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JUAN EDUARDO DE URRAZA

  VERDADES FUTURAS Y MENTIRAS ANTIGUAS - Relatos de JEU AZARRU - Año 2003


VERDADES FUTURAS Y MENTIRAS ANTIGUAS - Relatos de JEU AZARRU - Año 2003

VERDADES FUTURAS Y MENTIRAS ANTIGUAS

(ESCRITAS EN UN PRESENTE INCIERTO)

 

Por JEU AZARRU

 

Arandurã Editorial

www.arandura.pyglobal.com

Tel.: 595 21 214.295

Asunción-Paraguay

2003 (200 páginas)

 

 

 

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“Verdades Futuras y Mentiras Antiguas (escritas en un Presente Incierto)”. El libro tiene 200 páginas y 29 narraciones de diversa índole, desde temas de ciencia-ficción hasta mitología paraguaya y hechos de la vida real. Como su título lo indica, las narraciones estudian el pasado, o el futuro, pero siempre se basan finalmente en el dominio del presente maleable por todos nosotros, capaz de comprender lo que nos precedió y de cambiar lo que vendrá.

Personajes extraños como el Chausero comparten páginas con el Kurupí o con seres extraterrestres invasores en un amplio espectro de temáticas que atraparán al lector desde el principio, y asombrarán por su variedad y originalidad.

Estos relatos mezclan ciencia-ficción y fantasía junto a leyendas urbanas, hechos extraños de la vida real y otros más comunes y simples. Por lo tanto se han explorado ideas, sentimientos, profecías y percepciones interesantes y dignas de ser compartidas con aquellos que quieren mirar un poco más allá de la rutina habitual. Este libro recibió una mención de honor en el premio Roque Gaona 2003 y el 2º puesto en el Premio Municipal de Literatura de Asunción 2004.

 

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PRÓLOGO

TESTIMONIO EXISTENCIAL Y CIENCIA-FICCIÓN.

 

Del fascinante y complejo universo de la ciencia-ficción se han dado múltiples definiciones. Ellas van desde la ingeniosa metáfora de Ray Bradbury, "La ciencia-ficción es un martillo maravilloso: me propongo usarlo para que los hombres vivan como quieran" hasta llegar a la irónica y sarcástica definición del crítico K. Amis: la ciencia-ficción es un relato en prosa cuyo tema es una situación que no podría presentarse en el mundo que conocemos, pero cuya base es la hipótesis de una innovación de cualquier orden, de origen humano o extraterrestre, en el campo de la ciencia y de la tecnología, o, si se quiere, de la pseudo-ciencia y de la pseudo-tecnología".

En otra ocasión precisa Ray Bradbury: "La ciencia-ficción es, entonces, la ficción de las revoluciones. La revolución del tiempo, del espacio, de la medicina, de los viajes y del pensamiento... Pero por encima de toda otra consideración, la ciencia-ficción es la ficción de hombres y mujeres a veces encumbrados y a veces aplastados por sus propias máquinas".

A su turno, afirma Isaac Asimov: "La ciencia-ficción es la única forma de literatura que tiene como premisa el hecho que habrá cambio. La ciencia-ficción predice sólo lo que parece lógico dado ciertos descubrimientos científicos" y, con alarma, advierte: "Puede ser que no sobrevivamos si no somos capaces de realizar los cambios con la rapidez necesaria".

Más allá de estas precisiones conceptuales y terminológicas, lo realmente importante es coincidir en una opinión que los hechos ratifican. La ciencia-ficción, a la que Robert Heinlein prefiere llamar "ficción especulativa", es consecuencia y expresión de una crisis como así también un intento de respuesta al vértigo de los cambios, al resquebrajamiento de las estructuras sociales y ella se debe tanto a la revolución industrial como al desarrollo de la tecnología. El cambio como constante de la vida y la cultura, a partir del Renacimiento y en particular desde el siglo XIX, nos indica que las sociedades medianamente estables pertenecen al limbo de una lejana Arcadia.

Si bien el valor cualitativo de la ciencia-ficción no reside esencialmente en su perspectiva de profecía y predicción, su voluntad e intención es enseñar que la mente debe ser abierta, alerta y flexible para comprender una realidad sin límites ni dogmas que adopta como su motor y eje el impulso del desafío y como brújula el horizonte de la utopía.

Es en la ciencia-ficción (como en la literatura fantástica) donde las categorías de espacio y tiempo adquieren y registran todo tipo de transformaciones, mutaciones, distorsiones. Factores estos que contribuyen a la variedad y riqueza de temática del género literario que aquí es objeto de comentario.

No es casual que desde la mayoritaria percepción del acelerado desgaste de los mitos del pasado se busque la renovación en los mitos del futuro. Porque tal vez sólo las tierras y los cielos del porvenir puedan ser el último refugio de las promesas y los sueños. Casi como la alegoría de la única pareja sobreviviente al holocausto nuclear que tiene por misión, función y deber constituirse en los primeros padres de otro y nuevo mundo. Por ese motivo, la ciencia-ficción en sus dos vertientes de imaginación paradisíaca o apocalíptica, esperanzada o catastrofista, propone paisajes, seres y teorías donde los conflictos de la condición humana y las contradicciones del progreso científico y el desarrollo tecnológico desbordan y superan las más alucinantes visiones anticipatorias de poetas y sabios, en convergencia y arquetipo de William Blake y Albert Einstein.

En un texto autobiográfico Ray Bradbury escribe: "Crecí en el viejo territorio cuyos límites se perdían 'en la lejanía y que abarcaba todos los vericuetos de la imaginación humana, todos los emprendimientos, todas las ideas, todos los avances tecnológicos y todos los sueños. ¿Existe acaso un mejor modo de crecer? no se me ocurre ninguno". Así prosigue Bradbury: "Hoy se lee ciencia-ficción porque resulta apasionante, humana, pertinente y ecológica. Perdón por utilizar estos dos últimos términos que en los últimos aòos se han usado con tantos excesos que prácticamente hemos llegado a trastornarnos".

Ante la memoria del lector desfilarán, sin duda, los nombres, las obras, los temas y las ideas de aquellos hitos en el sendero de las letras con la orientación que aquí estamos estudiando: Swift, Poe, Verne, Twain, Zamiatin, Wells, Orwell, Huxley, como precursores o partícipes de la ciencia-ficción. A ellos se han venido a sumar en épocas más recientes Howard, Philipp Lovecraft, Arthur Machen, Robert Heinlein, Alfred Elton, Van Vogt, Ray Bradbury, Ursula K. LeGUin, Samuel R. Delaney, Philip K. Dick, Kurt Vonnegut, Isaac Asimov y el Arthur C. Clarke de "2001. UNA ODISEA ESPACIAL", que en versión magistral y memorable llevó al cine Stanley Kubrick. Esta lista de autores, significativa pero no exhaustiva, permite verificar que es en el ámbito de la literatura angloestadounidense donde se ha desarrollado de manera casi exclusiva, aunque no excluyente, la literatura de ciencia-ficción, por motivos que la crítica literaria y la sociología de la literatura en su momento han caracterizado. Pero también en "otras voces, otros ámbitos" (para utilizar el sugestivo título de Truman Capote, "Other Voices, Other Rooms") se han desarrollado expresiones de este género de relativamente reciente pero ya consolidada presencia en el panorama de las letras contemporáneas.

Resulta entonces conveniente mencionar que en el Paraguay - donde entre otros aportes significativos figura el de Osvaldo González Real - es un género que atrae y estimula a representantes de promociones más jóvenes, como el caso de Jeu Azarru. Ya en su libro anterior "LA SOCIEDAD DE LAS MENTES" el autor ha mostrado y demostrado que las nuevas tecnologías (la informática entre ellas) tienen también una intrínseca poesía, un carácter específicamente narrativo. Hoy en su nuevo libro "VERDADES FUTURAS Y MENTIRAS ANTIGUAS (ESCRITAS EN UN PRESENTE INCIERTO)", vuelve a dar testimonio de sus profundas convicciones existenciales y de su confianza en la palabra como elemento clave para forjar la historia, iluminar el mundo y preservar la vida. "VERDADES FUTURAS Y MENTIRAS ANTIGUAS (ESCRITAS EN UN PRESENTE INCIERTO)" es el escenario y la plataforma donde el autor organiza el material del texto de un modo original y sugerente en el cual coexisten la amenidad y el rigor, el suspenso y la poesía, la angustia y la esperanza integrados todos ellos en un mosaico lúcido y sutil.

No quisiera poner punto final (o suspensivos) a estas reflexiones sin mencionar que en una de las más significativas novelas clave del género ciencia-ficción y a la cual su autor, el escritor polaco Stanislaw Lem dio por título "Solaris", uno de los protagonistas denominado Snow dice: "No queremos conquistar el cosmos, simplemente queremos ensanchar los límites de la Tierra hacia las fronteras del cosmos. Para nosotros este planeta es árido como el Sahara, aquel es helado como el Polo Norte, y el de más allá es fértil como la cuenca del Amazonas. Somos humanitarios y caballerescos; no queremos esclavizar a otras razas, sólo queremos legarles nuestros valores y hacernos cargo, en cambio, de su herencia... El hombre es lo único que buscamos. No necesitamos otros mundos, necesitamos espejos".

Quien firma estas líneas cree que al hacer suyas esas palabras también las comparte con el autor de este libro que invita a pensar la vida y vivir el pensamiento en una síntesis de entusiasmo, sabiduría y desafío. 

EMILIO PÉREZ CHÁVES

Escritor y crítico literario y de artes visuales.

Asunción, otoño de 2003.

