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MARTA ESCURRA

  CONTRAPODER : NI PRENSA AMIGA, NI ENEMIGA - MARTA ESCURRA


CONTRAPODER : NI PRENSA AMIGA, NI ENEMIGA - MARTA ESCURRA

CONTRAPODER

NI PRENSA AMIGA, NI ENEMIGA

MARTA ESCURRA

 

Al tratar de analizar el rol de la prensa ante el Gobierno de Fernando Lugo, podríamos decir que no existen demasiados secretos. De buenas a primeras, es claro que él supo sacar provecho de esa simpatía que despertaba en los periodistas y directivos de medios de comunicación que lo apoyaron, salvo excepciones, hasta el 20 de abril.

La portada del Diario ABC Color de esa fecha lo confirma: una caricatura de Caló, en la que los candidatos, encabezados por Lugo, corrían hacia la meta, puso nervioso a más de un colorado en lo que ellos consideraban un mensaje subliminal para los electores y una clara violación a las leyes electorales. Convengamos que un dibujo no puede torcer los destinos de un país, pero toda la campaña previa simbolizaba en esas efigies humorísticas el sentir popular.

Por otro lado, la postura crítica de la ciudadanía ante un sistema gubernamental corrupto, ladrón y abusivo, fue otro elemento del cual el ex obispo supo sacar ventaja. Éste representaba el cambio (el fin de todas las injusticias sociales), una poderosa arma con la que logró propinar la peor paliza electoral de toda su vida a los candidatos de la Asociación Nacional Republicana, Partido Colorado.

Pero conviene poner bajo la lupa el contexto en el cual el obispo suspendido llegó al poder, qué discurso mantuvo sobre los medios de comunicación cuando era candidato, cuál es el que sostiene hoy como Presidente electo, y con esos elementos hacer una proyección de cuál sería su actitud frente a la libertad de expresión.

 

EL DISCURSO: DE CRISÁLIDA A MARIPOSA

 

Corría el 2006 cuando una vez Helio Vera llegó a la redacción de la Revista Dominical. Se me acercó para ofrecer "una nota impactante", una "exclusiva" con el entonces obispo Fernando Lugo, sobre su intención de candidatarse para presidente de la República. "Sería interesante para ponerlo en la tapa", me había dicho. Pero, un señor vestido de sotana como opción de portada, podría ser una idea un tanto transgresora atendiendo al estilo de la publicación. De todas maneras, el nombre de Lugo ya empezaba a sonar a los fines presidenciables y la expectativa estaba instalada.

Cuando las cosas ya se fueron definiendo y la Alianza Patriótica para el Cambio estaba en ciernes, el estatus de Lugo frente y los medios pasaba de la expectativa a la esperanza, de cómo un outsider, sin arraigo político, podría ser la respuesta a todas las plegarias de los paraguayos. Caramba, qué coincidencia.

Ya en épocas electorales, la relación prensa-Lugo se fue consolidando. Mientras por un lado, Nicanor Duarte Frutos, el Presidente y candidato a senador por la Lista 1 se deshacía en ataques a periódicos y canales de televisión, Lugo, con tono conciliador, declaraba que no propiciaría una ley de prensa ni restringiría el acceso a la información.

Sin embargo, ciertos hechos protagonizados por su gente y por él mismo nos decían lo contrario sobe su relación cordial con los medios. En el último tramo de su campaña, Aníbal Carrillo Iramain tuvo un entredicho con Manuel Bernardes: El incidente incluyó amenaza de cierre del medio y la no renovación por parte de CONATEL del carnet de locutor a Bernardes (por cierto, esa normativa ya no existe, ¿volverán ellos a ponerla en vigencia?). Aunque Carrillo luego hizo una disculpa pública, ya instaló la duda y nos dio un pequeño adelanto de lo que podría llegar a ser el escenario periodístico en el caso que llegaran al poder.

Pasado el estrés, llegó el gran día, el histórico 20 de abril, cuando el obispo accedió al poder a través de las urnas. Entró en su etapa de crisálida; en ese breve momento que transcurre entre cuando es elegido y espera asumir el poder, ocurre un fenómeno en el cual él todavía piensa como candidato pero ya asume algunas funciones y actitudes de gobernante. Por lo tanto, se produce una confusión de roles actuando a veces como gusano y otras veces como mariposa. Y es ahí nuevamente donde la actitud cambia, ya empiezan aunque leves, algunas agresiones a la prensa, criticando las malas noticias que se publican en las primeras 14 páginas de los diarios.

