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JACOBO A. RAUSKIN

  POESÍA REUNIDA, 2004 - Poemario de JACOBO A. RAUSKIN


POESÍA REUNIDA, 2004 - Poemario de JACOBO A. RAUSKIN

J.A.RAUSKIN - POESIA REUNIDA

Poemario de JACOBO A. RAUSKIN

 

Editorial Arandurã

Asunción-Paraguay,

2004 (313 páginas)


 



COMENTARIOS:


 

 “Poemas sabios, tan humanos, tan del fondo de las vidas”. 

OMAR LARA

 

“Una poesía que alienta la esperanza de despertar en otros chispas de una memoria ajena;

una poesía traspasada por el color rojizo de su tierra, con perfume a siesta y a solazo,

y sin embargo preñada de sutilezas;

una poesía para releer despacio al ritmo personal que en cada uno adquiere la nostalgia”.

HORACIO SALAS.

 

“La poesía de Rauskin no es un reflejo sino más bien un reflector:

el poeta, como quien no quiere la cosa, nos hace mirar,

iluminándolo breve y agudamente, lo que miró en lo visto por él”.

JUAN JOSÉ FOLGUERÀ

 

“Poesía del actuar humano en su radicalidad existencial,

que va construyendo sus unidades mayores de sentido a partir

de sus unidades constitutivas más simples”.

LORENZO LIVIERES BANKS

 

“Palabras que huelen a vida recién ordeñada”

JORGE ARIEL MADRAZO


 

 

 

 

POESÍA REUNIDA

 

Con un lenguaje intenso, conciso, en el uso del cual demuestra ser constante y diestro, J.A. Rauskin va trazando su trayectoria en las letras paraguayas contemporáneas. El poeta nació en Villarrica en 1941.

La suya es una obra frondosa que, desde los poemas iniciales hasta los recientes, se fundamenta en el arte de observar y sugerir imágenes de la vida posible a partir de lo observado.

Los versos y las prosas de Rauskin presentan las grietas de la realidad, celebran las tareas humildes, cantan el amor a una mujer, se demoran en el goce de lo cotidiano y ofrecen alguna que otra sátira. Poesía que desarma las trampas que le tiende la memoria y encuentra su propio pasado; poesía de final abierto a la imaginación de sus lectores; poesía fiel a las encrucijadas de las que ella misma es un ejemplo.

 



 

De: LA CANCIÓN ANDARIEGA (1991)

 

CARTA

Él miente, ella dice la verdad, aquel otro escribe su poema de amor y lo quema, yo vivo mi amor y escribo una carta sobre la lluvia. Cuando se va la lluvia, escribo sobre el agua llovediza de los charcos. En habiendo el sol secado todo charco, escribo sobre el agua en otra parte; el agua mansa en los ojos de un caballo, el agua mínima de los arroyos de viñeta. Debo ser seguramente un corresponsal de viñeta, un enamorado de arroyo, un individuo pluvial.

 



CIERTO RITMO

 

Gentil, perezoso,

no ajeno a un tambor.

(Debajo del puente

encuentra el arroyo

su sombra batiente

de tablas al sol.)

 



 

SANTA SIMPLICIDAD


 

Va dejando el arroyo

lugar para el olvido.


El arroyito manso

del verano y su idilio.


El arroyuelo breve,

sin anzuelo, con bicho

de luz en el otoño.

Ideal, no hay mosquitos.

 



VEGETACIÓN EN UNA TRAGEDIA

 

La madre de este campo es aún la selva,

amigo de un reptil aquí es el suelo,

los años de un arado son la herencia

y el hijo es matricida sin saberlo.

 



LA SIESTA EN UN PUEBLO

Sin que me diera cuenta se me fue la mañana, llegó el mediodía y el sol coronó de silencio los campos en los que verificaba yo la validez de algunos datos ofrecidos por el censo habitacional. Hice un alto en el camino, mordí una fruta y me dispuse a dormir la siesta ahí donde la siesta me había encontrado. En razón del carácter errante de mis ocupaciones no suelo ser exigente con los lugares que la Madre Naturaleza o la Tía Sociedad me deparan. ¿Adaptable? Intento ser fiel a mi destino. Y la siesta me encontró, una vez más, en Cuenca Cué, pueblo al que vuelve sauce un soplo del viento que siempre llora a orillas del río. Del resto de su tristeza, ni hablar: aparece en bloques, es imposible reducirla; que a ratos pase una lancha de excursionistas nada quiere decir; que se celebre una ceremonia nupcial apenas quita luto a esa gente. No siempre fue así. Hace medio siglo, que no es mucho tiempo para una población, Cuenca Cué llegó a merecer los alegres honores de una polca. Canción más bien genérica, celebraba ella el encantador semblante y la amorosa disponibilidad de las cuencacueceñas. O tempora! O mores! Pido disculpas por esta locución latina cuyo contenido bien vale una salva de salivazos a mandíbula batiente, pero sólo la nostalgia, es decir la delicadeza que se resiste a partir, me permite, de cuando en cuando, permanecer unas horas en ese lugar.


