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LUIS ROJAS VILLAGRA

  LA ECONOMÍA: ENTRE LOS VAIVENES DE LA COYUNTURA Y SUS RAÍCES ESTRUCTURALES - Por LUIS ROJAS VILLAGRA


LA ECONOMÍA: ENTRE LOS VAIVENES DE LA COYUNTURA Y SUS RAÍCES ESTRUCTURALES - Por LUIS ROJAS VILLAGRA

LA ECONOMÍA: ENTRE LOS VAIVENES DE LA COYUNTURA Y SUS RAÍCES ESTRUCTURALES

Por LUIS ROJAS VILLAGRA, 1

 

El momento actual en que se encuentra la economía del país, está fuertemente marcado por dos hechos principales: el primero, el desplazamiento y sustitución del grupo político que controló el Estado y hegemonizó el poder por seis décadas, bajo cuya gestión se construyó un sistema económico excluyente con pésimos resultados sociales. El segundo hecho que condiciona la coyuntura, es la crisis económica mundial desatada apenas un mes después de la asunción de Fernando Lugo, lo que provocó un cambio importante, aunque no decisivo, en el escenario económico del país. La gestión del gobierno, la estructura económica heredada del pasado y los cambios ocasionados por la crisis global, son los elementos a tener en cuenta al evaluar la situación económica actual y sus posibles tendencias.

 

RAÍCES ESTRUCTURALES DEL PARAGUAY

Nuestro país está ubicado geográficamente en el centro de Sudamérica y, paradójicamente, se encuentra en la periferia de la economía mundial en general, así como de la economía del cono sur en particular. Su situación de país pequeño con escaso desarrollo entre dos grandes como Brasil y Argentina, lo han ubicado como país de menor desarrollo relativo, vulnerable y dependiente de los vaivenes de la economía mundial y regional.

El Paraguay está estructurado económicamente a partir de la propiedad y distribución de la tierra, principal factor de producción del país, pues tiene una población de poco más de 6 millones de habitantes, sobre un territorio más extenso que el de Alemania o Japón, lo que ha determinado una baja densidad poblacional sobre tierras altamente fértiles para la actividad agrícola. La historia del país está íntimamente vinculada a las disputas generadas alrededor de la tierra, la que ha sido acaparada en el siglo pasado por un reducido grupo de propietarios, generando concentración económica y desigualdad social, rasgo tan característico de los países latinoamericanos.

Luego de una exitosa experiencia en el siglo XIX de apropiación y distribución de la tierra por parte del Estado, y de implantar un modelo incipiente de desarrollo hacia adentro sin endeudamiento externo,  el país entró a formar parte de forma funcional a la economía mundial de forma cruenta,  a través de la violencia de la guerra desatada por tres países vecinos. Las consecuencias inmediatas fueron, la enajenación masiva de las tierras públicas a manos de capitales extranjeros, y el inicio del endeudamiento crónico del país con la banca externa. La inserción del país al comercio internacional se dio a partir de la constitución de los enclaves de exportación de materias agrícolas y forestales, en medio de enormes latifundios y la explotación de la fuerza de trabajo campesina e indígena.

Esta característica se ha mantenido desde entonces, la de país proveedor de materias primas al mercado internacional y consumidor de productos industriales importados. Lo que en un principio fueron productos como el tanino, la yerba y la madera, cedieron su lugar en la actualidad a la soja y la carne, principales exportaciones del país. El sector primario del país representa un tercio del PIB, el industrial históricamente nunca ha llegado al 20 % dentro de la estructura productiva, mientras que el sector de servicios es el que más creció en los últimos años, constituyendo hoy más de la mitad del producto nacional, pero donde uno de los rasgos dominantes es la informalidad y precariedad de las actividades que allí se inscriben, fundamentalmente dentro del ámbito comercial. En general, los serviciosdependen y están vinculados directamente a la producción primaria, dándole el soporte y la logística para su funcionamiento.

El país ha sufrido importantes cambios en los últimos treinta años, con un fuerte desplazamiento de la población del campo hacia las ciudades y sus contornos. La estructura de la población económicamente activa se invirtió en este periodo, pasando los trabajadoresdel sector primario del 50 al 30 %, 2, mientras que los del sector terciario saltaron del 30 al 55 %. El empleo industrial se mantuvo invariable en torno al 18 %, siendo el área que no ha crecido en el país, a pesar del aumento de población disponible en las zonas urbanas. El capitalismo global, con su división internacional de actividades económicas, ha reservado al Paraguay la tarea de producir elementos primarios, ubicando los polos industriales de la región del cono sur sudamericano, principalmente en la Argentina y el Brasil.

