“LA PRENSA” Y LA CORRUPCIÓN
Por ALCIBÍADES GONZÁLEZ DELVALLE
alcibiades@abc.com.py
En algún lugar después de la vida.
Sopla un viento suave que pareciera salir de las burbujas de la luna, escondida entre nubes. Una silueta humana se recorta en la inmensidad de la nada, en la inmensidad del silencio. Desde lejos se acerca una sombra que se diluye en la figura de un hombre. Se queda quieto, duda, intenta dar otro paso pero una voz le detiene.
–Le estaba esperando
–¿Sabía usted que vendría?
–Siempre lo supe. Nadie se escapa
(El recién llegado es Néstor Collar y quien lo recibe, Blas Garay. Collar había asesinado a Garay)
Collar: ¿Hace tiempo que me espera?
Garay: Aquí el tiempo no existe. El tiempo en la tierra es muy breve, más breve aun cuando se le quita la vida a un ser joven
Collar: También a mí me robaron la vida
Garay: Por motivos muy distintos a mi muerte prematura
Collar: Todas las muertes son prematuras, aunque se viva cien años
Garay: Si cien años son prematuros ¿qué le dice 26 años?
Collar: Intelectualmente usted tenía mucho más. Normalmente un joven de 26 años...
Garay: ¿Todavía no es doctor en Derecho, ni hace investigaciones históricas, ni publica libros, ni es director de un diario? Hice mucho más: amé a mi patria desde la ética como se la debe amar.
Collar: ¿Es ético valerse de la inteligencia, la popularidad, el prestigio, para hundir en el descrédito...?
Garay: ¿A un delincuente?
Collar: Mi padre...
Garay: Robó al Estado. En mi periódico “La Prensa” publiqué los documentos probatorios.
Collar: Insuficientes para que usted se ensañara contra un hombre público, un funcionario...
Garay: Precisamente por ser funcionario lo denuncié con energía. Hice lo que corresponde a un periodista. ¿Cuál es, entonces, la función de la prensa? ¿Qué noticias debe llevar a la opinión pública? El robo existió. ¿Sigue creyendo usted que arruinaría mi fama por difundir falsas acusaciones? ¿Cree usted que esos documentos los inventé yo? Salieron de las propias oficinas del Estado.
Collar: ¿Y usted confió en documentos que le hicieron llegar de alguna oficina estatal?
Garay: Si piensa usted que ha sido una intriga política está equivocado. Cuando se los denuncia, los corruptos se defienden con la gastada “persecución política.” Con las pruebas en mis manos, me aseguré de que eran auténticas. Entonces publiqué: “...con motivo de la impresión de algunas leyes dictadas por el Congreso, contratada sin subasta. Cuatro son los folletos en que se cometió la defraudación; pero en el auto solo hay noticias relativas a tres, que son la Ley del Matrimonio Civil, la Ley de procedimientos para la justicia de paz y la Ley de enjuiciamiento de magistrados. Los tres costaron únicamente $ 2.160; pero el Estado pagó por ellos $ 25.500. La defraudación, pues, alcanza a $ 23.340, sin contar la que hubo en la impresión de la Ley Orgánica de los Tribunales. No es todo: de la Ley de enjuiciamiento de magistrados se contrataron 5.000 ejemplares a $ 1.20 cada uno; pero únicamente se hicieron 1.000, que en todo caso costaron $ 300. El fraude no fue, pues, aquí solo en el precio sino también en la cantidad...”
Con estos documentos exigí al gobierno que interviniese. Pero no lo hizo sino con vagas promesas. Entonces le critiqué también al presidente de la República. Su desidia era muy parecida a la complicidad. Cuando el país es gobernado por alguien que no ve el delito, porque el delincuente es su correligionario, pariente o amigo, nunca saldrá adelante. No se puede gobernar sin moral.
Fuente: ABC Color (Online)
www.abc.com.py
Sección: OPINIÓN
Domingo, 31 de Mayo de 2020
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