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ALCIBÍADES GONZÁLEZ DELVALLE

  ...EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS - Por ALCIBIADES GONZÁLEZ DELVALLE - Domingo, 06 de Mayo de 2018


...EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS - Por ALCIBIADES GONZÁLEZ DELVALLE - Domingo, 06 de Mayo de 2018

...EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

 

Por ALCIBIADES GONZÁLEZ DELVALLE

 

alcibiades@abc.com.py

QUERIDO HIJO:

Suena el teléfono en el despacho de la ministra de la Corte Suprema de Justicia, Alicia Pucheta. 

-Hola 

-Buen día, señora ministra, soy Horacio Cartes 

-Cómo le va, señor presidente 

-¿Tiene dos minutos? 

-20, señor presidente 

-Muchas gracias. Estaba nomás pensando... 

-Usted dirá 

-Quiero seguir sirviendo a mi país con el mismo vigor y entusiasmo con que lo vengo haciendo desde hace cinco años. No me creo imprescindible, pero a mi edad, con mi experiencia, mis buenos deseos, es mucho aun lo que puedo dar a nuestro querido país. Ya habrá usted escuchado de mis intenciones de ser senador activo 

-Así es, estoy enterada 

- ¿Y qué le parece? Apenas se supo aparecieron las voces malvadas de siempre; esas que interpretan la Constitución Nacional a su antojo y capricho. Ya me jodieron... perdón, ya impidieron que me candidate a un segundo mandato presidencial cuando el art. 229 dice claramente que el presidente de la República y el vicepresidente “no podrán ser reelectos en ningún caso”. En ningún caso, según mis abogados constitucionalistas, se refiere solamente a “ningún caso” y no a otro. ¿De dónde sacan que “en ningún caso” excluye a otros casos? Frente a esta situación, y en mi ferviente deseo de seguir construyendo un país nuevo, conseguí que, por otra vía constitucional, la enmienda, quedase habilitada. Para ello, 25 senadores de la República, altamente calificados, interpretaron correctamente la Constitución y dispusieron mi candidatura. Se acordará usted, señora ministra, que no solo fueron senadores colorados. Conseguí también, con algún desprendimiento, que interviniesen senadores de otros partidos que le dieron el sustento moral y político a mis legítimos deseos. Con la venia de los 25 senadores mi camino a la reelección estaba totalmente despejado. Pero todo se echó a perder cuando unos inadaptados hicieron bochinche en la plaza del Congreso y hasta en el edificio del Congreso mismo. Todavía era manejable la situación para las fuerzas de seguridad hasta que apareció muerto un tal Quintana en la sede del Partido Liberal. La posibilidad de que el caso fuese usado como pretexto para una revuelta callejera, y en atención a mi alta responsabilidad de mantener el orden, renuncié a lo que podía haber sido unos años más de entera prosperidad nacional. Entonces... ¿me escucha? 

-Muy atentamente, señor presidente. 

-Entonces opté por el intento de ser senador activo ante la posibilidad de un masivo apoyo por parte, también, de mis correligionarios. Y de nuevo las mismas voces malvadas que distorsionan el artículo constitucional, el 189, que dice con entera precisión: “Los expresidentes de la República, elegidos democráticamente, serán senadores vitalicios de la Nación” ¿Qué le parece? “Serán senadores vitalicios” quiere decir, según mis asesores y yo, que puedo no ser. Y no quiero ser. Es mi voluntad encuadrada plenamente a los mandatos constitucionales. Como premio consuelo los senadores vitalicios “Tendrán voz, pero no voto”. Voz puedo tener desde cualquier sitio, cualquier actividad. Tienen voz todos los ciudadanos y ciudadanas de la República. Dicen y escriben lo que quieren. Pero lo que yo quiero es votar, decidir, encaminar el país desde otro de los Poderes del Estado. ¿Qué la parece ministra? 

-Es un deseo legítimo que los ciudadanos... 

-Legítimo quiere decir que estoy habilitado legalmente. Pero sucede, señora ministra, que hay una pequeña gestión que debe cumplirse. No basta, según parece, que la Constitución ordene, sino que esté respaldada por la Corte Suprema de la que usted es digna integrante. Quería decirle, además... 

-Le escucho, señor Presidente 

-Que podría usted habilitarme. Nada ilegal. La Constitución nos ampara, es solo un trámite para cerrar la boca de los descreídos. A propósito ¿querría usted ser la primera mujer presidenta de la República? 

-¿Y cómo sería eso? La Constitución Nacional... 

-Deje a mi cargo la Constitución.

Fuente: ABC Color (Online)

Sección: OPINIÓN

Domingo, 06 de Mayo de 2018

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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