Ya en la década de los noventa, los agronegocios tuvieron una expansión incontenible en el país, de la mano de las innovaciones tecnológicas desarrolladas por las corporaciones transnacionales en las áreas de la biotecnología, la industria química y la de maquinarias agrícolas. Esto ha hecho que Paraguay se especialice en la producción de un cultivo que no se consume en el mercado interno, la soja, triplicando la superficie cultivada en poco más de 10 años, convirtiendo al país en el 6° productor mundial y el 4° exportador del rubro, 3. En la actualidad existen 2.644.000 has de la oleaginosa, donde más del 90 % se realiza a partir de semillas transgénicas, lo que garantiza enormes beneficios para la corporación propietaria de la patente, la norteamericana MONSANTO.

El modelo de monocultivos instalado en el campo es altamente mecanizado, químico dependiente y con baja necesidad de trabajadores para su funcionamiento. Se estima que 1 operario de maquinaria agrícola puede cubrir una extensión de al menos 100 has, por lo que con solo 27.000 trabajadores se podría cubrir toda el área mecanizada en el país, 4; ello representa el 2,2 % de la Población Económicamente Activa rural, que llega a 1.200.000 personas. Este modelo económico ha aumentado la concentración de las tierras y los ingresos, provocando un desplazamiento permanente de la población hacia las periferias urbanas.

 

PARAGUAY  EN LA ANTESALA DE LA CRISIS MUNDIAL

La crisis económica desatada en setiembre de 2008 con la quiebra de instituciones financieras en EEUU, encontró al Paraguay con una economía caracterizada por la primacía de la producción primaria orientada a la exportación, una industria muy limitada y un amplio y creciente sector informal de baja remuneración. El proceso de extranjerización de la economía nacional se amplió a través de la venta de recursos naturales a inversores extranjeros, así como por la hegemonía de las corporaciones transnacionales en actividades estratégicas, como la importación y provisión de insumos intermedios y bienes finales, más la exportación de los principales productos. Las actividades de mayor rentabilidad alimentan la acumulación de capital de los países desarrollados, en detrimento de favorecer un proceso interno de ahorro y reinversión.

Al momento de desatarse la crisis, la economía paraguaya se encontraba de hecho en una crisis estructural crónica a raíz del modelo económico. Nuestra “propia crisis” se manifiesta en la calidad de vida de la población del país. Cerca del 50 % de ella se encuentra en situación de pobreza y un cuarto, en la miseria absoluta. La mitad de los paraguayos se encuentran subempleados o directamente sin empleo, multiplicando los fenómenos de ladelincuencia y la emigración, esta última agudizada en los últimos años principalmente a Argentina o España, por la falta de oportunidades en el país, lo que queda patente en que en el 2003 el 3 % de las familias paraguayas recibían remesas del exterior, mientras que en el 2007 han llegado al 9 %. A estas realidades se suman los bajísimos niveles de acceso a bienes esenciales como los servicios de salud y educación, a vivienda propia y servicios públicos, en gran medida a partir de que en el Paraguay se mantiene un Estado oligárquico, construido a favor de los grupos económicos dominantes, que no redistribuye la riqueza generada, entre otras cosas porque tiene la presión tributaria más baja de la región y un nivel de inversión social muy inferior al de los países vecinos.

Perdura en Paraguay la extrema desigualdad existente en todos los ámbitos. Hay amplios sectores con ingresos que no alcanzan para comer, así como hay otros, menos numerosos, con un nivel de vida comparable con los de Suiza o Noruega. La concentración de la tierra es profunda, con el 3 % de los propietarios detentando el 85 % de la superficie total, según el último censo agropecuario. 5

 

PARAGUAY  EN LA CRISIS GLOBAL

La crisis que se desató en los EEUU el año pasado encontró al Paraguay dentro de su histórica crisis estructural, a pesar de haber tenido crecimiento económico en los últimos años, lo cual de ninguna manera indica que haya habido un desarrollo económico en el país.