 


De. LA CALLE DEL VIOLÍN ALLÁ LEJOS (1996)

 

LECHO Y LITERATURA

 

C'est un livre qu´au lit on lit (Apollinaire)

 

El futuro durmiente, si es sincero,

dormita o lee un rato, luego duerme

como si entrara en el último sueño.

Es grato y oportuno leer así en la cama.

No, no depende tanto del libro,

cuenta más una buena almohada,

poesía hay siempre en las estrellas

que caben en un tomo de bolsillo

o en un formato de ventana.

Leer, leer con gusto en la divina

presencia compañera que nos dice:

"Léeme ahora el cuerpo, bien, sin prisa."


 

EL SOL NACIENTE

 

Vive el Japón en muchas lenguas

y lo hace con pocas palabras:

ayer kimono y kamikaze,

origami hoy, e ikebana.

 



CASITA COMO EJEMPLO

 

Ejemplo inútil, porque la ciudad no quiere

.     ser como ella.

La ciudad es un espejismo de arquitecto.

Es un oasis ladrillero y es un botín de banda.

Banda bandida bandideando por todas partes.

 



ELSA

 

Era una hormiga del contrabando hormiga.

Vivía mimetizada, vivía en el puerto que lleva

.     su nombre.

Creía en la Virgen y en las promesas que se

.     pagan el 8 de diciembre.

Creía, rezaba.

Envejeció en paz, vivió entonces del trabajo

.     de su descendencia.

Murió de muerte pacífica, quizá natural.

 




EN LA FRONTERA


 

El río y los gendarmes a la vista.

 

Papeles, más papeles.

Frontera lenta, como siempre.

Saluda una mujer de pueblo

a un viejo camionero del éxodo.

¿Angélica? Tal vez María.

María machucada por el folclor

o por las circunstancias.

Cierro los ojos,

quiero saber si todavía recuerdo

el rostro, el cuello, el busto,

la estatura y el peso aproximado

de esta mujer que apenas conozco,

de esta hipotética y peregrina

María. No quisiera olvidarla;

mía es también la vida que me rodea

sin insistir en mí.

 

 

ADIÓS A LA CIGARRA (1997)

 

Rústicos verdes humildes, por meurtdos pies pisados. -

MANUEL ALTOLAGUIRRE



ESTE LIBRO TIENE UN POCO DE MUCHAS COSAS:

CIUDAD, CAMPO, MEDIOS DE COMUNICACIÓN,

GEOGRAFÍA SENTIMIENTO, PENSAMIENTO, PINTURA,

POESÍA AMOR Y NOSTALGIA


 

EL MUNDO DE AQUEL JOVEN

 

Un pájaro, una nube, caballos, la llanura,

el aire de la aurora y un temblor de hojas.

Y una palabra antigua, terrible: rebelión.

Y un amor más que peligroso, el primer amor.

Al otro lado de las vías del tren sin tren,

amanece y comienza de nuevo la aventura.

El sol, ahora solidario, pasa una cuerda

y el joven sube, sale del pozo de su noche,

honda noche vivida con temor y esperanza.


 

LOS ARRANCADOS

 

La luna vuelve con un parpadeo.

Los techos aparecen después,

cuando el recuerdo abre los ojos,

las ventanas, las puertas.

Son unas casas, se diría, para tropezar

y demorarse y conversar con ellas.

¿Dónde estuvieron? En sí mismas,

como caídas en silencio,

como abatidas. Se van incorporando

y ya conversan: casas corpóreas,

hogares mínimos, pensiones baratísimas,

sótanos novelables, inolvidables áticos.

Lugares con un poco de historia.

Casas que dicen sí, fue aquí,

de aquí los arrancaron en la noche.

Hace tiempo, que es como hace en estos casos.

Y cada año hace un aòo más.


 

UN ÁRBOL

 

El sauce es apenas un árbol, pero llora

como lloran las dríades, las náyades,

los elfos en el viento, en el río

y en los desmemoriados días de quien pasa

sin pensar que su amor es pasajero.


 

CEREMONIA

 

Y bien, amigos míos,

la diplomacia sobrevive.

Esa palmera asfáltica,

embajadora del desierto,

anuncia con un poco de viento

la lenta llegada de su emir.

De su líder, quise decir.

Alguna vez vendrá el desierto

y de arena serán las mortajas.

El enigma persiste.

¿Serán de plata las estrellas

de luz, como siempre?


