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PEPA KOSTIANOVSKY

  NO QUIERO YO QUE SE ENOJE (LA LUJURIA) - Cuento de PEPA KOSTIANOVSKY


NO QUIERO YO QUE SE ENOJE (LA LUJURIA) - Cuento de PEPA KOSTIANOVSKY
NO QUIERO YO QUE SE ENOJE (LA LUJURIA)

Cuento de PEPA KOSTIANOVSKY


 
 .
NO QUIERO YO QUE SE ENOJE
 
(LA LUJURIA)
 
 
No quiero yo que se enoje mi mamá. Ella siempre arrima por mí la culpa. Y ahora ni Agüela ya no me defiende. Antes le decía para que no remate su nervio por la criatura.
 
Desde que yo me siento luego nosotro ya andábamo por la calle.
 
Agüela vino de la campaña para trabajar en casa de familia, porque hacia su valle no hay escuela y su patrona le iba mandar. Le mandó luego sigue, me parece. Ella dice que ya se olvidó nomá, por eso quiere que se le lea el diario que compra cuando sale esos crimen, o sea choque, desgracia kuera. A vete también presta de su amigo que son diariero, pero así le apuran todo para llevar otra ve y masiado le hace renegar. Nosotro nos reimo por ella y nos manda a la puta.
 
Agüela nos mostró la casa donde ella vino. Un día te dice que se hallaba y otro sique te dice que no daba gusto, que trabajaba como burra y que tenía hambre y que la señora se va a ir en el infierno porque cuando le pilló que estaba embarazada, le dijo que era puerca y le alzó en el micro para mandarle otra ve junto a su gente. Ella no se quiso ir porque su mamá le iba a pegar. Se bajó y se quedó ya por la calle. Dice que cuando eso por la puerta de la casa se ponía cartelito "senecesita ", pero nadie no le quería tomar porque ella era boba y contaba que se le echó porque se desgració. Y anduvo por el Mercado 4. Allí niko no falta el "agüentiempo ". Y las mercadera le llevaron en la Cruz Roja y le juntaron pañal y ropita. Masiado ella le agradece y se recuerda por ello que le ayudaron para tenerle a mi mamá.

Despue sique hacía changa por el mercado, pero le quiso a un tipo que le jodió y le metió de puta hacia el puerto.
 
Cuando se emborracha lo que da gusto iterei,
 
Porque ahí nos cuenta que se le puso todo nombre nuevo, Kity ndaje. Hasta ahora se le dice Ña Kity, y ella es Cripina. Y mi mamá es Lorenza, y se le decía Kitita y ya se le quedó. Agüela se halló porque en el kilombo estaban entre mucha que tenían hijo, y se ayudaban para cuidarle a la criaturada. Y la vieja le quería, porque era mitakuñai y venía por ella mucho cliente. Pero el tipo le sacaba todo su plata, entonces ella se quiso dejar de él, y él le hizo desastre, le cortó con botella rota. Le llevaron en el hospital, y el policía le dijo a la vieja que ella lo que iba a tener problema si se le mataba, porque era menor de eda.
 
La vieja le tuvo otra ve pena y le mandó junto a, una su pariente, Ña Angela, que tenía su kilombo en el Barrio River Plate. Pero era meno la clientela, y había sido la vacuna que se le puso en el primeroausilio le cortó su leche. Apena, apena le alcanzaba así para comprar el lechenido.
 
Y después sique mi mamá Kitita ya tuvo cinco año, entonce le llevaba en el semáforo para vender limón. Cuando eso dice que había más poco mitai por la calle y la gente le compraban. Había día mi mamá ganaba má con el limón que Agüela con su puterío.
 
Despue sigue ya se juntaron entre las puta, y la que no tenían cliente de noche hacían empanada y fritaban tempranito y se turnaban para venir a vender en la ruta, y traerle más a una nena y dos nenes que limpiaban vidrio, mientra las otra se quedaban a dormir y lavar la sábana.
 
