FRANCISCO Y LA IMPORTANCIA DEL LIDERAZGO ÉTICO

Por ALBERTO ACOSTA GARBARINO

La semana pasada estuvo en el Paraguay el papa Francisco, que es, a mi criterio,  el líder ético más importante del mundo.

Justamente, en un momento en que tanto la política como la economía han perdido su norte ético, la aparición de un liderazgo de las características de Francisco es una bendición, no solamente para la Iglesia Católica, sino para la humanidad en su conjunto.

Para entender la importancia que tiene el liderazgo ético en todo grupo humano, es muy útil conocer algunos conceptos desarrollados por el filósofo contemporáneo André Comte-Sponville.

Él divide a la sociedad en tres órdenes sociales diferentes: el técnico-económico, el político-jurídico y el moral y ético.

Para Comte-Sponville, el orden más bajo debe ser el orden técnico-económico, cuya lógica es crear cosas y ganar dinero. Si este orden no tiene uno superior que lo contenga, podemos encontrarnos con un científico creando un monstruo o un empresario perjudicando al resto de la sociedad tras su único objetivo de enriquecerse.

Para que esto no ocurra, este orden debe estar subordinado a un orden superior: el político-jurídico, cuya lógica es la obtención del poder y consecuentemente, la capacidad de fijar reglas para la sociedad.

Si este orden, a su vez, no tiene a otro superior que lo contenga, podemos encontrarnos con dictadores que violan los derechos humanos o políticos populistas que con el objetivo de distribuir riqueza confiscan la propiedad privada de las personas.

Por eso, este orden político-jurídico también debe estar subordinado a un tercero, el más importante: el orden moral y ético, cuya lógica lo define muy bien Emmanuel Kant cuando dice: "Todo lo que se hace por deber es moral y todo lo que se hace por amor es ético".

En una sociedad ordenada y armónica, este orden ético se debe encontrar por encima del orden moral, este a su vez por encima del político-jurídico y este por encima del técnico-económico.

En el mundo actual tenemos invertidos estos órdenes, porque en la globalización económica y en la sociedad consumista en la que vivimos, se ha puesto en el altar al dinero, al consumo y al poder. Con el dinero se obtiene el poder político y ambos no conocen límites morales ni éticos.

Por eso las enseñanzas de Francisco nos tienen que hacer replantear totalmente el funcionamiento de nuestra sociedad y, sobre todo, el de nuestros liderazgos.

Liderazgos empresariales (del cual formo parte) cuyo único objetivo sea ganar dinero, sin importarle el cumplimiento de las leyes, sin respetar el ambiente ni los derechos de los trabajadores y de los consumidores, es un liderazgo que debe ser controlado por el poder político.

Pero un liderazgo político que busque perpetuarse en el poder con la fuerza del dinero o con la corrupción estatal; que estimule el odio y la lucha de clases y que caiga en el populismo y en la demagogia, debe ser contenido por los liderazgos éticos y morales.

El problema del Paraguay es que la principal institución del orden ético y moral del país, que es la Iglesia Católica (no es la única), se encuentra desde hace años en un grave proceso de deterioro de su credibilidad.

La presencia del papa Francisco en el Paraguay tiene que sacudirnos a todos, pero principalmente a la Iglesia Católica de nuestro país. Es cierto que los obispos han hecho un compromiso de cambio ante el Papa durante la misa de Ñu Guasu, pero usando términos futbolísticos –que tanto le gustan a Francisco– es poco factible que un equipo desprestigiado y con pocos buenos jugadores pueda cambiar su forma de jugar, por más que haya recibido instrucciones del mejor director técnico del mundo.

Un cambio radical en el funcionamiento de un equipo pasa indefectiblemente por una renovación de sus jugadores. Ojalá la Iglesia Católica pueda hacer esa renovación, porque la consolidación de nuestra democracia y nuestro desarrollo con equidad requieren indefectiblemente de liderazgos morales y éticos, que nos marquen el norte.

Ese liderazgo es el que hoy ejerce el papa Francisco a nivel mundial.

Fuente:  ULTIMA HORA (ONLINE)

www.ultimahora.com

Sección OPINIÓN

Domingo, 19 de Julio de 2015

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