 

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Comentarios del Autor.

 

"VERDADES FUTURAS Y MENTIRAS ANTIGUAS (ESCRITAS EN UN PRESENTE INCIERTO)" es una recopilación de todos los relatos breves que produje en un período de ocho años (1995-2002), si bien la gran mayoría de los cuentos pertenecen al período 2001/02. Esto evidencia que en realidad me he introducido de contrabando y con ganas a este género hace poco tiempo, y realmente me ha gustado. Como su título lo indica, las narraciones estudian el pasado, el futuro, pero siempre se basan finalmente en el dominio del presente maleable por todos nosotros, capaz de comprender lo que nos precedió y de cambiar lo que vendrá.

La verdad es que las complejidades con las que me agrada tratar por lo general requieren demasiado espacio (léase una novela) para poder desarrollarlas completamente. Por lo tanto las ideas simples, con nudos y desenlaces sorpresivos, me han interesado como una alternativa al arduo trabajo que me han llevado "LA SOCIEDAD DE LAS MENTES", "YRONIA" y "DRAGÓN", las dos últimas aún no publicadas pero listas para darse a conocer cuando la situación lo permita.

Un hecho que me empujó a escribir y publicar estos cuentos fue la necesidad de llegar a muchos lectores que deseo me conozcan, pero que no tienen la paciencia de leer enteramente una de mis novelas, las cuales son densas en ciertos pasajes y requieren paciencia. Me parece que los cuentos son una buena excusa para leer de a ratos, encarando diferentes temas que de una u otra forma afectan a todos. Estos relatos mezclan ciencia-ficción y fantasía (géneros que adoro) junto a algunos hechos extraños de la vida real y otros más comunes y factibles. Por lo tanto me he dedicado a explorar ideas, sentimientos y percepciones que me parecen interesantes y dignas de ser compartidas con aquellos que quieren mirar un poco más allá de la rutina habitual.

Leyendo algunos de los relatos fantásticos de las Ficciones de Borges, libro que cayó en mis manos al apenas haber terminado este compendio, llegué a la conclusión de que sigo siendo partidario de la idea, y no de la forma, porque la idea queda, pero la forma se olvida. Y lo que nuestros recuerdos traen no son más que las ideas de los demás, desbaratadas de toda forma excepto la que nosotros mismos le damos en el instante del recuerdo. No niego que esta sea una forma fácil, casi necia, de esquivar la obligación de brindar una lírica agradable que el autor tiene para con toda su obra, pero sigo queriendo llegar a todos, inclusive a los simples, y no sólo a quienes debieron leer veinte, o veinte más uno, para poder extraer una idea paupérrima de difíciles prosas.

Es cierto que la temática de los cuentos realmente es muy diferente de un relato a otro, y que algunos son antiguos o difieren en calidad respecto a los demás, pero debido al enorme trabajo que me tomó publicar este libro, opté por incluir todos los relatos que tengo escritos hasta el momento, ya que la diferencia en esfuerzo y producción de agregar o sacar algunas páginas más es escasa respecto al trabajo total. El único relato ausente en esta compilación es mi primer cuento, titulado "VENGANZA", debido al hecho de estar demasiado relacionado a "YRONIA", por lo que preferí publicarlo con ella en una etapa posterior.

** Básicamente lo que se puede encontrar aquí son relatos de diversos tipos, organizados en secciones. La organización es la que sigue: EXTRATERRENOS, que involucran a todos los que tocan el tema del espacio y los seres que lo habitan, en relación con la humanidad. CIENCIA-FICCIÓN, que agrupa de una manera genérica a diversos cuentos que tratan de tecnología, futuros reales o irreales, alternativas del mundo, etc. RELATOS DEL PARAGUAY involucra algunos relatos fantásticos sobre personajes de nuestro país, o cotidianeidades de la ciudad capital. COTIDIANO E INUSUAL es el rejunte de todos los relatos que no pude categorizar, ya sea reales o imaginarios.

En un análisis rápido, puedo comentar que "LA SONDA" y "EL CHIP MARCIANO", por ejemplo, exploran la relación de temor, asombro y sorpresa que significa la experiencia extraterrestre desde el punto de vista humano, mientras que "Asteroides", "Comida" y "Los Superiores" lo hacen desde el enfoque de los visitantes que se encuentran con nuestro azotado mundo y se preguntan cómo hemos llegado a esto, estiman la peligrosidad de nuestra especie, o estudian que utilidad tenemos para ellos.

Varias historias se adentran en los vericuetos tecnológicos a los cuales estoy tan acostumbrado por mi trabajo, estudio u ocio. "EL CASTIGO AL PIRATA" e "Y2K" vislumbran los aspectos negativos de la adicción a las máquinas o al trabajo con ellas, "Inteligencia Artificial" brinda mi versión sobre la relación del hombre con la (algún día posible) máquina pensante, "EL MEJOR INVENTO" es una reflexión que he tenido en mente desde niño, "DATAMINING" relata algo más cercano a la realidad de lo que muchos creerían, y finalmente "Los Aventureros" juega con el factor sorpresa de la perspectiva muy cerrada.

Algunas narraciones estudian los posibles futuros en los que la humanidad podría sumirse, de trascendencia o degradación, siempre desde un punto fantástico, pero tocando la fibra sensible que nos conforma como raza. "PRESERVAR EL CONOCIMIENTO" describe la posible salvación de la historia y los conocimientos del mundo gracias a la tecnología, "EL JUEGO" narra cómo las masas son afectadas por la publicidad o el contacto con los medios cada vez más sofisticados de entretenimiento, "DESPERTAR" refleja el deseo de muchos de trascender por sobre la gente dormida en un mundo que empuja al letargo infinito, "SABER O NO SABER, ESA ES LA PREGUNTA" es una reflexión sobre la hipocresía que nos sume, tan alejada de la prédica de toda religión, "EL REGRESO DEL MESÍAS" es un desvarío total basado en información obtenida de Internet, aunque no puedan creerlo, y "REFORMATORIO" indica como la gente cada vez confía menos en los gobiernos o instituciones que deberían cuidar de ellos, debiendo valerse por sí misma. "EL DICCIONARIO" es un relato influenciado por la mano de Borges, seguramente, puesto que lo escribí posteriormente a haber leído "FICCIONES", y está basado en un juego matemático de difícil solución.

El resto de los relatos son incategorizables, porque tratan de diferentes temas que nada tienen que ver entre sí. "LO QUE PODRÍA HABER SIDO" es una historia que toma el punto de vista de una mujer que se reencuentra con un gran amor luego de muchos años de ausencia, "ENTREVISTA CON EL KURUPÍ" es una adaptación moderna del mito guaraní, y de cómo ese personaje sobreviviría en el mundo actual tan transformado por el conocimiento y la tecnología, abriendo la esperanza al misterio y lo desconocido que de todos modos perdura.

"EL CHAUSERO" es una leyenda urbana, pero que en este caso, más que leyenda es una realidad. Si no me creen, salgan a la calle las tardes calurosas y observen con cuidado los ómnibus descompuestos... Lo mismo ocurre con "EL SOLDADO", el cual también es un personaje de nuestra realidad Asuncena, les brindo inclusive la dirección de su casa si quieren conocerlo.

 "EL PASEO" es el simple relato de los trajinares diarios de las víctimas del transporte público, y por más simpático que pueda parecer, no se aleja nada de la verdad. No es original, puesto que Osvaldo González Real en su excelente relato "Manuscrito encontrado junto a un semáforo después de un grave accidente" ya hizo una introducción del tema hace muchos años, o yo mismo, en "DESPERTAR", he tocado el tema de forma secundaria, pero aquí lo hago de lleno y con renovado interés.

"LAS DOS TORRES" es un relato sobre un sentimiento demasiado gastado y publicitado, tanto que ya harta un poco. Ese cuento es el fiel reflejo de lo que sentí en ese fatídico día del 11 de Septiembre de 2001, lo cual no quiere decir que defienda a los americanos o que me solidarice con su causa, sino que me desgarra que gente inocente tenga que pagar por los problemas que sus dirigentes, egoístas y ciegos, causan  justamente para equilibrar la balanza escribí posteriormente "EL REGRESO DEL MESÍAS", el cual es una locura sin pies ni cabeza, pero de lectura interesante. Tuve mis dudas a la hora de publicarlo, pero bueno, finalmente venció el deseo de exponer el escrito a la vergüenza de que se conozca.

"SUERTE" y "EL OTRO" son apenas acercamientos a la relación interpersonal fallida, mientras que "EL TESORO" fue una idea puntual sobre lo que sucedería si alguien no preparado recibe el conocimiento verdadero, y se da cuenta de la insignificancia de su vida cuando ya es muy tarde.

Finalmente queda "LA COSA INVISIBLE", un relato onírico muy antiguo (1995), y cuya estructura modifiqué mínimamente para hacerlo más legible, aunque de todos modos todavía se asemeja al manuscrito desordenado que produje sentado al borde de la cama aquel día.

Como cierre puse "EL FINAL DE LA HISTORIA", puesto que me parecía un epílogo interesante. Tenso y duro, pero que revela la incertidumbre de la vida y de como el final puede llegar sin previo aviso, y como dejaremos cosas inconclusas una vez que no estemos más.

Bueno, mucho no queda por decir, salvo que espero disfruten de estos fragmentos de mi ser que he querido compartir con ustedes, y que creo podrán cambiar, aunque sea en parte, la perspectiva de los acontecimientos que nos sobrepasan a diario.

JEU AZARRU, julio 2003.

