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ALFREDO BOCCIA ROMAÑACH

  ÑEEMBUCÚ Y SUS HOMBRES Y MUJERES NOTABLES - Obra de ALFREDO BOCCIA ROMAÑACH - Año 2007


ÑEEMBUCÚ Y SUS HOMBRES Y MUJERES NOTABLES - Obra de  ALFREDO BOCCIA ROMAÑACH - Año 2007

ÑEEMBUCÚ Y SUS HOMBRES Y MUJERES NOTABLES

 

Obra de  ALFREDO BOCCIA ROMAÑACH

 

I.- JUANITA PESOA

En ocasión de la designación del Brigadier General Francisco Solano López como Comandante de las tropas paraguayas en operaciones en el sur, una vez instalada la sede de su comisión en la Villa del Pilar del Ñeembucú, el mismo dispuso su despacho en el antiguo edificio del Cabildo pilarense. Desde su llegada se ocupó de la organización de sus tropas, preparándolas para las acciones guerreras cuya duración no podía determinarse de antemano.

El tradicional sosiego de la población se rompió ante el impacto de los acontecimientos; alteración justificada por la estadía en la plaza del señor Comandante en Jefe del ejército y la convivencia inmediata con una cifra considerable de oficiales y soldados.

La presencia del ejército nacional debe haber causado justificada impresión en los habitantes de la pequeña Pilar. Es fácil imaginar el deslumbramiento que producirían los altos y brillantes morriones de los soldados del regimiento Aca Verá, llamados así por el reluciente bronce de sus yelmos, cuando evolucionaban en la plaza y en las polvorientas calles de la villa.

Por otra parte, el singular atractivo que ejercían los vistosos uniformes en el mundo femenino de un siglo atrás -que perduró en cierta medida hasta comienzos del siglo XX- tenía precedentes en el añejo sentimiento militarista paraguayo.

"Una práctica común era que todo aquel que llevaba uniforme militar era jefe superior de cualquier civil, y hasta los jueces tenían que descubrirse en presencia de un alférez. El coronel Thompson relata una anécdota ocurrida en tiempos de Carlos Antonio López.

Una señorita de la sociedad, por orden del Brigadier Francisco Solano López, dejó de ser invitada por dos años a los bailes oficiales, a consecuencia de haberse negado a bailar con un oficial del ejército", (Luis Alberto Acosta Ruiz, Memorias Archivadas).

La belleza de una encantadora jovencita de la sociedad pilarense atrapó la atención de Francisco Solano. Se trataba de Juanita Pesoa, hija de doña Dejesús Sostoa de Pesoa, descendiente por línea paterna del legendario don Juan de Jara. Entre ambos se hiló un romance prolongado, cuyo resultado fue la procreación de tres hijos, de quienes la historia rescata los nombres de Adelina Constanza y Emiliano Víctor. Un tercero de nombre José Félix se cree que haya perecido en los últimos días de la guerra en el fatídico Cerro Corá.

Dos décadas más tarde de desatada la guerra en la que fue muerto el Mariscal López, ya habían quedado muy atrás los años románticos de su estadía en Pilar. Sin embargo, las paradojas de la vida habrían de registrar curiosas vinculaciones entre los vástagos de Juanita y Francisco Solano con los nacidos posteriormente de la relación con Alicia Elisa Lynch. El fragor de la guerra habría de aliar a los hijos de las dos mujeres marcadas por el sino del amor y la tragedia.

En agosto de 1868, el jefe de Policía de Luque, mayor Matías Sanabria, extendía el siguiente pasaporte: "Pasa a la Capital doña Juana Pesoa, con dos hermanas y familias, y cuatro sirvientas, con un militar a objeto de visitar a los valientes heridos que actualmente se encuentran en los hospitales de sangre, para cuyo efecto se les permite dos días de plazo, y el deber de presentarse donde corresponda". Esta escueta comunicación hace presumir que Juanita formaba parte de la legión de sufridas mujeres residentas, que acompañaban durante la retirada, a las famélicas reservas del ejército nacional.

Adelina formaba parte del entorno doméstico de Alicia Elisa Lynch, la amante irlandesa del mariscal y madre de sus numerosos hijos. Emiliano, por su parte, luego del regreso de Elisa a París, durante su prolongada enfermedad fue quien la asistió lealmente hasta su muerte.