La crisis, que en un primer momento quiso caracterizarse como hipotecaria o bancaria en EEUU, finalmente se expresó como una crisis general del sistema capitalista, penetrando en la llamada economía real, afectando con fuerza a los empleos y la producción en casi todos los mercados. Esta crisis se ha sentido en Paraguay, principalmente en los sectores vinculados al comercio internacional y al de los migrantes en el exterior.

La crisis tuvo como consecuencia inmediata la caída del crédito a escala global. Ésta ha sido una de las vías por donde la crisis llegó al Paraguay, pues la oferta de capital depende en gran medida de los bancos internacionales así como de las corporaciones transnacionales del agronegocio, como CARGILL, BUNGE y ADM, que a pesar de ser principalmente compradoras y comercializadoras de productos agrícolas, también proveen de créditos e insumos a los productores de monocultivos mecanizados. En la campaña agrícola 2008-2009 los productores de soja se han encontrado frente a este problema de financiamiento tanto para la siembra como para levantar las cosechas, lo que ha motivado que los gremios sojeros hayan hecho un intenso lobby con las autoridades del poder ejecutivo y legislativo, a fin de que les den una mano habilitando fuentes alternativas de créditos para el sector.

Los sectores que componen el modelo agroexportador paraguayo han sido afectados por la caída de los precios de los commodities agrícolas en el mercado internacional, donde nuevamente se destaca la soja, principal cultivo de exportación del país, y cuyo precio había alcanzado picos históricos en el 2007-2008, descendiendo de cerca de 600 dólares por tonelada por causa de la crisis, a un monto aproximado a los 400 dólares. Sin dudas esto ha impactado en toda la cadena vinculada a la agroexportación, desde los proveedores de insumos, los productores mecanizados, los acopiadores y exportadores, hasta los proveedores de servicios como transporte, construcción de silos y otras infraestructuras. No obstante, esto no ha sido el golpe más duro para los sojeros, pues coincidió con una sequía muy fuerte que impactó con mayor fuerza aún en toda la producción agrícola del país, tanto la mecanizada como la tradicional, esta última desarrollada por los sectores campesinos. Elsector campesino tuvo problemas en el rubro del sésamo, a raíz de la reducción del precio, así como por la sequía.

Por otra parte, el notorio aumento del desempleo en los EEUU y en países de la Unión Europea ha golpeado de manera directa a los trabajadores de menor rango, ubicados en las labores menos calificadas, donde se ubican una gran cantidad de inmigrantes. Existe una importante presencia de paraguayos trabajando en España, EEUU y Argentina, quienes envían periódicamente remesas a sus familiares en Paraguay, que se han vuelto dependientes de dichos ingresos. La recesión global ha aumentado los despidos de inmigrantes en dichos países, por lo que creció el número de paraguayos que decidió retornar al país frente a la difícil situación en que se encontraron, o si no regresaron, disminuyeron de manera considerable el monto de las remesas que envían. Este hecho demuestra la gran vulnerabilidad de los inmigrantes que residen en países desarrollados, y la inmovilizante dependencia que van generando en sus familias. La carencia crónica de empleos en el Paraguay se ve agravada por la mayor presión que sufre el anémico mercado laboral interno, lo que repercute en  políticas internas de contracción de los salarios, amenazas de despidos y otras ventajas que en este contexto intentan obtener los sectores empresariales, buscando trasladar la crisis sobre los trabajadores.

Todos estos hechos han conducido a una fuerte caída del PIB en el primer semestre del presente año, con un 4,1 % menos en relación al mismo periodo de 2008, 6. El mayor responsable de esta caída fue el sector de los agronegocios, con un desplome en dicho semestre de -23,4 %, en función a la sequía, la desvalorización de los commodities y la contracción del crédito. La previsión para el crecimiento del presente año es de -3,8 %, ajustado a la baja por el Banco Central, 7.

En síntesis, la recesión globalizada lo que ha hecho en Paraguay es aumentar la presión sobre su frágil y excluyente modelo económico, agudizando los resultados negativos del mismo, aunque no los ha generado, pues sus debilidades e inequidades crónicas responden a la estructura económica implantada en el país por el capital internacional y sus servidores locales durante varias décadas.

 

HACIA EL STATU QUO

A partir de la crisis, el Paraguay, así como los demás países de la región y el mundo, se encontró en una encrucijada: reconstruir y salvar su actual modelo económico o encaminarse a transformarlo, creando un nuevo modelo de desarrollo económico y social, que necesariamente debe ser distinto al anterior.

