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LUIS MARÍA MARTÍNEZ (+)

  ESPERAR LA TORMENTA (2003-2005), 2007 - Poemario de LUIS MARÍA MARTÍNEZ


ESPERAR LA TORMENTA (2003-2005), 2007 - Poemario de LUIS MARÍA MARTÍNEZ

ESPERAR LA TORMENTA (2003-2005)

Poemario de  LUIS  MARÍA  MARTÍNEZ

Editorial Arandurã,

Asunción-Paraguay,

Noviembre 2007 (171 páginas)

 

 



ESPERAR LA TORMENTA es un poemario de indudable veracidad: proclama la vigencia y necesidad del cambio en el país; proclama el posible porvenir diferente que habrá de abrirse paso en el seno del mismo, sobreponiéndose a la parálisis y a la indolencia, a las injusticias numerosas y a los dolores no menos numerosos. Poetiza que la historia del Paraguay tendrá que cambiar para bien del pueblo, que anhela el transcurrir de una nueva historia. Es que es perceptible en el seno de la vida nacional que las bárbaras injusticias, el carnaval ominoso de las corrupciones, las desigualdades sociales y el estado miserable en que yace el pueblo, exigen de manera urgente la necesidad de un nuevo tiempo, que la “tormentosa conmoción” deberá iniciar. En pocas palabras: por sobre el lenguaje duro y sombrío, el poeta predice y augura la instauración de la “patria soñada por las gentes”, cual una necesidad histórica y vital, que ya no ha de tardar. El poeta, nacido en 1933, autor de más de veinte poemarios, prosigue con esta colección su personal odisea poética, combatiendo una vez más al nefasto silencio que establece el Poder decrépito y pervertido, aspirante a la perpetuidad imposible, con su acrítica razón, que es la modalidad de la simulada crítica existente.
 
 

ÍNDICE:
 
LA  TORMENTA: ¿Por qué?/ ¿La tormenta?/ No digan/ Pensar en la tormenta/ El aguacero/ Hijo de la tormenta/ Ya se escucha/ Vendrán/ Ya llegarán/ El aguacero y la tormenta/ Que venga la tormenta/ Esperar la tormenta/ Contraste/ Que el pueblo sea/ Ruego/ Hace falta, hace falta/ Mirad, oíd o ved
 
REALIDADES: El pueblo hace tiempo/ La Patria está triste/ ¡Qué lástima!/ Ya todo está viejo/ Se agotaron o acabaron todos/ Ya nada hay que esperar/ Malditos/ Jamás/ Son dos partidos viejos/ El pueblo ya ha sufrido/ En exilio perpetuo/ País oculto y feo/ Ya nadie debe soportar/ Poder horrible/ Trajo el imperialismo/ Estados Unidos de Norteamérica/ Cree si Dios viniere
 
MÁS  PADECIMIENTOS: Es un pueblo/ Patria vieja/ Acá no pasa nada/ ¡Qué torpeza!/ Las deudas/ Asqueado/ La Patria está en peligro/ La gran justicia oscura/ Murieron … y qué de la justicia/ Se lo arruina al Paraguay/ La comunicación/ Cobarde ni sumiso/ El gran demagogo/ Políticos podridos/ Se va el año viejo, ya llega el año nuevo/ Este gobierno será todo un fracaso/ Y todo sigue igual
 
LA  ESPERANZA  DEL  CAMBIO: Un trino/ Este país es un caso/ Es preciso que cambie/ Ya es hora/ La Patria anhelada/ Llamo/ No cabe ya esperar/ Juradme, compatriotas/ País de maravillas/ La historia de la Patria/ Aún duerme/  Caerán/ Mejor que el pueblo venga/ Si tuviéramos/ Amar al Paraguay/ Serán inmortales. Ya son inmortales/ Destruyamos lo viejo/ Paraguayos, corred a la gloria 
 

 
 

QUE VENGA LA TORMENTA

Que venga la tormenta
y cambie a nuestra patria,
y cambie a nuestros hombres.
 
Que imponga nueva vida
e historie nuevas cosas:
un poder más humano,
una historia distinta:
ética, caracteres,
claridad y abundancia.
 
Que venga la tormenta
y arrase con los males
horribles de la historia.
 
En fin: que venga la tormenta
e imponga o inaugure
una vida distinta.
¡En poder, en riquezas,
en hombres diferentes!
 

 
ESPERAR LA TORMENTA

Esperar la tormenta,
la tormenta debida.
 
¡La que vendrá a seguidas
del relámpago, el rayo!
 
La que traerá la lluvia,
la que alzará la vida.
 
¡La que arderá en la tierra!
 
Esperar la tormenta
de furor tormentoso.
 
De caballos briosos
en campos cadenciosos.
 
Esperar la tormenta
parecida a la espera
del primer nacimiento.
 
