JOSÉ IGNACIO GARMENDIA

CRÓNICA EN IMÁGENES DE LA GUERRA DEL PARAGUAY

Pontificia Universidad Católica Argentina

Pabellón de las Bellas Artes - Facultad de Filosofía y Letras

COLABORA: MUSEO HISTÓRICO DE BUENOS AIRES

“BRIGADIER GENERAL CORNELIO DE SAAVEDRA”

Directora

Lic. Cecilia Cavanagh

Este catálogo fue publicado para la muestra JOSÉ IGNACIO GARMENDIA. CRÓNICA EN IMÁGENES DE LA GUERRA DEL PARAGUAY, realizada en el Pabellón de las Bellas Artes, UCA, del 5 de octubre de 2005 al 6 de noviembre de 2005.

Fotografías

Néstor Paz

Diseño

Educa. Luciana Plataroti

Supervisión editorial

Lic. Juan Manuel Sorrentino

Pabellón de las Bellas Artes

Av. Alicia M. de Justo 1300, PB

Campus Universitario de Puerto Madero

C1107AAZ - Buenos Aires - Argentina

© Copyright EDUCA. Fundación Universitaria Católica Argentina

Durante el siglo XIX la fotografía contribuyó al perfeccionamiento de la pintura histórica. Avalada por una escuela realista aparecida en Francia, contribuyó a esa precisión extrema que solamente puede lograrse mediante la cámara fotográfica.

De alguna manera, los alcances imprevisibles de la fantasía artística quedaban sujetos a una documentación estricta.

José Ignacio Garmendia (1841-1925), Cándido López (1840-1902), el suizo Adolfo Methfessel (1836-1909), el brasileño Víctor Meirelles (1832-1903) fueron testigos, acompañando a las tropas aliadas, de las vicisitudes de la Guerra del Paraguay. Provistos de los elementos necesarios, documentaron en breves croquis, bocetos o fotografías, los enfrentamientos ocurridos en los campos de batalla, así como los uniformes, las armas, las tareas cotidianas, trabajos o entretenimientos que se llevaban a cabo en los campamentos, donde se concentraba enorme cantidad de soldados.

José Ignacio Garmendia, no siendo él mismo fotógrafo, fue el cronista de guerra que más utilizó la fotografía como fuente referencial de sus obras. En el Álbum de la Guerra del Paraguay, publicado por Peuser, algunos de sus dibujos ya se reproducen con la leyenda “tomado de fotografía”. Garmendia, que había sido capitán del ejército aliado y corresponsal del diario La Tribuna, y estudiado pintura con el español Eustaquio Carrandi, prefirió el realismo fotográfico a los bocetos que tomó en los acontecimientos bélicos, porque así lo demandaba el espíritu de la época. Una técnica acuarelística que incluye imágenes detalladas como si fueran miniaturas, estructuras pictóricas simples, y veracidad testimonial dan como resultado una visión conmovedora a la vez que fidedigna de la cruenta lucha que se sostuvo en la Guerra de la Triple Alianza. Las acuarelas que se exhiben en el Pabellón de las Bellas Artes permiten valorar su aguda percepción y destreza artística de quien fuera a la par de un aguerrido militar y valiente camarada de armas, un artista innato y elogiable escritor evocativo.

Quiero agradecer la colaboración del Museo Histórico de Buenos Aires “Brigadier General Cornelio de Saavedra”, de la Facultad de Filosofía y Letras y de la Academia Nacional de Historia, y el sostenido trabajo de nuestro equipo de producción de la Pontificia Universidad Católica Argentina, sin el aporte de los cuales no hubiese sido posible reconocer en José Ignacio Garmendia, a uno de los mas interesantes cronistas pintores de la Guerra del Paraguay.

Lic. Cecilia Cavanagh

Directora del Pabellón de las Bellas Artes

JOSÉ IGNACIO GARMENDIA

José Ignacio Garmendia fue un auténtico best seller de su tiempo. Sus obras acerca de la guerra del Paraguay, que adquirían el vigor de lo experimentado y vivido, se agotaban rápidamente, y su editor, Jacobo Peuser, volvía a publicarlas convencido de que hacía un servicio a la cultura histórica de su país de adopción pero que a la vez realizaba un buen negocio. Desde la aparición de la primera edición de Recuerdos de la Guerra del Paraguay, un opúsculo casi, en 1883, el autor reunió pacientemente testimonios de sus camaradas de armas y dio rienda suelta a sus marciales evocaciones para ir trazando obras que lo harían notable, más allá de su brillante carrera militar. Paralelamente, como si necesitase volcar en hojas de dibujo, para contemplarlas una y otra vez, las escenas de las que había sido testigo, coloreó bellas acuarelas que guardó celosamente junto con sus colecciones de armas de todo el mundo y de objetos de la cruenta campaña de la que había sido partícipe desde el comienzo hasta que el cólera puso en serio riesgo su vida y debió volver a Buenos Aires en pos de una curación difícil. Regresó a tiempo para participar en las últimas operaciones, que concluyeron en 1870.

