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GASPAR N. CABRERA

  SIGNIFICADO DE LA PALABRA GUAIRÃ, 1972 - Conferencia de GASPAR N. CABRERA


SIGNIFICADO DE LA PALABRA GUAIRÃ, 1972 - Conferencia de GASPAR N. CABRERA

SIGNIFICADO DE LA PALABRA GUAIRÃ

Conferencia de GASPAR N. CABRERA

Imprenta ZAMPHIRÓPOLOS

Asunción – Paraguay

1972 (41 páginas)

 

 

         Conferencia leída por su autor en el local del Club Porvenir Guaireño,

de la ciudad de Villarrica, el 5 de mayo de 1971.

 

 

A MODO DE PRÓLOGO

 

         «Dadme una lengua bien hecha y os daré una civilización completa» dijo el gran filósofo alemán Godofredo Leibniz, en su obra La Utopía de la lengua matemática y «toda lengua bien hecha es una ciencia» según Etienne Bonnot de Condillac.

         Ahora que los constituyentes paraguayos han declarado en la Constitución de 1967 que los idiomas de la Nación son el español y el guaraní corresponde que todos los maestros y profesores de la República se apliquen muy especialmente en la enseñanza de ambas lenguas. Pero debe saberse ante todo que en el aprendizaje de toda lengua ocurren dos etapas: la posesión y el conocimiento de la misma. La posesión de un idioma se adquiere mediante el uso exclusivo oral y escrito del mismo por unos meses y, el conocimiento, mediante el estudio sistemático, de la gramática, de la literatura y de sus modismos característicos.

         En el Paraguay ocurre un caso especial en los dos idiomas nacionales: el paraguayo posee desde el hogar el idioma guaraní pero no lo conoce; en cambio, conoce, porque se le enseña en escuelas y colegios, el idioma español, pero, no lo posee con corrección ortofónica, ortológica ni ortográfica, como sería de desear por tratarse de que el español, además de ser un idioma nacional, lo es oficial, porque en él se escriben, registran y publican los documentos del Gobierno de la Nación.

         De este modo se impone que el docente paraguayo conozca previamente la solución de ambas dificultades.

         El problema del bilingüismo no se presenta únicamente en el Paraguay; en Europa se tiene en España, Bélgica, Suiza e Italia y en Asia, Filipinas etc. sólo que el bilingüismo de las naciones europeas, aparte de ser regional o dialectal, es de lenguas modernas, de fonéticas parecidas; en tanto que en Filipinas, el tagalo y en el Paraguay, el guaraní son lenguas aborígenes muy diferentes del idioma oficial de la Nación.

         En el Paraguay el idioma español se ha adoptado por haber sido el país territorio colonial de España por espacio casi de trescientos años. Cuando los europeos llegaron al Paraguay encontraran que sus habitantes hablaban una lengua aborigen muy arraigada y extendida en toda la parte sud oriental del continente Americano, hacia el Océano Atlántico, lengua que los colonizadores se vieron obligados a entenderla porque su subsistencia material en el país dependía de la producción de alimentos de los naturales. Pero el idioma guaraní es una lengua muy diferente de la lengua española por su fonética y por su construcción. En el idioma guaraní existen sonidos que no se usan en la lengua española y las terminaciones de los verbos que indican el número y las personas del sujeto de la proposición castellana en el guaraní van como prótesis del verbo oracional.

         Hasta el siglo XV el idioma español no estaba totalmente estabilizado en su prosodia y en su analogía a pesar de su estado ya de gran esplendor.

         El niño paraguayo, en pleno período glósico del desarrollo de su personalidad; vale decir, con la plasticidad mental requerida para aprender idiomas, concurre a la escuela primaria del país donde la maestra le habla en español y todos los muebles, útiles y cosas tienen nombres españoles. En este caso él es una persona de habla extranjera que entra en un instituto de enseñanza de habla española.

         La dificultad anotada se resuelve pedagógicamente del modo siguiente: El niño paraguayo no posee el idioma español cuando entra en la escuela y para poseerlo se le habla y se la hace hablar exclusivamente en español ortofónico y ortológico, se le recita y se le enseña a recitar fabulitas ilustradas, cuentos, anécdotas y novelas cortas. Y se le prohíbe hablar cualquier otro idioma. En el período escolar el niño paraguayo debe aprender de memoria el alfabeto castellano, pronunciar y fijar con integridad y exactitud el timbre del sonido de cada una de sus letras.

         Una vez poseído el español por el niño paraguayo puede iniciársele en el paralelo estudio del conocimiento de ambas lenguas nacionales por el aprendizaje de la gramática. Y con el fin de proceder de lo conocido a lo desconocido debe pasar del estudio de la gramática y la literatura del idioma español a las del idioma guaraní.

         No debe descuidarse, especialmente en los cursos superiores de la enseñanza de ambas lenguas, la traducción de toda clase de trazos literarios del castellano al guaraní y viceversa para demostrar que el idioma autóctono del Paraguay, a pesar de los largas años de abandono de sus estudios científicos, por su rico metaplasmo y abundosa prosodia, se encuentra todavía actualmente a la altura de cualquier idioma moderno.