¡Con ternura impaciente!
 
¡Con enorme impaciencia!
 

 
CONTRASTE

Los señores son cuatro.
Son cuatro usureros de la vida,
ocho manos, de avaros permanentes.
 
El pueblo es uno solo,
un solo labrador
que tiene muchas manos en la vida.
 
Los señores son cuatro.
Son cuatro mercenarios
que acumulan el oro urgentemente.
 
El pueblo es u millón,
un millón de increíbles voluntades,
que aran la tierra con sus voluntades.
 
Los señores son cuatro.
Cuatro vidas muy breves.
 
El  pueblo es el millón,
millón, sí, de vidas victoriosas:
prolongación visible
del brazo de la historia!!!
 

 
LA PATRIA ESTA TRISTE
 
(De: Realidades)

La patria está triste.
 
Es triste  la patria.
 
Tan triste y que tiene
miles de tristezas
en su mismo rostro.
 
Le aplasta la triste
tristeza del tiempo
Le aplasta la historia
de muerte y balazos.
 
Le abruma el desquicio
de robos sin cuentos.
 
Le abruma el desprecio.
 
Le pesa la vida
que parece incierta;
que parece un vino
maldito y salobre
de la misma muerte.
Le entristece el tiempo
de su pobre vida.
Vida pobre y triste
en mísera vida.
 
Lo  agravia el silencio,
le humilla el martirio,
le arruina el gran miedo.
 
Es triste esta patria.
 
La patria está triste.
Trágico sonido es su melodía.
Melodía triste que es su misma vida.
 

 
EL PUEBLO YA HA SUFRIDO

Cien años ya ha sufrido el pueblo,
el pueblo en todo.
Doscientos años y más,
trescientos, sí, de buenos latigazos,
cuatrocientos bien largos despojos miserables,
quinientos años mustios
de cadenas, de perros y canallas.
 
El pueblo ya ha sufrido
más que un esclavo vil comprado al paso.
 
Más que un soldado muerto a latigazos.
Más que el preso que advierte el calabozo
mirando su cubículo en tinieblas.
Más que la exhalación del torturado.
Más que el país con lágrimas en los ojos.
El pueblo ya ha sufrido
más que una alondra triste.
Más que un desesperanzado carcelero.
Más que una humanidad de hambrientos miserables.
 
Es justo, justo, justo,
que el pueblo anime pronto la tormenta
que destruya esta casa horrible y fea,
esta desilusión llamada patria,
este país de perros y ladrones,
este cuartel poblado de sargentos.
 
Es justo, es justo, es justo,
que asuma el pueblo el rol de comandante,
que arruine este hospital en que vivimos,
que mate a las serpientes de la casa,
que aprisione a los miles de ladrones,
que guillotine pronto, pronto, pronto,
a la maldita diosa de la casa,
la Diosa Corrupción,
que arruina, que destruye, que deshonra
al país, al Estado, a nuestras gentes.
 
El pueblo ya ha sufrido, ya ha sufrido,
ya más de lo debido.
 
Ya ha visto muchas muertes,
ya ha visto muchos casos de difuntos.
 
Ya vio por muchos años
la huida presurosa de sus gentes.
Ya soportó el Poder de las serpientes,
de los buitres que bullen
sobre el despojo fiel de nuestra patria.
 
Ya vio a los criminales refulgentes.
Ya soportó por siglos
la acción de los caudillos con cuchillos,
la pose orangután de los sargentos,
el ladrón con poder en el Palacio,
a los que gambetean con el verbo
inútilmente, sí, inútilmente,
en el mustio redil del Parlamento,
del que la patria no recibe nada.
 
Ya vio el obrero, que el país no es nuestro.
Ya soportó el balazo el campesino,
en respuesta al pedido de una tierra.
 
El pueblo,
ya soportó los robos incesantes
de tierra, de dinero, de ganados,
en todo el territorio de la patria.
 
Ya aquí el verdugo se adueñó del tiempo
y dio vigor de crimen a la historia.
Ya el Paraguay bebió muchas tragedias:
miserias y miserias, hambre y hambre,
masacres y disparos incesantes,
la muerte dando avisos permanentes.
 
El pueblo ya sufrió condenas casi eternas
y eternos funerales en las casas.
 
El pueblo ya sufrió
tormentas y lloviznas increíbles,
grandiosos atropellos a su vida.
 
Lluvia y lluvia de hambres
y eternos temporales de miserias.
¡Ya es veterano en lluvias este pueblo!
¡Ya es veterano en muchos temporales!
¡Ya es hora de que asuma
el Poder general, el poderío,
en los rumbos eternos de la patria!
 

 
LA PATRIA ESTÁ EN PELIGRO

La patria está en peligro,
herida y lastimada.
 
Soporta las ruindades de miles de bandidos,
soporta las horribles miserias de la vida,
soporta las bajezas de torva burocracia.
 
