviación es también parte de la educación para el Comando, por lo cual consideramos que, del mismo modo, el siguiente comentario tiene aplicación en este caso.

"En este período de la guerra se destacó entre nuestras Jefes subordinados una falla que era consecuencia de un defecto de educación para el Comando'" ("Memorias del Mariscal Estigarribia", pág. 130. Se refiere al período a Junio de 1933.).

El reconocimiento aerofotográfico pronto cayó en desuso. No fue aprovechado como podría haberlo sido, particularmente para suplir la falta de mapas y cartas de que se padecía. Polvorientos archivos conservan, sin embargo, fotografías aéreas de Boquerón, Arce, Cabo Castillo y un mosaico fotográfico del sector de Campo Aceval - Falcón - Rancho 8 y Pirizal, de poca o ninguna utilización por los mandos interesados. Un trabajo de ajuste de tiros de artillería señalados sobre una fotografía aérea de Cabo Castillo (APONTE, Mayor Leandro: "50 años de aeronáutica en el Paraguay" pág. 155) habla de la eficacia lograda, aunque en otras ocasiones no hacían más que producir desconcertantes comentarios. (APONTE, Mayor Leandro: "50 años de aeronáutica en el Paraguay”. pág. 137).

Mediante la observación a vista se llevó a cabo el supremo esfuerzo de suplir el deficiente conocimiento del terreno en la zona de operaciones. Calificamos de supremo, rindiendo homenaje de este modo al Tte. 1° PAM Trifón Benítez Vera y su observador el Capitán Ramón Avalos Sánchez, abatidos en el avión Potez N° 6, sobre Saavedra, el 4 de diciembre de 1932, empeñados en la búsqueda de información cuando fueron atacados por tres aviones enemigos. (FERNANDEZ, Coronel Carlos J. "La Guerra del Chaco" tomo 11 "Saavedra", pág. 115.).

Grandes actos de bravura del heroico verde olivo de la guerra del Chaco quedaron y quedarán ignorados como quedaron sepultados sus protagonistas que dejaron en la inmensa selva la propia sangre en aras de sus ideales de justicia y en pos del amparo de sus propios hogares.

Escribir la historia de la Aviación en Campaña impone el rigor de su dimensión total. Este no es nuestro propósito. Del honroso lugar dedicado a ella por quienes con su pluma relata ron lo ganado con su espada en aquella contienda, separaremos nada más que algunas de las contribuciones, mencionadas por ellos, de las prestadas por la aviación a las sacrificadas acciones del glorioso y triunfante ejército del Chaco.

No buscamos tampoco negar ni ocultar nuestras flaquezas, nuestras imperfecciones, nuestros errores. Los expondremos sin  temores ni remordimientos, ya que el saldo final del juicio manifiesto de los más conspicuos y fidedignos escritores nacionales consagraron definitivamente los merecimientos que le sirvieron a la Aviación en Campaña para ganar la honrosa "CRUZ DEL CHACO" prendida a su pabellón de guerra.

Con nuestra disquisición, por otra parte, intentamos unir los eslabones de la Historia desprendidos y expuestos a perderse para siempre en el' silencio y en las tinieblas, si no reciben el pulimiento válido de la luz y la verdad. Con ello, rendimos nuestro homenaje a los que pasaron ya a la Eternidad sin más mortaja que la de las glorias alcanzadas en aquella desigual por-fía, como rendimos también homenaje a los aviadores bolivianos que sucumbieron en la guerra cumpliendo su deber.

La aviación en Campaña recibió con gratitud el aplauso y sin remordimientos la censura; lo uno y lo otro en diversa medida y desde múltiples orígenes; ella mantuvo y mantiene cabal conciencia del esfuerzo digno y honesto de sus hombres puesto en juego desde el primero hasta el último día de la contienda de aquella titánica empresa común.