Así anduvieron bien un tiempo. Pero, dice luego Agüela "a los pobre, la desgracia le quiere masiado" ¡Y vino por ello! Un militar borracho se enojó porque Ña Angela no le quiso má dar fiado y le metió enterito la bala por su cuerpo ¡Y le mató un poco! Se les llevó preso a todita las pupila. Por suerte sigue enseguida se le largó otra ve. Pero ahí la dueña de la casa no quiso más alquilar para kilombo. Y se quedaron por la calle.
 
Hei Agüela "Dios niko tapreta pero no tagorca", porque el Comisario Merne se gustaba de Zully y les metió en otra casita hacia Tembetary. Masiado se hallaron porque le siguieron completo su clientela. Allí dice que pusieron cantina y un coscrito era el mozo.
 
Y despee sique Merne cayó en desgracia, ya no sé má por qué era. Se le mandó en el Chaco, castigado.
 
Y ello sique se fueron otra vez a putear por la calle. Para má, mi mamá Kitita ya tenía 12 año y había sido se embarazó uta poco de lino de eso recluta-mi que solía venir para sacar el agua del aljibe y barrer la hoja del mango.
 
Agüela dice que ella no pilló nomá enseguida, si no le iba mandar echar. O sea yo era la que se iba echar y por lo visto tenía nomá luego que nacer y nací. El 25 de diciembre ¿Sabé donde? En esa Ecalinata de la Encarnación. El paí me bautizó Nativida, o sea Nati. No le llevaron en el hospital, porque estaban entre todita puta fichada masiado vece, y tenían miedo que se le mandara preso, porque mi mamá era muy mitakuñai..

Agüela decía ante por mí que traje la suerte, porque hubo revolución y se le echó al presidente. Y ahí vino otra vez del Chaco don Merne. Y le buscó a Zully hasta que le encontró y nos llevó todito de vuelta en Tembetary, en otra casa más linda, con baño moderno.
 
El ahí ya se quedó con Ña Zully , porque dice que su señora se fue con otro mientra él estaba en el confinamiento. Hicieron kilombo caté, don Merne le mandó a todita a hacerse permanente y tinte.

Ña Zully se hizo de "madama" y Taní y Lucila según don Merne ya estaban masiado gastada y les mandó en la cocina. Agüela tenía su cliente fijo, por eso nomá se quedó todavía. Se le trajo a unas cuanta nuevas. Y Mamá siqué dice que los hombre se peleaban todo por ella.
 
Y un día vino llegando un poco Calisto, y había sido era mi papá. Don Merne le quiso echar a patada y Agüela también, pero mi mamá lloró, lloró, lloró, y le dejaron para cantinero. Todo el día hacía problema porque era haragán y borracho. Don Merne le tenía que controlar otra ve en la cantina. A vece sique le echaba de ahí y no se podía ir en la pieza porque mi mamá estaba con su cliente. Entonces se iba en el cuarto de la criaturada. Había vece de tan borracho se caía luego encima de nosotro. Si no, sacaba su asunto para que se le toque. Agüela le pilló una vez cuando me sacó mi bombacha y me hizo sentar sobre su pito. Y ahí siqué casi le mató. Le jugó con un cuchillo por su pecho. Yo ya tenía seis año, me recuerdo bien cuando ella le gritaba:
 
-Te viá cortar tu bola y le viá dar para que coma el chancho. Inútil, infelí, puerco.
 
-Aña rako, vieja de mierda. Qué lo que tanto, mejor ya que aprenda, lo mismo va ser puta como vo y tu hija.
 
Don Merne no le perdonó. Le hizo pegar bien por su tayra kuera y despues le mandó preso. No supimo nunca más de él.
 
Agüela me llevaba en su pieza cuando no tenía cliente, porque mi mamá no me hacía má caso y lloraba todo el día. Ña Zully se enojó y le dijo que le iba a echar en la calle. Y ahí medio se mejoró otra ve. Pero tomaba la cerveza y la caña por todito su plata.
 
Entonce le dijo a Agüela para salir otra vez en la calle, o sea para salir yo en el semáforo. Y se pelearon grande, porque Agüela no quería y mi mamá le dijo que se iba a ir nomá conmigo. Empezamo a irno en el semáforo de San Martín y le llevamos a Luchi, el hijo de Briyi, que era bebé todavía . O sea que un dia nos ibamo con mi mamá y otro día con Briyi. Ella se quedaban por ahí y yo le alzaba al mitai y pedía para su leche.
 
