EL MANOSEADO ACUERDO NACIONAL
Por ILDE SILVERO
ilde@abc.com.py
La expresión “acuerdo nacional” ha sido utilizada en varios países por dirigentes políticos y sociales cuando una sociedad se da cuenta de que no puede avanzar si los distintos sectores del poder y los grupos de presión se tirotean y se traban mutuamente.
Recordemos tan solo los últimos años de la cruel dictadura stronista, una etapa difícil de nuestra historia en la cual, a iniciativa de la Iglesia Católica, se lanzó la idea de dar vida a un Acuerdo Nacional entre todos los partidos y movimientos sociales con el fin de caminar hacia una democracia justa, equitativa y solidaria.
Por supuesto que aquel plan fracasó porque la dictadura del sátrapa militar no permitía crecer proyectos que pudieran poner en peligro la continuidad del perverso sistema entonces vigente. Muchos dirigentes del Acuerdo Nacional fueron amedrentados, perseguidos, encarcelados o enviados al exilio, de modo que el intento de unir a todos los ciudadanos en torno a principios básicos de la democracia nunca pasó más allá de esporádicas declaraciones verbales y algunos papeles impresos.
Hoy necesitamos de nuevo hablar de un acuerdo nacional, porque hace varias décadas que estamos estancados en medio de la nada. No podemos solucionar problemas como los niveles de pobreza, la deserción en el sistema educativo, la marginalidad de la población campesina, la precariedad de los trabajadores urbanos, las graves falencias en la salud pública, la proliferación de los motochorros, las violaciones de leyes y de la Constitución Nacional, etc. Si no hacemos algo al respecto, seguiremos como furgón de cola de los países quién sabe por cuánto tiempo más.
Es tiempo de que usemos nuestra capacidad de raciocinio para tomar plena conciencia de que nuestro país no debería continuar con esta infraestructura social y económica tan injusta para millones de compatriotas por la gran brecha entre el sector minoritario que monopoliza los bienes y los frutos del bienestar, y un sector mayoritario de nuestra gente que debe luchar duro cada día para seguir subsistiendo en la pobreza y la miseria.
Los partidos políticos, los grupos económicamente poderosos, las organizaciones campesinas, los gremios de trabajadores urbanos, la Iglesia Católica y los medios masivos de comunicación tienen que dialogar para buscar salidas a este atolladero que nos mantiene estancados desde hace tanto tiempo.
Los sectores más privilegiados tienen la mayor responsabilidad para tomar en serio la iniciativa de un acuerdo nacional. Los dueños del poder político y los grupos multimillonarios deben comprender que es una vergüenza convivir con niños harapientos pidiendo limosna en las calles, con niñas embarazadas por la promiscuidad en la pobreza, con adolescentes drogados que asaltan y matan por un celular, con padres desesperados que deben ir a otro país a buscar trabajo, con enfermos que se mueren porque no hay médicos ni medicamentos en los centros de salud, etc.
Todos juntos tenemos que encontrar los medios para salir de esta arena movediza. Aunque haya fallado en el pasado, no hay más remedio que recurrir de nuevo al manoseado acuerdo nacional.
Fuente: ABC Color
www.abc.com.py
Sección OPINIÓN
Domingo, 20 de Mayo de 2018
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