 

DIFICULTADES PARA ESTABLECER LA

ESCRITURA DEL IDIOMA GUARANI

 

         Desde los primeros contactos de los españoles con los pueblos autóctonos del mar Karive las voces guaraníes como guanahani, de guaraní; Haity, de nãnde raity; karive, de karaive; Marakaivo, de mba'e rãkã ỹva, etc. fueron escritas con los signos gráficos de la fonética castellana; porque, entonces, nadie se ocupaba de distinguir las diferencias de los sonidos propios de un idioma de otro.

         En la época colonial los ibéricos siguieron escribiendo del mismo modo la toponimia de los países que sometían a su imperio, porque como pueblos conquistadores no solamente tenían que imponer su autoridad civil, administrativa y militar, sino también su lengua, su religión y sus costumbres. Y si bien durante el mismo periodo hubo algunos religiosos como los Padres Montoya, Lebrón, Restivo, Bolaño, etc., que se ocuparon en el Paraguay de aprender el idioma de los naturales lo hicieron sólo con fines de adoctrinamiento religioso no para conocer y hacerlo medrar, o tan siquiera como instrumento de una cultura general.

         Durante la vida autónoma de la Nación, los gobiernos paraguayos se ocuparon del idioma guaraní en la guerra, contra la triple alianza, recomendando su empleo en publicaciones periódicas solo con fines de información, exclusivamente a los compatriotas, de los acontecimientos bélicos y de las críticas sarcásticas a los enemigos.

         Y en los primeros años del siglo actual, para un laudable renacimiento de la cultura autóctona y el estudio más atinado de la raza guaraní y su idioma, apareció en el Paraguay un sabio extranjero, el Doctor Moisés Santiago Bertoni, quien dirigió con único acierto, por algunos años, la Escuela de Agricultura ubicada en el actual Jardín Botánico. El nombrado sabio publicó sus valiosos trabajos titulados: Descripción Física, Económica y Social del Paraguay, hizo valiosos estudios comparativos de las voces guaraníes con las voces de los karives, (*) dio unas conferencias a los estudiantes del Colegio Nacional de la Capital en 1913, que tituló Prehistoria y Protohistoria de los países guaraníes.

         Los doctores Tomás Osuna y Anselmo Jóver Peralta publicaron un valioso diccionario de voces guaraníes y españolas, lo mismo hicieron el señor Antonio Ortiz Mayans y el políglota sacerdote jesuita Padre Antonio Guasch. El trabajo del Padre Guasch debe ser leído con mucho detenimiento de los guaranistas paraguayos porque, aparte de su contenido gramatical, tiene también muy importante nociones de fonética del idioma guaraní.

         La lengua autóctona fue muy útil en la guerra del Chaco, porque sus caracteres metafórico y metonímico han servido para frustrar, en numerosas oportunidades, los movimientos estratégicos de los bolivianos.

         Pero, todos los citados trabajos y otros no mencionados para abreviar las referencias, se han ocupado del uso o de la posesión y la difusión del idioma guaraní en las tierras americanas, pero nadie lo ha estudiado todavía como un cuerpo sistemático del saber humano que tiene su naturaleza especial, el sonido, y su finalidad característica la expresión verbal de las imágenes y las ideas que surgen en el espíritu de cada ser humano.

         El sonido como material fundamental del lenguaje y la música debe ser estudiado desde los puntos de vista de la cantidad, la intensidad, la altura y el timbre. La cantidad del sonido en el lenguaje se manifiesta en el tiempo necesario para pronunciar cada sílaba de la palabra. Y es sabido que la palabra puede ser de una o de varias sílabas, de las cuales una, indefectiblemente, debe ser pronunciada en tiempo más largo que la otra u otras de la misma. Es la sílaba tónica o acentuada. Ejs.: casa, mesa, caballo, pabilo, etc.

         La fonología del idioma guaraní es determinada por la del idioma, español, por ser ambos idiomas declarados constitucionalmente lenguas nacionales y paralelamente habladas en todo el Paraguay y regiones limítrofes con él las naciones vecinas.

         En el idioma español existen dos clases de acentos; el que solo se manifiesta con la cantidad mayor de sonido empleada en pronunciarla llamado prosódico y el que debe llevar, según reglas, un signo llamada acento ortográfico, consistente en una virgulilla o tilde (') colocada en forma inclinada de derecha a izquierda sobre la letra vocal de la sílaba acentuada; por ejs.: pelo, libra, pálido, difícil, etc.

         El timbre se señala en los idiomas con el órgano de emisión de la voz empleada en la pronunciación de la palabra. Esos órganos suelen ser la garganta, por la que se entona el timbre gutural; el paladar, por el que se da el timbre paladial; la nariz, por la que se expresa el timbre nasal, etc.

         En español el timbre nasal se expresa por dos letras consonantes la ene y la eñe; es decir, la ene simple y la ene doble; porque se ve que la consonante castellana ñ consta de dos enes una de tamaño normal del escrito y otra pequeña colocada encima de la misma, en que se nota que ella va como un fonema, o signo especial que recarga el sonido nasal de la ene grande o simple.