El 23 de junio de 1871, desde Londres, Emiliano López (Pesoa) escribía a su madre Juanita una carta en la que se lee:

"... muchos recuerdos de parte de Mme. Lynch, y los muchachos, y también a mi tía Asunción. Como ya le he dicho antes vivo por ahora con esta Señora, y estamos trabajando para recobrar los bienes de mi finado padre (Q.E.P.D.), que están en este país, y no dude que cobraremos gran parte de ellos...".

Mme. Lynch, dirigía a su vez, una carta fechada en Londres el 27 de diciembre del mismo año al Administrador del Banco Real de Escocia en Edimburgo, en los términos siguientes:

"Señores:

Habiendo hecho un acuerdo compromiso, en relación a mis juicios legales con el señor Stewart, en el cual el mismo acuerda pagarme a mío a mi orden la suma de 5.000 libras que están tenidos en el Banco Real de Escocia, por el señor felot y por mi persona, le ruego que Ud. tenga la gentileza de informar al portador de ésta, Sr. Emiliano López, qué pasos se debe tomar a fin de que yo reciba sin inconvenientes adicionales esta suma en Edimburgo o en Londres...

Suyo obedientemente.

E.A. Lynch".

("Exposición y Protesta", 1875, extraído de A. Boccia Romañach. "Sueño y Realidad del Oro en el Nuevo Mundo", pág. 276)

Juanita Pesoa contrajo enlace, años después, con el coronel Pedro Hermosa, ayudante de campo del Mariscal López. Juanita falleció en Pilar a avanzada edad. Su residencia se conserva hasta la actualidad y constituye un hito relevante del pasado histórico de la ciudad.

Julio César Chaves refiere que el retrato de don Carlos Antonio López, pintado por Aurelio García y que perteneciera a su hijo Francisco Solano, quedó en custodia de Juanita Pesoa. El cuadro permaneció en poder de sus descendientes hasta 1947. Hoy día se halla lastimosamente desaparecido.


II.- IGNACIO GENES

Perteneció a una ilustre familia pilarense, los Genes de Irala.

Estallada la guerra de la Triple Alianza, Genes se incorporó al ejército. En 1868, con el grado de capitán se convirtió en ayudante de Francisco Solano López. La historiadora Graciela M. de López Moreira ("Forjadores del Paraguay", pág. 299) refiere que en ese mismo año realizó una de las acciones más memorables de la contienda. Desde el momento en que las corazas brasileñas superaron el paso de Humaitá, el Mariscal soñó con apoderarse de dos acorazados, el "Cabral" y el "Herval".

El capitán Genes, comisionado para la audaz y casi suicida empresa, al mando de 288 hombres y asistido por Eduardo Vera, Manuel Bernal y José Dolores López, a bordo de ocho canoas, llegó silenciosamente, al amparo de la noche, hasta las embarcaciones aliadas. Genes ordenó el abordaje del Cabral, librándose en su cubierta, un reñido combate. Barridos por el fuego de las otras naves brasileñas, los paraguayos, murieron en gran número, mientras que los heridos y sobrevivientes se lanzaron al agua para alcanzar la costa y adelantar a López la noticia del fracaso de la frustrada expedición.

Genes prosiguió combatiendo heroicamente. Cerca de las etapas finales de la contienda cayó prisionero en las inmediaciones de San Pedro.

Después de la guerra fue nombrado jefe político en Pilar. Tuvo activa participación en la reconstrucción política del país; fue ascendido a general de Brigada por el presidente Juan Bautista Gill y más tarde nombrado Jefe de Policía de Asunción durante la presidencia de Cándido Bareiro. En 1878, Genes fue asesinado a puñaladas en plena vía pública.


III.- DR. MANUEL DOMÍNGUEZ

Carlos R. Centurión ("Historia de las Letras Paraguayas", t. Il, pp. 134-135) afirma que, al parecer el eminente político e investigador Manuel Domínguez nació en 1869 en Itauguá. Estudió en las escuelas de Villa del Pilar para trasladarse luego al Colegio Nacional de la Capital, donde se graduó de bachiller en 1890. En la facultad de derecho adquirió renombre por su preparación integral y su talento múltiple y vigoroso. Su tesis de doctorado cursó sobre "La tradición a la Patria".

