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Olga Blinder (+)

  OLGA BLINDER - UNA BIOGRAFÍA - Por TERESA GOOSSEN - Año 2004


OLGA BLINDER - UNA BIOGRAFÍA - Por TERESA GOOSSEN - Año 2004

OLGA BLINDER - UNA BIOGRAFÍA

 

Por TERESA GOOSSEN

Goossen. libros,

Diseño de portada: Osvaldo Salerno

 

ISBN: 999-2533765

Páginas: 299

Año: 2004

Asunción-Paraguay
 


Olga Blinder es una artista e intelectual comprometida con el ser humano y su cultura. En 1954 formó parte del Grupo Arte Nuevo -que introdujo la modernidad en el arte paraguayo- y a partir de 1959 desarrolló el método de Educación a través del Arte en Paraguay.

Más de cuarenta horas de conversaciones grabadas, semanas de investigación, revisión de cinco décadas en archivos y numerosas charlas informales, permiten brindar un panorama amplio y complejo de Olga Blinder, que la trasciende para mostrarnos, finalmente, la historia de un país que, aislado, sufrió la intolerancia y los rigores que la dictadura instaló entre nosotros. A esto se suma un repaso gráfico de más de cuarenta de sus obras, con comentarios o recuerdos que las mismas le traen a la protagonista, enriqueciendo aún más el material.

 Las vivencias y apreciaciones de quien se define como "pintora, grabadora, educadora, paraguaya y judía" se vuelven necesarias para quienes queremos creer, crecer y ser, humanamente.
 

 

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO I - LOS ORÍGENES

· El Éxodo// Blinder// Isaac

CAPÍTULO II - APROXIMACIÓN A UNA VIDA

· Olga// De Amor y Compañerismo// Recuerdos de Familia.. .signada por la historia del país// Los Hijos de los Hijos. Bajo el estigma del judío errante// Boceto de un Autorretrato// Weltanschauung// Conversaciones en la Cocina// Álbum de Familia

CAPÍTULO III - LA VOCACIÓN: EL ARTE

· Visita Guiada por el Arte en una Vida// Grupo Arte Nuevo. La lucha que abrió la puerta a la modernidad// Vistos con sus Ojos// Conversaciones en el Balcón

CAPÍTULO IV - EL CERRAMIENTO DEL CÍRCULO

· Educar, pero a través del Arte// Taller de Expresión Infantil// De IdeA al Instituto Superior de Arte// Reforma Educativa// Enseñando Arte...// Intelectual y Humana// Conversaciones de una Mañana de Otoño

CAPÍTULO V – ANECDOTARIO: Viajes y Anécdotas
 


INTRODUCCIÓN

Su vida puede mirarse como a través de un caleidoscopio, donde es imposible no ver. Formas y colores -vivencias y sentimientos- se entrelazan, modificándose, invirtiéndose, construyéndose, recreándose. Pero siempre entera, siempre íntegra: no hay lugar para vacíos.

Sus días conocen a profundidad los sueños, el dolor, el triunfo, el sinsabor, la tenacidad, el elogio, la hipocresía, el horror, el reconocimiento, la soledad, el éxito. Y como un vendaval de extremos fue transcurriendo ...perdurando, y ni los fuertes huracanes de mediocridad lograron doblegarla: la fortaleza de sus raíces culturales siempre fueron más poderosas; es que siempre cuidó que estuviesen bien regadas e insertadas en espacios aptos ... a pesar de la erosión. Sí, definitivamente fiel a su cultura, no se permite traiciones, y esa fidelidad que profesa se trasluce en su cotidiano actuar.

Y es otra vez su cultura, que adquiere un carácter casi omnipresente, la que la define ideológicamente, uniéndola profundamente a lo humano del ser e inclinándola respetuosa hacia el ser humano.

 Principios y valores rigen sus relaciones, donde lo central es siempre, y a pesar de todo, la persona, motor y receptor fundamental; distanciándola al mismo tiempo de lo sectario, y consecuentemente de las prácticas religiosas o políticas.

Y a pesar de las propias contradicciones, la lucha por la coherencia prevaleció siempre en su proceder, desechando definitivamente la posibilidad de volver rutinarias las infaltables equivocaciones.

Quizás por su fuerte pragmatismo decide denominar proyectos a sus utopías, las que nunca le permitieron caer en desesperanzas, recorriendo los pasillos del gran laberinto de los días, luchando contra las inercias.

 Olga Blinder es el resumen de la decencia, el ideal, la fortaleza en un tiempo en el que eso no era la constante. Olga Blinder es la historia que desde este lado del mundo fue sufrida y avasallada, ante casi un siglo magnífico, delirante y creativo.

En su departamento no se ven lujos, pero la riqueza de cada objeto le da a todo un valor incalculable. Calidez de hogar y belleza cultural se conjugan en un ambiente mágico, inundado por la luz y la brisa que entran por los ventanales de los balcones que, amigablemente abiertos, invitan a la naturaleza a participar de la vida. Y sí, su espacio es sencillamente su reflejo.

A sus ochenta y dos años su lucidez, más que admirable, resulta envidiable y sus vivencias y apreciaciones necesarias para quienes queremos creer, crecer y ser, humanamente.

 Casualidad, destino, no sé, estas conversaciones se inician justo en el momento en que ella atraviesa un momento delicado en su salud. Está preocupada y su preocupación la vuelve, al tiempo que más vulnerable, más rigurosa y reflexiva.

