PortalGuarani.com
Inicio El Portal El Paraguay Contáctos Seguinos: Facebook - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani
THOMAS L. WHIGHAM

  YERBA MATE (Obra de THOMAS WHIGHAM)


YERBA MATE (Obra de THOMAS WHIGHAM)

YERBA MATE

Obra de THOMAS WHIGHAM

 

 

Y decía un amigo mío

que de arrebatao y malo

mató a su mujer de un palo

porque le dio un mate frío.

JOSÉ HERNÁNDEZ

 

En los albores de la Independencia, el comercio del Paraguay giraba en torno a la exportación de la yerba mate. Debido al hecho de que este apreciado arbusto no crecía en las templadas zonas del Plata, la yerba paraguaya gozaba de una demanda casi exclusiva en Buenos Aires, como en todo el territorio meridional del continente. El volumen de la yerba exportada era tal, que los demás productos regionales, en comparación, se vieron marginados durante cierto tiempo. Este arbusto dominaba la vida de pobres trabajadores, quienes pasaban más de seis meses al año en las aisladas selvas cerca de Concepción, y en la zona más allá de Villarrica. Había muchos riegos en el negocio de la yerba: los comerciantes y especuladores en Asunción dependían de las ganancias obtenidas de la exportación yerbatera, pero con mala suerte, se podían perder todas sus inversiones.

No obstante el rol clave que ejercía, el "té del Paraguay" se vio afectado por la inestabilidad política del siglo XIX: ciertos yerbales en Misiones y Corrientes, anteriormente productores de muy buena calidad, quedaron abandonados durante aquellas convulsiones. En el Paraguay, los gobiernos surgidos después de la Independencia se propusieron restringir la influencia de los comerciantes de la yerba, y de esa forma interrumpir la cadena económica que hacía a la yerba lucrativa. El establecimiento de un monopolio estatal sobre este producto de exportación no hizo nada para modificar la tendencia decreciente de su comercio. Finalmente, con el paso de las décadas, la yerba brasileña de las provincias del Río Grande del Sur y de Paraná se apoderó de una gran parte del mercado anteriormente reservado casi exclusivamente a la yerba paraguaya. Aquella competencia puso al Paraguay en una posición bastante más débil en el comercio porteño; gracias a la yerba brasileña, la ciudad de Buenos Aires no sufrió una carestía durante la guerra de la Triple Alianza. La política estatal y las exigencias de la guerra conspiraron contra una industria en la cual el Paraguay tenía una ventaja obvia y natural.

 

 

ORÍGENES

 

La práctica del uso de ilex paraguaiensis para la preparación de un tipo de infusión se originó en los tiempos precolombinos. Los primeros colonizadores usaron la bebida estrictamente para fines medicinales pero muy pronto aprendieron a apreciar sus cualidades vigorizantes derivadas de un alto contenido de cafeína. Preparaban y bebían el té de la misma manera que hoy en día. El agua caliente se echaba sobre una cantidad de yerba puesta en un recipiente, una calabaza llamada mate, se usaba un canuto o bombilla de madera o plata para succionar la infusión. El hábito de tomar la yerba de esta forma gradualmente se volvió una costumbre social, en que grupos de hombres se pasaban el mate recargando la calabaza con el agua caliente.

Inicialmente los colonizadores españoles consideraron un vicio el uso habitual de la yerba, pero ese juicio cambió con el paso de los años y las posibilidades económicas que la yerba proporcionaba. Como la yerba era una producción espontánea de la tierra, en la legislación española fue considerada un mineral. Como los otros minerales, podía ser explotada por personas privadas bajo el sistema de licencias (beneficios); el propietario absoluto era el monarca. El Rey reconoció tarde el valor potencial de su propiedad.

Según un autor, durante la primera mitad de siglo XVII, el mayor centro de producción yerbatera estaba localizado en el nordeste del Paraguay, cerca de la cordillera de Mbaracayú, pero es más probable que la zona de verdadera explotación se encontrara más al centro de la colonia, quizás entre los actuales pueblos de San Pedro y Caazapá. Al final de la década de 1680, el uso de la yerba como bebida se había extendido desde el Paraguay y las Misiones jesuíticas a casi todas las regiones meridionales de América del Sur, y como 50.000 arrobas de yerba paraguaya y misionera pasaban anualmente por Buenos Aires. (1)