Se inició en las actividades literarias al lado de Fulgencio R. Moreno, Blas Garay y Manuel Gondra, todos ellos exponentes de la brillante generación de poetas y escritores surgidos después de la Guerra de la Triple Alianza. Su labor periodística y literaria fue intensísima. Incursionó en la historia paraguaya con publicaciones de reconocido mérito. "El alma de la Raza'; aparecido en 1918, resume la esencia de su ascendrado nacionalismo, en un estudio de la historia del Paraguay como fenómeno social.

Ocupó una banca en la Cámara de Diputados y fue Ministro de RR.EE. en 1902. Columnista prestigioso y gran defensor de los derechos del Paraguay sobre el Chaco, tema al que dedicó sus más imperiosos esfuerzos. Fue Delegado del Paraguay en las Conferencias de Buenos Aires de 1927 y 1928.

Después de su fallecimiento acaecido en 1935, se publicaron "El Paraguay. Sus grandezas y sus glorias", "El milagro de lo eterno y otros ensayos".


IV.- JUAN RAMÓN DAHLQUIST


"Suena, pronto el aire agreste de un violín y una guitarra, .

Anunciando a la tertulia que se inicia el santa fe,

Y al instante forman cuadro al abrigo de una parra

Tres galanes, con sus mozas de vestido mordoré".


La historiadora Mary Monte de López Moreira, afirma que el poeta y escritor Dalhquist nació en 1884 en la Argentina. Era hijo de un ciudadano sueco y madre paraguaya. Siendo aun un niño se trasladó a Pilar en compañía de sus padres para estudiar en el Colegio Nacional de esa ciudad. Prosiguió sus estudios de Magisterio en la Escuela Normal de Asunción, en la que obtuvo el título de Maestro. Fue enviado por el gobierno paraguayo a perfeccionarse en la Escuela Normal de Paraná, Entre Ríos, de donde regresó con su diploma de Profesor.

A mediados de 1914, una comisión de profesionales, constituida por el director general de escuelas D. Manuel Riquelme, en primer término, y secundada por el director de la escuela normal de Asunción, don Juan R. Dahlquist, tomó a su cargo el trabajo de modificación completa del plan de estudios primarios, disposición ordenada durante el Ministerio de Instrucción Pública del Dr. Eusebio Ayala.

Dahlquist desempeñó con probidad altas funciones públicas y consulares. Se reveló como un gran intelectual y periodista de luces. El profesor Dahquist falleció en Santa Fe, Argentina. (En 1914, en su mensaje a la Asamblea Parlamentaria, el presidente D. Eduardo Schaerer daba los siguientes datos: "En vista del feliz éxito del ensayo practicado en Villarrica, se han creado este año otras dos Escuelas

Normales en Encarnación y Barrero Grande, y se ha agregado un curso pedagógico anexo al Colegio Nacional de Pilar...En 1902 el número de maestros [en la República] era de 650; en 1911 se elevó a 929 y en 1914 a 1.558. El número de escolarés está muy cerca de los 80.000. (Molins, op. cit., pág. 219).)


V.- PAULINO ANTOLA

El teniente coronel de infantería Paulino Antola fue un exponente destacado de militar combatiente.

Antola nació en Tacuaras el 22 de junio de 1898 e ingresó como cadete de la Escuela Militar en 1918, institución de la que sería años más tarde su Director. Tuvo descollante actuación en el ejército en campaña en la guerra contra Bolivia: el 10 de diciembre de 1935, por Decreto N° 60.645 se le confirió la condecoración al Mérito "Cruz del Chaco". En 1940 fue ascendido al grado de general de Brigada, pasando a ocupar en el mismo año la Secretaría de Estado como Ministro de Guerra y Marina.


VI.- ELOY FARIÑA NÚÑEZ

El poeta nació en Humaitá en 1885. Sus primeros años los vivió a la vista del histórico templo destruido por la flota brasileña durante la guerra de la Triple Alianza. Muy niño aún, en 1891, partió con sus padres a Itatí, provincia de Corrientes. De los trece a los diez y siete años cursó estudios religiosos en el seminario de la ciudad de Paraná y completó su ciclo de bachillerato en la ciudad de Corrientes. Dueño de una sólida cultura, con conocimientos de música, y dominio del latín y del griego, se trasladó a Buenos Aires con intención de aplicarse a los estudios del Derecho.