 En estas páginas se busca revivir su cotidianeidad, su lucha, su esfuerzo, su logro, sus creencias y convicciones. Habrá cosas que quedaron en el tintero o en la rígida memoria de un procesador-como más adecuadamente se diría hoy en día- pero la esencia, implacable, imperecedera, surge más allá de las palabras ...porque se basa en hechos, en verdad.

 

TERESA RENATE GOOSSEN MARTENS* 

Invierno paraguayo de 2004

 

* Teresa Goossen. Hija menor de un matrimonio de inmigrantes alemanes, nació en Asunción el 18 de septiembre de 1961. Finalizó en 1985 sus estudios de Ciencias de Comunicación en la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas de la Universidad Católica de Asunción. Desde ese año y hasta 1999 ejerció su profesión de periodista en distintos medios de comunicación de la capital.

 

 

"Estas son las cosas que veo en las manchas"- Olga Blinder

Obra: EL PEINADO. 1972

Técnica Mixta sobre duratex - 60 x 18 cm.

 

 

Obra: PUDOR, Década de los sesenta

Técnica: Óleo sobre tela, de 60 x 50 cm.

Colección Silvia Bernik

 

 

"Es de una época en que me obsesionaba

 la deforestación"- Olga Blinder.

Obra: FIGURAS

Técnica Mixta sobre tela, 1994

 

 

 

 

 

ARTE NUEVO LA LUCHA QUE ABRIÓ

LA PUERTA A LA MODERNIDAD

 

"Ahora soy la historia,

aunque Colombino diga que

soy la columna."

 

A mediados del siglo XX la mayoría de los artistas plásticos paraguayos o residentes en el país se agruparon en la denominada Sociedad Paraguaya de Artistas Plásticos. Eran cabezas del grupo los recordados Roberto Holden Jara, Jaime Bestard y Pablo Alborno. Destacados en su arte, se manejaban con rígidas concepciones que no permitían traspasar la frontera de lo figurativo, limitándose a representar o reproducir lo existente en la naturaleza; ellos se consideraban académicos -sin que ese concepto tenga algo que ver con el arte clásico o clasicismo- y no admitían renovaciones en el arte. 'LA ISLA SIN MAR'-como tan certeramente calificó el escritor Juan Bautista Rivarola Matto a nuestro país- resplandecía, ya que nuevas concepciones artísticas eran experimentadas en distintos puntos del planeta. No hay que olvidar tampoco que aún no vivíamos lo que años más tarde se dio en llamar primero Aldea Global y posteriormente simplemente globalización. Lo nuevo tardaba días, meses y años en llegar. Y ni qué hablar de la lógica resistencia.

Pero a la Sociedad Paraguaya de Artistas Plásticos también pertenecían otros artistas, como Josefina Plá, Lilí Del Mónico, José Laterza Parodi, entre otros, que se caracterizaban por una concepción artística más amplia, constituyéndose en excepciones a la regla o privilegiados protagonistas de esporádicos contactos con lo -para lo local- lejano.
Olga, quien tuvo su primer contacto teórico con la modernidad a través del brasileño Joâo Rossi, vivía cerca de la casa de la indiscutiblemente intelectual Josefina Plá y sabía de su labor artística; la conoció cuando la artista española visitó su primera exposición realizada en 1952 en el Centro Cultural Paraguayo-Americano. Los siguientes contactos no demoraron y, si bien al comienzo era Olga la que pedía consejos, muy pronto las conversaciones ya se constituyeron en un intercambio de opiniones, iniciándose una amistad que duraría para siempre. Fue allí donde también conoció e hizo amistad con Lilí Del Mónico y José Laterza Parodi, quienes también frecuentaban la casa de Josefina.

"Josefina nació en un faro en Canarias, en 1903, aunque todos -incluso ella- decían que había nacido en 1909, año que la anotaron en el registro civil porque tenía que ir a la escuela. Su vida fue impresionante. Si bien no tenía formación académica universitaria formal -era totalmente autodidacta- era una auténtica intelectual y llegó a ser directora de un diario durante la Guerra del Chaco. Era una persona muy poco afectuosa, dura, desordenada y descuidada en su aspecto, pero era tal mi admiración que nunca me importó nada de eso; le tenía un respeto especial. Era un fenómeno. Las dos éramos totalmente diferentes: yo una pequeña burguesa, ella una intelectual absolutamente proletaria; yo casada con todas las normas, ella con un hijo que no contó nunca quién fue el padre. Socialmente Josefina era despreciada y recién al final de su vida se empezó a valorar su obra total. Así, por suerte, se le rindieron homenajes, otorgándole un doctorado honorífico de la universidad y una pensión. En el año 2003 se le hizo un homenaje en el Centro Cultural Juan de Salazar y fueron invitados sus amigos y otros que no lo eran, pero se les olvidó invitar a Dirma Pardo de Carugatti, la persona que le cerró los ojos a Josefina. En el homenaje, cuando me tocó hablar, lo dije. Pero bueno, después de muerta, cuando ya no hablaba ni criticaba, Josefina resultaba más agradable para muchos y entonces todos decían ser sus amigos. Incluso una persona que recitaba poesías de Josefina era alguien a quien yo había echado de mi casa porque vino a hablar mal de ella. Le había dicho en esa ocasión que en la calle podía decir lo que quería, pero en mi casa no, y rompí la relación con esa persona. Esos son los trepadores."