No es raro el cambio, pues al gobernante y al administrador no les gustan las "malas noticias", porque crean un clima de pesimismo en el público. Ellos se sienten mucho más controlados y se generan suspicacias sobre su gestión. En suma, se les complica la vida. Es claro que a todos los gobernantes del mundo les gustaría que dieran buenas noticias sobre ellos en particular y en cualquier sentido en general. Les gustaría que se hable de buenos resultados deportivos o sucesos que puedan ser entusiasmantes para la colectividad (espectáculos públicos y todo lo que pueda estimular un estado de ánimo positivo) y con ello minimizar un estado de ánimo negativo provocado por la publicación de malos resultados económicos, criminalidad, índices de corrupción, etc.

Esa crítica es síntoma de que Lugo ya está actuando como gobernante. Al enfatizar que las noticias son malas está sentando bases para que las críticas, llegado el momento, no sean tan agudas hacia él pues él ya "está recibiendo así de mal el país".

 

LA MODA LATINOAMERICANA

 

La relación del político latino con la prensa, en general, es mala y peor aún cuando los gobernantes son de izquierda. Por una sencilla razón: los grandes medios de comunicación pertenecen a empresas que generalmente son hostiles a las posiciones de izquierda. Personajes como Hugo Chávez (Venezuela), Rafael Correa (Ecuador) o Evo Morales (Bolivia) ya asumen el Gobierno con la oposición de un sector de las empresas periodísticas, y tienen así una tendencia natural a limitar el poder de la prensa.

De ahí es que siempre surgen las amenazas de limitarle el poder por vía de leyes como se efectivizó en Venezuela con el cierre de un canal de televisión.

En el Paraguay, Lugo marca una diferencia: desde el vamos recibe el apoyo de una prensa que no es de izquierda y también el apoyo de los periodistas de la izquierda, pertenecientes o no a esos medios. Este es un caso excepcional en ese sentido.

Por otro lado, Lugo no tiene el control del Congreso, por lo tanto amenazar con cualquier ley restrictiva sería una tontería. Al no tener el control del Congreso deberá negociar con los parlamentarios para que le sigan algún proyecto, y las negociaciones en el Paraguay son muy frágiles: la moneda de cambio será siempre el cuoteo político (tal vez una embajada, algún Viceministerio, un cargo aquí, una absolución allá, etc.).

Pero ese repertorio de cosas que se pueden dar a cambio es agotable y ese es el inconveniente con el que tropezará cada vez que desee llevar adelante un proyecto de ley para restringir a la prensa. Si quisiera seguir esa onda de los gobiernos de izquierda, va a tener que negociar con el Parlamento y ahí va a tener muchos problemas.

Podemos decir que si Lugo piensa seguir la moda latinoamericana de restringir la libertad de expresión a través leyes u otros mecanismos que requieran la aprobación de otros sectores de gobierno, no obtendrá éxito, o al menos le será bastante difícil. Refugiarse en estrategias tales como lanzar de tanto en tanto "ataques" a los medios, jugar a las escondidas, "pelearse" con Federico Franco, andar en motocicleta por el barrio o mantenerse en silencio, le resultarán efectivas para llamar la atención de la prensa cuando quiera cobrar protagonismo o desviar la atención de un tema conflictivo.

 

CORRUPCIÓN, UN LINDO BAILE

 

En el otro lado de la escena podríamos decir que habrá un lindo baile cuando los nuevos administradores saquen a la luz los casos de corrupción perpetrados por sus antecesores. Será, como después del golpe del 89, un festival de negociados que saldrán a la luz y coparán las primeras planas de los periódicos y titulares en radio y televisión.

Los medios tendrán que agudizar su olfato para poder procesar esa avalancha de información que se vendrá encima y sobre todo deberán estar preparados para asimilar la respuesta de la ciudadanía ante la constatación de que efectivamente es como siempre lo habíamos pensado: la estructura colorada se robó hasta el último centavo.

A todas luces será un evento positivo el hecho de que se dé a conocer todo esto y exponer públicamente a los responsables.

Esto le dará un aire de transparencia al nuevo Gobierno que, sacando los trapos sucios al sol, marcará la diferencia. Establecerá un antes y un después en el modelo de administración pública y se despegará de la imagen corrupta de los colorados.