El tonificante estímulo del Comandante en Jefe del Ejército del Chaco, en las instrucciones dictadas el 3 de julio de 1934 decía: "LA GLORIA DE LAS ARMAS NO PERTENECE SOLAMENTE A AQUELLOS QUE HAN ALCANZADO ÉXITO ROTUNDO Y OSTENSIBLE; CORRESPONDE TAMBIÉN, Y POR MODO AUN MÁS HEROICO, A LOS QUE SABEN IMPONERSE EL SACRIFICIO NECESARIO PARA QUE LAS TROPAS AMIGAS ALCANCEN EL RESULTADO FINAL Y DECISIVO". (ROLON; Gral. Raimundo: "La Guerra del Chaco" tomo I pág. 262.).

La Aviación en Campaña cumplió su deber, dentro de sus limitaciones, mucho más allá de lo que le conceden la incompleta información o la total ignorancia de algunos. Presentamos aquí un juicio sobre su actuación, originado en la cumbre jerárquica castrense de la época: "Los pocos aparatos de que disponíamos no daban abasto a nuestras necesidades, no obstante el heroico esfuerzo de nuestros aviadores, que realizaban verdaderos milagros". (Memorias del Mariscal Estigarribia, pág. 246/7.).

Propios y extraños conocen holgadamente la enorme desventaja en que se desenvolvía el ejército paraguayo en cuanto a medios de aviación, sin excluir la limitada formación de tripulantes, aun en el más elemental cotejo de uno u otro factor.

En la estrechez de sus recursos, pudo servir con eficacia al Comando del Ejército en Campaña, a los Comandos de Cuerpo de Ejército y, eventualmente, a las Divisiones y Destacamentos.

La incredulidad de muchos Comandos de Unidades en los informes de sus subordinados, no constituía precisamente excepción, antes bien, ella era frecuente, hasta generalizada, casi. (FLORENTIN, Cnel. H.: "La batalla de Strongest". Esta obra entre otras, es rica en ejemplos de incredulidad de los superiores. Ver págs. 37, 44, 76 de la obra citada.) Los patrullajes eran repetidos una y otra vez, no tan solo para seguridad sino también para el cotejo de los partes rendidos por una y otra patrulla.

Los informes de la aviación de ningún modo podían escapar a la actitud escéptica anotada. Un determinado camino descubierto desde el aire, era denunciado aportando su dirección, posición y extensión; seguían luego las patrullas terrestres para ubicarlo, las que, con relativa frecuencia, regresaban con el parte de no haberlo hallado, de trágicos resultados a veces. (1-2-  (1) En la citada obra del Coronel H. Florentín, "La batalla de Strongest", pág. 33 dice: "que nuestra aviación parece habría localizado" llevando al pie de página la nota: "Nunca se pudo ubicar en tierra". Aunque no habla de inexistencia del camino, bueno es considerar que el mismo libro hace referencia (pág. 231) a un patrullaje a cargo del Tte 24 de Rva. José Duarte que localizó dicho camino. El trazado del mismo, figura en los mapas de la época./ (2) R. ROLON, Ob. cit., tomo 1 págs. 152, 180). Aunque parezca sorprendente decir que se haya rehusado la cooperación de la aviación en la acción de "Cañada Esperanza", no debe pasarse por alto que el apoyo de fuego de la artillería, en esa misma acción, había sido también rehusado. (FLORENTIN, Coronel Heriberto. Ob. cit. págs. 46, 64.),

Del mismo modo, no se consintió el uso de la artillería "para no revelar la propia intención al enemigo" teniendo finalmente que abandonar su material pesado para escapar al cerco en el que había sido encerrada la VI D. I. en Ysyporenda. (Revista de las FF.AA. N° 212, pág. 10.). En los trabajos de reconocimiento a vista cumplidos por los aviadores paraguayos, sujetos casi perennemente a la in-credulidad de muchos Comandos de Grandes Unidades y Oficiales superiores, se descubrieron y señalaron amenazas del enemigo que fueron desbaratadas por la aviación misma unas veces, y mediante contramedidas adoptadas por el Comandante del Ejército del Chaco en otras. La pugna y la insistencia de los aviadores fue desoída una vez más para desembocar en el gran contraste de "Cañada Esperanza", circunstancia anotada en el comentario del propio General Estigarribia como una de las causas principales de aquel fracaso (ROLON, General Raimundo: Obra clt. tomo 1, pág. 151.) lo cual está corroborado en el reciente libro "Testimonios Veteranos" por la Sra. Beatriz R.. A. de González Oddone.