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ÍNDICE

  • EXTRATERRENOS: Asteroides/ Alimento/ La sonda/ Los superiores/ ¿Saber o no saber?, Esa es la pregunta
  • CIENCIA-FICCIÓN: Preservar el conocimiento/ El diccionario/ Y2K/ Despertar/ El luego/ Los aventureros/ Inteligencia artificial/ El mejor invento/ El chip marciano/ El regreso del Mesías/ Reformatorio/ El castigo al pirata/ Datamining
  • RELATOS DEL PARAGUAY: Entrevista con el Kurupí/ El Chausero/ El paseo/ El soldado/ Cotidiano e inusual/ Lo que podría haber sido/ Suerte/ El otro/ Las dos torres/ El tesoro/ La cosa invisible/ El final de la historia

 

 CUENTOS DE JUAN DE URRAZA - CIENCIA-FICCIÓN

 

Y2K

Las teclas repiqueteaban como un tamborín, compitiendo con la leve música de fondo que lo acompañaba. Eso ya era común desde hacía demasiado tiempo para sus cansadas manos... El módulo de reconocimiento de voz fue un gasto inútil, una de esas promesas "hype", que nunca funcionan, y ahora era otra pieza de software inservible, para el olvido.

Hacía semanas que Fabricio no conciliaba el sueño, agobiado por el trabajo incesante al que estaba abocado. Demasiada carga estaba puesta sobre sus espaldas, demasiada responsabilidad. La multinacional para la que trabajaba hacía más de diez años le había dado un ultimátum: el sistema debía funcionar. La guitarra que había comprado la Navidad pasada estaba llena de polvo en un rincón de su casa, puesto que jamás tuvo el tiempo suficiente para aprender a tocarla. Las plantas del balcón habían muerto por falta de agua, los perros habían sido regalados y la mujer, junto a su hijo de siete años, se había mudado a casa de su madre porque no podía soportar más la vida solitaria que llevaba, sin ver por días al hombre que amaba, con el que pensó pasaría el resto de su vida...

Pero nada importaba, ahora casi todo estaba listo, preparado. Cambios estructurales, una base de datos consistente, y, sobre todo, fechas con años de 4 dígitos. El Y2K, el maldito bug del fin del milenio, lo estaba por volver loco. La hora de la liberación estaba cerca, prácticamente todo funcionaba a la perfección en el ambiente simulado sobre el que su sistema de interconexión de sucursales remotas corría. Toda la información de la empresa estaba distribuida en múltiples bases de datos a lo largo de varios países, por lo que el mecanismo en el que el trabajaba era crítico; sin él, nada del resto funcionaría.

Lo que más resentimiento le causaba del asunto es que el sistema sobre el que trabajaba tenía módulos con más de 30 años de antigüedad, en cuya definición él no había participado ni había sido responsable, pero ahora los debía corregir... Y mientras tanto, los ladrones irresponsables de tan garrafal descuido debían estar festejando con sus familias, alegres... O muertos... Pero no sufriendo como él lo estaba haciendo.

¿De qué sirvieron tantos años de universidad, méritos, honores, el doctorado?, ¿De qué?... Al fin y al cabo ahora era más esclavo que la limpiadora que vaciaba su cenicero todas las mañanas... Ella por lo menos a la tarde huía del trabajo y estaba con su familia, o dormía, sin preocupaciones, hasta el día siguiente, salvo los fines de semana... Mientras tanto, él permanecía atado a su escritorio, con la barba crecida, despeinado, su salud pésima, y débil de poco comer. Por otro lado, los gerentes y administradores también deberían estar festejando con sus respectivas familias, ya que el problema les concernía pero eran incapaces de hacer algo al respecto, tan sólo depositar su confianza en él.

Y mientras tanto él seguía allí atascado, muriendo por dentro. Todo fuera por la jugosa suma de dinero prometida, por el honor puesto en juego y por el año de vacaciones pagas que ofrecieron como recompensa de una solución válida al problema.

Y las teclas seguían en un repiqueteo infernal... No estaba con su familia, bueno, de hecho ya no tenía familia, no estaba festejando, aunque tampoco había mucho por festejar, tan sólo seguir...

Repentinamente la luz del edificio se apagó por completo, y luego la de toda la ciudad. Afuera, los fuegos artificiales causaban un colorido resplandor que sacó de su ensimismamiento a Fabricio, por pocos instantes. Su pantalla aún permanecía encendida, a pesar del apagón, debido a que su fuente de alimentación estaba cargada... Bueno, había cambiado el año, que importaba... Y siguió tecleando... Mientras que millares de personas festejaban, se emborrachaban, o hacían el amor para festejar la venida del nuevo milenio...

La oscuridad contrastando con la luz que su pantalla irradiaba le hacía arder los ojos, por lo que desenchufó la impresora de la UPS y conectó su lámpara de mesa. Las previsiones, pesimistas según algunos, decían que los servicios de agua, luz y teléfono caerían por el mismo problema que él estaba intentando solucionar... Y así fue, pero de todos modos los festejos continuaron, los problemas recién,se sentirían en los días subsiguientes. Por otro lado, su empresa, importante y responsable como era, tenía un plan de contingencia que asumía una autonomía total inclusive en el peor de los casos: Reservas de agua y comida para cerca de tres meses, generadores de electricidad, comunicación inalámbrica, cualquier cosa que se pudiera necesitar... Todo útil si su módulo, crítico, funcionaba; sino, de todos modos caería, con el resto de la humanidad.

El hombre, joven, pero con el rostro avejentado por el sacrificio que venía llevando, se acercó a la ventana. La obscuridad era absoluta, sólo las luces de las bombas, y los fuegos de artificio rompían de vez en cuando el esquema. Quiso detenerse a pensar pon un momento sobre el significado de su vida y de ese momento, pero no pudo hacerlo, puesto que en ese instante la luz regresó. Al momento, el leve pitido de su radiomensaje indicó la llegada de uno nuevo. "Felicidades!!!, Que este año sea tan bueno como el anterior." decía, y, como era de esperarse, era de la propia empresa, que poseía su propio sistema de mensajería. De hecho, había sido su idea enviar ese mensaje grupal, por lo tanto, la única felicitación que recibió esa noche, tristemente, fue suya propia... Mientras tanto, el resto de la ciudad permaneció a oscuras, salvo su edificio y otros dos o tres que se divisaban a la lejanía. Todo funcionaba según lo previsto, su empresa persistiría sobre la competencia.

La radio se había encendido nuevamente al volver la corriente, con un ruido ensordecedor... Aparentemente todas las emisoras habían caído. Por lo tanto, puso un CD en la bandeja y lo dejó sonar. Ya se había iniciado el año 2000... Y el sistema aún no funcionaba. Pero eso no importaba, puesto que el 1°- de enero, sábado, era feriado, y el 2 era domingo. Recién el lunes 3, a la mañana se necesitaría ejecutar el programa en el que estaba trabajando. Esto le daba dos días más de ventaja sobre su acérrimo enemigo, el bug del milenio.

De repente sintió la garganta reseca, y se acercó al bebedero para tomar un poco de agua. Cargó un vaso de plástico con el refrescante líquido, y bebió un largo sorbo de él ¿Cuánto le hubiera gustado poder estar brindando con copas repletas de champán junto a sus amigos, en vez de estar solo tomando agua de un bebedero en un miserable vaso de plástico! Pero cada uno tiene sus obligaciones, y las de él aún no terminaban, además, dudaba que sus propios amigos lo recordaran.

Se sentó, y el ruido de las teclas empezó de nuevo a competir con el del equipo de sonido. La cabeza le dolía un poco, pero no importaba, pronto todo terminaría... Y esa noche pasó, y el día siguiente, y el siguiente... La última noche terminó también... Alrededor de las 5 de la mañana del día lunes, casi al borde del agotamiento, finalizó su tarea, de una manera clara, perfecta, casi sofisticada. Todo funcionaba a la perfección, los módulos, la interconexión, las fechas, los documentos, los protocolos de transferencia... Una paz interior tan grande cobró forma en su ser, que nadie, nunca, podría haber sentido algo igual. Sólo quedaba instalar el programa en el servidor y luego transmitirlo automáticamente al resto de las máquinas dedicadas en los demás países. Las tres horas con las que contaba eran más que suficientes para ello, y el satélite que la compañía poseía funcionaba correctamente, como para realizar las transferencias necesarias.

Un mensaje de error se mostró en la pantalla de su monitor cuando intentó copiar los archivos nuevos dentro del servidor. Era raro, nunca había tenido este tipo de problemas desde el laboratorio en el que trabajaba. Reinició su máquina, esperando una solución, pero nada. Pensó en que tal vez su PC era el problema, aunque todos los test a los que había sido expuesta indicaron un funcionamiento correcto ante el problema del año 2000.

Sin esperar más, copió los archivos en un diskette, y se apresuró a dirigirse a la habitación donde el servidor se encontraba... Más que sorpresa, o desesperación, no pudo evitar sentir. La máquina servidora general de todos los sistemas, y su espejo, "certificadas" como Y2K compatibles tanto en hardware como en el sistema operativo, mostraban unas pantallas azules con un mensaje de error en una tipografía grande que hacía años Fabricio no veía... Y todos los servidores, en todo el mundo, de la empresa, eran iguales. Reiniciar, realizar cambios, no serviría de nada... El hombre cayó de rodillas al piso, llorando, mientras que el diskette rebotaba contra el suelo y terminaba en un rincón del cuarto... Fabricio pensó en ir al auto, tomar el revólver de la guantera y suicidarse, luego se arrepintió, de hecho, hacía tanto que no salía del edificio, que ya ni recordaba donde estaba estacionado su vehículo. Pensó en destruir los equipos o incendiar el lugar, pero eso no serviría de nada, pensó en su familia, que lo había abandonado por su propia culpa... Y lloró, hasta más no poder, hasta quedar prácticamente inconsciente sobre el piso...