Con el crecimiento de la demanda, la producción yerbatera se mostraba más y más vinculada con las Misiones jesuíticas. La gran popularidad de la yerba mate pronto mereció la atención de la Compañía de Jesús, cuyas numerosas comunidades indias se encontraban bastante al sur del Paraguay y más cerca de los mercados de las provincias de abajo. La zona de las Misiones entonces estaba bien situada para fomentar su propia industria yerbatera. Los jesuitas también tuvieron éxito en cultivar el arbusto de la ilex, un hecho no repetido por sus competidores seculares en el Paraguay, donde se utilizaba el proceso precolombino de extraer las hojas directamente de los yerbales silvestres llamados minerales de la yerba. Los padres jesuitas emplearon el trabajo de miles de indios misioneros para trasplantar arbustos desde los bosques hacia las plantaciones establecidas al lado de cada reducción. Allí los trabajadores indios ponían las plantas en liños y las cuidaban con mucha atención. Los jesuitas habían aprendido que, si podían sacar las semillas silvestres directamente después de sazonadas, podían quitar la pulpa con facilidad y así las plantas germinarían más rápidamente. Esas innovaciones, tanto como los cambios favorables en la política y en el comercio, indicaban que la producción de yerba paraguaya iba a concentrarse en manos jesuíticas. Sin embargo, no llegó a eso sin crearse un antagonismo fuerte con los especuladores de la yerba radicados, en la Asunción.

Al principio, los jesuitas cultivaban la yerba para el consumo local y para ayudar a pagar el tributo anual requerido por la Corona española. Solamente años después la yerba se convirtió en una fuente de ganancia segura para ciertas comunidades misioneras, y hacia 1700 el gobierno colonial, por parte de sus funcionarios de Buenos Aires, limitó la exportación de yerba jesuítica a 12.000 arrobas por año. (2) Esta restricción, de cierto modo, era más que un entendimiento entre la Compañía de Jesús y los comerciantes asuncenos, un entendimiento de muy poca duración.

Por lo general, un resentimiento prologado caracterizaba las relaciones entre los jesuitas y los colonizadores españoles en la región situada al norte del Río Tebicuary y en Corrientes. A diferencia de los jesuitas, los colonizadores tenían menos disponibilidad de trabajadores indios (o mejor dicho, siempre querían más trabajadores). Los colonizadores envidiaban a los jesuitas, particularmente por sus conexiones políticas, su éxito en el comercio de la yerba, y su control de los trabajadores indígenas. (3) Las rebeliones comuneras de las décadas 1710 y 1720 que comenzaron en el Paraguay y luego sucedieron también en Corrientes, demostraban las frustraciones de los colonizadores frente a los jesuitas. Aunque las autoridades españolas apoyaron a los religiosos en ese caso, los tiempos empezaron a cambiar en otra dirección. (4)

Las potenciales ganancias de la yerba jesuítica ya eran reconocidas por todos. Se habían desarrollado mercados para la yerba en Chile, el Alto Perú, y centros tan lejos como Quito; además, el gobierno comenzó a levantar sus restricciones contra el comercio. En consecuencia, las misiones triplicaban, y cuadruplicaban sus exportaciones totales; en 1673, por ejemplo, sólo 10.531 arrobas fueron enviadas a las provincias de abajo vía Santa Fe, pero en 1734, casi 44.000 arrobas fueron exportadas por la misma rutas. (5)

Sin embargo, al final, los jesuitas tuvieron demasiado oposición y no sólo a nivel local. Los últimos Borbones, particularmente Carlos III, se negaron a brindar el mismo apoyo que los jesuitas habían disfrutado anteriormente. A partir de la década de 1750, la Corona celosa, siguiendo el consejo de cortesanos regalistas, iniciaba la revocación de los privilegios jesuitas en todo el imperio español. En el Río de la Plata el régimen colonial transfirió algunos territorios jesuíticos situados al este del Río Uruguay a los portugueses. Y en 1767 vino la dramática expulsión de la Orden de la América española. (6)

Después de la expulsión, la región misionera pasó a manos de administradores civiles (corregidores o gobernadores) en un arreglo que teóricamente respondía a los intereses de los indios. Sin embargo, esos administradores robaban sistemáticamente a las Misiones y con el apoyo de empresarios correntinos, reducían a los guaraníes a una condición de semi-esclavitud (aunque esta situación variase mucho de una misión a otra). La avaricia de los españoles, que les llevaba buscar ganancias con la exportación de la yerba, significaba el descuido de la otra economía misionera, la de autoabastecimiento. Por eso, algunas comunidades entraron en una etapa de mala alimentación crónica. Las autoridades seculares de la región mostraban poco interés, no atendiendo ni a las necesidades básicas de los indios, como la de vestir. Al escribir un informe en 1799, Félix de Azara, un funcionario del rey de España, comentaba tal situación señalando lo siguiente: "creo que puedo decir positivamente que ni un solo pueblo ha recibido ropa, ni una sola vez, desde la expulsión de los jesuitas, y enfatizo [...] que no exagero. (7)