Tanto los trabajos de reconocimiento fotográfico como los a vista llevados a cabo por la aviación, tuvieron, con la desventaja de la inferior velocidad de los aviones y la frágil composición de sus unidades, el inevitable y obligado ingrediente de los violentos combates con la bien dotada y mejor armada aviación boliviana„ en tal medida que sus máquinas parecían invulnerables, o inócua la lluvia de proyectiles que descargaban nuestros observadores sobre sus osados atacantes. En este sentido, consideramos totalmente equivocado afirmar que: "la aviación había optado por la táctica generalizada de no presentar combate", (APONTE, Mayor Leandro: Obra cit. págs. 146, 219; 251) como cualquier otra manifestación de ese jaez, cuyo origen creemos 'hallarlos en los comentarios formulados esos días en Comanchaco acerca de una carta que dirigiera el Presidente Ayala al General Estigarribia, en la que, entre otras cosas decía:

“… A LOS AVIONES NO DEBEN DARSE SINO MISIONES QUE NO SEAN DE PELIGRO; LA PÉRDIDA DE UN APARATO CAUSARÁ TERRIBLE IMPRESIÓN A ESTA POBLACIÓN NERVIOSA Y YA EXPUESTA AL PÁNICO". (Memorias del Mariscal Estigarribia", págs. 136/137.)

Este texto nunca pasó de ser comentario y consejo. Las misiones se cumplieron con patrullas de dos o tres aviones, con o sin protección de aviación de caza, y con frecuencia ponderable, era necesario desafiar a la activa y abundante aviación boliviana con un solitario Potéz 25 de Reconocimiento y Bombardeo.

La aviación paraguaya al servicio del ejército vencedor del Chaco tiene cumplidas misiones positivas, vitales, que sirvieron decisivamente en la defensa primero y en el triunfo des pues del heroico soldado guaraní, cuyo valor empujó al invasor más allá del río Parapití, límite natural de sus dominios de hecho y de derecho.

Componen esa cooperación:

·         el apoyo logístico prestado para la derrota del ejército boliviano al mando del General Hans Kundt, en Nanawa;

·         el descubrimiento oportuno de caminos abiertos y movimientos para operaciones estratégicas, frustradas después, como en lngavi, camino V (Ruiz), camino XV (picada Campo Alegre), camino XVII (picada Escobar), picada Potez (picada La Feye); y otros;

·         la oportuna denuncia de movimientos enemigos y apertura de nuevos caminos para realizar operaciones tácticas, que nuestro ejército, alertado por la exploración aérea, pudo frustrar; tal lo ocurrido, entre otros, con el camino "X", el camino "XII ", el camino "W" el camino "J", etc..

·         el metódico y continuo servicio aéreo sanitario que transportó centenares de heridos graves y enfermos desde los hospitales del frente a los de retaguardia.

·         Los viajes al y del Cuartel General en Campaña del señor Presidente de la República, miembros de su gabinete, delegados neutrales y la de altos jefes militares nacionales.

Si el ataque aéreo a nuestra capital pudo impedirse con la intervención diplomática extranjera como afirman autores bolivianos, muchos ataques aéreos muy al alcance de las posibilidades de la aviación paraguaya tampoco se realizaron, con fundamentos sin mucha lógica y menos aun con criterio militar, del mismo modo que otras gestiones diplomáticas pusieron los pozos petrolíferos del territorio de Bolivia, a cubierto de nuestros bombarderos que habían llegado a atacar Charagua.