Su verdadera consagración lo logró en el campo del periodismo. Conocedor profundo de la literatura y la filosofía clásicas, no desdeñó cultivar lo autóctono, dedicando sus versos y su prosa al folklore guaraní. Retornó al país en 1914, identificándose de inmediato con las inquietudes y anhelos del terruño.

Dice el preclaro escritor don Raúl Amaral que la vida de Fariña Núñez está signada por acontecimientos literarios de importancia. En 1911 apareció su inmortal "Canto Secular"; en 1912, publicó "Bucles de oro", premiado en el Concurso de "La Prensa".

"Cármenes", "El estanco del Tabaco", "El jardín del silencio", "Conceptos estéticos y mitos guaraníes" son otras de sus producciones, todas ellas editadas en la Argentina.

Fariña Núñez falleció a los 44 años en Buenos Aires. ("Historia de las Letras Paraguayas". Carlos R. Centurión, t. I, Edit. Ayacucho, Buenos Aires, 1948).


VII.- BENJAMÍN VELILLA

Nació en Humaitá en 1881 y aprendió las primeras letras en Pilar. Estudió en esa ciudad los tres primeros años de bachillerato. De allí pasó en 1905, a la Escuela Militar, de la que egresó en 1907. Su vida militar fue corta, debido a los disturbios políticos que le hicieron emigrar a la Argentina. En la ciudad de La Plata estudió Filosofía y Letras, para regresar a la patria en el año 1914.

Desempeñó funciones en el periodismo, en la diplomacia y en el parlamento. Fue designado Miembro de la Academia Nacional de la Historia y correspondiente de diversas instituciones culturales extranjeras y nacionales. Realizó investigaciones en los Archivos de Asunción y Corrientes. De espíritu amplio y generoso, nunca se negó a transmitir sus conocimientos.

Benjamín Velilla, en 1931, era secretario de la "Asociación Patriótica del Paraguay", organizada para contribuir a los altos fines de la defensa nacional.

Escribió numerosos trabajos y monografías. Don Benjamín Velilla falleció el 31 de mayo de 1966. (R. Antonio Ramos, Anuario de la Academia Paraguaya de la Historia, 1966).


VIII.- DR. JUSTO P. PRIETO

El catedrático, político y periodista Justo P. Prieto fue una de las contribuciones más importantes al pensamiento teórico nacional merced al profundo contenido de sus ideas en el aspecto sociológico.

Nació en Villa del Pilar de Ñeembucú, el 15 de octubre de 1897; hijo del maestro Juan Pío Prieto y doña Concepción Rojas. Inició sus estudios primarios en su villa natal para trasladarse luego al Colegio San Luis de Asunción y al Colegio Nacional, de donde egresó como Bachiller. Cinco años más tarde dio término brillante a sus estudios de abogacía en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.

Ejerció la docencia y el periodismo con gran solvencia intelectual. Su meritoria actuación como hombre público le llevó a desempeñarse con brillo en el Parlamento, en el Senado y en el Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública (durante los gobiernos de los presidentes José P. Guggiari y Eusebio Ayala). Fue ministro de Relaciones Exteriores del presidente José Félix Estigarribia.

Figura de primera magnitud en la intelectualidad paraguaya, se reveló como un verdadero formador de conciencias y gran difusor de la cultura nacional.

Militó en las filas del Partido Liberal y conoció los sinsabores del destierro. El doctor Prieto falleció en Asunción en 1982. ("Forjadores del Paraguay". Referencias de M. M. de López Moreira).


IX.- ALFONSO E. DOS SANTOS

Era hijo del ciudadano portugués don Antonio Dos Santos y de doña Isabel Alsina de los Santos. Casado con Doña Teresa Cogorno. Tuvo cuatro hijos. Fue Gerente comercial de la Casa Santos e hijos e Intendente Municipal de Pilar. Durante la Guerra del Chaco prestó servicios como Cónsul del Paraguay en Formosa. Fue Ministro del Interior y Ministro de Hacienda. Intendente de Asunción y Embajador en Argentina y España.