 

Tan deplorable tratamiento ayuda a explicar el éxodo de esos indios hacia el sur; una emigración que llegó a ser un abandono total de la región misionera por los años de la independencia. La decadencia demográfica de las misiones no tuvo igual ni siquiera en la guerra del 70. (8) En el proceso, los indios dejaron al cuidado de la naturaleza las plantaciones de la yerba que habían sido tan bien cultivadas anteriormente. Las campañas militares de José Gervasio de Artigas y del general portugués Francisco das Chagas Santos a fines de la década de 1810, al destruir las últimas comunidades misioneras, convalidaron un triste proceso ya consumado. (9)

Con la decadencia de las misiones, la situación de la yerba paraguaya mejoró. Con su crédito asegurado por los inversores porteños y con un tránsito ribereño abierto, los comerciantes de yerba de la Asunción se convirtieron en exportadores dominantes. También fueron las figuras más destacadas en la apertura de las fronteras del norte a la explotación yerbatera; en la década de 1780, el centro de la producción de la yerba se había movido bastante hacia el norte de las antiguas misiones, hacia los nuevos yerbales en las cercanías de los ríos Apa, Ypané, y Jejuí. El total de arrobas exportadas de esa zona no era tan impresionante como el de las Misiones, pero se multiplicaban rápidamente con el descubrimiento de nuevos bosques de yerba. Los envíos de yerba paraguaya alcanzan solamente a 27.000 arrobas en 1776. (10)

Sin embargo se puede ver en la tabla I, pocos años pasaron antes de que la exportación anual fuese casi diez veces la del total anterior. Las reformas fiscales asociadas con la creación del Virreinato del Plata formaban un catalizador al generar ese comercio; pero tampoco podemos negar la inmensa demanda en las provincias de abajo, ni el interés casi demencial sentido por los comerciantes hacia ese equivalente paraguayo del oro.

 

TABLA 3.1 - EXPORTACIONES DE YERBA PARAGUAYA, 1781-1812

Año     Arrobas Exportadas               Año     Arrobas Exportadas

1781                125.271                      1797                236.205

1782                s/d -                             1798                330.480

1783                247.290                      1799                s/d

1784                111.533                      1800                217.110

1785                s/d                               1801                281.790

1786                161.258                      1802                246.833

1787                166.207                      1803                231.928

1788                120.353                      1804                283.544

1789                169.875                      1805                263.344

1790                148.837                      1806                279.992

1791                142.245                      1807                297.800

1792                234.787                      1808                327.150

1793                116.145                      1809                204.547

1794                130.163                      1810                151.425

1795                154.058                      1811                162.097

1796                201.172                      1812                150.300

 

FUENTE: Libros de Asientos de guías, tornaguías, y alcabálas, 1783-1812, ANA. NE 11, 80, 115, 188. 418, 1159, 1167, 1186, 1790, 2900, 3089, 3337, 3341, 3345, 3356, 3360;  y Félix de Azara, Geografía física y esférica del Paraguay, (Montevideo, 1904), p. 434.

 

La producción yerbatera se expandió a territorios anteriormente no alcanzados por el comercio de la yerba mate. Podemos ver un ejemplo de este crecimiento en Concepción, un puerto pequeño pero importante situado al norte del río Paraguay, que se volvió un centro para la exportación de la yerba. Por el año 1804, más de sesenta empresarios de Concepción controlaban alrededor de 4.000 trabajadores de yerba (yerberos o yerbateros). El Virrey consideró esas actividades tan importantes, que en el mismo año aconsejó al consulado de Buenos Aires mandar un representante a Concepción para poner en práctica las regulaciones comerciales. El nombramiento vino dos años después. (11)

La yerba también estimulaba la colonización del norte del Paraguay. Alrededor del río Ypané, el gobierno colonial concedió serie de mercedes de tierra a estancieros paraguayos con la esperanza de que ellos pudieran proveer ganado para el consumo de los yerbateros de Concepción, y de cueros para enfardar el té. La misma política de colonización llevó a los estancieros hasta el río Blanco (hoy día en el Mato Grosso). En cada ocasión, el aumento de las estancias aumentaba también el potencial comercial de la ganadería paraguaya, porque el cuero de esta zona también fue exportado a las provincias de abajo. De esta manera, la industria yerbatera estimuló el comercio en otros sectores. (12)

 

NOTAS:

(1) Adalberto López, "The Economics of Yerba Mate in Seventeenth-Century South America," Agricultural History, 48:4 (1974) 498-99.