En 1953 la Sociedad Paraguaya de Artistas Plásticos recibió una invitación para participar de la II Bienal de Sâo Paulo, que en esa ocasión se realizaba en conmemoración al cuarto centenario de la fundación de dicha ciudad brasileña. Era la primera vez que se invitaba a Paraguay a esta actividad. Algunos de los miembros propusieron que Olga integrara la delegación. Ella todavía no formaba parte de la Sociedad ya que recién empezaba a transitar el sendero de su vocación artística. Se hizo una votación y Olga resultó electa. ROBERTO HOLDEN JARA, en su carácter de presidente de la Sociedad, era el encargado de comunicárselo a la joven pintora, pero no lo hizo. "Un sábado de mañana, mi marido y yo salimos a palmear (33) y nos encontrarnos con Francisco Torné Gavaldá, un pintor español que vivía acá. Él me felicitó porque había sido elegida y me quedé sorprendida porque no lo sabía. Nadie me había dicho nada".

Debido a su carácter, no es de extrañar la decisión que tomó Olga. "El domingo a la mañana fui a la casa de Holden Jara, a quien no conocía personalmente, y le dije: 'me dijeron que fui electa pero nadie me comunicó y entonces vengo a preguntarle a usted que es el presidente.' Como respuesta hizo un comentario sumamente despectivo respecto a Josefina, algo que no esperaba y que me molestó mucho. No se me borró nunca. Muchas cosas se podían decir de ella, porque era muy especial, pero llamar en esos términos al más grande cerebro que teníamos en ese entonces en el arte era algo inconcebible e intolerable. No se lo conté nunca a Josefina, pero coincidentemente, como consecuencia de la manera que me habían tratado a mí al no comunicarme, renunciaron ella, Lilí y Laterza Parodi a la Sociedad." El quiebre ya era definitivo. "Nos unió el hecho de que ellos se habían retirado por defender una idea. Así surgió el Grupo Arte Nuevo. Era una actitud hacia el arte. Los viejos no querían que el arte se renueve, que cambie, y la actitud nuestra era que sí, que ya había cambiado. Guernica se pintó en 1937, 'Las Señoritas de Avignon' en 1907, Kandinsky en 1910 hizo el primer cuadro abstracto y nosotros estábamos en 1954 y no podíamos cambiar nada."

Lo concreto es que este cuarteto, con características personales diametralmente diferentes, pero que tenían en común la pasión por el arte y una visión más amplia del y hacia el mismo, no cejaba en sus sueños. "Primero nos reuníamos los cuatro en casa de Lilí, que vivía frente al Palacio de Gobierno, sobre la calle O'Leary, donde funcionaba la oficina de la fábrica de azúcar de Benjamín Aceval, de la que ella era dueña. Teníamos una reunión semanal, los lunes o los martes de noche. Llevábamos algo para comer y vino y nos reuníamos allí".

Las características y valoraciones personales tan diferentes de estas cuatro personas se constituyeron en una diversidad que fortaleció.

"Imaginate el grupo: a la cabeza Josefina, que era proletaria; Lilí, que era no una pequeña burguesa sino una burguesa liberada; Laterza Parodi que era un hombre que tenía una familia muy religiosa; y yo, pequeña burguesa, judía y no religiosa. Éramos cuatro personas distintas en absoluto. Pero nuestra relación tenía un eje, no familiar ni social, sino la lucha por renovar el arte. Había un gran respeto; se le respetaba a cada uno en su derecho de hacer de su vida lo que quería mientras que no hiciera mal a otros. Y así fuimos amigos por tanto tiempo. Muy diferente era lo que hacía Lilí de lo que hacía yo, que éramos las pintoras, porque Josefina y Parodi eran ceramistas; nos gustaba y respetábamos las soluciones visuales formales que cada una daba a su obra pero no había admiración entre ella y yo. Mi admiración sólo era por Josefina en lo referente a su parte intelectual. Y Laterza Parodi se sentía el hombre que nos protegía a las tres mujeres; era una buena persona que tenía mucha sensibilidad artística, pero no era un intelectual, ni leía ni había estudiado; encontró su camino de creador artístico cuando estudió cerámica con Josefina en el Centro Cultural Paraguayo-Americano.

Se conformó así un grupo definitivamente trasgresor a lo acostumbrado en el arte local y que además no se inscribía en lo socialmente bien visto ni aceptado, por eso muchos los calificaron como irreverentes. "Personalmente no me consideraría irreverente. Yo soy muy convencional, siempre fui muy tradicional."

Las cosas no resultaron fáciles para este grupo inmerso en una sociedad muy tradicional que oponía fuerte resistencia a una postura más abierta en cuanto al arte, a la introducción de nuevos conceptos y nuevas valoraciones, a pesar que desde años atrás en el mundo se manejaban los conceptos de modernidad en el arte. Y para abrir esa puerta cerrada con candado había que poner empeño y corazón. "Había entusiasmo y para nosotros era lógico hacerlo, porque hacía falta, Queríamos realizarnos nosotros y cambiar la estructura rígida que había en el país en cuanto al arte. Además las circunstancias empujaban, Por ejemplo, en una asamblea de la Sociedad Paraguaya de Artistas Plásticos yo propuse que se cree una biblioteca de arte y Bestard me contestó 'que se vayan bajo los puentes de París a leer los libros de arte.' Yo me quedé fría, pero ese era el concepto. O cuando se abrió la Escuela de Bellas Artes, en el año 1957, el método de enseñanza era que los maestros daban sus propios cuadros a los alumnos para que los copien, y eso por supuesto no dio frutos. Todo eso no podía ser ni para mí ni para Josefina ni para Lilí. Nosotros hicimos lo otro, con cincuenta años de retraso. El arte abstracto nació y se consolidó en 1910 cuando Kandinsky escribió "De lo espiritual en el arte", comparando el arte abstracto con la música. Estábamos en 1954 y la palabra 'abstracto' era una 'mala palabra' para los artistas que manejaban el arte en el Paraguay. Por eso digo, nosotros sólo abrimos la puerta."