X.- VENTURA REBORI

El empresario genovés Rebori partió a América, con destino a Montevideo, ciudad que le dio albergue. Don Ventura era armador; montó en el delta del río Tigre un astillero en el que se construyeron embarcaciones de diverso porte. Contrajo enlace con una dama uruguaya de la familia Brisco. Dejó descendencia: un hijo de nombre Arnoldo, padre de Ventura Ribori (nieto) residente en la ciudad de Carmelo, Uruguay.

Hasta la década del 50, la balandra a vapor "Progreso Villa Pilar" hacía la línea regular de Montevideo a Corumbá. Esta nave fue construida en el Tigre, en el mencionado astillero de la familia Rebori, bajo la dirección del técnico don Constante Delpino, a comienzos del siglo pasado.


XI.- MARCELINO FERREIRO

Ferreiro era español, corredor de bolsa, fallecido en 1911 en la ciudad de Montevideo. Su viuda, perteneciente a la familia Brisco constituyó en sociedad con un hermano, también natural de esa ciudad, la firma Ferreiro y Brisco. Por tanto las hermanas Brisco formaron familia en Pilar, una como se ha visto, con Marcelino Ferreiro y la otra con Rebori.

Miembros de la familia, Roberto y Anibal Ferreiro fueron personajes destacados en diversas actividades productivas de la ciudad de Pilar.

Don Luis Larraset tripuló por años los barcos de Ferreiro y Brisco; fue capitán del remolcador "Charrúa", de propiedad de la firma, al igual que el vapor "Zapicán" y las chatas "Mariscal López"; "Mbiguá" y "Abayubá".

Algunas de las naves menores, de propiedad de la empresa, remontaban el río Tebicuary llevando mercaderías hasta Ciervo Blanco, Cambuchí y Villa Florida; esta última, servía como puerto de entrada para los pueblos de las Misiones. Los pequeños vapores transportaban carga y pasajeros venidos de las provincias del sur, y de regreso volvían repletas de madera, leña, algodón y otros productos regionales.

La prosperidad circunstancial de Villa Florida, como la de pueblos vecinos, se debió al progresivo intercambio de mercaderías con los comerciantes y abastecedores de Pilar.


XII.- JUAN BAUTISTA AYALA

Destacado militar, de brillante actuación en la guerra con Bolivia. Fue comandante del II Cuerpo de Ejército y posteriormente terminada la contienda, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. Escribió una obra de gran valor testimonial llamada "La Guerra del Chaco hasta Campo Vía" (Buenos Aires, 1958) prologada por el coronel Arturo Bray.

Nació en Pilar, el 28 de junio de 1889; hijo de Hilario Ayala y Florencia Torres.

En 1912 se incorporó al ejército nacional. Realizó estudios superiores en Francia. Durante el gobierno del doctor Félix Paiva ejerció la titularidad del Ministerio de Guerra y Marina.

Como diplomático representó al gobierno paraguayo en los Estados Unidos de América y formó parte de la delegación paraguaya a la Conferencia de San Francisco, que dio origen a la Organización de las Naciones Unidas. Falleció en Asunción el 9 de abril de 1981 (Luis Verón, "Forjadores del Paraguay", Asunción, 2000).


XIII.- RAMÓN E. MARTINO

El joven Vicente Martino, hijo de un capitán de la marina mercante genovesa, comandaba uno de los buques a vela de propiedad de su padre, quien por entonces mantenía sus naves en un tráfico regular entre Buenos Aires y Europa. Durante la guerra con Bolivia, Vicente Martino fue contratado por los aliados para aprovisionar el ejército que operaba en el Paraguay.

Relata Carlos Alberto Mazó, biógrafo y admirador de Ramón E. Martino, que terminada la guerra, don Vicente siguió viajando al Paraguay. Recaló en el puerto de Pilar donde conoció y contrajo matrimonio con la pilarense Juana Pabla Torres.

El 18 de febrero de 1908 vio la luz el niño Ramón E. Creció en medio de nueve hermanos concebidos por la fecunda pareja. Hizo sus primeros estudios en Pilar, hasta 1925, cuando ocurrió su traslado a Asunción para ingresar en la Escuela Militar. El cadete Martino perteneció a la promoción n° 3 de dicha institución, de la que egresó como mejor alumno el 23 de noviembre de 1927.

