PRECURSORES Y ACTORES DE LA INDEPENDENCIA DEL PARAGUAY
Asunción - Paraguay
PRÓLOGO
Gustoso abro con estas líneas un nuevo trabajo de Carlos R. Centurión, que constituye un serio y positivo aporte en este año del sesquicentenario.
En la primera parte, Centurión nos presenta los antecedentes de la revolución de Mayo. Estudia las influencia que llevaron a los hispanoamericanos a separarse de la Madre Patria; fueron ellas la ideología francesa que transformó el pensamiento mundial y el ejemplo de los Estados Unidos que al separarse de su metrópoli señalaron el camino a sus hermanos del Sur. Faltaría para completar el cuadro el examen de las corrientes populistas, de las ideas de soberanía del pueblo, sostenidas por Vitoria, Suarez, Soto y otros grandes maestros españoles. Ellas dieron sin duda a los próceres el basamento jurídico para plantear la revolución y sostener que el poder español en las Indias había caducado.
Los antecedentes propios del Paraguay - nacionales podríamos llamarlos – están asimismo bien expuestos; la Cédula Real de 1537, la deposición de Alvar Núñez y Felipe de Cáceres, y sobre todo la revolución de los comuneros, que las nuevas corrientes histográficas consideran como precursor de la gesta emancipadora.
Están bien estimados los factores políticos, sociales y económicos que a lo largo de tres siglos fueron tejiendo la nacionalidad paraguaya, que surgió en el corazón del trópico, con caracteres definidos. La verdad es que al filo de los últimos días coloniales ya había una patria que amaban los hombres de Mayo. Así se explica la emancipación de España y la constitución de una nación soberana e independiente.
Una síntesis ajustada y cabal es la de la Revolución del 14 y 15 de Mayo, destacándose bien su ámbito amplio, provincial, no limitado a la capital de la Intendencia del Paraguay. Marca bien el autor la acción de las tres corrientes que actuaron en el proceso y disputaron supremacía durante los años 1810 y 1811.
El capítulo LOS PRECURSORES será de gran utilidad porque saca del olvido a un conjunto de hombres que trabajaron desde la primera hora por la independencia y la libertad. Entre ellos merecen perpetua memoria hombres como don José de María, el Padre Sarmiento, y los doctores Manuel José Báez y Ventura Día de Bedoya. Hay que mentar también abnegados frailes mercedarios y franciscanos, como los padres Orué y Baca, que sufrieron persecuciones y prisión por sus ideas liberadoras.
Las biografías de los próceres han sido hábilmente trazadas; Fulgencio Yegros, especialmente, está bien retratado. Igual Cavallero, Fernando de la Mora y Mariano Antonio Molas.
Discrepo con Centurión cuando niega la intervención de José Gaspar de Francia en el movimiento del 14 y 15 de Mayo. He estudiado exhaustivamente el tema en forma imparcial y fundado en documentos.
Sostengo que el Dr. Francia fue en la emergencia el asesor de Pedro Juan caballero por las siguientes razones fundamentales:
1) la afirmación clara e indiscutible de mariano Antonio Molas;
2) la designación del Dr. Francia como único representante PATRIOTA en el triunvirato;
3) reconocimiento expreso hecho por los próceres en cartas a Francia con motivo de su primer retiro de la Junta (agosto de 1811).
Centurión adelanta al respecto una opinión, respetable por venir de quien viene, pero la documentación no se anula con opiniones; es necesario contrarrestarla con otros documentos.
Tras haber estudiado imparcialmente y meditado mucho sobre el proceso del 14 y 15 de Mayo creo sinceramente que quienes niegan la intervención del Dr. Francia en el golpe, no lo hacen por consideraciones estrictamente históricas sino de orden político.
Convendría ampliara oportunamente las biografías de Antonio Thomás Yegros, Blas José Roxas de Aranda, José Agustín Molas, Vicente Antonio Matiaduda y otros. Hay material suficiente para ello.
Este volumen será útil para nuestra juventud. Que ella rinda su homenaje – como quiere el autor – “a los próceres genuinos de la emancipación, preteridos por la incuria…” y les ofrezca “en nombre de la justicia histórica el reconocimiento y la gratitud de la nación”.
PRECURSORES Y ACTORES DE LA INDEPENDENCIA NACIONAL DEL PARAGUAY, es una contribución de calidad intelectual, en este año en que memoramos el sesquicentenario de la Revolución de Mayo y nos inclinamos ante los hombres que nos dieron una patria libre y soberana.
Asunción, junio de 1961.
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