No había mucha gente que los apoyara, pero poco a poco se acercaron otros artistas plásticos, escritores, profesionales y empresarios, a quienes unía una forma de pensar más amplia y las ganas de renovar. "Así empezó a ser como un núcleo intelectual y los que éramos pintores, artistas visuales, formamos el GRUPO ARTE NUEVO".

Como era de esperar, quisieron hacer una exposición, pero el problema era dónde. "Cuando Ofelia Echagüe Vera vino de Buenos Aires, trajo sus cuadros pintados allí y expuso en el Centenario(34). Un día fue al salón donde se exponían y no los encontró, le dijeron que se descolgaron porque había un té de señoras y que no podían quedar allí 'porque hay muchos desnudos'. No hay que extrañarse, basta recordar que en el Vaticano un papa tapó los desnudos del juicio Final. A nosotros no nos iban a dejar exponer en el Centenario, jamás. Ahí por ejemplo estaba prohibida la entrada de judíos, gente como Josefina y como Lilí menos aún. En el Unión Club (35) tampoco. Todos eran muy chuchis (36)." Las alternativas no eran muchas, no había galerías de arte ni salas de exposición independientes. Fue a Lilí a quién se le ocurrió la idea de exponer en las vidrieras de los negocios de la calle Palma. No faltó un '¡estás loca!', pero ella peleó por su idea, y lo consiguió. "Era una figura comercial importante y consiguió que los dueños de los locales nos permitieran exponer nuestros cuadros".

Días antes de la exposición, en el diario La Tribuna, se publicó un comentario que RAMIRO DOMÍNGUEZ había escrito el 27 de junio de 1954, titulado 'POR UN ARTE NUEVO':
 "De aquí a poco, verá nuestro público asunceno una exposición singular; un grupo inquieto de artistas saliéndose al paso, poniendo un hito en el trajín callejero, con sus cuadros y cerámicas. Ocupando los escaparates de tiendas y negocios -no por hacerse vendibles- sino para entregarse a la crítica de cuantos reciban el impacto de su presencia. Es el arte, prodigándose a todos: al erudito y al lego. Que interesa del juicio tanto del peatón indolente, como del crítico avezado.

Nuestro público, poco atento aún a las manifestaciones del arte, remiso en llegar hasta las bibliotecas y salones de exposición, se topará así, de bruces, con una auténtica exposición que sale a buscarle; que prodigándose sinceramente alienta la confianza en la sinceridad del pueblo.

Si no fuera por implicaciones que el término acarrea, diríamos que es ésta una evidente 'socialización de la cultura'. Una auténtica exposición -dijimos- aunque no la primera entre nosotros -pues ya el mismo grupo de artistas nos ha venido asombrando con sus trabajos de muestras anteriores- ésta se llevará la primacía, no tanto por lo insólito y atrevido de su presencia callejera, cuanto por ofrecernos reunidas las obras de cinco artistas indiscutidos de nuestro medio.
 

 DOS CERAMISTAS:

·         JOSEFINA PLÁ, estilo, vigor y maestría. Su inquietud y evasión perennes, no la hacen soslayar los postulados del arte eterno: símbolo, claridad y equilibrio.

·         JOSÉ L. PARODI: enorme intuición. Tensa virilidad titánica, rapidez, abstracción incomparable en las formas.

DE LOS TRES PINTORES, dos tienen afinidad; como de anverso y reverso. Sus artes se hacen réplica en el mismo asunto:

·         OLGA BLINDER DE SCHVARTZMAN y

·         LILÍ DEL MÓNICO.

LILÍ: dinamismo y rebeldía. Agudo sentido del ritmo. Riquísima valoración cremática. Sus cuadros, a veces, piden las dimensiones de un mural, o nos traen reminiscencias de los 'vitraux', como en la moderna 'Capilla' de Matisse.

OLGA BLINDER: honda dimensión emocional. Serenidad y mesura -frutos de metódica autocrítica-. Sus líneas y colores se subordinan a la intención -siempre dictada desde adentro- sin llegar al 'cerebralismo' en el arte, el suyo es arte racional -con sentido-pletórico de humanidad.
Filártiga, un mundo interior enorme. Manifestándose, a veces, en eclosiones violentas. Patetismo, intuición aguda; obstinada introversión. Lo inacabado y esquemático de sus obras, responden a la celeridad y violencia de su inspiración. Poca labor de autocrítica.

En todos, por igual, cabe ajustadamente el epíteto de 'arte nuevo'. Arte en renovación -diría yo-. Realizándose, y madurando con sus propias experiencias. Es tiempo de que ya no se hable más de 'arte reaccionario'. Ya han pasado cien años de experiencias nuevas en el arte, y no hay por qué reaccionar contra lo superado.