(2) Magnus Mömer, The Political and Economic Activities of the Jesuits in the La Plata Region. The Hapsburg Era (Estocolmo. 1953) p.129; algunas de las leyes restrictivas sobre el envío de yerba, se puede ver en Archivo General de la Nación IX (Compañía de Jesús) 7-1-1 n° 576. Ver también Juan Carlos Garavaglia, "Un modo de producción subsidiario: La organización económica de las comunidades guaranizadas durante los siglos XVII-XVIII en la formación regional altoperuano-rioplatense", Cuadernos de Pasado y Presente 40 (1973), pp. 161-91.

(3) Barbara Ganson, The Guarani Under Spanish Rule in the Rio de la Plata (Stanford, 2003), pássim.

(4) Adalberto López, The Revolt of the Comuneros, 1721-1735: A Study in the Colonial History of Paraguay (Cambridge, 1976); James Schofield Saeger, "Origins of the Rebellion of Paraguay", Hispanic American Historical Review 52 (May, 1972), pp. 215-29. Sobre Corrientes ver Mantilla, Crónica Histórica, 1: 89-92; Raúl de Labougle, Historia de los Comuneros (Buenos Aires, 1952), pássim.

(5) Citado en Nicolas P Cushner, Lords of the Land Sugar. Wine, and the Jesuit Estates of Coastal Peru, 1600-1767 (Albany, 1980), p. 160.

(6) Magnus Mörner, "The Expulsion of the Jesuits from Spain and Spanish America in 1767 in Light of Eighteenth-Century Regalism", The Americas 23 (1966), pp. 156-64.

(7) Félix de Azara al Virrey Avilés, 8 mayo 1799. Citado en Richard Alan White, Paraguay's Autonomous Revolution (Alburquerque, 1978), p. 28.

(8) José M. Mariluz Urquijo, "Los guaraníes después dé la expulsión de los jesuitas", Estudios Americanos 6 (1953), 323-330; Ramón Gutiérrez, "Los pueblos jesuíticos del Paraguay: reflexiones sobre su decadencia", Suplemento Antropológico 14 (1979), pp. 179-99.

(9) V. Martin de Moussy, "Mémoire Historique sur la Décadence et la Ruine des Misiones des Jésuites dans la bassin de la Plata leur Etat Actuel", in Descripción Géographique et Statistique de la Confédération Argentine, 3 vols. (Paris, 1864), III: 656-716.

(10) Félix de Azara, Descripción e Historia del Paraguay y del Río de la Plata (Madrid, 1849) I: 313: Jerry W. Cooney, "An Ignored Aspect of the Viceroyalty of the Río de la Plata", Intercambio Internacional 2 (enero 1977), pp. 10-13.

(11) Marqués de Sobremonte a Miguel Cayetano Soler, Buenos Aires, 29 agosto 1804, Colección Manuel Gondra (Universidad de Texas) después, MG, volumen 294; ver también Germán O. E. Tjarks, El Consulado de Buenos Aires y sus proyecciones en la historia del Río de la Plata, 2 vols., (Buenos Aires, 1962), II: 823•24.

(12) Ver, por ejemplo, Expediente relativo al fomento de la población de Belén y fundación de una estancia en sus tierras, 1768-1771, ANA. SH 136 n° 15. Acerca de la frontera con Brasil, ver Félix de Azara. Correspondencia Oficial e inédita sobre la demarcación de límites entre el Paraguay y el Brasil, 1784-1895 (Buenos Aires, 1836), pássim.

 

Fuente:

LO QUE EL RÍO SE LLEVÓ

ESTADO Y COMERCIO EN PARAGUAY Y CORRIENTES,  1776-1870

Obra de THOMAS WHIGHAM

Biblioteca de Estudios Paraguayos - Volumen Nº 75

Director: JOSÉ ZANARDINI ,

Colección Bicentenario a cargo de IGNACIO TELESCA

Biblioteca de Estudios Paraguayos

CEADUC – CENTRO DE ESTUDIOS ANTROPOLÓGICOS

DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA "NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN"

Página web: www.ceaduc.uca.edu.py

Asunción – Paraguay, 2009 (372 páginas).






Leyenda:
Solo en exposición en museos y galerías
Solo en exposición en la web
Colección privada o del Artista
Catalogado en artes visuales o exposiciones realizadas
Venta directa
Obra Robada




Buscador PortalGuarani.com de Artistas y Autores Paraguayos

 

 

Portal Guarani © 2024
Todos los derechos reservados, Asunción - Paraguay
CEO Eduardo Pratt, Desarollador Ing. Gustavo Lezcano, Contenidos Lic.Rosanna López Vera

Logros y Reconocimientos del Portal
- Declarado de Interés Cultural Nacional
- Declarado de Interés Cultural Municipal
- Doble Ganador del WSA