         En el idioma guaraní el timbre nasal se expresa también con la consonante castellana ene pera ella va exclusivamente sobre las letras vocales a las que les da un significado conceptual propio y no va sobre ninguna letra consonante; ejs.: puru'a significa preñez; en tanto que, puru'ã, ombligo; hu'u significa tos; en tanto que, hũ'ú significa el adjetivo blando; piri significa estera; en tanto que pĩrĩ expresa estremecer; pytá significa talón; en tanto que pytã significa rojo; se, significa deseo de: en tanto que sẽ, es salir; «y» significa agua; en tanto que ỹ significa sin; ro es amargo; rõ es pelado, etc. Por esta causa el idioma guaraní tiene dos series de letras vocales; seis orales, a, e, i, o, u, y, y otras seis nasales, ẽ, ẽ, ĩ, õ, ũ, ỹ. Por ello también en la ortografía del idioma guaraní no debe confundirse el acento ortográfico o la tilde (') con el fonema nasal ( ˜ ), porque el primero expresa la cantidad de tiempo empleado en la pronunciación de la sílaba y el segunda, el timbre con que se pronuncia la vocal de la sílaba. Y por esa causa también en el abecedario guaraní no existe la letra consonante castellana eñe porque su fonema nasal ya va expresado sobre las vocales nasales guaraníes; ejs.: ñaro se escribe en guaraní nãro, pues la sílaba nasal nã nasaliza en la pronunciación a la que le sigue ro, sílaba que por leyes de la acentuación de la ortografía guaraní no debe llevar acento ortográfico, como en castellano lo debería llevar por ser aguda.

         En el estudio de los objetivos del lenguaje, se hallan dos capítulos fundamentales, el del surgimiento y formación de las imágenes, los conceptos y las ideas en el espíritu humano; es decir, de la ideología o tratado de las ideas y, el de la manifestación y expresión de las mismas nociones al exterior; es decir, de la ideografía o tratado de la expresión de las ideas mediante el dibujo; la pintura y la palabra verbal o escrita.

         En el análisis de la ideología guaraní se descubre la amplitud y perspicacia mental del pueblo que ha estructurado y le ha dado contenido. En él se encuentra que el hombre guaraní aplicó con tino las principales actividades intelectuales como la observación, la comparación, la asociación, la abstracción, la generalización y la síntesis, actividades que se reflejan en la toponimia de los países que habitaban, en la nominación de la roca, de la flora y de la fauna, así como también en los conceptos claros y precisos de los fenómenos atmosféricos, astronómicos, luminosos, ígneos y eléctricos.

         Y en la ideografía el guaraní se valió de una gran variedad de sonidos fundamentales o primarios y otros secundarios, de doce vocales y catorce consonantes, en total veintiséis letras; en tanto que en la estructuración de sus voces o dicciones hizo uso de la prótesis, de la epéntesis, de la paragoge, de la aféresis, de la síncopa, de la apócope y de la metátesis y en la formación de sus frases y trozos se valió de la atenuación, de la prolongación, de la contracción, de la onomatopeya, de la perífrasis, del pleonasmo y del hipérbaton.

         Las breves referencias sobre las dificultades que se presentan para establecer académicamente la ortografía oficial del idioma guaraní, obligan a conocer mejor, previamente, la fonología, la ideología y la ideografía de la lengua autóctona del Paraguay.

 

 

(*) Véase Influencia de la Lengua Guaraní en Sud América y Antillas; en Anales Científicos Paraguayos, Serie 11 No 22 1º de Antropología noviembre de 1916. Puerto Bertoni. Paraguay

 

 

ADVERTENCIA

 

         Las reglas de la acentuación ortográfica de las palabras guaraníes en la escritura son diferentes de las del idioma español.

         1º: Las palabras agudas terminadas en vocal no llevan acento ortográfico. Ejs.: tata, fuego; tape, camino; pepo, ala; tatĩ, asta; nẽno, acostarse; kokue, capuera; kõ'ẽ, amanecer; nãni, correr, etc.

         2º: Las palabras agudas terminadas en diptongo o triptongo llevan la tilde en la penúltima vocal. Ejs.: tesarái, olvido; tamói, abuelo; tahýi, hormiga; kỹrýi, cosquilla; tuguái, cola; miáu, maullido; mokói, dos, etc.

         3º: Las palabras llanas y esdrújulas llevan indefectiblemente expresa la tilde en su sílaba tónica. Ejs.: óga, casa; ára, día; téra, nombre; amógoty, allá; upérãmo, en aquel tiempo; ko'ẽrámo, mañana, etc.

         4º: En la sílaba nasal acentuada la tilde se convierte en el acento circunflejo. Ejs.: sãrîa, bandurria, ãtîa, estornudo; mokôi, dos; tâi, diente; ty'âi, gancho, etc.

 

 

INTRODUCCIÓN

 

         En el siglo XV de nuestra era cuando el idioma guaraní llegó a estar en contacto con las lenguas europeas ya tenía bien determinadas las tres partes de su gramática: la prosodia, la analogía y la sintaxis. En su prosodia ya tenía fijados los doce sonidos fundamentales de su fonética actual llamados vocales, como siguen:

         a, e, i; o. u, y; orales y

         ã, ẽ, ĩ, õ, ũ, ỹ; nasales;

y los catorce sonidos auxiliares o secundarios llamados consonantes:

         mb, ch, nd, ng, g, h, k, m, n, p, r, s; t, v.