Tales notas omiten citar la ayuda recibida por Bolivia de otros países, no solo en suministros bélicos y al tránsito de los mismos, sino el masivo enganche de militares profesionales, así como olvida citar otros objetivos ventajosos que pudieron haber sido atacados sin restricción alguna.

Sin afán de restar ni añadir mérito alguno, nos, queda asentar nuestros puntos de vista generales extraídos de los conocimientos y experiencia acumuladas y del juicio formulado por las más autorizadas fuentes.

1. La insuficiencia de los vuelos para satisfacer todas las necesidades del Ejército en Campaña, coincidentemente mencionada en diversos documentos, es irrefutable, y aunque insuficientes, no por eso menos provechosos.

2. El dominio del aire que se concede a la aviación boliviana, en ciertos casos hasta en grado absoluto, de todos modos, no fue suficiente para impedir el cumplimiento de nuestras misiones fundamentales. Tanto más remota aparece pues, la posibilidad de satisfacer la demanda de que nuestra aviación impidiese la actividad aérea del enemigo como manifiestan haberlo deseado algunos autores nacionales, principalmente.

3. Disentimos del uso del adjetivo "invicta" aplicado para calificar a la aviación boliviana, inapropiado aun para consumo interno, por lo siguiente:

a.       se cubre con el olvido, injustamente, a los aviadores bolivianos que cayeron en cumplimiento del deber, lista que encabeza el Mayor Rafael Pabon.

b.       Se cumplieron misiones de bombardeo desde Boquerón hasta Charagua; desde Vitriones, Vargas y Vanguardia a fortín Florida e Ingavi, atacando posiciones fortificadas y bien defendidas bases de la Fuerza Aérea Boliviana.

c.        Los múltiples movimientos del enemigo y la red de caminos abiertos por él para llevar a cabo operaciones estratégicas y tácticas, fueron descubiertos y oportunamente denunciados por la aviación. En esto, su par de Bolivia no logró salvar a las tropas de su ejército o parte de ellas, de las grandes catástrofes sufridas por efecto del empuje y el ímpetu del soldado paraguayo en todo el curso de la campaña.

4. El alto grado de preparación de las tripulaciones bolivianas para la guerra fue indiscutible. El ludibrio con que llena a su enemigo un reciente libro boliviano sobre la guerra aérea en el Chaco, no hace más que envilecer y negar valimiento a los méritos reales de sus compatriotas aviadores militares, así como también ignora la opinión de pilotos militares bolivianos ex-combatientes, quienes alcanzaron altos rangos en la Fuerza Aérea de su patria.

5 El libro al que nos referimos, afirma también, en la mayoría de los casos, que la caída de éste u otro aviador boliviano obedeció a fallas de motor, en desmedro de la calidad de los aviones comprados por Bolivia y de la competencia del personal de mantenimiento y reparación de motores y aviones con que contaba la Fuerza Aérea de Bolivia.

Hablando de libros, especialmente del que nos tocó leer, se proponía hacer historia de la aviación de su patria en la guerra del Chaco, lamentamos hallarlo cargado con una mezcla de errores y de coloreada fantasía, precursor o seguidor quizá de las adulteraciones de fechas, datos y hechos.

6. Algunos casos -realmente lamentables- que se calificaron como error de tripulantes, examinados de cerca, pueden dar las causas, no siempre visibles a primera vista, que provocaron esos casos.

Una de tales causas, y probablemente la de mayor frecuencia, es la deficiencia de comunicaciones. Esta, en el caso de la guerra del Chaco, era común entre las propias unidades combatientes y más aun entre la aviación y las armas de superficie, deficiencia que fue suplida muchas veces, con los más originales recursos.