¡Qué lástima!
la patria está en peligro de ser aniquilada,
de pasar a la historia como patria arruinada,
o mejor: ¡olvidada!
 
Peligra su memoria, peligra su existencia.
 
¡La patria está en difícil momento de su vida!
 
Si sigue el servilismo feroz que se ejercita
hacia los extranjeros que engullen nuestra patria,
podría nuestra patria morirse prontamente,
o desangrarse en todo:
“dejar de ser la patria que todos conocemos!,
Donde vimos la luz hace unos años,
Y en el que acaso un día
Cerraremos los ojos…
 

 
UN TRINO

Un trino, buen trino
necesita el pueblo.
 
¡Un trino bien denso!
Cargado de estrellas,
de rayo y tormentas.
 
Un trino de vida,
de luz y arboleda.
 
Un trino cargado
De símbolos bellos.
 
¡De panes y panes
de ardor y alborada!
 
¡Un trino infinito!
 

 
PARAGUAYOS, CORRED A LA GLORIA...

(Natalicio Talavera)
 
“No entregaremos la tierra de donde salió nuestra raza. "
 
MARÍA KONOPNICKA
Paraguayos, corred a la gloria,
e imponed vuestro justo deseo:
¡destruir el Poder corrompido
que carcome a la patria y la veja...!
¡El Poder que decreta el gran robo
de los bienes que el pueblo cimenta,
que promueve opresiones y hambre!
 
...Y arrojadlo a la hoguera
donde acabe por siempre o se pierda!
 
Paraguayos, corred a la gloria
y oponed vuestro pecho en muralla
a la grave amenaza extranjera,
que destruye los bosques y los ríos
y succiona del país su riqueza.
Que no turbe sus aires celestes
esos cuervos que orillan la muerte.
 
Paraguayos, corred a la gloria,
y salvad a la patria infinita
imponiendo el poder de millones,
de los grandes patriotas del pueblo.
 
¡Paraguayos, corred a la gloria...!
 
 
 
 
 

ESPERAR LA TORMENTA

 

Poemario de LUIS MARÍA MARTÍNEZ

Texto  de AUGUSTO CASOLA

 

 

            Podría considerarse, a modo de corolario, que los acontecimientos nunca concuerdan con la ilusión y las fuerzas empleadas en llevar adelante una lucha quijotesca y unipersonal que, casi siempre, termina en "la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento", donde Cervantes (31, 32) pinta con la meridiana claridad del genio, el singular combate que lleva a infeliz término don Quijote, pese a la evidencia puesta ante los ojos, pero que no quiere ver, porque el hidalgo, como poeta que es, vive en el mundo que le muestra su imaginación, su ensueño o su alucinación y así,

 

            "[...] bien cubierto con su rodela, con la lanza en el ristre, arremetió a todo galope de Rocinante, y embistió contra el primer molino que estaba delante, y dándole una lanzada en el aspa, la volvió el viento con tanta furia, que hizo la lanza pedazos, llevándose tras de sí al caballo y al caballero, que fue rodando muy maltrecho por el campo".

 

            Las necesidades prosaicas de la vida nos obligan, con frecuencia, a tener que optar entre permanecer dentro de ellas o persistir en el ensueño, reacios a aceptar lo evidente y encaprichados con la ilusión que nos obnubila a lo largo de nuestros días y coloca a la patria ante los ojos con un hambre feroz en los humildes, tus niños viejos, tus indios sarmentosos, tu gran miseria, tu vida miserable, como manifiesta el poeta en ¿Por qué? (7).

            La tormenta, siempre la esperada tormenta que ha de barrer con los derrelictos que dejó en el Paraguay su historia cargada de injusticias, de hipócrita maldad, de codicia, de cobarde ensañamiento con la víctima librada a su ignominia. Él quiere creer que el valor se ha terminado/ que se han marchado todos sus soldados (9). Sin embargo no es ciego, pues denuncia en La gran justicia oscura (102,103):

 

 

ávido ladrón de muchos Bancos,

al que comió el ahorro dula gente,

al que ideó la estafa [...]

la justicia les impuso estas condenas:

dos croquetas de oro con un queso

para el juez del caso,

cien mil pesos malignos

para el ujier que hizo muchas notas,

y tres días de arresto en su cocina

a cada gran ladrón,

que al no poder huir fueron cazados.

 

            Pero el grito libre de ataduras, se abre paso en el poema Malditos (44), que cual anatema sin concesiones, condena a todos con la impiedad de un inquisidor implacable, que corre el amok de la furia desatada en su interior, esa fiebre vesánica que se apodera de sus víctimas, como explica Zweig (62,63) en la conocida novela de ese título.