 

         Por eso, seguramente, más de la mitad de las voces de su léxico era y es pronunciada con el timbre nasal. Y en la construcción de sus principales vocablos el idioma hace uso de las siete figuras de dicción que son la de adición, la prótesis, la epéntesis y la paragoge, ejs.: eiu, venga; mbohapy, tres; apytu'urã, cerebelo; la de resta, que son la aféresis, el síncopa y la apócope. Ejs.: tũ, de satu, nigua (pique), de satu, ciego; karia'y, de karai ra’y,      hijo de karai; kurepi, de kurepire, cuero de cerdo y la de metátesis o cambio, nẽ hã'ã de nẽ ãhã, esfuerzo o empuje del corazón; yvyra, de yvarã, madera.

         En su Analogía, para expresar las representaciones mentales: conceptos, imágenes e ideas, se vale de la metáfora; de la sinécdoque y de la metonimia. Por metáfora aplica al alma el nombre de la sombra que proyecta necesariamente el cuerpo frente a la luz llamándola ânga, por apócope. ã, la sombra. Por sinécdoque, llama ka'aguy, al bosque, por el espacio superficial que cubre su fronda. Y por metonimia llama mbarakaia al gato, porque el ambiente propio de este felino es la montaña, mba'erã kãmbava, montaña; pues el gato con su garra es el único animal capaz de escalar cualquier ladera a pique, y, siendo carnívoro y detestando el agua, se conserva limpio y sin hedor.

         Los modos en la conjugación de los verbos guaraníes se indican con una palabra. El modo indicativo se expresa con el vocablo ta, el subjuntivo con la voz ne y el imperativo con el término ke.

         En la conjugación castellana el sujeto de la proposición se expresa con la terminación del verbo en forma personal; en el idioma guaraní el sujeto se indica con una partícula que antecede al verbo y que son siete, porque el idioma emplea siete personas: tres en singular y cuatro en plural, ellas son a, re, o; ejs.: a iapo, yo hago; re iapo, tú haces; o iapo, Juan o él hace, en singular; ia iapo, nosotros hacernos; ro iapo, él y yo hacemos; pe iapo, vosotros hacéis; ha'ekuera o iapo, Juan y Pedro hacen, en plural.

         Y en la sintaxis la palabra terminada en vocal nasal se construye con la posposición me. Vgr. a ha nũme, voy al campo; o nẽ'ẽ guaranime, habla en guaraní; en tanto que la terminada en vocal oral usa la partícula pe. Vgr. a ha ógape, voy a casa, o ho tupãópe, fue al templo.

 

 

SIGNIFICADO DE LA PALABRA GUAIRÃ

 

         Existen en el Paraguay dos problemas científicos fundamentales que como las pirámides de Egipto o de Yucatán, no han sido estudiados con suficiente detenimiento por nuestras intelectuales y por algunos sabios extranjeros que colaboran en la solución de los problemas científicos de esta Nación. Esos grandes problemas son: 1º) el conocimiento de la raza autóctona que comenzó a mezclarse con los pueblos de España y Portugal en el siglo XVI, y 2º) la lengua, también autóctona en que tuvieron que entenderse los europeos con los naturales de esta parte de las Américas para realizar las grandes empresas que fueron los objetivos de sus riesgosas expediciones y conquistas. Y esos detenidos estudios requeridos para la solución de los citados problemas científicos, no debe haberse esperado que hayan realizada los colonizadores del país, porque ya se sabe que desde la fecha del descubrimiento de este continente hubo equivocación de parte de los españoles al aplicar los nombres de India a las tierras recién descubiertas e indios a los naturales de las mismas.

         Se sabe también que la expedición de Colón horas antes del 12 de octubre de 1492, tuvo graves disturbios a bordo, por lo que se resolvió dar el nombre de San Salvador a la tierra que se descubriere. Por esa la primera pregunta que los tripulantes dirigieron a los habitantes de la isla a que llegaban fue «cómo se llama la tierra de ellos». Y los naturales de la misma creyendo que les averiguaban quienes son ellas contestaron GUARANỹ, porque no entendían el castellano y porque creyeron, como es lógico, que los tripulantes querían saber quiénes son los dueños o los ocupantes de esas tierras. Así se sabe que el dominio de las guaraníes se extendía del archipiélago de las Bahamas al Este hasta la América Central al Oeste y de la península de la Florida al Norte hasta el golfo de Darién a la actual Venezuela y las Guaianas al Sud, comprendiendo de esta manera un vastísimo territorio marítimo e insular que se llama hoy de las Antillas Mayores y Menores.

         En una de las Antillas Mayores que la expedición de Colón denominó la Ispaniola y que los naturales llamaban Haity, de nãnde raity, nuestro nido, se había organizado la nación guaranỹ bajo la autoridad de los karives. El imperio guaranỹ pues, se acunó sobre las templadas aguas del Golfo de México y sus súbditos aprendieron a navegar de isla en isla como hicieron los griegos de la antigua Hélade para llegar hasta la Anatolia en el Mar Mediterráneo. Así los guaraníes llegaron, a las playas de las tierras firmes del sud con una cultura y una lengua ya fijadas con las cuales subyugaron con facilidad a los pobladores autóctonos continentales.

         Pero, antes de avanzar más en el desarrollo del tema de la conferencia vamos a dar una somera explicación de la etimología de las palabras karive y guaranỹ.

         Los griegos designaron el concepto de la naturaleza con la palabra phisis y los guaraníes con la voz kui; de ahí que éstos llaman kui'a a los astros; kui'a iaia a las estrellas; kui'a resyha al sol; kuimba'e al ser humano varón y kunã de kuinẽ'ã a la mujer o a todo ser biológico femenino, diciendo, por ejemplo, ype kunã, a la pata y iagua kunã a la perra.