El arte clásico es un venero inagotable de hallazgos estéticos -como lo es el del antiguo Egipto, o el de los mayas-. Pero ya ni el más simple de hoy día se siente totalmente a tono con la actitud estética de un Ingres, o un David. Como la musa de Bécquer, o Epronceda, comienza a ponérsenos un tanto baladí.

Y a los que salgan en pro de reivindicaciones espirituales en el arte, diremos que nada más espiritual que todas las tendencias y creaciones del arte nuevo. Precisamente ahí está su origen: en la íntima convicción de la impotencia del arte clásico. Y no, como pretenden algunos, en la confesión de que la escuela clásica es 'insuperable'.

El arte moderno es más espiritual. Quebranta la verdad física. Disloca o suprime -reduce y abstrae- para hacer más aparente la Verdad, sin cuerpo. Para que las formas se alumbren con el Destello que viene de lo hondo.

El artista de hoy ya no pretende expresarnos cuan bello sea el cuerpo humano, las irisaciones maravillosas de la luz, la transparencia del agua. Ni se complace ya, haciendo juegos caprichosos de luces y sombras. Todo eso lo aprendimos, hasta la saciedad, con veinte siglos de sumisión a la naturaleza. Y esta es otra gran verdad: clasicismo, es sumisión del hombre y del arte al 'estado de naturaleza'.

Pero en dos mil años, demasiado acopio se hizo de experiencias amargas: Ni el cuerpo humano es tan bello, ni puede ser nuestro 'vaso de elección'. Ni las leyes naturales son siempre saludables; y a veces, nos dejan muy hondo su aguijón de miseria y vergüenza.

Por ello, esa evasión del arte nuevo, aún cuando pretenda expresar las miserias humanas -entonces precisamente- hay evasión, desolada huida. Introversión desesperada, en busca de lo inmutable y perenne.

Místico desposorio con los sueños. ¿Que si esta pretensión es auténticamente estética? Ni dudarlo. Pues si los clásicos nos sedujeron tan largo tiempo, proponiéndonos como ideal de belleza a la verdad, aparente en la naturaleza, ¿cuánto más hay aquí venero de belleza imponderable, donde se quebrantan las apariencias, para develar la Verdad y por ella, recibir ese contagio de infinito, fuente de los más inefables estremecimientos estéticos? ¿Que esto se realice, con el arte nuevo? Evidentemente, siempre y cuando surja el genio. Y esto, ya no es competencia de sistemas o tendencias del arte, sino de Dios..."

Fue así como OLGA, LILÍ, JOSEFINA y PARODI expusieron sus obras del 17 al 24 de julio de 1954 en las vidrieras de los locales de la Compañía Comercial del Paraguay, Casa London, Casa Antonio Ribera, Embassy, Confitería Vertúa, Farmacia Vicente Scavone, Atlas S.A., Pérez Ramírez y Cía, Gefico, Librería Universal, El Alba, El Hogar, Casa Campos e hijos y Libster, todos ellos ubicados sobre la calle Palma, entre Alberdi y Convención (la actual O'Leary). También expusieron sus obras EDITH JIMÉNEZ, RUTH FISCHER (pintora norteamericana), JOEL FILÁRTIGA (un joven estudiante de Medicina) y MARIANO GROTOVSKY (pintor polaco) quienes apoyaban la renovación.
 La crónica de un diario de la época señalaba que la actividad estaba "inspirada por el nobilísimo propósito de informar al público en torno de un sentido definidor de arte nuevo, tanto en pintura como en cerámica."

Eran cuadros modernos, que rompían con lo visto convencionalmente en nuestro país hasta entonces. El objetivo era transmitir un mensaje de lo nuevo, lo diferente. "Entonces no éramos personas conocidas y nos parábamos a escuchar lo que decía la gente, que se burlaba de nosotros, decían que no sabíamos dibujar, de todo decían." Pero ellos continuaron y un mes después la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos los invitó a Buenos Aires para exponer sus obras. Así, en agosto, llevaron sus cuadros, más las cerámicas de JULIÁN DE LA HERRERÍA, al exclusivo salón bonaerense. "Era una exposición importante en el Centro de Artes Plásticas, que estaba ubicado sobre la calle Florida".

El catálogo de la exposición, a más de las referencias personales de los cinco expositores, incluía un comentario titulado 'Las Artes Plásticas Paraguayas, en el cual se hacía un breve repaso de la historia pictórica y artística del país, deteniéndose finalmente en los miembros de este grupo de artistas:

"Durante el período colonial, las artes plásticas, como producto local, son inexistentes en el Paraguay, excepción hecha de la suntuaria religiosidad. En los escasos monumentos barrocos que restan, un estudio concienzudo permitiría atribuir una parte por lo menos a artistas locales.

El Gobierno de (José Gaspar Rodríguez de) Francia no dio oportunidad a manifestaciones artísticas. A los López se deben las primeras iniciativas de carácter positivo y durante el mandato de D. Carlos Antonio surgen vocaciones que no llegan a dar pleno fruto por circunstancias históricas de todos conocidas.

Sólo alboreando este siglo se produce por fin el primer hecho trascendente en la crónica de las artes plásticas paraguayas: entre los años 1903 y 1910 van a Europa, becados para estudiar pintura, varios jóvenes, que junto con otros pocos igualmente becados entre 1920 y 1930, constituirán durante largos lustros y hasta hace poco el núcleo rector del ambiente artístico.

