SECUELAS DE UNA GUERRA
Ensayo de LINO TRINIDAD SANABRIA
Este artículo cobra actualidad con la aparición del último libro
del Dr. Nelson Mora, publicado por El Lector – ABC.
Asunción, 23 de enero de 2014
Una breve revista de la historia, específicamente de la guerra contra la Triple Alianza y dentro de ésta lo relativo al complejo siderúrgico de La Rosada, complejo industrial que fue exterminado bárbaramente en el mes de mayo de 1869.
Si los paraguayos de hoy, nos detenemos a meditar, sin ánimo de revanchismo alguno, en lo que significa esa actitud de barbarie consumada por el ejército aliado con el exterminio de una obra avanzada como era ese complejo industrial, el primero de su género en América del Sur, no podemos aceptar la tesis de que la Guerra Grande no fue contra el Paraguay, sino contra el tirano López. Otros acuñaron la expresión de que esa guerra no fue contra el noble pueblo paraguayo sino contra el gobierno paraguayo presidido por el Mcal. López porque querían liberarle al pueblo paraguayo de la opresión a la que le sometía el tirano.
Si nos informamos de la forma bárbara en que se exterminó el complejo industrial; si nos informamos de que toda esa destrucción fue muy bien planeada por la fuerza aliada, después que ésta ya estaba convencida que la guerra estaba concluida; que el ejército paraguayo ya no podía oponer resistencia alguna porque estaba diezmado en una forma imposible de ser reconstruido, el ejército aliado programó el asalto y la destrucción del complejo que los aliados llamaban “fábrica de armas”, precisamente para justificar su plan destructor y su barbarie.
En efecto, una columna oriental, al mando del Cnel. Hipólito Coronado, con precisas instrucciones de sus superiores, con una tropa, fusileros y lanceros, infinitamente superior en número a la dotación que tenía nuestra guarnición en La Rosada, llegó al lugar y asaltó el establecimiento. Los nuestros opusieron heroica resistencia pero no pudieron soportar la carga enemiga por la superioridad numérica de los atacantes. El Cmte. Julián Insfrán y sus soldados, después de pelear una hora y luego de haber rechazado toda intimación de rendición, fueron aniquilados en forma bárbara. El Cmte. Insfrán es decapitado junto con otros oficiales que componían la guarnición. Las máquinas del establecimiento fueron destruidas con saña, las armas y municiones que no podían llevar los atacantes, fueron arrojadas a los altos hornos y al agua. No tenía que quedar ni rastros de aquel monumento de grandeza que producía escozor a nuestros vecinos.
Es por eso que creemos, estamos convencidos, que el nefasto objetivo del Tratado de la Triple Alianza no fue ni contra López ni contra su gobierno; fue contra el Paraguay, contra su avance desarrollista, fue contra nuestro futuro de grandeza.
Tal fue así que la destrucción siguió en todos los ámbitos. Los aliados siguieron ocupando el territorio paraguayo durante los diez años posteriores.
Es tan ilustrativa la evocación de un veterano de la Guerra Grande, el Tte. Manuel Frutos, decía en una entrevista en el año 1914 según recogió en su obra “Proceso a los falsificadores de la Historia del Paraguay”, pág. 430 y 431, tomo II, el historiador argentino Atilio García Mellid. Decía el excombatiente Manuel Frutos en la entrevista: “En tiempos anteriores a la guerra, fuimos muy ricos, señor; nadábamos en la abundancia, éramos felices. Mi pueblo natal, Yvytymi, hoy pobre villorrio, tenía entonces 24 escuelas y en el presente apenas tiene una. Con esto le digo todo… No había ciudadano en el campo que no tuviera su casa, sus útiles de labranza y sus extensos sembrados. No conocíamos el hambre. Éramos una raza bien alimentada, sana y fuerte. Éramos alegres y dichosos… a pesar de lo que llaman nuestra tiranía, gobierno patriarcal, ejercido por verdaderos patriotas, que solo deseaban la prosperidad del país… Pero vino la guerra y todo lo perdimos. Peleamos desesperadamente porque todos teníamos algo que perder y porque amábamos a nuestra tierra” (Luis Alberto de Herrera, en su obra “Los Principios”, 1914).
Esta pintura dolorosa y realista del Tte. Manuel Frutos, tomaba como punto de referencia su pueblo natal: Yvytymi, pero podía generalizarse a toda la República. Ese pobre villorrio que mencionaba Frutos tenía 24 escuelas y 50 años después, apenas conservaba una, agrega García Mellid en su obra “Proceso a los falsificadores de la historia del Paraguay”.
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LAS REPARACIONES DE GUERRA (GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA)
Por NELSON ALCIDES MORA
Colección 150 AÑOS DE LA GUERRA GRANDE - N° 19
© El Lector (de esta edición)
Director Editorial: Pablo León Burián
Asunción – Paraguay. Enero, 2014 (88 páginas)
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SEP DIGITAL - EDICIÓN PRIMICIA - FEBRERO 2014
SOCIEDAD DE ESCRITORES DEL PARAGUAY/ PORTALGUARANI.COM
Asunción - Paraguay
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