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LA SERENATA
Cuando en el firmamento brille la luna,
y vierta sus fulgores en tu ventana,
y nos anuncie el eco de la campana
que el reloj de la torre marca la una;
cuando ya por doquier no haya importuna,
ni una sombra que vague de forma humana
asómate a tu reja, bella sultana,
soñadora de amores, y haz mi fortuna.
Asómate a la reja de mis consuelos:
besará tu hermosura desde los cielos
la transparente Luna con luz de plata;
y en la noche serena, y entre perdidos,
vagos ecos nocturnos de extraños ruidos,
te dirá mis amores la serenata.
HUMAITÁ
Desde la nave que de ti me aleja,
envíote un adiós, heroico suelo,
cuyas grandezas contempló ese cielo
que es hoy azul porque tu paz refleja.
Mi paraguayo corazón su queja
lanza al viento. Humaitá, con desconsuelo,
al recordar la época de duelo
que a la viril Esparta te asemeja.
Salve, Humaitá! De tu impotente ruina,
con el tiempo, quizá no quede nada
que eternice tu hazaña peregrina;
pero tu fama en nuestra patria historia
eternamente quedará grabada
cual luminosa página de gloria...
RICARDO MARRERO MARENGO
** Entre los de su generación, uno de los poetas mejor dotados. Es conocido por sus hermosos sonetos. Dirigió la revista "Tribuna" (1905). Fue animador de cenáculos literarios en Asunción, entre los años 1904 y 1908. Murió en Buenos Aires en 1919.
Fuente: Sinforiano Buzó Gómez. ÍNDICE DE LA POESÍA PARAGUAYA, Editorial Indoamericana. Argentina, Asunción, 1952.