Estos artistas formados en los principios del academismo unos, del impresionismo otros, no vuelven, salvo rara excepción, a salir del país. La mediterraneidad paraguaya transfiere su fatalidad geográfica a todos los órdenes culturales, y la pintura no escapa a la regla. Las actividades artísticas se desenvuelven pues sin el conveniente amplio contacto con el exterior, y los jóvenes que van surgiendo quedan a poco andar estacionados estéticamente debido a la penuria del ambiente formativo.

Es así como durante esos cuarenta años en que podría haberse creado una tradición, apenas si se formó una rutina, y exceptuando la obra aislada de un ANDRÉS GUEVARA (realizada por otra parte fuera del país) dentro de éste hemos de llegar a 1946 para anotar los primeros indicios concretos de inquietud renovadora. El regreso, en esa fecha, del único becado de ese decenio, OFELIA ECHAGÜE VERA, enfervoriza el sector femenino. Algunos pintores extranjeros que trabajan en el medio aportan un sentido vital de la pintura con el cual se identifican ávidamente las ansiedades latentes. Se establecen clases en las cuales se da una enseñanza más a tono con las actuales corriente estéticas, y se efectúan las primeras exposiciones que rebasan el academismo en la forma, y en la intención, el localismo pintoresco. Y finalmente (1950) aparecen los primeros epígonos del movimiento renovador que son, por el momento, y casualmente, mujeres: OLGA BLINDER DE SCHVARTZMAN, LILÍ DEL MÓNICO y EDITH JIMÉNEZ.

En conjunto, este movimiento no ha ultrapasado la etapa de lo figurativo salvo en los ensayos de un recién llegado al grupo renovador: JOEL FILÁRTIGA.

 Unifica a los artistas nombrados su ansiedad sincera por renovar paralelamente con la forma el contenido de la pintura paraguaya incorporándole la palpitación humana, el don comunicativo. OLGA BLINDER DE SCHVARTZMAN en la cual la emoción busca siempre integrarse intelectualmente, halla su complementaria en LILÍ DEL MÓNICO en la que predomina un sentido decorativo. Más avanzados formalmente EDITH JIMÉNEZ y JOEL FILÁRTIGA se hallan aún en pleno ensayo.

JULIÁN DE LA HERRERÍA (ANDRÉS CAMPOS CERVERA) representa el aporte original del arte paraguayo al concierto continental. Pintor y grabador, deriva en 1920 a la cerámica a través de la cual propugnó un arte que hundiendo sus raíces en el subsuelo americano tendiera, no obstante, a lo universal en valores comunicativos. Para la integración de esa finalidad señaló en las distintas etapas de su obra otros tantos caminos. Su muestra en 1933 en Buenos Aires tuvo gran resonancia crítica.
JOSEFINA PLÁ, esposa del anterior, continúa la obra cerámica revalorizadora del tema americano iniciada por el maestro; en 15 años de constante labor crea un ambiente y forma alumnos. De los numerosos rumbos indicados en la obra de aquél elige el que cifra posibilidades de orden folklórico.

JOSÉ L. PARODI, alumno de JOSEFINA PLÁ, elige otro de esos múltiples rumbos potenciales. Sus formas estilizadas reúnen sabor moderno y ritmo autóctono. Su técnica preferida es el engobe que constituye el carácter de sus motivos. Una neta continuidad caracteriza la obra de estas tres generaciones de ceramistas y autoriza la conclusión establecida por la crítica de otros países, de la existencia de una escuela ceramística paraguaya."

Respecto a la exposición, el 2 de septiembre de 1954, la crítica de arte ELDA DEGROSI decía en su comentario del periódico Democracia de Buenos Aires:

'En la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos se inauguró una interesante muestra de pintura y cerámica paraguayas, en la que figuran obras de las pintoras LILÍ DEL MÓNICO y OLGA BLINDER y los ceramistas JOSEFINA PLÁ, JOSÉ PARODI y JULIÁN DE LA HERRERÍA. De este artista podemos admirar pocas piezas que son verdaderas joyas, como un bellísimo plato, donde el contenido de forma y color sumamente fino está sostenido por una depurada técnica que consigue siete reflejos distintos en una misma cerámica. Sabio en el oficio y hondo intérprete de la rica decoración de acervo precolombino, JULIÁN DE LA HERRERÍA se convierte en un magnífico realizador del motivo guaraní y es el creador de una escuela de cerámica que continúa JOSEFINA PLÁ, de quien podemos admirar en esta muestra miniaturas de motivo guaraní arcaico y moderno. De riqueza rítmica y fino cromatismo son también las piezas de PARODI, en las que se advierte una marcada personalidad que por su contenido formal y cromático parece demandar algo de más envergadura que un objeto decorativo.

Así como en cerámica podemos admirar los magníficos resultados, en pintura sólo podemos alentar la inquietud de renovación y búsqueda que podría ser estéril de continuar en la desorientación plástica o mala interpretación de los elementos modernos, como vemos en las pinturas de LILÍ DEL MÓNICO, que si bien su espíritu se inclina a lo decorativo no debe desconocer las leyes imprescindibles a toda buena pintura, o sea lograr equilibrio rítmico completo en la selección de rectas y curvas que constituyen elemento de forma, estudiar la armonía cromática educadora de la sensibilidad pictórica, rechazar los efectos estruendosos de los tonos vibrantes sin peso óptico y estudiar de las fuente natural las formas y espacios para no caer en una burda monotonía. OLGA BLINDER presenta una pintura más interesante, ya que, y lo que es más importante, parte del ambiente real, valoriza el rico material humano que la rodea en su tierra y trata de expresarlo. En "Flores amarillas" la armonía cromática es hermosa y muy personal, esta composición bien estructurada en equilibrio de curvas y rectas, no está en sus figuras sobre motivos populares".