 

TENDENCIAS

 

En la ventana, marco de la luna

que es casi un abanico en este cuadro,

se encienden las estrellas,

se lee algún presagio.

Apenas participo de tan etéreo evento,

no quiero astrología, quiero calle,

quiero saber adónde va la gente,

hago como quien dice una encuesta.

Y pregunto a la gente nocturna,

noctámbula, noctívaga,

nochera y también trasnochadora

en Asunción, ciudad muy mal iluminada.

Pregunto a un periodista,

a un erudito desahuciado,

a una crisálida bisexual.

El polibandi es parte de mi encuesta.

El bandi es arte y parte.

Hierve la sangre en una narcofritanga,

en un bar, en el bus-bus de la omniterminal.

¿Y después qué? ¿Después dónde?

De niòo y aun de joven, creía yo que la noche

era el hogar de todos los sueños

y de todas las esperanzas.

Ahora me contento con menos,

tengo bastante con saber las tendencias.

 

 

LA RUTA DE LOS PÁJAROS (2000)

 

En la vida diaria nos ocurre con frecuencia algo que solemos elogiar en la epopeya tonto artificio del

poeta. Precisemos: citando las figuras principales se alejan, se ocultan, se entregan a la falta de acción,

unos personajes secundarios que hasta ese momento apenas habían sido observados, llenan de pronto

el hueco y, mostrando toda su actividad, nos parecen igualmente dignos de atención, de interés

y aun de alabanza…

GOETHE. - Las afinidades electivas


PÁJAROS


Después de tanto cielo,

sólo vuelven a un árbol.


 

LA CANDIDATA

 

Señora todavía joven

y con amplia cultura general,

con dominio de idiomas,

con dinero al instante sobre joyas.

Se necesita.

O no se necesita, pero se pide

para fábrica líder

en cercano suburbio basural.

¿Líder dije? No importa si no lo es.

Todo compacto, muy combustible.

Algodón en rama y en fibra,

etiquetas para jabón y margarina,

hilo de lino, hebras de lana.

Olvidemos el inventario,

entra la candidata.

Señora cuyo apellido suena.

Cuyo segundo nombre es José.

María es el primero, desde luego.

Nadie duda de su condición,

viene recomendada.

Y por algo ha de ser.


 

PALABRAS EN LA RUTA DE LOS PÁJAROS

 

Estas pocas palabras

a volar juntas aprendieron:

aroma, sombra, susurro, susto

y alejamiento y viento.


 

LA GENTE

 

El Ministro de Salud fumigó hasta el último florero.

Sin embargo, el dengue no desaparece.

La gente ya no le hace caso al ministro ni

     al mosquito, sigue nomás.

Semiocupada, sin patente, casi clandestina,

sigue con el recuerdo de sus días felices

y con el balbuceo de su esperanza,

con las heridas que le va curando la música

al callejero azar de una fiesta de otros.

Y no hay con quién hablar del asunto.

Y no hay país para emigrar.


 

¡QUÉ TRAGO!

 

Caña dulce y barata

con jugo de apepú,

con óxido de lata.

Cóctel de Belcebú.


 

MENDIGOS

 

El humo, por la tarde, descansa en un baldío.

Así conoce a dos, a tres, a cuatro mendigos.

Los aleja el invierno, porque más puede el frío

que el humo que ha nacido de un fuego de ramitas,

de cáscaras, de yuyos, de siesta y de baldío.


 

AQUÍ EL SAPO SOY YO -

 

Ce crapaud-là, c'est moi

TRISTÁN CORBIÈRE

El patio es una nave,

el sueño es un destino,

la paz, quizá alcanzable.

Se ha quedado dormido

por un rato el cantor.

Entre vino y parrilla,

donde crepita el fuego

y revientan salchichas,

canta el viento, seguro

de su ritmo y su estrella,

de su luna y su rumbo.

El repertorio es claro,

sencillo, es el del viento

a dúo con un sapo

de charco y chapoteo.

Buenas noches, señora,

aquí el sapo soy yo.

Si me escuchan algunos,

hoy me basta y me sobra.

Clientela masiva,

electoral, política,

sentimental o crítica,

bueno es tenerla lejos.

No perdona un desliz,

un falsete, un sinónimo,

un acento, una coma.

Y no entiende de vientos.

Y no sabe de sapos.

Y no le gusta nada.


 

LOS ELEMENTOS DE LA EXPRESIÓN

 

Ahí va una servilleta

con un retrato a punta de bolígrafo.

El cabello enrulado, la sien hundida,

un pómulo pomelo machucado,

la nariz derrotada.

En fin, un rostro barbidesahuciado

que dibujo mientras espero que deje de llover.

Yo espero en un café,

en un aguantadero de la lluvia.

El hombre está en la calle,

cerca de la ventana

donde puedes leer el nombre del café.

 

 

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