En los EEUU y la Unión Europea, principalmente en el primero, se ha dado una masiva intervención de los gobiernos buscando rescatar a los bancos y a las industrias, como la automotriz, que han recibido elevadísimas sumas de dinero de los contribuyentes de esos países para evitar la quiebra, bajo el argumento que semejante inyección de dinero público ante las pérdidas privadas, sería el mal menor en el escenario en que se encontraban.

En el centro del sistema mundial, la opción asumida no presentó dudas: conservar el viejo esquema neoliberal, dándoles un renovado impulso a las mismas instituciones que con sus políticas de ajustes y reformas han sido grandes responsables del desbarajuste económico, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

En  los países latinoamericanos los gobiernos han asumido posturas dispares, a raíz de la mayor complejidad y polarización del panorama político de la región. Se han planteado diferentes planes para contrarrestar la crisis, con abundancia de recetas keynesianas y medidas de tipo proteccionista. Varios de los países han recurrido a un mayor endeudamiento externo para desarrollar sus planes anticíclicos de expansión de la demanda y el crédito públicos para estimular la economía.

En Paraguay la crisis mundial coincidió con el cambio en el poder político, hecho histórico pues quedaba fuera del gobierno un partido que estuvo en el poder desde 1947, es decir, 61 años de gestión de un partido indisimulablemente oligárquico. Ante este hecho, las expectativas de la población paraguaya de que el nuevo gobierno impulse cambios profundos desde su asunción, eran incluso desproporcionadas frente a las posibilidades reales del mismo, compuesto por una alianza muy heterogénea y una representación política muy limitada en el Parlamento. El advenimiento de la crisis económica en setiembre del mismo año ensombreció mucho más el escenario político y económico, que llevó al gobierno a una posición de cuasi-inmovilidad en relación a las promesas de cambio y la implementación de políticas que pudiesen corregir las históricas condiciones de desigualdad y exclusión.

La situación de crisis  hizo que la derecha empresarial y política, a través de los medios de comunicación a su disposición, elevara de forma creciente la presión sobre el gobierno de Lugo para que implementara un programa de políticas anticíclicas que pudiera contrarrestar la caída de la actividad económica. El Ministerio de Hacienda y el BCP optaron por conformar un plan anticrisis con políticas expansivas a nivel monetario y fiscal.

El mencionado plan anticrisis se basa en un renovado endeudamiento del Estado, fundamentalmente con el BM, el BID y la CAF, para ejecutar un programa de obras de infraestructura y construcción de viviendas, como principal medida de rápida generación de empleos e inyección de capital en la economía por un valor aproximado de 393 millones de dólares, 8. También contempla dotar de mayores recursos a las instituciones financieras del Estado como el Banco Nacional de Fomento y la Agencia Financiera de Desarrollo, para la reactivación del crédito al sector privado. Una parte considerable del capital obtenido a través de los préstamos internacionales, será dividido entre varias instituciones para lograr ejecutar las políticas planificadas en materia de salud y educación. Finalmente el plan del gobierno incluye aumentar el alcance de los programas de transferencias condicionadas a familias en extrema pobreza, medida tan promocionada y expandida en los últimos años en América Latina.

Las políticas monetarias se orientaron a proveer liquidez al sistema financiero a modo de contrarrestar la contracción de los préstamos. Cabe mencionar que el sistema bancario del Paraguay es uno de los más rentables del mundo para los bancos, por el margen de ganancia que obtienen de la intermediación financiera. El margen de intermediación es de casi 27 %, mientras los costos promedios de captación de ahorros son solo de 11 %, 9, lo que les ha generado a los bancos altísimas ganancias. El BCP tomó medidas como la reducción del encaje legal y la limitación de venta de bonos a los bancos, a modo de aumentar la disponibilidad de dinero en el mercado, pero paradójicamente los bancos internacionales a partir de la mayor liquidez aumentaron sus transferencias de capital a sus casas matrices, por lo que la política monetaria del gobierno no tuvo efectos significativos en el mercado nacional, sino que por el contrario, facilitó la salida de capitales del país.