En el número 14, año II, de la revista Panorama, aparecida en 1954, se hacía referencia a la exposición en las vidrieras:

"Nuestra ciudad fue gratamente sorprendida en estos días con la iniciativa de un grupo de destacados artistas de nuestro medio, de exponer sus obras en las vidrieras de las principales casas comerciales de Asunción. No puede merecer sino aplausos esta iniciativa, cuya principal finalidad es la de interesar al público, mediante su educación, en la digna labor en pro del arte y la cultura paraguaya, que cumplen sus esforzados autores".

A continuación, en dos páginas se publicó un comentario de JOSEFINA PLÁ sobre el arte contemporáneo, donde destacó:

"es un arte solidario que pide a cada hombre su esfuerzo. En este sentido es un arte democrático. Él forma parte de la cadena de responsabilidades que el momento histórico apareja para el hombre."

El grupo fue creciendo, y a las semanales reuniones comenzaron a asistir los pintores FRANCISCO TORNÉ GAVALDÁ, WOLF BANDUREC, LEONARDO TORFS, MARIANO GROTOVSKY, PEDRO DI LASCIO, IGNACIO NÚÑEZ SOLER, EDITH JIMÉNEZ, LEONOR CECOTTO, HERMAN GUGGIARI, LUIS TORANZOS, HERMINIO GAMARRA FRUTOS, MONTSERRAT SOLÉ, GUILLERMO KETTERER, ALICIA BRAVARD; jóvenes inclinados a la literatura, como RUBÉN BAREIRO SAGUIER, JULIO CÉSAR TROCHE, CARLOS VILLAGRA MARSAL, HÉRIB CAMPOS CERVERA; profesionales y empresarios como el doctor JUAN MAX BOETTNER y DOMINGO FRANCCHI, gerente de una empresa italiana. "Comenzamos cuatro y después se fue ampliando; entraron los que estaban convencidos y también los que lo hicieron 'porque estaba bien', cuando ya Arte Nuevo se hizo famoso y ellos pensaban en el futuro. Algunos entraron como estrellas fugaces, como ALDO DEL PINO, otros con un paso un poco más grande pero no del todo, como JOEL FILÁRTIGA y otros que permanecieron, como (CARLOS) COLOMBINO, que era un chiquilín de 16 o 17 años al que RUBÉN BAREIRO, su profesor en el Colegio Nacional, lo trajo un día a casa para que vea sus dibujos y lo conozca. Por eso siempre digo que figurativamente hablando Rubén fue su padre y yo su madre, y fuera de lo figurativo, él es mi amigo ...por eso puede hablar mal de mí con todos. Los tres, DEL PINO, FILÁRTIGA y COLOMBINO, eran los más jóvenes del grupo. Así formarnos un pequeño grupo que en definitiva se reunía por simpatías mutuas y al que uno le traía a otro, creciendo."
 Un acto de justicia es recordar a dos artistas extranjeros que aportaron mucho: JOÂO ROSSI y LIVIO ABRAMO. "Rossi fue el que nos abrió la mente a la modernidad. Tampoco hay que olvidar que en el arte paraguayo tuvo más trascendencia Livio Abramo que muchos artistas del país."

 El GRUPO ARTE NUEVO no tuvo una fecha de fundación. "Se fue creando, fue naciendo". No tuvo reglamento ni estatutos, nada de formalidades; sólo un grupo con mística que se reunía y concretaba cosas, teniendo como principios la libertad en la creación y la autenticidad, sin perder de vista al ser humano en el todo. Y quizás por eso no se diluyó nunca. "La exposición en las vidrieras fue un desencadenante. El Grupo Arte Nuevo no hizo nada especial. Éramos un grupo que se reunía con ese placer de pasarlo juntos como parte de lo que se hace, sin rigideces. Y así abrió una puertita que estaba cerrada, para que pudiera entrar la modernidad."

 Si bien la lucha tuvo como aspecto central lo artístico, sería necio desconocer el factor ideológico y, obviamente, el cultural, para así llegar a una actitud de vida renovada. "Era parte de la historia; se luchaba contra el conservadurismo y el estancamiento, y lo hacíamos personas tan diferentes como éramos los cuatro, que -de una u otra manera- éramos vistos como marginales en una sociedad tan cerrada."