Mucho después, cuando un guardia de seguridad intentó ayudarlo a levantarse, Fabricio lo empujó y salió corriendo, hacia afuera, enloquecido. El sol radiante de la mañana lo hirió de una manera sorprendente, siéndole casi desconocido luego de tanto tiempo de encierro. Sin rumbo fijo caminó por las calles, confundido, mientras que unos camiones destartalados de la administración de agua cargaban baldes a cientos de personas que se arremolinaban en torno a ellos.

Sin saber cómo, de forma inconsciente, se halló en el confesionario de una iglesia, hablando, sollozando y sufriendo. Necesitaba descargarse, pero los consejos del sacerdote nunca llegaron a sus oídos, simplemente porque sus pensamientos taparon a las palabras de afuera. Cuando finalmente salió del lugar, se detuvo, miró al cielo, azul, y se dio cuenta del desperdicio que su vida había sido todo ese tiempo. Se propuso hacer algo, de tantas cosas pendientes... Estaba su madre a quien hacía tanto no veía, su esposa e hijos, que tal vez no lo recibirían, sus amigos, que ya no lo recordaban, la guitarra abandonada en su casa, una casa que hacía meses no se utilizaba... Y caminó, porque se dio cuenta de que realmente no importaba que hacer de allí en más, sino hacerlo.

06/11/1999

 

 PRESERVAR EL CONOCIMIENTO.

Año 2076, Cavernas de Aracuyito.

Soy Sor-45, robot experimental de última generación, creado con una única misión: Preservar el conocimiento humano de la pérdida irremediable que significaría la Gran Guerra. Así como quienes escribieron los pergaminos del mar muerto, o los protectores del Santo Grial, las logias o sociedades secretas, sobre mis hombros recae la responsabilidad de preservar toda la información útil del planeta para que los futuros vástagos sobrevivientes de esta lucha sin sentido puedan reconstruir su mundo. He elegido este lugar en las cadenas montañosas de los Andes, porque no cualquiera podrá llegar aquí y encontrarme, sólo un elegido en el momento correcto lo hará. Tengo en mi poder un disco, que contiene toda la información relevante para la tarea de reconstrucción: la decodificación del genoma humano, los tratados de medicina, los datos de ingeniería para la construcción de maquinarias, edificios y puentes, todos los libros de las mil bibliotecas más importantes del mundo, imágenes de las grandes obras de arte, desde la pintura hasta la escultura, música, enciclopedias, filmaciones, cursos básicos hasta universitarios y masterados. Tengo todo, en todos los idiomas posibles, no sea que me encuentre algún humano que no pudiera comprender los datos por culpa de un simple problema de dialecto. Y si no saben leer, las introducciones iniciales audiovisuales, junto con las clases de letras más básicas, ayudarán a que las personas recobren esa habilidad perdida y luego puedan comprender el resto. Tal vez la humanidad se sumerja en las tinieblas una vez más, pero cuando la era de la luz regrese, yo estaré para iluminarlos como un faro solitario en el mar bravío.

Año 2077.

Parece que la guerra fue mucho más grande de lo previsto. Mis sensores, que podían comunicarse con estaciones de radio y satélites, no distinguen nada más que ruido sin sentido. Pero el hombre es el peor de los insectos rastreros, y seguro que habrá encontrado algún hoyo donde guarecerse hasta que la tormenta pase. Puedo traer a mi memoria principal recuerdos de quien me creó, que supongo habrá muerto ya. Un hombre menudo, calvo, con anteojos y siempre vestido de pulóver a cuadros. Era un gran científico, y me creó (modificando un robot común de la serie PenAth-VI) específicamente para esta misión. Grabó en la primera pista del disco toda su información, su biografía, sus datos, de tal manera que cuando lo encuentren sepan claramente quien fue el hacedor del milagro, y lo alaben y nombren en cada rincón del planeta, por ser él quien hizo posible la reconstrucción de la raza humana. No quería pasar al olvido como los viejos sabios Griegos, de los cuales apenas se conocían sus nombres, pocas anécdotas, y, tal vez, alguna obra que hubiera sobrevivido a los incendios de las grandes bibliotecas. Toda su información, detallada y completa, se halla en el disco.

Año 2080.

Soy un robot, no puedo tener miedo. Pero el silencio me aterra. ¿Estoy solo en el mundo? Parece que la espera será larga. Creo firmemente en la humanidad, ella será capaz de volver de la muerte de ser necesario. Su destino no es acabar de esta manera.

Año 2570.

Mis baterías están casi agotadas. Los circuitos de recarga solares ya no funcionan, puesto que las fotocélulas y las baterías recargables han llegado al límite de su vida útil. Empezaré a usar la batería auxiliar. Si no me muevo, si no pienso, si apago todos los circuitos innecesarios, podría sobrevivir por trescientos años más. El disco sigue conmigo, con toda su carga de sabiduría. Y yo seguiré cumpliendo la misión encomendada hasta que mi último chip deje de funcionar.

Año 2780

El tiempo, el polvo, los insectos y las telas de araña se han apoderado de mí. Algunos murciélagos revolotean el techo. Eso quiere decir que la vida está retomando su cauce, lo cual es bueno. Numerosos componentes de mi cuerpo metálico se han herrumbrado o dañado, y, salvo por mi cerebro, carezco de energía para accionar ningún otro mecanismo. El disco sigue entre mis manos, esperando a su dueño.

Año 2917

Creí escuchar algo. Voces. Estoy seguro de que eran voces humanas. Mi memoria está fallando, y tengo muchos registros dañados, pero las posibilidades (analizadas por comparación de patrones) me dan un 99,99% de certeza. Ya no las escucho más, pero estimo que volverán. Deben ser de algún asentamiento cercano, y si la civilización llegó hasta aquí, con sus ansias expansionistas y de conocimiento, tarde o temprano encontrarán esta caverna y a mí. ¡Oh, como me gustaría poder salir a buscarlos yo mismo! Pero mis ruedas ya no giran. Si hiciera el intento probablemente gastaría la última dosis de energía que me queda vanamente, ya que los mecanismos están atascados. Prefiero que mi cerebro sobreviva a este trance, y conozca al restaurador de la raza humana, aquel que se beneficiará con la sabiduría que por tanto tiempo protegí celosamente.

Año 2919

Mis sensores fotoeléctricos están muy dañados, pero puedo ver claramente a un grupo de figuras menudas que han iluminado la habitación con antorchas, acercándose a mí. ¡Por fin! ¡El día tan largamente esperado!

- ¡Josesito! - exclamó un niño - ¿Qué es esto?

- No sé, parece una estatua muy vieja, de metal. - respondió el muchacho. Junto a él se encontraba su fiel perro Tom, arratonado, marrón y desgreñado. - Tiene algo en la mano... - dijo, tomando una pieza fina y plateada, de diez centímetros de diámetro con sus pequeñas manos.

- ¡Ay, si pudiera abrir el compartimiento para que insertara el disco! - pensó el robot. Un ruido opaco apenas se escuchó, indistinguible entre las risas del grupo de niños, pero el mecanismo no se abrió. Quiso hablar, pero sus circuitos y altavoces ya no respondían a sus órdenes. Sus últimos resquicios de energías terminaron agotándose en intentos infructuosos, y Sor-45 murió una muerte de robot, esas que duran hasta que alguien les cambie las baterías, puesto que la base de su conducta se halla en memoria no volátil, aunque perdería toda su personalidad y sus experiencias ocurridas hasta su último backup, realizado antes del inicio de la misión.

- ¿Qué es lo que encontraste? - preguntó su amiguito Pancho a Josesito. Ambos estaban vestidos con unos pantaloncillos cortos sin remera, descalzos y con el cabello largo e hirsuto. Parecían indígenas, aseveración más que probable si se notaba que a su corta edad varios llevaban lanzas consigo.

- No sé, tiene una forma especial, como un bumerang, pero redondo. Habría que probar lanzarlo y ver que pasa. - El niño lo lanzó al aire en la amplia caverna, y el disco planeó suavemente por cerca de diez metros. Antes de llegar al suelo, Tom ya había saltado en el aire y lo había capturado entre sus dientes.

- ¡Que bueno! - gritó otro niño - ¡Vamos afuera a probarlo! - intentó sacar el disco de la boca del perro, el cual se negó, mordiéndolo con más fuerza. Finalmente el muchachito logró quedarse con el botín y Tom saltaba a su alrededor pidiendo que se lo lanzaran de nuevo.

- ¡Pero ahora me toca a mí! - exclamó Pancho, corriendo detrás del resto.

La oscuridad y el silencio volvieron a reinar en la caverna. La estatua de metal quedó abandonada, sin su preciada carga, en la oscura y fría gruta. Su misión había terminado. Había entregado el disco al primer sobreviviente humano encontrado, pero... ¿Qué podría hacer un grupo nómada indígena con un disco óptico de alta tecnología, capaz de almacenar millones de pistas por pulgada? Con la última chispa de vida, en el último momento de su existencia, Sor-45 pensó que tal vez hubiera sido mejor guardar menos información, pero en papiros, o en tablas de arcilla...