Pero como todo espectáculo, este "baile" también terminará y los consumidores de información se cansarán. Al cabo de un tiempo, las denuncias de corrupción y sus consecuencias perderán la novedad. La prensa seguirá sobre esos casos, pero paulatinamente sus ojos se desviarán hacia la gestión del Gobierno en ejercicio.

La prensa en general refleja la ideología o el sentir de las clases pensantes, la que está informada, la que participa de la intercomunicación social. Los periodistas reflejan ese estado de entusiasmo al que retroalimentan con su labor.

La gente está optimista y el periodista a su vez, al dar a sus materiales un carácter similar, reinvierte el proceso y el lector o el radioescucha se siente contagiado de entusiasmo. Pero en algún momento aparecerá la desilusión al ver que el Gobierno de Lugo no podrá resolver todos los problemas del país, cosa que es previsible.

Entonces empezarán a protestar los sectores desilusionados (campesinos, jóvenes, exportadores, etc.) que se quejarán del Gobierno. Si eso se expande, y la prensa empieza a hacerse eco de la situación, se iniciará el proceso inverso: el sentir negativo.

Y he ahí el verdadero nuevo desafío de la prensa: Si seguirá el romance con Fernando Lugo o tendrá la suficiente capacidad de despegarse de su corazoncito luguista inicial para transmitir la información con verdadera mirada crítica.

A todas luces, y eso hasta parece una obviedad, en ese contexto deberá primar el interés de la ciudadanía y no el afán de protagonismo de los periodistas, por un lado; y la transparencia por parte de los encargados de difundir las informaciones oficiales, por el otro. Cuando existe una relación armónica (que no necesariamente implica compromiso) se hace más llevadera la relación prensa - poder.

Los medios frente a este Gobierno, como frente a cualquier otro, deben mantener su norte: Ser contrapoder.

Pero ser contrapoder no significa buscarle el pelo a la leche o la mosca a la sopa, sino actuar con responsabilidad y ecuanimidad.

Apuntar lo bueno y criticar lo malo. Hacer el trabajo que corresponde a los medios: ser vehículo de información entre gobernantes y lectores. Además es muy importante la aplicación de la agenda setting para instalar temas que no desalienten a la sociedad y apunten al desarrollo dentro del país como para aplacar efectos como la migración laboral masiva hacia España o Argentina, por decir algún ejemplo.

 

NUEVO COMPORTAMIENTO

 

Aparentemente, Lugo ya no desea corresponder a esta relación con la prensa. Ahora tiene otros intereses referidos a cómo gobernar, antes que caerle bien a los medios.

Su nuevo comportamiento de hermetismo y evasión a los micrófonos y grabadoras es la prueba. Tal vez está estresado o tal vez es el cambio de comportamiento natural que sucede cada vez que un gobernante llega al poder luego de una ardua campaña. Ejemplos en América como en otras latitudes hay bastantes.

Sin embargo, también puede ser producto de un estado de paralización, utilizando un término teatral, de no saber para dónde tirar por las excesivas presiones que recibe de todos los sectores que se sienten dueños de su triunfo.

Convengamos que Fernando Lugo sale de una institución verticalista, en la que los procesos de cambio son muy lentos, con muy poca o nula deliberación. Ahora se desenvuelve en un contexto completamente distinto, se encuentra navegando dentro de un sistema absolutamente diferente: Todo se delibera, las órdenes no son respetadas y tampoco se guarda penitencia por los errores.

El tiene que enfrentarse a poderes fácticos y tragarse sapos para mantener la actitud corporativa que necesita la Alianza para sobrevivir. Actualmente se encuentra atrapado entre dos fuerzas: sus amigos de la izquierda con su ideología de un lado, y sus amigos y compañeros políticos con ideas conservadoras, del otro. A ambos se ve obligado a complacer, pero en la mayoría de los casos dar gusto a todos es, si no imposible, difícil. Ante esa duda de no saber qué hacer para tener contentos a todos, se abstiene, no habla, confunde lanzando un mensaje ambiguo a la ciudadanía y causando el enojo de periodistas que también se creen artífices y dueños de su triunfo.

 

 

LO QUE SIGNIFICA

 

 

El enamoramiento momentáneo entre Lugo y la prensa fue un efecto natural no solamente porque es Lugo -un outsider de la política, un religioso que llegó al poder compitiendo con otro outsider como Blanca Ovelar- sino por lo que significa su triunfo: se trata del hombre que derrotó la hegemonía colorada tras 61 años en el poder.

