PACTOS EN LA OSCURIDAD

Por ILDE SILVERO

ilde@abc.com.py

“Era de noche...” refiere una expresión utilizada en la Edad Media para calificar hechos realizados en el secreto de la oscuridad, sin conocimiento de la población, cuando los protagonistas no deseaban aparecer en público. Algo similar pasó ahora con “Itaipú gate”.

La firma del convenio bilateral entre Paraguay y Brasil para la provisión de energía a la ANDE desató una reacción airada de gran parte de la ciudadanía porque, desde cualquier ángulo, nuestras más altas autoridades metieron la pata y su equivocación costará algo así como 300 millones de dólares a las arcas del Estado.

Es posible que lo acordado ahora responda a los lineamientos básicos fijados en el contrato original firmado en 1973 entre ambos países; es probable que Paraguay se haya estado “avivando” en el sistema de pago de la energía contratada y hasta puede ser que el Presidente, el canciller y el director de Itaipú hayan actuado de buena fe, sin sacar provechos particulares del acuerdo.

Lo que de ninguna manera es aceptable es que el convenio se haya negociado y firmado a oscuras, entre gallos y medianoche, a espaldas de la opinión pública, como si los responsables tuviesen vergüenza de lo que estaban haciendo.

En un sistema democrático de gobierno, quienes lo presiden no pueden firmar pactos secretos ni tomar decisiones en la clandestinidad, salvo en situaciones de un conflicto bélico internacional y este claramente no es un caso de tal naturaleza.

En las democracias rige la norma de la transparencia; los gobernantes están obligados a actuar a la vista de la ciudadanía y a rendir cuentas de sus actos ante el Congreso y ante la opinión pública.

En el presente caso, la cancillería, Itaipú y la ANDE debieron haber informado hace meses que venían negociando con sus pares brasileños algunos ajustes en los términos de la contratación de la energía eléctrica. Debieron haber explicado las posiciones de ambos países, incluyendo las diferencias de criterios y las dificultades para llegar a un acuerdo. La ciudadanía tiene pleno derecho a conocer lo que las autoridades están negociando en su nombre.

Siguiendo lo expuesto, la famosa sesión secreta realizada en Brasilia debió ser un encuentro anunciado con antelación, seguido de cerca por la opinión pública y con conocimiento inmediato de lo que finalmente se resolviera, sea o no favorable a la tesis sostenida por los representantes paraguayos.

Acá se actuó como si el Presidente y el canciller fuesen los dueños del país y, en consecuencia, pudiesen tomar las decisiones que se les antojan en cuanto a las tarifas que debe pagar la ANDE a Itaipú. Están equivocados, porque no vivimos en una dictadura, aquí nadie es propietario de la nación ni puede atribuirse el poder de negociar nuestra soberanía en cualquier campo, incluyendo las represas hidroelécticas.

Ahora, el Senado convocó a las altas autoridades responsables de esta macanada; ojalá entre las explicaciones se incluya también una salida al error cometido. Si Bolsonaro es tan amigo de Marito y tan admirador de Stroessner, tal vez nos deje seguir siendo “pillos” por algunos años más.

Fuente: ABC Color

www.abc.com.py

Sección OPINIÓN

Domingo, 28 de Julio de 2019

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

(Hacer click sobre la imagen)

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

(Hacer click sobre la imagen)