         La voz kui'a, por síncopa, se convierte en la palabra ka; ka'a es el vegetal y kui'ára el individuo de la especie humana. En el idioma guaraní, como en varias otras lenguas, se trata de suavizar el sonido fuerte de ciertas letras vocales y consonantes, así se cambia la pronunciación en el idioma guaraní de las vocales: a y ã en e y ẽ, las o y õ en ue y úẽ, la k en g, la p en mb y en m y la t en d. Por ello en guaraní se convierte la voz kui'ára en guára y la frase po ha py en mbohapy para expresar las tres unidades en su numeración. Y en el idioma español la derivación de una palabra de otra se hace sacando la nueva de la latina, de la cual vino la palabra española; por ejs.: la palabra bonita viene de la latina bona, el vocablo portero viene de la palabra latina porta y el superlativo fortísimo sale del latino, forte del que a su vez vino el adjetivo castellano fuerte.

         En el idioma guaraní los adjetivos auténtico, verdadero, real, exacto y puro se expresan con las palabras ite y ete; ite se emplea con voces terminadas con las vocales a, ã y o y õ, en tanto que la voz ete con las terminadas en las vocales e, ẽ, i, ĩ, u y ũ; así se dice de kui ára ite karaite, de que resulta, por apácope la palabra karai y de pokõite, exactamente dos y de ello pokôi o mokôi, que significa exactamente dos en la numeración del idioma.

         De la palabra karai vino la frase karai ve que significa más karai o el jefe de los karai, porque el vocablo ve tiene en el idioma guaraní el significado de más o superior, en este caso superior de los karaiete o de los verdaderas o auténticos guáras. Así se sabe que los karaives o karives fueron los que detentaban el poder o el gobierno político, moral y religioso del imperio de los guaraníes y dieron su nombre al Mar Mediterráneo del Nuevo Mundo.

         Debe saberse también que en el idioma guaraní la vocal i, primitivamente, no significa el adjetivo pequeño, sino, como se dijo precedentemente, lo verdadero, lo auténtico y lo exacto. De ahí pasó a significar el posesivo de él o de ella en el lenguaje directo; así se dice: i sy, su madre; i po, su mano, y en el lenguaje figurado i pochy, se enoja o su enojo; i pychĩ ĩ, de poco ancho, o su poco ancho, etc.

         Sábese igualmente que el pueblo de los karives o de los guaraites de las Antillas estaba rodeado al Norte por los aztecas, al Oeste por los mayas de la América Central y en las tierras firmes del Sud por los muiscas y los incas.

         Y todas esas naciones eran gobernadas por autoridades absolutas, dueñas de vida y hacienda de sus súbditos. En cambio los guáras de las islas obedecían solamente a la autoridad del padre, ru, o de otra persona designada para mandarles en calidad de padre, es la que se llamaba mburuvicha de mborúvaicha o como si fuese padre.

         El mismo Dios, único y espiritual de los guáras, se llama rupãve o tuvapãve, de la que vino, por apócope, la palabra tupã que designa el Dios bueno y todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, yvága ha yvy, porque la voz pavẽ expresa el concepto de todo y para todo, como la palabra latina ómnibus y por eso también que en la apreciación y comparación del tamaño de las cosas y de los hechos, el idioma guaraní emplea la voz túvaicha que por síncopa se reduce a la palabra tuvicha y tuichave grande y más grande.

         Los pueblos del imperio insular, en consecuencia, no admitían la intervención de las autoridades absolutas de las naciones que les rodeaban; por eso estos guáras se mostraban desdeñosos y engreídos con ellos. De esa conducta los insulares tomaron la frase guára nỹrõ como apelativo, frase que con el uso se redujo en la palabra guaranỹrõ y ésta por apócope en guaranỹ, término que la crónica de la expedición de Cristóbal Colón escribió guanahani.

         Estudiando a los karives y guaraníes desde el punto de vista antropológico se encuentra que ambos pertenecen al grupo humano llamado de los celtas, de hombres medios, de piel cobriza, cuyo índice de estatura oscila sobre los 0,52 centímetros, es decir, de tipo mesaticílico, grupo humano que en la antigüedad surgió del Helesponto y pobló posteriormente toda Europa, las islas vecinas y los países del litoral del Mar Mediterráneo. Este grupo de hombres constituye la base de la población autóctona de las actuales naciones de Europa y América. Se ha encontrado también que los taínos de las islas del Mar Karive son idénticos a los guanches de los archipiélagos de las Canarias y de las Azores y los canarios y los karives o guaraníes no son blancos, amarillos ni negros; por su esqueleto ni sistema pilosa, san cobrizos y de una misma costumbre doméstica, lo que prueba que ambos grupos son célticos y atlantes; es decir pobladores de Europa y del Océano Atlántico al occidente del Mundo Antiguo.

         Los karives y guaraníes tienen la costumbre de sazonar su comida con la sal, por lo que los poblados de los mismos en sus migraciones del Sud del continente procuraban no apartarse mucho del litoral marítimo o de algún mar interior del continente.