 

            Es algo más que una embriaguez... Es una rabia, una especie de hidrofobia humana, un ataque de monomanía homicida y loca [...]. Está relacionado con el clima, con la atmósfera densa y agobiante, que pesa sobre los nervios como una tormenta...[ ...] no hay fuerza humana capaz de contener al que corre el 'amok'. [...]; pero el que corre el 'amok' va con los ojos vacios, sin saber hacia dónde.

 

            Así se lanza y enfrenta el autor a todos aquellos artífices de la maldición que pesa sobre nuestra patria, desde antes y desde siempre, el conjuro de los que gobernaron y gobiernan a nuestro país a partir de los días en que el primer conquistador impuso su dominio sobre los nativos de esta tierra y los humilló y degradó con la fuerza de la espada y la falacia de su religión.

            Ayer, hoy, mañana, la historia es una sola:

 

            MALDITOS (44)

 

Malditos los guerreros

- sicarios de la Banca londinense-

que hundieron a la patria

en el siglo sangriento: el XIX,

en el peor periodo de su historia,

en el peor desastre de la guerra.

 

En mísera orfandad, en el saqueo

de bienes de la patria.

En el robo de niños desvalidos,

en el hurto infinito de los mismos

papeles de su  historia,

es decir de su memoria viva y poderosa...

Malditos los políticos

- apolillados políticos de ayer-

vendidos a los malignos invasores,

que siguieron sus turbios mandamientos

y vendieron la patria en pedazos,

en enormes pedazos, en latifundios.

 

Malditos los políticos

- vampiros y ladrones de la patria-

que copiaron los códigos mediocres,

leyes y constituciones mercantiles

de países igualmente sometidos...

 

Fueron domésticos de oscuros forasteros,

antipatriotas viles,

ignaros plagiadores de doctrinas

sin validez, si n sangres para el pueblo.

 

Malditos los malditos

fomentadores de guerras incesantes

- para medrar y así robar

los bienes del país ya desangrado-

y apropiarse del poder -del poder nacional-

cual caja de caudales permanente.

 

Malditos los malditos Presidentes.

Malditos los ministros,

que administraron bienes de la patria

para bien de sus hijos,

de sus muchos parientes apetentes,

de sus amigos por tener la miga

de sus queridas de incontables lunas.

¡Para abultar en fin la casa y la fortuna!

de una manera firme y persistente.

 

Malditos los abyectos militares

que establecieron fieras dictaduras,

que provocaron

masacres increíbles,

hambrunas y más hambrunas,

destierros infinitos,

cárceles miserables,

presos y prisioneros a montones.

 

Malditos los burócratas

- chupasangres e insignes haraganes-

de este pueblo de oscuros humillados,

que lucran con los trámites confusos;

que esquilman al país sin hacer nada.

 

Malditos los malignos abogados

que defendieron sin rubor alguno

a gobiernos de historias tenebrosas,

que criaron y crearon

a unánimes verdugos sanguinarios,

que latigaron firmemente al pueblo,

que originaron historias de disparos

y llenaron de horror cada memoria.

 

Malditos los malditos policías

que tienen la pasión del asesino,

que lucran con el miedo de la gente,

motivan funerales indebidos

y estallan

en croprolálicos alaridos.

 

Malditos los políticos pequeños,

sanguijuelas de bienes de la patria,

que arruinan al país con sus angurrias,

que inmoralizan todo lo que tocan,

que pudren al país como a la patria.

 

Malditos los malditos

componentes del mustio Parlamento,

que no fecundan leyes generosas

favorables al pueblo y a la patria,

y consumen su tiempo en peleas

de inane condición, en cosas vanas.

De sesión en sesión van caminando

es decir, van mal andando

hacia el vasto

muladar de monstruosos improperios,

de adjetivos más yertos que un gran yermo.

 

Malditos los banqueros

que roban a la gente

con una propaganda de mentiras,

de beneficio pronto y poderoso

y luego se hacen humo hábilmente.

 

Malditos los jueces y los fiscales

- los magistrados viles-

que cumplen sus funciones malamente,

que arruinan la justicia con sus actos,

que mercan sus dictámenes históricos,

y ganan la desconfianza de la gente.

 

Malditos los malditos

componentes de un Poder hecho un desastre

que siembra la miseria de la gente,

la fiera delincuencia

- creada por el firme desempleo-

la enfermedad, la peste,

la triste tristeza popular de gran volumen,

la emigración,

los mustios peregrinos de la patria.

 

Malditos los malditos

componentes del Poder enemigo:

políticos, pilatos, militares,

banqueros y burócratas,

y una etcétera enorme de parásitos y moscas

de este Poder de grandes verdugos miserables.

Fuente: LUIS MARÍA MARTÍNEZ - OBRERO DE LA PALABRA. Por AUGUSTO CASOLA. Editorial ARANDURÃ, Asunción – Paraguay. Agosto del 2012 (244 páginas).

 

 

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