Por otra parte, en consonancia con la fiebre proteccionista que desató la crisis (en realidad la hizo más visible, dado que el proteccionismo es una práctica extendida hasta en los países más fanáticos del libre comercio, como los EEUU, que no piensa retroceder en su política de subsidios a la agricultura para frenar las importaciones agrícolas), el Paraguay al igual que los demás miembros del MERCOSUR, tomó medidas para privilegiar la producción nacional, decretando un margen de preferencia de los productos locales en las compras del Estado hasta con un 70 % de sobrecosto en relación a los extranjeros. Este tipo de medidas, así como el aumento de las barreras para-arancelarias, se han multiplicado en todo el continente, incluyendo los EEUU.

Todo este paquete de medidas se encuadra en una política que busca insuflar fuerzas al desinflado sistema económico del país, aunque no incluye medidas que puedan modificarlo sustancialmente en ningún aspecto. La presión ejercida sobre el Poder Ejecutivo utilizando los medios de comunicación, ha tenido resultados positivos para los grupos empresariales, pues ha puesto el foco de atención sobre la crisis mundial y los negocios locales afectados por la misma, invisibilizando los problemas estructurales que desde hace tiempo afectan a la mayoría del pueblo paraguayo.

 

LA CLAVE DEL FUTURO ES ESTRUCTURAL

Los vaivenes de la coyuntura han consolidado las raíces estructurales de la economía paraguaya, dadas las políticas orientadas a conservar el viejo modelo que tanta desigualdad y pobreza ha generado en el Paraguay y la ausencia de políticas de fondo. Solo se ha buscado reanimar la economía doméstica de siempre, con un nuevo endeudamiento externo y el financiamiento fragmentado en varios frentes, sin procesos de reorganización productiva ni reorientación de los ingresos y la producción.

La crisis estructural histórica del modelo económico del país plantea la necesidad de ejecutar cambios en esa estructura, si es que se pretende incluir a la población excluida de la economía así como reducir la desigualdad existente. Sin transformaciones profundas, el país seguirá sin poder desarrollar un proceso interno de inversión y acumulación de capitales, en vista a la gran dependencia que tiene en los sectores más rentables del capital extranjero y la fuga anual de utilidades que alimenta la acumulación de capital en los países centrales. El Paraguay seguirá siendo un país proveedor de materias primas para el mercado internacional, absolutamente dependiente de la importación de productos industrializados, y con un excedente cada vez mayor de trabajadores sin ninguna oportunidad laboral en el país.

Para enfrentar la crisis mundial de forma efectiva, debemos necesariamente encarar la crisis estructural crónica de nuestra economía, articulando un programa de transformaciones que mínimamente contemple la redistribución de los factores productivos, tan concentrados en el país: la tierra, el capital, la tecnología y los conocimientos. Para esto es necesario implementar la reforma agraria integral, la reforma del sistema financiero, tanto público como privado, un plan nacional de desarrollo de tecnología apropiada, más el replanteamiento de los sistemas de educación y salud públicos. Se debe reformar el sistema tributario hoy regresivo, hacia uno progresivo que eleve la presión tributaria y los recursos genuinos del Estado, para cumplir con los demás programas sin recurrir al endeudamiento externo. Con políticas orientadas a las transformaciones estructurales se puede construir un modelo de desarrollo incluyente y sostenible, para lo cual es indispensable forjar una ciudadanía crítica y participativa, así como movimientos sociales fuertes y articulados.

 

1.- Economista e Investigador de BASE IS.

2.- Datos de la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos, DGEEC.

3.- Datos de la Cámara Paraguaya de Exportadores de Cereales y Oleaginosas, CAPECO.

4.- Rojas Villagra, Luis, Macroeconomía de la pobreza o pobreza de la macroeconomía, Revista Acción, CEPAG, N° 288, setiembre 2008.

5.- Censo Agropecuario Nacional 2008, Ministerio de Agricultura y Ganadería, MAG.

6.- Datos del Banco Central del Paraguay, BCP.

7.- ABC Color, Crecimiento económico negativo e inflación baja marcarán el 2009, 21 de junio de 2009.

8.- ABC Color, Expansión de política fiscal atraviesa senda tortuosa, 9 de agosto de 2009.

9.- ABC Color, Bancos cobran en intereses el doble de lo que les cuesta captar el dinero, 7 de enero de 2009.

 

 

Fuente en Internet: http://www.baseis.org.py

Publicado: Martes, 30 de Diciembre del 2009

 

 

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