En una gira de perfeccionamiento llevada a cabo en la Armada Argentina, se interesó vivamente en el pilotaje de aviones. Obtenido el brevet de piloto naval, le cupo desempeñar una descollante tarea en la guerra con Bolivia, cuando la aviación se hallaba aún en sus etapas iníciales de desarrollo. El arrojo y la capacidad técnica del piloto Martino permitieron efectuar brillantes acciones aéreas, especialmente en las temerarias incursiones de bombardeo nocturno, que le revistieron de singular prestigio.

Se cuentan entre sus oficiales observadores a Ramón Díaz Benza, Von Sastrosw, Kein, Gardel y Estanislao Arce.

En 1942 se concedió una curiosa condecoración, la "Cruz del Chaco", al hidroavión Macchi 18 R 5 con el que se relizaron las históricas hazañas.

Ramón E. Martino fue nominado "hijo dilecto de Pilar".


XIV.- OSCAR FERREIRO

"Oscar Ferreiro es uno de los poetas más originales y fecundos de su promoción. Ha sido notoria su influencia sobre las generaciones posteriores" (Hugo Rodríguez Alcalá).

Poeta, escritor y agrimensor de profesión. Nació en Pilar en 1921. Fue un destacado exponente de la llamada "Generación del 40". Las primeras manifestaciones juveniles de su poesía tuvieron ecos protestarios y el mundo que le tocó vivir le imprimió una fuerza extraordinaria a sus poemas.

La talentosa escritora y artista plástica Josefina Plá analizó las obras de Ferreiro en un extenso artículo publicado el 5 de diciembre de 1982.

"Con el poemario de Oscar Ferreiro -esperado y necesario- se aproxima a su completitud testimonial la obra del grupo del 40. Es un hecho que el grupo renovó la poesía paraguaya. A este propósito se ha hablado de renovación de temas. Pero los temas no se renuevan. Se modifican las perspectivas desde las cuales los contemplamos. Perspectivas que crean ángulos agudos distintos y asociaciones inéditas, y que hacen, que seres, hechos y cosas aparezcan diferentes, e inclusive bajo formas distintas, cuando, en realidad, no cambia, no puede cambiar, su esencial identidad. No son los poetas los que cambian: cambia el poeta.

Dentro de esa revitalización de los temas, tiene su lugar propio en el grupo, Oscar Ferreiro, cuya obra ofrece Alcandara en su volumen IV bajo el título de "Antología". (Suplemento Cultural, ABC Color, 1988).


XV.- RICARDO MAZÓ

Nació en Pilar en 1927 y a corta edad se trasladó a Asunción. Hizo cursos de Ingeniería de Minas en los Estados Unidos. Desde muy joven se reveló como un poeta de gran fuerza estética y refinado estilo. Fue junto a José Luis Appleyard, José María Gómez Sanjurjo, Ramiro Domínguez, María Luisa Artecona de Thompson, Elsa Wiezel de Espínola y Carlos Villagra Marsal, uno de los representantes de la "Generación del 50". Miembro de la Academia Universitaria, publicó en 1953 el libro "Poesía", una de sus primeras obras.

Un artista con manejo perfecto de la técnica poética y con exquisita sensibilidad, dice de él, J. Galeano. ("Forjadores del Paraguay", op. cit., pág. 417). El poeta falleció en Asunción en 1987.


XVI.- CARLOS MIGUEL JIMÉNEZ

"...pero parece la pilarense que Dios la hizo para que fuera nuestra primera flor guaraní".

Poeta popular. Nació en Pilar el 5 de julio de 1914. Estudió en el Colegio Nacional de la Capital donde participó activamente en movimientos que reclamaban la defensa del Chaco. Perseguido por sus ideas, fue confinado a Isla Margarita. Fugado de la prisión se estableció en Resistencia, Chaco, pasando a integrar junto a Julián Alarcón, el conjunto "Los veteranos".

En 1939, en Buenos aires, pudo desarrollar su rica capacidad poética, alternando con José Asunción Flores, Mauricio Cardozo Ocampo y Félix Pérez Cardozo. Soñador y de poco apego a las cosas materiales de la vida, en su peregrinación encontró la soledad, la tristeza, el abandono y la miseria. Esta muestra brillante de talento intuitivo, falleció ciego y en la absoluta pobreza. Al decir de Mario Rubén Álvarez, su vida se movió entre la gloria y la tragedia. Hoy día, la sola mención de su nombre despierta elogios y admiración.