Jeu Azarru - 29/07/2001

 

EL DICCIONARIO

La vida de Ramón Díaz fue sumamente peculiar. Aunque es bien sabido que todas las vidas son peculiares, valga la redundancia, a su propia manera. Pero esta lo fue por demás. Descendiente de inmigrantes ilegales, logró ser reconocido como uno más entre sus conciudadanos luego de mucho esfuerzo, y tener a su disposición todas las posibilidades que se abrían para quienes eran hijos dignos de Norteamérica.

De niño se inclinó con devoción a las matemáticas, que fueron su pasión toda la vida, al mismo tiempo que iba descubriendo un gusto especial por la mecánica y las máquinas modernas. Debatiéndose entre intereses muy diferentes, terminó convirtiéndose en piloto de pruebas de aeronaves experimentales en la milicia del citado país. Por varios años se entrenó en simuladores de vuelo, y piloteó modernos cazabombarderos, hasta que llegó el día en que debería dirigir un prototipo de avión fantasma, el único en su género... Y lo estrelló. Los motivos nunca fueron claros. Ramón siempre defendió su postura, indicando una falla en el sistema eléctrico, mientras que los ingenieros rebatían esa posición culpando al piloto por realizar maniobras peligrosas. Sea como fuera, Ramón terminó en el hospital, en coma, y por momentos acariciando a la muerte. Finalmente despertó, luego de casi quince días de vida vegetativa, sólo para descubrir que la mitad de su cuerpo estaba paralizada por los daños que sufrió su cerebro en el accidente. De forma increíble, el problema motriz afectaba casi de forma indistinguible a su hablar, sus pensamientos eran claros, y sus sentidos no se vieron afectados. Esta situación lo llevó a retirarse con una jubilación de privilegio apenas a los veintiocho años de edad. Aún le quedaba toda una vida por delante, y podía hacer lo que quisiera con ella, salvo tal vez, deporte.

Por varios años se dedicó a viajar por el mundo, conoció cada rincón oculto, cada maravilla de la naturaleza, cada rostro, cada lugar histórico y cada paraje que deseó. Luego regresó al país natal de sus padres, donde ellos habían retornado, y se afincó allí. Dueño de su tiempo, lo dedicó a investigar los grandes misterios de la vida, la metafísica, la cábala, los libros ocultos... Retomó su amor por las matemáticas y desarrolló varios sistemas de cálculo extraordinarios.

Todo se desarrollaba en la calma absoluta, hasta que un día, de la forma más inocente, un hecho cambió su vida para siempre. Lo había visitado un sacerdote de su parroquia, quien se había convertido en su amigo, y con quien charlaba por horas de diferentes temas, tanto teológicos y morales, como sociales y literarios. El sacerdote estaba hojeando un importante volumen de un diccionario que Ramón tenía sobre su cama, mientras charlaban entretenidamente sobre la torre de Babel y los idiomas, y el misterio del origen de cada palabra.

- ¿Sabes qué? - le dijo - Si el misterio del lenguaje sucedió como lo relata la Biblia, literalmente, significaría que los idiomas aparecieron de una vez, todos juntos, no como una evolución, y fue Dios quien le dio los nombres a las cosas, por algún motivo misterioso que no podemos siquiera comprender.

- La Biblia no debe tomarse de forma literaria, tú mismo me lo has dicho. - le respondió Ramón.

- Sin embargo hay veces que me parece más factible el cuento misterioso y fascinante de las escrituras que las hipótesis retorcidas que barajan los científicos...

- De todos modos los idiomas han ido evolucionando de lenguas antiguas, tomando palabras unos de otros, y por eso tienen raíces comunes con muchas palabras semejantes.

- Eso no impediría que la historia de Babel fuera cierta, y que posteriormente los idiomas se mezclaran nuevamente por las diferentes razas y culturas. Además, estás interrumpiendo la idea que se me había ocurrido. Como te decía, si el lenguaje fue creado por Dios, cada palabra debería tener un significado místico, o especial.

- Como en la cábala. - lo interrumpió nuevamente Ramón.

- Sí, o de otras formas. Tal vez existen miles de misterios en el lenguaje, algunos numerológicos, como la cábala, y otros que no se han descubierto aún. Imagínate, por ejemplo, que exista una palabra que fuera la raíz de todas las demás. No sé si es posible, pero me refiero a una palabra a partir de cuya definición, y de las definiciones de las palabras de esa definición, en un ciclo infinito, pueda definir a todas las demás palabras existentes en el diccionario.

Ramón, se mostró confundido por un instante, analizando lo que el párroco le había mencionado. Este, por su parte, abrió el diccionario y buscó una palabra en particular.

- Por ejemplo, yo elegiría la palabra “Verbo”. Esta palabra es tan importante que debería tener un significado mágico y místico, y pienso que como el Verbo es el origen y el principio de todo, podría tener esa propiedad mágica. Veamos... Verbo... Verbo... - Dijo mientras ojeaba el diccionario con atención.

- ¡Ah! ¡Aquí está! “Verbo: Parte de la oración que expresa una acción o un estado bajo una forma variable, según las disposiciones del sujeto que habla.// Segunda persona de la Santísima Trinidad, encarnada en Jesús...” Aquí tenemos numerosas palabras nuevas, cada una de las cuales tiene a su vez su significado con nuevas palabras. Así, tendríamos un árbol con millones de ramas, algunas de las cuales se entrecruzan cuando tenemos palabras repetidas, pero abren nuevas ramas por cada nueva palabra que se encuentra.

- Es un juego muy interesante el que me planteas, - lo interrumpió Ramón pensando en la cuestión - y tengo mucho tiempo para pensarlo. Podrías construir una filosofía sobre las palabras y las estructuras subyacentes. Podrías decir que la palabra generadora de todas las demás es el propio significado de la creación, y sus hijas más próximas, tal vez, grandes poderes del universo, mientras que las que se alejan de ellas, muy abajo, son sus opuestas, las alienaciones. Es demasiado interesante... ¿Cómo nunca, en la historia de la humanidad, se le había ocurrido esto a alguien?

- Es un simple juego, lo acabo de idear debido a nuestro diálogo...

- Pero podría ser cierto. Podríamos estar descubriendo secretos largamente perdidos, consultando un mero diccionario.

- Si tomaras en serio el tema, deberías primero saber cual es la lengua madre, en cual basarte para hacer las investigaciones. Y elegir un diccionario en particular, puesto que todas las ediciones son diferentes. Eso significa que muchos no contienen la verdad absoluta...

- No importa. Utilizaré este, el de la Real Academia Española. Es mi idioma, y si la historia de Babel es correcta, todos los idiomas deberían contener a la verdad, sacando las palabras extranjeras.

Ese diálogo tan simple, como se mencionó antes, cambió para siempre la vida de Ramón. Éste se encerró por años a buscar la palabra misteriosa, el germen de la verdad y de la vida. Evidentemente empezó por Verbo, Dios, y otras semejantes, pero el análisis de todas las posibilidades se convertía en una serie geométrica infinita. Llenaba páginas y páginas con la información recolectada, con notas e ideas, pero nunca se sentía cerca siquiera de poder desenmarañar la verdad. Peor aún, no era capaz de aceptar o rechazar palabra alguna, y soñaba con encontrar un mecanismo simple mediante el cual pudiera aislar árboles de palabras y luego ir buscando sus raíces entre las palabras que no estuvieran contenidas en ellos. Pero todo árbol parecía ser infinito. Eso lo llevó primeramente a pensar que a partir desde cualquier palabra se podían generar todas las demás, y por lo tanto el juego carecía de sentido. Pero tampoco podía probarlo.

La investigación cambió el día que se compró una computadora. Siempre había sido reacio a los aparatos electrónicos, pero estaba demostrado que moriría de viejo antes de poder descubrir algún resquicio de verdad en su búsqueda. Amante de las matemáticas como era, no le costó mucho aprender a programar y diseñar un sistema de base de datos que contuviera todas las palabras del diccionario ligadas con sus definiciones, de manera que se pudieran hacer búsquedas y que la computadora automáticamente pudiera realizar las tareas de ordenación que a él le tomarían años. Así, el proyecto tardó tres meses en programarse, y unos ocho meses en cargar todas las palabras con sus significados al sistema en la estructura que necesitaba, utilizando una base de datos del diccionario digital de la Real Academia. Las primeras pruebas del sistema fueron un fracaso, puesto que contenían errores y requerían inmensas cantidades de memoria y espacio en disco, pero finalmente los problemas fueron solucionándose poco a poco y el programa demostró funcionar de manera estable y sin mayores inconvenientes.

Finalmente, un 23 de marzo, todo estuvo listo. Ramón presionó una tecla, y el algoritmo empezó su búsqueda, uniendo palabras y significados entre sí, al mismo tiempo que descubría secretos profundos dormidos por demasiado tiempo. Gráficamente no podía observarse mucho, pero la máquina estaba construyendo internamente el grafo que contenía todas las verdades del universo, tan ciertas como el clérigo las explicó de forma inocente hacía ya varios años atrás. Si bien la computadora era de gran poder para la época, de todos modos el algoritmo corrió por varios días hasta tener una respuesta.

En un cierto momento de un día ya olvidado, Ramón despertó de manera repentina, y observó que el procesamiento había terminado. Nervioso, casi eufórico, indicó los comandos requeridos para que se le diera la respuesta tan largamente esperada, y que había pensado nunca conseguiría. Con las manos temblorosas guió los controles en pantalla, mientras que las lágrimas apenas le permitían leer el contenido de ella. Y cuando por fin encontró la respuesta, cuando entendió, no tuvo tiempo siquiera para suspirar, o sonreír. Simplemente desapareció. Alma, cuerpo y mente. Todo se esfumó.

Su cuerpo nunca fue encontrado, y su computadora jamás funcionó de nuevo.