Eso en sí vale mucho. Pero seamos realistas, no lo es todo, es apenas el comienzo de lo que será una dura lucha de poderes en la cual la prensa no estará ausente. Por ahora es todo paz y amor, mientras se da tiempo a que tome el poder y se asiente en su nuevo rol de presidente de la República.

Pero no pasará demasiado tiempo para que los medios de comunicación se instalen efectivamente en la vereda de enfrente para ver qué pasa. Y se da por sentado que si pasa algo fuera de lugar, la primera batalla se dará por iniciada. En ese momento los periodistas, o sea nosotros, volveremos a ser los malos de la película.

Eso me recuerda lo que un periodista británico dijo una vez: "En los últimos tiempos la relación de la prensa con las autoridades ha ido empeorando... y ojalá que nunca mejore". Contrapoder: ni prensa amiga ni prensa enemiga. He ahí el desafío.

 

 

 

FUENTE:

 

 

LOS DILEMAS DE LUGO – ANÁLISIS INÉDITOS

COLECCIÓN SOCIEDAD Y POLÍTICA

de EDITORIAL EL LECTOR,

Director editorial: Pablo León Burian.

Coordinador editorial: Bernardo Neri Farina .

www.ellector.com.py

Asunción-Paraguay 2008

 

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PRESENTACIÓN

La Editorial El Lector ha reunido a una docena de periodistas y escritores, agudos observadores de la realidad nacional, para analizar el escenario que encontrará el Presidente Fernando Lugo al asumir la primera magistratura del país luego de su impactante victoria electoral del 20 de abril del 2008.

LUIS BAREIRO, periodista de ABC Color, Canal 13 y Radio Cardinal; EDWIN BRÍTEZ, columnista y editor de la sección Internacionales de ABC Color, ANDRÉS COLMÁN GUTIÉRREZ, analista y referente esencial del diario última Hora; NATALIA DAPORTA, especialista en temas educativos en ABC Color; Marta Escurra, editora de la Revista Dominical de ABC Color; BERNARDO NERI FARIÑA, periodista y escritor; LUIS MARÍA FLEITAS, ingeniero agrónomo y colaborador de ABC Color en temas energéticos y ambientales; PEDRO GARCÍA, nombre insoslayable en el periodismo deportivo y redactor de última Hora; ALCIBÍADES GONZÁLEZ DELVALLE, maestro del periodismo nacional, columnista y editor del Suplemento Cultural de ABC Color; ROBERTO PAREDES, periodista y escritor; FRANCISCO PÉREZ-MARICEVICH, escritor, MABEL REHNFELDT, periodista de investigación de ABC Color, conductora de programa en Radio 1° de Marzo, y JUAN AUGUSTO ROA, corresponsal de ABC Color en Itapúa, fueron convocados por esta editorial para escribir el presente libro que será una contribución sumamente valiosa no sólo para Fernando Lugo, sino también para toda la ciudadanía.

En estos textos inéditos, elaborados exclusivamente para este volumen, hay una gran carga de experiencia y un profundo conocimiento de lo que pasa en el país y de lo que percibe la ciudadanía respecto al singular cambio que comenzamos a vivir el 20 de abril del 2008.

Este es otro notable emprendimiento bibliográfico que enorgullece a la Editorial El Lector.

No es un título más. Es nada menos que una visión ecuánime y honesta desde la prensa, desde la responsabilidad profesional de doce figuras del periodismo paraguayo reunidas para analizar el paso de una situación a otra, e investigar los conductos factibles para el cambio real que tanto anhelamos y que esperamos se plasme por fin. – PABLO LEÓN BURIÁN. EDITOR

 