El Ministerio de Defensa nacional le confirió una medalla de reconocimiento.

Entre sus poemas musicalizados que ganaron notoriedad figuran: "Alma vibrante", "Mi patria soñada", "Flor de Pilar", "Mi penumbra'; "Punta Carapá, "Serrato ndive" esta última con música del celebrado José Asunción Flores, y decenas de composiciones de alto contenido estético. Falleció en Asunción en 1970.


XVII.- SOFÍA MENDOZA

"Venida de una tierra que me es muy cara, a lo largo de la vida lograste que tus compatriotas trascendieran gracias a tu arte. Cuando cantabas, era el Paraguay entero quien viajaba con tu voz privilegiada en alas del amor que le tenías". (De una Antología de Ana Iris Chaves de Ferreiro)

La eximia cantante Sofía Mendoza nació en la ciudad de Pilar en 1906, hija del maestro de escuela don Manuel Mendoza y de doña Higinia Delpino. En su ciudad natal estudió solfeo y piano con la profesora Sarah Silva de Ashwell; todavía adolescente fue escuchada una tarde, en un acto académico - según relata Luis A. Mesquita - por el inmortal maestro Agustín Barrios, quien le manifestó con acento casi imperativo: "Señorita, Ud. tiene que estudiar y estudiar. Su voz es una voz maravillosa".

Sofía pasó a estudiar canto. El gobierno de Eulogio Ayala le otorgó una beca para seguir sus estudios en Italia. En el año 1928, ingresó al famoso Conservatorio "Giuseppe Verdi" de Turín, en el que siguió cursos superiores de piano, canto e historia estética de la música Cuatro años después de intensos trabajos académicos y gracias a sus excepcionales dotes, obtuvo el diploma de profesora de canto. El Conservatorio le programó una gira de conciertos por diversas ciudades de Italia.

Retornó a América en 1932, cuando se hallaba en sus inicios el conflicto bélico con Bolivia. Los periódicos rioplatenses de la época le dedicaron elogiosos espacios por los triunfos obtenidos en el viejo continente. La profesora Mendoza fue contratada en Buenos Aires para continuar allí su promisoria carrera. Actuó en conciertos a beneficio de la Cruz Roja Paraguaya. Despertó aplausos en las más conocidas salas, el Sodre y el Teatro Solís de Montevideo, el Colón de Buenos Aires y el Municipal de Río de Janeiro, donde lució sus galas durante varias temporadas.

Tuvo una actuación ininterrupta por más de una década, en carácter de cantante estable del Teatro Colón de Buenos Aires, en cuya galería cultural se encuentra su retrato entre los notables de la alta interpretación musical.

En 1944 volvió al Paraguay. En Asunción creó la Escuela Nacional de Canto, de donde egresaron conocidos exponentes de la lírica: Nicolás y Eladio Pérez González, Aura Mendoza, Chichí Bordas, Judith Ocampos, Ricardo Áigner, Ana María Casamayouret, María Clotilde Balmelli, Lando Tessari, Pedro Román, Amado Martínez y otros más.

Bajo los auspicios de la Municipalidad de Asunción se creó en 1965, la Escuela Municipal de Canto, de la que fue su primera directora.

La célebre profesora y artista del canto y del teatro falleció oscuramente en un asilo de ancianos en Monte Grande, provincia de Buenos Aires, el 11 de julio de 1976. Luego de insistentes reclamos, se logró que se repatriaran sus restos en diciembre del año 1988. (El Profesor don Manuel B. Mendoza, padre de la cantante, ocupó cargos de responsabilidad, especialmente en instituciones docentes. Fue catedrático en el Colegio Nacional de Pilar y luego en la Escuela Normal, de la cual fue también director. Avezado violinista. Se cuenta que era poseedor de un auténtico Stradivarus)


XVIII.- ROSALÍA ALLIANA

Dotada de una impresionante habilidad artística, Rosalía, de origen pilarense, se distinguió por su habilidad en la restauración y recuperación de obras antiguas. Especializada en la historia clásica romana, le ha tocado en suerte desarrollar su especial talento en tareas técnicas de su arte, llevadas a cabo en destacados centros en las ciudades de Roma y Bologna. Se recuerda con justificado orgullo que la artista pilarense prestaba su refinada cooperación en el mantenimiento de la Capilla Sixtina del Vaticano.