Ironía del destino, coincidencia o como quiera llamársele, pero al tiempo que asume la presidencia de la República Alfredo Stroessner, quien sometería a lo largo de casi treinta y cinco años a todo un pueblo, surge un grupo que busca una mayor amplitud y tolerancia. E14 de mayo de 1954, el grupo estaba reunido festejando el cumpleaños de Lilí y dando forma concreta al proyecto Arte Nuevo. "Vino Patrón Encina, que había sido el novio de Beba, la hija de Lilí, y nos dijo 'váyanse porque hay un golpe, lo mataron a Roberto L. Petit, está tomada la policía'. Chávez era el presidente. Y nos fuimos. Primero íbamos a llevarle a EDITH JIMÉNEZ a su casa, que quedaba en las calles Fulgencio R. Moreno y Yegros, pero se había cerrado ya la calle Estados Unidos: la ciudad estaba sitiada. Tuvimos que quedarnos en casa; ella justo tuvo tiempo para llamar a su casa y avisar porque segundos después se cortaron las líneas telefónicas. Las casualidades: empezó la era Stroessner, en la misma época que se estaba armando Arte Nuevo, que era una nueva mentalidad, no solamente un grupito de artistas: era una nueva forma de pensar, a través del arte." Sí, se habían diseñado dos caminos: el de la libertad, el crecimiento, el respeto, la denuncia, la solidaridad y la democracia; en contraposición a la opresión, el achatamiento, la violación de los derechos inherentes al ser humano, la sumisión y el autoritarismo. Los dos dejaron sus secuelas.

Tres ingredientes condimentaron esta creación: valores estéticos actualizados, una casi apasionada autenticidad y criterios ideológicos compartidos. "Esa fuerza de la lucha hace que se junte gente muy diferente, con distintos pensamientos y distintos orígenes. Pienso que en las revoluciones tiene que haber pasado también eso; en la Revolución Francesa habrá sido así, en la revolución comunista habrá sido así y sé que en la guerra civil del '47fue así. Si bien es cierto que en ese entonces no sabíamos qué vendría después, coincidió que el mismo año que subió Stroessner se creó el GRUPO ARTE NUEVO; ellos se dieron cuenta de quién era el enemigo recién nueve años después, cuando cometí el error de llamar a mi obra 'LOS TORTURADOS'. Ahí empezaron a fijarse y a partir de entonces fue que nuestra lucha se volvió abierta."

 En una entrevista publicada el 13 de enero de 1982 en La Tribuna, Olga decía que "en su momento el Grupo Arte Nuevo cumplió una función de apertura hacia lo que estaba pasando en el resto del mundo. Como todo movimiento que se inicia, en su primera etapa no pudo llegar a actualizarse con respecto a lo que el arte en otros países había alcanzado. Pero fue necesario que existiera, para que después otros movimientos encontraran las puertas abiertas para seguir avanzando y seguir cumpliendo etapas, lo que hizo posible que en estos momentos el arte paraguayo esté a la altura de cualquiera de los otros países latinoamericanos, y no muy lejos del resto del mundo. "

En un manuscrito de la época -un trozo pequeño de papel, amarillento y escrito con lápiz de papel- guardado en su archivo, se lee lo que Olga escribía sobre el GRUPO ARTE NUEVO: "Los componentes de este grupo deben estar siempre dispuestos, observar toda manifestación artística, especialmente plástica, y tender una mano a todo intento de superación, sobre todo a las personas que comienzan a hacer sus intentos plásticos y en quienes el grupo ve posibles buenos artistas. Estar en contacto con grupos y entidades artísticas del exterior y locales, que tengan las mismas o similares ideas para propiciar exposiciones, conferencias y cualquier intercambio útil a la cultura en general. Tener en cuenta que la crítica es uno de los factores más importantes que guía la cultura plástica del pueblo y ayudarla en todas las formas a su alcance, como ser publicando artículos periodísticos, críticas sobre exposiciones, dando conferencias y charlas, reproduciendo artículos de publicaciones del exterior que se consideren interesantes a nuestro medio." Este era el espíritu, la esencia.

Al cumplirse el cincuenta aniversario de la creación del Grupo Arte Nuevo, Olga Blinder es la única sobreviviente de estos cuatro artistas independientes, que lograron abrir la puerta a la modernidad. (Páginas 147 a 151)
 

NOTAS

33 Palmear: Denominación que se daba a los tradicionales paseos por la calle Palma los sábados por la mañana.

34 Centenario: Exclusivo club del Paraguay, fundado en el año 1937, cuyos socios pertenecen a la clase económica más alta del país.

35 Unión Club: Tradicional club del Paraguay que en esa época reunía a lo más selecto de la sociedad.

36 Chuchi: Expresión con que en un lenguaje coloquial se denomina a lo más granado de la sociedad.

 

 

Técnica mixta sobre duratex de 50 x 50 cms. Año 1998

Pagina 198 del libro OLGA BLINDER UNA BIOGRAFÍA

Autora: Teresa Goossen, Asunción. Año 2004

 

 

" Me gusta ahí la mancha transformada, así muy sutilmente, sin demasiados rasgos.

Es de las últimas obras que realicé"- Olga Blinder

Técnica mixta * Colección privada

 

 

 

GUERRA EN IRAK

" Cuando se dio la invasión de Irak hice unas obras con pintura y collage:

dos o tres tenían las fotografías de Bush, Sadam Hussein, Aznar y otros,

todas recortadas y pegadas.

A mí me llegaban mucho esas obras porque eran muy auténticas"- Olga Blinder

Técnica mixta sobre duratex de 61 x 68.5 cms. * Año 2003

 

 

SEÑORITA SIN PIES NI CABEZA - INSTALACIÓN 

 " Yo ya tenía esta obra y la presenté en una exposición organizada por Ticio (Escobar) en 1978.

Esa fue la primera exposición de instalaciones en Asunción, pero se llamaba de otra manera:

ARTE CATASTRÓFICO. Eran todas cosas raras"- Olga Blinder

INSTALACIÓN (Muñeca de trapo con accesorios. Dimensión variable)

 

 

 

 

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