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ÍNDICE

·         POBREZA, DESEMPLEO, TIERRA E INVERSIÓN PÚBLICA - LUIS BAREIRO

·         LUGO Y LA INSTITUCIONALIDAD DE LA REPÚBLICA - EDWIN BRÍTEZ

·         ¿QUIÉN LE PONE EL CASCABEL A LA MAFIA EN LA TRIPLE FRONTERA? - ANDRÉS COLMÁN GUTIÉRREZ

·         EL ESCENARIO EDUCATIVO: CAOS, INEFICIENCIA, CORRUPCIÓN - NATALIA DAPORTA

·         CONTRAPODER: NI PRENSA AMIGA NI ENEMIGA - MARTA ESCURRA

·         LA REFORMA AGRARIA Y LA CRISIS MUNDIAL DE LA COMIDA - BERNARDO NERI FARIÑA

·         ENERGÍA Y MEDIO AMBIENTE - LUIS MARÍA FLEITAS

·         EL DEPORTE MERECE PELOTA - PEDRO GARCÍA GAROZZO

·         ¿CUÁNTAS SERÁN LAS SORPRESAS PARA LUGO? - ALCIBÍADES GONZÁLEZ DELVALLE

·         FORTALEZAS Y DEBILIDADES DE FERNANDO LUGO - ROBERTO PAREDES        

·         LA CULTURA COMO REALIDAD POLÍTICA Y SOCIAL - FRANCISCO PÉREZ – MARICEVICH

·         MIL Y UN DÍAS DE CORRUPCIÓN. PEQUEÑA GUÍA PRÁCTICA PARA LUCHAR CONTRA ELLA - MABEL REHNFELDT

·         ITAPÚA: ENTRE EL PRIMER MUNDO Y LA EXTREMA POBREZA - JUAN AUGUSTO ROA

IDEAS FUERZA DE ESTE LIBRO

EPILOGO

 

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EPÍLOGO:

Decía Jorge Luis Borges que los libros no debieran tener prólogo sino epílogo, pues nadie analiza una obra antes de leerla. En ese contexto va este cierre.

Las ideas expuestas aquí tienen la cualidad de ser puras, no contaminadas con ninguna segunda intención ni sesgadas por intereses personales, políticos, ideológicos o dogmáticos. Pueden ser equivocadas, cómo no. Pero con seguridad, son sinceras.

Estos escritores son periodistas de alma, de oficio y de profesión. Son gente acostumbrada a escuchar a la gente, y por ello su propia percepción está nutrida por la percepción diversa de un público diverso. Y eso enriquece su conocimiento de la realidad.

He aquí una ventaja del periodista sobre el político. Éste, en su legítima búsqueda del poder, generalmente pierde la noción de la verdad al encerrarse en sus propias obsesiones y sus particulares intereses, o al tratar de acomodar la realidad a su privativa concepción de los hechos, con lo que su visión queda distorsionada y alejada de las necesidades ciudadanas.

Quienes concebimos, elaboramos y editamos este libro, unimos nuestro anhelo de país al que creemos es el de la inmensa mayoría de los paraguayos y las paraguayas. Hay un Paraguay que debemos construir juntos. El Paraguay serio, institucionalizado, libre, habitado por ciudadanos y no por súbditos, confiable, predecible, eficaz, honesto, culto, respetable, respetuoso y respetado; productivo, creativo, optimista, exigente consigo mismo; proactivo ante el futuro, soberano y digno; altivo en su identidad particular y solidario en su inserción en el mundo. Un país donde la excelencia sea una constante aspiracional y concreta, donde la eficiencia se haga tradición, donde hacer bien las cosas sea una costumbre cotidiana.

Este Paraguay es el opuesto al que tenemos hoy. Un Paraguay donde priman los deshonestos, los sinvergüenzas, los mediocres, los incapaces, los ineptos, los traficantes de maletines y de influencia; los políticos voraces, los violadores de la Constitución, los vendedores y compradores de conciencia, los coimeros y los coimeados, los estafadores, los criminales que se roban la leche, la galleta y los libros de los niños; los que se enriquecieron a costa del empobrecimiento de la educación, la salud y la dignidad de la ciudadanía; los funcionarios públicos convertidos en potentados sin pudor; los que hurtan los medicamentos de los hospitales públicos, los que cobran y pagan por caminos que no existen, los que malgastaron nuestras riquezas naturales, los que mercaron con la soberanía nacional.

El 20 de abril del 2008 hubo un voto ciudadano consciente y maduro, que eligió el cambio. Si el gobierno electo no inicia el proceso evolutivo para revolucionar el contexto actual del país, simplemente cometerá un acto de traición a la confianza de la gente.

Pero hay otro aspecto insoslayable. Ningún cambio radical se dará en el Paraguay, si paraguayos y paraguayas no adoptamos la condición de ciudadanía, es decir, la de seres conscientes, racionales, cumplidora de sus obligaciones y preservadores de sus derechos, miembros plenos e igualitarios de una comunidad nacional.

Al mismo tiempo de exigir al Gobierno, exijámonos nosotros. Asumamos nuestra responsabilidad particular en el ámbito en que nos toque actuar. Así será más fácil reconstruir el Paraguay. - BERNARDO NERI FARINA. Coordinador editorial






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