         El primer grupo de los karives entró en la tierra sudamericana por el lago Marakáivo, que entonces era todavía mar y salió a la hoy llamada República del Ecuador, frente al inmenso pacífico, donde residió varios siglos y dejó muchos nombres guaraníes en su toponimia. De aquí rondando hacia el Este los poblados de los incas salió en las confines tropicales del antiguo Parãkua o Parãkuare Guasu, hoy Gran Chaco, donde encontró todavía bastante salada el agua de los siete lagos del actual Matto Grosso, por lo que en los primeros tiempos esos lagos llevaban también el nombre Lagos de los Karives y de allí, navegando hacia el Sud, el río por el que había empezado a desaguarse el nombrado Parãkua, encontró la mina de sal en el cráter de un volcán apagado de la Era geológica primaria entre los cerros Takambu y Lambaré de mba'e re'ẽmbare en cuyas veras se estableció en estas partes de la América del Sud. En esas lejanas edades la hoy llamada región Central del Paraguay era una isla limitada al Norte, Este y Sud par los lagos llamados entonces Parãkuaremi, después Parãkuare'i, hoy Ypakarai, de Ypa de los karives, e Ypa Pu'ã, hoy Ypõa y al Oeste el río Parãkua'y hoy también río Paraguay. En esta isla se entraba por tierra solamente por el Sud recorriendo la serranía de ka'a Puku, hoy Caapucú. De ello vino el nombre Carapeguá, de karive rapepegua, porque la población de ese nombre se encuentra en la entrada misma del territorio ocupado entonces exclusivamente por los karives.

         Así dice que la autoridad de los guaraníes que encontró en el Paraguay la expedición de Juan de Ayolas en 1536 tenía como jefe a los caciques Lambaré y Nãndu Guasa Ruvicha. Pero, estudiado mejor aquel histórico encuentro se descubre que aquí no había el tal cacique Lambaré sino el jefe principal de los pueblos guaraníes al que los mismos llamaban Nãnde Guasu Ruvicha; es decir Nãnde Retã Guasu Ruvicha. En tanto que el extenso territorio llamado Te'ỹikua, de te'ỹi kua, estaba regado por los ríos Paraguay, Paraná, Uruguay y sus afluentes y era poblado por numerosas tribus de guaraníes y guaranizadas que los kari'o de Yvyty-pane (la actual región central del Paraguay) llamaban te'ýi, de nãndeva râmo iepe nda ha'éi nãnde téva; es decir, que si bien son de nuestra estirpe no son de nuestra misma familia.

         En la gran hoya de la América del Sud, regada por los ríos Paraguay, Paraná, Uruguay y sus afluentes se encuentran tres grandes regiones mesopotámicas donde no existen tierras estériles, ellas son las de las actuales provincias argentinas de Entrerríos, Corrientes y Misiones, de la Región Oriental del Paraguay y de la limitada dentro de esta última por los ríos tebicuary, cuyos nombres aborígenes son Te'ỹikuary mi, y Te'ỹikuary guasu, es decir, río de las comarcas pobladas por los te'ỹi en cuya parte central se ha fijado la planta urbana de la ciudad de Villarrica del Espíritu Santo, no lejos de la panorámica serranía del Ybytyrusu. Pero los villarriqueños no eligieron el lugar para el asiento de su ciudad solamente por las perspectivas poéticas de sus montañas, sino también por la fertilidad de sus tierras, por las frondosas selvas que le circundan y sobre todo por las laboriosas, y ricas reducciones de Caazapá y de Yuty que le servirían como respaldo hacia el Este y el Sud contra los mamelucos que les venían persiguiendo, y porque en esta última mesopotamia, defendida siempre con todo tesón por los naturales llamados mbya y ka'ỹguã, jamás pudieron entrar los bandeirantes portugueses.

         Muy posteriormente, o varios siglos después; otros grupo de guaraníes encabezados por sus autoridades karives rebasó también el Mar de las Antillas hacia el Sud y, sin apartarse mucha del litoral oriental del continente, dio el nombre de Yparã Guasu al actual Amazonas, Parãho, de Yparãkoháva a su desembocadura y Pororóka al encuentro de las dos aguas, dulce y salada, en el Atlántico. Esta tanda de karive se estableció en la gran bahía llamada actualmente de Río de Janeiro a cuyos individuos describió el sabio alemán Alejandro de Humboldt en su célebre obra titulada Viaje a las regiones equinocciales, ya a comienzos del siglo XIX.

         Entretanto los guaraníes del Paraguay ya había llegado también al litoral oriental del continente, al Mba'e Vera Guasu (el Atlántico) y fijado la toponimia de los países que habitaban, el nombre de los minerales, de las plantas, de los animales y de los ríos del Te'ỹikua. Así, se sabe que los guaraníes llamaban ytũ a los saltos y las cascadas de los ríos, mba'e rãkãmba a la montaña; nũty a las praderas o grandes extensiones de superficies despobladas de árboles y cubiertas solamente de pastos; ka'aguy a la selva, ka'asãpa al bosque de poca extensión, soto; ysyry al río; y'a al arroyo; y'aty al estero, etc. Así a la caída del río Paraná en la hoya del Parãkuare Guasu llama Ytũ Saingo; al gran salto de Las Siete Caídas o del Guairã Ytũ Guasu e Ypa Guasu al actual Lago de los Patos, del Estado de Río Grande del Sud del Brasil, porque los europeos creyeron que los naturales aplicaban el nombre de los grandes patos silvestres que encontraron abundan en él; pira põrã mi al pez llamado el dorado en castellano del que vino, por apócope, el nombre pirapo a varios ríos de la región y iakare al cocodrilo para significar que este anfibio, vive en los arroyos cabeceros de los grandes ríos y en las costas de los lagos sin salir nunca al mar abierto.