Cuando marchó al prolongado conflicto bélico que enfrentó a cuatro países hermanos, como capitán del 1er. Batallón de la División Buenos Aires de guardias nacionales, Garmendia contaba 24 años, pues había nacido en esa ciudad el 9 de marzo de 1841, y había combatido ya, como oficial del ejército de Buenos Aires, en las campañas de Cepeda y Pavón. Además se había desempeñado como oficial de la legación argentina en Montevideo y Río de Janeiro.

En el teatro de operaciones desde mayo de 1865, compartió peligros, diversiones y lecturas con antiguos amigos del Colegio San Carlos, que se habían enrolado como voluntarios, y también con otros jóvenes provenientes del interior, que formaban parte del ejército de línea o de la Guardia Nacional. Muchos de ellos perdieron la vida en las trincheras, los esteros y las selvas del Paraguay. Estuvo en casi todas las acciones bélicas, asistió a la gran batalla de Tuyutí, vivió la hora amarga del rechazo de Curupaytí, y condujo a su batallón a la victoria en Lomas Valentinas.

Llevaba con él un cuaderno o “cartera”, como se decía entonces, donde tomaba apuntes y trazaba bocetos. Otro oficial de guardias nacionales, Cándido López, hacía lo propio para pintar muchos años más tarde con la mano izquierda, pues había perdido el brazo derecho en las trincheras paraguayas, sus cuadros, hoy mundialmente célebres.

Concluida la lucha, Garmendia se incorporó al ejército permanente, alternó diversos comandos con funciones legislativas en la provincia donde había visto la luz, combatió en las luchas del desierto, encabezó una unidad que formaba parte de las fuerzas de la provincia de Buenos Aires sublevadas contra la Nación, y al ser dado de baja por enfrentar a las autoridades nacionales, comenzó a escribir sus Recuerdos de la Guerra del Paraguay, paralelamente con una obra para la instrucción de la infantería. Tras ser reincorporado ocupó múltiples cargos castrenses, fue director del Colegio Militar de la Nación y recibió los despachos de general de brigada luego de contribuir a la represión de la revolución del 26 de julio de 1890.

Además fue primer comisario y jefe de la Comisión de Límites con el Brasil, realizó diversos aportes para la reforma de los reglamentos y códigos militares, comandó brigadas del Ejército y llegó a ser jefe del Estado Mayor General y ministro de Guerra.

Era una figura respetada y querida entre sus camaradas de armas, a la vez que gozaba de amplio reconocimiento en los ámbitos más selectos de la cultura argentina.

Como la mayoría de los soldados de aquel tiempo, lució en todo momento su uniforme cuajado de condecoraciones de guerra, hasta que le llegó en 1912 la hora del retiro absoluto. Alejado de la vida castrense pero no de sus instituciones representativas, acrecentó su actividad como escritor, pintor y coleccionista de piezas que hoy ocupan un lugar importante en el Museo de Armas de la Nación.

Como estudioso del pasado, la Junta de Historia y Numismática Americana (hoy Academia Nacional de la Historia) lo designó miembro de número, mientras otras instituciones se honraban incorporándolo. Como profundo conocedor de la estrategia, escribió libros notables, entre ellos el que dedicó a las campañas de Aníbal; como narrador, dejó una obra llena de hondo respeto hacia sus antiguos subordinados: Cuentos de tropa, con el seudónimo de Fortun de Vera.

Su labor de artista puede apreciarse en esta muestra: soldados con diferentes uniformes, combatientes paraguayos al pie del cañón, en servicios de avanzada o en el amargo momento de la prisión tras la batalla; escenas fidedignas de las acciones en las que luchó, improvisadas edificaciones para instalar los servicios del Ejército Argentino, etcétera.

Trabajó hasta sus últimos días y murió con fama de auténtico patriarca el 11 de junio de 1925, a los ochenta y cuatro años.

La Universidad Católica Argentina y las instituciones que participan en esta muestra se honran en reunir, en el propicio ámbito del Pabellón de las Bellas Artes, las acuarelas que hoy atesora el Museo Saavedra, junto con la mayoría de los libros que escribió y otros elementos que se refieren a una larga trayectoria de servicios a la patria que contribuyó a construir en los días de la Organización Nacional y en las jornadas en que la República, definitivamente consolidada, mostraba su pujante presencia al mundo en tiempos del Centenario.