En esto, la aviación boliviana tiene su buen lote de acciones contra sus propias tropas, y hasta contra un avión de su propia bandera, derribado el 18 de junio de 1934 en el sector de "Campo Herraje". (CENTURION, Coronel César: "Breve Reseña Histórica de la Guerra del Chaco", 1970. págs. 156/7.)

Diez años después del conflicto del Chaco, y a pesar del progreso tecnológico, se produjo también un error originado en la deficiencia de comunicaciones cuando en mayo de 1942, el destructor inglés "Sheffield" fue atacado por una escuadrilla (12 aviones) torpederos de la Real Fuerza Aérea Británica, presumiendo que se trataba del acorazado alemán "Bismarck".

Cerrando el párrafo nos vemos tentados a acotar el texto del Reglamento de Campaña (F-100-20) del Ejército Norteamericano, del año 1943, que dice:

"Sin embargo, en la zona de contacto, las misiones contra unidades enemigas son las más difíciles de controlar, las más costosas, y en general, las menos eficaces. Los objetivos son pequeños, dispersos, y difíciles de localizar. Además, existe siempre una posibilidad de alcanzar a las propias tropas debido a errores en la identificación de objetivos, errores en la navegación, o a la fluidez de la situación. (Este manual "Comando y Empleo del poder aéreo sin duda ya obsoleto, daba pautas de utilización de la aviación de bombardeo con visores de puntería mejores a los disponibles en 1932).


 

CHACORE - GUERRA DEL CHACO (Fuente: Internet)

 

 

I N D I C E

Declaración de "obra útil"/ Apertura/ Agradecimientos/ Gratitud/ Presentación

CAMINOS ENEMIGOS

DESTELLOS DEL DEBER

·         Boquerón/ De Boquerón a Saavedra/ Crónica al vuelo/ Por Nanawa hasta Campo Vía / Cañada Esperanza/ De Cañada Esperanza hacia Ballivián/ El camino "fantasma"/ Reposición de aviones/ Otras acciones relevantes/ Bombardeo de Ballivián/ Por Ingavi hasta la victoria sobre fortín "'Florida"/ Notas a esta crónica/ Desde Picuiba al Parapití/ Turbulencias/ Cañada "El Carmen"/ Desde el Parapití hasta la Victoria

LOS HOMBRES

PERFILES HEROICOS: Una reliquia; Dos Charrúas; Capitán Román García; Cap. Walter Gwynn ; Cap. Bernardino Caballero A.; Cap. Vladimir Porfenenko; Capitán Trifón Benítez Vera y Cap. Ramón Avalos Sánchez ; Cap. Leandro Aponte; Cap. José M. Fernández; Cap. Víctor A. Vallejos; Capitán Carmelo Peralta; Cap. Isidoro Jara C.; Cap. Emilio Rocholl ; Tte. le Arsenio Vaesken; Cap. Emilio Nudelman, Cap. Luis Escario; Tte. Abdón Caballero A.; Cap. Enrique Planas; Cap. José D. Jara; Cap. José Cándido Ríos; Capitán Job ven Zastrow; Tte. 1° Alejandrino Martínez; Tte. 1º  Fabio Martínez; Tte. Estanislao Arce.

MATERIAL DE VUELO

CONCLUSIONES Y COMENTARIOS

·         1 Entre nosotros; 2 Frente a Frente 153; 3 Mercenarios; 4. Fin de Jornada.

CLARINADA FINAL: Documentos incorporados/ Orden DAC 297/ Nota del Comandante del II CE a Comanchaco/ Crónica del Cap. J. Cándido Ríos/ EL PREMIO: Decreto 15722             

ANEXOS: Combates Aéreos. La Undécima Escuadrilla de Caza Conferencia pronunciada por el Mayor P.A.M. don Tomás Rufinelli/ Bombardeo y combate aéreo de Ballivián/ Conferencia pronunciada por el Mayor P.A.M. don Isidoro Jara C., con notas del Tte. Homero Duarte


 

 

CHACORE - GUERRA DEL CHACO (Fuente: Internet)

 

 

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