- Fue el rapto, adelantado. - dijo su amigo sacerdote en la primera misa de su novenario.

Nadie comprendió lo que decía, pero eso no era importante.

Jeu Azarru (26/03/2003)

 

 

RELATOS DE PARAGUAY - RELATOS DE JEU AZARRU

 ENTREVISTA CON EL KURUPÍ

A MODO DE INTRODUCCIÓN:

El Kurupí es un ser de la mitología Guaraní representante de la fertilidad y virilidad, normalmente descrito como un hombre bajo, con rasgos indígenas, moreno, delgado, y que tiene su órgano reproductor de un tamaño sobredimensionado, enrollándoselo alrededor del cuerpo en siete vueltas para poder caminar y realizar sus actividades con soltura. En épocas precolombinas, e inclusive actualmente en el campo paraguayo, todavía se responsabiliza al Kurupí de los embarazos de las jóvenes solteras. El Kurupí es hijo maldito del espíritu del mal Guaraní (Tau) y de Kerana, hija de un cacique. Tiene otros 6 hermanos, de los cuales sólo uno tiene apariencia semejante a la humana: el Jasy Jatere, y los demás son simples bestias monstruosas y terriblemente peligrosas: Luisón, Moñai, Mboi Tui, Ao-Ao y Teju Jagua.

La mano del entrevistador temblaba de forma inusual. Presionó el botón de grabación de su antigua y fiel compañera grabadora, y esperó unos segundos antes de hablar. A pesar de haber reporteado a grandes figuras del espectáculo, la política y el deporte, la personalidad actual lo ponía tan nervioso como si ésta fuese su primera vez. Y es que tenía ante sí a una de las primicias más grandes del mundo, una que por fin demostraría su calidad de periodista, de investigador.

- Siendo las diez horas de un doce de enero del año 2002, en la ciudad de Asunción, se inicia una entrevista que quedará registrada en esta cinta, realizada por Gervasio Fuentes... Bueno, comencemos... Dígame señor su nombre, edad, dirección, lugar de trabajo...

Un hombre de treinta años se encontraba del otro lado del escritorio, los cabellos medianamente largos y pajizos, ojos grandes y negros, una sonrisa torcida, petiso, no alcanzaba el metro sesenta, y con una pancita que denotaba años y años de cerveza sin control. De todos modos, irradiaba un carisma irresistible, atrapante, hipnótico.

-Me llamo Kurupí, vivo desde que existe nuestra cultura, por ahora resido en el edificio Curupayty, octavo piso, y de profesión... Podríamos decir que soy jornalero.

- ¿Jornalero? - inquirió el periodista.

- Sí, aseveró el otro. Por decirlo de alguna manera. Hago lo que sea necesario para subsistir... Antes, en épocas precolombinas, simplemente me tiraba bajo un árbol y comía de su fruta, durmiendo con las estrellas como techo. Pero ahora, desde que me vine a la ciudad, tengo un confort, un estilo de vida que mantener, y eso se paga con metálico, no hay otra forma. Por lo tanto tengo que trabajar.

- ¿Y qué tipo de trabajos realiza?

- De todo... Por lo general, debido a mis dotes privilegiadas, trabajo de Gigoló, y me va muy bien, pero ahora, con la crisis, ni las señoras bien casi pueden pagar mis servicios. Es por eso que estudié en la universidad, y me recibí de Administrador de Empresas, Abogado, Analista de Sistemas y Bioquímico.

- ¿Todo eso?

- He tenido mucho tiempo para estudiar, y además ese es un buen lugar para conocer jovencitas... Ahora estoy viendo la posibilidad de hacer un masterado en la Universidad Nacional, lo que me abriría puertas en el extranjero, quien sabe...

- Acaba de mencionar existir desde siempre, y haber tenido mucho tiempo para estudiar... - fue guiando la conversación el interlocutor - ¿Es usted humano?

- Sí, y no. Sí porque si me ves, te darás cuenta de que no me falta nada para ser humano, ni en mi aspecto ni en mi forma de vivir. Mi madre, al fin y al cabo, era humana. Y no, porque tengo una chispa divina que me hace especial, e inmortal.

- ¿Por qué viniste a la ciudad? ¿Tus límites no estaban delimitados a la campaña? - preguntó el reportero en un tono más coloquial.

- Antes, en épocas de los indios Guaraníes, nómadas por naturaleza, yo paseaba por el mundo buscando tribus con quienes entretenerme. Pero al crearse las ciudades, se hizo todo más fácil, puesto que mucha gente se amontona aquí y no hay que caminar kilómetros y kilómetros en busca de algún ser humano. Además, me aburrí de las chicas del campo, tan inocentes, que uno tiene que enseñarles todo, y encima al terminar se quedan enamoradas de vos... Las muchachas de la ciudad ya están en otra onda, todo es sin compromiso ni culpas...

- Así que ahora centra sus actividades en la ciudad capital, y no va más por el campo.

- No compañero, no sea así de extremista. Hago viajes periódicos al interior, para cumplir con mis obligaciones en todos los rincones del país. Pero como cada vez más gente se acumula aquí, no tengo tanto trabajo afuera.

- Saliendo un poco del tema... Y sin ánimo de ofender, yo siempre imaginé que un ser mitológico como usted, sería bruto, ignorante, que probablemente hablaría sólo guaraní, de hecho, yo había venido preparado para hacer la entrevista en guaraní, pero como usted me recibió en un castellano tan correcto...

- Ah. - lo interrumpió el interpelado - Sí. Como te dije, los tiempos cambian, y hay que adecuarse a ellos. He estudiado mucho, hice la primaria y la secundaria en colegios para adultos, y aprendí rápido el español, inglés, italiano, francés, y hasta latín. Si te hablara mi guaraní, el puro, el de los indígenas precolombinos, no entenderías nada, puesto que tiene poco en común con el jopará al que estás acostumbrado.

- ¿Y de qué le sirve tanta cultura, tantos idiomas? - le preguntó el periodista.

- Variedad, chera'a, variedad. Como te mencioné, aquí en la ciudad hay de todo. Desde empleaditas del campo hasta jóvenes de intercambio suecas que vienen por AFS... Y yo le cumplo a cada una. Así el diálogo es más fácil. Y ni qué decir cuando me tomo vacaciones, y echo unos polvitos en tierras lejanas.

- ¿Vacaciones?

- ¿Y qué, no tengo derecho a tener vacaciones? - se molestó el hombre - Lo vengo haciendo desde 1880 más o menos. Un viajecito cada tres o cuatro años.

- Y dígame señor... - Gervasio esperó unos momentos para lanzar su pregunta, pensando la mejor frase posible - ¿Es cierto todo lo que se dice de usted, el mito del Kurupí?

- Muchas cosas sí, otras no tanto. Soy un ser viril, insaciable, sin duda. Pero la mayoría de los hombres paraguayos son así, por lo que tanto no me distingo de ellos, y las mujeres lo mismo, de otro modo no necesitarían de mis servicios...

- ¿Y el tema del tamaño, eso de que la lleva enrollada en la cintura?

- ¡Ah! Esos sí que son inventos. - rió el interpelado con ganas, mostrando el hueco de un molar en la mandíbula - Es cierto que estoy bien dotado, supongo que el clima ayudó en eso, pero no es para tanto. Con esta ropa de ahora es bien difícil disimularlo, ya que todos los pantalones y jeans son bastante ajustados, y los shorts muy cortos. He tenido que inventar métodos como el de la faja, que me ata el miembro a una pierna... Si hay algo que extraño es andar con todo colgando nomás... Ahora sólo puedo hacerlo en el campo, y ni siquiera, porque las ciudades del interior también se han civilizado mucho.

-Ahora le haré una pregunta que todo hombre que lea el artículo querrá saber: ¿Cuál es su secreto con las mujeres? ¿Cómo hace para conseguir lo que quiere?

- Ufff... Ese sí que es todo un tema. En un principio, yo les silbaba por las siestas en las ventanas a las chicas, y cuando ellas se asomaban y veían la mercadería libre al sol, era suficiente.

- ¿Les silbaba por la siesta? - inquirió sorprendido el reportero - Yo siempre creí que el que hacía eso era el Jasy Jatere.

- Ese es un invento de las madres que no querían que sus hijos molesten a la hora de la siesta. El Jasy Jateré no existe. En realidad el Pombero es mi séptimo hermano, lo que hubo es una confusión histórica nomás.

- ¿Y sus demás hermanos?

- Los otros sí existen. Acá tengo justamente al Pombero quedándose unos días conmigo, mientras consigue una casa hacia Lambaré donde mudarse. Estaba viviendo cerca de la terminal de ómnibus, pero la cosa está muy peligrosa por ahí, y después del último asalto, donde lo hirieron con cuchillo, decidió mudarse a otra parte. Pero el pobre es muy bruto, no le da para estudiar, por lo que trabaja de albañil, sereno y ese tipo de cosas, y gana muy poco. Estuvo un tiempo en Argentina, pero con la crisis y todo eso decidió volverse.

- Me gustaría conocer a su hermano, si se puede. - pidió Gervasio. - Ahora no, tal vez un poco más tarde. Si lo despertamos en este momento estará de mal humor, y esa no es una buena idea.

- ¿Y los otros?

- Los veo de vez en cuando, pero debido a que ellos no pueden pasearse por la ciudad de la manera que yo lo hago, sólo podemos reunirnos en el campo, en la casa de alguno. Normalmente aprovechamos la semana santa y la época de año nuevo para hacerlo. Hay historias que cuentan que ellos murieron, pero son falsas, están vivos y sueltos por el mundo, sólo que se han alejado o prefieren estar escondidos y lejos de la civilización.