Dr. Miguel Ángel De Marco

Director del Departamento de Historia

Facultad de Filosofía y Letras. UCA.

Presidente de la Academia Nacional de la Historia.

OBRAS

1. Gaspar Francia. Litografía acuarelada, 25 x 18 cm

2. Carlos Antonio López. Presidente de la República del Paraguay Litografía acuarelada, 29.2 x 21.6 cm

3. Carlos Antonio López. Presidente de la República del Paraguay. Litografía, 26 x 18.9 cm

4. Hombre paraguayo. Acuarela, 25.6 x 19 cm

5.Vista de la Asunción. Litografía acuarelada, 9.8 x 17.7 cm

6. Casa de gobierno (Asunción). Litografía acuarelada, 9.7 x 17.7 cm

7. Los wagones de los pobres. Acuarela, 17.2 x 26.9 cm

8. Casa de recreo del tirano López- copiado del natural. Acuarela, 13.0 x 25.4 cm

9. La Bendición. Acuarela, 20 x 26.2 c m

10. Cerro de La Margarita (margen derecha del río Apia). Acuarela, 18.3 x 25.9 cm

11. Albulquerque.Tomada por los paraguayos en diciembre de 1865. Acuarela, 12.3 x 21.7 cm

12. Corumbá.Tomado por los paraguayos en diciembre de 1865. Acuarela, 13.4 x 21.9 cm

13. Combate y toma de Corrientes. Acuarela, 12.6 x 24.2 cm

14. General Robles Paraguayo fusilado por Lópes Aguada, 30.4 x 20.8 cm

15. Combate de la isla. 10 de abril de 1866. Acuarela, 14.2 x 25.4 cm

16. Desembarco de los aliados. Acuarela, 20.1 x 29.3 cm

17. Las ruinas de Itapirú - de una fotografía. Acuarela, 13.6 x 20 cm

18. Combate del Paso de la Patria. 2 de mayo de 1866. Acuarela, 19.3 x 29.4 cm

19. Uniformes del Egército Argentino en la guerra del Paraguay. Guardia Nacional de Caballería. Infantería de Línea. Guardia Nacional de Infantería. Infantería de Línea. Guardia Nacional de Infantería. Acuarela, 17.8 x 25.2 cm

20. Artillería de línea. Litografía acuarelada, 16.8 x 25.4 cm

21. Caballería de línea. Acuarela, 17 x 25.2 cm

22. Centinela avanzado de caballería paraguaya. Acuarela, 14 x 18.7 cm

23. Soldado de caballería paraguaya con traje especial. Acuarela, 25.2 x 22 cm

24. Guardia paraguaya. Acuarela, 18.8 x 24.7 cm

25. Cuartel general del Marqués de Caxias.Tuyutí. Acuarela, 20.1 x 25.9 cm

26.Vista del frente enemigo de lejos - (El campo que se pierde en el horizonte es la línea enemiga en Tuyutí). Acuarela, 17.2 x 22.2 cm

27. Caballería paraguaya. Acuarela, 27.8 x 17.7 cm

28.Vichador o El vichador. Acuarela, 23.8 x 13.9 cm.

29.Tuyuty - Campamento brasilero. Acuarela, 16.6 x 23.2 cm.

30.Tuyutí. Campº Argº (Campamento Argentino) (Parque Oriental de lejos) - de una fotografía. Acuarela, 16 x 24 cm

31. Guardia de honor del general Mitre en Tuyutí - de una fotografía. Acuarela, 16.6 x 25.4 cm

32. Campamento brasilero rodeando la laguna Piris- Tuyutí. Acuarela, 21.4 x 13.2 cm

33. Cuartel general del general Flores – Tuyutí. Acuarela, 16.1 x 25.2 cm

34. Cuartel general del Ejército Argentino. Carpa del General Bartolomé Mitre - copiado del natural. Acuarela, 19.8 x 26.2 cm

35. El Batallón 24 de abril en las trincheras de Tuyuty.Acuarela, 17 x 23.3 cm

36. Prisioneros paraguayos tomados por Flores. Acuarela, 13.8 x 20.2 cm

37. Montón de cadáveres paraguayos. De la batalla del 24 de mayo- de una fotografía. Acuarela, 16.2 x 23.4 cm

38. El mangrullo. Acuarela, 18.3 x 20.4 cm

39. Muerte del coronel Palleja - de una fotografía. Acuarela, 16.1 x 25.4 cm

40. Asalto de Curupaytí. Acuarela, 19.3 x 23.8 cm

41. Curupaytí. Lugar por (donde) atacaron los brasileros - copiado del natural, seis meses después del asalto. Acuarela, 13.1 x 24.4 cm