Saliamo tempranito, escondido de Don Merne y de Ña Zully.
 
Así anduvimo mucho tiempo. Mamá se enredaba con eso tipo que anda de balde para que le den cigarrillo y cerveza. Pero le jodían todo y ella era otra ve la que compraba y le daba a ello. A vece, cuando veníamo ya estaba todito borracha y Agüela le tenía que meter en la canilla y acostarle.
 
Cuando la desgracia va pasar, pasa nomás luego. Esa ve llovía y hacía frío, ya era de noche porque mamá se fue con su amigo y no vino más. Nosotro estabamo descalzo y Luchí ni pantalón no tenía. Se pegaba anga por mi. Una señora bajó su vidrio y me dio un mil. Me preguntó si con quién pa estábamo. Me hice nomá yo de la boba. Había sido era la jueza y hace rato estaba pescando por nosotro.
 
Los policia nos alzaron en la camioneta. Y justito llegó mi mamá y le gritó toda cosa, pero lo mismo nos llevaron. Agüela se fue para traerme, pero la jueza no quiso que me fuera en el kilombo. Y me metió en el Hogar de Niña.

Esa ve a mi mamá le largaron pronto. Pero don Merne no le quiso recibir más. Y se fue ella en la Chacarita con su amigo.
 
Despue de un año por ahí, vino a hablar para llevarme. Le dijo a la jueza que ya se dejó de puta y que hacía tortilla para vender y firmó por un papel donde decía que me iba mandar en la escuela. Cuando salimo me dijo:
 
-Ya sos masiado grande. No te van a dar más de balde la plata. Mañana te vas a ir junto a tu agüela para que te enseñe a hacer la empanada o qué.
 
Me fui sola yo, porque ella no quería que don Merne le vea. Me hizo subir en el micro y me mandó. Me dijo que no vaya macanear y quedarme o qué por ahí. Y vine otra vez pronto porque Ña Zully no quería luego que se le traiga problema.
 
Tres año vivimo en la Chacarita, con Milciade y mi mamá. A vece él traía plata y le llevaba a farrear y ella estaba contenta, se reía todo de balde. Otro día sique él no aparecía una semana y ella lloraba. Otro día se emborrachaba y no se levantaba más de la cama.
 
Yo tempranito ya hacía todo mi empanada y salía a vender. Y Mamá sique cuando oscurecía se iba hacia la Plaza Uruguaya a buscar cliente. A vece les traía en la casilla. Cuando le escuchaba que venía, yo ya me bajaba y me acostaba en el piso. Pero si Milciade estaba, se iban en otro lado. Y después ella traía milanesa y caña.
 
Yo no le contaba lo que él me hacía porque sabía bien que se iba enojar conmigo. Pero ella nos pilló y nos pegó con escoba. Milciade le garroteó grande, le rompió todo su boca y le echó su diente. No vino más un mes por ahí.
 
Y mi mamá lloraba todo el día. No salía más ni a trabajar. Y no me hablaba, ni cuando le traía la caña. Por suerte, vino sique otra vez él y se arreglaron. Milciade tenía plata y compró una tele. Yo digo que por envidia lo que le habrán denunciado.
 
Mamá se fue hacia la Seccional y Milciades me mandó comprar la cerveza. Después yo ya dormí y él estaba viendo tele. Y entraron los policía con la jueza. Montón de droga estaba en la fiambrera, había sido
 
Me llevaron otra ve en el Hogar. Enseguida nos escapamo con mi amiga y nos fuimo hacia la Terminal. Ahí se van mucho los viejo a buscar la mitakuñai, sin falta se consigue cliente.
 
Mi mamá está en el Buen Pastor, pronto dice que ya va salir. Pero Milciade se peleó con otros preso en Tacumbú. ¡Y le mataron!
 
Agüela dice que mi mamá está como esas loca. Se rabia porque por mi culpa se fue la jueza en la casilla. Llora anga porque le traigo desgracia y siempre le hago perder su hombre.
 