XIX.- ING. RAMÓN SOSA

Sosa no era nativo de Pilar, pero por circunstancias especiales merece integrar esta galería de notables. Enviado por el gobierno paraguayo a especializarse en los Estados Unidos, obtuvo el título de ingeniero textil. A su regreso fue enviado a Pilar como fiscal aduanero para el control de calidad de las telas importadas que llegaban al Paraguay.

Tuvo marcada trascendencia en la difusión de las cualidades naturales de la fibra de algodón paraguayo.

Se atribuye a Dalhquist haber convencido al hombre de empresa don Paolo Alberzoni, quien buscaba lugar donde invertir su capital, sobre las posibilidades económicas de la región del Ñeembucú, informándole de paso, de la presencia en Pilar de un técnico especialista en algodón. Alberzoni se puso de inmediato en comunicación con Sosa y éste logró hacerle entender de la factibilidad industrial del afamando producto en la ciudad del sur del Paraguay.

El ingeniero venía precedido de experiencia, pues en su carácter de director del Banco Agrícola financió y organizó el montaje de dos desmotadoras, que habían sido adjudicadas a laboriosos hombres de empresa y acopiadores de algodón: Ferreiro y Brisco y el doctor Albera.

Estas máquinas, puestas en actividad siguieron elaborando por muchos años el algodón producido en la región.

El Banco Agrícola, fundado en 1887, se desenvolvió sin dificultades desde sus comienzos. En 1894, organizado el Consejo de Agricultura e Industrias, continuó prestando sus servicios bajo esta dirección.


XX.- GEORGINA ADDARIO GULINO (RUBÍ)

La eximia arpista nació en Pilar. Fue esposa de Cristino Báez Monges a quien dedicó la guarania "Sus mentiras de amor". Fue autora de la polca "Mi romance feliz".

Falleció trágicamente, arrollada por un vehículo en la vía pública. Recuerdan sus contemporáneos el profundo amor que guardaba a su ciudad natal, al extremo que en una visita realizada a Pilar, al ver un par de sapos en la calle, exclamó: "¡Si hasta los sapos de Pilar son más lindos!". (Referencias de don Serafín Francia Campos).


XXI.- DR. MARIANO MOLAS

Nació en Asunción en 1899. Médico, escritor, poeta y hombre de vasta cultura. Casado con doña Delia Dumas. A su retorno de los Estados Unidos donde se especializó en Cirugía, se estableció en Pilar ciudad en la que prestó sus valiosos servicios como cirujano en el Hospital Regional.

El doctor Molas era nieto del prócer de la independencia nacional, del mismo nombre.


XXII.- SOTERO KAVARÁ

Cada ciudad tiene un personaje paradigmático. Nadie conoce el nombre verdadero de Sotero Kavará, pero el recuerdo de su imagen andariega y de sus expresiones graciosas y altivas le concede el honor de figurar en la nómina de "personajes inolvidables" de Pilar. Así apunta, con emoción, don Carlos A. Mazó, quien en su juventud conoció al errabundo pilarense.

"Recorría las calles de Pilar, con unas copitas de caña en el estómago, haciendo vivas al partido liberal, con el agregado de "radical". Eran épocas de represión, pero Sotero se acostumbró a los represores. Hacía uso de varios dichos: "Ndaipori guampa opé vaerá, ni guaimí memby mi jhasé vaerá. Viva el partido liberal radical!".

Nadie se ocupaba de molestarle, y si por acaso algunos le hicieran burlas, recibían de respuesta, improperios y groserías de grueso calibre en guaraní.

Desde la distancia, a Sotero Kavará se lo recuerda como un ser insustituible, un agente que mantenía vivo el espíritu de su partido proscripto, y cada día, con su pregón, prestaba un valioso servicio a la causa de la libertad".

 

Fuente:

LA VILLA DE PILAR DE ÑEEMBUCU

EN LA HISTORIOGRAFÍA PARAGUAYA

DESDE SU FUNDACIÓN HASTA MEDIADOS DEL SIGLO XX

Obra de ALFREDO BOCCIA ROMAÑACH

Editorial Servilibro, Dirección Editorial: VIDALIA SÁNCHEZ,

Página web: www.servilibro.com.py

Asunción – Paraguay - 2007 (344 páginas)

 

 

 

 

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