42. Coronel Charlone. Argentino. Acuarela, 23.3 x 13.9 cm

43. Coronel Roseti. Argentino. Litografía acuarelada, 20.5 x 14.8 cm

44. General Mansilla. Acuarela, 42.2 x 13.8 cm

45. Línea Negra - entre Tuyutí y Curupaytí - copiado del natural. Acuarela, 19.7 x 25.8 cm

46. Línea Negra (Tuyutí) - copiado del natural. Acuarela, 14.8 x 20.3 cm

47. Mirador del 1ª Batallón de la 1ª División. Buenos Aires en Tuyu-Cué. Acuarela, 14.7 x 20.1 cm

48. Paso Pucú. Cuartel general del tirano Lópes. Espaldón para resguardarse del fuego del Ejército Aliado - copiado del natural. Acuarela, 12 x 25.1 cm

49. Paso Pucú. Cuartel general de López - copiado del natural. Acuarela, 10 x 26.8 cm

50. Paso-Pucú. Rancho del comandante Garmendia. Acuarela, 19 x 25.4 cm

51. Conducción de prisioneros aliados. Acuarela, 16.1 x 23.4 cm

52. 3 de noviembre de 1868. Los paraguayos sorprendidos robando en el comercio de Tuyutí. Acuarela, 16.2 x 24.3 cm

53. Humaytá. Litografía acuarelada, 9.7 x 17.8 cm

54. (Iglesia de Humaytá). Litografía acuarelada, 16 x 10.1 cm

55. Combate de Acaguaza en el Chaco. Acuarela, 27.5 x 21 cm

56. Combate en el Chaco en el día que fue muerto el Coronel Don Miguel Martínez de Hoz. Acuarela, 14.8 x 20.3 cm

57. Gaspar Campos viéndose en peligro de caer prisionero arroja la bandera de su cuerpo al agua de donde es recogida por un acorazado brasilero. Acuarela, 18.5 x 28.2 cm

58. Asalto de Humaytá por el Gral. Osorio, el 18 de julio de 1868 (Ejército brasilero). Acuarela, 16.2 x 24.6 cm

59. Batería Londres hoy destruida - copiado del natural. Acuarela, 13.6 x 25.3 cm

60. Sargento Gonzales. El sargento Gonzalez, paraguayo, de extraordinaria fiereza, tomado prisionero y fusilado por las tropas argentinas (De un croquis del natural por el general Garmendia). Acuarela, 23.4 x 14.5 cm

61. Humaytá. La iglesia después del bombardeo - copiado del natural. Acuarela, 17 x 28.4 cm

62. Batería paraguaya en Angostura dirigida por los comandantes Carrillo y Thompson.

En primera línea el cañón El Criollo fundido con el bronce de las campanas de Asunción. Fue tomado por las fuerzas argentinas y actualmente se encuentra en el Arsenal de Guerra de Buenos Aires - tomado del natural. Archivo Garmendia. Acuarela, 21 x 30.3 cm

63. Comandante Garmendia. Acuarela, 41.2 x 13.9 cm

64. Humaitá. Ramada del comandante Garmendia - copiado del natural. Acuarela, 17.3 x 27.6 cm

65. Noguera, mi asistente paraguayo con la ternera que había enseñado a comer galleta y que le hacía llevar los arneses del comandante a la avanzada. Acuarela, 18.8 x 25.5 cm

66. Cotorro del pintor Serena. Acuarela, 19.1 x 25.5 cm.

67. Benigno López. Hermano del dictador del Paraguay Francisco Solano López fusilado por su orden. Aguada, 21 x 14.8 cm

68. El obispo Palacios. Paraguayo. Aguada, 20.2 x 16.2 cm

69. Barrios. Jefe paraguayo. Aguada, 23.6 x 18.1 cm

70. Ministro Verges. Paraguayo. Aguada, 21.8 x 16 cm

71. Brugues. Jefe Paraguayo. Aguada, 23.3 x 16.5 cm

72. Coronel Romero. Acuarela, 20.5 x 15 cm

73. General Rivas. Argentino. Acuarela, 20 x 15 cm

74.Venancio López, hermano del Mariscal Francisco Solano López. Aguada, 22.7 x 16.1 cm

75. Prisioneros heridos (paraguayos)- copiado del natura. Acuarela, 16.5 x 28 cm

76. Un hombre paraguayo, ahora soldado, ante el cadáver de su hijo. Acuarela, 26.3 x 18.3 cm

77. El brigadier general don Francisco Solano López. Aguada, 26 x 18.9 cm

78. Rivarola. Acuarela, 21.5 x 15.2 cm

79. Resquí. Aguada, 24.4 x 18.4 cm

80. Caballero. Aguada, 23.7 x 18.4 cm

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