- Entiendo... Pero prosigamos con la entrevista entonces. Me estabas contando las técnicas que utilizás para conseguir lo que muchos hombres quieren y no pueden.

- Bueno, como te decía, antes era simple. Iba, tomaba desprevenida a la chica, pum, y listo. En la época de la colonia todavía preferí el campo, pero luego, al ir creciendo las ciudades, y aglomerándose gente un tanto irás preparada, tuve que ir cambiando de estrategias. Leí Cyrano de Bergerac, Romeo y Julieta, poemas de diversos autores, y tuve que empezar con el tema de las cartas románticas y encuentros furtivos bajo la luz de la luna. Esa época no me gustó tanto. Los prostíbulos nunca fueron solución, puesto que por mi honor he jurado nunca pagar por el placer, tal vez cobrar en todo caso... Bueno, a inicios del siglo veinte viaje a Brasil, y me radiqué en el norte, donde había un liberalismo mayor en el sentido que nos importa, y volví acá recién en la época de Stroessner. Por suerte ya abrieron algunos pubs y discotecas, y el levante se facilitó bastante, ya que las fiestas patronales, mi lugar preferido, se empezaron a llenar de chiquilines y se convirtieron en una kermés prácticamente. Pero ahora descubrí un método mucho más sencillo: Internet.

- ¿Internet? - repitió el periodista.

- Sí, con Internet todo se hizo más fácil. Hay foros o chats sólo de sexo, donde uno pone un tópico del tipo "Tengo 60 centímetros para compartir", con su dirección de e-mail, y te llueven propuestas. Es cierto el dicho que dice "todo el que chatea es feo hasta que demuestre lo contrario", pero me he encontrado con feas habilidosas y con bombonazos muy tímidos que, gracias al anonimato, se despertaban a noches enteras de pasión descontrolada. Prácticamente mis últimos levantes fueron todos por Internet. Puse ahora una conexión wireless, para no pagar tanto teléfono, porque me venía una cuenta monstruosa, y aprovecho para bajar MP3 o warez mientras preparo la actividad de cada noche. También tengo mi propio sitio web www. KurupiOnLine. com.Py .

- ¿Sí?, ¿Y qué ponés ahí?

- Chistes, fotos eróticas, algunos mitos y leyendas paraguayos, y tengo una zona secreta con fotos y videos obtenidos durante mis actividades. Además le agregué un foro de discusión sobre temas "hot" y estoy viendo la posibilidad de poner un chat también. Tengo muchas visitas al día, y banners con propagandas de los principales moteles de Asunción, e inclusive algunos del extranjero.

- Voy a echarle un vistazo entonces, ya que nunca había escuchado de él. Pero decime, con estos cambios ¿Pasaste de tener tus actividades por las siestas a tenerlas por la noche?

- Lo que pasa es que normalmente la gente trabaja todo el día y no tiene mucho tiempo hasta la tarde, salvo algunas colegialas... - el hombrecito sonrió - Y algunas mujeres empresarias que se escapan al mediodía, y en vez de almorzar están conmigo, corneando al marido. Pero las chiquilinas son un caso serio, algunas me manejan mejor que las grandes señoras de antes, con años de experiencia... Estas chiquillas que ni terminan el colegio me enseñan cosas y me piden posiciones del Kamasutra que ni siquiera conozco. El año pasado una salió con que quería probar la "posición del cangrejo", y, avergonzado tuve que decirle que no sabía como era...

- ¿Y siendo esa tu especialidad no leíste el Kamasutra?

- En ese momento no, pero ahora sí, porque no quiero pasar semejante papelón de nuevo. Lo que pasa es que todavía estoy un poco en el viejazo, donde las cosas se hacían pero no se hablaba de ellas. Uno iba, se subía encima y listo. En cambio ahora está de moda eso de hablar del sexo y discutir lo que uno quiere, le gusta o le disgusta, y no es mi costumbre hacerlo. Pero estoy aprendiendo.

- ¿Cuántas veces al día realizás tu "trabajo"? - preguntó Gervasio con picardía, continuando el tema caliente.

- Si es por capacidad, todas las necesarias. Pero en la realidad de tres a cinco. El tema es que con el calor que hace últimamente, no da ganas salir del aire acondicionado para saciar a una tipa durante el día. Si en cambio organizo mi agenda y hago un combo tipo tour, donde recorro varias casas y moteles de una vez, entonces sí salgo.

- ¿Y no te aburre, o te cansa, tanta actividad sexual?

- Yo fui creado con una misión, y por lo tanto estoy preparado física y psicológicamente para llevarla a cabo. Soy feliz cuando lo hago. Debido a eso no me aburre ni me cansa... Bueno, de todos modos, me tomo el primer lunes de cada mes de asueto, por lo general voy a un spa en busca de atención y masajes, y en ese día no tengo actividad erótica.

- ¿Tenés una idea de cuántos hijos has procreado?

- Uyyy... Esa pregunta es espinosa. Lo que te puedo asegurar y jurar es que son muchos menos de los que se me atribuyen. Eso de que "vino el Kurupí y me embarazó" es mentira normalmente. Las adolescentes aceleradas salían con esa estupidez siempre que hacían sus cosas con el novio sin pensar en las consecuencias. Yo, por mi parte, siendo lo que soy, tengo la habilidad de saber por el olor de la mujer si está en un momento de peligro o no, y procedo únicamente si estoy completamente seguro que no va a haber resultados del hecho a los nueve meses. Es cierto que a veces me equivoco, pero eso es muy poco común.

- ¿Y no te preocupa el tema del SIDA? - inquirió el cronista.

- Un poco, pero que puedo hacer. No hay preservativos para mi talla, por lo que debo practicar un sexo "seguro" basado únicamente en mi instinto. Como en el caso anterior, también puedo darme cuenta de si una persona está sana o aquejada de algún mal de esos, sobre todo del kypé. Con ese me curé de espantos una vez, y no quiero ni pensar en ello... De todos modos al no ser realmente humano, la mayoría de las afecciones no me hacen efecto o se curan enseguida-

-Esta pregunta es de índole personal. Si querés contestarla hacelo, y si no, dejala pasar. - dijo el periodista - ¿Sos heterosexual a rajatabla o no?

El ser pensó por un momento en la respuesta. - Sí. - afirmó - Soy heterosexual. No puedo negar que a lo largo de mi vida, que ha sido por demás prolongada, me crucé con jóvenes muy lindos, de tendencias que te imaginarás, con los que ocurrieron algunas cosas. Y ahora están cada vez más churros y se arreglan mejor, como si se hubiera puesto de moda estar en la otra vereda. Pero no es lo normal, ha ocurrido muy de vez en cuando, y nunca hice de pasivo, vale la pena aclarar... - el Kurupí sonrió socarronamente - Varias veces estuve viendo como son las cosas en el bar ese, acá a dos cuadras... El de acá cerca... Bueno, no me acuerdo el nombre, pero he visto a los muchachos en busca de otros muchachos, más por curiosidad que por otra cosa. Ah, y cuando recién aparecieron los travestis en la ciudad, en la década del ochenta, caí como un idiota con algunos de ellos, que me engañaron desagradablemente. De repente pasaba por la esquina, y veía a una prostituta alta, linda, agradable, de buen cuerpo, y que me decía "con vos gratis la primera vez", y yo no ponderaba, puesto que era un milagro increíble... Encima me calentaban todo mal, ya que saben hacer bien el trabajo previo. Y al final, cuando me daba cuenta de la realidad, ya era tarde, porque no me iba a quedar con las ganas... Pero como te dije, no es lo normal, y no me considero bisexual de ninguna manera.

- Me has dejado sorprendido. - afirmó Gervasio - A ver... Dijo leyendo su libreta con anotaciones, casi completamente tachada. ¡Ah! ¿Alguna artista famosa, personaje de la farándula o histórico que haya caído en tus manos, o mejor dicho, en tu entrepierna?

- ¡Muchísimos! - exclamó el petiso - Pero prefiero mantener sus nombres en el anonimato, por respeto a quienes ya no están, y para evitar problemas con las que todavía viven. Sí te puedo asegurar que la mayoría de las "modelos" las he probado, inclusive las más caras, y en el fondo no son la gran cosa. También damas de muchos políticos y empresarios conocidos, y cantantes o artistas de cine del extranjero, puesto que he realizado viajes exclusivamente para conocer a algunas. También a la famosa Madama, pero dejémoslo ahí.

- Bueno, y ya que no podés dar nombres de quienes han caído... ¿Te animás a dar el nombre de alguna que se te haya negado?

El Kurupí se puso tenso, trayendo recuerdos remotos, frunciendo las cejas. - Hubo algunas pocas... - dijo - Sobre todo santas,  vírgenes y castas. Alguna que otra monja, pero pocas... Hace un tiempo conocí a un par de lesbianas, de esas que no quieren siquiera probar a un hombre, y me rechazaron sin miramientos... Pero ya me he recuperado. Prefiero no hablar del tema. Ah, y si te preocupan tu madre y tu hermana... Pues no han caído en mis redes aún.

- ¿Y te has enamorado alguna vez de una mujer? - cambió de tema Gervasio nerviosamente.

- He llegado a tener parejas estables algún tiempo, tipo novias. Pero como no soy humano, no tenemos futuro. Por lo tanto todo se reduce a varios encuentros a lo largo de un año o dos, a pasear o viajar juntos, ir al cine y todo eso, en muchos casos sin actividad sexual en todo ese tiempo, puesto que es lo que me sobra... Pero al final tengo que dejarlas nomás, antes que descubran lo que soy en realidad o que se encariñen demasiado conmigo.