Yo estoy juntando la plata para que ella mande poner su diente y hacer permanente para que esté linda. Así, yo digo que ha de encontrar otro que le quiera. Y ya no se ha de enojar más conmigo.
 
 

Fuente: PECADOS CAPITALES - SIETE CUENTOS. COLECCIÓN NARRADORES PARAGUAYOS © de los cuentos, de los respectivos autores © de esta edición Editorial El Lector. Director Editorial Pablo León Burián. Tapa: Marcos Condoretty, Ilustración de tapa "Los 7 pecados capitales", de Jerome Bosch (El Bosco) (1450 - 1516), pintor medieval holandés, precursor del surrealismo cuatro siglos antes de que esta corriente apareciera.
Ilustraciones interiores: Ricardo Migliorisi, Asunción-Paraguay. 2006 (117 pp.)
 
INDICE
 
Introducción
 
LA AVARICIA - Takate'y - Ramiro Domínguez
 
LA GULA - Una noche en la Embajada - Bernardo Neri Farina
 
LA ENVIDIA - Mazorca - Renée Ferrer
 
LA PEREZA - Correr tras el viento – Alcibiades González Delvalle
 
LA LUJURIA - No quiero yo que se enoje - Pepa Kostianovsky
 
LA SOBERBIA - Informe sobre Antenor - Francisco Pérez-Maricevich
 
LA IRA - Miranda Catorce - Helio Vera
 
 
INTRODUCCIÓN
 
SIETE ESCRITORES PARA SIETE PECADOS
 
Los pecados capitales fueron "seleccionados" por Santo Tomás (I-II:84:4): soberbia (orgullo), avaricia, gula, lujuria, pereza, envidia, ira. San Buenaventura enumeró los mismos. La cantidad concreta de siete fue establecida por San Gregorio el Grande y mantenida por la mayoría de los teólogos de la Edad Media. Escritores anteriores, como San Cipriano y Columbanus, hablaban de ocho pecados capitales.
 
El término "capital" no se refiere a la magnitud del pecado sino a que da origen a muchos otros pecados. De acuerdo con Santo Tomás (II-II:153:4), "un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable de manera tal que en su deseo, un hombre comete muchos pecados todos los cuales se dice son originados en aquel vicio como su fuente principal".
 
A cada uno de los pecados capitales se contrapone una virtud. Así, ante la soberbia tenemos la humildad; ante la avaricia, la generosidad; ante la lujuria, la castidad; ante la ira, la paciencia; ante la gula, la moderación; ante la envidia, la caridad, y ante la pereza, la diligencia.
 
En este libro editado por El Lector, se reúnen siete escritores para escribir cada cual un cuento sobre un pecado capital específico. El volumen no es un tratado teológico ni filosófico. Es literatura pura, y desde ella se abre una visión de la realidad del Paraguay pasando por aquellos vicios estipulados por Santo Tomás como cabezas de otras tantas faltas, mortales y veniales.
 
En estricto orden alfabético de sus respectivos apellidos, Ramiro Domínguez (la avaricia), Bernardo Neri Farina (la gula), Renée Ferrer (la envidia), Alcibiades González Delvalle (la pereza), Pepa Kostianovsky (la lujuria), Francisco Pérez-Maricevich (la soberbia) y Helio Vera (la ira), establecen una relación ficcionada (y no tanto) entre aquellos pecados que obsesionaban a los cristianos medievales (quienes no dudaban en cometer-los frecuentemente) y el escenario de nuestra historia y nuestro presente en el Paraguay, un país donde pecados o virtudes son tales según el cristal con que se mire, o la conveniencia coyuntural de individuos o colectividades políticas, intelectuales, gremiales, empresariales, sociales, barriales, deportivas, etcétera, etcétera, etcétera.
 
Los siete pecados capitales dieron origen, en este caso, a siete cuentos congregados en este libro que asocia a narradores paraguayos poseedores de la virtud (¿o el pecado?) de escribir muy bien. Que lo disfruten. - EL EDITOR

 
 
 

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