         Al explicar la etimología de la palabra guára, el ser humano, hemos afirmado que para distinguir el verdadero guára de buena clase se le agrega la palabra ite que significa el adjetivo puro o de buena sangre; es decir, que el guaraite es un guára de categoría no un guára cualquiera que simplemente lleva cabello áva, o que sea un ava reí, como se dice hoy en día, sino un ser humano perfecto y distinguido. Pero la palabra guára, por apócope, se reduce a la voz gua y el adjetivo ite a la letra i. De esta manera, se convierte la frase guára ite en la voz gua'i. Así, cuando a un villarriqueño se dice que es un gua'i no se le rebaja en su calidad, sino, por el contrario se le aplica un apelativo de pureza y distinción; que es lo que queremos demostrar, como diría un profesor de matemáticas.

         Pero, hay más, en el idioma guaraní se emplea muy frecuentemente el adjetivo ra'ãnga; se dice, por ejemplo, la palabra paraná, que viene de la frase parã rã'ãnga y el vocablo yvyra que, por metátesis, resulta de yva rã'ãnga. Y en estos casos la palabra rã'ãnga no tiene el significado de falso, como lo tiene cuando se dice camba rã'ãnga, sino el de parecido, semejante, retrato, o representación de una persona o cosa. En esta forma paraná significa parecido al mar, yvarã, figura de mango, o para bastón y de ahí nde rã’ãnga, su firma o su fotografía. La palabra rã'ãnga, pues tiene el significado de ânga, o del alma humana; es decir, una de la dos partes principales que integran el ser humano, el individuo o indivisible. Y el ser humano es individuo o indivisible porque el cuerpo y el alma del mismo son inseparables para que viva. Y bien se sabe que en toda cultura espiritualista como la del pueblo guaraní el alma está en todo momento antes que el cuerpo y que ella es la fuente de la moral, de la estética, de la fe religiosa y del bienestar humano; por eso en guaraní se saluda con la frase mba'e ânga teîpa a la que se contesta ânga põrãnte hîna y se agradece con la palabra ãngaguivete para indicar que desde el alma misma, o desde el fondo del alma, se reconoce el bien o el favor recibido.

         Guairã pues, que viene, de la frase gua'irã-ãnga, expresa el alma de la más distinguida clase de gente de la especie humana, o del homo sapiens, como diría el naturalista, y esto es lo que queríamos demostrar también.

         Pero, hay más, la palabra guairã es una de aquellas que han caído con gracia en el léxico español para expresar idea de gran significación, como el vocablo atlante que se refiere a un fabuloso continente desaparecido en el mar, en pocas horas, situado al accidente del Mundo Antiguo, o al segundo gran océano del Planeta que habitamos y que oculto por siglos en el Occidente de Europa «las bellísimas tierras cubiertas de jazmín y enredaderas», como diría el poeta, y así como la voz Guairã que expresa el nombre del principal puerto sobre el Atlántico de los Estados Unidos de Venezuela, designa unas fertilísimas regiones de las heroicas tierras del Paraguay y actualmente el gran Salto de las Siete Caídas del río Paraná al cruzar la serranía de Mbarakaiu en cuyo ámbito hace cuatrocientos años se fundó la progresista ciudad de Villarrica del Espíritu Santo.

         Pero hay más, conviene también saber que la llamada Provincia Gigante de las Indias comprendía cuatro clase de población: 1º.) La llamada por los españoles Nuestra Señora de la Asunción donde residían las autoridades política, judicial y religiosa de la colonia y Paraguay por los guaraníes, quienes aplicaban este nombre a cuatro cosas diferentes: a) a la ciudad capital, porque ella ésta asentada sobre la margen del río del mismo nombre; b) al río, porque es el desagüe del Parãkua; c) al inmenso territorio regado por el mismo en toda su extensión, y d) a los habitantes de ese territorio, paraguai, apócope del adjetiva metonímico paraguaygua, porque los españoles no sabían pronunciar el sonido gutural y, típicamente guaraní, representado por los escritores de nuestro idioma autóctono con la letra griega llamada ypsilon. (Y)

         2º.) Las villas, pobladas por gentes procedentes de la península ibérica, como Villa Concepción, Villa Rica, Villa del Pilar, Villa Encarnación, etc.

         3º.) Los llamadas capillas donde existen edificios destinadas a la práctica y a la enseñanza de la religión cristiana y en que alrededor de los mismos se organizaba una población formada por gentes de varias procedencias, como Capilla Borja, Capilla Belén, Capilla Loreto, etc.; y

         4º.) Las llamadas reducciones, en que alrededor de un templo se organizaba un pueblo formado por neófitos o aborígenes recién convertidos a la religión cristiana, dirigidos por religiosos y gentes dedicadas a la explotación agrícola, ganadera y forestal, como Caazapa, Yuty, San Juan Nepomuceno y los pueblos de las actuales Misiones del Paraguay y de la República Argentina.

         Pero hay más, de este modo, encontramos que la población de Villarrica del Espíritu Santo estaba formada exclusivamente por gente de origen europeo y de costumbres y creencias españolas. Por ello, lo corresponde muy bien el significado de la palabra guairã porque representa cabalmente a generaciones de la mejor calidad en esta parte del Paraguay.