- ¿Y nunca has pensado ir al psicólogo para tratar tu obsesión? - ¿Psicólogo?, ¿Obsesión? Yo no tengo ningún desorden mental. Yo no soy humano, soy un ser creado para el sexo, nada más. Ya te lo dije, existo porque se me necesita. Cuando ya nadie precise mis servicios, dejaré de existir, puesto que ya no tendré razón de ser.

- Bueno... Para ir cerrando entonces la entrevista. Físicamente no sos un privilegiado, si bien intelectualmente veo que estás muy bien preparado, pero, como tú mismo dijiste te has ido cultivando en los últimos años, por lo que en la época de la colonia, o antes, supongo que estarías al mismo nivel del Pombero...

- Así es.

- ¿Entonces, podés explicarme porqué sos tan irresistible para el sexo opuesto? Es como la música esa "Que tendrá el petiso"... - Ah, eso se llama carisma, tacto, saber hacer las cosas. Saber qué decir y qué mostrar en el momento adecuado, cuándo ser furtivo y audaz y cuándo conservador. Son virtudes que me acompañan desde el nacimiento... Y, lo más importante, ellas no me ven así... Puedo trasfigurarme, parecer alto, rudo, o delicado, mestizo o nórdico... Recuerda que en realidad soy un ser mítico, y mi forma no es real. Ellas ven en mí su hombre ideal, yo reflejo sus expectativas más profundas y escondidas, y así me recordarán siempre. Lo que yo sea verdaderamente, en el fondo, no importa. Tú mismo estás reflejando en mí tus deseos, recuerdos y preconceptos, y por eso me ves tal cual estoy frente a ti. Pero tampoco soy esa visión que tus ojos perciben ni tengo la voz que oyes.

- Entiendo. - susurró Gervasio, concentrándose e intentando verlo diferente, utilizando su imaginación, pero sin lograrlo. Probablemente sus preconceptos estaban demasiado enraizados como para cambiarlos de forma racional. - Entonces no hay una receta para que nosotros, los feos, seamos más deseables.

- Siempre la hay.. Podés comprarte una moto grande, sobre todo si sos gordito y pelado, o un descapotable, tener mucha plata, ser fashion, o usar internet. Muchas parejas serias o sólo de una noche sin compromisos se han formado allí, y por lo que veo funciona bien.

- Ya veo, voy a probar eso entonces, porque lo otro no creo que pueda... - Gervasio sonrió - Y bueno, una última pregunta, ya fuera del artículo que escribiré y de esta entrevista. - dijo el hombre, apagando la grabadora - ¿Por qué me estás contando todo esto? ¿Por qué me llamaste para que te haga una entrevista?

- Porque estaba cansado de que se mienta sobre mí, de que se tergiversen los hechos, de que se crea que soy un mito extinto, porque mi nombre se pronuncia cada vez menos. En el campo, algunas chicas no me reconocen cuando aparezco... Nos invaden todo el tiempo con mitos extranjeros, como el Yeti, el monstruo del lago Ness, Pie Grande, el Nahuelito, el Chupacabras, los Ovnis, el Área 51, los dinosaurios de Jurassic Park, y todo eso. Pero se olvidan de nosotros, los verdaderos, los que existimos dentro de nuestras fronteras. Y quiero una reivindicación ahora.

- Pero no querés que te saque fotos.

- No. Difícilmente una película capte mi esencia verdadera, la cual es invisible, y la verdad es que no espero que publiques esto en un periódico serio, sobre todo porque harás el ridículo, y cuando me busques ya no estaré más aquí, y no tendrás prueba alguna más que tu grabación. Lo que quiero es que guardes esta conversación un tiempo, la mastiques, y la publiques en algún lugar donde puedan tal vez creerte, y quienes no lo crean, lo lean como un cuento, y les afecte por lo menos inconscientemente, cambiándole sus conceptos sobre mí. Te recomiendo alguna revista de ciencia ficción, o un libro de cuentos de tu propia autoría.

- Está bien, pensaré en eso. Desde ya agradezco la invitación que me has hecho, y lo sincero que has sido conmigo.

- Por favor, fue todo un placer. - le respondió el hombre de cabello hirsuto, pasándole la mano y acompañándolo al ascensor. Al salir de la habitación y cerrarse la puerta detrás suyo, el hombre dudó por un momento de los instantes recién vividos, pensando si no fue todo una alucinación o un sueño. De todos modos no tuvo el coraje necesario para volver a abrir la puerta, pensando que tal vez encontraría una habitación vacía.

Gervasio volvió a su trabajo, a su vida normal, y una voz interiorizada esa verdad, sabiendo que pasaría por loco si la publicaba, transcribió la entrevista y me la dio, para publicarla junto con mis cuentos, que sabía pronto divulgaría. Yo simplemente le agregué algunos matices y la hice más entretenida y agradable al lector convencional o de ficción. Y ahora esta historia ha llegado hasta ti, querido compañero. Tal vez sea verdad, tal vez fantasía, pero sólo se puede afirmar que la fe va mas allá del razonamiento, y que la verdad... Está allá afuera... (Y en este caso, actuando en nuestro entorno).

14/01/2002

 

 

 

EL CHAUSERO.

 

 

Dentro de la mitología regional existen numerosos exponentes de la capacidad creativa del pueblo, con interesantes leyendas que muchos creen reales, y con personajes de fábula que hasta hoy siguen embarazando mujeres o asustando a los pobladores de lejanas aldeas del interior. Algunos claros ejemplos son el Pombero, el Moñai, el Ao-Ao o la Mala Visión. Hoy, en cambio, hablaré de una leyenda urbana, Asuncena, y de nuestro tiempo, no de las épocas guaraníticas cuando Tupá era el rey del mundo y se paseaba por él a sus anchas.

Este mito moderno es llamado “El Chausero”, según palabras textuales de mi gran amigo Ariel, quien intentó mostrármelo por primera vez en un viaje rumbo a San Lorenzo yendo a la boda de un compañero de trabajo. Como siempre ocurre en estos casos (como, por ejemplo, cuando queremos mostrar a alguien que una cosa no funciona, pero en ese momento sí lo hace), mi compañero exclamó entre la duda y el asombro: ¡Mirá, ahí está El Chausero! Y yo, sin comprender de qué se me hablaba, miré hacia atrás, donde sólo pude observar a un colectivo detenido en la banquina, unos matorrales altos, y nada más.

Le pregunté de qué estaba hablando, y me contó la leyenda que envuelve a este mítico ser: “Es un barbudo de sonrisa extasiada, cuya única finalidad en la vida es ser feliz haciendo chau a la gente desde detrás de los ómnibus averiados, y que de paso cumple la sana misión de ser una baliza humana. Siempre está vestido igual, con ropas medio harapientas, y con un kepi rojo rotoso. Todo el día se pasa viajando en colectivo esperando el momento en que se rompa uno para poder cumplir su misión divina...”

Ante tamaña barrabasada dicha por mi amigo en una noche de farra, no pude más que reírme y burlarme por el resto de la velada. “El barbudo, mito legendario, hermano del Luison y el Jasy Jateré (pero no reconocido como pariente por éstos), que se dedica a hacer chau detrás de los micros...” ¡Que ridiculez! - comenté una y otra vez a los diferentes comensales de la fiesta, entre risas.

Supongo que la persona que forjó la fábula del Pombero habrá recibido la misma sarta de reproches de sus amigos en aquel momento de lucidez, pero, como todos saben, ahora no hay quien dude de su existencia. Pues bueno, a mí me sucedió algo parecido. Cada vez que me encontraba con algún conocido, le comentaba, entre burlas, la historia del Chausero, y, oh sorpresa, algunos se reían en complicidad conmigo, pero otros me respondían con un críptico “Yo también lo he visto aquella noche...” o “¿Cómo, no le crees? Hacia mi barrio siempre aparece...” o “¿El tipo de barba y sombrero rojo que cuida los colectivos? Todos sabemos que existe...”.

La duda me carcomió la cabeza por un buen tiempo, no sabiendo ya que creer. A veces, entre sueños, me parecía ver a ese ser trasnochado, saludándome con su sonrisa desprolija y sus ojos ígneos, moviendo la mano suavemente, en un éxtasis divino, y cumpliendo con su plan en el orden establecido por el universo.

Y hoy, finalmente, lo vi. O eso creo. Fue un flash, un instante, con el rabillo del ojo, en pleno centro, y aún no anochecía. Detrás de un ómnibus de la línea 12, saludando de la misma manera que aparecía en mis sueños. Pero la visión no duró más de un segundo, y luego, entre el tráfico y la gente, se perdió. Pensé en bajarme del micro que me transportaba para buscarlo, pero la duda, el miedo, y la sospecha de poder llegar a destruir el mito con una búsqueda fútil, o peor aún, si lo encontraba, intercambiando palabras con lo que podría ser un hombre común, me detuvieron e impidieron que me desatornille del asiento.

Ya no sé si es verdad o fantasía, un truco sucio de mi amigo en venganza de alguna de mis fechorías, o una fábula contemporánea y verdadera, pero tan sólo puedo decir que el Chausero existe, y que en noches de luna llena o en tardes calurosas, muchos lo han visto saludando, como baliza humana, por detrás de los ómnibus detenidos, con su barba desprolija y su gorrito de color rojo...

Jeu Azarru (12/08/2001)

 

 

 Fuente digital:

http://www.jeuazarru.com

Actualizado: Enero 2012

 

 

 

 

 

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