         Pero hay más, sabemos también que Alejo García descubrió el Paraguay atravesando de oriente a occidente la zona del Guairã; que el Segundo Adelantado del Río de la Plata, Alvar Núñez Cabeza de Vaca, en 1541 atravesó también el Guairã para venir a tomar posesión de su cargo en Asunción y socorrer, dice, a los españoles rodeados de aborígenes hostiles en la capital de la colonia; los Gobernadores del Paraguay han fundado varias ciudades en la región del Guairã; que la Villarrica del Espíritu Santo también se fundó en 1570 en la región del Guairã; que los religiosos franciscanos y jesuitas fundaron igualmente prósperas reducciones en la región del Guairã; que los mamelucos hicieron sus depredaciones de un confín a otro de las pobladas reducciones del Guairã, y que el primer gran movimiento armado de los naturales de Sudamérica, por cierto de importancia histórica, contra los usurpadores de sus tierras y bienestar, llamado Guerra Guaranítica se produjo también en la extensa zona del Guairã.

         Corresponde, pues, ahora expresar sintéticamente por qué sucedieron en esta parte del Nuevo Mundo los grandes acontecimientos históricos referidos muy someramente en los párrafos precedentes.

         La villa española fundada en la margen del Paraná Panéma agregó a su nombre el adjetivo rica no solamente porque en la región se haya encontrado la mina de un metal de gran valor y utilidad, el hierro, sino la misma queda un poco más al sud del trópico de Capricornio entre los meridianos 50' y 60' Oeste de Greenwich y formada, desde el punto de vista geológico, de tierra sedimentaria firmemente fijada a la capa terrestre, libre de movimientos sísmicos y volcanes de la misma llamada también tierra guaranítica, o colorada, de gran fertilidad para las producciones agrícolas, forestal y ganadera; por eso los naturales de la región tenían una abundante producción de varias clases de maíz, de mandioca, de poroto, de batata, de algodón, de manduvi, de andai, de kurãpepe, de avakachi, etc. y les eran accesibles una gran variedad de peces, de aves y de animales silvestres, cuya carne, piel y asta utilizaban para su subsistencia, ropas, arma, abrigo y adorno. Debe saberse, por último que ellos no tenían perros mariscadores, perdigueros, ovejeros ni galgos ni podencos que ahuyentaran los animales de caza. Además. Cultivaban el tabaco y con la yerba mate, de producción natural, preparaban la bebida llamada ka'ay, cuyo uso se extendió hasta más allá de los pueblos propiamente guaraníes.

         En esta forma, pues, le vino a propósito o de perilla el adjetivo rica a la villa que fundara hace cuatrocientos años en la zona del Guairã el célebre Capitán español Don Rui Díaz de Melgarejo.

         Por otra parte, conviene anotar que por quedar la región del Guairã en la parte central del antiguo territorio del Paraguay colonial y haber recibido menor cantidad de inmigrantes foráneos, los habitantes han podido conservar mejor el estilo del hablar del siglo de oro español, hecho que se manifiesta en la dicción de los miembros actuales de familia típicamente guaireña y en las obras literarias de sus escritores, como también en la riqueza de la lengua autóctona usada por los naturales en la época de los Padres Armenta, Montoya y Bolaño.

         Igualmente conviene señalar que el desconocimiento de la ideografía característica de una lengua propende a deformar ciertas voces y frases de su léxico. Dicho desconocimiento ha llegado a variar ya en los primeros tiempos del contacto de la lengua española con el idioma guaraní el nombre Tupã Ykua del actual lago Ypakarai por la de Tapa icua, frase que no expresa ninguna idea en el idioma autóctono del Paraguay; no obstante ello, los escritores del país han tomado la frase como base para crear sobre ella una leyenda interesante que trata de la casual aparición de una imagen de la milagrosa virgen de Ka'akupe.

         En los tiempos actuales con la mala pronunciación de la palabra iasy'ẽndy, luz de la luna, el vulgo ha creado la voz ñaseindy que no expresa tampoco ningún concepto en el idioma guaraní; no obstante ello también, la ciudad Capital de la República ostenta airosa con ese nombre un monumental y hermoso rascacielos en la céntrica esquina de las calles 14 de Mayo y Oliva.

         Y por último, conviene asimismo tener presente que debido también a la referida ignorancia muchas palabras y frases guaraníes empleadas en la toponimia de ciertos lugares del Paraguay están alteradas, vale decir, las españolas guaranizadas o, las guaraníes castellanizadas; como Yaguarón, Itapúa, Cerro Corá, etc., Yaguarón viene de la voz guaraní i'akua hũ, fuente negra de agua, es un vocablo castellanizado, porque ninguna palabra guaraní termina en letra consonante; Itapúa viene de ita pu ã, piedra levantada a loma de piedra y Cerro Corá, de cerro corral o corral de cerros o lugar rodeado de cerros, en guaraní puro se dice ybyty iere. La palabra cora es una voz castellana-guaranizada, porque en el abecedario guaraní no existen las letras consonantes castellanas (rr) erre ni (l) ele.

 

 

 

 

INDICE

 

A modo de Prólogo

Dificultades para establecer la Escritura del Idioma Guaraní

Advertencia

Introducción

Significado de la Palabra Guairã

 

 

 






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